PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE ANTE ASAMBLEA DE LA CÁMARA COLOMBIANA
DE INFRAESTRUCTURA
Cartagena, 25 nov (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez durante la I Asamblea
de la Cámara Colombiana de Infraestructura, certamen que
se realiza en la ciudad de Cartagena.
“En primer lugar quiero saludar con todo el afecto patriótico
el nacimiento de la Cámara de Infraestructura. Es un gran
esfuerzo que el país valorara y que le será muy útil.
En medio de todas las dificultades de
la Nación, bastantes
de las cuales acaba de resumirnos en su brillante intervención
el doctor Juan Martín Caicedo, la circunstancia de encontrar
un grupo de colombianos tan nutrido y tan calificado como el
que ustedes integran, pendientes del desarrollo de la infraestructura
de la Patria, es un motivo que alienta muchísimo sobre
el presente y el futuro de Colombia.
Estos cascos no van a sustituir la guerra,
van a ser el resultado de la seguridad. Aquí no hay guerra. La guerra en la historia
ha tenido, finalmente, alguna explicación, alguna justificación.
Cuando los historiadores evalúan las guerras, siglos después,
alguna explicación noble se les ha encontrado.
Los movimientos insurgentes de América Latina se opusieron
a dictaduras militares. Aquí hemos hecho un gran esfuerzo
por profundizar la democracia y han sido los terroristas los
que han obstaculizado la profundización democrática.
Los movimientos insurgentes de América Latina propusieron
una agenda social de gran importancia. Los terroristas nuestros
lo que han hecho es, agudizar la pobreza, frenar la economía,
destruir la infraestructura y crearle más dificultades
al país.
Por eso he dicho claramente, que en medio
de una Nación
que lucha por salir adelante, profundizando un esquema de democracia
pluralista, lo que enfrentamos no es un conflicto, ni una guerra,
lo que enfrentamos es un desafío de un terrorismo rico
por el narcotráfico que tenemos que derrotar.
Esa tarea de la seguridad tiene que ser
una tarea continua, sin vacilación y sin esguinces, porque si algo le ha faltado
al país, históricamente en eso, es voluntad política
para derrotar el terrorismo.
Y para construir confianza en Colombia
hay que acompañar
esa tarea de la transparencia y de la recuperación de
la economía y del tejido social de la Nación. Todos
estos temas bien importantes.
Papel trascendental, en la recuperación de la transparencia,
juega el tema de la contratación. La selección
objetiva, la participación de la opinión en las
diferentes fases –desde el pronunciamiento de la opinión
en los prepliegos-, las audiencias públicas para adjudicar
los contratos, las veedurías comunitarias para hacerle
seguimiento a cada uno de los contratos. En esos esfuerzos tenemos
que persistir.
Y por supuesto, la recuperación de la economía
y del tejido social de la Nación, tiene que acompañar
la tarea de la seguridad y la tarea del rescate de la transparencia.
En el tema de la recuperación de la economía y
el rescate del tejido social de la Nación, la infraestructura
juega un papel de gran trascendencia.
Yo voy a empezar con un comentario positivo
y también
con unas preocupaciones sobre las cifras de la Nación.
Y quisiera gastar la mayor parte de este espacio, para poder
profundizar con ustedes, algunos de los temas que ha presentado
el doctor Juan Martín Caicedo. Cuando lo escuchaba atentamente,
y escuchaba al doctor Montalvo Forero, pensaba que deberíamos
inaugurar el mecanismo de concertación que ellos proponen
con una reunión de todos ustedes, con todo el Gobierno,
de cara a la opinión pública, si quiera de dos
días, porque es muy difícil una agenda tan completa,
tan compleja, en un país necesitado de esa agenda y con
tantas dificultades, poderla evacuar en dos discursos. En uno
del Presidente de la Cámara y en otro del Presidente de
la República.
Mi primera proposición, respetuosa, es que preparemos
este seminario y nos reunamos dos días completos para
poder examinar esta agenda.
La semana anterior, los gobiernos centroamericanos
aprobaron ya formalmente el ingreso de Colombia como país observador
al Plan Panamá – Puebla. Hemos estado buscando allí tres
objetivos: el objetivo de la integración gasífera,
el objetivo de la interconexión eléctrica y el
objetivo de la carretera.
