ENTREVISTA AL
PRESIDENTE ÁLVARO
URIBE VÉLEZ EN RCN RADIO
Bogotà, 1 abr. (SNE).- La siguiente es la entrevista
que concedió este viernes el presidente Álvaro
Uribe Vélez a RCN Radio.
Juan Gossaín. Periodista: Señor Presidente
tenga usted muy buenos días.
Álvaro Uribe Vélez. Presidente de la República:
Juan, muy buenos días, un saludo muy respetuoso
a usted, a sus compañeros en la mesa de trabajo
de RCN y a todos los compatriotas que a esta hora escuchan
a RCN.
Por su puesto, antes de empezar con cualquier tema,
nuestros votos por la salud del Santo Padre.
J.G.: Señor Presidente, Usted es la primera autoridad,
el representante de un país inmensamente católico,
mayoritariamente católico. En este momento ¿cuáles
son sus sentimientos en relación con la situación
que está viviendo Su Santidad, el Papa Juan Pablo
II?
Presidente de la República: Un sentimiento de
tranquila tristeza, porque el Papa en todas las horas
da ejemplo. Esta mañana, creo que a las 5:30 de
la mañana de aquí, el vocero de El Vaticano
contaba cómo el Papa, en medio de una situación
tan difícil, asistió a misa, pidió que
le leyeran algunas de las Estaciones de la Santa Cruz,
prefirió quedarse en El Vaticano. Y algunos intérpretes
señalaban, justamente, ese ejemplo de serenidad,
de consistencia, de querer estar en esta etapa de su
vida en consistencia con lo que ha sido su existencia
y su papado. Es de una fortaleza espiritual ejemplar.
J.G.: Señor Presidente Uribe, admirable el Papa ¿no
es cierto? Un hombre que nunca renunció a su misión
ni siquiera por los quebrantos de la salud. Un hombre
al frente del trabajo que le correspondió ejercer.
Presidente de la República:
Un roble. De acero el Papa.
J.G.: ¿Usted estuvo con él hace un par
de años, en El Vaticano?
Presidente de la República: Hace un año
Juan, hace un año tuve la oportunidad. La única
vez que he me he reunido con un Papa, yo tampoco conocía,
por su puesto, a Su Santidad y fue una experiencia muy
conmovedora, de mucha luz.
J.G.: A través suyo, que es el Presidente de
la Nación, todos expresamos al pueblo colombiano
y a la cristiandad en el mundo entero nuestro afecto
y nuestro aprecio.
Señor Presidente Uribe, el martes pasado se produjo
su reunión con los presidentes de España,
Brasil y Venezuela en territorio venezolano. En su opinión ¿qué fue
lo más provechoso para los intereses de Colombia
de esa reunión?
Presidente de la República: Un apoyo muy contundente
a Colombia, a sus políticas, a la lucha contra
el terrorismo de los Presidentes.
El Presidente (José Luis) Rodríguez Zapatero,
con toda la firmeza dando el apoyo a Colombia; el Presidente
Lula; el Presidente Chávez se siente muy afín
con ellos. Y diría que en la situación
con Venezuela hemos venido con un proceso evolutivo,
bastante favorable. Está preso Granda aquí.
Está preso este señor, -que me quisiera
referir al nombre de él, pero no lo tengo y no
me gusta referirme a ellos por el apodo-, a quien le
dicen El Chigüiro, en trámite una solicitud
de extradición.
Y algo bien importante: la política de Colombia
de construir unidad, tiene que ser la de construir unidad
a favor de todos, unidad contra nadie, sino a favor de
todos. El tono frente a los Estados Unidos allí fue
muy positivo, eso también es de destacar.
J.G.: Fíjese Usted, señor presidente Uribe
Vélez, que el ex presidente Andrés Pastrana
ha dicho textualmente –en la prensa europea- que
Usted sólo fue “el convidado de piedra a
una sesión de venta de armas a Venezuela” y
agregó que es insólito que Usted, con su
presencia, haya avalado ese negocio.
Presidente de la República: No, no tengo respuesta
Juan, al señor ex Presidente.
J.G.: ¿Ni siquiera, Presidente Uribe, cuando él
agrega que Usted puso en peligro la soberanía
nacional yendo a esa reunión de venta de armas
a Venezuela?
Presidente de la República: No tengo respuesta
al señor ex Presidente, Juan. Algún día
escribiremos qué le pasó a la soberanía
nacional en Colombia, cómo se le entregó a
los guerrilleros y a los paramilitares.
J.G.: Y cuando él dice que España no ha
medido con el mismo rasero a Venezuela y que a Colombia,
en términos de la donación y venta de armas
españolas.
Presidente de la República: No, no tengo ninguna
respuesta al señor ex Presidente, Juan.
Sobre todos los temas que atañen a las relaciones
de Colombia con España, a las relaciones de Colombia
con Venezuela, al tema de las armas, a la Corte Penal
Internacional (CPI), el Gobierno tiene estudiados todos
esos casos y a todos ellos me puedo referir Juan, pero
al señor ex Presidente no tengo respuesta. Tal
vez cuando sea ex Presidente, de pronto le contestamos
en ese momento.
J.G.: ¿Pero no cree Usted, perdóneme la
insistencia, que habiendo sido unas declaraciones que él
concedió a la prensa española, es decir
internacional, europea, eso amerita una respuesta del
Presidente de Colombia?
Presidente de la República: No Juan. No Juan,
porque Colombia tiene una instancia para los ex Presidentes
en estos temas internacionales que se llama la Comisión
Asesora de Relaciones Exteriores, que justamente ahora
se va a reunir a las diez de la mañana.
J.G.: Permítame entonces, Presidente Uribe cerrar
esa página porque como Usted lo ha dicho, no tiene
ninguna respuesta que darle al ex Presidente Pastrana.
En ese punto del orden
público, las Farc le pidieron
al gobierno de Brasil que sirva de mediador para un acercamiento
entre ese grupo guerrillero y el Gobierno que Usted preside. ¿Usted
vería con buenos ojos una gestión como
esa, ha recibido alguna señal del Gobierno brasileño?
Presidente de la República: El Presidente Lula
en reiteradas ocasiones me lo ha dicho –y ahora
públicamente lo expresó-, que Brasil estaría
dispuesto a contribuir en la medida en que el gobierno
de Colombia aceptara y viera de buen agrado esa contribución.
Nosotros por su puesto, le dijimos a él que, hemos
autorizado la facilitación de Naciones Unidas,
la facilitación de la iglesia Católica,
la facilitación de Suiza, la facilitación
de Francia, la facilitación de España,
de muchas personalidades colombianas y que nos parece
muy bien la facilitación de Brasil.
Y lo más importante, que destacaría de
esa reunión de Venezuela, es que los Presidentes
Lula, Rodríguez Zapatero y el presidente Chávez
le hizo eco a eso y estuve de acuerdo con ellos, aceptaron
las condiciones que el gobierno de Colombia ha venido
proponiendo para el acuerdo humanitario, por ejemplo
con la Farc.
