ENTREVISTA DEL PRESIDENTE EN CARACOL
RADIO
Bogotá, 4 abr. (SNE).- El siguiente es el texto
de la entrevista concedida por el presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, a los miembros de la mesa de trabajo
de Caracol Radio, básica, presidida por el periodista
Darío Arizmendi:
“Darío Arizmendi. Periodista: Presidente,
bienvenido, muy buenos días.
Álvaro Uribe Vélez. Presidente de la República: Doctor Darío, muy buenos días a usted,
a sus compañeros en la mesa de trabajo de Caracol
y a todos los compatriotas que a esta hora nos escucha.
D.A.: Muy amable
señor Presidente. Por su puesto,
la primera pregunta tiene que ver con la propuesta lanzada
ayer a través del periódico El Tiempo,
en la entrevista con Yamid Amat, por el ex presidente
Alfonso López Michelsen, quien ha llamado a todos
los grupos políticos a cerrar filas para tratar
de impedir su reelección, señor Presidente.
Presidente de la República: Primero, déjeme
referir al fallecimiento del Santo Padre quien tanto
quiso a Colombia, quien tanto se angustió por
Colombia, quien tanto buscó ayudar a Colombia.
Quiero unirme pues, a este momento de comunidad espiritual
de los colombianos, alrededor de estos sucesos, de lo
que hemos llamado “el viaje más importante
del peregrinaje de Su Santidad”.
En cuanto a la pregunta que usted me formula, no, yo
tengo que vivir concentrado en las tareas de Gobierno,
es mi deber. La Patria tiene inmensas responsabilidades,
inmensas angustias, inmensos retos.
La última vez que vi al señor ex Presidente
fue el viernes, en la reunión de la Comisión
Asesora de Relaciones Exteriores donde tratamos un tema
tan importante como es el TLC. Él nada dijo, allí hablaron
otros ex Presidentes como el ex presidente Betancur,
el ex presidente Samper, los otros miembros de la Comisión
Asesora de Relaciones Exteriores y estábamos viendo
temas de gran interés para el país, como
el tema de qué va a pasar con las comunicaciones
en el TLC, el tema de lo que se llama los bienes culturales
de la Nación, la producción de cine, la
producción de videos, etcétera, donde el
Gobierno está buscando cómo se protege
esa producción nacional, donde nuestros compatriotas
tienen grandes posibilidades, grandes oportunidades.
Estuvimos mirando, también, el tema de la seguridad
alimentaria. Nosotros estamos negociando muy cuidadosamente
ese tema agrícola y hay que dejar unas salvaguardias
permanentes.
Además, con la Red de Solidaridad estamos trabajando
un esquema que se llama el programa Resa, de seguridad
alimentaria. Ya hemos capacitado más de un millón
de campesinos en Colombia, los estamos apoyando para
poder mejorar la seguridad alimentaria.
Y estuvimos mirando otro aspecto,
del tema de comunicaciones, como es la suerte de empresas
públicas en el área
de comunicaciones, tal el caso de Colombia Telecomunicaciones,
tal el caso de la Empresa de Teléfonos de Bogotá,
tal el caso de las Empresas Públicas de Medellín
y dimos la buena nueva que el Gobierno ha mantenido toda
la firmeza en ese tema; de que esas empresas, si es la
voluntad de Medellín, de Bogotá, del Gobierno
Nacional mantenerlas como empresas como empresas estatales,
hay que mantenerlas.
Y tratamos el tema de los medicamentos.
Colombia ha sido muy clara. Desde que este Gobierno
dictó unos
decretos en el 2002, de que hay que garantizar la salud
pública, la atención a la salud pública,
que los derechos de propiedad intelectual –que
hay que reconocerlos en el mundo entero, porque sino
se desmotiva totalmente la investigación- esos
derechos no pueden afectar la necesidad de atender los
problemas de salud pública.
Esos son algunos de los temas
que se trataron en la última
reunión de la Comisión Asesora, donde él
asistió el pasado viernes, justamente fueron convocados
para escucharlo, fue la última oportunidad que
lo vi y no nos dijo nada.
D.A.: Pero ya
lo dijo, ya lo dijo en el periódico
El Tiempo y entonces ¿cuál será su
actitud frente a esa propuesta, que ha sido muy bien
recibida en unos sectores, muy mal recibida en otros
sectores afectos al Gobierno?
Presidente de la República: No entiendo la pregunta
Darío.
D.A.: ¿Le va a contestar Usted al Presidente
López?
Presidente de la República: Hombre, Darío,
no tiene riesgos, por Dios, usted debió conocer
el cuento de Guineo en Medellín. Él vivía
muy dedicado a trabajar allá en el Parque Berrío
y cometió un error que yo no puedo cometer: cada
que alguien pasaba y le gritaba ‘Guineo’, él
se desconcentraba el trabajo y se volvía a las
pedradas. Yo tengo que seguir trabajando por esta Patria
con el mismo cariño, con la misma entrega, con
la misma dedicación hasta el último día
de Gobierno, con reelección o sin reelección.
Ese es el propósito.
A propósito de la Constitución, he estado
buscando aquí, por ejemplo, el artículo
189 que dice: “corresponde al Presidente de la
República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno
y Suprema Autoridad Administrativa, tres: dirigir la
Fuerza Pública y disponer de ella como Comandante
Supremo de las Fuerzas Armadas de la República”.
Lo que he hecho yo es motivarla,
crecerla, impulsarla, porque este país estaba violando la Constitución,
este país le estaba entregando –pero desde
hace mucho rato, por obra de muchos gobiernos- la soberanía
de la Patria en violación de la Constitución
a guerrilleros, a paramilitares, al narcotráfico.
Entonces, nos hemos dado a la
tarea de aislar a los violentos. Nos hemos dado a la
tarea de derrotar a los
violentos. Nos hemos dado a la tarea de desabastecer
a los violentos, de ganar confianza ciudadana y de que
se cree capacidad de control territorial. Hemos instalado
la Policía en 170 cabeceras municipales que no
la tenían, la hemos instalado en 115 corregimientos
que no la tenían, la hemos instalado en gran cantidad
de veredas que no la tenían.
Sábado y domingo, sin jactancias, sin desafíos,
ganando la confianza ciudadana tranquilamente, amablemente,
la Policía entró a San José de Apartadó,
porque la única institución indicada, autorizada
por la Constitución para proteger a los colombianos,
es la Fuerza Pública y esa Fuerza Pública
en un proceso de ganarse confianza con los compatriotas,
tiene que estar en toda la geografía colombiana.
Y a pesar de que tenemos muchas
dificultades las tendencias son buenas, mire: en 2003,
con relación al 2002,
hubo una caída del homicidio del 20 por ciento.
En 2004, con relación al 2003, una caída
del 14, casi el 15 por ciento. Este año llevamos
otra caída del 24 por ciento. Uno debería
decir: ‘no hay homicidios’, eso sería
el ideal, pero la tendencia es buena en relación
con lo que tenía la Patria. O sea que muestra
que la política de Seguridad Democrática
va avanzando.
El secuestro, que tanto incidido
en el crecimiento del desempleo, en el ahuyentamiento
de la inversión,
en el año 2003 cayó en un 27 por ciento,
en el 2004 cayó en un 34 por ciento y este año
va cayendo –el secuestro extorsivo- en un 68 por
ciento.
Estamos haciendo un gran esfuerzo
para cumplir con ese artículo de la Constitución, para recuperar
el control institucional del Estado, para que esta Seguridad
Democrática se de para todos nuestros compatriotas.
D.A.: Y con respecto
a la iniciativa lanzada a través
de los medios de comunicación por el senador Mario
Uribe de desconocer, si fuera adverso, el fallo de la
Corte sobre la reelección presidencial inmediata,
de todas maneras de presentar su nombre a la consideración
de los colombianos.
Presidente de la República: Toda la vida, como
senador de la República, como gobernador de Antioquia,
como concejal de Medellín, en estos 32 meses de
Presidente de la República, siempre he ajustado
mi comportamiento al cumplimiento riguroso de la Constitución,
que no ha sido así siempre en el liderazgo político
de Colombia, hay que mirar la historia de nuestra generación.
Y por ejemplo, en el área social, todos los días
miro los artículos del capítulo de los
Derechos Sociales, de la Constitución, que empiezan
en el artículo 42.
Por ejemplo, el artículo 42 de protección
a la familia. Ahí venimos haciendo un gran esfuerzo
para superar la violencia intrafamiliar en Colombia liderado
por Bienestar Familiar. Y sabe ¿cuántas
familias estamos protegiendo con una suma de dinero,
cada dos meses, para que puedan atender a la alimentación
de sus hijitos y puedan garantizar la asistencia escolar
sus hijitos?: estamos atendiendo 400 mil familias en
un programa que se llama “Familias en Acción”.
Nos cuesta ese programa 42 mil millones de pesos cada
dos meses. Ahí se está haciendo un gran
esfuerzo.
Y veo el artículo 43 de la Constitución,
la igualdad de derechos entre el hombre y mujer. Ayer
podía revisar un informe que me da la Consejería
para la Mujer de la Presidencia de la República,
haciendo un gran esfuerzo para la presencia de la mujer
en todos los escenarios de la vida nacional, para la
presencia de la mujer en el tema de microempresa, para
la presencia de la mujer en el tema de vivienda, para
la presencia de la mujer en el tema del manejo de los
subsidios de Familias en Acción, en la revolución
educativa. Usted sabe la participación de la mujer
en este Gobierno.
Y estamos haciendo un gran esfuerzo
para cumplir el artículo 44 de la Constitución: derechos
de los niños.
Bienestar Familiar en este Gobierno
ha crecido en dos millones 700 mil usuarios y vamos
a crecer en otro millón
200 mil usuarios y estamos haciendo un gran esfuerzo,
con la Revolución Educativa, para cumplir otro
artículo constitucional, el artículo de
los derechos de los adolescentes.
Y estamos haciendo otro gran
esfuerzo, para cumplir otro artículo de la Constitución colombiana:
el de la protección de la Tercera Edad. Por eso
este esfuerzo nuestro para poder reformar las normas
pensionales, porque en Colombia simplemente se dejó que
se negociaran normas pensionales irresponsablemente.
Solamente en el año 93 se pudo introducir una
ley que algo mejoró, la otra en diciembre del
2002. Recién iniciado este Gobierno, hicimos un
gran esfuerzo, que fue bloqueado en el Referendo –que
faltaron 40 mil votos según el Consejo Electoral-.
Hemos reformado 151 entidades del Estado y estamos ahora
reviviendo esa norma del Referendo –a través
del Congreso de la República- y confío
que logremos esa Reforma Pensional antes de que termine
este período legislativo, en el mes de junio.
¿Por qué es de gran importancia?, ¿sabe
cuántos ancianos se subsidiaban cuando llegó este
Gobierno?: 60 mil. De pronto se les pagaba, de pronto
no. Y nosotros para cumplir ese artículo de la
Constitución, hemos elevado el número a
170 mil ancianos que hoy reciben subsidios en todos los
municipios de la Patria. Pero no nos vamos a quedar ahí.
Me he comprometido que el 20 de julio (de 2005) debemos
tener adjudicada la licitación para entregarle
una comida diaria a otros 400 mil ancianos de la Patria.
Entonces la Constitución hay que cumplirla, no
en el discurso. La Constitución hay que cumplirla
en los hechos.
Aspiro el 20 de julio poder decirle
al Congreso de Colombia y al país entero que tenemos 570 mil ancianos
recibiendo subsidio (170 mil recibiendo un subsidio monetario
y 400 mil ancianos recibiendo una comida diariamente)
y espero poder decirle a las nuevas generaciones que,
con la Reforma Pensional –que estoy seguro el Congreso
nos va a aprobar, porque ya la aprobó en primera
vuelta- estamos garantizando que los jóvenes de
hoy, cuando mañana lleguen a la edad mayor puedan
tener derecho a la pensión; porque como van las
cosas, va a ser imposible que lo tengan.
D.A.: ¿comparte
esa propuesta de Mario Uribe, la descalifica, la rechaza?
Presidente de la República: Toda la vida he mantenido
mi procedimiento, mi conducta, totalmente ajustada a
la Constitución. Todo el que esté en la
arena política es libre de decir lo que quiera,
el uno, el del otro, el de más allá. Déjenme
a mi concentrado en mi trabajo que los colombianos me
han visto... es que yo tengo un periodo de prueba bastante
largo en la política colombiana. Yo tengo un periodo
de prueba bastante largo como Gobernador, como Senador,
como Concejal.
Y esta Presidencia no empezó ayer, los colombianos
me han visto siempre –en medio de todos mis defectos,
de las limitaciones de esta condición humana-
ajustado a la Constitución. A la Constitución
que habla de un Estado Social de Derecho y ese Estado
Social de Derecho tiene que preocuparse por la eliminación
de la pobreza. No solamente en el discurso de campaña,
sino en los actos de Gobierno.
Mire le digo lo siguiente: en
el 2002, la pobreza en Colombia estaba en 57.8, en
el 2004 se situó en
el 53.3, ¡muy alta! pero en medio de un Estado
quebrado, en medio de un Estado donde la gente no quería
invertir, en medio de un Estado donde se había
abandonado el imperio de la Constitución, haber
reducido esos cuatro puntos la pobreza en estos dos años,
es bastante importante. Y si logramos inducir la economía
por una senda de crecimiento más fuerte, como
lo estamos buscando, ahí tenemos que avanzar muchísimo
para que el país cumpla con la Constitución
que concibe a Colombia como un Estado Social de Derecho.
Toda la vida he estado al pie
de las Instituciones y del cumplimiento de la Constitución.
Lo que hay que hacer es, pensar en estos grandes temas
y no dejarse
desviar del debate. Cada quien propone lo que le corresponde,
propone sus ideas, propone sus tesis y el Gobierno tiene
que dedicarse a Gobernar.
Este fin de semana que pasó fue un fin de semana
importante en obras públicas, porque cuando hablemos
de crecimiento económico hay que reconocer que,
las obras públicas han sido un lunar y mire lo
que pasó este fin de semana: empezamos la obra,
no cáñamos ni anunciamos contratos, sino
que empezamos la obra Bogotá – Girardot,
la doble calzada. Reactivamos totalmente la doble calzada
del Eje Cafetero, tantos años en pleito como otras
concesiones y nosotros hemos venido superando todos los
pleitos de concesiones viales. Confiamos poder superarlos
en su totalidad. Se reactivó esa obra.
Empezamos la variante Sur – Sur de Pereira que
es un clamor en esa obra. Inauguramos uno de los pasos
más importantes, que es el paso del ‘Pollo’ en
Pereira, donde se cruza la doble calzada del Eje Cafetero
con la carretera que va con la salida de Pereira a Cerrito.
E iniciamos otra obra de gran
importancia, que es la doble calzada de Cerrito en
Pereira, a la Victoria en
el Valle del Cauca. Pero, no es que se contrató –eso
la contratamos el año pasado-, es que ya se empezó la
obra.
Esos son los temas por los cuales
tiene que estar a toda hora preocupado el Presidente
de la República.
En un país con violencia, en un país que
había perdido la confianza inversionista, en un
país con tanta pobreza, en un país que
continúa con un desempleo alto, los otros temas
gustan mucho en la farándula de la política
pero no son los temas que interesan a una comunidad angustiada
por sus problemas y deseosas de soluciones.
D.A.: El Colombiano
del jueves 31 en su editorial dice: “Cumbre
para cerrar negocios de armas” y también
el periódico El Tiempo hace eco en la misma dirección. ¿Se
sintió cómodo usted en esa Cumbre, para
qué le sirvió esa Cumbre a Colombia?
Presidente de la República: Tema de gran importancia
y quiero referirme a él.
Nosotros tenemos dos opciones:
a ver, no vamos a la Cumbre de Venezuela. Yo no puedo
permitir como Presidente
que a Colombia se le aísle, Colombia tiene que
estar totalmente integrada. Nosotros tenemos una alianza
con los Estados Unidos y eso no es incompatible con una
gran alianza con nuestros vecinos suramericanos, que
la necesitamos. Además con España y Portugal
participamos en la Unidad Iberoamericana y España
es nuestro gran embajador ante la Unión Europea.
Entonces, Colombia tiene que estar allí, presentando
sus posiciones, trabajando mancomunadamente, defendiendo
sus intereses, defendiendo los intereses de la región.
Si Colombia se aísla, se corre el riesgo de que,
o la agenda la imponga el Eln o la Farc, o simplemente
el tema del terrorismo en Colombia sea un tema totalmente
olvidado, un tema al que se le trate con indiferencia
y total olvido en esas cumbres. Es bien importante la
presencia allí de Colombia.
Y mire los resultados: un total
respaldo a nuestras políticas del Presidente Rodríguez Zapatero
de España, un total respaldo del Presidente Lula
del Brasil y todos los días vemos una evolución
más favorable del Gobierno de Venezuela. Nosotros,
sin aspavientos pero con firmeza, sin desafíos
pero buscando resultados, podemos decir: el señor
Granda está preso en una cárcel de Colombia,
el señor Chigüiro está preso en una
cárcel de Venezuela y hay un proceso de extradición
en curso.
En cuanto a las armas uno tiene
que mirar varias cosas: el uso y la manera cómo
se negocian las armas.
El uso, lo importante es que,
un país como Colombia
acuda a una Cumbre de esas –como lo hicimos- y
diga claramente –como lo dijimos- en privado y
en público: ‘mire la adquisición
de armas tiene que tener un uso exclusivo, la lucha contra
el terrorismo, la lucha contra la delincuencia, la protección
de la Comunidad’.
La adquisición de armas, no puede en algún
momento, facilitar que llegue a grupos terroristas. A
los grupos terroristas no pueden llegar armas viejas,
no pueden llegar armas nuevas. Las fábricas de
municiones que se instalen para proveer armas que cualquier
país adquiera, no pueden servir para alimentar
grupos terroristas de ese país o de un país
vecino.
Es más importante ir a una Cumbre, decir esto,
adoptar controles con todos los países que están
allí, instar a que cumplan los acuerdos internacionales
de negociación y de manejo de armas –como
el acuerdo de Marcaje- que simplemente aislarse a renegar
o a llorar.
Es bien importante también, que la negociación
de armas se de con transparencia, a través de
los métodos legales, ¿por qué?:
cuando se da en el mercado legal, se produce la información,
se genera debate, de ese debate se derivan controles.
Y cuando el negocio de armas se hace en el mercado negro,
pues no aflora la información, no se genera debates,
no hay manera de producir controles.
Lo otro, bien importante, es
que Colombia, en este desafío
para proteger a nuestras Instituciones y a nuestro pueblo,
necesita adquirir armas. Entonces, Colombia, cualquier
decisión en materia –como la de la semana
pasada en Venezuela- también tiene que estar en
concordancia con su legítimo interés de
que a nuestra policía y a nuestro Ejército
y a nuestras Fuerzas Armadas, la Comunidad Internacional
les venda armas.
D.A.: La disminución de los cultivos de coca.
Todo indica que, a pesar de la política de fumigación
y de que como nunca antes en la historia se había
erradicado tanta hectárea y tanto en el territorio
nacional, de todas maneras el número de hectáreas
prácticamente se mantiene igual.
Presidente de la República: Hay dos informes –y
el año pasado nos ocurrió lo mismo-. El
año pasado hubo dos informes, uno de 103 mil hectáreas
y otro de alrededor de 86 mil hectáreas.
Este año hay un informe que dice que estamos
en 103 mil hectáreas, pero hay una discrepancia
con otros informes que deben aparecer oficialmente dentro
de poco, de instituciones semejantes.
La información que me han dado a mí, es
que las cifras que recoge el informe que conocimos la
semana pasada, son cifras del primer semestre del año
pasado. La información extraoficial que me han
dado, es que a 31 de diciembre –información
sin confirmar- hemos reducido los cultivos de droga en
Colombia a una cifra entre 70 y 76 mil. De todas maneras
todavía es muy alta, todavía es inmensamente
alta.
Hay que seguir en esta tarea
y el Gobierno va hacer todos los esfuerzos, este año, para cumplir la
meta de fumigación y la meta de erradicación
manual que venimos creciendo. Y sobre todo para hacer
otra cosa, para entrar a erradicar la coca en los Parques
Naturales porque la delincuencia ha querido aprovecharse
de la situación de que no hay posibilidad política
de fumigar en los Parques Nacionales, para llenar los
Parques Nacionales de coca.
Ese obstáculo lo tenemos
que remontar para poder erradicar la coca de los Parques
Nacionales, que puede
ser el gran factor que los destruya.
D.A.: Pero de
todas maneras e independientemente del resultado, ¿no cree usted que vale la pena replantear
este asunto de la fumigación de cultivos como
se está haciendo hasta el momento?
Presidente de la República: ¡Qué tal,
por Dios! El país llegó a tener 170, 180
mil hectáreas, ¿en qué estuviéramos?
Mire, nos destruyen la selva
amazónica, nos destruyen
las reservas de bosque de la región Andina colombiana,
nos destruyen los bosques de protección de nacimientos
de aguas en nuestras cordilleras. ¡De ninguna manera!
Lo que hay que hacer es, mayores esfuerzos para poder
decomisar la droga, para poderla decomisar en su salida
por todos los países. –De ahí la
importancia también de la presencia la semana
pasada en Venezuela-. Mayores esfuerzos para poder, en
algunos sitios donde es muy difícil la fumigación,
erradicarla con mayor celeridad, a través de procedimientos
manuales etcétera.
En eso nosotros tenemos que tener
voluntad de hierro, voluntad oriental. No podemos tener
cortoplacismo. El
Plan Colombia a penas empezó en el año
2000, esta ajustando cinco años. Venimos de 170
mil hectáreas de droga, no nos podemos desesperar,
el objetivo tiene que ser acabarla en su totalidad y
no dejar que nos desmayen noticias que en algún
momento no son muy positivas.
Aquí hay que escoger entre tener perseverancia
o dejar que nos amilanen noticias que en algún
momento no son muy positivas. Mi recomendación
a la opinión pública colombiana es que
tengamos toda la perseverancia.
Este problema, como los otros problemas, no los resolvemos
sino con persistencia.
D.A.: En un comunicado
firmado por Antonio García,
a nombre del Comando Central del Eln, dice textualmente: “el
Gobierno terminó públicamente con una discusión
que solo era entre el Eln y el Gobierno, que estaba siendo
manejada de manera bilateral y que no contó con
la presencia del Eln, acabando así la posibilidad
de flexibilizar los puntos de vista en los temas en discusión.
De esa manera el presidente Álvaro Uribe petrificó la
búsqueda que teníamos, ahora es muy difícil
que las partes se puedan mover” ¿Qué le
respondería Usted a Antonio García, Presidente?
Presidente de la República: Muy poco, él
siempre juega a ponerle un petardo a las posibilidades
de acuerdos de paz con el Eln, vamos a seguir en esa
tarea, se está haciendo un gran esfuerzo a través
de México. Yo le conté en detalle a los
Presidentes de la reunión de Venezuela, la semana
pasada, que fueron destinatarios de una carta del Eln,
el esfuerzo que está haciendo Colombia y quiero
asumir una actitud prudente, hasta donde se pueda, para
repetir lo siguiente: desde el principio, este Gobierno
ha hecho un gran esfuerzo para continuar una exploración
de paz con el Eln que traía la administración
anterior a través de Cuba. Nosotros lo hemos hecho
a través de Cuba, que nos ha prestado toda la
colaboración y ahora se está haciendo un
gran esfuerzo a través de México.
Quiero recordar esto: un domingo
que visité México,
públicamente se me preguntó ¿cuál
era la condición para el acuerdo con el Eln? y
dije: ‘muy elemental, es el cese de hostilidades,
no se necesita el desarme, la desmovilización,
pero sí un gesto para el Pueblo colombiano, que
es ese cese de hostilidades’. Y en seguida se me
preguntó: ‘¿y cuál sería
la garantía del Gobierno?’ Esa pregunta
fue concordante con otra que me había hecho Felipe
Torres –en búsqueda de la paz con el Eln,
visité a Felipe Torres, lo visité en un
hotel de Medellín después que él
salió de la cárcel, le ayudamos a que lo
instalaran en España, donde está y yo creo
que está bien y está cómodo-.
Él me dijo que no se atrevían al cese
de hostilidades porque entonces el Gobierno los iba a
matar. Yo le dije: ‘hombre, yo dirijo un Gobierno
firme pero nosotros no procedemos a la mansalva, nosotros
actuamos con las armas de la República firme,
pero transparentemente. Nosotros les respetaremos el
cese de hostilidades’. Y eso lo repitió ese
día públicamente en México. En ese
momento se me preguntó: ‘¿qué garantía
habría? Y dije: ‘cualquier garante’,
y se me dijo: ‘¿se aceptaría México?’,
y contesté: ‘¡por su puesto! Y desde
ese día, México viene haciendo una gran
tarea de mediación.
Hace pocos días estuvo en Cali el obispo Emérito
de Sudáfrica, Monseñor Tutu y entonces él
me propuso, públicamente, a través de la
televisión, que se autorizara la salida de los
jefes guerrilleros para ir a Sudáfrica. Yo le
dije: ‘sí, Arzobispo, lo autorizamos, pero
permítame una pequeña condición’, él
me miraba, nada me decía, yo le dije: ‘¿le
puedo proponer una pequeña condición?’ y
de pronto, después de que yo le insistí,
sin que me musitara palabra, simplemente me hizo un gesto
positivo con la cabeza, entonces dije: ‘que mientras
estén en Sudáfrica no disparen acá,
no secuestren acá, que haya ese gesto a favor
del Pueblo colombiano, no un gesto a favor del Gobierno,
un gesto a favor del Pueblo colombiano tan martirizado’. Él
se levantó, hizo una oración y dijo que,
sería muy importante que los líderes guerrilleros
bajaran de las montañas y atendieran eso, que
era una condición razonable.
Y vamos a seguir en la búsqueda de la paz con
el Eln, como con todos estos grupos. La política
de Seguridad Democrática tiene como fin último
y fin único, la paz en Colombia.
D.A.: Dice también el comunicado del Eln que
ha habido muchas trabas por parte del Gobierno, por su
insistencia en exigir un cese unilateral de fuego y de
hostilidades en esa misma dirección...
Presidente de la República: Darío, se
han exigido gestos para el pueblo colombiano, para que
un proceso no nazca mal, para que nazca con credibilidad.
Pero entenderá usted que yo tengo que proceder
con prudencia, a ver si de pronto se abre camino ese
primer acuerdo con el Eln.
D.A.: Señor Presidente, el proyecto de Justicia
y Paz a la consideración del Congreso, hoy el
ex fiscal Alfonso Gómez Méndez tiene una
columna titulada “Entre el delito político
y la criminalidad común” y habla del salto
de garrocha que se pretende dar para convertir en delitos
políticos lo que son delitos de lesa humanidad
o delitos comunes.
Presidente de la República: Primero. Los delitos
de lesa humanidad no son ni serán delitos políticos
en Colombia. Me parece de la mayor gravedad que alguien,
tan conocedor de la materia, trate de inducir a esa confusión.
Nosotros, muy claramente, hemos
dicho, en ese proceso de paz con las autodefensas,
en el proyecto de ley, que:
los delitos de lesa humanidad no son indultables, no
son amnistiables. Y esa es una de las grandes discusiones,
en el proceso de paz, y es uno de los puntos que el Gobierno
ha manejado con total firmeza. ¡Ahí no puede
haber concesión! ¿Por qué?: porque
así lo manda la Constitución colombiana,
así lo impone el bien público y así lo
demandan los tratados internacionales, de los cuales
Colombia es signataria.
Segundo, delitos ordinarios comunes
y delitos políticos.
Lo que pasa es que en Colombia ha habido un sesgo y el
país no puede seguir con esos sesgos. Algunos
tienen un sesgo “pro-guerrillero” y otros
un sesgo “pro-paramilitar”. Entonces, el único
sesgo que hay que tener es el sesgo pro-institución.
Este país, consecuencia de muchos “gobiernos” ¿cómo
nos lo entregaron? En la vía de dividirse en tres
países: una república paramilitar en una
parte, una república guerrillera en otra y un
Estado débil y decadente –todos los días
más chiquito- en el centro del país. Por
eso he convocado a los colombianos a que no haya sesgo “pro-guerrillero”,
a que no haya sesgo “pro-paramilitar”, a
que el único sesgo, la única devoción,
la única parcialidad, sea a favor del control
institucional del Estado.
¿Qué hemos propuesto nosotros –pero
lo propusimos en el discurso político de la campaña-?:
Colombia no puede seguir estableciendo diferencias entre
delitos de la guerrilla y de los paramilitares. Algunos
han dicho, históricamente, que la guerrilla siempre
comete delitos políticos y los paramilitares delitos
ordinarios. No hay diferencia. Uno pregunta y ¿por
qué? ¡Ah! porque la guerrilla estaba en
contra del orden establecido y los paramilitares a favor
del orden establecido. Tan político o tan ordinario
puede ser lo uno como lo otro. Finalmente, ambos en sus
propósitos violan el ordenamiento jurídico,
utilizan ilegítimamente armas, interfieren la
democracia y el sufrimiento de la comunidad es el mismo
cuando las víctimas provienen de ataques de la
guerrilla, que cuando las víctimas provienen de
ataques de los grupos paramilitares.
¿Por qué hemos propuesto que el delito
de sedición se extienda también a los mal
llamados grupos paramilitares? Primero, por la convicción
de que no puede haber diferencia entre el delito que
unos cometen y el delito que cometen los otros. Y segundo,
por razones prácticas, porque en este Gobierno
se ha tenido lugar un proceso de desmovilización,
sin antecedentes en Colombia. Llevamos casi 12 mil desmovilizados ¿sabe
cuánto nos cuestan este año?: 200 mil millones
de pesos, eso es más o menos 80 millones de dólares.
Ahí hay una gran inversión social, una
gran reinversión social que no se reconoce por
algunos.
¿Sabe cuánto nos cuesta atender a los
desplazados?: otro tanto. ¿Sabe cuánto
nos cuestan las Familias Guardabosques?: casi otro tanto.
En esos tres rubros tenemos, este año, 240 millones
de dólares de inversión social.
En esos reinsertados que son
12 mil, hay aproximadamente 6 mil paramilitares y 6
mil guerrilleros. En los paramilitares
hay unas desmovilizaciones individuales y otras colectivas. ¿Cómo
hemos desmovilizado a unos y a otros hasta ahora?: aplicando
la Ley 782.
La Ley 782 se ha venido interpretando
en el sentido de que se puede desmovilizar por igual
al guerrillero
que al paramilitar. ¿Por qué en la nueva
ley pedimos que se tipifique ese delito de sedición?,
por una razón: porque lo que venimos haciendo,
de acuerdo con la Ley 782, es vía interpretativa.
El día que un fiscal o que un juez diga que los
paramilitares no cometen el mismo delito que los guerrilleros
y que no los podemos desmovilizar a la luz de la Ley
782 se paraliza todo este proceso. ¿Qué haríamos?
Entonces queremos seguridad jurídica para continuar
con este proceso sin que ello implique impunidad, sin
que ello implique –y es muy claro el Gobierno y
el proyecto- amnistía o indulto para los delitos
atroces, para los delitos de lesa humanidad. Sin que
ello implique conexidad con el narcotráfico.
Es que este es un punto bien
importante. Le decía
a algún senador: ‘hombre, este Gobierno
merece credibilidad en su lucha contra el narcotráfico,
mire las fumigaciones, la extinción de dominio –el
primer proyecto que a este Gobierno se le aprobó,
presentado por el doctor Fernando Londoño Hoyos,
un proyecto para agilizar la extinción de dominio,
eso ha crecido sin antecedentes en Colombia la extinción
de dominio, yo creo que a la fecha he firmado alrededor
de 280 resoluciones de extradición.
Cuando yo llegué, de los carteles del norte del
Valle del Cauca se hablaba entre asombro, siempre en
secreto o como tema de diversión en los cócteles.
Nosotros hemos enfrentado esos carteles con toda la determinación.
Primer punto, hechos de este
Gobierno frente al narcotráfico:
cuando este Gobierno muestre esos hechos, es injusto
que se trate de sembrar una duda de que va a haber conexidad
para beneficiar narcotraficantes.
Segundo punto, hechos de este Gobierno en el proceso
de paz de Ralito: nosotros expresamente hemos ordenado
que en ese proceso de paz no participen personas con
nombre propio que han sido simples narcotraficantes que
se hacen pasar por autodefensas.
Y tercero, veamos lo jurídico: Colombia es signatario
de la Convención de Viena y la Convención
de Viena prohíbe la conexidad de los delitos políticos
con el narcotráfico, con el terrorismo, con el
secuestro, etcétera.
¿Qué hemos hecho? Hemos dicho: ‘para
que no haya dudas, para que se disipe cualquier duda
que quieran proponer, hemos redactado un nuevo artículo –que
lo ha presentado el Ministro (del Interior y de Justicia)
Sabas Pretelt- y que dice que: no hay conexidad con el
narcotráfico. Eso es bien importante.
Además quiero recordar lo que dije el pasado
sábado en Manizales. El pasado sábado un
fiscal en Manizales –porque allá hicimos
un consejo de seguridad y en paralelo un Consejo Comunitario,
yo estuve unos primeros minutos en el consejo de seguridad,
a partir de allí lo presidió el Ministro
de la Defensa y después me trasladé al
Consejo Comunitario- me dijo al oído que me iban
a pedir un permiso para que la Fiscalía hiciera
una diligencia en Ralito. Yo me anticipé y le
contesté públicamente: no me lo tienen
que pedir, tienen todo el apoyo del Gobierno para que
entren allí a hacer cuantas diligencias quieran.
Es que nosotros no vamos a permitir que la justicia colombiana
se excluya de un milímetro del territorio nacional.
Por eso ayer entró la Policía a San José de
Apartadó. Pero no entró a desafiar la comunidad
ni a maltratarla, sino a ganarse la confianza de la comunidad
y a protegerla. Porque es que, lo complicado es cuando
no se acepta la presencia de la Fuerza Pública,
hay masacres y a renglón seguido, algunos, se
las quieren imputar a la Fuerza Pública.
O sea, que nosotros estamos en
lo dicho: necesitamos una ley para procesos de paz,
pero una ley que sea creíble, ¿qué le
da credibilidad a esta ley?: las acciones del Gobierno
en estos 32 meses, la circunstancia de que hay 12 mil
desmovilizados, una ley que sea equilibrada, un buen
balance entre paz y justicia.
Es la primera vez que Colombia
en un proceso de paz se preocupa por la justicia. Antes,
Colombia simplemente
se preocupaba por la paz, no importaba que hubiera o
no impunidad, con tal de que se diera la paz, que le
hace que los delitos de lesa humanidad quedaran impunes,
ahora hay una gran preocupación y está en
el texto legal.
Hemos dicho: en nombre de la
paz no podemos llegar a la impunidad, pero también
hay que recordar que es un proceso de paz.
Hemos dicho, en nombre de la
justicia: no podemos llegar al sometimiento, ni sometimiento
ni impunidad, es un
proceso de paz con reparación, es un proceso de
paz con justicia.
Y lo otro que hemos dicho: tiene
que ser universal, es una ley para todos estos grupos
que están delinquiendo
y vamos a insistir en ese camino y confiamos que el Congreso
de la República nos ayude con un texto legal con
toda la sensatez para la conveniencia colombiana.
Judith Sarmiento. Periodista: Presidente,
eso significaría
que se aplicaría el perdón o la penalización
leve, solo a aquellos a quienes se les pruebe que se
organizaron para tomar las armas bien sea contra el Estado
o bien sea para enfrentar a la guerrilla, pero no que
tenga ningún otro tipo de delito cometido.
La pregunta es, ¿en la práctica qué tan
posible es lograr eso y qué pasará con
los líderes, autores intelectuales de las masacres
de uno y otro lado, no podrán ser entonces beneficiarios
de la ley de Justicia y Paz?
Presidente de la República: Primero hay un problema
en Colombia, práctico, que nadie puede desconocer:
todos estos grupos se han contaminado de narcotráfico.
En el Plan Patriota, en las selvas,
todos los días
le desarmamos más laboratorios de droga a la Farc,
todos conocemos la manera cómo se han involucrado
los grupos de autodefensas en el narcotráfico
y todos los días capturamos gente del Eln en sitios
como El Tarra y la Cordillera del Catatumbo en el Norte
de Santander, en el Magdalena Medio, en la Serranía
de San Lucas, interviniendo en cultivos de droga. Todos
estos grupos intervienen en droga.
¿Cómo se resuelve esa dificultad?: la
solución no es fácil. El Gobierno lo ha
dicho en lo político y lo ha propuesto en lo jurídico:
las leyes de paz solamente son aplicables a aquellos
que hayan tenido, por objeto principal, organizarse en
esos grupos contra el Estado, sean grupos guerrilleros
o grupos paramilitares. Si hay una persona que lo que
estaba haciendo era, interviniendo en el negocio de droga
y después quiere aparecer haciéndose pasar
por paramilitar o por guerrillero, esos delitos que cometió esa
persona no pueden ser objeto de los beneficios de disminución
de penas de esta ley.
En cuanto al tema de las masacres.
Si la persona entra en el proceso de paz –y para eso hay unos requisitos
y uno de los requisitos, repito, es que la persona no
sea un narcotraficante disfrazado de paramilitar, que
la persona no sea un narcotraficante disfrazado de guerrillero-,
reúne todos los requisitos y esa persona es responsable
de masacres, no tiene indulto, no tiene amnistía
porque esa masacre es un delito de lesa humanidad y estamos
discutiendo con el Congreso de la República el
mínimo de cárcel que esa persona tiene
que pagar.
Aquí hay que recordar el principio de la ley:
la ley en nombre de la justicia no puede indultar ni
amnistiar el delito atroz; pero, si es una ley para procesos
de paz tampoco puede llegar, en nombre de la justicia,
al extremo de que sea una ley de sometimiento. Tenemos
que trazar dos líneas divisorias: del lado de
la paz una línea divisoria entre lo que es la
paz y la no impunidad, que haya paz pero sin impunidad
y del lado de la justicia: una línea divisoria
entre lo que es la justicia y la reparación y
lo que es el sometimiento. Que haya justicia, que haya
reparación, pero que no haya sometimiento. Porque
si lo que salimos es con una ley de sometimiento, entonces
vamos a frustrar también las posibilidades de
paz.
J.S.: Presidente,
entonces, para esas personas, a quienes además de haberse organizado en armas resulten
involucrados en masacres o en narcotráfico o en
cualquier otro delito, se les aplicaría las penas
que resulten aprobadas en el proyecto de Justicia y Paz,
los siete o los ocho años, en fin…
Presidente de la República: No me lo deje así.
No me lo deje así Judith.
Miremos para ver si nos queda
clarito. La persona ha sido narcotraficante y quiere
aparecer como paramilitar,
esos delitos de narcotráfico no tienen los beneficios
de la ley. Recuerden el caso de un señor Sierra
que quiso aparecer en Ralito como vocero de las autodefensas,
el doctor Luis Carlos Restrepo (Alto Comisionado para
la Paz) fue informado por la justicia, yo lo supe e inmediatamente
el Gobierno produjo un comunicado público diciendo: ‘este
señor no puede participar en la mesa, este señor
no es beneficiario del proceso’ y hoy la Policía
está persiguiendo buscando la captura de ese señor.
Entonces, si esa persona ha sido narcotraficante y quiere
disfrazarse de paramilitar o guerrillero, esos delitos
de narcotráfico no pueden ser beneficiarios de
esta ley.
En el caso de personas que sean
beneficiarias de esta ley, que han cometido masacres,
sean ellos de la guerrilla
o de los paramilitares, son beneficiarios de esta ley
pero no tiene beneficio de indulto –el Gobierno
no lo puede otorgar-, no tendrán beneficio de
amnistía. Y estamos discutiendo cómo van
a estar en la cárcel, cuánto tiempo y estamos
discutiendo en el proyecto de ley cuáles serán
sus obligaciones de reparación al pueblo colombiano.
¿Cuál es la diferencia entre este proceso
y anteriores procesos? En anteriores procesos, solo se
prestó atención a la paz, se perdonó –con
los ojos cerrados o con el texto de la ley- delitos atroces
del pasado. Esa gente recobró la plenitud de los
derechos políticos, llegaron a todas las instancias
de la democracia nacional. Ahora no podemos hacer eso.
Ahora, lo que son delitos de lesa humanidad, no pueden
recibir el beneficio de la amnistía ni el beneficio
del indulto.
D.A.: Señor Presidente, en el caso del fiscal
que le solicitó permiso para que una delegación
de la Fiscalía pudiera entrevistar al señor
comandante Báez, ¿por qué Báez
no es llamado a Bogotá y rinde su testimonio aquí en
la Fiscalía?
Presidente de la República: Donde quiera la Fiscalía.
Al señor Báez le fue autorizado, hace tiempo
por el Gobierno, permanecer en esa zona de Ralito, a él
se le ha reconocido la vocería y lo que no va
a permitir el Gobierno es que eso se convierta en una
zona de impunidad. Por eso yo no me demoré, el
Fiscal me lo dijo al oído, y sin mencionar el
nombre del fiscal, ahí mismo lo dije en público,
no esperé el trámite formal sino que quise
con mi decisión y mi actitud recordar a los colombianos
que, la zona de Ralito es una zona para la paz, ¡sin
ausencia del Estado y sin ventajas para la impunidad!
Yolanda Ruíz. Periodista: Señor Presidente,
en varias oportunidades a raíz de pronunciamientos
de la Corte Constitucional sobre distintos tópicos,
se ha planteado la necesidad de una reforma constitucional
que replantee los alcances de los poderes que tiene la
Corte Constitucional, ¿usted qué cree,
que se necesita en este momento en Colombia esa reforma,
replantear los poderes de la Corte Constitucional?
Presidente de la República: Ese tema, el doctor
Alfonso López Pumarejo, solía decir: “vivir
para ver”. Entonces, pasan cosas sorprendentes,
no en el pueblo colombiano –el pueblo colombiano
es muy consecuente- pasan cosas sorprendentes en la dirigencia
política.
Un día salen a atacar la Constitución
del 91 y al otro día, los mismos que la atacan,
la desconceptúan, se convierten en los defensores,
cuando la Constitución la defendemos todos. Aquí se
aplica ese principio inglés de que la Constitución,
que ahora llaman el common law, no escrita -aquí sí escrita-,
de que la Constitución es el acuerdo para el desacuerdo.
Entonces, desde que se dictó la Constitución
del 91 y se conocieron las primeras sentencias de la
Corte Constitucional, con bastante anterioridad a este
Gobierno, se han oído críticas a eso. Yo
confió que el proceso de jurisprudencia vaya a
clarificando todos estos temas.
Ahora, uno encuentra dificultades.
Por ejemplo, una cosa es la interpretación de
la Corte Suprema de Justicia sobre el tema de tutelas
sobre sentencias,
otra cosa es lo que alega la Honorable Corte Constitucional
sobre ese tema. Este Gobierno es profundamente respetuoso
de la tutela.
Yo he dicho que si hay algún aporte importante
a la Constitución del 91, es la tutela, ¿por
qué? porque la Constitución no puede ser
un librito abstracto, lejano al pueblo. La tutela se
convirtió en el camino para que el pueblo sienta
que la Constitución es de carne y hueso, que la
Constitución beneficia al pueblo. Y hay esa discusión
sobre la tutela, sobre sentencias, que el Gobierno la
ha manejado muy respetuosamente buscando construir un
consenso entre las Cortes, para ver cómo se maneja
eso, y el Gobierno seguirá en lo que ha estado:
la búsqueda de consenso, con toda la prudencia,
porque eso es lo que ayuda a aclimatar en Colombia el
peso de las instituciones.
J.S.: ¿Pero
es partidario de limitar los poderes de la Corte Constitucional,
Presidente? Teóricamente
hablando?
Presidente de la República: ¿Teóricamente
hablando?, es muy claro doctor Darío. Yo empecé la
Presidencia el 7 de agosto del 2002, estamos en abril
e 2004, a pocas horas de emprender un viaje a China y
de Japón y lo que he hecho estos dos años
es: proponer unas normas en el Referendo –que ustedes
las conocen- y ahí no había una sola violación
de la Constitución, unas normas que se tramitaron
de acuerdo con los principios democráticos, se
tramitaron de acuerdo con la Constitución, unas
normas convenientes, inmensamente convenientes para esta
Patria, como el tema pensional –que aspiro que
el Congreso de la República me ayude ahora a sacarlo
adelante-.
Y ¿por qué mi insistencia en el tema pensional?:
oígase bien: nosotros recibimos una economía
quebrada, con un altísimo déficit fiscal
y un gran endeudamiento.
¿Sabe cuál es la principal herencia de
este Gobierno en lo fiscal?: hemos reformado 150 empresas
del Estado. ¿Qué tal que no hubiéramos
reformado el Banco Cafetero, el último de los
reformados?, ¿qué tal que no estuviéramos
reformando los hospitales públicos, como el hospital
de Caldas –tema que nos tomó bastante rato
el pasado sábado en Manizales- o el González
Valencia de Bucaramanga?, ¿qué tal que
no hubiéramos reformado Inurbe?, ¿en qué estaría
el país sino hubiéramos reformado la Convención
de Ecopetrol?, etcétera.
¿
Usted se imagina un Telecom con 400 mil millones de pesos
al año de pérdida y un Estado quebrado?, ¿qué tal
que no estuviéramos reconvirtiendo deuda? Mire,
esta revaluación que tanto preocupa al Gobierno
por lo menos le hemos aprovechado para una cosa, hasta
la fecha hemos convertido deuda en dólares a pesos
tres mil millones de dólares, aprovechando los
dólares baratos. ¿Cuanto ayuda eso?
Cuando este Gobierno empezó, el endeudamiento
estaba en el 56 por ciento del PIB, hoy está en
el 47. Es muy alto pero lo hemos reducido bastante. De
casi 100 pesos que aprobábamos en el presupuesto,
40 para servir deuda. Hoy sigue siendo una gran cantidad
de dinero, pero lo hemos reducido a 32. ¿Qué tal
que no hubiéramos hecho todos esos esfuerzos en
lo fiscal?
¿Y qué ha pasado
en esa otra parte constitucional? Hemos venido adelantando
reformas de gran importancia.
Cuando este Gobierno llegó apenas, estaba concluyéndose
en el Congreso de la República la aprobación,
en primer período legislativo, a la reforma constitucional
que introdujo el principio de la oralidad en el sistema
penal y el régimen acusatorio. A mi me eligieron
el 26 de mayo y me di a la tarea de impulsar, como Presidente
electo, eso en el Congreso para que se aprobara. Y una
vez llegué a la Presidencia, emprendimos la aprobación
en segundo período legislativo y se aprobó.
Después acompañamos al Fiscal y al Ministerio
del Interior y de Justicia en la reforma de los códigos.
Y hoy se está ensayando ya, el proceso acusatorio
y el proceso oral, en Bogotá y en el Eje Cafetero.
¿Qué he propuesto en materia de Reforma
Constitucional?: que el sistema oral por Constitución,
lo extendamos también a los otros temas del derecho.
Lo hemos introducido solamente en la parte penal, que
sea introducido en la parte laboral, que lo introduzcamos
en la parte civil, que lo introduzcamos en la parte comercial.
Yo creo que es una reforma constitucional de gran importancia,
que ayuda mucho y que ya la estamos probando su bondad
en la parte penal.
¿Qué más hemos propuesto?: en lo
posible, desjudicializar las pequeñas causas para
poder descongestionar la justicia. O sea, que las reformas
constitucionales, por nosotros propuestas, no van contra
el espíritu democrático del constitucionalismo
colombiano, de ninguna manera. Si se examina nuestra
política de Seguridad Democrática tiene
un contraste y una semejanza con la tradición
colombiana. ¿Cuál contraste?: que ha tenido
firmeza frente a los delincuentes. Yo no puedo proceder
en política por rabia y frente a los delincuentes
por miedo. Yo no puedo proceder en política con
soberbia, con envidia ni frente a los delincuentes por
temor. Si algo ha tenido la política de Seguridad
de este Gobierno, en contraste con antecedentes, es firmeza
frente a la delincuencia
Y ¿qué semejanza ha tenido con la tradición
colombiana? Respeto a las libertades públicas.
En otras partes, para implantar una política de
seguridad como ésta, pasaron por encima de la
Constitución. Aquí la hemos respetado totalmente.
Eliminaron las libertades públicas, aquí las
hemos respetado totalmente. Ahora estamos dando otro
paso, apoyando la ley de garantías electorales
en el Congreso.
Pero es que además al Gobierno hay que creerle
por esto: este Gobierno ha sido garantista. ¿Cómo
fue el proceso del Referendo del 2003?, ¿cuánto
espacio tuvieron los de la oposición y los de
la abstención? Yo tuve toda la diferencia con
el Consejo Electoral, salí a decirle al Consejo
Electoral que estaba equivocado porque había contabilizado
gran cantidad de cédulas de personas que no podían
votar y por eso nos derrotaron injustamente, lo dije
en público y en privado al Consejo Electoral,
pero dentro de los caminos constitucionales, respetando
la institucionalidad.
El Referendo se hizo un sábado, el Consejo Electoral
nos dio las reglas de juego ese viernes anterior, ¡tarde!
Y después, cuando le hicimos los reclamos, no
negó los hechos; sino que dijo que era tarde para
ajustar las reglas de juego. Y ese mismo miércoles
yo le propuse al país ‘plan B’ y en
ese diciembre obtuvimos el primer punto de ese ‘plan
B’: la Reforma Tributaria. Y ahora estamos en otro
punto de ese ‘plan B’, que es la Reforma
Pensional.
Y ese sábado, que fue tres de noviembre, después
del Referendo, viajé con el ex presidente Alfonso
López a Panamá, donde di un discurso sobre
el Centenario de la Independencia de Panamá –que
fue un gran paso de la reconciliación y de la
construcción de hermandad entre Panamá y
Colombia-. Recuerdo que salimos a las nueve de la mañana
de Bogotá, el Presidente López me dejó a
mí a las dos de la mañana en Cartagena
y él se regresó a Bogotá con la
Canciller.
Entonces, quiero invocar todos
estos hechos para ver cuál ha sido nuestra actitud frente a la Constitución.
Ese punto de la tutela, repito, yo soy el primer respetuoso
de él. Hay una gran controversia en el país
sobre la tutela de sentencias, ¿qué hace
el Gobierno simplemente?: el Gobierno lo único
que hace en esa materia es, buscar construir consensos.
D.A.: Señor Presidente, hablemos entonces de
su viaje, el que emprende esta tarde, después
de las 4:30 con empresarios y con varios de sus Ministros
a la China y al Japón.
Presidente de la República: Primero, a mí no
me gusta salir del país sino un ratico a cumplir
deberes. Por ejemplo, ir a Panamá por la mañana
y regresar por la noche. Salir a las seis de la mañana
para Venezuela y regresar por la noche. Lo único
que me preocupa de este viaje es que es muy largo y a
la media hora de haber iniciado el vuelo empiezo a mirar
hacia, atrás, preocupado por esta Colombia.
Alguna vez por allá en París, a las cinco
de la mañana, me mostraron a París toda
la noche, estaba de gobernador de Antioquia, había
llegado el día anterior a una vuelta de la gobernación,
urgente. Y me mostraron a París, toda la noche
y a las cinco de la mañana, me dijeron a qué horas
venimos por usted, y les dije: ‘a las 9:00’.
Me dijeron: ‘¿por qué?’ y dije: ‘porque
el avión sale a como las once o doce del día
para Colombia’. ‘¿Y es que se va a
regresar ya?’ Dije: ‘claro’ Me dijeron: ‘no,
pero es que aquí hay mucho más para conocer’ y
yo les dije: ‘déjenme que yo lo veo por
televisión, aquí todo está hecho,
en cambio allá en Antioquia todo por hacer’ Y
eso me pasa al frente de esta Patria colombiana.
Vamos a ir a un Japón donde todo está hecho,
uno quisiera estar aquí, donde todo está por
hacer, pero ese viaje tiene mucha importancia.
Esa economía China, tan importante, puede ser
una gran fuente de inversión en Colombia. Y ¿qué han
dicho?: que no invierten en Colombia por miedo a la seguridad.
Tenemos que ir a construir confianza con los Chinos para
que inviertan en Colombia,
¿Qué ha pasado con el Japón? Dejaron
de invertir en Colombia por los secuestros de japoneses –que
terminaron aquí con el secuestro y asesinato de
un ciudadano japonés- y por los pleitos que se
dieron en Colombia con asociados japoneses de Telecom.
Nosotros encontramos 19 pelitos en Telecom, como encontramos
en pleito las concesiones viales. Estamos tratando de
superar todo eso, con transparencia y con equidad. Ya
están arreglados parte de esos pleitos con Japón
y le hemos dado al pueblo japonés todas las garantías
de seguridad para que inviertan en Colombia.
Y también tendrá allí lugar la
discusión de un tema: el túnel de la línea.
Este Gobierno lo está construyendo, doctor Darío. –Me
gustaría que usted enviara algunos a ver la boca
de ese túnel en plena excavación, construimos
ya los accesos y hemos construido los primeros 250 metros
de excavación, hace parte de nuestro gran programa
de infraestructura- Pero necesitamos 250 millones de
dólares para toda la obra, entonces vamos a ver
cómo avanzamos en ese crédito con el Gobierno
japonés.
En Japón se va a reunir la Asamblea del Banco
Interamericano (de Desarrollo, BID) no obstante que el
objeto territorial del BID es esta América nuestra,
el Japón es un gran contribuyente del BID, por
eso la importancia que se reúna la Asamblea allí.
Vamos a pedir a los contribuyentes
del BID todos los recursos para la infraestructura
Suramericana, la hidrovía,
la navegación del río Meta, la comunicación
de Brasil a través de nuestro Putumayo, de la
carretera nuestra de San Miguel – Puerto Asís – Mocoa – Pasto
con el Pacífico. Y vamos a hablar de otro tema
bien importante, las condiciones de financiación.
Esta semana Colombia le está prepagando al BID
un crédito carísimo de 1.250 millones de
dólares. ¿Por qué lo prepagamos?:
para aprovechar los dólares baratos de la revaluación
y porque es un crédito muy caro. Pero le vamos
a decir al BID, con la autoridad moral que nos da ser
cumplidos en estos pagos, necesitamos los créditos
de largo plazo y de baja tasa de interés, nosotros
no podemos seguir con estos créditos tan caros,
por eso lo prepagamos.
Estas son algunas de las razones
de ese viaje mi querido Darío.
D.A.:¿No teme la laberintitis que lo afectó antes
de su viaje a Venezuela y que felizmente ha superado?
Presidente de la República: Por ahora el oído
está enchavetado.
(risas…)
D.A.: ¿Absolutamente
blindado, Presidente?
Presidente de la República: El oído está bien
y anoche la doctora Elsa Lucía le hizo una sesión
de acupuntura y ahí lo vamos manejando con la
ayuda de los médicos, mi querido Darío,
pero hay que estar a toda hora con una obsesión,
que es el cumplimiento del deber.
Este Papa que acaba de morir
nos dio ese ejemplo: cumplimiento de deber y dignidad
en la Tercera Edad y dignidad a la
hora de la muerte. Por lo pronto voy a tratar de seguirle
un ejemplo a este Papa, me lo voy a grabar en mi mente
que es, cumplimiento de deber a todas horas. Y en otros
años, si mi Dios me los da, voy a recordar a este
Papa para tener dignidad en la edad mayor y dignidad
a la hora de la muerte.
D.A.: ¿Y la Presidencia le ha sacado canas a
todos los Presidentes, pero a usted a una velocidad asombrosa,
doctor Álvaro?
Presidente de la República: Como le parece, como
le parece Darío. Pero desde que esas canas sean
por trabajar y no por aprovecharse del poder, está bien
que vengan y que sea lo que prime.
D.A.: Señor Presidente, unas cositas muy puntuales
pero muy importantes. El acuerdo humanitario que están
esperando tantas familias que tienen a los hijos, a los
esposos, a los soldados a los policías en el monte
desde hace cuatro, cinco, seis, siete años…
Presidente de la República: Sí, el Presidente
Lula ofreció públicamente, en Venezuela,
que Brasil ayudaría en eso porque había
sido contactado, me preguntó qué opinaba
yo y le repite lo que le había dicho en Leticia
y el año pasado en Río de Janeiro: ‘Bienvenida
la mediación de Brasil, la facilitación
de Brasil’.
Lo mismo el presidente Rodríguez Zapatero, como
lo he hecho con los gobiernos de Francia, Suiza, con
Naciones Unidas, con personalidades muy importantes de
la vida colombiana. Recuerdo que fui a la casa del señor
ex Presidente López, en diciembre de 2002, para
autorizarle expresamente, que él fuera facilitador. Él
me dijo que tendría que proceder con independencia
frente al Gobierno y le dije: ‘me parece muy bien
señor ex Presidente, no hay obstáculo alguno’.
Ahí ha habido tres temas.
Primer tema: yo no puedo liberar
de la cárcel
personas incursas en delitos atroces, pero hemos liberado
27 personas no incursas en delitos atroces de la Farc.
Y no es como algunos dijeron, que eran unos guerrilleros
sin importancia, todos son importantes. A uno le faltaban
12 meses, a los otros por encima de 27, a varios les
faltaba 5 años de prisión y están
en un proceso de reinserción.
Segundo tema: el destino de los
guerrilleros que surjan de la cárcel. Yo he dicho: no los puedo liberar
para que vuelvan a delinquir. ¿Un país
que le esté está exigiendo más y
más resultados a la Fuerza Pública? -Mire,
cuando llegué a Presidencia en Colombia un secuestro
en Colombia no era noticia, porque como habían
3 mil al año, una masacre no era noticia, un carro-bomba
no era noticia. Hoy, cualquier delito, se convierte en
motivo de un fuerte reclamo del Gobierno y de la Fuerza
Pública y está bien que así sea,
porque lo grave es un país anestesiado frente
al dolor-. ¿Y nosotros exigiéndoles a la
Fuerza Pública este sacrificio?
Esa cantidad de soldados de la
Patria en la selva, a toda hora picados de zancudo,
enfrentando el riesgo de
esa enfermedad tan terrible que es la leihsmaniasis,
con esas temperaturas, con el agua a la cintura. ¿Usted
cree que yo puedo decirle a la guerrilla: ‘salgan
de la cárcel y vuelvan a las selvas como lo proponen
ellos y algunos de sus facilitadotes? Yo no puedo aceptar
eso.
Por eso hemos dicho: ‘aquellos que salgan de la
cárcel tienen que o irse al extranjero a un país
que les garantice todas las libertades, pero que ejerza
una tutoría. Francia en algún momento dio
unas señales positivas, la Iglesia me dijo que
la Farc no aceptaba eso. Entonces les di otra alternativa:
la reinserción. Pero, ¿en qué quedaría
mi cumplimiento a la Constitución si yo autorizo
que los guerrilleros salgan de la cárcel para
volver a delinquir?, ¿en qué queda mi obligación
de garantizar la paz? Mi obligación constitucional
de resultados es garantizar la paz. Y mi obligación
constitucional de medio, es fortalecer la Fuerza Pública
y motivarla. ¡Eso sería una gran desmotivación
a la Fuerza Pública!
Un buen interprete de la Constitución tendría
que decir: ‘por esa vía de desmotivación
de la Fuerza Pública hay una violación
constitucional de medios’. Entonces, yo he sido
muy cuidadoso en no tomar decisiones, en esta materia
o en cualquiera, que violen la Constitución o
desmotiven la Fuerza Pública.
Yo, desde las seis de la mañana llamado a los
generales, a toda la Fuerza Pública a exigirles
a exigirles ¿y en seguida soltando los guerrilleros
que los han masacrados a ellos para que vuelvan a masacrarlos?
Esta bien que salgan de la cárcel para no delinquir,
que entren a ese proceso de reinserción en el
cual hay inmensa credibilidad, hay 12 mil reinsertados. ¡Eso
no tiene antecedentes en Colombia! Sume los reinsertados
de la Corriente de Renovación Socialista, del
Eln, los reinsertados del Epl, los reinsertados del M – 19.
Aquí hay 12 mil y puede haber 5 mil más,
en los próximos días, al ritmo que vamos.
Entonces, el proceso es creíble y que los guerrilleros
que salgan de la cárcel se vinculen a ese proceso.
Y el tercer tema es el despeje. ¿Usted cree que
el país resistiría hoy la motivación
de la Fuerza Pública, los antecedentes, que yo
salga a despejar el Putumayo y Caquetá o a despejar
Florida y Pradera, dos municipios que prácticamente
están formando con Palmira y Cali una conurbación?, ¿usted
cree que podemos hacer eso?
El año pasado recuerdo que, los propios familiares
me contaron la liberación de algunas personas
que estaban en ese secuestro, por pagos a la Farc y para
esos que pagaron no hubo exigencia de despeje. ¿Por
qué si, cuando pagan no hay exigencia de despeje,
ahora si hay ésta exigencia de despeje? Sin embargo,
a mi no me gusta proponer las cosas por caprichos ni
convertir mis razones en fanatismo, siempre busco opciones.
Por eso dijimos: ‘despeje no, por estas y estas
razones, pero damos una opción, un punto de encuentro’ y
propusimos como punto de encuentro una Embajada en Bogotá,
la sede del Nuncio Apostólico, se nos dijo después
que no. Dijimos: ‘bueno, aceptamos una iglesia
en cualquier parte de Colombia y damos todas las garantías
para que los guerrilleros que vayan a negociar sean llevados
allí por la Cruz Roja Internacional, por quien
sea’.
O sea Darío que tenemos unas limitaciones. Yo
le decía a los presidentes Lula, Rodríguez
Zapatero y Chávez, lo que le he dicho al presidente
de Francia, al Gobierno Suizo: ¿si ustedes encuentran
que estas condiciones de Colombia no son razonables,
háganme ver por qué las cambiamos? Y es
que además el Gobierno ha introducido modificaciones
allí.
Cuando era candidato, en las
primeras semanas como Presidente electo y en el ejercicio
del Gobierno dije: ‘hay
acuerdo humanitario siempre y cuando se inicie un proceso
de paz con cese de hostilidades’, eso lo dejamos
atrás a pedido de Kofi Annan, a pedido del Presidente
de Francia. Nosotros aceptamos desvincular el proceso
de paz del acuerdo humanitario y lo que estamos exigiendo
es que se allanen estos tres puntos, que son fundamentales.
D.A.: Ninguno de esos
tres los negocia, Presidente.
Presidente de la República: Darío, pase
de entrevistador a analista. Yo le pregunto, ¿en
el análisis, conviene que, quien salga de la cárcel
vuelva a delinquir?
D.A.: Por su puesto que no, Presidente.
Presidente de la República: Con los antecedentes
de zona de despeje, ¿no es una opción válida
un punto de encuentro como una Iglesia en cualquier parte,
una embajada?
D.A.: Es razonable.
Presidente de la República: Yo debo cumplir la
Constitución, ¿puedo liberar de la cárcel
personas en curso de delitos atroces?
D.A.: Usted en eso
ha sido muy coherente y consecuente,Presidente.
Presidente de la República: Se lo agradezco,
pero no por ser yo coherente y consecuente, por la Constitución
colombiana. Nosotros, adheridos a principios fundamentales
de bien público y de cumplimiento del ordenamiento
jurídico, no hemos tenido inconveniente en buscar
opciones y seguimos abiertos a eso.
Mire, yo jamás he eludido el diálogo con
los familiares de los secuestrados. Llego a Neiva, cualquiera
sea el tema que me cite a mí, me dicen: ‘en
ese Centro de Convenciones, en una salita contigua, están
los familiares de los secuestrados’. Les doy la
cara, lo mismo en Cali. Y qué dificultad para
mí, qué dilema. Porque por un lado, se
me contagia esa tristeza de ellos inmediatamente –no
soy capaz de mirar a mis compatriotas sino a los ojos,
entonces yo no los miro de reojo, yo los miro inmediatamente
a sus ojos y se me contagia esa angustia-, es que yo
soy padre de familia. Y por otro lado, eso me hace contraste
con la manera de apreciar la historia del orden público
en Colombia, que yo he tenido, y que influye en el contenido
que yo le doy al cumplimiento de mis deberes de Presidente.
Tema bien difícil Darío, pero vamos a
seguir luchando por todos los medios, hasta el último
día de Gobierno.
D.A.: Frente a
las llamadas Comunidades de Paz, es muy preocupante
el hecho de
que la Fuerza
Pública,
al estar de nuevo presente en ciertas áreas, esté recibiendo
algunos gestos de animadversión por parte de la
población.
Presidente de la República: Primero, hay que
destacar lo siguiente: en un país que le estaba
entregando su control, en violación de la Constitución,
a paramilitares y a guerrilleros, la recuperación
de ese control institucional –que es la recuperación
del imperio de la Constitución- no puede excluir
terrenos del territorio nacional de la presencia de la
justicia y de la Fuerza Pública.
Segundo, ¿qué ha pasado allí? Allá ha
habido rechazo a la justicia por parte de algunos, obstrucción
de la justicia y rechazo a la Fuerza Pública.
El Gobierno ha dicho tres cosas, que repito: respeto
a esas Comunidades de Paz, tienen todas las garantías
en Colombia, pero el Gobierno no puede permitir que se
rechace la presencia de la Fuerza Pública ni que
se obstruya la justicia.
¿Por qué digo que ha habido obstrucción
de la justicia?, porque en dos consejos de seguridad
en Urabá, los fiscales han dicho: ‘Presidente,
es que nosotros no podemos recibir declaraciones allá,
porque la Policía no nos acompaña o porque
cuando llegamos allá, salen unos dirigentes de
esa Comunidad a decir aquí nadie está autorizado
para rendirle una declaración a la justicia’.
Eso es obstrucción de la justicia claramente,
eso es violación de la Constitución colombiana
que tanto defendemos y que es el principio rector de
la unidad nacional. Entonces he dicho: eso no se puede
permitir, no puede haber obstrucción de la justicia.
¿Cómo llegó la Policía este
fin de semana?: amablemente, tranquilamente, sin desafío.
Llegó en medio de unas palabras totalmente patrióticas,
dulces, del señor general (Jorge Daniel) Castro
Castro (Director de la Policía Nacional), sin
desafío, en actitud de protección. De la
misma manera tiene que proceder el Ejército y
la Patria allí.