¿Cómo vamos en la integración gasífera?
No vemos problemas. Incluso Ecopetrol y los productores de gas
están tomando la decisión de empezar a exportar
gas a Centroamérica, condensado, anticipándose
a lo que será la construcción del gasoducto.
Hemos incorporado a Venezuela, la necesitamos,
finalmente se puede convertir –en el futuro- en el gran abastecedor de
Colombia y de Centroamérica.
Con Venezuela ya hicimos el primer acuerdo
para proporcionarle gas de La Guajira –donde hemos extendido el contrato de
la Texas- a Maracaibo. Porque Venezuela con las altas reservas
y la alta producción, todavía no alimenta su occidente
debidamente. Y una vez Venezuela haya conectado el Oriente y
el centro del país con el Occidente, entonces, en el momento
que Colombia lo requiriese, Venezuela sería nuestro alimentador.
Y tenemos que incorporar a Venezuela,
también, al Plan
Panamá – Puebla, porque finalmente el interés
centroamericano se puede atender en el largo plazo más,
con las fuentes de Venezuela, que con las propias fuentes de
Colombia.
En el tema hidroeléctrico. Vemos con inmensa esperanza
la construcción de la línea de interconexión
con Panamá. Ya hemos agotado los primeros estudios y confiamos
que este construida por inversionistas, concesionarios, en el
primer semestre del año 2008.
Proyectos de gran importancia en materia
de generación
en Colombia, que está esperando la consultoría,
se está esperando la ingeniería, para lo cual requerimos
los inversionistas. Proyectos que esperan las regiones, como
por ejemplo, la Hidroeléctrica de Sogamoso, en Santander;
Pescadero, en Antioquia y otros proyectos, están hoy dependiendo
de las garantías de estos mercados. Por eso creemos que
en la medida que avancemos con esa interconexión, abrimos
el espacio para que en Colombia se de la inversión en
estos proyectos.
El tema de la carretera es de trascendental
importancia. Incomprensible que a estas alturas de la historia
este conectado Panamá con
Alaska, Colombia con la Patagonia y que sigamos con las dificultades
del Darién.
Le hemos propuesto al gobierno de Panamá que el primer
acuerdo nuevo sea, definir en la frontera el punto donde se encontraría
la carretera que viene de Panamá y la que va de Colombia.
Con esa definición, nosotros empezamos los diferentes
trabajos de consecución de los dineros, de perfeccionamiento
de los estudios, para poder construir el tramo colombiano.
Hay dificultades de opinión en Panamá y
queremos trabajar muy coordenadamente con el gobierno del Presidente
Torrijos,
con los gobiernos Centroamericanos, para ayudar a superar las
prevenciones de siempre, pero tenemos optimismo de que podemos
superarlas.
Hemos encontrado muy serias dificultades para el tema de infraestructura.
La primera la situación macroeconómica de la Nación.
Hace dos años el déficit de la Nación era
del 4.2. El año pasado lo terminamos con el 2.8. Estamos
buscando terminar este año con el 2.5, pero tenemos inmensas
dificultades en el presente y a futuro.
¿Por qué? Porque una cosa es mirar el déficit
de manera consolidada y otra cosa es verlo de manera desagregada.
El que finalmente importa, para las finanzas nacionales, es el
déficit del Gobierno Nacional central porque el Gobierno
Nacional descentralizado en ocasiones aporta mucho como Ecopetrol,
en ocasiones quisiera quitar para donde íbamos si no se
hace a tiempo la reforma de Telecom.
Todavía el déficit del Gobierno Nacional central
es del 5.3. Y se dificulta enormemente la financiación
por el alto endeudamiento de la Nación, que en diez años
pasó del 24 por ciento del PIB al 54 por ciento del PIB.
Por lo menos hemos logrado frenar esa
veloz carrera del endeudamiento de la Nación, está situado hoy alrededor del 50
a 52. Y de cada 100 pesos del Presupuesto Nacional para servir
la deuda y amortizar, nos estábamos gastando 40. Todavía
en el presupuesto del año entrante nos vamos a gastar
alrededor de 36.
Eso crea una situación bastante difícil
que tiene bastantes nubarrones el futuro.
