Abril de 2005

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31

ENTREVISTA DEL PRESIDENTE EN CARACOL RADIO

Bogotá, 4 abr. (SNE).- El siguiente es el texto de la entrevista concedida por el presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, a los miembros de la mesa de trabajo de Caracol Radio, básica, presidida por el periodista Darío Arizmendi:

“Darío Arizmendi. Periodista: Presidente, bienvenido, muy buenos días.

Álvaro Uribe Vélez. Presidente de la República: Doctor Darío, muy buenos días a usted, a sus compañeros en la mesa de trabajo de Caracol y a todos los compatriotas que a esta hora nos escucha.

D.A.: Muy amable señor Presidente. Por su puesto, la primera pregunta tiene que ver con la propuesta lanzada ayer a través del periódico El Tiempo, en la entrevista con Yamid Amat, por el ex presidente Alfonso López Michelsen, quien ha llamado a todos los grupos políticos a cerrar filas para tratar de impedir su reelección, señor Presidente.


Presidente de la República: Primero, déjeme referir al fallecimiento del Santo Padre quien tanto quiso a Colombia, quien tanto se angustió por Colombia, quien tanto buscó ayudar a Colombia. Quiero unirme pues, a este momento de comunidad espiritual de los colombianos, alrededor de estos sucesos, de lo que hemos llamado “el viaje más importante del peregrinaje de Su Santidad”.

En cuanto a la pregunta que usted me formula, no, yo tengo que vivir concentrado en las tareas de Gobierno, es mi deber. La Patria tiene inmensas responsabilidades, inmensas angustias, inmensos retos.

La última vez que vi al señor ex Presidente fue el viernes, en la reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores donde tratamos un tema tan importante como es el TLC. Él nada dijo, allí hablaron otros ex Presidentes como el ex presidente Betancur, el ex presidente Samper, los otros miembros de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y estábamos viendo temas de gran interés para el país, como el tema de qué va a pasar con las comunicaciones en el TLC, el tema de lo que se llama los bienes culturales de la Nación, la producción de cine, la producción de videos, etcétera, donde el Gobierno está buscando cómo se protege esa producción nacional, donde nuestros compatriotas tienen grandes posibilidades, grandes oportunidades.

Estuvimos mirando, también, el tema de la seguridad alimentaria. Nosotros estamos negociando muy cuidadosamente ese tema agrícola y hay que dejar unas salvaguardias permanentes.

Además, con la Red de Solidaridad estamos trabajando un esquema que se llama el programa Resa, de seguridad alimentaria. Ya hemos capacitado más de un millón de campesinos en Colombia, los estamos apoyando para poder mejorar la seguridad alimentaria.

Y estuvimos mirando otro aspecto, del tema de comunicaciones, como es la suerte de empresas públicas en el área de comunicaciones, tal el caso de Colombia Telecomunicaciones, tal el caso de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, tal el caso de las Empresas Públicas de Medellín y dimos la buena nueva que el Gobierno ha mantenido toda la firmeza en ese tema; de que esas empresas, si es la voluntad de Medellín, de Bogotá, del Gobierno Nacional mantenerlas como empresas como empresas estatales, hay que mantenerlas.

Y tratamos el tema de los medicamentos. Colombia ha sido muy clara. Desde que este Gobierno dictó unos decretos en el 2002, de que hay que garantizar la salud pública, la atención a la salud pública, que los derechos de propiedad intelectual –que hay que reconocerlos en el mundo entero, porque sino se desmotiva totalmente la investigación- esos derechos no pueden afectar la necesidad de atender los problemas de salud pública.

Esos son algunos de los temas que se trataron en la última reunión de la Comisión Asesora, donde él asistió el pasado viernes, justamente fueron convocados para escucharlo, fue la última oportunidad que lo vi y no nos dijo nada.

D.A.: Pero ya lo dijo, ya lo dijo en el periódico El Tiempo y entonces ¿cuál será su actitud frente a esa propuesta, que ha sido muy bien recibida en unos sectores, muy mal recibida en otros sectores afectos al Gobierno?

Presidente de la República: No entiendo la pregunta Darío.

D.A.: ¿Le va a contestar Usted al Presidente López?

Presidente de la República: Hombre, Darío, no tiene riesgos, por Dios, usted debió conocer el cuento de Guineo en Medellín. Él vivía muy dedicado a trabajar allá en el Parque Berrío y cometió un error que yo no puedo cometer: cada que alguien pasaba y le gritaba ‘Guineo’, él se desconcentraba el trabajo y se volvía a las pedradas. Yo tengo que seguir trabajando por esta Patria con el mismo cariño, con la misma entrega, con la misma dedicación hasta el último día de Gobierno, con reelección o sin reelección. Ese es el propósito.

A propósito de la Constitución, he estado buscando aquí, por ejemplo, el artículo 189 que dice: “corresponde al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa, tres: dirigir la Fuerza Pública y disponer de ella como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República”.

Lo que he hecho yo es motivarla, crecerla, impulsarla, porque este país estaba violando la Constitución, este país le estaba entregando –pero desde hace mucho rato, por obra de muchos gobiernos- la soberanía de la Patria en violación de la Constitución a guerrilleros, a paramilitares, al narcotráfico.

Entonces, nos hemos dado a la tarea de aislar a los violentos. Nos hemos dado a la tarea de derrotar a los violentos. Nos hemos dado a la tarea de desabastecer a los violentos, de ganar confianza ciudadana y de que se cree capacidad de control territorial. Hemos instalado la Policía en 170 cabeceras municipales que no la tenían, la hemos instalado en 115 corregimientos que no la tenían, la hemos instalado en gran cantidad de veredas que no la tenían.

Sábado y domingo, sin jactancias, sin desafíos, ganando la confianza ciudadana tranquilamente, amablemente, la Policía entró a San José de Apartadó, porque la única institución indicada, autorizada por la Constitución para proteger a los colombianos, es la Fuerza Pública y esa Fuerza Pública en un proceso de ganarse confianza con los compatriotas, tiene que estar en toda la geografía colombiana.

Y a pesar de que tenemos muchas dificultades las tendencias son buenas, mire: en 2003, con relación al 2002, hubo una caída del homicidio del 20 por ciento. En 2004, con relación al 2003, una caída del 14, casi el 15 por ciento. Este año llevamos otra caída del 24 por ciento. Uno debería decir: ‘no hay homicidios’, eso sería el ideal, pero la tendencia es buena en relación con lo que tenía la Patria. O sea que muestra que la política de Seguridad Democrática va avanzando.

El secuestro, que tanto incidido en el crecimiento del desempleo, en el ahuyentamiento de la inversión, en el año 2003 cayó en un 27 por ciento, en el 2004 cayó en un 34 por ciento y este año va cayendo –el secuestro extorsivo- en un 68 por ciento.

Estamos haciendo un gran esfuerzo para cumplir con ese artículo de la Constitución, para recuperar el control institucional del Estado, para que esta Seguridad Democrática se de para todos nuestros compatriotas.

D.A.: Y con respecto a la iniciativa lanzada a través de los medios de comunicación por el senador Mario Uribe de desconocer, si fuera adverso, el fallo de la Corte sobre la reelección presidencial inmediata, de todas maneras de presentar su nombre a la consideración de los colombianos.

Presidente de la República: Toda la vida, como senador de la República, como gobernador de Antioquia, como concejal de Medellín, en estos 32 meses de Presidente de la República, siempre he ajustado mi comportamiento al cumplimiento riguroso de la Constitución, que no ha sido así siempre en el liderazgo político de Colombia, hay que mirar la historia de nuestra generación.

Y por ejemplo, en el área social, todos los días miro los artículos del capítulo de los Derechos Sociales, de la Constitución, que empiezan en el artículo 42.

Por ejemplo, el artículo 42 de protección a la familia. Ahí venimos haciendo un gran esfuerzo para superar la violencia intrafamiliar en Colombia liderado por Bienestar Familiar. Y sabe ¿cuántas familias estamos protegiendo con una suma de dinero, cada dos meses, para que puedan atender a la alimentación de sus hijitos y puedan garantizar la asistencia escolar sus hijitos?: estamos atendiendo 400 mil familias en un programa que se llama “Familias en Acción”. Nos cuesta ese programa 42 mil millones de pesos cada dos meses. Ahí se está haciendo un gran esfuerzo.

Y veo el artículo 43 de la Constitución, la igualdad de derechos entre el hombre y mujer. Ayer podía revisar un informe que me da la Consejería para la Mujer de la Presidencia de la República, haciendo un gran esfuerzo para la presencia de la mujer en todos los escenarios de la vida nacional, para la presencia de la mujer en el tema de microempresa, para la presencia de la mujer en el tema de vivienda, para la presencia de la mujer en el tema del manejo de los subsidios de Familias en Acción, en la revolución educativa. Usted sabe la participación de la mujer en este Gobierno.

Y estamos haciendo un gran esfuerzo para cumplir el artículo 44 de la Constitución: derechos de los niños.

Bienestar Familiar en este Gobierno ha crecido en dos millones 700 mil usuarios y vamos a crecer en otro millón 200 mil usuarios y estamos haciendo un gran esfuerzo, con la Revolución Educativa, para cumplir otro artículo constitucional, el artículo de los derechos de los adolescentes.

