Se
trata del renacimiento del bosque tropical húmedo en el
mundo MINAGRICULTURA PRESENTA EN TOKIO MEGAPROYECTO
DE RECUPERACIÓN
DE ORINOQUIA
Bogotá, 10 sep (SNE). Frente a los desafíos que
enfrenta el planeta por la escasez de agua y el deterioro de los
suelos de uso agrícola, el Gobierno de Colombia, bajo la
inspiración directa y el liderazgo personal del presidente Álvaro
Uribe Vélez, y la dirección del ministro de Agricultura
y Desarrollo Rural, Carlos Gustavo Cano Sánz, presentará la
próxima semana en Tokio a consideración de la comunidad
internacional y de sus sectores públicos y privados, el
más importante megaproyecto de recuperación de bosque
tropical húmedo del mundo.
Se trata de un vasto programa de reconversión agroambiental
que se adelantará en las sabanas altas de la Orinoquia de
Colombia, a lo largo de 20 años, en una extensión
de 6,3 millones de hectáreas actualmente ociosas y casi
en su totalidad deshabitadas, equivalente a una quinta parte del
territorio de Japón. Esto con una inversión estimada
de 15 mil millones de dólares únicamente en su componente
agrícola, aparte del costo de la infraestructura física
y social y de servicios públicos requerida por los nuevos
asentamientos humanos (calculados en 5 millones de personas al
final de dicho período), que estarán sustentados
por la generación de 1,5 millones de empleos.
De acuerdo con la propuesta colombiana,
se trata de una oportunidad única
de desarrollo sistémico sostenible, que Colombia le ofrece
al mundo y a su propia población, con el objeto de contribuir
de manera sustancial a la estabilización del clima global,
a la regeneración de la biodiversidad amazónica que
hace millones de años existió allí, y a la
creación masiva de empleos para los habitantes más
pobres y marginados de las áreas rurales del país,
bajo condiciones de autosuficiencia en la producción de
alimentos, agua potable y energía proveniente de fuentes
renovables.
Este megaproyecto apunta a crear el sumidero
de dióxido
de carbono de mayor magnitud del mundo en su historia reciente,
con un potencial de fijación del mismo de 25 toneladas por
hectárea al año. La idea es lograrlo a través
de la reforestación y la consecuente recuperación
de la capa vegetal, y de iniciativas complementarias en el ámbito
agrícola de producción limpia y ambientalmente compatible
de alimentos. Es decir, un potencial de secuestro de dióxido
de carbono de 7,8 millones de toneladas durante un período
de 50 años.
De esta manera Colombia está empeñada en aproximarse
al cumplimiento de los objetivos del Protocolo de Kyoto, y de las
Metas del Milenio tendientes a la reducción de la pobreza
en el mundo (50 por ciento para el año 2015), proclamadas
en la Cumbre de Johannesburgo en el 2002.
LA EXPERIENCIA DE GAVIOTAS
En 1992, durante la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente realizada en Río de Janeiro, el Gobierno
de Japón hizo manifiesto de manera formal su firme interés
por el secuestro de dióxido de carbono. Dos años
más tarde, por intermedio del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), decidió cofinanciar con un aporte de 2 millones de
dólares un innovador y pionero proyecto piloto conocido
con el nombre de Las Gaviotas.
Dicha iniciativa consistió en la puesta en marcha de un
efecto de demostración sobre la viabilidad para restablecer,
a través de la reforestación, en las sabanas altas
de la Orinoquia de Colombia, en los departamentos del Vichada y
el Meta, el bosque tropical húmedo que hace millones de
años predominó en esos lugares. A la postre, Gaviotas
tuvo éxito al comprobar a plenitud la posibilidad de absorber
de la atmósfera el dióxido de carbono y, por tanto,
de poder contribuir así a la estabilización del clima
global.
En efecto, Gaviotas es hoy un núcleo de 8 mil hectáreas
cultivadas en pino caribe tropical, captador de carbono, que ha
rescatado, en el espacio que hoy ocupa, especies propias de la
biodiversidad amazónica, creando empleo estable y bien remunerado
a 200 familias, y generando agua potable.
Además es autosuficiente en alimentación y energía
para la totalidad de la población que allí habita,
la cual deriva la mayoría de sus ingresos de los jornales
provenientes de la extracción, transformación y comercialización
de 1.200 toneladas anuales de colofonia, una resina natural que
se obtiene del pino y que se utiliza en las industrias de pintura
y papel, así como de 120 toneladas de trementina o aguarrás.
Así mismo cuenta con una planta envasadora de agua potable
proveniente de manantiales naturales, y pronto realizará un
programa de arboquímica tropical basada en éster
de colofonia y depinteno.
Gaviotas también fabrica algunos equipos para el aprovechamiento
de fuentes alternas de energía, como molinos de viento para
extracción de agua, calentadores solares de agua, bombas
manuales para elevación de agua y arietes hidráulicos.
De la misma manera tiene en funcionamiento
la primera planta industrial de biodiesel en el mundo que utilizó aceite crudo de palma
como materia prima, el cual se emplea en la movilización
de su maquinaria agrícola, con una capacidad de producción
de un millón de galones al año. Se trata de otra
iniciativa piloto para la masificación de este tipo de fuente
renovable de energía, destinada a remplazar las fuentes
fósiles destructoras del ambiente.
