Abril de 2005

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

31

ENTREVISTA AL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE VÉLEZ EN RCN RADIO

Bogotà, 1 abr. (SNE).- La siguiente es la entrevista que concedió este viernes el presidente Álvaro Uribe Vélez a RCN Radio.

Juan Gossaín. Periodista: Señor Presidente tenga usted muy buenos días.

Álvaro Uribe Vélez. Presidente de la República: Juan, muy buenos días, un saludo muy respetuoso a usted, a sus compañeros en la mesa de trabajo de RCN y a todos los compatriotas que a esta hora escuchan a RCN.

Por su puesto, antes de empezar con cualquier tema, nuestros votos por la salud del Santo Padre.

J.G.: Señor Presidente, Usted es la primera autoridad, el representante de un país inmensamente católico, mayoritariamente católico. En este momento ¿cuáles son sus sentimientos en relación con la situación que está viviendo Su Santidad, el Papa Juan Pablo II?

Presidente de la República: Un sentimiento de tranquila tristeza, porque el Papa en todas las horas da ejemplo. Esta mañana, creo que a las 5:30 de la mañana de aquí, el vocero de El Vaticano contaba cómo el Papa, en medio de una situación tan difícil, asistió a misa, pidió que le leyeran algunas de las Estaciones de la Santa Cruz, prefirió quedarse en El Vaticano. Y algunos intérpretes señalaban, justamente, ese ejemplo de serenidad, de consistencia, de querer estar en esta etapa de su vida en consistencia con lo que ha sido su existencia y su papado. Es de una fortaleza espiritual ejemplar.

J.G.: Señor Presidente Uribe, admirable el Papa ¿no es cierto? Un hombre que nunca renunció a su misión ni siquiera por los quebrantos de la salud. Un hombre al frente del trabajo que le correspondió ejercer.

Presidente de la República: Un roble. De acero el Papa.

J.G.: ¿Usted estuvo con él hace un par de años, en El Vaticano?

Presidente de la República: Hace un año Juan, hace un año tuve la oportunidad. La única vez que he me he reunido con un Papa, yo tampoco conocía, por su puesto, a Su Santidad y fue una experiencia muy conmovedora, de mucha luz.

J.G.: A través suyo, que es el Presidente de la Nación, todos expresamos al pueblo colombiano y a la cristiandad en el mundo entero nuestro afecto y nuestro aprecio.

Señor Presidente Uribe, el martes pasado se produjo su reunión con los presidentes de España, Brasil y Venezuela en territorio venezolano. En su opinión ¿qué fue lo más provechoso para los intereses de Colombia de esa reunión?

Presidente de la República: Un apoyo muy contundente a Colombia, a sus políticas, a la lucha contra el terrorismo de los Presidentes.

El Presidente (José Luis) Rodríguez Zapatero, con toda la firmeza dando el apoyo a Colombia; el Presidente Lula; el Presidente Chávez se siente muy afín con ellos. Y diría que en la situación con Venezuela hemos venido con un proceso evolutivo, bastante favorable. Está preso Granda aquí. Está preso este señor, -que me quisiera referir al nombre de él, pero no lo tengo y no me gusta referirme a ellos por el apodo-, a quien le dicen El Chigüiro, en trámite una solicitud de extradición.

Y algo bien importante: la política de Colombia de construir unidad, tiene que ser la de construir unidad a favor de todos, unidad contra nadie, sino a favor de todos. El tono frente a los Estados Unidos allí fue muy positivo, eso también es de destacar.

J.G.: Fíjese Usted, señor presidente Uribe Vélez, que el ex presidente Andrés Pastrana ha dicho textualmente –en la prensa europea- que Usted sólo fue “el convidado de piedra a una sesión de venta de armas a Venezuela” y agregó que es insólito que Usted, con su presencia, haya avalado ese negocio.

Presidente de la República: No, no tengo respuesta Juan, al señor ex Presidente.

J.G.: ¿Ni siquiera, Presidente Uribe, cuando él agrega que Usted puso en peligro la soberanía nacional yendo a esa reunión de venta de armas a Venezuela?

Presidente de la República: No tengo respuesta al señor ex Presidente, Juan. Algún día escribiremos qué le pasó a la soberanía nacional en Colombia, cómo se le entregó a los guerrilleros y a los paramilitares.

J.G.: Y cuando él dice que España no ha medido con el mismo rasero a Venezuela y que a Colombia, en términos de la donación y venta de armas españolas.

Presidente de la República: No, no tengo ninguna respuesta al señor ex Presidente, Juan.

Sobre todos los temas que atañen a las relaciones de Colombia con España, a las relaciones de Colombia con Venezuela, al tema de las armas, a la Corte Penal Internacional (CPI), el Gobierno tiene estudiados todos esos casos y a todos ellos me puedo referir Juan, pero al señor ex Presidente no tengo respuesta. Tal vez cuando sea ex Presidente, de pronto le contestamos en ese momento.

J.G.: ¿Pero no cree Usted, perdóneme la insistencia, que habiendo sido unas declaraciones que él concedió a la prensa española, es decir internacional, europea, eso amerita una respuesta del Presidente de Colombia?

Presidente de la República: No Juan. No Juan, porque Colombia tiene una instancia para los ex Presidentes en estos temas internacionales que se llama la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, que justamente ahora se va a reunir a las diez de la mañana.

J.G.: Permítame entonces, Presidente Uribe cerrar esa página porque como Usted lo ha dicho, no tiene ninguna respuesta que darle al ex Presidente Pastrana.

En ese punto del orden público, las Farc le pidieron al gobierno de Brasil que sirva de mediador para un acercamiento entre ese grupo guerrillero y el Gobierno que Usted preside. ¿Usted vería con buenos ojos una gestión como esa, ha recibido alguna señal del Gobierno brasileño?

Presidente de la República: El Presidente Lula en reiteradas ocasiones me lo ha dicho –y ahora públicamente lo expresó-, que Brasil estaría dispuesto a contribuir en la medida en que el gobierno de Colombia aceptara y viera de buen agrado esa contribución. Nosotros por su puesto, le dijimos a él que, hemos autorizado la facilitación de Naciones Unidas, la facilitación de la iglesia Católica, la facilitación de Suiza, la facilitación de Francia, la facilitación de España, de muchas personalidades colombianas y que nos parece muy bien la facilitación de Brasil.

Y lo más importante, que destacaría de esa reunión de Venezuela, es que los Presidentes Lula, Rodríguez Zapatero y el presidente Chávez le hizo eco a eso y estuve de acuerdo con ellos, aceptaron las condiciones que el gobierno de Colombia ha venido proponiendo para el acuerdo humanitario, por ejemplo con la Farc.

Yo les dije a ellos –en una intervención que después de haberla hecho me di cuanta que la estaba transmitiendo la televisión venezolana-, dije: ‘mire, las condiciones son estas’, les conté todo ese proceso y les dije: ‘si ustedes encuentran que estas condiciones no son razonables déjenmelo saber y las discutimos, porque no son condiciones impuestas con arrogancia, sino condiciones elaboradas pensando en el bienestar colombiano, y el Presidente Lula lo entendió.

