Enfatiza el Presidente
de la República
“EL GOBIERNO NO ESTÁ MANEJANDO INDULTOS NI POR ENCIMA
NI POR DEBAJO DE LA MESA CON LOS PARAMILITARES”: URIBE
- “Los delitos atroces no son indultables ni amnistiables”.
- “No se puede hablar frente al tema de los procesos con
los paramilitares con un lenguaje de guerrilla, ni frente al
tema de la guerrilla
con un lenguaje paramilitar”.
Miami, 30 sep. (SNE).- “El Gobierno no está manejando
indultos ni por encima ni por debajo de la mesa con los paramilitares”,
reiteró, de manera tajante, el presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, este jueves desde Miami.
Además, explicó, la legislación colombiana
es clara en ese sentido y la Constitución y los tratados
internacionales –a los cuales el país está suscrito-,
indican que el delito meramente político, como la rebelión,
es indultable y amnistiable. En cambio, el delito atroz no es indultable
ni amnistiable, razón por la cual el Gobierno no maneja
ese tema en el diálogo con los paramilitares.
“Allá en el pasado se indultaron atrocidades de la
guerrilla. El M-19 quemó el Palacio de Justicia, en asociación
con el narcotráfico, y están indultos. Colombia no
puede repetir esos errores ni a favor de los paramilitares, ni
a favor de guerrilleros”.
E insistió: “el delito atroz es delito atroz, cométalo
el paramilitar o el guerrillero”.
Al hablar, en un conversatorio ante más de 500 colombianos
residentes en Miami, Uribe Vélez recordó que su posición
frente a los delitos que cometen los grupos terroristas ha sido
clara desde un principio: no discriminarlos como buenos o malos
o como de rebelión o como un simple delito común, “que
ha sido la tendencia en nuestro país”.
“En cuanto al delito de rebelión: antes se decía
que el delito de la guerrilla era un delito político y que
el de los paramilitares era simplemente un crimen común.
Esa diferencia tampoco es aceptable. Tan alzado está el
uno, como alzado en armas, el otro.
Independientemente de sus motivaciones, ambos están por
fuera del ordenamiento jurídico, que es lo que finalmente
hay que tener en cuenta”.
El Presidente también enfatizó en la idea de que
para recuperar la institucionalidad en Colombia, es necesario “un
país sin guerrilla y sin paramilitares,” y para ello
se debe unificar el lenguaje frente al uno y el otro.
“No se puede hablar frente al tema de los proceso con los
paramilitares con un lenguaje de guerrilla, ni frente al tema de
la guerrilla con un lenguaje paramilitar”, expresó.
LA EXTRADICIÓN
Durante el encuentro, uno de los asistentes pidió al Presidente
explicar su política frente al tema de la extradición
y en especial en la negociación con los paramilitares. A
lo que Uribe Vélez contestó:
“En un comunicado del 27 de abril (ver anexo al final, puntos
6 y 7) el Gobierno dijo: la extradición no es negociable,
nosotros no podemos volver a Colombia un país paria ante
la comunidad internacional.
Se dijo: quien quiera evitar la extradición, tiene que
demostrarle al mundo y a Colombia su propósito de enmienda,
su contrición, su buena fe, en modificar su conducta.
Quiere decir que este va a ser un tema en el cual son los involucrados
los que tienen que actuar demostrando ese propósito de enmienda,
demostrando ese acto de contrición, demostrando esa modificación
de conducta.
Y por supuesto, esto es una cosa de tiempo, y hay que examinarla
con los gobiernos y con los países interesados, requirentes.
Porque nosotros no solamente hemos autorizado extradiciones a los
Estados Unidos sino a varios otros países. Eso es una institución
que todos los días se universaliza más”.
A su vez, el Presidente explicó que la extradición
se ha universalizado y desmitificado en el derecho público
en gran parte de los países, ya que se entiende, que si
una comunidad se siente ofendida “por el delito que comete
un ciudadano que vive en otra parte, esa comunidad, a través
de su Estado, tiene el derecho de que se solicite la extradición”
Esta posición, concluyó, ha sido entendida en Colombia,
al punto que el actual Gobierno ha autorizado la extradición
a Estados Unidos, Francia, España y otros países,
a más de 210 personas.
Anexo: COMUNICADO DE LA PRESIDENCIA
DE LA REPÚBLICA
Bogotá, 27 abr. (SNE).- La Presidencia de la República
se permite informar:
- A las conocidas y reiteradas amenazas contra el Presidente
de la República por parte del ELN y las FARC, se han sumado
en las últimas semanas amenazas de sectores de Autodefensas
y narcotraficantes.
- El Gobierno ofreció un proceso de
paz a todos los grupos armados irregulares bajo la condición
de un cese de hostilidades.
- El proceso de paz con las Autodefensas
ilegales no puede avanzar en medio de violaciones al cese de
hostilidades, vendetas, negocios
de narcotráfico, ni enfrentamientos entre grupos criminales.
- Si
las Autodefensas quieren avanzar en un proceso serio, deben demostrar
su voluntad de paz aceptando una zona de concentración,
con reglas claras y bajo verificación de la OEA. Deben
avanzar hacia la desmovilización. De lo contrario el Gobierno
los seguirá combatiendo hasta acabarlos.
- El Gobierno impulsa
en el Congreso un proyecto de Ley de Justicia y Reparación,
generoso en los beneficios y riguroso en el respeto a la Constitución
y el Derecho Internacional, que impiden el indulto y la amnistía
para los responsables de delitos atroces.
- La extradición
no puede entenderse como una norma de derecho interno generadora
de actitudes nacionalistas en su contra. Es
una norma de derecho internacional que le permite a otro país
castigar a quienes comentan ofensas contra sus nacionales. Si
se prohíbe la extradición Colombia sufrirá los
rigores del descrédito internacional.
- La extradición
no es tema de negociación. Quienes
quieran evitarla, deben demostrar a la comunidad internacional
su buena fe y propósito de enmienda.
- El Gobierno comprende
el dolor de los secuestrados por las FARC y sus familias. El
Gobierno persistirá en su política
de seguridad democrática, uno de cuyos principales resultados
es la reducción en un 25% del secuestro el año
pasado y en un 65% en lo corrido de este año.
- El Gobierno
no permitirá que las FARC, a través de
amenazas, impongan un Acuerdo Humanitario con condiciones que
debiliten la política de seguridad democrática.
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