PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN CONDECORACIÓN
AL PROFESOR JULIO CARRIZOSA Bogotá, 21 sep. (SNE). Las siguientes son las palabras
del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
durante la ceremonia de condecoración al profesor Julio
Carrizosa Umaña, realizada en el Salón Protocolario
de la Casa de Nariño.
“El Gobierno Nacional ha querido hacerle un homenaje al
profesor Julio Carrizosa Umaña, otorgándole la Orden
Nacional al Mérito, en el Grado de Oficial. Para ello, la
mejor ocasión: el trigésimo aniversario de la expedición
del Código de Recursos Naturales Renovables y de Protección
del Medio Ambiente, el Decreto 2811 de 1974.
La disciplina ambiental supone percibir
el mundo de la manera más compleja y elaborada. Antes el hombre era cosmocéntrico,
se veía como el dueño y señor de la naturaleza,
a la que podía expoliar como si fuese una simple esclava
al servicio de su hedonismo. Sólo unos cuantos iluminados
pensaban en las especies animales y vegetales como hermanas del
hombre. Frente a la naturaleza había crueldad, ignorancia,
altanería.
Cuánto honra a Colombia tener hijos como usted, profesor
Carrizosa. Ha enseñado a muchas generaciones que no sólo
hay que proteger la naturaleza, sino estar en permanente proceso
de perfeccionamiento en la tarea de protegerla.
Usted nos ha enseñado que el medio ambiente no existe sin
el conocimiento. Que es imposible proteger la fauna y la flora,
si no se protege el pensamiento que las identifica. Que lo físico
y lo biótico debe acompañarse de lo cultural, de
lo social, para poder abarcar la realidad, porque la ecología
es la disciplina que abarca todas las variables.
Usted no se redujo al discurso sino que
concretó la defensa
del patrimonio universal, con su gran aporte pedagógico
y su apostolado administrativo. Nos ha hablado esta tarde de temas
tan importantes como la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad
social, y el tema de la política ambiental como factor de
convergencia.
Soy relativamente menos pesimista en el
tema. Cuando veo que el país todavía tiene 578 mil kilómetros de bosque,
que a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho para acabar
nuestros recursos naturales se ha evitado lo que pudo ser una destrucción
fatal, creo que le debemos mucho al Código, a su tarea,
profesor Carrizosa Umaña, a esa fuerza de sensibilización
que se desató con la expedición normativa y con las
instituciones que tomaron fuerza, justamente en la época
y gracias a su insistencia pedagógica.
Hay que trabajar inmensamente. Pero mire:
el problema mayor lo ha causado la financiación del terrorismo a cargo de la
droga. Uno habla con los campesinos del Bajo Putumayo y le cuentan
que cuando se instalaron allí hace 30 ó 40 años,
todos los días descubrían una nueva variedad de peces,
todos los días descubrían una nueva variedad de árboles,
de maticas, de animales en la selva. Cuando llegó la droga
los terroristas comenzaron a financiarse con ella, fueron contaminados
esos ríos con los vertimientos, empezó ese proceso
de destrucción. Hace 30 años sobrevolábamos
el Putumayo y era selva tupida, hoy esa inserción colombiana
en la Amazonía está llena de claros. Destrucción
que se hizo solamente para plantar droga.
Entonces ahí vamos viendo cómo el terrorismo ha
financiado la droga, se ha convertido en la gran amenaza ambiental
y como todo eso frenó el crecimiento de la economía.
Una economía que creció casi al 5% entre 1960 y
1980, entre 1980 y el año 2002 creció escasamente
al 2% en promedio. Mientras la población creció velozmente,
la economía no creció y eso nos condujo a los mayores
niveles de pobreza que el país nunca conoció y nunca
imaginó.
Ese crecimiento poblacional que no fue
acompañado de un
crecimiento de la economía que absorbiera las necesidades
de la gente, produjo destrucción en el campo, destrucción
de recursos naturales, estampida del campo a la ciudad, hacinamiento
en las ciudades, cordones de miseria, saturación de nuestras
calles por ventas informales, todo expresión de esa pobreza,
conectada por la falta de crecimiento de la economía, la
destrucción ambiental, la destrucción de la droga
para financiar el terrorismo.