Y algo que me parece bien importante: Colombia, que en este contexto político podría ser víctima de un aislamiento –como lo sugieren muchos analistas en el país- ha estado integrada, muy bien, con todas las tendencias en América del Sur, por un lado con los Estados Unidos, qué importante es la integración con el Brasil porque hasta hace unos años no había relaciones con el Brasil, más que unas relaciones de protocolo y de formalismos, pero en la parte material no había relaciones con el Brasil.

Entonces contar ahora y saber que ese apoyo que nos ha dado Estados Unidos es tan importante, que todos los días es creciente el apoyo de la Unión Europea. Que España, independientemente de que sea el gobierno de Aznar o el gobierno de Rodríguez Zapatero, nos da apoyo. Que el gobierno del Presidente Lula, que lo suponían de un origen político tan distinto al origen político del gobierno de Colombia, tiene tanta compatibilidad con nosotros, tanta sincronización, tanta armonía y nos ha apoyado tan abiertamente. –Yo creo que eso es muy bueno para Colombia-. Y nos apoya mucho en la política de lucha contra el terrorismo, en la política de Seguridad Democrática y en lo que he dicho: el fin único y último de la política de Seguridad Democrática es, por su puesto, la paz.

Francisco Tulande. Periodista: En ese orden de ideas, en el caso con el Eln, se habla de la inminencia de una reunión en México pero sabemos que en el pasado, cuando está a un cachito o a un pelito un acuerdo con el Eln las circunstancias cambian, ellos se echan para atrás, en fin, surgen dificultades. ¿Esta vez que actitud percibe de parte de ese grupo insurgente?

Presidente de la República: Yo voy a tratar de dar la más prudente respuesta, para que se abran definitivamente posibilidades de paz con el Eln.

Desde el principio de este Gobierno hemos hecho todos los esfuerzos para una negociación de paz con el Eln. Se han hecho a través de Cuba, ahora a través de México. Cuba en su momento prestó un gran servicio, con toda la buena fe. Estamos inmensamente agradecidos de la tarea que de manera discreta y eficaz ha cumplido México.

Los Presidentes, con quienes no reunimos en Puerto Ordaz hace dos días, reiteraron toda su voluntad de ayudar en esto. Y ayer me decía un colega de ustedes, que de fuentes del Eln había sabido que había el interés de reunirse próximamente con el gobierno de Colombia en México; yo le contesté esto: ‘el Gobierno acepta esa propuesta del Eln, simplemente hay por ahí una condicioncita a favor del Pueblo colombiano, que aspiraríamos la comprensión del Eln’.

Tenemos toda la voluntad, fui muy explícito, abundé en detalles en la reunión con Venezuela, Brasil y España hace dos días, porque tenía que contarles a estos Presidentes, con detalle, el tema para buscar su ayuda y quiero ser ahora, me perdonarán ustedes, prudente; para que no sea el Gobierno Nacional por conducto del Presidente de la República el que cierre puertas para un eventual entendimiento con el ELN, que todos lo deseamos porque yo tengo, la misma voluntad para la política de Seguridad Democrática, que para la política de paz.

Esto es, la Seguridad Democrática tiene que ser una causa eficiente que nos conduzca a la paz.

J.G.: En este momento falta una semana para que se cumpla el plazo que dio a las Fuerzas Militares para que entren a la zona de la denominada Comunidad de Paz de San José de Apartadó. ¿Se mantiene su plazo, hay alguna modificación, cómo sería el ingreso de las tropas?

Presidente de la República: Eso ha sido una decisión desde el principio del Gobierno, se volvió espectacular ahora por las circunstancias.

Yo llegué –creo que en septiembre de 2002- a Apartadó y encontré al Ejército muy preocupado, a la Policía y a la Fiscalía porque no se podía entrar a esa Comunidad de Paz. Y dije: no, no, en este Gobierno las decisiones son distintas, la Fuerza Pública tiene que estar en todo el territorio, no la podemos excluir de un milímetro. Se tiene que comportar bien, hacerse querer, construir confianza de parte de la ciudadanía, pero estar en todas partes.

Un país que necesita recuperar el control institucional, que no puede dejar a los ciudadanos abandonados a la suerte del narcotráfico, de la guerrilla, de los paramilitares, ese país necesita que su Fuerza Pública haga una tarea de presencia en todo el territorio, cumpla esa labor. Eso lo repetí hace un año y cuando encontré otro problema se habló en un consejo de seguridad en Urabá, que la Fiscalía no podía ir a San José de Apartadó, a la Comunidad de Paz, porque salían los líderes inmediatamente y decían: ‘aquí no dejamos que alguien les de declaraciones, aquí nadie les puede dar declaraciones’.

Entonces he dicho: nosotros no podemos permitir que se excluyan sitios del territorio nacional, de la presencia de la Fuerza Pública y de la justicia. Y tampoco podemos permitir que haya personas en territorio colombiano que violen la ley al obstruir la justicia. La obstrucción de justicia en Colombia está prohibida por la ley y también está tipificada como delito.

Le hemos pedido al Ejército que tiene que proteger esa comunidad y por supuesto, situarse y estar haciendo presencia en los puntos necesarios para la protección de esa comunidad.

Le hemos pedido a la Fiscalía, respetando su independencia, que allí como en todo el territorio nacional, tiene que cumplir con su tarea de administrar justicia.

Y le hemos pedido a la Policía que haga presencia allí. La ha estado haciendo –ayer me lo dijo el general Castro Castro (Jorge Daniel, Director de la Policía Nacional)- y van a instalar una presencia permanente de la Policía. Inclusive les dije que mientras se puede construir un cuartel en debida forma, instálense en unas carpas. Entonces, han estado yendo esta semana allá y se van a instalar en unas carpas, como tiene que proceder la Policía en toda Colombia: con respeto a la ciudadanía, en una actitud de construcción de confianza y con presencia en todo el territorio.

J.G.: ¿Pero en cuanto al Ejército, también ingresarán las tropas?

Presidente de la República: Sí claro y el Ejército ha estado por allí y tiene que estar en los sitios donde pueda prestarle protección efectiva a esa Comunidad.

J.G.: A propósito de esos temas, ¿qué responde Usted a quienes afirman que está desacatando aquel fallo de la Corte Constitucional, que le prohíbe hacer declaraciones públicas que pongan en peligro a personas como los líderes de la Comunidad de Apartadó?

Presidente de la República: No, Juan, las declaraciones que he dado son las mismas que acabo de decir y las repetí en Apartadó, tal vez el Domingo de Ramos y dije otra cosa después de una conversación, allá, muy seria con la Fiscalía, con el Ejército y la Policía, que hay pruebas muy serias –eso lo está investigando la Fuerza Pública, la Fiscalía y lo dicen muchos sectores ciudadanos- de que algunas personas involucradas en esa Comunidad, han sido cómplices de las Farc. ¡Y eso es muy grave!