¿Qué informe me daba anoche el general
Castro y el general Arango?: anoche como a las diez de
la noche volví a hablar con el general Arango,
el segundo Comandante de la Policía que estaba
en Apartadó y me dijo: ‘algunos poquitos
se retiraron, pero el otro sector que vive en San José de
Apartadó permaneció allí’.
Hay que hacer el esfuerzo para que los otros poquitos
se reintegren o para protegerlos donde se quieran situar,
porque ellos, en este marco de libertades de Colombia,
son libres para ubicarse donde quieran. Pero allí donde
estén ubicados los tiene que proteger la Policía
colombiana.
¡Firmeza sin desafíos, firmezas sin aspavientos!
Resultados en vez de retórica. Allá está la
Policía, pero está sin aspavientos. Y hay
mucha gente allí pidiendo que la Policía
se quede, que es lo que me piden en todas partes: ‘Presidente,
mándenos la Policía pero no por raticos,
mándenos el Ejército pero no por raticos
sino para que queden’.
D.A.: Presidente,
se le ha acusado desde algunos sectores de debilitar
a
los Partidos
Políticos.
Presidente de la República: En ese tema no puedo
intervenir. Pero, el año pasado, en una convocatoria
académica que hizo el presidente Gaviria, cuando
todavía era Secretario General de la Organización
de Estados Americanos (OEA), presenté –incluso
por escrito- mi pensamiento sobre cómo en Colombia
hay que combinar la democracia de representación
con la democracia de participación.
Eso sí que es interpretar bien la Constitución
del 91, eso si que es cumplir la rigurosamente. ¿Por
qué?: porque si en algo avanzó la Constitución
del 91 fue en democracia –permitiendo la elección
directa de Gobernadores- y en mecanismos de participación
ciudadana. Y esos mecanismos de participación
ciudadana son mecanismos de democracia directa, de democracia
participativa, que no pueden anular la democracia representativa
sino que tiene que haber un buen balance.
También dije, en un momento en Cartagena, de
ese discurso recuerdo, que no podíamos entender
que la democracia representativa debería ser un
concubinato y un intercambio permanente de prebendas
entre el Ejecutivo y los Partidos Políticos, porque
eso lo que hace es, crear una coalición entre
ellos y deslegitimarla totalmente ante la opinión.
Fue un buen debate académico donde creí interpretar
bien, ese sentido democrático de nuestra Constitución,
que equilibra la democracia representativa con la democracia
participativa.
Y esa democracia participativa
tiene una profunda relación
con el Estado Comunitario y el Estado Comunitario tiene
una profunda relación con un propósito:
recuperar confianza en el Estado colombiano.
Yo repito todos los sábados en esos Consejos
Comunitarios: estos ejercicios de gobernar con el Pueblo,
de cara al Pueblo, tan difíciles para un Gobierno
con tantas limitaciones de presupuesto, son ejercicios
que buscan rescatar la credibilidad popular en las Instituciones,
sin lo cual no funciona la democracia.
Ahí vemos un ejemplo bien importante de democracia
participativa al servicio de la credibilidad del pueblo
en las Instituciones democráticas. Por eso, esto
tiene que ser una buena combinación de democracia
representativa, donde los Partidos juegas un papel muy
importante y de democracia participativa, donde hay esa
intervención directa y permanente del Pueblo como
camino de construcción de legitimidad y de credibilidad.
D.A.:¿Habrá Partido
Uribista en el 2006?
Presidente de la República:
Uribismo no hay nada con nombre propio. Estamos haciendo
un esfuerzo muy bello
para mejorar la calidad de vida urbana en Colombia.
Esta mañana en Bogotá se está inaugurando
un magnífico puente, el sistema de Transmilenio,
este Gobierno le ha entregado a Bogotá, vigencias
futuras por 988 millones de dólares para avanzar
en Transmilenio, ese Transmilenio de Bogotá este
Gobierno lo financia en un 70 por ciento. Pero no nos
quedamos ahí, estamos en plenas obras del Transmilenio
de Cali.
El viernes en la noche visité el Transmilenio
de Pereira, en plenas obras. Aspiro que el alcalde de
Medellín rápidamente abra la licitación
para ese Transmilenio de Medellín, complementario
del Metro.
Vamos adjudicar la primera licitación del Transmilenio
de Cartagena. Ya se va abrir la licitación del
Transmilenio de Barranquilla y hemos dado pasos muy importantes
para tener ese Transmilenio del área metropolitana
de Bucaramanga.
Calidad de vida urbana. Y estamos
construyendo obras muy importantes, un poquito en cada
región, para
inducir obras a favor de peatones, de ciclistas. Hay
que ver esa obra tan importante que estamos haciendo
en Cartagena, donde viven esos colombianos, que han sido
recordados en el discurso y olvidados en la práctica,
esos colombianos de la Ciénaga de la Virgen de
Cartagena, todo el mundo los convoca en el discurso y
muchos le sacan el cuerpo en la práctica. Ahí estamos
haciendo la vía perimetral de la Ciénaga
de la Virgen, que será fundamentalmente peatonal,
para empezar a reindicar esa zona tugurial.
Y hace 15 días en Montería, inaugurábamos
una alameda que recupera plenamente los derechos del
peatón y los derechos del ciclista, para poner
allí también un ejemplito, como estamos
bregando a terminar nuestra cicloruta de Cali a Palmira.
Entonces, en Montería, fui hablar con los vecinos,
cogí una escoba, les dije tengamos barrida la
calle, no nos preocupemos sólo por el espacio
interior de las casitas o de los negocios, hay que preocuparnos
por el espacio público. Me fui diciéndole
a los ciclistas: ‘no vayan en su bicicleta por
la calle, estrenen todos a la cicloruta que para eso
la hemos construido’ y por allá vi algo
que decía: Avenida Álvaro Uribe y dije: ‘mi
primera sugerencia es que esto se llame la ‘avenida
de la Ciudadanía’, porque estamos construyendo
estas alamedas para garantizar los derechos del peatón,
del ciudadano, la amabilidad de la vida urbana, la calidad
de la vida urbana que es una manera de construir ciudadanía,
de construir un Estado Social de Derecho, un país
con igualdad de oportunidades’. Y así el
señor alcalde, el señor Gobernador aceptaron
llamarla: la avenida de la Ciudadanía.
En Colombia queremos política para la ciudadanía
y muchas gracias doctor Darío.
Fabio Callejas. Periodista:
Finalmente, el doctor Luis Camilo Osorio
está por concluir su periodo como
Fiscal General de la Nación. Como lo establece
el artículo 249 de la Constitución, usted
como Presidente debe enviar la terna a la Corte, ¿cuándo
la va a enviar y cuáles son sus candidatos?
Presidente de la República: Hay que estudiar
el tema. Qué bueno clonar al doctor Luis Camilo
Osorio, qué gran Fiscal, qué hombre tan
comprometido con el restablecimiento del orden público
en Colombia. Lo digo ya, al final de su ejercicio, pero
lo digo… yo gozo, cuando puedo reconocer las cosas
buenas de mis compatriotas. Es mucho mejor reconocer
las cosas buenas de mis compatriotas, que vivir en ese ácido
debate de la destrucción personal.
A mi me da alegría reconocer cosas buenas de
compatriotas como Luis Camilo Osorio, Fiscal General
de la Nación y me repugna lo otro, esa amargura
de estar a toda hora maltratando compatriotas.
D.A.: La última, última. Se podría
presentar una carrera de relevos en la fórmula
para la Vicepresidencia, que saliera Francisco Santos
y entrara Juan Manuel.
(risas...)
D.A.: Todo queda en
familia.
Presidente de la República: Esta mañana,
estaba en una bicicleta de spinning, esperando que saliera
el sol y viendo la televisión –es la única
hora que alcanzo a ver televisión- la madrugada
y estaban ahí hablando de las exequias del Santo
Padre, etcétera y transmitiendo unos mensajes
bellísimos sobre el Santo Padre, que llegan de
toda Colombia, y dije: ‘Santo Padre, ayúdame
desde el cielo, a que el doctor Darío ahora no
me vaya a provocar las debilidades de la condición
humana, ayúdeme a ser prudente a pesar de la agudeza
de Darío y del equipo de Caracol’.
D.A.: ¿Y
caras nuevas en los cargos ministeriales?
Presidente de la República: El Vicepresidente
de Colombia es un tipo de excepcionales cualidades. Un
ser químicamente bueno, un ser extraordinariamente
bueno, con toda la espontaneidad, no tiene trastienda.
Es una de las cosas más importantes del Vicepresidente
de Colombia.
D.A.: Entonces está ratificado
en esa forma.
Presidente de la República: Doctor Darío
por Dios, no por tanto madrugar amanece más temprano.
D.A.: ¿Y
no vamos a ver caras nuevas nunca en los cargos ministeriales?
Presidente de la República:
La continuidad en los Ministerios es esencial para
poder exigirle a los
Ministros resultados.
Yo tengo que escoger entre vivir
cambiando Ministros, mantenerlos a ellos en las zozobra
de las vicisitudes
de la política, y entonces ellos, por ese nerviosismo
y por estar pendientes de qué pasa en la política
con sus vicisitudes y sus crisis de que los van a cambiar
mañana, no producen resultados.
O la otra opción, poder tener unos Ministros
estables, permanentemente auto-acosados: acosados por
el Presidente y acosados por la opinión pública
para producir resultados, que son tan difíciles
en este país. Entonces he preferido crear ese
ambiente de confianza de los Ministros en su continuidad
para que mantengan a toda hora febril acción en
busca de resultados.
D.A.: Presidente ha
sido usted muy gentil y muy amable.
Presidente de la República: gracias Darío
a usted, a sus colaboradores, a sus compañeros
en la mesa de trabajo de Caracol y a todos los compatriotas.