OTRAS EXPERIENCIAS
Adicionalmente la región goza de otras experiencias exitosas
que también se incorporarán como soporte tecnológico
y de asistencia técnica al desarrollo del megaproyecto que
Colombia presenta en Tokio.
Entre estas experiencias cabe señalar Carimagua y La Libertad,
dos granjas experimentales del Gobierno dedicadas a la investigación
y la transferencia de tecnología agropecuaria, donde el
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, con la cooperación
del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), un organismo
miembro del Consultative Group on Internacional Agricultural Research
(CGIAR), ha conformado un importante banco de germoplasma.
Allí dispone de un acervo de tecnologías
apropiadas para las regiones de la Altillanura en el departamento
del Meta
y las sabanas altas de la Orinoquia en el departamento del Vichada.
En Carimagua el Gobierno posee además 15 mil hectáreas
aptas para la explotación agrícola y ganadera, donde
en breve emprenderá, con dicha base productiva, otro asentamiento
humano de al menos 500 familias campesinas. Este asentamiento se
sumará al de las 200 que habitan y trabajan en Gaviotas,
a quienes se les asignará la propiedad de la tierra dentro
del marco de la actual política de reforma agraria del Gobierno
de Colombia.
Mavalle, de reciente creación, representa otra experiencia
exitosa en esta misma región. Se trata de una corporación
privada con sólidos conocimientos tanto en tecnología
moderna como en organización empresarial del cultivo del
caucho. Hasta el momento ha desarrollado, en alianza con la compañía
francesa Michelin, una explotación de 450 hectáreas,
actualmente en plena producción, con los más altos índices
de productividad y competitividad del país.
Cabe destacar también la trayectoria de Colombia en el
cultivo de la palma de aceite (es el cuarto productor en el mundo).
La competitividad y eficiencia del país se hallan entre
las más altas del planeta. Varias organizaciones empresariales
han manifestado su disposición para desempeñar el
papel de operadores, o para participar en calidad de socios integradores,
en los proyectos de palma de los agricultores grandes, medianos
y pequeños, que se vinculen al renacimiento de la Orinoquia
Alta de Colombia.
LA PRIMERA FASE
La primera etapa del megaproyecto comprenderá un plan de
cuatro años, de iniciación inmediata, consistente
en el desarrollo promovido directamente por el Estado, con el apoyo
de la cooperación internacional, de las primeras 150 mil
hectáreas que serán plantadas principalmente en pino
caribe tropical, caucho, palma de aceite y otros cultivos para
la seguridad alimentaria regional, con una generación de
5 mil empleos directos agrícolas permanentes, que implicarán
inicialmente el asentamiento de una población nueva de 25
mil personas.
Se estima que la inversión, únicamente en el componente
agrícola, será de 360 millones de dólares,
sin contar el valor de la tierra ni los costos de la infraestructura
física y social necesaria, que correrán por cuenta
del Gobierno de Colombia.
Gaviotas ampliará su plantación de pino caribe tropical
hasta en 80 mil hectáreas, incorporando el desarrollo de
8 mil hectáreas adicionales en cultivos de palma de aceite
y caucho.
En Carimagua se ejecutará un programa de siembras en sus
15 mil hectáreas, agroecológicamente identificadas
como aptas para el mismo (pino caribe tropical, caucho, palma de
aceite y cultivos para la seguridad alimentaria local), en cuyo
desenvolvimiento el operador principal será Gaviotas.
Cumaribo es un programa en ciernes para
la siembra de 10 mil hectáreas
de caucho, el cual será operado por sus promotores con el
apoyo de Mavalle.
Marandúa es una base de la Fuerza Aérea Colombiana
(FAC), que cuenta con una extensión de terreno de 64 mil
hectáreas, de las cuales se han identificado 20.000 hectáreas
como aptas para pino tropical caribe, 10 mil hectáreas para
caucho, 10 mil hectáreas para palma de aceite, y 5 mil hectáreas
para cultivos propios de la seguridad alimentaria local, cuya operación
estará a cargo de Gaviotas y Mavalle como ejecutores principales.
En todos los casos el Ministerio de Agricultura
y Desarrollo Rural, por intermedio de sus organismos especializados
en ciencia y tecnología,
en coordinación con el resto del Estado, y con el apoyo
científico especial del CIAT, será responsable de
los procesos de adecuación y regeneración de suelos,
adopción tecnológica, y selección y capacitación
de las familias beneficiarias que habrán de habitar y trabajar
en los predios y en los programas agrícolas mencionados.
LOS BENEFICIOS LOCALES
De acuerdo con el ministro de Agricultura,
Carlos Gustavo Cano, el renacimiento de la Orinoquia Alta de
Colombia constituirá el
aporte más efectivo, con el concurso de la cooperación
internacional, a la consecución y consolidación de
la seguridad democrática de la Nación, al alivio
de la pobreza y a la erradicación de los cultivos de uso
ilícito, el narcotráfico y la violencia interna mediante
la creación masiva de empleos alternativos lícitos,
así como a la regeneración del tejido social y al
desarrollo sostenible del país en lo económico, lo
social y lo cultural.
De igual f0orma es un aporte a la seguridad
energética,
a la recuperación de suelos, a la reconversión del
aparato productivo rural, y a la generación de 1,5 millones
de empleos para sostener una población nueva de 5 millones
de personas, que estará ubicada allí al cabo de 20
años, contribuyendo a una más equilibrada distribución
espacial de los asentamientos humanos, y a la ocupación
ordenada, productiva y pacífica del territorio nacional.
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