Esas comunidades, nosotros las respetamos, tienen todos los derechos de instalarse en Colombia, pero en Colombia nadie está autorizado por la ley para ser cómplice del terrorismo en cualquiera de sus expresiones. Además, hace poco leí en un periódico de Medellín unas declaraciones del Obispo donde él decía que se había apartado de la Comunidad porque no resistía las manipulaciones de esa Comunidad de Paz. O sea que lo importante es esto: que los miembros de esa Comunidad de Paz estén tranquilos, que sus líderes sepan nuevamente que en Colombia tienen todas las posibilidades, esta es una democracia abierta.

La mayor gracia, la mayor virtud de esta política de seguridad es que es una política que profundiza la democracia y eso lo rescatará la historia.

Aquí a nadie se atropella. Aquí no se coartan las libertades públicas. Aquí no se censura la prensa. Aquí no se maltrata a los ciudadanos por lo que piensan, por su actitud frente al Gobierno –por ejemplo-, frente a las Instituciones. Aquí hay dos enemigos: un enemigo es el terrorismo y otro es la corrupción. Que esa Comunidad se sienta en todos sus derechos, que ejerza plenamente sus derechos.

Eso sí, no podemos permitir ese rechazo de la presencia de la Fuerza Pública ni que se obstruya la justicia y tampoco está bien que haya algunos miembros de esas Comunidades que le hagan el juego a grupos terroristas.

Humberto de la Calle. Ex Ministro: ¿Cómo interpreta Usted la carta reciente del fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno? ¿Usted cree que ese es un simple acto de trámite o que contiene una serie de advertencias? Y sobretodo, ¿teme el Gobierno que si esa ley se aprueba, la Corte considere que no llena los estándares internacionales?

Presidente de la República: ¿Cómo interpreto esta declaración del Fiscal de la Corte Penal Internacional?: Está cumpliendo con su deber, el Gobierno la recibe bien. Le hago tres anotaciones: primero, la entendemos como una notificación a los grupos violentos en el sentido de que, detrás de ellos no solamente está la justicia colombiana, sino la justicia internacional.

Segundo, es un apremio a los grupos violentos para que definitivamente abandonen la violencia.

Tercero, en cuanto al Gobierno, el Gobierno la recibe como una ayuda y el Gobierno está tranquilo ¿por qué? porque la política nuestra de Seguridad Democrática busca ser efectiva y transparente. Nosotros tenemos tanto interés en la eficacia, como en la observancia de los Derechos Humanos. Nuestro interés desde que empezó el Gobierno y empezamos a aplicar esta política, es de ser eficaces y de respetar absolutamente los derechos humanos.

Cuando nada hay que ocultar, nada hay que temer.

En cuanto a la ley que se tramita. Creo que todo el mundo va a entender cuál es el propósito del Gobierno, del Parlamento y esperamos que eso se traduzca en el texto final. Tiene que ser una ley creíble, una ley equilibrada y una ley universal.

Creíble. Es más fácil obtener la credibilidad cuando la ley se produce después de que llevamos 12 mil reinsertados en este Gobierno –entre ellos 6 mil de los paramilitares y 6 mil de guerrilla-, que la credibilidad que hubiera ganado la ley si se hubiera aprobado antes de conocerse este resultado de desmovilización. Este resultado de desmovilizaciones anterior a la ley, le da credibilidad a la ley.

Segundo, tiene que ser equilibrada. Un buen balance entre paz y justicia, es un proceso de paz, ella se refiere es a procesos de paz. Entonces ese es un balance –como lo ha dicho Kofi Annan- tiene que ser equilibrado y le agregaría: ‘ese balance entre paz y justicia no nos puede llevar, en nombre de la paz, a la impunidad y no nos puede llevar, en nombre de la justicia, al sometimiento.

No puede ser un marco jurídico de impunidad porque violaría la justicia. No puede ser un marco jurídico de sometimiento porque negaría la razón de ser de los procesos de paz. Marca una diferencia con anteriores procesos de paz.

En anteriores procesos de paz la gran preocupación siempre fue la paz y la conciliación, nunca la justicia, nunca la reparación. Por primera vez, en procesos de paz en Colombia, hay ese equilibrio entre paz por un lado y por otro lado justicia y reparación. Y la ley tiene que ser universal, tiene que ser aplicable a paramilitares y a guerrilleros. Nosotros no podemos seguir discriminando entre esos grupos, finalmente sus delitos son idénticos, ambos violan el ordenamiento jurídico, interfieren la tranquila marcha de la democracia y uno no puede distinguir entre el sufrimiento de las víctimas de un grupo o el sufrimiento de las víctimas o los familiares de las víctimas de otro grupo. El sufrimiento es idéntico.

Entonces, en la medida que esa ley cumpla con esos parámetros, pienso que el mundo entero la va a comprender.

J.G.: Señor Presidente ¿qué pasaría si la Corte Internacional examina la ley de Justicia y paz que salga del Congreso de Colombia y encuentra que ella no se enmarca dentro de sus estatutos, los de la Corte Penal?

Presidente de la República: No, yo confío Juan –por lo que le acabo de explicar- porque esa ley será un buen balance entre justicia y paz. Porque el nombre de la paz no puede permitir la impunidad. Porque el nombre de la justicia no puede llegar al extremo de ser una ley de sometimiento. Es una ley para procesos de paz que están autorizados en el mundo entero; sería un contrasentido que el mundo entero, que clama por la paz en Colombia, nos dijera que una ley que busca la paz, que al mismo tiempo está antecedida por una desmovilización de 12 mil integrantes de grupos violentos que se han desmovilizado en este Gobierno, una ley que busca la reparación de las víctimas, una ley que ha tenido –por primera vez- el cuidado en un proceso de paz en Colombia de que no haya impunidad, que entonces esa ley va a ser reprobada. Nosotros tenemos la confianza que el mundo entero, que está clamando por la paz de Colombia, entienda la bondad de esta ley.

J.G.: Mire, sobre esa ley, específicamente, en los últimos días se han dado unas discusiones muy ardientes en el Senado, en la Comisión Primera, en el Congreso, me refiero a la ley de Justicia y paz. ¿El Gobierno sigue pensando, a pesar de estos debates en el Congreso, que la conexidad entre narcotráfico y sedición existe? ¿El Gobierno qué piensa del denominado ‘narcomico’ en este momento?

Presidente de la República: Mire Juan, ¡nunca ha pasado por la mente del Gobierno, permitir una conexidad de los delitos atroces o del narcotráfico –y en los delitos atroces queda incluido el secuestro- con los delitos políticos!