Y estamos haciendo otro gran esfuerzo, para cumplir otro artículo de la Constitución colombiana: el de la protección de la Tercera Edad. Por eso este esfuerzo nuestro para poder reformar las normas pensionales, porque en Colombia simplemente se dejó que se negociaran normas pensionales irresponsablemente. Solamente en el año 93 se pudo introducir una ley que algo mejoró, la otra en diciembre del 2002. Recién iniciado este Gobierno, hicimos un gran esfuerzo, que fue bloqueado en el Referendo –que faltaron 40 mil votos según el Consejo Electoral-. Hemos reformado 151 entidades del Estado y estamos ahora reviviendo esa norma del Referendo –a través del Congreso de la República- y confío que logremos esa Reforma Pensional antes de que termine este período legislativo, en el mes de junio.

¿Por qué es de gran importancia?, ¿sabe cuántos ancianos se subsidiaban cuando llegó este Gobierno?: 60 mil. De pronto se les pagaba, de pronto no. Y nosotros para cumplir ese artículo de la Constitución, hemos elevado el número a 170 mil ancianos que hoy reciben subsidios en todos los municipios de la Patria. Pero no nos vamos a quedar ahí. Me he comprometido que el 20 de julio (de 2005) debemos tener adjudicada la licitación para entregarle una comida diaria a otros 400 mil ancianos de la Patria.

Entonces la Constitución hay que cumplirla, no en el discurso. La Constitución hay que cumplirla en los hechos.

Aspiro el 20 de julio poder decirle al Congreso de Colombia y al país entero que tenemos 570 mil ancianos recibiendo subsidio (170 mil recibiendo un subsidio monetario y 400 mil ancianos recibiendo una comida diariamente) y espero poder decirle a las nuevas generaciones que, con la Reforma Pensional –que estoy seguro el Congreso nos va a aprobar, porque ya la aprobó en primera vuelta- estamos garantizando que los jóvenes de hoy, cuando mañana lleguen a la edad mayor puedan tener derecho a la pensión; porque como van las cosas, va a ser imposible que lo tengan.

D.A.: ¿comparte esa propuesta de Mario Uribe, la descalifica, la rechaza?

Presidente de la República: Toda la vida he mantenido mi procedimiento, mi conducta, totalmente ajustada a la Constitución. Todo el que esté en la arena política es libre de decir lo que quiera, el uno, el del otro, el de más allá. Déjenme a mi concentrado en mi trabajo que los colombianos me han visto... es que yo tengo un periodo de prueba bastante largo en la política colombiana. Yo tengo un periodo de prueba bastante largo como Gobernador, como Senador, como Concejal.

Y esta Presidencia no empezó ayer, los colombianos me han visto siempre –en medio de todos mis defectos, de las limitaciones de esta condición humana- ajustado a la Constitución. A la Constitución que habla de un Estado Social de Derecho y ese Estado Social de Derecho tiene que preocuparse por la eliminación de la pobreza. No solamente en el discurso de campaña, sino en los actos de Gobierno.

Mire le digo lo siguiente: en el 2002, la pobreza en Colombia estaba en 57.8, en el 2004 se situó en el 53.3, ¡muy alta! pero en medio de un Estado quebrado, en medio de un Estado donde la gente no quería invertir, en medio de un Estado donde se había abandonado el imperio de la Constitución, haber reducido esos cuatro puntos la pobreza en estos dos años, es bastante importante. Y si logramos inducir la economía por una senda de crecimiento más fuerte, como lo estamos buscando, ahí tenemos que avanzar muchísimo para que el país cumpla con la Constitución que concibe a Colombia como un Estado Social de Derecho.

Toda la vida he estado al pie de las Instituciones y del cumplimiento de la Constitución. Lo que hay que hacer es, pensar en estos grandes temas y no dejarse desviar del debate. Cada quien propone lo que le corresponde, propone sus ideas, propone sus tesis y el Gobierno tiene que dedicarse a Gobernar.

Este fin de semana que pasó fue un fin de semana importante en obras públicas, porque cuando hablemos de crecimiento económico hay que reconocer que, las obras públicas han sido un lunar y mire lo que pasó este fin de semana: empezamos la obra, no cáñamos ni anunciamos contratos, sino que empezamos la obra Bogotá – Girardot, la doble calzada. Reactivamos totalmente la doble calzada del Eje Cafetero, tantos años en pleito como otras concesiones y nosotros hemos venido superando todos los pleitos de concesiones viales. Confiamos poder superarlos en su totalidad. Se reactivó esa obra.

Empezamos la variante Sur – Sur de Pereira que es un clamor en esa obra. Inauguramos uno de los pasos más importantes, que es el paso del ‘Pollo’ en Pereira, donde se cruza la doble calzada del Eje Cafetero con la carretera que va con la salida de Pereira a Cerrito.

E iniciamos otra obra de gran importancia, que es la doble calzada de Cerrito en Pereira, a la Victoria en el Valle del Cauca. Pero, no es que se contrató –eso la contratamos el año pasado-, es que ya se empezó la obra.

Esos son los temas por los cuales tiene que estar a toda hora preocupado el Presidente de la República. En un país con violencia, en un país que había perdido la confianza inversionista, en un país con tanta pobreza, en un país que continúa con un desempleo alto, los otros temas gustan mucho en la farándula de la política pero no son los temas que interesan a una comunidad angustiada por sus problemas y deseosas de soluciones.

D.A.: El Colombiano del jueves 31 en su editorial dice: “Cumbre para cerrar negocios de armas” y también el periódico El Tiempo hace eco en la misma dirección. ¿Se sintió cómodo usted en esa Cumbre, para qué le sirvió esa Cumbre a Colombia?

Presidente de la República: Tema de gran importancia y quiero referirme a él.

Nosotros tenemos dos opciones: a ver, no vamos a la Cumbre de Venezuela. Yo no puedo permitir como Presidente que a Colombia se le aísle, Colombia tiene que estar totalmente integrada. Nosotros tenemos una alianza con los Estados Unidos y eso no es incompatible con una gran alianza con nuestros vecinos suramericanos, que la necesitamos. Además con España y Portugal participamos en la Unidad Iberoamericana y España es nuestro gran embajador ante la Unión Europea. Entonces, Colombia tiene que estar allí, presentando sus posiciones, trabajando mancomunadamente, defendiendo sus intereses, defendiendo los intereses de la región.

Si Colombia se aísla, se corre el riesgo de que, o la agenda la imponga el Eln o la Farc, o simplemente el tema del terrorismo en Colombia sea un tema totalmente olvidado, un tema al que se le trate con indiferencia y total olvido en esas cumbres. Es bien importante la presencia allí de Colombia.

Y mire los resultados: un total respaldo a nuestras políticas del Presidente Rodríguez Zapatero de España, un total respaldo del Presidente Lula del Brasil y todos los días vemos una evolución más favorable del Gobierno de Venezuela. Nosotros, sin aspavientos pero con firmeza, sin desafíos pero buscando resultados, podemos decir: el señor Granda está preso en una cárcel de Colombia, el señor Chigüiro está preso en una cárcel de Venezuela y hay un proceso de extradición en curso.

En cuanto a las armas uno tiene que mirar varias cosas: el uso y la manera cómo se negocian las armas.

El uso, lo importante es que, un país como Colombia acuda a una Cumbre de esas –como lo hicimos- y diga claramente –como lo dijimos- en privado y en público: ‘mire la adquisición de armas tiene que tener un uso exclusivo, la lucha contra el terrorismo, la lucha contra la delincuencia, la protección de la Comunidad’.

La adquisición de armas, no puede en algún momento, facilitar que llegue a grupos terroristas. A los grupos terroristas no pueden llegar armas viejas, no pueden llegar armas nuevas. Las fábricas de municiones que se instalen para proveer armas que cualquier país adquiera, no pueden servir para alimentar grupos terroristas de ese país o de un país vecino.

Es más importante ir a una Cumbre, decir esto, adoptar controles con todos los países que están allí, instar a que cumplan los acuerdos internacionales de negociación y de manejo de armas –como el acuerdo de Marcaje- que simplemente aislarse a renegar o a llorar.

Es bien importante también, que la negociación de armas se de con transparencia, a través de los métodos legales, ¿por qué?: cuando se da en el mercado legal, se produce la información, se genera debate, de ese debate se derivan controles. Y cuando el negocio de armas se hace en el mercado negro, pues no aflora la información, no se genera debates, no hay manera de producir controles.

Lo otro, bien importante, es que Colombia, en este desafío para proteger a nuestras Instituciones y a nuestro pueblo, necesita adquirir armas. Entonces, Colombia, cualquier decisión en materia –como la de la semana pasada en Venezuela- también tiene que estar en concordancia con su legítimo interés de que a nuestra policía y a nuestro Ejército y a nuestras Fuerzas Armadas, la Comunidad Internacional les venda armas.

D.A.: La disminución de los cultivos de coca. Todo indica que, a pesar de la política de fumigación y de que como nunca antes en la historia se había erradicado tanta hectárea y tanto en el territorio nacional, de todas maneras el número de hectáreas prácticamente se mantiene igual.

Presidente de la República: Hay dos informes –y el año pasado nos ocurrió lo mismo-. El año pasado hubo dos informes, uno de 103 mil hectáreas y otro de alrededor de 86 mil hectáreas.