Yo les dije a ellos –en una intervención
que después de haberla hecho me di cuanta que
la estaba transmitiendo la televisión venezolana-,
dije: ‘mire, las condiciones son estas’,
les conté todo ese proceso y les dije: ‘si
ustedes encuentran que estas condiciones no son razonables
déjenmelo saber y las discutimos, porque no son
condiciones impuestas con arrogancia, sino condiciones
elaboradas pensando en el bienestar colombiano, y el
Presidente Lula lo entendió.
Y algo que me parece bien importante:
Colombia, que en este contexto político podría ser víctima
de un aislamiento –como lo sugieren muchos analistas
en el país- ha estado integrada, muy bien, con
todas las tendencias en América del Sur, por un
lado con los Estados Unidos, qué importante es
la integración con el Brasil porque hasta hace
unos años no había relaciones con el Brasil,
más que unas relaciones de protocolo y de formalismos,
pero en la parte material no había relaciones
con el Brasil.
Entonces contar ahora y saber
que ese apoyo que nos ha dado Estados Unidos es tan
importante, que todos los
días es creciente el apoyo de la Unión
Europea. Que España, independientemente de que
sea el gobierno de Aznar o el gobierno de Rodríguez
Zapatero, nos da apoyo. Que el gobierno del Presidente
Lula, que lo suponían de un origen político
tan distinto al origen político del gobierno de
Colombia, tiene tanta compatibilidad con nosotros, tanta
sincronización, tanta armonía y nos ha
apoyado tan abiertamente. –Yo creo que eso es muy
bueno para Colombia-. Y nos apoya mucho en la política
de lucha contra el terrorismo, en la política
de Seguridad Democrática y en lo que he dicho:
el fin único y último de la política
de Seguridad Democrática es, por su puesto, la
paz.
Francisco Tulande. Periodista:
En ese orden de ideas, en el caso con
el Eln, se habla de la inminencia de una
reunión en México pero sabemos que en el
pasado, cuando está a un cachito o a un pelito
un acuerdo con el Eln las circunstancias cambian, ellos
se echan para atrás, en fin, surgen dificultades. ¿Esta
vez que actitud percibe de parte de ese grupo insurgente?
Presidente de la República: Yo voy a tratar de
dar la más prudente respuesta, para que se abran
definitivamente posibilidades de paz con el Eln.
Desde el principio de este Gobierno
hemos hecho todos los esfuerzos para una negociación de paz con
el Eln. Se han hecho a través de Cuba, ahora a
través de México. Cuba en su momento prestó un
gran servicio, con toda la buena fe. Estamos inmensamente
agradecidos de la tarea que de manera discreta y eficaz
ha cumplido México.
Los Presidentes, con quienes
no reunimos en Puerto Ordaz hace dos días, reiteraron toda su voluntad de
ayudar en esto. Y ayer me decía un colega de ustedes,
que de fuentes del Eln había sabido que había
el interés de reunirse próximamente con
el gobierno de Colombia en México; yo le contesté esto: ‘el
Gobierno acepta esa propuesta del Eln, simplemente hay
por ahí una condicioncita a favor del Pueblo colombiano,
que aspiraríamos la comprensión del Eln’.
Tenemos toda la voluntad, fui
muy explícito,
abundé en detalles en la reunión con Venezuela,
Brasil y España hace dos días, porque tenía
que contarles a estos Presidentes, con detalle, el tema
para buscar su ayuda y quiero ser ahora, me perdonarán
ustedes, prudente; para que no sea el Gobierno Nacional
por conducto del Presidente de la República el
que cierre puertas para un eventual entendimiento con
el ELN, que todos lo deseamos porque yo tengo, la misma
voluntad para la política de Seguridad Democrática,
que para la política de paz.
Esto es, la Seguridad Democrática
tiene que ser una causa eficiente que nos conduzca
a la paz.
J.G.: En este
momento falta una semana para que se cumpla el plazo
que dio
a las
Fuerzas
Militares para que entren
a la zona de la denominada Comunidad de Paz de San José de
Apartadó. ¿Se mantiene su plazo, hay alguna
modificación, cómo sería el ingreso
de las tropas?
Presidente de la República: Eso ha sido una decisión
desde el principio del Gobierno, se volvió espectacular
ahora por las circunstancias.
Yo llegué –creo que en septiembre de 2002-
a Apartadó y encontré al Ejército
muy preocupado, a la Policía y a la Fiscalía
porque no se podía entrar a esa Comunidad de Paz.
Y dije: no, no, en este Gobierno las decisiones son distintas,
la Fuerza Pública tiene que estar en todo el territorio,
no la podemos excluir de un milímetro. Se tiene
que comportar bien, hacerse querer, construir confianza
de parte de la ciudadanía, pero estar en todas
partes.
Un país que necesita recuperar el control institucional,
que no puede dejar a los ciudadanos abandonados a la
suerte del narcotráfico, de la guerrilla, de los
paramilitares, ese país necesita que su Fuerza
Pública haga una tarea de presencia en todo el
territorio, cumpla esa labor. Eso lo repetí hace
un año y cuando encontré otro problema
se habló en un consejo de seguridad en Urabá,
que la Fiscalía no podía ir a San José de
Apartadó, a la Comunidad de Paz, porque salían
los líderes inmediatamente y decían: ‘aquí no
dejamos que alguien les de declaraciones, aquí nadie
les puede dar declaraciones’.
Entonces he dicho: nosotros no
podemos permitir que se excluyan sitios del territorio
nacional, de la presencia
de la Fuerza Pública y de la justicia. Y tampoco
podemos permitir que haya personas en territorio colombiano
que violen la ley al obstruir la justicia. La obstrucción
de justicia en Colombia está prohibida por la
ley y también está tipificada como delito.
Le hemos pedido al Ejército que tiene que proteger
esa comunidad y por supuesto, situarse y estar haciendo
presencia en los puntos necesarios para la protección
de esa comunidad.
Le hemos pedido a la Fiscalía, respetando su
independencia, que allí como en todo el territorio
nacional, tiene que cumplir con su tarea de administrar
justicia.
Y le hemos pedido a la Policía que haga presencia
allí. La ha estado haciendo –ayer me lo
dijo el general Castro Castro (Jorge Daniel, Director
de la Policía Nacional)- y van a instalar una
presencia permanente de la Policía. Inclusive
les dije que mientras se puede construir un cuartel en
debida forma, instálense en unas carpas. Entonces,
han estado yendo esta semana allá y se van a instalar
en unas carpas, como tiene que proceder la Policía
en toda Colombia: con respeto a la ciudadanía,
en una actitud de construcción de confianza y
con presencia en todo el territorio.
J.G.: ¿Pero en cuanto al Ejército, también
ingresarán las tropas?
Presidente de la República: Sí claro y
el Ejército ha estado por allí y tiene
que estar en los sitios donde pueda prestarle protección
efectiva a esa Comunidad.
J.G.: A propósito de esos temas, ¿qué responde
Usted a quienes afirman que está desacatando aquel
fallo de la Corte Constitucional, que le prohíbe
hacer declaraciones públicas que pongan en peligro
a personas como los líderes de la Comunidad de
Apartadó?
Presidente de la República: No, Juan, las declaraciones
que he dado son las mismas que acabo de decir y las repetí en
Apartadó, tal vez el Domingo de Ramos y dije otra
cosa después de una conversación, allá,
muy seria con la Fiscalía, con el Ejército
y la Policía, que hay pruebas muy serias –eso
lo está investigando la Fuerza Pública,
la Fiscalía y lo dicen muchos sectores ciudadanos-
de que algunas personas involucradas en esa Comunidad,
han sido cómplices de las Farc. ¡Y eso es
muy grave!
