PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN LA CELEBRACIÓN DEL DÍA
DEL EJÉRCITO NACIONAL Tolemaida, Melgar (Tolima), 2 ago. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez,
durante la celebración del Día del Ejército
Nacional que se conmemoró en la base militar de
Tolemaida.
“Acudimos a Tolemaida en este nuevo aniversario
de nuestro Ejército, del Ejército de la
Patria.
Hemos acudido esta mañana con una tristeza que
se tiene que tornar en resolución, la tristeza
por el asesinato con explosivos terroristas, a nuestros
policías en el Cesar, pero con la firme resolución
de que en esta oportunidad Colombia no tenga declive
ni reversa, que se avance hasta llenar una meta, hasta
cumplir un objetivo del alma de nuestros compatriotas:
la derrota del terrorismo, la recuperación de
la seguridad.
Acudimos acompañados del ex presidente (Julio
César) Turbay Ayala, quien a lo largo de su vida
ha dado ejemplo de amor a Colombia, de desprendimiento,
de preocupación exclusiva por los intereses superiores
de la Patria, y durante su ejercicio presidencial dio
ejemplo de firmeza en las tareas de orden público
y de apoyo a las instituciones armadas de la República.
Acudo a felicitar a los soldados de la Patria, a los
suboficiales, a los oficiales, a sus comandantes, al
Ministro de la Defensa (Camilo Ospina Bernal), al señor
general Ospina (Carlos Alberto), comandante general de
las Fuerzas, a los comandantes de las diferentes armas,
al señor general Reinaldo Castellanos, comandante
del Ejército, en esta hora de la Patria, cuando
todos los colombianos tenemos nuestras esperanzas cifradas
en el éxito de las instituciones armadas de la
República.
Y acudimos a condecorar a un grupo de ciudadanos, generales
unos, oficiales otros, suboficiales otros, simplemente
civiles otros, con las condecoraciones del Ejército
por sus servicios prestados a la Institución,
por sus servicios prestados a la Nación.
A todos ellos nuestra voz de gratitud, nuestro aplauso.
Señores generales, oficiales, suboficiales, soldados
de mi Patria, permítanme referir hoy algunos elementos
sobre los cuales hemos recalcado a lo largo de estos
tres años, fundamentales para ganar este desafío
del terrorismo y recuperar la tranquilidad de los colombianos,
fundamentales para la credibilidad de la ciudadanía.
Déjenme referir hoy a la voluntad política,
a la agresividad de la Fuerza Pública, a la transparencia,
a la comunicación, a la sostenibilidad de las
operaciones y al acompañamiento integral.
Voluntad política. He oído en muchos episodios
de mi vida a los compatriotas en las diferentes regiones
decir, ¡es que no hay voluntad política
para enfrentar el terrorismo¡
Sabemos que es lo fundamental que en un Estado de opinión,
de gobiernos elegidos, de instituciones independientes
donde fundamentalmente y exclusivamente impera la regla
democrática, es esencial la voluntad política.
La voluntad política es el mecanismo de transmisión
del deseo del pueblo a través de sus gobernantes
a las Fuerzas Armadas de la Nación. El gobernante
es un medio que al recibir el mandato popular, recibe
también la orden de que en él se dé la
voluntad política interpretando al pueblo y la
transmita a las instituciones armadas de la Nación.
Generales, oficiales, suboficiales y soldados, creo
interpretar cabalmente el sentimiento del pueblo colombiano,
al reiterar a ustedes toda la voluntad política
para la derrota del terrorismo, para el rescate de la
seguridad.
Y déjenme referir al segundo elemento, a la agresividad.
Una Fuerza Pública en la iniciativa permanente,
una Fuerza Pública en el sacrificio permanente,
una Fuerza Pública sin consideración del
sol canicular del medio día, sin consideración
del frío del amanecer, sin consideración
de la humedad de la selva, sin consideración de
las plagas, de las circunstancias adversas, una Fuerza
Pública siempre en la iniciativa, siempre apostando
a mantenerse en primera línea en la ofensiva para
poder lograr la eliminación, la erradicación
del terrorismo.
Más en esta hora de la Patria en la cual se desmovilizan
tantos factores terroristas que estaban contribuyendo
a la desinstitucionalización de la Nación,
es cuando necesitamos aún más agresividad
de la Fuerza Pública para que todos los colombianos
sientan que esa expresión de la Constitución,
que es su Fuerza Pública, con su agresividad que
es sinónimo de eficacia, es suficiente, es lo único
admisible para darnos a todos seguridad y tranquilidad.
Pero, la unidad de la Nación, alrededor de su
institución armada, alrededor de su Fuerza Pública,
requiere que además de voluntad política
y de agresividad, procedamos con transparencia.
La transparencia se refleja en el respeto a los derechos
humanos, la transparencia se refleja en la adhesión
minuciosa en cada uno de nuestros actos a los mandatos
y a las normas constitucionales, la transparencia se
refleja en el buen uso de los recursos, la transparencia
se refleja en la imparcialidad frente a los actores del
terrorismo, la transparencia -como la eficacia- alrededor
de la agresividad y de la voluntad política, son
factores fundamentales para que se construya ese sustento
sin el cual la política de seguridad no se puede
prolongar en el tiempo, que es la credibilidad de la
ciudadanía.
Pero muy especialmente, la transparencia tiene que ver
con un elemento que es la reconciliación de todos
los colombianos, que es el propósito de curar
iras en la Patria, que es la meta de que las heridas
de la Nación se cicatricen cuanto antes y la Nación
pueda abrazarse plenamente.
En muchos países en los cuales no se procedió con
transparencia para derrotar el terrorismo, finalmente
se llegó a un estado de cosas en el cual combatían
el terrorismo que había surgido contra el Estado
y el terrorismo que había surgido del Estado.
Cuando hay transparencia y respeto a los derechos humanos,
la ecuación es la legítima, unas fuerzas
institucionales enfrentando unos terroristas que desafían
la democracia y eso da credibilidad nacional e internacional,
eso compacta a los colombianos en ese conglomerado que
bellamente denominamos Nación.
Y además de la transparencia, para construir
confianza necesitamos comunicación. Comunicación
al interior de la Fuerza, que no es fácil por
su estructura jerarquizada y disciplinada, pero esa comunicación
se requiere, más cuando estás Fuerzas son
las Fuerzas de nuestro siglo XXI, las Fuerzas del nuevo
milenio, unas Fuerzas con más porvenir que pasado.
Hay que hacer inmensos esfuerzos para que la jerarquía
y el mando no excluyan la comunicación, para que
la orden que dé el superior permee hasta el más
joven de los soldados, sea recibida con afecto y con
vocación, y al mismo tiempo ese comandante que
dio al orden, tenga el oído presto, atento a la
comunicación que se origine desde abajo.
Y comunicación con el pueblo. Esa comunicación
con el pueblo es fundamental para varios propósitos:
para que haya confianza popular en nuestra institución
armada y para que el pueblo se constituya en el gran
apoyo a nuestras instituciones armadas.
Colombia no puede permitir que una institución
legítima haga alianzas con un grupo terrorista
para combatir a otro. La única alianza, la única
legítima, la válida, la necesaria, la imprescindible,
es la alianza de la institución armada con la
base popular de la Nación.
En esta hora de tantos retos, cuando nos piden más
eficacia en el Putumayo, nos demandan más eficacia
en el Cauca, nos demandan más inteligencia y más
eficacia en la Sierra Nevada de Santa Marta, lo mismo
que en Urabá y el Catatumbo, y en el Magdalena
Medio, se hace fundamental esa integración entre
la Fuerza Pública y la ciudadanía.
Nosotros no podemos pretender devolverles a nuestros
compatriotas la seguridad plena, con un crecimiento infinito,
ilímite, del tamaño de nuestras Fuerzas
Militares y de Policía, eso es imposible.
Hemos hecho un gran esfuerzo. En este Gobierno se ha
ampliado la fuerza en 114 mil hombres, pero en una Nación
con endeudamiento, con déficit, con enorme necesidad
de atender la inversión social, ese crecimiento
tiene límite.
Entonces para que ese crecimiento produzca los mejores
resultados se necesita combinar todos estos factores
a los que me he venido refiriendo: esa voluntad política
que le transmita al soldado a través del gobernante
el sentimiento del pueblo; esa agresividad que mantenga
al soldado en permanente iniciativa; esa transparencia
que de confiabilidad; esa comunicación que integre
al soldado con el pueblo y que haga que el pueblo acuda
presto a cooperar con la institución armada.
Diría yo a los colombianos, a todos nuestros compatriotas
en este Día del Ejército, que más
que pretender una saturación militar en todos
los sitios del territorio, en esta hora la primera urgencia
es convocar la cooperación de toda la ciudadanía
con nuestras fuerzas.
Y que esa cooperación tenga manejo y orientación
gerencial, para que sea eficaz.
Aquellos compatriotas que nos reclaman más acción
en muchos sitios de Colombia, mi respuesta es: la necesitamos,
tenemos que ajustar la manera como operamos, producir
mejores resultados, pero necesitamos la cooperación
de todos los ciudadanos de bien.
Señor general (Carlos Alberto) Ospina, señor
general (Reinaldo) Castellanos, generales, oficiales
y suboficiales: ahora este reto de la Patria necesita
que nosotros nos volquemos sobre los ciudadanos, a pedir
su cooperación; que en todas partes, masivamente,
la ciudadanía se declare cooperante eficaz de
la Fuerza Pública, para que esa alianza, que el
Estado social, que el valor de la solidaridad incorporó a
nuestra Constitución, demanda, exige y facilita,
que es la alianza entre la ciudadanía y la Fuerza
Pública, le garantice a Colombia, que rápidamente
se encuentre con ese Estado de felicidad que surge del
disfrute de la seguridad, que es un valor de la democracia.
Y necesitamos permanencia en las operaciones. A mí me
decían: ¡Presidente es que no hay voluntad
política¡ Hoy la hay. ¡Presidente
es que no hay permanencia en las operaciones, el Ejército
entra y sale. Eso crea mucha desconfianza. Llegan a un
municipio y mientras están allí, entonces
se espantan los guerrilleros y paramilitares, pero cuando
el Ejército se va regresan y llega la guerrilla
y asesina a los campesinos por supuesta colaboración
con el Ejército, y después llegan los paramilitares
y asesinan a los campesinos por supuesta colaboración
con la guerrilla¡
¡Los colombianos, todos, ansían no tener
que ser esclavizados por guerrillas y por paramilitares!
¡Los colombianos, todos, ansían una presencia
permanente de la Fuerza Pública en los diferentes
sitios del territorio!
¡Nuestras operaciones tienen que ser permanentes!
¡En el Plan Patriota hasta acabar el terrorismo
en esa región de la Patria!
¡En el Cauca, 25 años de abandono en el
Macizo Colombiano, hasta acabar el terrorismo en esa
región de la Patria!
Hace dos noches uno de los reinsertados de las Farc
me decía: “Presidente tengo 25 años,
crecí en el Macizo, no conocí allí más
presencia que la de las Farc, y ahora que ha llegado
el Ejército, que han llegado las instituciones
de la Patria a presionar a las Farc, que por primera
vez las Farc están en huída, nosotros,
los que crecimos bajo la amenaza de las Farc y ante la
ausencia del Estado, hemos tomado la decisión
de reinsertarnos, pero queremos que el Estado no nos
abandone y que el Ejército no abandone ese corredor
indígena del Cauca”.
¡Presencia permanente a la modalidad que se demanda
de cada fuerza, en todos los sitios del territorio, apreciados
generales, oficiales, suboficiales y soldados!
Esa permanencia de las operaciones, esa estabilidad
de la presencia, significa control territorial por las
instituciones, significa desalojo del terrorismo, significa
asilamiento del terrorismo, significa desabastecimiento
del terrorismo.
Y se me ha dicho: “Presidente es que nos falta
voluntad política, nos falta que las operaciones
sean permanentes y nos falta acompañamiento integral”.
¡Hoy hay toda la voluntad política, toda
la decisión de operaciones permanentes y todo
el propósito de acompañamiento integral!
En el área del Caquetá, por ejemplo, hace
pocas semanas –en Cartagena del Chairá y
después en San Vicente- se reunió la población
a dar testimonio del acompañamiento integral.
Este Gobierno, a pesar de tantas limitaciones fiscales,
va detrás de sus soldados con el régimen
subsidiado de salud, con los programas de Bienestar Familiar
para los niñitos y los ancianos, un régimen
subsidiado de salud que en este Gobierno ha crecido casi
en un 50 por ciento, y que nos proponemos dejar las bases
para que en pocos años haya plena cobertura en
Colombia.
Un Bienestar Familiar que en este Gobierno ha crecido
en un 40 por ciento, y está avanzando en toda
la cobertura nutricional de los pequeños, y que
está empezando un programa para atender 470 mil
ancianos de la Patria, que espero que el primero de octubre
esos 570 mil ancianos de la Patria estén todos
atendidos.
Hemos venido dando asistencia financiera a 170 mil ancianos
y ya estamos adjudicando, han sido adjudicadas las licitaciones,
para que empiecen 400 mil ancianos a recibir una comida
diaria.
El primero de octubre 1 millón de niños
menores de cinco años, estarán recibiendo
un desayuno reforzado de Bienestar Familiar y 400 mil
ancianos, de los sectores pobres de la Patria, estarán
recibiendo una comida diaria, y habremos seguido creciendo
la inversión social.
Ese acompañamiento integral lo venimos dando
con el programa de seguridad alimentaria de la Red de
Solidaridad, que ya le está llegando a dos millones
de campesinos y espera llegarle a tres antes del 7 de
agosto del año entrante, con asistencia técnica,
con semillas, con el conjunto de maquinaria básica
para poder producir la alimentación de esas comunidades.
Ese acompañamiento integral que se da con el
plan Familias en Acción, que ya este año
tiene 400 mil y aspiramos que sean 500 mil en diciembre.
Ese acompañamiento integral que se da con los
créditos y los subsidios del Ministerio de Agricultura,
para los programas alternativos, y con ayudas tan importantes
como la ayuda de la Agencia Internacional para el Desarrollo
de los Estados Unidos, y de algunos países europeos.
Ese acompañamiento integral lo estamos dando
con 30 mil Familias Guardabosques, 33 mil, que están
recibiendo una remuneración por cuidar sus áreas
libres de droga, por cuidar la recuperación del
bosque.
Ese acompañamiento integral que ha avanzado más
en unas partes del territorio que en otras, pero ayer
en el Consejo de Ministros se tomó la decisión
de dar ese acompañamiento integral cuanto antes,
en todas sus expresiones, en el Cauca y también
en el Putumayo.
Con estos elementos vamos a unir a Colombia alrededor
del rescate de la seguridad y alrededor de la derrota
del terrorismo. Y vamos a lograr desabastecer el terrorismo.
¡Hay que derrotar la droga! Este año hemos
aumentado en un 30 por ciento las fumigaciones, pero
ya llevamos casi 13 mil hectáreas erradicadas
manualmente.
Estamos trabajando con los grupos de erradicación
manual para poner un promedio de mil hectáreas
erradicadas semanalmente. Hoy soy un creyente confeso
de la erradicación manual, vincula a los campesinos
en el propósito nacional de acabar la droga, les
genera ingresos y los convierte en unos defensores de
la política de desabastecimiento de los violentos
y de preservación de los recursos naturales.
El señor Ministro (de Defensa, Camilo Ospina)
viene liderando con los altos Mandos, nuestra nueva acción
para pagar recompensas a los campesinos que con su información
nos permitan el decomiso de la droga, la destrucción
de laboratorios y de cultivos.
¡No podemos permitir que la droga siga llegando
a guerrilleros y a paramilitares! ¡Hay que desabastecerlos!
Entonces tenemos que proceder todos los días con
imaginación.
Espero que rápidamente en el Meta el señor
general Gilberto Rocha, comandante de la División;
y el señor general (Daniel) Castiblanco, comandante
de la regional de la Policía; en el Putumayo el
señor general (Luis Alberto) Ardila, comandante
de la División y el señor general (Álvaro)
Becerra, comandante de la regional de Policía,
nos den la buena noticia de que hemos empezado a pagar
las primeras recompensas a los campesinos por la valiosa
información que nos permita la destrucción
de la droga para desabastecer definitivamente a los terroristas.
Señores generales, señor Ministro, ex
presidente Turbay, compatriotas todos, en los últimos
días ha habido una gran discusión sobre
el tema de la Ley de Justicia y Paz, es la primera, que
en nombre de la paz incorpora en la historia del ordenamiento
jurídico de Colombia, el concepto de justifica
y el concepto de reparación y una de las primeras
en el mundo, como lo destacara ayer un periódico
de los Estados Unidos que salió a pedir que se
apoyara a Colombia en esta actividad.
Pero hoy, no voy a entrar en la discusión del
articulado ni en la defensa de la ley, voy a decir sencillamente,
que la Ley de Justicia y Paz, no es causa de la desmovilización,
no es causa de la reinserción, sino un medio para
posibilitar la reinserción y la desmovilización.
La ley no es la causa, la causa es la política
de seguridad. Así lo confirman los desmovilizados
de todos los orígenes. Antenoche lo confirmaban
esos 22 muchachos desmovilizados del sexto frente de
las Farc. Me decía uno, “Presidente continúen
presionando sobre Santo Domingo, que lo que nos faltaba
era saber que había estado y por esa política
de seguridad nos estamos desmovilizando”
Por esa política de seguridad, Colombia está desmovilizando
aproximadamente 17 mil integrantes de los grupos violentos
y nos proponemos desmovilizarlos a todos.
La discusión ha sido mal planteada. La Ley no
es la causa de esa desmovilización, la negociación
no es la causa de la desmovilización, la causa
de esa desmovilización es la firmeza de la política
de seguridad, es esa mezcla de voluntad política,
agresividad, transparencia, sostenibilidad de las cooperaciones,
comunicaciones y acompañamiento integral, es esa
confianza que crece en la ciudadanía de la Patria
sobre sus instituciones armadas y democráticas.
La ley simplemente, posibilita, facilita, como medio
esas desmovilizaciones, pero la causa es nuestra política
y preguntan muchos, ¿cómo se va a garantizar
que no se reproduzcan los grupos desmovilizados? No hay
ley que lo garantice, no hay discurso que lo impida,
lo único que garantiza que no se recuperen, que
no se multipliquen, que no se reproduzcan, que no renazcan
los grupos desmovilizados, es la sostenibilidad de la
Política de seguridad democrática, la misma
que ha sido causa eficiente para su desmovilización,
será la causa necesaria para que esos grupos no
se reproduzcan, para que esos grupos definitivamente
se desmantelen, para que esos grupos no renazcan. Allí tenemos
un gran compromiso.
Y por supuesto, Colombia enfrenta un reto, de 17 mil
desmovilizados hoy que pueden ser 20 mil en el curso
de los próximos días, diría yo que
ese crecimiento de la desmovilización, es el efecto
de una política que combina la agresividad frente
a los violentos y la generosidad frente a los desmovilizados.
Hay que tener toda la agresividad frente a estos grupos
mientras insistan en la violencia, y toda la generosidad
para reinsertarlos.
Anoche me decían unos muchachos, en la noche
del domingo, los reinsertados del Cauca, “Presidente,
es que teníamos dudas, nos habían dicho
que si nos reinsertábamos, el Gobierno nos sacaba
información y después nos mataba. ¿Muchachos
como se han sentido? Muy bien tratados Presidente, con
toda generosidad”. Les dije, el objetivo de la
política de seguridad democrática no es
darlos de baja a ustedes, no es adelantar una política
de tierra arrasad en Colombia, el objetivo de la política
de seguridad democrática es garantizar el reestablecimiento
de la seguridad, que es un valor democrático para
el goce de la felicidad de los colombianos.
Ese mensaje hay que hacerlo llegar hoy, en nombre del
Ejército de la Patria, a quienes persisten en
la violencia. En este año, de bastante agitación
democrática por la coincidencia del ciclo electoral,
es bien importante afianzar nuestra política de
seguridad democrática, para que nadie en las filas
del terrorismo piense que con la culminación de
este cuatrienio va a terminar esta política.
Ese sería un error funesto, un paso atrás
de consecuencias dañinas de alcance imprevisible.
Por eso, si en este año, somos más eficaces,
mostramos mejores resultados, enaltecemos más
los Derechos Humanos, avanzamos más en el acompañamiento
integral frente a las comunidades en la acción
del Ejército, vamos a ganar lo que Colombia requiere,
que la política de seguridad democrática
no sea la política de un cuatrienio, sino la política
de un Estado para recuperar la tranquilidad de todos
los ciudadanos.
Ahora que saludaba a algunos de los niñitos aquí presentes,
hijos de compatriotas condecorados, les decía, ¡quiero
que tu generación viva feliz en Colombia¡
La Patria no quiere más soldados mutilados, la
Patria no quiere más hogares enlutados, la Patria
no quiere más generaciones sacrificadas por la
violencia, la Patria quiere que las nuevas generaciones
puedan vivir felices en el suelo de Colombia y eso depende
mucho de esta política de seguridad democrática.
Soldados de mi Patria, la economía tiene sus
reglas, sus recetas para atraer inversión y generar
empleo, pero lo fundamental en Colombia hoy es una receta
para traer inversión y genera empleo: la seguridad
democrática.
Son muy importante técnicos y economistas para
generar empelo y atraer inversión, pero en esta
hora de la Patria la mayor importancia reposa en la acción
resuelta, heroica y de resultados eficaces de los soldados
de la Patria, para recuperar la seguridad. Vamos a recuperarla
plenamente.
Anoche, nos reunimos, entristecidos por el asesinato
de nuestros policías en el Cesar, pero una cosa
es la tristeza y otra cosa es la debilidad de la determinación.
Que ningún hecho triste o luctuoso, nos mine la
determinación que nuestra resolución frente
al terrorismo crece en cada momento, y eso lo alimenta
la creciente confianza de la ciudadanía en su
Ejército.
Confío que la Patria pueda mostrar, en no mucho
tiempo, reducciones formidables del desempleo, como se
ha marcado la tendencia, reducciones formidables de la
pobreza, que lo requerimos, y eso depende de la confianza,
a su vez hija hoy de la seguridad democrática.
Con el afecto que siento por las instituciones armadas
de la Nación, con las circunstancias de tener
debajo de este vestido de civil, un corazón de
soldado y de policía, saludo hoy en nombre de
todos mis compatriotas, a los soldados de la Patria en
el día del Ejército, a ustedes que integran
el Ejército, no del Presidente de turno, a ustedes
que integran el ejército de la Constitución,
el Ejército del pueblo, el Ejército de
la tranquilidad, el Ejército de la felicidad de
los colombianos, el Ejército de las ilusiones,
muchas gracias por sus esfuerzos, por sus sacrificios,
por sus actos heroicos de todas las horas.
Con las armas de la República en sus manos, al
lado de esa bandera de la Patria que flamea, las nuevas
generaciones podrán tener la esperanza de vivir
felices en esta gran Nación.
Felicitaciones generales, Ministro, oficiales, suboficiales
y soldados de mi Patria”.