El primero, el país necesita más tributos. Por
eso quiero pedir respetuosamente, aquí en el escenario
de mis compatriotas de la Cámara de la Infraestructura,
una revisión al Congreso de la República, a los
diferentes partidos, a las bancadas que han apoyado al Gobierno,
al Partido Conservador, para que aprobemos otro paso en la dirección
correcta de los tributos.
Nosotros con este déficit del Gobierno Nacional central,
con este endeudamiento y con las necesidades que reclaman todos
los colombianos: las necesidades de infraestructura, las necesidades
de seguridad, las necesidades de más inversión
social, necesitamos dar otro paso tributario en la dirección
correcta.
Pido pues, muy respetuosamente, una nueva
reflexión al
Congreso de la República para que podamos entregarle al
país una decisión positiva en esta materia.
Y nos preocupa inmensamente el tema de
la declinación
en la producción de petróleo y el tema pensional.
Descubrimos Caño Limón,
Cupiana y Cupiagua y nos pusimos a dormir en el triunfo.
En el año 1992, Colombia exploraba 28 pozos por año.
Diez años más tarde 10. Este año hemos regresado
a una exploración de 28 pozos, hemos aumentado sustancialmente
el área contratada para sísmica, creemos que vamos
a superar este año los seis mil kilómetros cuadrados.
Han regresado inversionistas muy importantes, llegan otros nuevos.
Solamente, en el Caribe, hemos asignado un área de exploración
de cuatro millones de hectáreas. Han aumentado los contratos
de exploración con posibilidades de eficacia, pero necesitamos
llegar a 57 pozos explorados por año y no se ve posible
antes del año 2006, antes del año 2007.
La declinación de hidrocarburos, en el caso petrolero,
es sumamente difícil para la Nación, por eso hay
que hacer todo el esfuerzo para superarlo.
Por supuesto, hemos crecido bastante
en carbón. Hace
dos años exportábamos 32 millones de toneladas.
Este año vamos a superar las 54 millones de toneladas.
Y el tema pensional es de inmensa gravedad.
Uno tiene una cifra de la deuda explícita de la Nación a la cual no
se le suma la deuda pensional. La deuda pensional, todavía
en la contabilidad pública, la mantenemos escondida como
un pasivo implícito, no obstante que la Nación
tiene que pagar.
Quiero decirles que el año entrante los giros de la Nación
para pagar las pensiones que están a su cargo, superarán
las transferencias a las entidades territoriales.
Durante muchos años se nos dijo: ‘cuidado que se
acaban las reservas del Seguro Social’. No lo creímos.
Aprobamos la ley 100 en 1993 y nos olvidamos de dar nuevos pasos
pensionales. Apenas pudimos dar uno, al principio de este Gobierno,
con una ley aprobada en diciembre de 2002, con el liderazgo del
ministro Juan Luis Londoño, que nos acompaña desde
el cielo.
No fue posible eliminar los regímenes privilegiados en
el Referendo, faltaron 40 mil votos. Y estamos, ahora, haciendo
un gran esfuerzo a ver cómo los eliminamos en una reforma
constitucional tramitada por el Congreso de la República.
Confío, que antes del 16 de diciembre que el Congreso
haya aprobado este paso en primera vuelta. Seguramente no quedará todo
corregido, pero yo soy de la tesis que temas tan delicados como
el tema pensional, los países no los resuelven de la noche
a la mañana. Hay que estar constantemente dando pasos,
lo grave es: frente a un problema de esta dimensión, quedarse
10 años sin dar un nuevo paso. Tenemos que estar en un
proceso permanente de trabajo haber como superamos definitivamente
esta dificultad.
El pasivo pensional de Colombia vale
el 176 por ciento del PIB. Y a eso hay que sumarle el 50, 54
por ciento del endeudamiento
explícito. Entonces, cuando uno lo consolida, ahí ve
una situación sumamente grave. Por eso quiero instar a
mis compatriotas y muy respetuosamente al Congreso de la República
a que avancemos en la dirección correcta en el tema pensional.
Bueno. Pero uno ve también cosas
bien importantes.
Cuando empezó este Gobierno, el ministro de Hacienda,
el doctor Junguito, y el doctor Santiago Montenegro, director
de Planeación, me dijeron: ‘no podemos presentar
en el Plan de Desarrollo sino una proyección de crecimiento
muy modesta, porque no vamos a tener más crecimiento’.
