PALABRAS
DEL PRESIDENTE DE BOLIVIA, CARLOS MESA, AL RECIBIR ORDEN DE SAN
CARLOS
Bogotá, 29 nov (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente de Bolivia, Carlos Mesa, al ser
condecorado por el presidente de Colombia, Álvaro Uribe,
con la Orden de San Carlos en el grado de Gran Collar.
“Señor presidente Uribe:
Usted Presidente me ha honrado con esta condecoración
que es un testimonio de amistad y que es un testimonio de vínculos
inseparables entre dos naciones que tienen tantas cosas en común.
La primera y más importante, aquella
que conforma el mundo andino, aquella que conforma cultura, construcción
de sociedad, historia, aquella que define un destino que, además,
ha tenido en diferentes períodos momentos de profunda
unidad, así como en la paradoja, momentos de profundas
rupturas.
Colombia y Bolivia son ese contexto el resultado
de una compleja construcción de historia y de espíritu
de sociedad. Colombia y Bolivia forman parte de un escenario
siempre en tensión, y muchas veces en tensión creativa,
tienen la obligación de confluir en un espacio común.
Ese espacio común que en primera instancia
son Los Andes, que tiene referentes, por supuesto, tan fundamentales
como el de Bolívar, pero que además tiene ya hoy
la vocación y el destino de integración más
allá de Los Andes.
Y estamos viviendo en un momento de transformación
extraordinaria, en un momento de transformación que nos
está llamando a dar el salto hacia la integración
sudamericana y el salto inteligente hacia una relación
comercial creativa y positiva con el norte.
Esta Comunidad Andina de Naciones que tiene
ejes tan fuertes por cultura y por historia en Colombia y en
Bolivia, va a convertirse en una comunidad sudamericana y más
allá, probablemente, en una comunidad hemisférica.
Y nos ha tocado este momento de transformación
en circunstancias difíciles para todos, circunstancias
difíciles que marcan retos distintos pero parecidos, independientemente
de la naturaleza y de las características políticas
que enfrentamos son estos momentos de emergencia social, estos
momentos de creciente violencia, estos momentos que a veces parece
acompañar la incertidumbre, la que nos obligan a dar respuestas
más claras y más comprometidas.
Es sobre ese escenario que quiero sentir la
importancia de esta condecoración, señor Presidente.
Es en ese contexto de tareas comunes, problemas comunes, espacios
de optimismo comunes, y una gigantesca base tan monumental como
Los Andes común en nuestro pasado, que quiero agradecer
este gesto.
Este gesto que hace usted conmigo pero que
en realidad es el gesto de Colombia para con Bolivia, porque
en definitiva una amistad se cultiva a partir de aquello que
somos capaces de hacer por el otro cuando el otro lo necesita,
y a la vez, de ir caminando juntos en la idea del beneficio mutuo.
Las relaciones económicas y comerciales
entre Colombia y Bolivia se han incrementado mucho en los últimos
años precisamente como producto de la construcción
del espacio de la Comunidad Andina de Naciones. Y a lo largo
de estos años ambos países hemos tratado de mirar
esa relación y de fortalecerla aún en sus dificultades
y aún en algunos temas en los que siempre tienen que hacerse
ajustes que no olviden el interés específico de
cada una de las partes.
Pero quiero también mencionar que la
distancia geográfica absolutamente rota por la realidad
de la integración de la que acabo de hablar, me plantea
el mencionar, señor Presidente, la admiración que
tengo por su trabajo, por el trabajo que hace usted como cabeza
de un Gobierno que tiene exactamente que eso que pide el momento:
las ideas claras, la determinación, la definición
de objetivos, que tiene que combinar muchos factores complejos.
Y puedo decirlo con conocimiento de causa porque
en otra dimensión, en otro contexto, con otras tensiones,
tengo los mismos desafíos que intento responder con inteligencia
y con equilibrio, ojalá que pueda hacerlo y ojalá que
tuviera la inteligencia que quizás no me acompañe
lo suficiente, para verlo y aplicarlo. Pero créame que
tengo en usted un modelo, un modelo de coherencia, un modelo
de consistencia y un modelo de inteligencia.
Por eso también valoro muchísimo
esta condecoración, porque nos permite compartir experiencias
y nos permite el conocimiento mutuo. En este siglo XXI si hay
algo que agradecer es que los presidentes nos conocemos más
allá de lo meramente protocolario, que tenemos oportunidades
frecuentes de encontrarnos y de conversar, y eso te permite valorar
además del estadista, al ser humano, y encuentro en usted,
señor Presidente, un extraordinario ser humano con una
gran calidez personal, que yo agradezco.
La condecoración es por tanto, no solamente
un gesto de Estado a Estado, de Presidente a Presidente, sino
también de ser humano a ser humano.
Y permítanme agradecer la extraordinaria
acogida que he tenido yo, que ha tenido mi esposa, tanto suya
como de su esposa, como del conjunto de los colombianos que nos
han acogido con tantísimo cariño. Y como siempre
lo único que uno tiene que lamentar en visitas de esta
naturaleza, es el escasísimo tiempo que nos permite el
poder compartir mucho menos de lo que quisiéramos con
usted, son su esposa, y con sus compatriotas.
Créame que me siento profundamente honrado
y es para mí un privilegio que me compromete con Colombia,
con el conocimiento de Colombia y los colombianos a partir de
ahora, por esta presea que llevo en el pecho, y que se va mezclando
y que va capturando sin duda alguna el corazón y el espíritu.
Muchas gracias”.
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