Además, Colombia que es signatario de la Convención de Viena, desde que la aprobó, aceptó que no puede darse esa conexidad porque en la Convención de Viena se dice muy claramente que los delitos políticos no pueden tener conexidad con un delito como el narcotráfico, con un delito como el terrorismo. ¡Eso queda claro!

¿Qué le he dicho al ministro Sabas Pretelt y al Alto Comisionado y a algunos de los congresistas?: ‘lo que abunda y aclara no redunda. Si hay que repetir lo de la Convención de Viena y expresamente, volver a prohibir esa conexidad, que lo diga la ley. Inclusive redactamos un artículo, yo lo redacté hace 20 días aquí, se lo entregué al Ministro y él lo tiene ya presentado en la Secretaría de la Comisión donde se está tramitando, en primer debate, este proyecto de ley.

El tema de la sedición, ¿qué problema tenemos nosotros hoy?: nosotros hemos desmovilizado en este Gobierno 12 mil hombres de los grupos violentos, esa es una desmovilización sin precedentes. Allí hay 6 mil paramilitares desmovilizados pero les hemos aplicado la Ley 782 por interpretación; corremos el riesgo que algún día se cambié la interpretación y que un fiscal o un juez cambié la interpretación y diga: ‘la Ley 782 no es aplicable a los paramilitares porque los paramilitares no cometen delitos políticos’. ¿En ese momento qué nos pasaría?: quedaríamos sin instrumento para seguir en el propósito de desmovilizarlos a todos, como los tenemos que desmovilizar. Porque nosotros vamos con un propósito: una Nación sin paramilitares, una Nación sin guerrilla, una Nación sin narcotráfico.

Entonces ¿por qué necesitamos ese delito de sedición en la ley?: para que este tema, de la desmovilización de los paramilitares, no quede a expensas de una interpretación jurídica que hoy puede estar en un sentido y favorecer esa desmovilización y mañana se puede cambiar. Siempre, siempre, con la condición de que no puede haber conexidad.

J.G.: Lo entiendo perfectamente señor Presidente. RCN, este noticiero, reveló la semana pasada que Usted rechazó –en privado- la sugerencia hecha por el senador Mario Uribe para que la gente vote por Usted aunque la Corte Constitucional no apruebe la reelección. Nos gustaría oírlo de su propia voz, señor Presidente.

Presidente de la República: Juan, mire una cosa. En el Parque Berrío de Medellín había un hombre que llamaban “Guineo” y cada que le decían cualquier cosa, el hombre no trabajaba por responder a todo el que le decía cualquier cosa y salía a las pedradas.

El presidente de la República tiene que estar trabajando en todas estas labores de Gobierno. Por ejemplo los que dicen que en Colombia no hay inversión social, ayer le decía al presidente Rodríguez Zapatero, solamente en tres rubros: el pago de 12 mil reinsertados, el pago a 30 mil Familias Guardabosques y el presupuesto para los desplazados en un año, esos tres rubros, nos cuestan 240 millones de dólares, para empezar por eso. Entonces, el Presidente de la República no puede salirle a todos esos temas.

Yo he cumplido rigurosamente la Constitución a lo largo de mi carrera política, que no es corta, como Concejal, como Alcalde, como Senador de la República, como Gobernador, como Director de la Aeronáutica, como funcionario de Empresas Públicas de Medellín, como Presidente de la República. Yo soy un batallador respetuoso de la Constitución y respetuoso de las instituciones. Siempre mis desacuerdos los he expresado dentro del marco de la Constitución y dentro del marco de respeto a las instituciones colombianas.

Mire, todos los días pienso en cumplir la Constitución. Cuando se trata de apoyar a los desplazados -por eso para cumplir la Constitución- hemos pasado de un presupuesto de 25 mil millones de pesos al año a un presupuesto de 200 mil millones para apoyar a los desplazados. Cuando se trata de cumplir la norma constitucional de construir la paz, por eso, nos estamos gastando 200 mil millones al año en el pago y en la rehabilitación de las personas reinsertadas.

Cuando leo el artículo 48 de la Constitución que dice: ‘Colombia necesita llegar gradualmente a una seguridad social universal’, por eso, en este Gobierno, hemos aumentado los usuarios de Bienestar Familiar en 2 millones 770 mil y los vamos a aumentar, en los próximos meses, en otro millón 200 mil.

Por eso, cuando leo la Constitución que dice que los colombianos necesitan que ‘haya un proceso gradual hacía una cobertura de salud universal’, para cumplir la Constitución, nosotros estamos trabajando en el régimen subsidiado de salud. En este Gobierno hemos pasado de 10 millones de afiliados al régimen subsidiado de salud a 15 millones. ¡Eso no tiene antecedentes! Eso no tiene antecedentes en 32 meses de Gobierno. Y vamos a crear las condiciones para que este país rápidamente pueda decir: ‘se cumplió esa meta constitucional’ y todos los sectores pobres de Colombia están afiliados al régimen subsidiado de salud.

O sea que, he cumplido siempre la Constitución, Juan. Yo mantengo ese ‘librito’ aquí en el escritorio y sobre un maletín ejecutivo que cargo conmigo. Ahí siempre ha estado ese librito. Y ha estado en mi mente y en mi alma el librito de la Constitución colombiana, el librito aquel al que refería, bellamente, el Libertador.

J.G.: Lo que me permite a mí, si Usted está de acuerdo, señor Presidente, entender lo siguiente: que nadie se llame a engaño, si la Corte Constitucional no aprueba la reelección, el presidente Uribe Vélez no será candidato presidencial por fuera de esa decisión.

Presidente de la República: Juan, siempre cumplo la Constitución, siempre cumplo la Constitución. Y cuando uno es Presidente de la República tiene que pensar mucho en las nuevas generaciones y mirarlas con el cariño y con el ejemplo que trata de dársele a los hijos. Entonces, el Presidente de la República tiene que estar a toda hora en la guarda y en el cumplimiento de la Constitución.

Inclusive, a todo eso ate, por ejemplo, el tema de las armas que tanto le inquietaba a usted, el tema de las armas de Venezuela a España.

J.G.:¿A mí?

Presidente de la República: Y a tantos colombianos, por ejemplo.

J.G.: Al ex Presidente Pastrana.

Presidente de la República: No. No me meta al ex Presidente Pastrana, déjemelo que con él hay una instancia que es la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y de pronto cuando yo sea ex Presidente le contesto. No me lo meta porque es que él y dos o tres amigos viven en ese tema de cazarme pleitos y yo como Presidente de la República tengo que escoger entre atender los pleitos que me pican o trabajar por Colombia. Entonces yo no puedo desviarme de mi objetivo.

En procura del bien público, yo tengo que ser un caballo cochero, que no puedo sino mirar hacía adelante, hacía el bien público y no me puedo poner como aquel hombre, como Guineo, el del Parque Berrío, que iba en alguna dirección y le tiraban una piedra de un lado y ahí mismo olvidaba el objetivo y se devolvía a responderle a pedradas al que le tiraba piedra en cualquier esquina. No, no me lo meta.