Me dijeron: ‘entre los 60 y los 80 la economía colombiana
creció al 4,5. De principios de los 80 a la fecha, en
promedio ha crecido al 2. Nosotros para el primer año
de este Gobierno, no podemos aspirar a crecer por encima del
2 ó 2,5. Y yéndonos muy bien en el último
año de este Gobierno estaremos creciendo al 3’
Eso nos llevo a proponer, en el capítulo macroeconómico
del Plan de Desarrollo, unas metas de crecimiento bastante modestas.
Por fortuna las hemos venido superando.
El año pasado, sin contabilizar
la droga, crecimos al 4,07. Cuando se consolida con la droga,
que por fortuna viene
descendiendo, crecimos al 3,75.
Este año estamos haciendo todo el esfuerzo para crecer
cercanamente al 5 por ciento. El país tiene que comprometerse
a crecer de manera sostenida por encima del 5 por ciento.
¡Qué bueno que el Banco de la República,
ahora que va a elegir Presidente el próximo viernes, piense
que tiene que cumplir su tarea de controlar la inflación!
Sin una inflación controlada no hay posibilidades de largo
plazo en el crédito a tasas asequibles de interés.
Pero que los problemas de este país no se resuelven sino
con un acelerado crecimiento de la economía. Es oportuno
plantear esto, a pocas horas de que el Banco de la República
tome la decisión de escoger a su Presidente.
Porque los escogen para períodos largos, el doctor Urrutia
completará este viernes 12 años, desde cuando la
Constitución de 1991 introdujo el principio de la independencia
del Banco.
¡Hay que poner esta economía
a crecer velozmente!
En materia tributaria hemos avanzado
y muchos colombianos, con razón, se quejan. En este Gobierno se ha aumentado la
tributación en 2 puntos del PIB, pero también eso
nos da credenciales internacionales. Porque cuando uno pedía
apoyo para una y otra cosa en Colombia le decían: ‘¿y
el esfuerzo colombiano?’
Al presidente Bush le expresamos, el
pasado lunes, que el total de la carga en Colombia ya está en
alrededor del 19 por ciento del PIB, muy semejante a la de
los Estados Unidos.
Diría que en el proceso estructural de revisión
de la tributación, hemos venido trabajando con esta regla:
una tributación alta para quienes no quieran crecer y
con estímulos para quienes quieran crecer.
Por ejemplo, para facilitar el tema del
alcohol carburante –en
el cual el país empieza a hacer unas grandes inversiones
que nos permitirán tener el año entrante, a finales,
por lo menos un millón de litros del alcohol al día–,
eliminamos el impuesto al valor agregado, no el impuesto de renta.
Estamos proponiendo lo mismo para el biodiesel.
Para la infraestructura turística
nueva introdujimos incentivos bien importantes.
Para energías alternativas como la eólica, que
ya instaló en La Guajira el primer conjunto de 20 mil
kilovatios, de una gran importancia experimental, introdujimos
incentivos.
Y para no referirme a todos ellos, déjenme
hablar de algunos generales.
Eliminamos el IVA a la adquisición
de bienes de capital para empresas altamente exportadoras.
Las empresas altamente
exportadoras antes de este Gobierno, necesitaban exportar el
50, ahora basta con que exporten el 30 por ciento de su producto.
Estamos regresando el IVA a todo lo que
es la adquisición
de bienes de capital e introdujimos el año pasado una
deducción por cuatro años del 30 por ciento a las
inversiones generadoras de renta.
Tengo confianza de la manera como ha
venido respondiendo el sector privado colombiano. Estaba prácticamente sin crecer
la inversión privada. El año pasado creció al
16 y este año está creciendo cercanamente al 20.
Entre enero y agosto, la importación de bienes de capital
creció al 23 por ciento. El informe de los gremios es
que la adquisición de bienes de capital para el sector
industrial, sin incluir transporte, puede crecer este año
alrededor del 30 por ciento.
Entre 1994 y el año 2000, el desempleo general en Colombia
pasó del 7,5 a casi el 20 por ciento. En esos mismos seis
años, el desempleo de jefes de hogar pasó del 4
al 10 por ciento. Recuerdo que Juan Luis Londoño me decía: ‘Presidente,
preparémonos para ver el desempleo en el 25’. Por
fortuna ha venido descendiendo. Falta muchísimo. Ha descendido
el desempleo y el subempleo. En el último trimestre se
situó en el 12,8. En el mes de septiembre se situó en
el 12,5.
