DISCURSO DEL SEÑOR PRESIDENTE ÀLVARO
URIBE VÈLEZ CON MOTIVO DEL FALLECIMIENTO DE SU
SANTIDAD JUAN PABLO II
Bogotá, 2 abr (SNE). .- El siguiente es el texto
del discurso pronunciado esta noche por el presidente Álvaro
Uribe Vélez con motivo del fallecimiento de Su
Santidad Juan Pablo II.
“Su Santidad Juan Pablo
II
Su Santidad Juan Pablo II ha
emprendido el viaje mayor de su peregrinaje. Difícilmente,
otro momento, puede lograr una superior comunidad espiritual
en el
latido de la conciencia de los colombianos.
Colombia, sus dificultades y
tragedias, sus posibilidades y sus seres sin igual,
coparon especial espacio en las
preocupaciones y afectos del Pontífice.
Como gladiador de la democracia,
Su Santidad luchó con éxito
para imponerla donde imperaba la opresión. Su
triunfo fue la victoria de las convicciones y de la fortaleza
espiritual para defenderlas.
Los muros que la violencia no
pudo derrumbar Su Santidad los derrumbó con
la serenidad de su firmeza.
Con su tenacidad determinó profundos cambios
de la historia y con su solidaridad y su persuasión
los produjo entre tranquilos unos, casi imperceptibles
otros, y siempre pacíficos.
Su Santidad vio más avanzada la cosecha de la
democracia que la de su otra obsesión: la justicia
social. En su legado está el reto de construirla.
Pero con su ejemplo, lleno de un amor infinito que no
dejó espacio para el odio.
El Creador deparó a mi condición de Presidente
de los colombianos el privilegio de conocer a Su santidad.
Al cruzar la puerta para llegar al salón donde
finalmente lo encontré, sus pequeños ojos
azules me contactaron a distancia. Su penetrante mirada
emanaba bengalas de espiritualidad, que conmocionaron
mi alma y estrujaron la fragilidad de mis carnes. Me
cruzaron muchas revisiones; una entre todas ellas: el
poderío del espíritu anula la soberbia
de la ira y supera las limitaciones de los huesos.
Me confieso feligrés seducido
por su firmeza.
Con su manera directa de ser,
hablar y proceder, Su Santidad hizo simple lo profundo.
La riqueza de su Magisterio
llegó al corazón de las multitudes por
la manera elemental de entregarse al prójimo.
Las nuevas generaciones que no
han conocido sino a un Pontífice, que hoy experimentan
su partida, tienen en Su Santidad un modelo para la
democracia, la solidaridad,
la lucha sin claudicaciones. Un modelo artillado de paz
y amor, sin exclusiones y sin odios.
Los colombianos, entre la tristeza
por su ausencia y la alegría por su ejemplo y su mensaje, estamos
convocados a una reflexión por la paz de esta
tierra que Él amó. Si la conseguimos y
las nuevas generaciones pueden vivir felices, Su Santidad
nos mirará sonriente, alegre y complacido desde
la historia.
Desde hoy habremos de vivirlo
en el recuerdo; pero no será suficiente. Nos mira ya desde el cielo, con
los mismos pequeños ojos azules, con idéntica
mirada penetrante, y nos envía ráfagas
de amor para que vivamos bien, para que el cristianismo
llegue más allá de la palabra.
Bogotá, abril 2 de 2005.
Álvaro Uribe Vélez
Presidente de la República”.