Ese el tema de las armas con Venezuela, ayer fui preguntado aquí por los periodistas y fui preguntado el martes en Puerto Ordaz y di la siguiente respuesta: Colombia, respetuosa de la soberanía de las naciones, tiene sobre este tema de armas tres puntos: primer punto el uso de las armas; segundo punto, la transparencia en la adquisición; y tercer punto, el terrorismo colombiano.

Primer punto, el uso de las armas. Es necesario garantizar en la comunidad internacional que se cumplan los tratados sobre armas que todos los países democráticos han suscrito, de los cuales son signatarios. ¿Para qué es el uso de las armas?: para enfrenar la violencia, para enfrenar el terrorismo para derrotar el narcotráfico, proteger a la comunidad de cada Nación.

Segundo punto, la transparencia. Hay dos opciones: o el mercado legal de armas o el mercado negro. Lo único que puede aceptarse es el mercado legal. Entre otras cosas tiene estas razones de conveniencia: cuando las armas se adquieren en el mercado legal se suministra información, se conoce sobre esas transacciones y al conocerse sobre esas transacciones eso desata debates y esos debates producen el conveniente resultado de que se imponen controles. Eso no se da cuando las armas se negocian en el mercado negro, cuando las armas se negocian subrepticiamente. Allí no aflora la información, allí no se producen debates, a partir de allí no se generan controles.

Por eso Colombia dice: la transacción de armas tiene que ser en el mercado legal, con debate y con controles que garantice el primer punto, el del uso legítimo para detener la violencia, disuadir el terrorismo, enfrenar el narcotráfico, proteger la comunidad.

Y hay un tema bien importante, el de la equidad. El gobierno de España ha dicho claramente –y ha empezado a cumplirlo- que no tiene interés en crear desbalances, que tiene todo el interés en proteger la equidad.

Y hay un punto fundamental, que lo he dicho en Venezuela, en todas partes y si lo importante no es quedarse uno por allá arrinconado y bravito, sino ir a dar la cara, meterse a todas partes, meterse al cielo de los amigos o meterse a la boca del lobo y decir lo mismo en todas partes. Hay que ser consistente. Esto que le voy a decir ahora lo dije a los presidentes Chávez, Lula y Rodríguez Zapatero en Puerto Ordaz hace dos o tres días: Colombia necesita que todos los países democráticos cumplan con el deber de controlar las armas para que a nuestros terroristas no lleguen armas ni nuevas ni viejas. Y eso está hablado claramente con los presidentes Lula, Rodríguez Zapatero y con el presidente Chávez.

Es más importante, para proteger a Colombia, que el Presidente de Colombia acuda claramente a exigir eso; a que el Presidente de Colombia se quede por ahí haciendo mimos, se quede bravucón aislando al país ¿cómo le parece? ¿O entonces celebro los 400 años de El Quijote y me monto ahora en un caballo que tengo en la casa, que se llama Crespón, cojo una espada y me voy y le dijo al presidente Putin que no le venda armas a Venezuela? Y entonces, ¿Estados Unidos que no es capaz de impedir que España le venda armas a Venezuela, yo me voy a ir a impedir eso?

Creo que lo conveniente para Colombia no es ponerme ahí de bravucón ni de niño haciendo mimos en una esquina y aislando al país, sino ir a plantear estos temas. El tema del uso de las armas, el tema de la transparencia, del debate y de los controles en la adquisición de armas y en el uso de las armas. El tema de la equidad entre los proveedores de armas y las diferentes naciones. Y el tema de que las armas no lleguen, ni por el mercado negro ni por el mercado legal ni como nuevas ni como viejas, al terrorismo.

Esa ha sido la posición no improvisada sino muy estudiada, al interior del Gobierno nuestro, lo que pasa es que sobre esos temas el Gobierno tiene que buscar resultados más que retórica.

En materia internacional hay que escoger: o la retórica o los resultados. Y ahí están los resultados a la vista. Cuando se esperaba que, por ejemplo, ese bloque de Lula, Rodríguez Zapatero, etcétera o podían apoyar propuestas contrarias a la política de Seguridad Democrática de Colombia o ser indiferentes, ahí nos están apoyando. Ese es un gran resultado y eso tiene que producir un eco en Venezuela. Y veo una evolución positiva en Venezuela frente a este problema colombiano y ahí tenemos al señor Granda en la cárcel. Usted sabe cómo manejé el tema: lo metimos a la cárcel al señor Granda, pero yo no entré en el debate retórico; después, prudentemente, nos reunimos con el Presidente Chávez y las cosas han tomado buen camino. Recuerde que a mí me provocaron mucho para que respondiera largos discursos del Presidente Chávez, no los respondí, una posición de respeto y de firmeza, hablé tres o cuatro palabritas, hablé de hermandad, hablé de respeto, hablé de firmeza y otra que ya no recuerdo.

Entonces, nosotros en todas estas materias hemos dicho: no retórica, resultados. Y los resultados exigen firmeza y uno tiene que escoger con qué acompaña la firmeza, si acompaña la firmeza con bravuconadas oratorias, con frases bravuconas o la acompaña con prudencia verbal.

María Antonia Castiblanco. Periodista: A propósito del tema de las armas, usted no ha tenido bravuconadas pero sí le ha dicho de frente a los presidentes Zapatero y Chávez la preocupación que hay en su Gobierno, precisamente, porque el beneficiario último de esta negociación entre esos dos países sean las Farc y ayer el Presidente Zapatero respondió, seguramente haciendo eco a sus palabras, advirtiendo que va a haber un tipo de controles, unas medidas especiales, ¿usted sabe específicamente cuáles son esos controles que se van a utilizar, de pronto estará Colombia en alguna comisión de vigilancia sobre el uso de esas armas?

Presidente de la República: María Antonia, usted estuvo en las dos reuniones, en la de Puerto Ordaz (a propósito María Antonia, yo no sé si felicitarla o qué decirle, porque usted allá se apuntó para una preguntica y salió haciendo cuatro, se apuntó para una preguntica y salió haciendo cuatro. La muchachita salió algo retratada, Juan) Esos controles, parte de esos controles están en los tratados internacionales de armas; uno de ellos es el marcaje, otro de ellos es que la munición que hay que utilizar, por ejemplo en el caso de los fusiles, tiene que ser munición sobre la cual los ejércitos regulares de los países democráticos tengan control. Porque si se utiliza otra munición se facilita que esa munición le llegue, así los gobiernos no lo quieran, a grupos terrositas. Y Colombia, que es un país que necesita adquirir armas para sus Fuerzas Armadas, tiene que ser conciente de ello.

Nosotros siempre hemos ofrecido someternos a esos controles y eso nos da, en reciprocidad, el derecho de exigir esos controles. Y estoy seguro que esos controles se van a imponer, empezando por cumplir los tratados internacionales sobre armas como aquel que exige el marcaje y aquel otro que exige que esas armas, las que se seleccionen las que se negocien, las que se utilicen por parte de los ejércitos regulares, sean aquellas conocidas y controladas por todos los ejércitos de las naciones democráticas, que son las que más difícilmente pueden llegar a los grupos terroristas.