Esas comunidades, nosotros las
respetamos, tienen todos los derechos de instalarse
en Colombia, pero en Colombia
nadie está autorizado por la ley para ser cómplice
del terrorismo en cualquiera de sus expresiones. Además,
hace poco leí en un periódico de Medellín
unas declaraciones del Obispo donde él decía
que se había apartado de la Comunidad porque no
resistía las manipulaciones de esa Comunidad de
Paz. O sea que lo importante es esto: que los miembros
de esa Comunidad de Paz estén tranquilos, que
sus líderes sepan nuevamente que en Colombia tienen
todas las posibilidades, esta es una democracia abierta.
La mayor gracia, la mayor virtud
de esta política
de seguridad es que es una política que profundiza
la democracia y eso lo rescatará la historia.
Aquí a nadie se atropella. Aquí no se
coartan las libertades públicas. Aquí no
se censura la prensa. Aquí no se maltrata a los
ciudadanos por lo que piensan, por su actitud frente
al Gobierno –por ejemplo-, frente a las Instituciones.
Aquí hay dos enemigos: un enemigo es el terrorismo
y otro es la corrupción. Que esa Comunidad se
sienta en todos sus derechos, que ejerza plenamente sus
derechos.
Eso sí, no podemos permitir ese rechazo de la
presencia de la Fuerza Pública ni que se obstruya
la justicia y tampoco está bien que haya algunos
miembros de esas Comunidades que le hagan el juego a
grupos terroristas.
Humberto de la Calle. Ex Ministro: ¿Cómo
interpreta Usted la carta reciente del fiscal de la Corte
Penal Internacional, Luis Moreno? ¿Usted cree
que ese es un simple acto de trámite o que contiene
una serie de advertencias? Y sobretodo, ¿teme
el Gobierno que si esa ley se aprueba, la Corte considere
que no llena los estándares internacionales?
Presidente de la República: ¿Cómo
interpreto esta declaración del Fiscal de la Corte
Penal Internacional?: Está cumpliendo con su deber,
el Gobierno la recibe bien. Le hago tres anotaciones:
primero, la entendemos como una notificación a
los grupos violentos en el sentido de que, detrás
de ellos no solamente está la justicia colombiana,
sino la justicia internacional.
Segundo, es un apremio a los grupos violentos para que
definitivamente abandonen la violencia.
Tercero, en cuanto al Gobierno,
el Gobierno la recibe como una ayuda y el Gobierno
está tranquilo ¿por
qué? porque la política nuestra de Seguridad
Democrática busca ser efectiva y transparente.
Nosotros tenemos tanto interés en la eficacia,
como en la observancia de los Derechos Humanos. Nuestro
interés desde que empezó el Gobierno y
empezamos a aplicar esta política, es de ser eficaces
y de respetar absolutamente los derechos humanos.
Cuando nada hay que ocultar, nada hay que temer.
En cuanto a la ley que se tramita.
Creo que todo el mundo va a entender cuál es el propósito
del Gobierno, del Parlamento y esperamos que eso se traduzca
en el texto final. Tiene que ser una ley creíble,
una ley equilibrada y una ley universal.
Creíble. Es más fácil obtener la
credibilidad cuando la ley se produce después
de que llevamos 12 mil reinsertados en este Gobierno –entre
ellos 6 mil de los paramilitares y 6 mil de guerrilla-,
que la credibilidad que hubiera ganado la ley si se hubiera
aprobado antes de conocerse este resultado de desmovilización.
Este resultado de desmovilizaciones anterior a la ley,
le da credibilidad a la ley.
Segundo, tiene que ser equilibrada.
Un buen balance entre paz y justicia, es un proceso
de paz, ella se refiere
es a procesos de paz. Entonces ese es un balance –como
lo ha dicho Kofi Annan- tiene que ser equilibrado y le
agregaría: ‘ese balance entre paz y justicia
no nos puede llevar, en nombre de la paz, a la impunidad
y no nos puede llevar, en nombre de la justicia, al sometimiento.
No puede ser un marco jurídico de impunidad porque
violaría la justicia. No puede ser un marco jurídico
de sometimiento porque negaría la razón
de ser de los procesos de paz. Marca una diferencia con
anteriores procesos de paz.
En anteriores procesos de paz
la gran preocupación
siempre fue la paz y la conciliación, nunca la
justicia, nunca la reparación. Por primera vez,
en procesos de paz en Colombia, hay ese equilibrio entre
paz por un lado y por otro lado justicia y reparación.
Y la ley tiene que ser universal, tiene que ser aplicable
a paramilitares y a guerrilleros. Nosotros no podemos
seguir discriminando entre esos grupos, finalmente sus
delitos son idénticos, ambos violan el ordenamiento
jurídico, interfieren la tranquila marcha de la
democracia y uno no puede distinguir entre el sufrimiento
de las víctimas de un grupo o el sufrimiento de
las víctimas o los familiares de las víctimas
de otro grupo. El sufrimiento es idéntico.
Entonces, en la medida que esa
ley cumpla con esos parámetros,
pienso que el mundo entero la va a comprender.
J.G.: Señor Presidente ¿qué pasaría
si la Corte Internacional examina la ley de Justicia
y paz que salga del Congreso de Colombia y encuentra
que ella no se enmarca dentro de sus estatutos, los de
la Corte Penal?
Presidente de la República: No, yo confío
Juan –por lo que le acabo de explicar- porque esa
ley será un buen balance entre justicia y paz.
Porque el nombre de la paz no puede permitir la impunidad.
Porque el nombre de la justicia no puede llegar al extremo
de ser una ley de sometimiento. Es una ley para procesos
de paz que están autorizados en el mundo entero;
sería un contrasentido que el mundo entero, que
clama por la paz en Colombia, nos dijera que una ley
que busca la paz, que al mismo tiempo está antecedida
por una desmovilización de 12 mil integrantes
de grupos violentos que se han desmovilizado en este
Gobierno, una ley que busca la reparación de las
víctimas, una ley que ha tenido –por primera
vez- el cuidado en un proceso de paz en Colombia de que
no haya impunidad, que entonces esa ley va a ser reprobada.
Nosotros tenemos la confianza que el mundo entero, que
está clamando por la paz de Colombia, entienda
la bondad de esta ley.
J.G.: Mire, sobre
esa ley, específicamente, en
los últimos días se han dado unas discusiones
muy ardientes en el Senado, en la Comisión Primera,
en el Congreso, me refiero a la ley de Justicia y paz. ¿El
Gobierno sigue pensando, a pesar de estos debates en
el Congreso, que la conexidad entre narcotráfico
y sedición existe? ¿El Gobierno qué piensa
del denominado ‘narcomico’ en este momento?
Presidente de la República: Mire Juan, ¡nunca
ha pasado por la mente del Gobierno, permitir una conexidad
de los delitos atroces o del narcotráfico –y
en los delitos atroces queda incluido el secuestro- con
los delitos políticos!