Este año la afiliación a las cajas de compensación
ha crecido en un 15 por ciento. En los dos años, un millón
300 mil colombianos se han afiliado al sistema de régimen
contributivo de salud. 500 mil colombianos más, al sistema
de riesgos profesionales. 800 mil colombianos más, al
sistema de pensiones. Eso indica que se viene recuperando el
nivel de creación de empleo con afiliación a la
seguridad social.
En el tema de las obras públicas, empecemos por esta
ciudad de Cartagena. El Gobierno Nacional ya empezó la
ejecución de la Vía Perimetral de la Ciénaga
de la Virgen. Estamos en plena ejecución de obras. La
reforma tributaria del 2002 incluyó unos recursos para
este tipo de obras.
Será de gran importancia para empezar a redimir la zona
tugurial de la ciudad. Además que es un eslabón
esencial para conectar la carretera de La Cordialidad con la
carretera costanera. Y ahí debe trabajar el Inco, para
facilitar la extensión de esas concesiones y hacer esa
conexión.
En el 2006, Cartagena celebrará los Juegos Centroamericanos.
Estamos en plena construcción de la infraestructura para
esos Juegos Centroamericanos. El Alcalde, el Gobernador, me prometieron
hace quince días, que lo que les corresponde al Distrito
y al Departamento lo van a aportar oportunamente.
Este Gobierno se comprometió en la estrategia de Calidad
de Vida Urbana, que es una de las 7 Herramientas de Equidad,
a impulsar los sistemas de transporte masivo en las grandes ciudades
y llevar de la mano de esos sistemas los procesos de renovación
urbana, para construir calidad de vida en nuestras urbes.
Le entregamos muy rápidamente, sin dilaciones burocráticas,
989 millones de dólares de vigencias futuras a la ciudad
de Bogotá. Lo que le ha permitido avanzar velozmente en
la construcción del Transmilenio en estos dos años.
Le entregamos rápidamente a la ciudad de Cali, 241 millones
de dólares. Ya se han adjudicado dos contratos en Cali.
El último, la semana pasada, por 36 mil millones y viene
el tercero. Y estamos con toda atención puesta en que
esa contratación se dé con toda la transparencia.
Estamos financiando en todas estas ciudades
el 70 por ciento de los sistemas de transporte masivo. Empezamos
la ejecución
en Pereira, tuvimos dificultades con el primer contrato, el segundo
se adjudicó ya sin dificultades y estamos próximos
a adjudicar el tercero.
Cartagena abre la licitación en diciembre. Hemos resuelto
unos problemas delicados de Ley 550 y de Ley 617 en Barranquilla
y confiamos que abra la licitación en marzo.
En el Valle de Aburrá, para conectar con el Tren Metropolitano,
están próximas a abrirse licitaciones, salvo en
Bello, donde tenemos dificultades.
La mayor dificultad la hemos tenido en
Bucaramanga, pero confiamos sortearla. Le hemos propuesto a
las autoridades de Bucaramanga
y del área metropolitana que la concesión Comuneros,
si tiene espacio, o una concesión futura, se encargue
de construir el tercer carril: Bucaramanga – Florida – Piedecuesta,
para superar el obstáculo que han presentado allí,
a fin de poder tener el sistema de transporte masivo.
Allí hay un gran compromiso, que
es del presente, del futuro mediato e inmediato, para la calidad
de vida urbana en
Colombia.
Tenemos, entre las dificultades, los
pleitos de concesiones. Un país que encuentra todas sus concesiones en pleito,
es un país que no tiene futuro. Ahí si que no hay
confianza inversionista y eso no se puede soslayar.
Nosotros encontramos en pleito las concesiones
viales. Las que no estaban en pleito, el Gobierno les debía una gran cantidad
de dinero porque no se habían cumplido los mínimos
de tráfico.
Les doy la buena noticia de que para
el año entrante
tenemos 60 mil millones para ir desatrasando esas deudas. Y tenemos
toda la voluntad de revisar plazos de concesiones, a ver si también
podemos compensar deudas acumuladas con extensión de plazos.