J.G.: Señor Presidente, si alguien me preguntara a mi en la calle –siempre los ciudadanos le dicen a uno ‘hombre, usted que es periodista, contésteme, ayúdeme a entender’, si alguien me dijera: ¿qué piensa el Presidente Uribe de la propuesta del senador Mario Uribe y yo le contestara: ‘el Presidente dice que nadie puede esperar que él viole la Constitución Nacional, lo estoy interpretando correctamente?

Presidente de la República: Correcto Juan. Pero mire no me ponga como Guineo. Mire el tema de las armas, el tema del crecimiento económico, el tema de la infraestructura. No me ponga como Guineo porque Guineo iba avanzando por el Parque Berrío a cumplir un trabajo y de pronto le tiraban una piedra de un lado -yo no creo que se la hubiera tirado un ex Presidente en esa época-, pero Guineo se devolvía y dejaba el trabajo por devolverse a pelear con quien le tiraba la piedra. Yo no puedo hacer eso Juan.

¿Por eso sabe de qué estoy pendiente hoy?: de que empecemos la doble calzada La Victoria – Cerrito, cerca de Pereira hacía el Valle del Cauca, contratada, ya vamos a empezar la ejecución de obras hoy. Hoy vamos a empezar la ejecución de obras de la variante sur – sur de Pereira, que hace parte del complejo de la doble calzada del Eje Cafetero. Esa doble calzada es una de las concesiones viales que nosotros encontramos en pleito y hemos venido resolviendo esos pleitos, afortunadamente, para el país.

Entre hoy y mañana empezamos la reactivación de la doble calzada del Eje Cafetero, en su tarea de ejecución, en 14 frentes de obras. Hoy está empezando la ejecución de la obra de la doble calzada Bogotá – Girardot, que eso es de gran importancia.

Hace dos días el Ministro de Transporte (Andrés Uriel Gallego) llevó al Embajador del Japón (Wataru Hayashi) al túnel de La Línea a ver la obra en ejecución y él se animó mucho, porque para el Japón es más fácil financiarnos una obra que ya la ven posible, que ven que el Gobierno colombiano la está ejecutando a financiarnos una obra que estaba llena de sombras y de dudas de que no se podía hacer.

Ya estamos dando todos los pasos para poder abrir la licitación de la doble calzada del Alto del Vino – La Vega – Villeta – Guaduas – Honda – Dorada.

Y han empezado las pavimentaciones de los grandes corredores viales del país que estaban muy descuidados y que nosotros no habíamos podido empezar a atender. Eso está en plena ejecución y el doctor Mauricio Ramírez, director de Invías, hasta anteanoche, había recibido más de 500 propuestas sobre el Plan 2.500 kilómetros de carreteras, que es un Plan realmente de 3.246 kilómetros; porque a los 2.500 de carreteras -que es el Plan-, realmente de 3.246 porque a los 2.500 de nuevos pavimentos se van a sumar 746 de repavimentaciones.

Entonces yo tengo que estar es pendiente de eso, Juan, a toda hora y tengo que mantener en la mente aquel caso de Guineo en el Parque Berrío de Medellín, entonces me tengo que poner lo que le ponen a los caballos cocheros, el tapa ojos, mirar solamente hacía adelante y no responder a esas pedraditas.

Carlos Villalba Bustillo. Comentarista: Señor Presidente, ¿cree que el Congreso puede tramitar a tiempo el proyecto de ley, ese que da garantías. El estatuto de las garantías electorales?

Presidente de la República: Le imploro al Congreso que lo tramite a tiempo.

El país puede tener la certeza y se lo digo al Congreso y a todas las fuerzas políticas que, el Gobierno no va a pretender imponer ventajas. Queremos garantías, amplias garantías, que todo el mundo se sienta tranquilo. A favor de la democracia hay que tener plena generosidad, esa es la tónica del Gobierno. Cualquier cosa de la que el Gobierno discrepe, será una discrepancia razonada y expresada públicamente ante la ciudadanía colombiana. Pero eso de las garantías es muy importante, para profundizar esta democracia y es consistente con lo que ha hecho este Gobierno.

Recuerden las garantías que tuvieron la oposición y la abstención para oponerse al referendo propuesto por el Gobierno. Recuerden las garantías efectivas que han tenido los miembros de la oposición en el Congreso, los alcaldes y gobernadores elegidos con origen en partidos de oposición, en partidos de antiguas guerrillas, en partidos alternativos. En este Gobierno han tenido garantías efectivas. Entonces, todo eso, nos da un antecedente de credibilidad para decir: queremos una ley garantista, no vamos a poner objeciones, solamente nos opondremos a aquellos temas que resulten inconvenientes para el país y lo haremos públicamente y transparentemente.

H. de la C.: Señor Presidente, el miércoles se conocieron las cifras de cultivos ilícitos, provenientes de distintas agencias del Gobierno norteamericano, inclusive la CIA. Y lo que aparece allí es que la disminución del área cultivada realmente es muy pequeña, ¿significa esto, señor Presidente, que las fumigaciones han fracasado, el Gobierno va a seguir fumigando o se prevé un cambio de política en esta materia?

Presidente de la República: Doctor Humberto, el año pasado nos pasó lo mismo. Tuvimos dos informaciones de los Estados Unidos: una, de estas agencias y después otra, de una entidad oficial allá –también que no recuerdo- y hubo una discrepancia tremenda entre ellos.

Lo de estas agencias son muestras tomadas hasta julio del año pasado y en mes y medio viene lo de las otras agencias. Estas agencias dicen que todavía quedan 103 mil hectáreas de droga en Colombia. Las otras me han anticipado, dicen que quedan 70, 71. Es una diferencia tremenda. Nosotros nos mantenemos muy desorientados por esa diferencia.

¿Cuál es nuestra voluntad?: nuestra voluntad es seguir en el decomiso de droga, seguir en la fumigación. Nuestra voluntad es cumplir este año una gran meta de erradicación manual de droga y nuestra voluntad es, eliminar la droga en los Parques Nacionales, porque Colombia tiene 578 mil kilómetros de selva, cifra bien importante –de pronto no lo saben algunos jóvenes-, 578 mil kilómetros de selva. Es uno de los países más ricos en biodiversidad, ha definido una gran cantidad de zonas como Parques Nacionales, creo que son 114, los hemos cuidado bien, salvo por la droga, entonces uno de los propósitos es erradicar esa droga de los Parque Nacionales.

H. de la C.: Pero Presidente, ¿lo que sí parece un hecho es que no sube el precio de la cocaína en el mercado minorista, qué pasa con la producción?