No vacilo en repetir, profesor Carrizosa
Umaña, que el
país tiene que superar el problema terrorista como una condición
para tener mayor éxito en la lucha por el medio ambiente
y en su gran compañera que es la lucha para erradicar la
pobreza.
Tenemos que derrotar la droga. Un país que llegó a
tener 170 mil hectáreas de droga no tiene ninguna posibilidad
en materia ambiental, no tiene ninguna posibilidad en materia económica,
no tiene ninguna posibilidad en materia social. 50 mil terroristas
financiándose de la droga frenan todas las posibilidades
del país
Por eso nosotros creemos profundamente
en la necesidad de conectar la política de seguridad con la política ambiental.
Hemos dado unos pasos bien importantes en los últimos días,
como es la integración de las brigadas que empiezan a hacer
presencia en sitios como Paramillo, que estaban controlados en
unas partes por los paramilitares y en otras por la guerrilla.
Allí empieza a haber una gran coordinación de Parques
Nacionales con la Brigada.
Lo mismo en la Sierra Nevada. Allí todavía tenemos
un problema paramilitar grave, un problema guerrillero grave, pero
el control era total. Hace dos años no se podía ir
de Valledupar a Santa Marta, ni de Santa Marta a Riohacha, ni de
Riohacha a Valledupar. En todas partes retenes de la guerrilla.
Una despreocupación de la gente por la recuperación
institucional. Los que querían defenderse apelaban no al
Estado sino a los paramilitares, y eso se convirtió allí en
otro objeto de destrucción ecológica. En un lado
la guerrilla haciendo daño, en otro lado los paramilitares
haciendo daño, la gran fábrica de agua siendo sembrada
en droga.
Hoy hemos logrado avanzar bastante y confiamos
que la integración
de Parques Naturales, las comunidades indígenas, la Fuerza
Pública, el concepto de recuperación institucional
nos permita frenar esa destrucción ecológica que
tanto daño ha hecho y que tanto daño podría
hacer si no se le frena y si no recuperamos lo allí destruido.
Tenemos inmensos retos. Después del Código vino
la Constitución del 91. Después de la Constitución
del 91, la Ley 99, las corporaciones ambientales.
Las corporaciones ambientales dejan mucho
que desear. Se fueron perfilando ante el país simplemente como unos pulpos burocráticos.
En el recorrido por el país como candidato presidencial,
muchos colombianos me decían: “hombre, no se gasten
ese platal en esas corporaciones, son innecesarias, además
dañinas. Más bien hagan unos planes de concertación
con gobernaciones y alcaldías. Nosotros, después
de oír a muchos colombianos sus voces autorizadas en la
materia, hemos tomado la decisión de insistir en reestructurarlas.
La primera medida que se tomó fue obligarlas a reducir
sustancialmente sus gastos de administración. La segunda
medida que se tomó fue imponer un proceso de meritocracia,
que se surtió en diciembre, para nombrar sus nuevos directores.
La tercera medida que se ha tomado es exigirles unos indicadores
de desempeño. Próximamente haremos el segundo consejo
comunitario en televisión, de cara al país, haciendo
pasar al tablero a cada uno de los directores de las corporaciones
ambientales, para que den cuenta de los indicadores de desempeño
que se les ha impuesto.
Allí el país tiene unos recursos muy importantes,
unos resultados hasta la fecha muy pobres, un marco institucional
que se creó con todo entusiasmo, y vamos a hacer el esfuerzo
para que eso salga adelante. Si no se tiene éxito en la
tarea de que funcionen las corporaciones ambientales, creo que
la ciudadanía se va a cansar y será inevitable en
algún momento su desaparición.
Hay unos retos inmensos: el problema de
sustitución de
la droga. Nosotros creemos que se necesita un crecimiento muy acelerado
de la economía, como el factor esencial de sustitución
de la droga. Y acciones puntuales, para no repetirlas todas, hemos
asignado principal importancia a la acción puntual de las
Familias Guardabosques. Tenemos 21 mil. Inicialmente no se entendía
el tema, se decía que era una acción no sostenible,
pero qué más sostenibilidad que recuperar las áreas
en donde se ha destruido la selva, que recuperar bosque protector
en fábricas de agua como la Sierra Nevada o el Macizo Colombiano
o Paramillo, que más sostenibilidad para Colombia y para
el planeta que obtener ese objetivo.