Además, Colombia que es signatario de la Convención
de Viena, desde que la aprobó, aceptó que
no puede darse esa conexidad porque en la Convención
de Viena se dice muy claramente que los delitos políticos
no pueden tener conexidad con un delito como el narcotráfico,
con un delito como el terrorismo. ¡Eso queda claro!
¿Qué le he dicho al ministro Sabas Pretelt
y al Alto Comisionado y a algunos de los congresistas?: ‘lo
que abunda y aclara no redunda. Si hay que repetir lo
de la Convención de Viena y expresamente, volver
a prohibir esa conexidad, que lo diga la ley. Inclusive
redactamos un artículo, yo lo redacté hace
20 días aquí, se lo entregué al
Ministro y él lo tiene ya presentado en la Secretaría
de la Comisión donde se está tramitando,
en primer debate, este proyecto de ley.
El tema de la sedición, ¿qué problema
tenemos nosotros hoy?: nosotros hemos desmovilizado en
este Gobierno 12 mil hombres de los grupos violentos,
esa es una desmovilización sin precedentes. Allí hay
6 mil paramilitares desmovilizados pero les hemos aplicado
la Ley 782 por interpretación; corremos el riesgo
que algún día se cambié la interpretación
y que un fiscal o un juez cambié la interpretación
y diga: ‘la Ley 782 no es aplicable a los paramilitares
porque los paramilitares no cometen delitos políticos’. ¿En
ese momento qué nos pasaría?: quedaríamos
sin instrumento para seguir en el propósito de
desmovilizarlos a todos, como los tenemos que desmovilizar.
Porque nosotros vamos con un propósito: una Nación
sin paramilitares, una Nación sin guerrilla, una
Nación sin narcotráfico.
Entonces ¿por qué necesitamos ese delito
de sedición en la ley?: para que este tema, de
la desmovilización de los paramilitares, no quede
a expensas de una interpretación jurídica
que hoy puede estar en un sentido y favorecer esa desmovilización
y mañana se puede cambiar. Siempre, siempre, con
la condición de que no puede haber conexidad.
J.G.: Lo entiendo
perfectamente señor Presidente.
RCN, este noticiero, reveló la semana pasada que
Usted rechazó –en privado- la sugerencia
hecha por el senador Mario Uribe para que la gente vote
por Usted aunque la Corte Constitucional no apruebe la
reelección. Nos gustaría oírlo de
su propia voz, señor Presidente.
Presidente de la República: Juan, mire una cosa.
En el Parque Berrío de Medellín había
un hombre que llamaban “Guineo” y cada que
le decían cualquier cosa, el hombre no trabajaba
por responder a todo el que le decía cualquier
cosa y salía a las pedradas.
El presidente de la República tiene que estar
trabajando en todas estas labores de Gobierno. Por ejemplo
los que dicen que en Colombia no hay inversión
social, ayer le decía al presidente Rodríguez
Zapatero, solamente en tres rubros: el pago de 12 mil
reinsertados, el pago a 30 mil Familias Guardabosques
y el presupuesto para los desplazados en un año,
esos tres rubros, nos cuestan 240 millones de dólares,
para empezar por eso. Entonces, el Presidente de la República
no puede salirle a todos esos temas.
Yo he cumplido rigurosamente
la Constitución
a lo largo de mi carrera política, que no es corta,
como Concejal, como Alcalde, como Senador de la República,
como Gobernador, como Director de la Aeronáutica,
como funcionario de Empresas Públicas de Medellín,
como Presidente de la República. Yo soy un batallador
respetuoso de la Constitución y respetuoso de
las instituciones. Siempre mis desacuerdos los he expresado
dentro del marco de la Constitución y dentro del
marco de respeto a las instituciones colombianas.
Mire, todos los días pienso en cumplir la Constitución.
Cuando se trata de apoyar a los desplazados -por eso
para cumplir la Constitución- hemos pasado de
un presupuesto de 25 mil millones de pesos al año
a un presupuesto de 200 mil millones para apoyar a los
desplazados. Cuando se trata de cumplir la norma constitucional
de construir la paz, por eso, nos estamos gastando 200
mil millones al año en el pago y en la rehabilitación
de las personas reinsertadas.
Cuando leo el artículo 48 de la Constitución
que dice: ‘Colombia necesita llegar gradualmente
a una seguridad social universal’, por eso, en
este Gobierno, hemos aumentado los usuarios de Bienestar
Familiar en 2 millones 770 mil y los vamos a aumentar,
en los próximos meses, en otro millón 200
mil.
Por eso, cuando leo la Constitución que dice
que los colombianos necesitan que ‘haya un proceso
gradual hacía una cobertura de salud universal’,
para cumplir la Constitución, nosotros estamos
trabajando en el régimen subsidiado de salud.
En este Gobierno hemos pasado de 10 millones de afiliados
al régimen subsidiado de salud a 15 millones. ¡Eso
no tiene antecedentes! Eso no tiene antecedentes en 32
meses de Gobierno. Y vamos a crear las condiciones para
que este país rápidamente pueda decir: ‘se
cumplió esa meta constitucional’ y todos
los sectores pobres de Colombia están afiliados
al régimen subsidiado de salud.
O sea que, he cumplido siempre
la Constitución,
Juan. Yo mantengo ese ‘librito’ aquí en
el escritorio y sobre un maletín ejecutivo que
cargo conmigo. Ahí siempre ha estado ese librito.
Y ha estado en mi mente y en mi alma el librito de la
Constitución colombiana, el librito aquel al que
refería, bellamente, el Libertador.
J.G.: Lo que me
permite a mí, si Usted está de
acuerdo, señor Presidente, entender lo siguiente:
que nadie se llame a engaño, si la Corte Constitucional
no aprueba la reelección, el presidente Uribe
Vélez no será candidato presidencial por
fuera de esa decisión.
Presidente de la República: Juan, siempre cumplo
la Constitución, siempre cumplo la Constitución.
Y cuando uno es Presidente de la República tiene
que pensar mucho en las nuevas generaciones y mirarlas
con el cariño y con el ejemplo que trata de dársele
a los hijos. Entonces, el Presidente de la República
tiene que estar a toda hora en la guarda y en el cumplimiento
de la Constitución.
Inclusive, a todo eso ate, por
ejemplo, el tema de las armas que tanto le inquietaba
a usted, el tema de las
armas de Venezuela a España.
J.G.:¿A mí?
Presidente de la República:
Y a tantos colombianos, por ejemplo.
J.G.: Al ex Presidente
Pastrana.
Presidente de la República: No. No me meta al
ex Presidente Pastrana, déjemelo que con él
hay una instancia que es la Comisión Asesora de
Relaciones Exteriores y de pronto cuando yo sea ex Presidente
le contesto. No me lo meta porque es que él y
dos o tres amigos viven en ese tema de cazarme pleitos
y yo como Presidente de la República tengo que
escoger entre atender los pleitos que me pican o trabajar
por Colombia. Entonces yo no puedo desviarme de mi objetivo.
En procura del bien público, yo tengo que ser
un caballo cochero, que no puedo sino mirar hacía
adelante, hacía el bien público y no me
puedo poner como aquel hombre, como Guineo, el del Parque
Berrío, que iba en alguna dirección y le
tiraban una piedra de un lado y ahí mismo olvidaba
el objetivo y se devolvía a responderle a pedradas
al que le tiraba piedra en cualquier esquina. No, no
me lo meta.