Presidente de la República: …y han aumentado muchísimo los decomisos en Colombia. El año pasado crecimos en más de un 50 por ciento los decomisos, se habla mucho de que la cocaína está siendo bastante sustituida por la droga sintética. Es uno de los informes que yo he obtenido de las agencias científicas sobre el tema.

J.G.: El Dane acaba de informar que el año pasado la economía colombiana creció cuatro por ciento –décima más, décima menos-. ¿Esta cifra lo satisface a Usted, es mayor o menos que sus expectativas?

Presidente de la República: Nosotros hemos tenido dos expectativas, las del Plan de Desarrollo y unas expectativas políticas. Esta cifra es bastante superior a la que teníamos en el Plan de Desarrollo.

Cuando empezó el Gobierno, que se inscribió el Plan de Desarrollo, no veíamos posible estos crecimientos en Colombia en el cuatrienio de este Gobierno. Pero yo me he propuesto, políticamente, que lleguemos al 5 por ciento para poder tener recursos para resolver este problema fiscal, este problema de endeudamiento, para aumentar la inversión social y para reducir ese desempleo. Es que el desempleo llegó a estar en el 20 por ciento. Ahora ha estado entre el 11, 12, 14, depende el mes. Necesitamos bajarlo rápidamente a menos del 10.

Le voy a decir que le veo de bueno y que le veo malo a esa cifra. Lo bueno, que es un crecimiento sustentado en muchos sectores de la economía. Crecimiento en edificaciones, crecimiento en exportaciones, crecimiento en comercio, crecimiento en industria, hay un crecimiento de la inversión extranjera directa –eso se había acabado en Colombia, ya el año pasado tuvimos casi 2.500 millones de dólares de inversión extranjera en Colombia-, eso va ayudar muchísimo.

¿Que le veo malo a ese crecimiento?: le veo malo que tuvimos un decrecimiento en obras públicas, del 7 por ciento. Si no hubiéramos tenido ese decrecimiento en obras públicas, el crecimiento sería muy superior al 4.12 por ciento. ¿Por qué habló del 4.12?, porque es que hay dos cifras: el crecimiento de la economía lícita del 4.12 y cuando lo consolidan con droga, del 3.96.

A mi me parece injusto que algunos analistas económicos, algunos informadores económicos en Colombia, sigan consolidando el crecimiento con la droga. Es como consolidarlo con los atracos a los bancos, sería como pensar en que se cuantifique cuánto valen los atracos a los bancos e incluir eso como parte del producto. Este país no puede pensar en la economía de la droga, este país lo único que tiene que pensar es en la economía lícita.

Y hemos tenido algunos años, antes del Plan Colombia, donde, al consolidar el crecimiento con la droga, aparecía un crecimiento más alto. Y en estos años, donde hemos venido reduciendo la droga, así no sea en las cantidades que aspiramos, años tras año, entonces la reducción de la droga afecta el crecimiento general de la economía; lo cual es injusto, lo que nos importa aquí es la economía lícita. Pero nosotros no podemos estar contentos con ese crecimiento, no obstante que ha superado las expectativas que teníamos en el tema macroeconómico.

Sin embargo, cuando lo comparo con otros países de América Latina, se nos dice: ‘es que en América Latina los países crecieron mucho más’. Sí, pero mirémoslo en serie. Por ejemplo, Brasil en el 2003 no creció sino el medio por ciento, el año pasado creció el 5.1. El promedio geométrico es de entre el 5.1 y el medio por ciento. En cambio nosotros llevamos dos años del 4 por ciento.

Chile, creció ahora el 5.9 por ciento, pero el año pasado a penas había crecido el 3.3 por ciento. México creció ahora el 4.4 por ciento, pero el año anterior había crecido a penas el 1.3 por ciento. Argentina ha tenido dos años del crecimiento pero tuvo varios años de decrecimiento del 10 por ciento. Ecuador ha crecido 2.6 por ciento y 6.6. Perú 4.1 por ciento, 5.1; Perú si tiene promedio más alto.

Venezuela, ustedes saben lo que pasó, inclusive muchos años de decrecimiento. En el 2002, Venezuela tuvo un decrecimiento del 8.9 por ciento, del 7.6. El año pasado se recuperó con el 17 por ciento. Y Colombia, después de esa crisis tan profunda del año 99, ha empezado a recuperar el crecimiento. Ya llevamos dos años consecutivos de crecimientos del 4 por ciento.

Lo otro bueno, es que en este país, que se había perdido la dinámica de inversión privada, el año pasado la inversión privada en Colombia creció en un 30 por ciento.

Lo malo, no hemos podido tener un suficiente ritmo de inversión pública porque todo está coincidido con la necesidad del Gobierno de corregir el déficit fiscal, que en este Gobierno lo hemos reducido bastante. Lo encontramos en el 4.2 por ciento (del PIB), acaba de marcar el 1.2 por ciento. Exageradamente, peligrosamente bueno. Este año puede ser del 2.5 por ciento porque le tenemos que pagar cuatro billones de pesos al Seguro Social para que pague pensiones.

En el Seguro Social las pensiones cuestan 6 billones de pesos, recauda 2 billones, el Gobierno le tiene que pagar 4. Ese es un esfuerzo muy grande. Y gracias a la reforma administrativa, que será el mejor legado que nosotros le vamos a dejar a este país en lo fiscal, las empresas del Estado este año van a dar un superávit del 2.9 por ciento, lo que nos ayuda a contrarrestar en algo el alto déficit de la Nación.

¿Usted se imagina que hubiera sido con ese déficit de Telecom, de Emcali de tantas empresas del Estado, si no las hubiéramos reformado?

F.T.: Sin embargo con ese 5 por ciento de crecimiento, que Usted alude como meta inmediata, ¿se alcanza para quebrarle el espinazo a ese desempleo del 14 por ciento o para fortalecer el trabajo social del Gobierno, que algunos críticos dicen que es flojo en algunas áreas?

Presidente de la República: Lo que pasa es que no es fácil ponerse en una meta sostenida de crecimiento. Una de las razones para ir a China, es que la China de Mao Tse Tung.

En China los inversionistas han dicho que les da mucho miedo venir a Colombia y que no quieren venir a Colombia por razones de seguridad. Vamos ahora, en compañía de más de 150 empresarios, a decir las condiciones que ha venido cerrando Colombia para que haya inversión y a invitar a los Chinos a que definitivamente inviertan en Colombia.

Y esa recuperación de tendencias de inversión en Colombia nos tiene que ayudar, a ver cómo nos vamos poniendo en crecimientos del 5 por ciento y ojalá superiores, pero en una senda a largo plazo.

H. de la C.: Hay gente que tiene la sensación de que el TLC arrancó con mucha fuerza en la opinión nacional, la gente creía que era un buen marco de oportunidades, yo llegaría a decir que hubo casi unanimidad y luego han comenzado a aparecer motivos de oposición (propiedad intelectual, medicamentos, bienes usados, ahora hasta los indígenas). ¿Usted cree que se está deteriorando el marco de apoyo a la posibilidad de la negociación del TLC, Usted cree que el Gobierno tiene que ser tal vez más pedagógico en mostrar las bondades de esta negociación?