Este año hay un informe que dice que estamos en 103 mil hectáreas, pero hay una discrepancia con otros informes que deben aparecer oficialmente dentro de poco, de instituciones semejantes.

La información que me han dado a mí, es que las cifras que recoge el informe que conocimos la semana pasada, son cifras del primer semestre del año pasado. La información extraoficial que me han dado, es que a 31 de diciembre –información sin confirmar- hemos reducido los cultivos de droga en Colombia a una cifra entre 70 y 76 mil. De todas maneras todavía es muy alta, todavía es inmensamente alta.

Hay que seguir en esta tarea y el Gobierno va hacer todos los esfuerzos, este año, para cumplir la meta de fumigación y la meta de erradicación manual que venimos creciendo. Y sobre todo para hacer otra cosa, para entrar a erradicar la coca en los Parques Naturales porque la delincuencia ha querido aprovecharse de la situación de que no hay posibilidad política de fumigar en los Parques Nacionales, para llenar los Parques Nacionales de coca.

Ese obstáculo lo tenemos que remontar para poder erradicar la coca de los Parques Nacionales, que puede ser el gran factor que los destruya.

D.A.: Pero de todas maneras e independientemente del resultado, ¿no cree usted que vale la pena replantear este asunto de la fumigación de cultivos como se está haciendo hasta el momento?

Presidente de la República: ¡Qué tal, por Dios! El país llegó a tener 170, 180 mil hectáreas, ¿en qué estuviéramos?

Mire, nos destruyen la selva amazónica, nos destruyen las reservas de bosque de la región Andina colombiana, nos destruyen los bosques de protección de nacimientos de aguas en nuestras cordilleras. ¡De ninguna manera! Lo que hay que hacer es, mayores esfuerzos para poder decomisar la droga, para poderla decomisar en su salida por todos los países. –De ahí la importancia también de la presencia la semana pasada en Venezuela-. Mayores esfuerzos para poder, en algunos sitios donde es muy difícil la fumigación, erradicarla con mayor celeridad, a través de procedimientos manuales etcétera.

En eso nosotros tenemos que tener voluntad de hierro, voluntad oriental. No podemos tener cortoplacismo. El Plan Colombia a penas empezó en el año 2000, esta ajustando cinco años. Venimos de 170 mil hectáreas de droga, no nos podemos desesperar, el objetivo tiene que ser acabarla en su totalidad y no dejar que nos desmayen noticias que en algún momento no son muy positivas.

Aquí hay que escoger entre tener perseverancia o dejar que nos amilanen noticias que en algún momento no son muy positivas. Mi recomendación a la opinión pública colombiana es que tengamos toda la perseverancia.

Este problema, como los otros problemas, no los resolvemos sino con persistencia.

D.A.: En un comunicado firmado por Antonio García, a nombre del Comando Central del Eln, dice textualmente: “el Gobierno terminó públicamente con una discusión que solo era entre el Eln y el Gobierno, que estaba siendo manejada de manera bilateral y que no contó con la presencia del Eln, acabando así la posibilidad de flexibilizar los puntos de vista en los temas en discusión. De esa manera el presidente Álvaro Uribe petrificó la búsqueda que teníamos, ahora es muy difícil que las partes se puedan mover” ¿Qué le respondería Usted a Antonio García, Presidente?

Presidente de la República: Muy poco, él siempre juega a ponerle un petardo a las posibilidades de acuerdos de paz con el Eln, vamos a seguir en esa tarea, se está haciendo un gran esfuerzo a través de México. Yo le conté en detalle a los Presidentes de la reunión de Venezuela, la semana pasada, que fueron destinatarios de una carta del Eln, el esfuerzo que está haciendo Colombia y quiero asumir una actitud prudente, hasta donde se pueda, para repetir lo siguiente: desde el principio, este Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para continuar una exploración de paz con el Eln que traía la administración anterior a través de Cuba. Nosotros lo hemos hecho a través de Cuba, que nos ha prestado toda la colaboración y ahora se está haciendo un gran esfuerzo a través de México.

Quiero recordar esto: un domingo que visité México, públicamente se me preguntó ¿cuál era la condición para el acuerdo con el Eln? y dije: ‘muy elemental, es el cese de hostilidades, no se necesita el desarme, la desmovilización, pero sí un gesto para el Pueblo colombiano, que es ese cese de hostilidades’. Y en seguida se me preguntó: ‘¿y cuál sería la garantía del Gobierno?’ Esa pregunta fue concordante con otra que me había hecho Felipe Torres –en búsqueda de la paz con el Eln, visité a Felipe Torres, lo visité en un hotel de Medellín después que él salió de la cárcel, le ayudamos a que lo instalaran en España, donde está y yo creo que está bien y está cómodo-.

Él me dijo que no se atrevían al cese de hostilidades porque entonces el Gobierno los iba a matar. Yo le dije: ‘hombre, yo dirijo un Gobierno firme pero nosotros no procedemos a la mansalva, nosotros actuamos con las armas de la República firme, pero transparentemente. Nosotros les respetaremos el cese de hostilidades’. Y eso lo repitió ese día públicamente en México. En ese momento se me preguntó: ‘¿qué garantía habría? Y dije: ‘cualquier garante’, y se me dijo: ‘¿se aceptaría México?’, y contesté: ‘¡por su puesto! Y desde ese día, México viene haciendo una gran tarea de mediación.

Hace pocos días estuvo en Cali el obispo Emérito de Sudáfrica, Monseñor Tutu y entonces él me propuso, públicamente, a través de la televisión, que se autorizara la salida de los jefes guerrilleros para ir a Sudáfrica. Yo le dije: ‘sí, Arzobispo, lo autorizamos, pero permítame una pequeña condición’, él me miraba, nada me decía, yo le dije: ‘¿le puedo proponer una pequeña condición?’ y de pronto, después de que yo le insistí, sin que me musitara palabra, simplemente me hizo un gesto positivo con la cabeza, entonces dije: ‘que mientras estén en Sudáfrica no disparen acá, no secuestren acá, que haya ese gesto a favor del Pueblo colombiano, no un gesto a favor del Gobierno, un gesto a favor del Pueblo colombiano tan martirizado’. Él se levantó, hizo una oración y dijo que, sería muy importante que los líderes guerrilleros bajaran de las montañas y atendieran eso, que era una condición razonable.

Y vamos a seguir en la búsqueda de la paz con el Eln, como con todos estos grupos. La política de Seguridad Democrática tiene como fin último y fin único, la paz en Colombia.

D.A.: Dice también el comunicado del Eln que ha habido muchas trabas por parte del Gobierno, por su insistencia en exigir un cese unilateral de fuego y de hostilidades en esa misma dirección...

Presidente de la República: Darío, se han exigido gestos para el pueblo colombiano, para que un proceso no nazca mal, para que nazca con credibilidad. Pero entenderá usted que yo tengo que proceder con prudencia, a ver si de pronto se abre camino ese primer acuerdo con el Eln.

D.A.: Señor Presidente, el proyecto de Justicia y Paz a la consideración del Congreso, hoy el ex fiscal Alfonso Gómez Méndez tiene una columna titulada “Entre el delito político y la criminalidad común” y habla del salto de garrocha que se pretende dar para convertir en delitos políticos lo que son delitos de lesa humanidad o delitos comunes.

Presidente de la República: Primero. Los delitos de lesa humanidad no son ni serán delitos políticos en Colombia. Me parece de la mayor gravedad que alguien, tan conocedor de la materia, trate de inducir a esa confusión.

Nosotros, muy claramente, hemos dicho, en ese proceso de paz con las autodefensas, en el proyecto de ley, que: los delitos de lesa humanidad no son indultables, no son amnistiables. Y esa es una de las grandes discusiones, en el proceso de paz, y es uno de los puntos que el Gobierno ha manejado con total firmeza. ¡Ahí no puede haber concesión! ¿Por qué?: porque así lo manda la Constitución colombiana, así lo impone el bien público y así lo demandan los tratados internacionales, de los cuales Colombia es signataria.

Segundo, delitos ordinarios comunes y delitos políticos. Lo que pasa es que en Colombia ha habido un sesgo y el país no puede seguir con esos sesgos. Algunos tienen un sesgo “pro-guerrillero” y otros un sesgo “pro-paramilitar”. Entonces, el único sesgo que hay que tener es el sesgo pro-institución.

Este país, consecuencia de muchos “gobiernos” ¿cómo nos lo entregaron? En la vía de dividirse en tres países: una república paramilitar en una parte, una república guerrillera en otra y un Estado débil y decadente –todos los días más chiquito- en el centro del país. Por eso he convocado a los colombianos a que no haya sesgo “pro-guerrillero”, a que no haya sesgo “pro-paramilitar”, a que el único sesgo, la única devoción, la única parcialidad, sea a favor del control institucional del Estado.

¿Qué hemos propuesto nosotros –pero lo propusimos en el discurso político de la campaña-?: Colombia no puede seguir estableciendo diferencias entre delitos de la guerrilla y de los paramilitares. Algunos han dicho, históricamente, que la guerrilla siempre comete delitos políticos y los paramilitares delitos ordinarios. No hay diferencia. Uno pregunta y ¿por qué? ¡Ah! porque la guerrilla estaba en contra del orden establecido y los paramilitares a favor del orden establecido. Tan político o tan ordinario puede ser lo uno como lo otro. Finalmente, ambos en sus propósitos violan el ordenamiento jurídico, utilizan ilegítimamente armas, interfieren la democracia y el sufrimiento de la comunidad es el mismo cuando las víctimas provienen de ataques de la guerrilla, que cuando las víctimas provienen de ataques de los grupos paramilitares.

¿Por qué hemos propuesto que el delito de sedición se extienda también a los mal llamados grupos paramilitares? Primero, por la convicción de que no puede haber diferencia entre el delito que unos cometen y el delito que cometen los otros. Y segundo, por razones prácticas, porque en este Gobierno se ha tenido lugar un proceso de desmovilización, sin antecedentes en Colombia. Llevamos casi 12 mil desmovilizados ¿sabe cuánto nos cuestan este año?: 200 mil millones de pesos, eso es más o menos 80 millones de dólares. Ahí hay una gran inversión social, una gran reinversión social que no se reconoce por algunos.

¿Sabe cuánto nos cuesta atender a los desplazados?: otro tanto. ¿Sabe cuánto nos cuestan las Familias Guardabosques?: casi otro tanto. En esos tres rubros tenemos, este año, 240 millones de dólares de inversión social.

En esos reinsertados que son 12 mil, hay aproximadamente 6 mil paramilitares y 6 mil guerrilleros. En los paramilitares hay unas desmovilizaciones individuales y otras colectivas. ¿Cómo hemos desmovilizado a unos y a otros hasta ahora?: aplicando la Ley 782.

La Ley 782 se ha venido interpretando en el sentido de que se puede desmovilizar por igual al guerrillero que al paramilitar. ¿Por qué en la nueva ley pedimos que se tipifique ese delito de sedición?, por una razón: porque lo que venimos haciendo, de acuerdo con la Ley 782, es vía interpretativa. El día que un fiscal o que un juez diga que los paramilitares no cometen el mismo delito que los guerrilleros y que no los podemos desmovilizar a la luz de la Ley 782 se paraliza todo este proceso. ¿Qué haríamos? Entonces queremos seguridad jurídica para continuar con este proceso sin que ello implique impunidad, sin que ello implique –y es muy claro el Gobierno y el proyecto- amnistía o indulto para los delitos atroces, para los delitos de lesa humanidad. Sin que ello implique conexidad con el narcotráfico.

Es que este es un punto bien importante. Le decía a algún senador: ‘hombre, este Gobierno merece credibilidad en su lucha contra el narcotráfico, mire las fumigaciones, la extinción de dominio –el primer proyecto que a este Gobierno se le aprobó, presentado por el doctor Fernando Londoño Hoyos, un proyecto para agilizar la extinción de dominio, eso ha crecido sin antecedentes en Colombia la extinción de dominio, yo creo que a la fecha he firmado alrededor de 280 resoluciones de extradición.

Cuando yo llegué, de los carteles del norte del Valle del Cauca se hablaba entre asombro, siempre en secreto o como tema de diversión en los cócteles. Nosotros hemos enfrentado esos carteles con toda la determinación.

Primer punto, hechos de este Gobierno frente al narcotráfico: cuando este Gobierno muestre esos hechos, es injusto que se trate de sembrar una duda de que va a haber conexidad para beneficiar narcotraficantes.

Segundo punto, hechos de este Gobierno en el proceso de paz de Ralito: nosotros expresamente hemos ordenado que en ese proceso de paz no participen personas con nombre propio que han sido simples narcotraficantes que se hacen pasar por autodefensas.

Y tercero, veamos lo jurídico: Colombia es signatario de la Convención de Viena y la Convención de Viena prohíbe la conexidad de los delitos políticos con el narcotráfico, con el terrorismo, con el secuestro, etcétera.

¿Qué hemos hecho? Hemos dicho: ‘para que no haya dudas, para que se disipe cualquier duda que quieran proponer, hemos redactado un nuevo artículo –que lo ha presentado el Ministro (del Interior y de Justicia) Sabas Pretelt- y que dice que: no hay conexidad con el narcotráfico. Eso es bien importante.

Además quiero recordar lo que dije el pasado sábado en Manizales. El pasado sábado un fiscal en Manizales –porque allá hicimos un consejo de seguridad y en paralelo un Consejo Comunitario, yo estuve unos primeros minutos en el consejo de seguridad, a partir de allí lo presidió el Ministro de la Defensa y después me trasladé al Consejo Comunitario- me dijo al oído que me iban a pedir un permiso para que la Fiscalía hiciera una diligencia en Ralito. Yo me anticipé y le contesté públicamente: no me lo tienen que pedir, tienen todo el apoyo del Gobierno para que entren allí a hacer cuantas diligencias quieran. Es que nosotros no vamos a permitir que la justicia colombiana se excluya de un milímetro del territorio nacional.

Por eso ayer entró la Policía a San José de Apartadó. Pero no entró a desafiar la comunidad ni a maltratarla, sino a ganarse la confianza de la comunidad y a protegerla. Porque es que, lo complicado es cuando no se acepta la presencia de la Fuerza Pública, hay masacres y a renglón seguido, algunos, se las quieren imputar a la Fuerza Pública.

O sea, que nosotros estamos en lo dicho: necesitamos una ley para procesos de paz, pero una ley que sea creíble, ¿qué le da credibilidad a esta ley?: las acciones del Gobierno en estos 32 meses, la circunstancia de que hay 12 mil desmovilizados, una ley que sea equilibrada, un buen balance entre paz y justicia.

Es la primera vez que Colombia en un proceso de paz se preocupa por la justicia. Antes, Colombia simplemente se preocupaba por la paz, no importaba que hubiera o no impunidad, con tal de que se diera la paz, que le hace que los delitos de lesa humanidad quedaran impunes, ahora hay una gran preocupación y está en el texto legal.

Hemos dicho: en nombre de la paz no podemos llegar a la impunidad, pero también hay que recordar que es un proceso de paz.

Hemos dicho, en nombre de la justicia: no podemos llegar al sometimiento, ni sometimiento ni impunidad, es un proceso de paz con reparación, es un proceso de paz con justicia.

Y lo otro que hemos dicho: tiene que ser universal, es una ley para todos estos grupos que están delinquiendo y vamos a insistir en ese camino y confiamos que el Congreso de la República nos ayude con un texto legal con toda la sensatez para la conveniencia colombiana.

Judith Sarmiento. Periodista: Presidente, eso significaría que se aplicaría el perdón o la penalización leve, solo a aquellos a quienes se les pruebe que se organizaron para tomar las armas bien sea contra el Estado o bien sea para enfrentar a la guerrilla, pero no que tenga ningún otro tipo de delito cometido.

La pregunta es, ¿en la práctica qué tan posible es lograr eso y qué pasará con los líderes, autores intelectuales de las masacres de uno y otro lado, no podrán ser entonces beneficiarios de la ley de Justicia y Paz?

Presidente de la República: Primero hay un problema en Colombia, práctico, que nadie puede desconocer: todos estos grupos se han contaminado de narcotráfico.

En el Plan Patriota, en las selvas, todos los días le desarmamos más laboratorios de droga a la Farc, todos conocemos la manera cómo se han involucrado los grupos de autodefensas en el narcotráfico y todos los días capturamos gente del Eln en sitios como El Tarra y la Cordillera del Catatumbo en el Norte de Santander, en el Magdalena Medio, en la Serranía de San Lucas, interviniendo en cultivos de droga. Todos estos grupos intervienen en droga.

¿Cómo se resuelve esa dificultad?: la solución no es fácil. El Gobierno lo ha dicho en lo político y lo ha propuesto en lo jurídico: las leyes de paz solamente son aplicables a aquellos que hayan tenido, por objeto principal, organizarse en esos grupos contra el Estado, sean grupos guerrilleros o grupos paramilitares. Si hay una persona que lo que estaba haciendo era, interviniendo en el negocio de droga y después quiere aparecer haciéndose pasar por paramilitar o por guerrillero, esos delitos que cometió esa persona no pueden ser objeto de los beneficios de disminución de penas de esta ley.

En cuanto al tema de las masacres. Si la persona entra en el proceso de paz –y para eso hay unos requisitos y uno de los requisitos, repito, es que la persona no sea un narcotraficante disfrazado de paramilitar, que la persona no sea un narcotraficante disfrazado de guerrillero-, reúne todos los requisitos y esa persona es responsable de masacres, no tiene indulto, no tiene amnistía porque esa masacre es un delito de lesa humanidad y estamos discutiendo con el Congreso de la República el mínimo de cárcel que esa persona tiene que pagar.

Aquí hay que recordar el principio de la ley: la ley en nombre de la justicia no puede indultar ni amnistiar el delito atroz; pero, si es una ley para procesos de paz tampoco puede llegar, en nombre de la justicia, al extremo de que sea una ley de sometimiento. Tenemos que trazar dos líneas divisorias: del lado de la paz una línea divisoria entre lo que es la paz y la no impunidad, que haya paz pero sin impunidad y del lado de la justicia: una línea divisoria entre lo que es la justicia y la reparación y lo que es el sometimiento. Que haya justicia, que haya reparación, pero que no haya sometimiento. Porque si lo que salimos es con una ley de sometimiento, entonces vamos a frustrar también las posibilidades de paz.

J.S.: Presidente, entonces, para esas personas, a quienes además de haberse organizado en armas resulten involucrados en masacres o en narcotráfico o en cualquier otro delito, se les aplicaría las penas que resulten aprobadas en el proyecto de Justicia y Paz, los siete o los ocho años, en fin…

Presidente de la República: No me lo deje así. No me lo deje así Judith.

Miremos para ver si nos queda clarito. La persona ha sido narcotraficante y quiere aparecer como paramilitar, esos delitos de narcotráfico no tienen los beneficios de la ley. Recuerden el caso de un señor Sierra que quiso aparecer en Ralito como vocero de las autodefensas, el doctor Luis Carlos Restrepo (Alto Comisionado para la Paz) fue informado por la justicia, yo lo supe e inmediatamente el Gobierno produjo un comunicado público diciendo: ‘este señor no puede participar en la mesa, este señor no es beneficiario del proceso’ y hoy la Policía está persiguiendo buscando la captura de ese señor. Entonces, si esa persona ha sido narcotraficante y quiere disfrazarse de paramilitar o guerrillero, esos delitos de narcotráfico no pueden ser beneficiarios de esta ley.

En el caso de personas que sean beneficiarias de esta ley, que han cometido masacres, sean ellos de la guerrilla o de los paramilitares, son beneficiarios de esta ley pero no tiene beneficio de indulto –el Gobierno no lo puede otorgar-, no tendrán beneficio de amnistía. Y estamos discutiendo cómo van a estar en la cárcel, cuánto tiempo y estamos discutiendo en el proyecto de ley cuáles serán sus obligaciones de reparación al pueblo colombiano.

¿Cuál es la diferencia entre este proceso y anteriores procesos? En anteriores procesos, solo se prestó atención a la paz, se perdonó –con los ojos cerrados o con el texto de la ley- delitos atroces del pasado. Esa gente recobró la plenitud de los derechos políticos, llegaron a todas las instancias de la democracia nacional. Ahora no podemos hacer eso. Ahora, lo que son delitos de lesa humanidad, no pueden recibir el beneficio de la amnistía ni el beneficio del indulto.

D.A.: Señor Presidente, en el caso del fiscal que le solicitó permiso para que una delegación de la Fiscalía pudiera entrevistar al señor comandante Báez, ¿por qué Báez no es llamado a Bogotá y rinde su testimonio aquí en la Fiscalía?

Presidente de la República: Donde quiera la Fiscalía. Al señor Báez le fue autorizado, hace tiempo por el Gobierno, permanecer en esa zona de Ralito, a él se le ha reconocido la vocería y lo que no va a permitir el Gobierno es que eso se convierta en una zona de impunidad. Por eso yo no me demoré, el Fiscal me lo dijo al oído, y sin mencionar el nombre del fiscal, ahí mismo lo dije en público, no esperé el trámite formal sino que quise con mi decisión y mi actitud recordar a los colombianos que, la zona de Ralito es una zona para la paz, ¡sin ausencia del Estado y sin ventajas para la impunidad!

Yolanda Ruíz. Periodista: Señor Presidente, en varias oportunidades a raíz de pronunciamientos de la Corte Constitucional sobre distintos tópicos, se ha planteado la necesidad de una reforma constitucional que replantee los alcances de los poderes que tiene la Corte Constitucional, ¿usted qué cree, que se necesita en este momento en Colombia esa reforma, replantear los poderes de la Corte Constitucional?

Presidente de la República: Ese tema, el doctor Alfonso López Pumarejo, solía decir: “vivir para ver”. Entonces, pasan cosas sorprendentes, no en el pueblo colombiano –el pueblo colombiano es muy consecuente- pasan cosas sorprendentes en la dirigencia política.

Un día salen a atacar la Constitución del 91 y al otro día, los mismos que la atacan, la desconceptúan, se convierten en los defensores, cuando la Constitución la defendemos todos. Aquí se aplica ese principio inglés de que la Constitución, que ahora llaman el common law, no escrita -aquí sí escrita-, de que la Constitución es el acuerdo para el desacuerdo.

Entonces, desde que se dictó la Constitución del 91 y se conocieron las primeras sentencias de la Corte Constitucional, con bastante anterioridad a este Gobierno, se han oído críticas a eso. Yo confió que el proceso de jurisprudencia vaya a clarificando todos estos temas.

Ahora, uno encuentra dificultades. Por ejemplo, una cosa es la interpretación de la Corte Suprema de Justicia sobre el tema de tutelas sobre sentencias, otra cosa es lo que alega la Honorable Corte Constitucional sobre ese tema. Este Gobierno es profundamente respetuoso de la tutela.

Yo he dicho que si hay algún aporte importante a la Constitución del 91, es la tutela, ¿por qué? porque la Constitución no puede ser un librito abstracto, lejano al pueblo. La tutela se convirtió en el camino para que el pueblo sienta que la Constitución es de carne y hueso, que la Constitución beneficia al pueblo. Y hay esa discusión sobre la tutela, sobre sentencias, que el Gobierno la ha manejado muy respetuosamente buscando construir un consenso entre las Cortes, para ver cómo se maneja eso, y el Gobierno seguirá en lo que ha estado: la búsqueda de consenso, con toda la prudencia, porque eso es lo que ayuda a aclimatar en Colombia el peso de las instituciones.

J.S.: ¿Pero es partidario de limitar los poderes de la Corte Constitucional, Presidente? Teóricamente hablando?

Presidente de la República: ¿Teóricamente hablando?, es muy claro doctor Darío. Yo empecé la Presidencia el 7 de agosto del 2002, estamos en abril e 2004, a pocas horas de emprender un viaje a China y de Japón y lo que he hecho estos dos años es: proponer unas normas en el Referendo –que ustedes las conocen- y ahí no había una sola violación de la Constitución, unas normas que se tramitaron de acuerdo con los principios democráticos, se tramitaron de acuerdo con la Constitución, unas normas convenientes, inmensamente convenientes para esta Patria, como el tema pensional –que aspiro que el Congreso de la República me ayude ahora a sacarlo adelante-.

Y ¿por qué mi insistencia en el tema pensional?: oígase bien: nosotros recibimos una economía quebrada, con un altísimo déficit fiscal y un gran endeudamiento.

¿Sabe cuál es la principal herencia de este Gobierno en lo fiscal?: hemos reformado 150 empresas del Estado. ¿Qué tal que no hubiéramos reformado el Banco Cafetero, el último de los reformados?, ¿qué tal que no estuviéramos reformando los hospitales públicos, como el hospital de Caldas –tema que nos tomó bastante rato el pasado sábado en Manizales- o el González Valencia de Bucaramanga?, ¿qué tal que no hubiéramos reformado Inurbe?, ¿en qué estaría el país sino hubiéramos reformado la Convención de Ecopetrol?, etcétera.


¿ Usted se imagina un Telecom con 400 mil millones de pesos al año de pérdida y un Estado quebrado?, ¿qué tal que no estuviéramos reconvirtiendo deuda? Mire, esta revaluación que tanto preocupa al Gobierno por lo menos le hemos aprovechado para una cosa, hasta la fecha hemos convertido deuda en dólares a pesos tres mil millones de dólares, aprovechando los dólares baratos. ¿Cuanto ayuda eso?

Cuando este Gobierno empezó, el endeudamiento estaba en el 56 por ciento del PIB, hoy está en el 47. Es muy alto pero lo hemos reducido bastante. De casi 100 pesos que aprobábamos en el presupuesto, 40 para servir deuda. Hoy sigue siendo una gran cantidad de dinero, pero lo hemos reducido a 32. ¿Qué tal que no hubiéramos hecho todos esos esfuerzos en lo fiscal?

¿Y qué ha pasado en esa otra parte constitucional? Hemos venido adelantando reformas de gran importancia.

Cuando este Gobierno llegó apenas, estaba concluyéndose en el Congreso de la República la aprobación, en primer período legislativo, a la reforma constitucional que introdujo el principio de la oralidad en el sistema penal y el régimen acusatorio. A mi me eligieron el 26 de mayo y me di a la tarea de impulsar, como Presidente electo, eso en el Congreso para que se aprobara. Y una vez llegué a la Presidencia, emprendimos la aprobación en segundo período legislativo y se aprobó.

Después acompañamos al Fiscal y al Ministerio del Interior y de Justicia en la reforma de los códigos. Y hoy se está ensayando ya, el proceso acusatorio y el proceso oral, en Bogotá y en el Eje Cafetero.

¿Qué he propuesto en materia de Reforma Constitucional?: que el sistema oral por Constitución, lo extendamos también a los otros temas del derecho. Lo hemos introducido solamente en la parte penal, que sea introducido en la parte laboral, que lo introduzcamos en la parte civil, que lo introduzcamos en la parte comercial. Yo creo que es una reforma constitucional de gran importancia, que ayuda mucho y que ya la estamos probando su bondad en la parte penal.

¿Qué más hemos propuesto?: en lo posible, desjudicializar las pequeñas causas para poder descongestionar la justicia. O sea, que las reformas constitucionales, por nosotros propuestas, no van contra el espíritu democrático del constitucionalismo colombiano, de ninguna manera. Si se examina nuestra política de Seguridad Democrática tiene un contraste y una semejanza con la tradición colombiana. ¿Cuál contraste?: que ha tenido firmeza frente a los delincuentes. Yo no puedo proceder en política por rabia y frente a los delincuentes por miedo. Yo no puedo proceder en política con soberbia, con envidia ni frente a los delincuentes por temor. Si algo ha tenido la política de Seguridad de este Gobierno, en contraste con antecedentes, es firmeza frente a la delincuencia

Y ¿qué semejanza ha tenido con la tradición colombiana? Respeto a las libertades públicas. En otras partes, para implantar una política de seguridad como ésta, pasaron por encima de la Constitución. Aquí la hemos respetado totalmente. Eliminaron las libertades públicas, aquí las hemos respetado totalmente. Ahora estamos dando otro paso, apoyando la ley de garantías electorales en el Congreso.

Pero es que además al Gobierno hay que creerle por esto: este Gobierno ha sido garantista. ¿Cómo fue el proceso del Referendo del 2003?, ¿cuánto espacio tuvieron los de la oposición y los de la abstención? Yo tuve toda la diferencia con el Consejo Electoral, salí a decirle al Consejo Electoral que estaba equivocado porque había contabilizado gran cantidad de cédulas de personas que no podían votar y por eso nos derrotaron injustamente, lo dije en público y en privado al Consejo Electoral, pero dentro de los caminos constitucionales, respetando la institucionalidad.

El Referendo se hizo un sábado, el Consejo Electoral nos dio las reglas de juego ese viernes anterior, ¡tarde! Y después, cuando le hicimos los reclamos, no negó los hechos; sino que dijo que era tarde para ajustar las reglas de juego. Y ese mismo miércoles yo le propuse al país ‘plan B’ y en ese diciembre obtuvimos el primer punto de ese ‘plan B’: la Reforma Tributaria. Y ahora estamos en otro punto de ese ‘plan B’, que es la Reforma Pensional.

Y ese sábado, que fue tres de noviembre, después del Referendo, viajé con el ex presidente Alfonso López a Panamá, donde di un discurso sobre el Centenario de la Independencia de Panamá –que fue un gran paso de la reconciliación y de la construcción de hermandad entre Panamá y Colombia-. Recuerdo que salimos a las nueve de la mañana de Bogotá, el Presidente López me dejó a mí a las dos de la mañana en Cartagena y él se regresó a Bogotá con la Canciller.

Entonces, quiero invocar todos estos hechos para ver cuál ha sido nuestra actitud frente a la Constitución. Ese punto de la tutela, repito, yo soy el primer respetuoso de él. Hay una gran controversia en el país sobre la tutela de sentencias, ¿qué hace el Gobierno simplemente?: el Gobierno lo único que hace en esa materia es, buscar construir consensos.

D.A.: Señor Presidente, hablemos entonces de su viaje, el que emprende esta tarde, después de las 4:30 con empresarios y con varios de sus Ministros a la China y al Japón.

Presidente de la República: Primero, a mí no me gusta salir del país sino un ratico a cumplir deberes. Por ejemplo, ir a Panamá por la mañana y regresar por la noche. Salir a las seis de la mañana para Venezuela y regresar por la noche. Lo único que me preocupa de este viaje es que es muy largo y a la media hora de haber iniciado el vuelo empiezo a mirar hacia, atrás, preocupado por esta Colombia.

Alguna vez por allá en París, a las cinco de la mañana, me mostraron a París toda la noche, estaba de gobernador de Antioquia, había llegado el día anterior a una vuelta de la gobernación, urgente. Y me mostraron a París, toda la noche y a las cinco de la mañana, me dijeron a qué horas venimos por usted, y les dije: ‘a las 9:00’. Me dijeron: ‘¿por qué?’ y dije: ‘porque el avión sale a como las once o doce del día para Colombia’. ‘¿Y es que se va a regresar ya?’ Dije: ‘claro’ Me dijeron: ‘no, pero es que aquí hay mucho más para conocer’ y yo les dije: ‘déjenme que yo lo veo por televisión, aquí todo está hecho, en cambio allá en Antioquia todo por hacer’ Y eso me pasa al frente de esta Patria colombiana.

Vamos a ir a un Japón donde todo está hecho, uno quisiera estar aquí, donde todo está por hacer, pero ese viaje tiene mucha importancia.

Esa economía China, tan importante, puede ser una gran fuente de inversión en Colombia. Y ¿qué han dicho?: que no invierten en Colombia por miedo a la seguridad. Tenemos que ir a construir confianza con los Chinos para que inviertan en Colombia,

¿Qué ha pasado con el Japón? Dejaron de invertir en Colombia por los secuestros de japoneses –que terminaron aquí con el secuestro y asesinato de un ciudadano japonés- y por los pleitos que se dieron en Colombia con asociados japoneses de Telecom. Nosotros encontramos 19 pelitos en Telecom, como encontramos en pleito las concesiones viales. Estamos tratando de superar todo eso, con transparencia y con equidad. Ya están arreglados parte de esos pleitos con Japón y le hemos dado al pueblo japonés todas las garantías de seguridad para que inviertan en Colombia.

Y también tendrá allí lugar la discusión de un tema: el túnel de la línea. Este Gobierno lo está construyendo, doctor Darío. –Me gustaría que usted enviara algunos a ver la boca de ese túnel en plena excavación, construimos ya los accesos y hemos construido los primeros 250 metros de excavación, hace parte de nuestro gran programa de infraestructura- Pero necesitamos 250 millones de dólares para toda la obra, entonces vamos a ver cómo avanzamos en ese crédito con el Gobierno japonés.

En Japón se va a reunir la Asamblea del Banco Interamericano (de Desarrollo, BID) no obstante que el objeto territorial del BID es esta América nuestra, el Japón es un gran contribuyente del BID, por eso la importancia que se reúna la Asamblea allí.

Vamos a pedir a los contribuyentes del BID todos los recursos para la infraestructura Suramericana, la hidrovía, la navegación del río Meta, la comunicación de Brasil a través de nuestro Putumayo, de la carretera nuestra de San Miguel – Puerto Asís – Mocoa – Pasto con el Pacífico. Y vamos a hablar de otro tema bien importante, las condiciones de financiación.

Esta semana Colombia le está prepagando al BID un crédito carísimo de 1.250 millones de dólares. ¿Por qué lo prepagamos?: para aprovechar los dólares baratos de la revaluación y porque es un crédito muy caro. Pero le vamos a decir al BID, con la autoridad moral que nos da ser cumplidos en estos pagos, necesitamos los créditos de largo plazo y de baja tasa de interés, nosotros no podemos seguir con estos créditos tan caros, por eso lo prepagamos.

Estas son algunas de las razones de ese viaje mi querido Darío.

D.A.:¿No teme la laberintitis que lo afectó antes de su viaje a Venezuela y que felizmente ha superado?

Presidente de la República: Por ahora el oído está enchavetado.

(risas…)

D.A.: ¿Absolutamente blindado, Presidente?

Presidente de la República: El oído está bien y anoche la doctora Elsa Lucía le hizo una sesión de acupuntura y ahí lo vamos manejando con la ayuda de los médicos, mi querido Darío, pero hay que estar a toda hora con una obsesión, que es el cumplimiento del deber.

Este Papa que acaba de morir nos dio ese ejemplo: cumplimiento de deber y dignidad en la Tercera Edad y dignidad a la hora de la muerte. Por lo pronto voy a tratar de seguirle un ejemplo a este Papa, me lo voy a grabar en mi mente que es, cumplimiento de deber a todas horas. Y en otros años, si mi Dios me los da, voy a recordar a este Papa para tener dignidad en la edad mayor y dignidad a la hora de la muerte.

D.A.: ¿Y la Presidencia le ha sacado canas a todos los Presidentes, pero a usted a una velocidad asombrosa, doctor Álvaro?

Presidente de la República: Como le parece, como le parece Darío. Pero desde que esas canas sean por trabajar y no por aprovecharse del poder, está bien que vengan y que sea lo que prime.

D.A.: Señor Presidente, unas cositas muy puntuales pero muy importantes. El acuerdo humanitario que están esperando tantas familias que tienen a los hijos, a los esposos, a los soldados a los policías en el monte desde hace cuatro, cinco, seis, siete años…

Presidente de la República: Sí, el Presidente Lula ofreció públicamente, en Venezuela, que Brasil ayudaría en eso porque había sido contactado, me preguntó qué opinaba yo y le repite lo que le había dicho en Leticia y el año pasado en Río de Janeiro: ‘Bienvenida la mediación de Brasil, la facilitación de Brasil’.

Lo mismo el presidente Rodríguez Zapatero, como lo he hecho con los gobiernos de Francia, Suiza, con Naciones Unidas, con personalidades muy importantes de la vida colombiana. Recuerdo que fui a la casa del señor ex Presidente López, en diciembre de 2002, para autorizarle expresamente, que él fuera facilitador. Él me dijo que tendría que proceder con independencia frente al Gobierno y le dije: ‘me parece muy bien señor ex Presidente, no hay obstáculo alguno’.

Ahí ha habido tres temas.

Primer tema: yo no puedo liberar de la cárcel personas incursas en delitos atroces, pero hemos liberado 27 personas no incursas en delitos atroces de la Farc. Y no es como algunos dijeron, que eran unos guerrilleros sin importancia, todos son importantes. A uno le faltaban 12 meses, a los otros por encima de 27, a varios les faltaba 5 años de prisión y están en un proceso de reinserción.

Segundo tema: el destino de los guerrilleros que surjan de la cárcel. Yo he dicho: no los puedo liberar para que vuelvan a delinquir. ¿Un país que le esté está exigiendo más y más resultados a la Fuerza Pública? -Mire, cuando llegué a Presidencia en Colombia un secuestro en Colombia no era noticia, porque como habían 3 mil al año, una masacre no era noticia, un carro-bomba no era noticia. Hoy, cualquier delito, se convierte en motivo de un fuerte reclamo del Gobierno y de la Fuerza Pública y está bien que así sea, porque lo grave es un país anestesiado frente al dolor-. ¿Y nosotros exigiéndoles a la Fuerza Pública este sacrificio?

Esa cantidad de soldados de la Patria en la selva, a toda hora picados de zancudo, enfrentando el riesgo de esa enfermedad tan terrible que es la leihsmaniasis, con esas temperaturas, con el agua a la cintura. ¿Usted cree que yo puedo decirle a la guerrilla: ‘salgan de la cárcel y vuelvan a las selvas como lo proponen ellos y algunos de sus facilitadotes? Yo no puedo aceptar eso.

Por eso hemos dicho: ‘aquellos que salgan de la cárcel tienen que o irse al extranjero a un país que les garantice todas las libertades, pero que ejerza una tutoría. Francia en algún momento dio unas señales positivas, la Iglesia me dijo que la Farc no aceptaba eso. Entonces les di otra alternativa: la reinserción. Pero, ¿en qué quedaría mi cumplimiento a la Constitución si yo autorizo que los guerrilleros salgan de la cárcel para volver a delinquir?, ¿en qué queda mi obligación de garantizar la paz? Mi obligación constitucional de resultados es garantizar la paz. Y mi obligación constitucional de medio, es fortalecer la Fuerza Pública y motivarla. ¡Eso sería una gran desmotivación a la Fuerza Pública!

Un buen interprete de la Constitución tendría que decir: ‘por esa vía de desmotivación de la Fuerza Pública hay una violación constitucional de medios’. Entonces, yo he sido muy cuidadoso en no tomar decisiones, en esta materia o en cualquiera, que violen la Constitución o desmotiven la Fuerza Pública.

Yo, desde las seis de la mañana llamado a los generales, a toda la Fuerza Pública a exigirles a exigirles ¿y en seguida soltando los guerrilleros que los han masacrados a ellos para que vuelvan a masacrarlos? Esta bien que salgan de la cárcel para no delinquir, que entren a ese proceso de reinserción en el cual hay inmensa credibilidad, hay 12 mil reinsertados. ¡Eso no tiene antecedentes en Colombia! Sume los reinsertados de la Corriente de Renovación Socialista, del Eln, los reinsertados del Epl, los reinsertados del M – 19. Aquí hay 12 mil y puede haber 5 mil más, en los próximos días, al ritmo que vamos. Entonces, el proceso es creíble y que los guerrilleros que salgan de la cárcel se vinculen a ese proceso.

Y el tercer tema es el despeje. ¿Usted cree que el país resistiría hoy la motivación de la Fuerza Pública, los antecedentes, que yo salga a despejar el Putumayo y Caquetá o a despejar Florida y Pradera, dos municipios que prácticamente están formando con Palmira y Cali una conurbación?, ¿usted cree que podemos hacer eso?

El año pasado recuerdo que, los propios familiares me contaron la liberación de algunas personas que estaban en ese secuestro, por pagos a la Farc y para esos que pagaron no hubo exigencia de despeje. ¿Por qué si, cuando pagan no hay exigencia de despeje, ahora si hay ésta exigencia de despeje? Sin embargo, a mi no me gusta proponer las cosas por caprichos ni convertir mis razones en fanatismo, siempre busco opciones. Por eso dijimos: ‘despeje no, por estas y estas razones, pero damos una opción, un punto de encuentro’ y propusimos como punto de encuentro una Embajada en Bogotá, la sede del Nuncio Apostólico, se nos dijo después que no. Dijimos: ‘bueno, aceptamos una iglesia en cualquier parte de Colombia y damos todas las garantías para que los guerrilleros que vayan a negociar sean llevados allí por la Cruz Roja Internacional, por quien sea’.

O sea Darío que tenemos unas limitaciones. Yo le decía a los presidentes Lula, Rodríguez Zapatero y Chávez, lo que le he dicho al presidente de Francia, al Gobierno Suizo: ¿si ustedes encuentran que estas condiciones de Colombia no son razonables, háganme ver por qué las cambiamos? Y es que además el Gobierno ha introducido modificaciones allí.

Cuando era candidato, en las primeras semanas como Presidente electo y en el ejercicio del Gobierno dije: ‘hay acuerdo humanitario siempre y cuando se inicie un proceso de paz con cese de hostilidades’, eso lo dejamos atrás a pedido de Kofi Annan, a pedido del Presidente de Francia. Nosotros aceptamos desvincular el proceso de paz del acuerdo humanitario y lo que estamos exigiendo es que se allanen estos tres puntos, que son fundamentales.

D.A.: Ninguno de esos tres los negocia, Presidente.

Presidente de la República: Darío, pase de entrevistador a analista. Yo le pregunto, ¿en el análisis, conviene que, quien salga de la cárcel vuelva a delinquir?

D.A.: Por su puesto que no, Presidente.

Presidente de la República: Con los antecedentes de zona de despeje, ¿no es una opción válida un punto de encuentro como una Iglesia en cualquier parte, una embajada?

D.A.: Es razonable.

Presidente de la República: Yo debo cumplir la Constitución, ¿puedo liberar de la cárcel personas en curso de delitos atroces?

D.A.: Usted en eso ha sido muy coherente y consecuente,Presidente.

Presidente de la República: Se lo agradezco, pero no por ser yo coherente y consecuente, por la Constitución colombiana. Nosotros, adheridos a principios fundamentales de bien público y de cumplimiento del ordenamiento jurídico, no hemos tenido inconveniente en buscar opciones y seguimos abiertos a eso.

Mire, yo jamás he eludido el diálogo con los familiares de los secuestrados. Llego a Neiva, cualquiera sea el tema que me cite a mí, me dicen: ‘en ese Centro de Convenciones, en una salita contigua, están los familiares de los secuestrados’. Les doy la cara, lo mismo en Cali. Y qué dificultad para mí, qué dilema. Porque por un lado, se me contagia esa tristeza de ellos inmediatamente –no soy capaz de mirar a mis compatriotas sino a los ojos, entonces yo no los miro de reojo, yo los miro inmediatamente a sus ojos y se me contagia esa angustia-, es que yo soy padre de familia. Y por otro lado, eso me hace contraste con la manera de apreciar la historia del orden público en Colombia, que yo he tenido, y que influye en el contenido que yo le doy al cumplimiento de mis deberes de Presidente.

Tema bien difícil Darío, pero vamos a seguir luchando por todos los medios, hasta el último día de Gobierno.

D.A.: Frente a las llamadas Comunidades de Paz, es muy preocupante el hecho de que la Fuerza Pública, al estar de nuevo presente en ciertas áreas, esté recibiendo algunos gestos de animadversión por parte de la población.

Presidente de la República: Primero, hay que destacar lo siguiente: en un país que le estaba entregando su control, en violación de la Constitución, a paramilitares y a guerrilleros, la recuperación de ese control institucional –que es la recuperación del imperio de la Constitución- no puede excluir terrenos del territorio nacional de la presencia de la justicia y de la Fuerza Pública.

Segundo, ¿qué ha pasado allí? Allá ha habido rechazo a la justicia por parte de algunos, obstrucción de la justicia y rechazo a la Fuerza Pública. El Gobierno ha dicho tres cosas, que repito: respeto a esas Comunidades de Paz, tienen todas las garantías en Colombia, pero el Gobierno no puede permitir que se rechace la presencia de la Fuerza Pública ni que se obstruya la justicia.

¿Por qué digo que ha habido obstrucción de la justicia?, porque en dos consejos de seguridad en Urabá, los fiscales han dicho: ‘Presidente, es que nosotros no podemos recibir declaraciones allá, porque la Policía no nos acompaña o porque cuando llegamos allá, salen unos dirigentes de esa Comunidad a decir aquí nadie está autorizado para rendirle una declaración a la justicia’. Eso es obstrucción de la justicia claramente, eso es violación de la Constitución colombiana que tanto defendemos y que es el principio rector de la unidad nacional. Entonces he dicho: eso no se puede permitir, no puede haber obstrucción de la justicia.

¿Cómo llegó la Policía este fin de semana?: amablemente, tranquilamente, sin desafío. Llegó en medio de unas palabras totalmente patrióticas, dulces, del señor general (Jorge Daniel) Castro Castro (Director de la Policía Nacional), sin desafío, en actitud de protección. De la misma manera tiene que proceder el Ejército y la Patria allí.

¿Qué informe me daba anoche el general Castro y el general Arango?: anoche como a las diez de la noche volví a hablar con el general Arango, el segundo Comandante de la Policía que estaba en Apartadó y me dijo: ‘algunos poquitos se retiraron, pero el otro sector que vive en San José de Apartadó permaneció allí’. Hay que hacer el esfuerzo para que los otros poquitos se reintegren o para protegerlos donde se quieran situar, porque ellos, en este marco de libertades de Colombia, son libres para ubicarse donde quieran. Pero allí donde estén ubicados los tiene que proteger la Policía colombiana.

¡Firmeza sin desafíos, firmezas sin aspavientos! Resultados en vez de retórica. Allá está la Policía, pero está sin aspavientos. Y hay mucha gente allí pidiendo que la Policía se quede, que es lo que me piden en todas partes: ‘Presidente, mándenos la Policía pero no por raticos, mándenos el Ejército pero no por raticos sino para que queden’.

D.A.: Presidente, se le ha acusado desde algunos sectores de debilitar a los Partidos Políticos.

Presidente de la República: En ese tema no puedo intervenir. Pero, el año pasado, en una convocatoria académica que hizo el presidente Gaviria, cuando todavía era Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), presenté –incluso por escrito- mi pensamiento sobre cómo en Colombia hay que combinar la democracia de representación con la democracia de participación.

Eso sí que es interpretar bien la Constitución del 91, eso si que es cumplir la rigurosamente. ¿Por qué?: porque si en algo avanzó la Constitución del 91 fue en democracia –permitiendo la elección directa de Gobernadores- y en mecanismos de participación ciudadana. Y esos mecanismos de participación ciudadana son mecanismos de democracia directa, de democracia participativa, que no pueden anular la democracia representativa sino que tiene que haber un buen balance.

También dije, en un momento en Cartagena, de ese discurso recuerdo, que no podíamos entender que la democracia representativa debería ser un concubinato y un intercambio permanente de prebendas entre el Ejecutivo y los Partidos Políticos, porque eso lo que hace es, crear una coalición entre ellos y deslegitimarla totalmente ante la opinión. Fue un buen debate académico donde creí interpretar bien, ese sentido democrático de nuestra Constitución, que equilibra la democracia representativa con la democracia participativa.

Y esa democracia participativa tiene una profunda relación con el Estado Comunitario y el Estado Comunitario tiene una profunda relación con un propósito: recuperar confianza en el Estado colombiano.

Yo repito todos los sábados en esos Consejos Comunitarios: estos ejercicios de gobernar con el Pueblo, de cara al Pueblo, tan difíciles para un Gobierno con tantas limitaciones de presupuesto, son ejercicios que buscan rescatar la credibilidad popular en las Instituciones, sin lo cual no funciona la democracia.

Ahí vemos un ejemplo bien importante de democracia participativa al servicio de la credibilidad del pueblo en las Instituciones democráticas. Por eso, esto tiene que ser una buena combinación de democracia representativa, donde los Partidos juegas un papel muy importante y de democracia participativa, donde hay esa intervención directa y permanente del Pueblo como camino de construcción de legitimidad y de credibilidad.

D.A.:¿Habrá Partido Uribista en el 2006?

Presidente de la República: Uribismo no hay nada con nombre propio. Estamos haciendo un esfuerzo muy bello para mejorar la calidad de vida urbana en Colombia.

Esta mañana en Bogotá se está inaugurando un magnífico puente, el sistema de Transmilenio, este Gobierno le ha entregado a Bogotá, vigencias futuras por 988 millones de dólares para avanzar en Transmilenio, ese Transmilenio de Bogotá este Gobierno lo financia en un 70 por ciento. Pero no nos quedamos ahí, estamos en plenas obras del Transmilenio de Cali.

El viernes en la noche visité el Transmilenio de Pereira, en plenas obras. Aspiro que el alcalde de Medellín rápidamente abra la licitación para ese Transmilenio de Medellín, complementario del Metro.

Vamos adjudicar la primera licitación del Transmilenio de Cartagena. Ya se va abrir la licitación del Transmilenio de Barranquilla y hemos dado pasos muy importantes para tener ese Transmilenio del área metropolitana de Bucaramanga.

Calidad de vida urbana. Y estamos construyendo obras muy importantes, un poquito en cada región, para inducir obras a favor de peatones, de ciclistas. Hay que ver esa obra tan importante que estamos haciendo en Cartagena, donde viven esos colombianos, que han sido recordados en el discurso y olvidados en la práctica, esos colombianos de la Ciénaga de la Virgen de Cartagena, todo el mundo los convoca en el discurso y muchos le sacan el cuerpo en la práctica. Ahí estamos haciendo la vía perimetral de la Ciénaga de la Virgen, que será fundamentalmente peatonal, para empezar a reindicar esa zona tugurial.

Y hace 15 días en Montería, inaugurábamos una alameda que recupera plenamente los derechos del peatón y los derechos del ciclista, para poner allí también un ejemplito, como estamos bregando a terminar nuestra cicloruta de Cali a Palmira. Entonces, en Montería, fui hablar con los vecinos, cogí una escoba, les dije tengamos barrida la calle, no nos preocupemos sólo por el espacio interior de las casitas o de los negocios, hay que preocuparnos por el espacio público. Me fui diciéndole a los ciclistas: ‘no vayan en su bicicleta por la calle, estrenen todos a la cicloruta que para eso la hemos construido’ y por allá vi algo que decía: Avenida Álvaro Uribe y dije: ‘mi primera sugerencia es que esto se llame la ‘avenida de la Ciudadanía’, porque estamos construyendo estas alamedas para garantizar los derechos del peatón, del ciudadano, la amabilidad de la vida urbana, la calidad de la vida urbana que es una manera de construir ciudadanía, de construir un Estado Social de Derecho, un país con igualdad de oportunidades’. Y así el señor alcalde, el señor Gobernador aceptaron llamarla: la avenida de la Ciudadanía.

En Colombia queremos política para la ciudadanía y muchas gracias doctor Darío.

Fabio Callejas. Periodista: Finalmente, el doctor Luis Camilo Osorio está por concluir su periodo como Fiscal General de la Nación. Como lo establece el artículo 249 de la Constitución, usted como Presidente debe enviar la terna a la Corte, ¿cuándo la va a enviar y cuáles son sus candidatos?

Presidente de la República: Hay que estudiar el tema. Qué bueno clonar al doctor Luis Camilo Osorio, qué gran Fiscal, qué hombre tan comprometido con el restablecimiento del orden público en Colombia. Lo digo ya, al final de su ejercicio, pero lo digo… yo gozo, cuando puedo reconocer las cosas buenas de mis compatriotas. Es mucho mejor reconocer las cosas buenas de mis compatriotas, que vivir en ese ácido debate de la destrucción personal.

A mi me da alegría reconocer cosas buenas de compatriotas como Luis Camilo Osorio, Fiscal General de la Nación y me repugna lo otro, esa amargura de estar a toda hora maltratando compatriotas.

D.A.: La última, última. Se podría presentar una carrera de relevos en la fórmula para la Vicepresidencia, que saliera Francisco Santos y entrara Juan Manuel.

(risas...)

D.A.: Todo queda en familia.

Presidente de la República: Esta mañana, estaba en una bicicleta de spinning, esperando que saliera el sol y viendo la televisión –es la única hora que alcanzo a ver televisión- la madrugada y estaban ahí hablando de las exequias del Santo Padre, etcétera y transmitiendo unos mensajes bellísimos sobre el Santo Padre, que llegan de toda Colombia, y dije: ‘Santo Padre, ayúdame desde el cielo, a que el doctor Darío ahora no me vaya a provocar las debilidades de la condición humana, ayúdeme a ser prudente a pesar de la agudeza de Darío y del equipo de Caracol’.

D.A.: ¿Y caras nuevas en los cargos ministeriales?

Presidente de la República: El Vicepresidente de Colombia es un tipo de excepcionales cualidades. Un ser químicamente bueno, un ser extraordinariamente bueno, con toda la espontaneidad, no tiene trastienda. Es una de las cosas más importantes del Vicepresidente de Colombia.

D.A.: Entonces está ratificado en esa forma.

Presidente de la República: Doctor Darío por Dios, no por tanto madrugar amanece más temprano.

D.A.: ¿Y no vamos a ver caras nuevas nunca en los cargos ministeriales?

Presidente de la República: La continuidad en los Ministerios es esencial para poder exigirle a los Ministros resultados.

Yo tengo que escoger entre vivir cambiando Ministros, mantenerlos a ellos en las zozobra de las vicisitudes de la política, y entonces ellos, por ese nerviosismo y por estar pendientes de qué pasa en la política con sus vicisitudes y sus crisis de que los van a cambiar mañana, no producen resultados.

O la otra opción, poder tener unos Ministros estables, permanentemente auto-acosados: acosados por el Presidente y acosados por la opinión pública para producir resultados, que son tan difíciles en este país. Entonces he preferido crear ese ambiente de confianza de los Ministros en su continuidad para que mantengan a toda hora febril acción en busca de resultados.

D.A.: Presidente ha sido usted muy gentil y muy amable.

Presidente de la República: gracias Darío a usted, a sus colaboradores, a sus compañeros en la mesa de trabajo de Caracol y a todos los compatriotas.

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