Ese el tema de las armas con
Venezuela, ayer fui preguntado aquí por los periodistas y fui preguntado el martes
en Puerto Ordaz y di la siguiente respuesta: Colombia,
respetuosa de la soberanía de las naciones, tiene
sobre este tema de armas tres puntos: primer punto el
uso de las armas; segundo punto, la transparencia en
la adquisición; y tercer punto, el terrorismo
colombiano.
Primer punto, el uso de las armas.
Es necesario garantizar en la comunidad internacional
que se cumplan los tratados
sobre armas que todos los países democráticos
han suscrito, de los cuales son signatarios. ¿Para
qué es el uso de las armas?: para enfrenar la
violencia, para enfrenar el terrorismo para derrotar
el narcotráfico, proteger a la comunidad de cada
Nación.
Segundo punto, la transparencia.
Hay dos opciones: o el mercado legal de armas o el
mercado negro. Lo único
que puede aceptarse es el mercado legal. Entre otras
cosas tiene estas razones de conveniencia: cuando las
armas se adquieren en el mercado legal se suministra
información, se conoce sobre esas transacciones
y al conocerse sobre esas transacciones eso desata debates
y esos debates producen el conveniente resultado de que
se imponen controles. Eso no se da cuando las armas se
negocian en el mercado negro, cuando las armas se negocian
subrepticiamente. Allí no aflora la información,
allí no se producen debates, a partir de allí no
se generan controles.
Por eso Colombia dice: la transacción de armas
tiene que ser en el mercado legal, con debate y con controles
que garantice el primer punto, el del uso legítimo
para detener la violencia, disuadir el terrorismo, enfrenar
el narcotráfico, proteger la comunidad.
Y hay un tema bien importante,
el de la equidad. El gobierno de España ha dicho claramente –y
ha empezado a cumplirlo- que no tiene interés
en crear desbalances, que tiene todo el interés
en proteger la equidad.
Y hay un punto fundamental, que
lo he dicho en Venezuela, en todas partes y si lo importante
no es quedarse uno
por allá arrinconado y bravito, sino ir a dar
la cara, meterse a todas partes, meterse al cielo de
los amigos o meterse a la boca del lobo y decir lo mismo
en todas partes. Hay que ser consistente. Esto que le
voy a decir ahora lo dije a los presidentes Chávez,
Lula y Rodríguez Zapatero en Puerto Ordaz hace
dos o tres días: Colombia necesita que todos los
países democráticos cumplan con el deber
de controlar las armas para que a nuestros terroristas
no lleguen armas ni nuevas ni viejas. Y eso está hablado
claramente con los presidentes Lula, Rodríguez
Zapatero y con el presidente Chávez.
Es más importante, para proteger a Colombia,
que el Presidente de Colombia acuda claramente a exigir
eso; a que el Presidente de Colombia se quede por ahí haciendo
mimos, se quede bravucón aislando al país ¿cómo
le parece? ¿O entonces celebro los 400 años
de El Quijote y me monto ahora en un caballo que tengo
en la casa, que se llama Crespón, cojo una espada
y me voy y le dijo al presidente Putin que no le venda
armas a Venezuela? Y entonces, ¿Estados Unidos
que no es capaz de impedir que España le venda
armas a Venezuela, yo me voy a ir a impedir eso?
Creo que lo conveniente para
Colombia no es ponerme ahí de bravucón ni de niño haciendo
mimos en una esquina y aislando al país, sino
ir a plantear estos temas. El tema del uso de las armas,
el tema de la transparencia, del debate y de los controles
en la adquisición de armas y en el uso de las
armas. El tema de la equidad entre los proveedores de
armas y las diferentes naciones. Y el tema de que las
armas no lleguen, ni por el mercado negro ni por el mercado
legal ni como nuevas ni como viejas, al terrorismo.
Esa ha sido la posición no improvisada sino muy
estudiada, al interior del Gobierno nuestro, lo que pasa
es que sobre esos temas el Gobierno tiene que buscar
resultados más que retórica.
En materia internacional hay
que escoger: o la retórica
o los resultados. Y ahí están los resultados
a la vista. Cuando se esperaba que, por ejemplo, ese
bloque de Lula, Rodríguez Zapatero, etcétera
o podían apoyar propuestas contrarias a la política
de Seguridad Democrática de Colombia o ser indiferentes,
ahí nos están apoyando. Ese es un gran
resultado y eso tiene que producir un eco en Venezuela.
Y veo una evolución positiva en Venezuela frente
a este problema colombiano y ahí tenemos al señor
Granda en la cárcel. Usted sabe cómo manejé el
tema: lo metimos a la cárcel al señor Granda,
pero yo no entré en el debate retórico;
después, prudentemente, nos reunimos con el Presidente
Chávez y las cosas han tomado buen camino. Recuerde
que a mí me provocaron mucho para que respondiera
largos discursos del Presidente Chávez, no los
respondí, una posición de respeto y de
firmeza, hablé tres o cuatro palabritas, hablé de
hermandad, hablé de respeto, hablé de firmeza
y otra que ya no recuerdo.
Entonces, nosotros en todas estas
materias hemos dicho: no retórica, resultados. Y los resultados exigen
firmeza y uno tiene que escoger con qué acompaña
la firmeza, si acompaña la firmeza con bravuconadas
oratorias, con frases bravuconas o la acompaña
con prudencia verbal.
María Antonia Castiblanco. Periodista: A
propósito
del tema de las armas, usted no ha tenido bravuconadas
pero sí le ha dicho de frente a los presidentes
Zapatero y Chávez la preocupación que hay
en su Gobierno, precisamente, porque el beneficiario último
de esta negociación entre esos dos países
sean las Farc y ayer el Presidente Zapatero respondió,
seguramente haciendo eco a sus palabras, advirtiendo
que va a haber un tipo de controles, unas medidas especiales, ¿usted
sabe específicamente cuáles son esos controles
que se van a utilizar, de pronto estará Colombia
en alguna comisión de vigilancia sobre el uso
de esas armas?
Presidente de la República: María Antonia,
usted estuvo en las dos reuniones, en la de Puerto Ordaz
(a propósito María Antonia, yo no sé si
felicitarla o qué decirle, porque usted allá se
apuntó para una preguntica y salió haciendo
cuatro, se apuntó para una preguntica y salió haciendo
cuatro. La muchachita salió algo retratada, Juan)
Esos controles, parte de esos controles están
en los tratados internacionales de armas; uno de ellos
es el marcaje, otro de ellos es que la munición
que hay que utilizar, por ejemplo en el caso de los fusiles,
tiene que ser munición sobre la cual los ejércitos
regulares de los países democráticos tengan
control. Porque si se utiliza otra munición se
facilita que esa munición le llegue, así los
gobiernos no lo quieran, a grupos terrositas. Y Colombia,
que es un país que necesita adquirir armas para
sus Fuerzas Armadas, tiene que ser conciente de ello.