Presidente de la República: No hay duda, el Gobierno todos los días tiene que buscar cómo mejora su pedagogía, pero yo no veo que se esté deteriorando el marco.

Inclusive, cuando llegué a la Presidencia me encontré que aquí no había idea de que teníamos que hacer el tratado con MERCOSUR, cuando lo propuse hubo mucha resistencia y cuando propuse el TLC, algunos de sus iniciales opositores dijeron: ‘¿cómo van hacer un TLC con los Estados Unidos sin negociar con América del Sur?’, pues ya negociamos con América del Sur, ya tenemos satisfecho ese requerimiento político. Hoy hay un acuerdo entre Mercosur y la Comunidad Andina. Eso es un gran paso, hace dos años eso se veía imposible, hoy lo tenemos hecho.

La discusión del TLC es normal, los colombianos tienen que saber que hay una preocupación que nos incumbe a todos: el sistema unilateral de preferencias que tenemos de los Estados Unidos –que se llama Aptdea- vence el 31 de diciembre del año entrante y algunos decían: ‘que lo renueven’, es muy difícil que lo renueven. Los Estados Unidos dicen: ¿por qué, si con Centroamérica hay tratados de comercio, a Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia les tenemos que renovar un sistema unilateral y no hacen tratados de comercio? Es bastante difícil la renovación de estos sistemas de privilegios unilaterales.

Logramos ahora conseguir una extensión muy condicionada de 10 años del Sistema (General de Preferencias) con Europa, pero en estos 10 años Colombia y la Comunidad Andina tendrán que negociar con Europa. No hay más caminos. Entonces, nosotros queremos hacer esta negociación por razones prácticas de conveniencia nacional, despojados de cualquier sesgo ideológico.

El tema de la propiedad intelectual. Como Presidente no puedo ser el que defina los temas que corresponde definir a los negociadores, pero le voy a dar una señal de tranquilidad: Colombia, en septiembre, octubre de 2002, cuando empezaba este Gobierno, expidió unos decretos de propiedad intelectual que nos permitieron la aprobación del Aptdea.

Yo creo que el tema de propiedad intelectual debe dar tranquilidad en Colombia, puesto que tenemos las bases que son esos decretos, tenemos los techos que son esos decretos. Sería imprudente si profundizara más porque interfiero la negociación, el Presidente de la República no puede interferir la negociación. Esos decretos están relacionados con el tema de medicamentos.

El tema de bienes usados. El Ministro de Comercio, el jefe del Equipo Negociador, el doctor Hernando José, han expresado claramente en qué no se permitirán bienes usados y Colombia lo ha dicho claramente en la mesa de negociación, sobre eso también puede haber tranquilidad.

El tema de los indígenas. Me reuní con ellos en Popayán el año pasado, varias veces, cuando fueron a hacer la marcha. La marcha la querían hacer, porque todo se les satisfizo, no hubo manera de que descartaran la marcha.

Es la primera vez que hay preocupación en un tratado para que la propiedad intelectual, que se derive de los recursos ecológicos –por ejemplo de la selva amazónica- no sea apropiada por terceros. Eso es bien importante.

En el tema agrícola, ya tenemos definidos los productos sensibles y estamos luchando para que haya, después de concluido el período de desgravación, una cláusula permanente para que Colombia pueda defenderse en coyunturas difíciles –por ejemplo, cuando los subsidios a los productores de los países industrializados produzcan una depresión de cotizaciones internacionales de algunos productos agrícolas, que para nosotros son sensibles-.

Uno no negocia consigo mismo, uno negocia con otros. Negociar con uno mismo es muy fácil, lo difícil es ponerse en la mesa frente al otro, pero esta negociación tiene que ser equitativa. Es la única manera de que tenga presentación política aquí y en los Estados Unidos. No vamos a creer que esta es una manzanita que está en todas con nosotros, en los Estados Unidos hay mucha oposición a estos tratados. Entonces, nosotros también tenemos que ser cuidadosos en esa materia.

Pero mire, hay una parte buena de la economía. Ustedes saben la preocupación del Gobierno por la revaluación que nos está afectando algunos sectores exportadores, sin embargo, hemos procurado que esta revaluación se aproveche para reestructurar la deuda pública. Hasta el momento hemos logrado cambiar deuda en dólares por deuda en peso, en 3 mil millones de dólares.

El día que hable ante la Asamblea del Banco Interamericano, la semana entrante en Japón, daré la siguiente noticia: le hemos prepagado al Banco Interamericano –hoy estamos terminando la operación- 1.250 millones de dólares de un crédito caro, por eso lo prepagamos, porque es un crédito de la ventanilla de emergencia, sumamente caro. Y eso nos permite, al prepagarlo, tener muy buena reputación en los bancos, en los mercados internacionales y entrar a conseguir unos créditos a 20 ó 30 años.

J.G.: Usted no se imagina, señor Presidente, lo grato que ha sido conversar con usted a lo largo de esta hora completa, la entrevista con RCN nos ha permitido ponernos al día en un montón de temas en un país como este, tan vivo, tan palpitante, un país tan vertiginoso. Muchas gracias señor Presidente y entendí muy bien lo de Guineo en el parque Berrío cuando le gritaban y votaba piedra para todo el mundo.

Presidente de la República: Juan, un comentario final.

En la zona cafetera hay ese platanito pequeño que se llama el Guineo, ustedes tienen allá, en San Bernardo, el hartón, ese crecimiento de la economía –a pesar de que es menor al que aspiramos- nos ha permitido, por ejemplo, ver unas tendencias en reducción de pobreza.

Ayer dieron otras cifras. Cuando este Gobierno empezó la pobreza en Colombia estaba en el 58, 57.8 por ciento, ahora marcó 53.3 por ciento. Se le ha reducido la pobreza a Colombia en un millón 134 mil, y la indigencia en un millón 269 mil. Es muy poquito frente a lo que necesitamos, pero ahí se van marcando las tendencias en medio de dificultades.

Ha sido muy grato conversar con ustedes, un saludo muy respetuoso a usted, a su equipo y a todos los compatriotas.

J.G.: Me gustaría concluir este diálogo con usted señor Presidente de la República pidiéndoles a todos los colombianos que recemos por el Papa, como el Presidente de la República lo anunció a nombre del país, a comienzos de esta entrevista.

Presidente de la República: Otra cosita, que nos inspiremos en esa firmeza del Papa que es de hierro. El Papa en su firmeza no se ha dejado distraer de las pedradas que le tiran por ahí desde los lados.

Gracias Juan.

J.G.: Le comprendo perfectamente señor Presidente.

Imprimir
MAPA DEL SITIO
| Quejas y Reclamos | Web Master |
Linea de Quejas y Reclamos 018000-913666

COPYRIGHT © 2006 PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA