PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN CONMEMORACIÓN
DEL NATALICIO DE MARCO FIDEL SUAREZ
Bogotá, 18 abr (SNE). El siguiente es el texto
del discurso del presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, durante el acto de conmemoración
de los 150 años del natalicio de Marco Fidel Suárez.
“Quiero agradecer inmensamente los ensayos que
hemos escuchado, al doctor Lázaro Mejía
y al señor expresidente Belisario Betancurt. Actualización
fecunda del pensamiento de la obra y de la vida del expresidente
Suárez, vida que tenemos que exaltar hoy todos
sus compatriotas.
En el concepto suyo de nacionalidad
concurren un amplísimo
conjunto de referentes. Algunos tienden a ver la vida
de los grandes hombres de la Patria, limitada a su participación
y aporte a un partido o a una corriente del pensamiento. ¡No!
La historia de Colombia ha sido forjada por todos los
partidos, por muchas escuelas de pensamiento, por líderes
sociales y escritores públicos de todas las tendencias.
En la perspectiva histórica, todos a una concurren
a la formación de nuestra personalidad nacional.
En Marco Fidel Suárez celebramos al precoz intelectual
que siempre brilló por su aplicación y
su conducta ejemplar; una consagración absoluta
al estudio más amplio: de las matemáticas,
la latinidad, la filosofía, el derecho, la teología,
la historia, el arte, la industria.
Siendo estudiante pobre, trabajó desde sus 17
años como maestro de escuela. De su época
de adolescente en su primer ensayo, leído en la
reunión solemne de la Academia Literaria del Seminario
de Medellín, "El Utilitarismo"; y a
sus 26 años, fue premiado por la Academia Colombiana
de la Lengua con el Ensayo sobre la Gramática
Castellana de don Andrés Bello.
Se tiende a creer que don Marco
Fidel fue un hombre de letras extraviado en la política y en la función
pública. ¡No hay tal! En la lectura de los
Sueños de Luciano Pulgar se percibe a un Jefe
de Estado inmerso en la realidad, que viaja de incógnito
por los caminos de Colombia y da órdenes para
que se construyan las grandes obras de desarrollo, como
abrir la vía al Pacífico y construir el
puerto de Buenaventura, con el fin de convertirnos en
un miembro importante de esa área del mundo.
Ordenó la elaboración del Censo General
y expandió las líneas del telégrafo
para conectar con ellas a las ciudades de Colombia. Enfrentó con
energía la negativa situación económica
del país, con una inflación que deterioraba
la moneda y un desempleo galopante.
Logró la aprobación de la ley 57 de 1918
que imprimió una gran dinámica a nuestra
industria siderúrgica y se preocupó por
modernizar nuestra naciente legislación laboral.
Fue él quien firmó la primera ley que consagró el
derecho de huelga.
También dio el primer impulso a la aviación
comercial y militar, en alianza con Francia, la primera
potencia aérea. Contra viento y marea quiso que
Colombia rehiciera sus vínculos diplomáticos
y comerciales con Washington -rotos como consecuencia
de la intervención en la separación de
Panamá-, porque no concebía a un país
aislado de un vecino que se vislumbraba como la primera
potencia económica del universo.
Pero también sabía estrechar los vínculos
con los países bolivarianos. En abril de 1920
se encontró en el puente de Rumichaca con el presidente
del Ecuador, Baquerizo Moreno. En esa ocasión
revivió el sueño de la "armonía
boliviana". Fiel al legado del Libertador, predicó la
doctrina de reunir a las naciones liberadas por Bolívar
en el mutuo apoyo y respaldo.
Fue una constante de su vida
el interés por afirmar
la posición de la Patria en el concierto de las
naciones. Lo demostró con su trabajo en el ministerio
del ramo, como consultor, periodista y maestro en el
Colegio del Rosario donde siempre dictó el curso
de Derecho internacional público.
Con Carlos E. Restrepo, Marco
Fidel Suárez, Pedro
Nel Ospina y Belisario Betancurt, miembros de la Academia
de Historia de Antioquia, nos une la membresía
en la fraternidad mundial de admiradores de Cervantes,
estudiosos todos ellos de su obra y discípulos
de sus enseñanzas.
En los 400 años de la publicación de la
obra del Manco de Lepanto, vamos a repetir constantemente
las palabras del presidente Suárez, como expresión
del sentimiento general de los colombianos: “Los
letrados la estudian, los eruditos la escudriñan
y comentan, las lenguas la adoptan, el teatro le abre
sus puertas, las bellas artes la ilustran, los filósofos
rastrean su significado, todos saborean sus donaires,
y todos admiran sus pinturas y enseñanzas”.
Trabajemos para que para que
don Marco Fidel Suárez
tenga motivos de escribir adicionales Sueños de
Luciano Pulgar sin gotas de amargura; para que el desarrollo
de la ciencia construya una comunidad de verdad fraterna.
Para que la visión de Marco Fidel Suárez,
presidente sabio, esforzado y justo, nos enseñe
a todos a mirar más allá de lo rutinario
y cotidiano. Para que siga siendo consigna su frase en
el discurso de aceptación de su candidatura a
la presidencia: “El suelo de Colombia es estéril
para la simiente de la arbitrariedad”.
Así como él abrió el camino en
América a la aviación militar y dio una
lección al mundo de progresismo y capacidad de
aceptación y absorción de las tecnologías
de punta, todos los colombianos de hoy nos tenemos que
concentrar en estudiar, trabajar, ahorrar e integrarnos
al mundo en calidad de líderes y protagonistas
de la historia del siglo XXI.
Los colombianos tenemos que releer
Los sueños
de Luciano Pulgar, ese compendio de saber enciclopédico,
la relación de sus variados y amenos recuerdos,
las pinceladas sobre las gentes que dejaron huella perdurable
en su memoria, el estudio sobre temas gramaticales, la
historia, las descripciones de los paisajes que admiró en
sus extensos recorridos por la geografía de su
Patria. Una obra que por su prosa y la pureza de su estilo
es un clásico de la lengua castellana.
Que importante es traer la enseñanza del presidente
Suárez a la Colombia de hoy. Cuando apenas estamos
haciendo esfuerzos para integrarnos definitivamente al
pacífico, en su Gobierno él anticipó esa
necesidad, es el padre del Puerto de Buenaventura y además
el padre de la salida al pacífico.
En su Gobierno, enseñó algo en lo cual
nos hemos retrasado bastante en Colombia, el país
no puede ir a la saga en la evolución de la escalera
tecnológica. Él siempre pensó en
una Nación que estuviera en la vanguardia tecnológica
y ese pensamiento se incorporó a la práctica
cuando asumió el liderazgo de incorporar la aviación.
En materia política, he releído un ensayo
sobre libertad de prensa, de gran importancia, porque
en el, el presidente Suárez hizo el más
bello ensayo que se ha hecho en la historia colombiana
sobre el concepto de la libertad con responsabilidad,
tan necesaria en nuestros días.
Libertad con responsabilidad
para que los medios de comunicación en una democracia, donde jamás
se piensa en la censura, sean los que definan como autorregularse
en función del bien público.
Libertad con responsabilidad
para que el Estado no ejerza sus atribuciones en desmedro
de los derechos de los ciudadanos,
lo puntualizaba en ese ensayo el presidente Suárez:
Si queremos inversión extranjera las facultades
de intervención del Estado no conllevan una libertad
infinita, tiene que ser una libertad con responsabilidad,
una libertad regulada para dar confianza a los inversionistas,
concepto tan necesario en nuestros días.
Libertad con responsabilidad
para poder desarrollar una práctica moderna de la ética, para
que el ejercicio de la libertad no maltrate el bienestar
del pueblo, no le haga daño al prójimo.
En ese concepto, en ese ensayo
del presidente Suárez,
publicado en el primer tomo de sus sueños hay
unos valiosísimos conceptos filosóficos
sobre el ejercicio responsable de las libertades y sobre
la defensa del idioma.
“Si señor aquí se han olvidado los
estudios de lenguaje que prosperaron en otro tiempo,” dice
en un sueño, en otro sueño: “Esto
ha dado causa para que la mayor parte de los periódicos
no ofrezca ya aquella tersura que llegaron a ostentar
sino tal descuido, que en ocasiones lo que hace uno la
recibirlos es primero que todo, pasar por ellos la vista,
para entresacar y apuntar los dislates que todos los
días produce.
En lugar de decir asunto, argumento,
campo, cosa, caso, cuerpo, materia, negocio, objeto,
particular, sujeto,
materia, tema, dice el tópico, palabra que absolutamente
no tiene que ver con otras ideas.
Sin necesidad llaman a la ciudad
la urbe, latinismo tan innecesario, como los de Juan
de Mena y ocasionado
a una transposición de letras de resultado muy
desagradable.
Llaman verbo la elocuencia e
intelecto, el entendimiento, afectación innecesaria que pervierte el lenguaje
llano con el empleo de voces escolásticas para
decir, manifestar o declarar palabras muy claras y de
uso espontáneo, dicen exteriorizar como si hubiera
interiorizar o interiorizar y para significar, impedir,
estorbar o dificultad, dicen obstaculizar, vocablo nefando
a todas luces.
Otras voces oyen cantar el gallo
y no saben donde, extendiendo correcciones muy fundadas
a casos que ellos no comprenden,
cuando supongo que así como no puede decirse recién
que llegó, tampoco puede decirse recién
llegado, siendo muy corriente el uso de recién
con palabras como llegado, nacido, venido.
Lo mismo sucede con frases como
entonces fue que llegó,
que se corrige, entonces fue cuando llegó, pero
que no obliga a decir a todo trance desde cuando llegó,
hasta cuando venga porque en estas locuciones, puede
muy bien decirse: desde que hasta que, como en otras
muchas en que no media el verbo ser; ahora, hoy que,
luego que”
En fin, este sueño, el sueño en otro sueño
es hoy de gran actualidad. Leyéndolo, releyéndolo,
pensaba en la necesidad de que todos los compatriotas
en estos 400 años de El Quijote y en este aniversario
de uno de los más castizos de la lengua, corrijamos
aquello de tratar de incorporar palabras difíciles
de admitir como empoderar. O aquellas locuciones que
se escucha de los más eruditos como el “han
habido”.
Yo creo que hay que sacar una
tarjetita al que diga “ha
habido”, una tarjetita que diga: recuerde a don
Marco Fidel. O me preocupa muchísimo, que cuando
pedimos unas ideas fuerzas para desarrollar una tesis,
se les titula Bullet Points, o cuando necesitamos mostrar
algo que ka ciudadanía requiere o que los estudios
demandan, se les titula Power Point. O cuando requerimos
poner puntos de referencia, ejemplos, como el que hoy
ponemos en don Marco Fidel Suárez, se les dice
benchmark
Entonces, que importante presidente
Betancurt, doctor Lázaro, señora Ministra y muy apreciados
compatriotas que nos acompañan esta mañana,
que en las reflexiones de este año sobre El Quijote
y sobre don Marco, nos ayuden a dejar, no solamente un
recuerdo histórico sino fecundas directrices para
el presente y devenir de nuestros compatriotas.
A todos muchas gracias”.