Encontramos en pleito a los asociados de Telecom, todos los
contratos de Telecom en pleito. Encontramos pleitos en concesiones
de aeropuertos, encontramos pleitos en concesiones ferroviarias.
¿Qué ha hecho el Gobierno? Arreglar los pleitos
hasta donde podamos con tres criterios. Primero, contrasprestaciones
equitativas. Segundo, ceñimiento riguroso al ordenamiento
jurídico. Y tercero, transparencia ante la opinión
pública.
La instrucción que he dado es: que nos arriesguemos a
resolver los pleitos, pero que antes de firmar el acuerdo final,
ese acuerdo se publique para que la opinión pública
lo conozca ampliamente. Y así lo hemos venido practicando.
Nos atrevimos, con el liderazgo de Alicia
Naranjo, a resolver el problema de Comsa. –Ya se refería a él
el doctor Juan Martín Caicedo-. A mi me da vergüenza
que los colombianos ahora en diciembre, que seguramente por el
esfuerzo del Ejército y de la Policía, van a transitar
de manera masiva esa carretera, la encuentren llena de huecos.
Vamos a ver si el año entrante esta en mejores condiciones.
Hemos arreglado otras concesiones, nos
faltan algunas. Hace pocos días ya los tribunales de arbitramento dieron su
visto bueno a la transacción en la concesión del
Eje Cafetero, y quiero reiterar ya ante ustedes el propósito
del Gobierno, con esos tres presupuestos, de arreglar hasta donde
sea posible todos los contenciosos que encontramos en las concesiones.
Hay dificultades. Por ejemplo, en una
de las concesiones ferroviarias tenemos muy serias dificultades
y ahí sería muy
bueno que, si los socios no quieren ayudar a resolver esos problemas,
entonces vendan a precios razonable, pero no le pueden estancar
al país su crecimiento y su desarrollo, y las cosas hay
que hablarlas con toda franqueza, porque muchas veces dicen: ‘es
que el Gobierno no arregla, el Gobierno no arregla’, y
el Gobierno entra a arreglar pero se tropieza con unas aspiraciones
excesivas de los concesionarios. Y un Gobierno que ha demostrado
su voluntad de arreglar tiene la autoridad moral para decirle
a aquellos que no quieren arreglar, que entonces no le frenen
a Colombia el avance, que vendan equitativamente su participación
en esas concesiones y que nos permitan seguir adelante.
En servicios públicos hemos resuelto unos problemas sumamente
severos. A mi me parece que el paso que se dio en la administración
Gaviria, con la Ley 142, fue extraordinario. Pero ¿qué encontramos?,
por ejemplo, se habían privatizado las electrificadoras
de la Costa Caribe. Los privados se quería ir y los usuarios
incendiados contra ellos. En medio de todo apagones. Y un discurso
demagógico violento contra la participación del
capital privado en los servicios públicos.
¿Qué hemos hecho? Una pedagogía en todo
el país, especialmente en esta sección, explicándole
a los colombianos que en servicios públicos necesitamos:
capital público, capital privado. Que, solo el Estado
no es capaz, solo los particulares no son capaces, y que ambos
tienen que proceder, públicos y privados, con total transparencia
y con total equidad.
Esa pedagogía ha servido, nos han ayudado los privados,
ya tenemos 37 microempresas de distribución en el Caribe,
en acuerdos con las dos grandes empresas privadas del Caribe,
eso ha reducido mucho la tensión, ha mejorado el servicio,
hemos aumentado la tarifación y ya se esta recaudando
el 90 por ciento de la cuenta mensual de energía, cuando
en principio apenas se recaudaba el 40.
Encontramos las electrificadoras casi
todas quebradas. Hemos salvado la CHEC, hemos salvado la electrificadora
del Quindío,
va sumamente bien la electrificadora de Boyacá, salvo
el TPA. Salvo dos electrificadoras, vamos bien en las demás.
Y estamos pendientes de unas decisiones de la Comisión
de Regulación, que le den señales claras a los
inversionistas en el largo plazo.
Es muy grave encontrar una empresa como
Emcali quebrada. Es muy grave encontrar el Acueducto de Cúcuta quebrado. Es
muy grave encontrar la Empresa de Teléfonos de Barranquilla
quebrada. La semana entrante vamos a tener un Consejo Comunitario
para explicarle al país como se han intervenido estas
empresas.