Tenemos 21 mil Familias Guardabosques,
hoy lo que ocurre es que no damos abasto, en todas las regiones
las reclaman. Antes no se
entendía el tema y se criticaba, hoy en todas partes las
reclaman, vamos a ver cómo avanzamos para tener más
Familias Guardabosques, estratégicamente ubicadas, para
cuidar estas áreas de la Patria tan importantes en materia
ambiental.
Tenemos inmensos retos, como la conciliación con comunidades
indígenas en muchas regiones del país. Hace dos semanas
les dije a los indígenas del Cauca que no me oponía
a su tesis de que las áreas de páramo no se les cuente
dentro de las áreas agrícolas asignadas. Me parece
un absurdo que eso se les sigua contabilizando como área
agrícola. Uno les asigna esas áreas de páramo
en la convicción de que ellos son los mejores cuidadores
de las fábricas de agua, pero no los puede poner a cuidar
el páramo como fábrica de agua y simultáneamente
a darle una utilización de tierra agrícola. Aceptamos
eso, lo vamos a aplicar y creemos que ahí se ha dado un
gran paso.
Nos preocupan tres fuentes de contaminación en el país,
inmensas: Bogotá, Medellín y Cali. La salvación
de Emcali nos va a ayudar para que opere la planta de tratamiento
de agua residual allí, la Ptar, no abarca el 100% de las
necesidades de la ciudad pero es un gran paso. Confiamos que Empresas
Públicas de Medellín, que siempre ha tenido una situación
financiera despejada, construya las otras plantas de tratamiento
después de haber hecho un gran esfuerzo en Itagüí y
un gran esfuerzo con el sistema paralelo de captación de
aguas residuales.
El Alcalde Garzón ha dado un paso importante, al cual no
fue ajeno el Gobierno Nacional, para resolver el problema de la
Planta del Salitre, en su relación con el Banco Interamericano
de Desarrollo. La señora Ministra ha venido involucrada
de lleno en el tema de encontrar una solución definitiva
al Río Bogotá, que involucre a todos los actores:
la ciudad, el departamento, la CAR, el Gobierno Nacional, la empresa
generadora de energía, el problema del Muña, de Sibaté,
etcétera.
Confiamos que rápidamente, después de lograr el
acuerdo entre todos, el Conpes apruebe el respectivo documento,
y manos a la obra. Y que ese documento no entre en contravía
con la sentencia que acaba de producir una jueza de la República
después de un exhaustivo estudio.
Con usted los colombianos tenemos el inmenso
compromiso de acatar lo que ha sido un magnífico ejemplo en defensa de los intereses
ambientales de la Nación, que son los intereses sociales.
Sabemos que hay un reto muy grande, que
es con el TLC, y nos hemos comprometido a que en el tema de patentes
debe quedar claro que
aquellas derivadas de la biodiversidad amazónica deben ser
un privilegio, un patrimonio exclusivo de los países convergentes
a la cuenca amazónica.
Creo que no hay motivos de preocupación por el TLC. La
semana pasada me decían las comunidades indígenas
que íbamos a afectar sus derechos de territorialidad. En
eso no hay propuesta alguna, no hay norma alguna. Vamos a tener
mucho cuidado para que el texto final del TLC ponga a salvo todos
los derechos del pueblo colombiano en materia de patentes de propiedad
intelectual que se deriven de los recursos de biodiversidad de
la Nación y de la Nación mirada en el conjunto, también,
de la cuenca amazónica.
Quería hacer estos comentarios en su presencia, en un día
que para nosotros en muy importante, porque esta Patria llena de
malas noticias tiene que distinguir y recordar ante los colombianos
quiénes son sus mejores hijos. Y usted con su tarea, con
su perseverancia, con sus obras, es un hijo notable de la Patria
a quien debemos respeto, admiración y a quien reconocemos
un gran ejemplo.
Lo hemos hecho con todo el cariño por Colombia, porque
Colombia se siente muy orgullosa de tener hijos como usted, profesor
Carrizosa Umaña”.
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