Nosotros siempre hemos ofrecido
someternos a esos controles y eso nos da, en reciprocidad,
el derecho de exigir esos
controles. Y estoy seguro que esos controles se van a
imponer, empezando por cumplir los tratados internacionales
sobre armas como aquel que exige el marcaje y aquel otro
que exige que esas armas, las que se seleccionen las
que se negocien, las que se utilicen por parte de los
ejércitos regulares, sean aquellas conocidas y
controladas por todos los ejércitos de las naciones
democráticas, que son las que más difícilmente
pueden llegar a los grupos terroristas.
J.G.: Señor Presidente, si alguien me preguntara
a mi en la calle –siempre los ciudadanos le dicen
a uno ‘hombre, usted que es periodista, contésteme,
ayúdeme a entender’, si alguien me dijera: ¿qué piensa
el Presidente Uribe de la propuesta del senador Mario
Uribe y yo le contestara: ‘el Presidente dice que
nadie puede esperar que él viole la Constitución
Nacional, lo estoy interpretando correctamente?
Presidente de la República: Correcto Juan. Pero
mire no me ponga como Guineo. Mire el tema de las armas,
el tema del crecimiento económico, el tema de
la infraestructura. No me ponga como Guineo porque Guineo
iba avanzando por el Parque Berrío a cumplir un
trabajo y de pronto le tiraban una piedra de un lado
-yo no creo que se la hubiera tirado un ex Presidente
en esa época-, pero Guineo se devolvía
y dejaba el trabajo por devolverse a pelear con quien
le tiraba la piedra. Yo no puedo hacer eso Juan.
¿Por eso sabe de qué estoy pendiente hoy?:
de que empecemos la doble calzada La Victoria – Cerrito,
cerca de Pereira hacía el Valle del Cauca, contratada,
ya vamos a empezar la ejecución de obras hoy.
Hoy vamos a empezar la ejecución de obras de la
variante sur – sur de Pereira, que hace parte del
complejo de la doble calzada del Eje Cafetero. Esa doble
calzada es una de las concesiones viales que nosotros
encontramos en pleito y hemos venido resolviendo esos
pleitos, afortunadamente, para el país.
Entre hoy y mañana empezamos la reactivación
de la doble calzada del Eje Cafetero, en su tarea de
ejecución, en 14 frentes de obras. Hoy está empezando
la ejecución de la obra de la doble calzada Bogotá – Girardot,
que eso es de gran importancia.
Hace dos días el Ministro de Transporte (Andrés
Uriel Gallego) llevó al Embajador del Japón
(Wataru Hayashi) al túnel de La Línea a
ver la obra en ejecución y él se animó mucho,
porque para el Japón es más fácil
financiarnos una obra que ya la ven posible, que ven
que el Gobierno colombiano la está ejecutando
a financiarnos una obra que estaba llena de sombras y
de dudas de que no se podía hacer.
Ya estamos dando todos los pasos
para poder abrir la licitación de la doble calzada del Alto del Vino – La
Vega – Villeta – Guaduas – Honda – Dorada.
Y han empezado las pavimentaciones
de los grandes corredores viales del país que estaban muy descuidados y
que nosotros no habíamos podido empezar a atender.
Eso está en plena ejecución y el doctor
Mauricio Ramírez, director de Invías, hasta
anteanoche, había recibido más de 500 propuestas
sobre el Plan 2.500 kilómetros de carreteras,
que es un Plan realmente de 3.246 kilómetros;
porque a los 2.500 de carreteras -que es el Plan-, realmente
de 3.246 porque a los 2.500 de nuevos pavimentos se van
a sumar 746 de repavimentaciones.
Entonces yo tengo que estar es
pendiente de eso, Juan, a toda hora y tengo que mantener
en la mente aquel caso
de Guineo en el Parque Berrío de Medellín,
entonces me tengo que poner lo que le ponen a los caballos
cocheros, el tapa ojos, mirar solamente hacía
adelante y no responder a esas pedraditas.
Carlos Villalba Bustillo. Comentarista:
Señor
Presidente, ¿cree que el Congreso puede tramitar
a tiempo el proyecto de ley, ese que da garantías.
El estatuto de las garantías electorales?
Presidente de la República: Le imploro al Congreso que lo tramite a tiempo.
El país puede tener la certeza y se lo digo al
Congreso y a todas las fuerzas políticas que,
el Gobierno no va a pretender imponer ventajas. Queremos
garantías, amplias garantías, que todo
el mundo se sienta tranquilo. A favor de la democracia
hay que tener plena generosidad, esa es la tónica
del Gobierno. Cualquier cosa de la que el Gobierno discrepe,
será una discrepancia razonada y expresada públicamente
ante la ciudadanía colombiana. Pero eso de las
garantías es muy importante, para profundizar
esta democracia y es consistente con lo que ha hecho
este Gobierno.
Recuerden las garantías que tuvieron la oposición
y la abstención para oponerse al referendo propuesto
por el Gobierno. Recuerden las garantías efectivas
que han tenido los miembros de la oposición en
el Congreso, los alcaldes y gobernadores elegidos con
origen en partidos de oposición, en partidos de
antiguas guerrillas, en partidos alternativos. En este
Gobierno han tenido garantías efectivas. Entonces,
todo eso, nos da un antecedente de credibilidad para
decir: queremos una ley garantista, no vamos a poner
objeciones, solamente nos opondremos a aquellos temas
que resulten inconvenientes para el país y lo
haremos públicamente y transparentemente.
H. de la C.: Señor Presidente, el miércoles
se conocieron las cifras de cultivos ilícitos,
provenientes de distintas agencias del Gobierno norteamericano,
inclusive la CIA. Y lo que aparece allí es que
la disminución del área cultivada realmente
es muy pequeña, ¿significa esto, señor
Presidente, que las fumigaciones han fracasado, el Gobierno
va a seguir fumigando o se prevé un cambio de
política en esta materia?
Presidente de la República: Doctor Humberto,
el año pasado nos pasó lo mismo. Tuvimos
dos informaciones de los Estados Unidos: una, de estas
agencias y después otra, de una entidad oficial
allá –también que no recuerdo- y
hubo una discrepancia tremenda entre ellos.
Lo de estas agencias son muestras
tomadas hasta julio del año pasado y en mes y medio viene lo de las
otras agencias. Estas agencias dicen que todavía
quedan 103 mil hectáreas de droga en Colombia.
Las otras me han anticipado, dicen que quedan 70, 71.
Es una diferencia tremenda. Nosotros nos mantenemos muy
desorientados por esa diferencia.
¿Cuál es nuestra voluntad?: nuestra voluntad
es seguir en el decomiso de droga, seguir en la fumigación.
Nuestra voluntad es cumplir este año una gran
meta de erradicación manual de droga y nuestra
voluntad es, eliminar la droga en los Parques Nacionales,
porque Colombia tiene 578 mil kilómetros de selva,
cifra bien importante –de pronto no lo saben algunos
jóvenes-, 578 mil kilómetros de selva.
Es uno de los países más ricos en biodiversidad,
ha definido una gran cantidad de zonas como Parques Nacionales,
creo que son 114, los hemos cuidado bien, salvo por la
droga, entonces uno de los propósitos es erradicar
esa droga de los Parque Nacionales.
H. de la C.: Pero
Presidente, ¿lo que sí parece
un hecho es que no sube el precio de la cocaína
en el mercado minorista, qué pasa con la producción?
Presidente de la República: …y han aumentado
muchísimo los decomisos en Colombia. El año
pasado crecimos en más de un 50 por ciento los
decomisos, se habla mucho de que la cocaína está siendo
bastante sustituida por la droga sintética. Es
uno de los informes que yo he obtenido de las agencias
científicas sobre el tema.
J.G.: El Dane
acaba de informar que el año pasado
la economía colombiana creció cuatro por
ciento –décima más, décima
menos-. ¿Esta cifra lo satisface a Usted, es mayor
o menos que sus expectativas?
Presidente de la República: Nosotros hemos tenido
dos expectativas, las del Plan de Desarrollo y unas expectativas
políticas. Esta cifra es bastante superior a la
que teníamos en el Plan de Desarrollo.
Cuando empezó el Gobierno, que se inscribió el
Plan de Desarrollo, no veíamos posible estos crecimientos
en Colombia en el cuatrienio de este Gobierno. Pero yo
me he propuesto, políticamente, que lleguemos
al 5 por ciento para poder tener recursos para resolver
este problema fiscal, este problema de endeudamiento,
para aumentar la inversión social y para reducir
ese desempleo. Es que el desempleo llegó a estar
en el 20 por ciento. Ahora ha estado entre el 11, 12,
14, depende el mes. Necesitamos bajarlo rápidamente
a menos del 10.
Le voy a decir que le veo de
bueno y que le veo malo a esa cifra. Lo bueno, que
es un crecimiento sustentado
en muchos sectores de la economía. Crecimiento
en edificaciones, crecimiento en exportaciones, crecimiento
en comercio, crecimiento en industria, hay un crecimiento
de la inversión extranjera directa –eso
se había acabado en Colombia, ya el año
pasado tuvimos casi 2.500 millones de dólares
de inversión extranjera en Colombia-, eso va ayudar
muchísimo.
¿Que le veo malo a ese crecimiento?: le veo malo
que tuvimos un decrecimiento en obras públicas,
del 7 por ciento. Si no hubiéramos tenido ese
decrecimiento en obras públicas, el crecimiento
sería muy superior al 4.12 por ciento. ¿Por
qué habló del 4.12?, porque es que hay
dos cifras: el crecimiento de la economía lícita
del 4.12 y cuando lo consolidan con droga, del 3.96.
A mi me parece injusto que algunos
analistas económicos,
algunos informadores económicos en Colombia, sigan
consolidando el crecimiento con la droga. Es como consolidarlo
con los atracos a los bancos, sería como pensar
en que se cuantifique cuánto valen los atracos
a los bancos e incluir eso como parte del producto. Este
país no puede pensar en la economía de
la droga, este país lo único que tiene
que pensar es en la economía lícita.
Y hemos tenido algunos años, antes del Plan Colombia,
donde, al consolidar el crecimiento con la droga, aparecía
un crecimiento más alto. Y en estos años,
donde hemos venido reduciendo la droga, así no
sea en las cantidades que aspiramos, años tras
año, entonces la reducción de la droga
afecta el crecimiento general de la economía;
lo cual es injusto, lo que nos importa aquí es
la economía lícita. Pero nosotros no podemos
estar contentos con ese crecimiento, no obstante que
ha superado las expectativas que teníamos en el
tema macroeconómico.
Sin embargo, cuando lo comparo
con otros países
de América Latina, se nos dice: ‘es que
en América Latina los países crecieron
mucho más’. Sí, pero mirémoslo
en serie. Por ejemplo, Brasil en el 2003 no creció sino
el medio por ciento, el año pasado creció el
5.1. El promedio geométrico es de entre el 5.1
y el medio por ciento. En cambio nosotros llevamos dos
años del 4 por ciento.
Chile, creció ahora el 5.9 por ciento, pero el
año pasado a penas había crecido el 3.3
por ciento. México creció ahora el 4.4
por ciento, pero el año anterior había
crecido a penas el 1.3 por ciento. Argentina ha tenido
dos años del crecimiento pero tuvo varios años
de decrecimiento del 10 por ciento. Ecuador ha crecido
2.6 por ciento y 6.6. Perú 4.1 por ciento, 5.1;
Perú si tiene promedio más alto.
Venezuela, ustedes saben lo que
pasó, inclusive
muchos años de decrecimiento. En el 2002, Venezuela
tuvo un decrecimiento del 8.9 por ciento, del 7.6. El
año pasado se recuperó con el 17 por ciento.
Y Colombia, después de esa crisis tan profunda
del año 99, ha empezado a recuperar el crecimiento.
Ya llevamos dos años consecutivos de crecimientos
del 4 por ciento.
Lo otro bueno, es que en este
país, que se había
perdido la dinámica de inversión privada,
el año pasado la inversión privada en Colombia
creció en un 30 por ciento.
Lo malo, no hemos podido tener
un suficiente ritmo de inversión pública porque todo está coincidido
con la necesidad del Gobierno de corregir el déficit
fiscal, que en este Gobierno lo hemos reducido bastante.
Lo encontramos en el 4.2 por ciento (del PIB), acaba
de marcar el 1.2 por ciento. Exageradamente, peligrosamente
bueno. Este año puede ser del 2.5 por ciento porque
le tenemos que pagar cuatro billones de pesos al Seguro
Social para que pague pensiones.
En el Seguro Social las pensiones
cuestan 6 billones de pesos, recauda 2 billones, el
Gobierno le tiene que
pagar 4. Ese es un esfuerzo muy grande. Y gracias a la
reforma administrativa, que será el mejor legado
que nosotros le vamos a dejar a este país en lo
fiscal, las empresas del Estado este año van a
dar un superávit del 2.9 por ciento, lo que nos
ayuda a contrarrestar en algo el alto déficit
de la Nación.
¿Usted se imagina que hubiera sido con ese déficit
de Telecom, de Emcali de tantas empresas del Estado,
si no las hubiéramos reformado?
F.T.: Sin embargo
con ese 5 por ciento de crecimiento, que Usted alude
como meta
inmediata, ¿se alcanza
para quebrarle el espinazo a ese desempleo del 14 por
ciento o para fortalecer el trabajo social del Gobierno,
que algunos críticos dicen que es flojo en algunas áreas?
Presidente de la República: Lo que pasa es que
no es fácil ponerse en una meta sostenida de crecimiento.
Una de las razones para ir a China, es que la China de
Mao Tse Tung.
En China los inversionistas han
dicho que les da mucho miedo venir a Colombia y que
no quieren venir a Colombia
por razones de seguridad. Vamos ahora, en compañía
de más de 150 empresarios, a decir las condiciones
que ha venido cerrando Colombia para que haya inversión
y a invitar a los Chinos a que definitivamente inviertan
en Colombia.
Y esa recuperación de tendencias de inversión
en Colombia nos tiene que ayudar, a ver cómo nos
vamos poniendo en crecimientos del 5 por ciento y ojalá superiores,
pero en una senda a largo plazo.
H. de la C.: Hay
gente que tiene la sensación
de que el TLC arrancó con mucha fuerza en la opinión
nacional, la gente creía que era un buen marco
de oportunidades, yo llegaría a decir que hubo
casi unanimidad y luego han comenzado a aparecer motivos
de oposición (propiedad intelectual, medicamentos,
bienes usados, ahora hasta los indígenas). ¿Usted
cree que se está deteriorando el marco de apoyo
a la posibilidad de la negociación del TLC, Usted
cree que el Gobierno tiene que ser tal vez más
pedagógico en mostrar las bondades de esta negociación?
Presidente de la República: No hay duda, el Gobierno
todos los días tiene que buscar cómo mejora
su pedagogía, pero yo no veo que se esté deteriorando
el marco.
Inclusive, cuando llegué a la Presidencia me
encontré que aquí no había idea
de que teníamos que hacer el tratado con MERCOSUR,
cuando lo propuse hubo mucha resistencia y cuando propuse
el TLC, algunos de sus iniciales opositores dijeron: ‘¿cómo
van hacer un TLC con los Estados Unidos sin negociar
con América del Sur?’, pues ya negociamos
con América del Sur, ya tenemos satisfecho ese
requerimiento político. Hoy hay un acuerdo entre
Mercosur y la Comunidad Andina. Eso es un gran paso,
hace dos años eso se veía imposible, hoy
lo tenemos hecho.
La discusión del TLC es normal, los colombianos
tienen que saber que hay una preocupación que
nos incumbe a todos: el sistema unilateral de preferencias
que tenemos de los Estados Unidos –que se llama
Aptdea- vence el 31 de diciembre del año entrante
y algunos decían: ‘que lo renueven’,
es muy difícil que lo renueven. Los Estados Unidos
dicen: ¿por qué, si con Centroamérica
hay tratados de comercio, a Colombia, Ecuador, Perú y
Bolivia les tenemos que renovar un sistema unilateral
y no hacen tratados de comercio? Es bastante difícil
la renovación de estos sistemas de privilegios
unilaterales.
Logramos ahora conseguir una
extensión muy condicionada
de 10 años del Sistema (General de Preferencias)
con Europa, pero en estos 10 años Colombia y la
Comunidad Andina tendrán que negociar con Europa.
No hay más caminos. Entonces, nosotros queremos
hacer esta negociación por razones prácticas
de conveniencia nacional, despojados de cualquier sesgo
ideológico.
El tema de la propiedad intelectual.
Como Presidente no puedo ser el que defina los temas
que corresponde
definir a los negociadores, pero le voy a dar una señal
de tranquilidad: Colombia, en septiembre, octubre de
2002, cuando empezaba este Gobierno, expidió unos
decretos de propiedad intelectual que nos permitieron
la aprobación del Aptdea.
Yo creo que el tema de propiedad
intelectual debe dar tranquilidad en Colombia, puesto
que tenemos las bases
que son esos decretos, tenemos los techos que son esos
decretos. Sería imprudente si profundizara más
porque interfiero la negociación, el Presidente
de la República no puede interferir la negociación.
Esos decretos están relacionados con el tema de
medicamentos.
El tema de bienes usados. El
Ministro de Comercio, el jefe del Equipo Negociador,
el doctor Hernando José,
han expresado claramente en qué no se permitirán
bienes usados y Colombia lo ha dicho claramente en la
mesa de negociación, sobre eso también
puede haber tranquilidad.
El tema de los indígenas. Me reuní con
ellos en Popayán el año pasado, varias
veces, cuando fueron a hacer la marcha. La marcha la
querían hacer, porque todo se les satisfizo, no
hubo manera de que descartaran la marcha.
Es la primera vez que hay preocupación en un
tratado para que la propiedad intelectual, que se derive
de los recursos ecológicos –por ejemplo
de la selva amazónica- no sea apropiada por terceros.
Eso es bien importante.
En el tema agrícola, ya tenemos definidos los
productos sensibles y estamos luchando para que haya,
después de concluido el período de desgravación,
una cláusula permanente para que Colombia pueda
defenderse en coyunturas difíciles –por
ejemplo, cuando los subsidios a los productores de los
países industrializados produzcan una depresión
de cotizaciones internacionales de algunos productos
agrícolas, que para nosotros son sensibles-.
Uno no negocia consigo mismo,
uno negocia con otros. Negociar con uno mismo es muy
fácil, lo difícil
es ponerse en la mesa frente al otro, pero esta negociación
tiene que ser equitativa. Es la única manera de
que tenga presentación política aquí y
en los Estados Unidos. No vamos a creer que esta es una
manzanita que está en todas con nosotros, en los
Estados Unidos hay mucha oposición a estos tratados.
Entonces, nosotros también tenemos que ser cuidadosos
en esa materia.
Pero mire, hay una parte buena
de la economía.
Ustedes saben la preocupación del Gobierno por
la revaluación que nos está afectando algunos
sectores exportadores, sin embargo, hemos procurado que
esta revaluación se aproveche para reestructurar
la deuda pública. Hasta el momento hemos logrado
cambiar deuda en dólares por deuda en peso, en
3 mil millones de dólares.
El día que hable ante la Asamblea del Banco Interamericano,
la semana entrante en Japón, daré la siguiente
noticia: le hemos prepagado al Banco Interamericano –hoy
estamos terminando la operación- 1.250 millones
de dólares de un crédito caro, por eso
lo prepagamos, porque es un crédito de la ventanilla
de emergencia, sumamente caro. Y eso nos permite, al
prepagarlo, tener muy buena reputación en los
bancos, en los mercados internacionales y entrar a conseguir
unos créditos a 20 ó 30 años.
J.G.: Usted no
se imagina, señor Presidente,
lo grato que ha sido conversar con usted a lo largo de
esta hora completa, la entrevista con RCN nos ha permitido
ponernos al día en un montón de temas en
un país como este, tan vivo, tan palpitante, un
país tan vertiginoso. Muchas gracias señor
Presidente y entendí muy bien lo de Guineo en
el parque Berrío cuando le gritaban y votaba piedra
para todo el mundo.
Presidente de la República:
Juan, un comentario final.
En la zona cafetera hay ese platanito
pequeño
que se llama el Guineo, ustedes tienen allá, en
San Bernardo, el hartón, ese crecimiento de la
economía –a pesar de que es menor al que
aspiramos- nos ha permitido, por ejemplo, ver unas tendencias
en reducción de pobreza.
Ayer dieron otras cifras. Cuando
este Gobierno empezó la
pobreza en Colombia estaba en el 58, 57.8 por ciento,
ahora marcó 53.3 por ciento. Se le ha reducido
la pobreza a Colombia en un millón 134 mil, y
la indigencia en un millón 269 mil. Es muy poquito
frente a lo que necesitamos, pero ahí se van marcando
las tendencias en medio de dificultades.
Ha sido muy grato conversar con ustedes, un saludo muy
respetuoso a usted, a su equipo y a todos los compatriotas.
J.G.: Me gustaría concluir este diálogo
con usted señor Presidente de la República
pidiéndoles a todos los colombianos que recemos
por el Papa, como el Presidente de la República
lo anunció a nombre del país, a comienzos
de esta entrevista.
Presidente de la República: Otra cosita, que
nos inspiremos en esa firmeza del Papa que es de hierro.
El Papa en su firmeza no se ha dejado distraer de las
pedradas que le tiran por ahí desde los lados.
Gracias Juan.
J.G.: Le comprendo
perfectamente señor Presidente.