Prácticamente tenemos salvada a Emcali con un paso bien
importante: tendrá un Fondo de Capitalización Social.
Ese fondo se nutrirá con un porcentaje de la tarifa. Todos
los ciudadanos usuarios de Emcali serán socios de ese
fondo. Y ese fondo cumplirá tres tareas: una tarea de
apalancamiento financiero a la empresa, en el futuro se puede
convertir en un gran banco que le independencia financiera a
la empresa. Una tarea de integración del proveedor y el
usuario del servicio. Y una tarea de fiscalización popular.
Para evitar el clientelismo futuro en
Emcali, que tanto daño
hizo en el pasado y fue una de las causas que la condujo a la
bancarrota, habrá un contrato de administración
entre la Alcaldía de Cali, responsable en el futuro de
la empresa, y el Fondo de Capitalización Social. O sea
que será un elemento de co-administración al que
le asignamos toda la importancia.
En fin, hasta el momento hemos intervenido
143 empresas del Estado, reformándolas profundamente.
Nos quedan muchas por delante.
Si ustedes me preguntarán ¿cuáles son mis
grandes preocupaciones en la reforma del Estado, en los meses
que vienen?: la red pública hospitalaria y las clínicas
del Seguro Social.
Entre el mes de octubre y marzo del año entrante, tenemos
que invertir 400 mil millones de la Nación en la Red Pública
Hospitalaria. Ha sido difícil arbitral los recursos y
llegar a los acuerdos. Porque oiga doctor Juan Martín,
usted que hablaba de descompensaciones en la descentralización,
son clínicas departamentales o municipales, pero la Nación
no puede ser indolente ni indiferente a eso.
Entonces que hemos dicho: ‘hombre, no podemos seguir con
la moda de enviar un dinero para que les curen un dolor y que
a los pocos meses se recrudezca la enfermedad’.
Entonces ¿qué acuerdos estamos haciendo?, como
el que quiero señalar con el Gobernador de Bolívar.
La Nación le aportó la semana pasada, en un acuerdo,
13 mil millones pero él liquida, totalmente, el Hospital
Universitario de Cartagena y automáticamente renace uno
nuevo sin las cargas anteriores.
Eso obedece a un criterio que ha venido
guiando nuestro proceso de reforma en la administración pública:
el Estado sostenible.
Nosotros creemos que Colombia necesita
un gran espacio para el sector privado, pero Colombia por razones
políticas
y sociales y de futuro, no puede eliminar su sector público.
Y el sector público se acaba por la demagogia, por la
corrupción, por el exceso de cargas burocráticas
y prestacionales. Hay que hacerlo sostenible. Y es lo que hicimos
con la nueva Telecom, lo que hemos hecho en la reforma del Sena,
en la reforma de Ecopetrol y ahora en la reforma de las clínicas
públicas.
Hay muchos temas de infraestructura,
porque no miramos algunos doctor Juan Martín, de los que usted trató y profundizamos
un poquito con la intervención de los distinguidos compatriotas
que nos acompañan esta mañana. Por ejemplo, lo
de largo plazo, la agenda interna.
El doctor Santiago Montenegro esta en
ese trabajo. Aspiramos a entregarle al país un proyecto de agenda interna para
discutirlo con todos los colombianos. Y que sea un capítulo
que acompañe una adición de Colombia a largo plazo.
El compromiso de este Gobierno es suceder
el Plan de Desarrollo aprobado el año pasado con un documento de visión
de largo plazo discutido ampliamente con el pueblo colombiano,
que se le entregue a la próxima administración,
para que la próxima administración mire como conecta
este Plan de Desarrollo y los anteriores con el suyo y los siguientes,
y que el lazo vinculante para una visión de largo plazo
permita superar los planes cuatrienales de desarrollo sea ese
documento, y que ese documento se actualice permanentemente.
Planteó usted el tema de crear nuevos mecanismos de concertación.
Manifiesto toda la apertura, ojalá toda la receptividad,
ojalá me precisarán cómo lo hacemos y el
Gobierno tiene toda la voluntad por decreto, presentando un proyecto
de ley, en eso no discutimos. Cuanta más concertación
con ustedes mejor.
A todos muchas gracias y abramos a la
parte de las preguntas e inquietudes”.
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