PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN LOS 90 AÑOS
DE LA CRUZ ROJA COLOMBIANA
Bogotá, 30 ago. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
durante la celebración de los 90 años de la Cruz
Roja Colombiana.
“Acudo a expresar toda la gratitud a la Cruz Roja Colombiana
por estos 90 años de servicios a la Patria.
Ahora, cuando el doctor Augusto Ramírez y el doctor Alberto
Vejarano nos remontaban a aquel 1915 –que fue el año
de la formalización, pero no el año de la iniciación
de servicios– y recorrían en grandes zancadas la
historia nacional de estos 90 años, a través de
recordar episodios dolorosos que contaron con la pronta y efectiva
intervención, con el socorro generoso de la Cruz Roja,
pasaba por mi mente una reflexión: 90 años de altibajos
nacionales, 90 años de dificultades, de momentos de alegría,
90 años donde han nacido y muerto liderazgos, donde han
brillado y también dejado de brillar instituciones.
Frente a todo eso se contrasta, todo
eso se contrasta con 90 años de credibilidad y de confianza de los colombianos
en su Cruz Roja. Eso no se consigue fácilmente. Solamente
lo obtiene la generosidad de quienes la han integrado a lo largo
de estas 9 décadas.
Me honra mucho imponer la Cruz Cívica del Mérito
Asistencial y Sanitario “Jorge Vejarano”, en la Categoría
de Plata, a la Cruz Roja Colombiana.
¿Qué habríamos hecho sin la Cruz Roja Colombiana
en estos 90 años?
Alguien me decía hace poco, que este Gobierno había
tenido la suerte –que si fuera así, Dios la preserve– de
que no se habían presentado en los tres años los
grandes desastres de la naturaleza que en otro momento afectaron
a Colombia.
Sin embargo, cuando vemos las inundaciones
del Magdalena o del Chocó o de Bucaramanga, y vemos la magnitud de esas tragedias
que comparadas con otras parecerían pequeñas, nos
preguntamos: ¿Qué habríamos hecho sin la
Cruz Roja Colombiana? ¿Sin la generosidad de cada uno
de sus integrantes?
Vengo a darles las gracias en nombre
de todos los compatriotas, y a reiterar nuestra adhesión
a sus principios, a esa antorcha que ustedes han mantenido
en la plenitud de su brillo
y de su llama: los derechos humanos.
Hace pocas horas expresaba en frente
del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que nuestra
Política de Seguridad Democrática es democrática
porque es para todos los colombianos.
Es democrática porque es para aquellos que tienen identidades
con el pensamiento del gobierno de turno, y para aquellos que
hacen observaciones críticas y asumen actitudes de oposición
al Gobierno.
Que es democrática porque es para campesinos y empresarios,
para líderes sindicales y para líderes empresariales.
Que es democrática porque su ejercicio
es para profundizar las libertades, los derechos ciudadanos,
no para recortarlos.
Y agregaba: un país que ha llegado a tener 50 mil terroristas
ricos por la droga, que tiene que enfrentar ese desafío,
la única manera que tiene de darle sostenibilidad a esa
política es con credibilidad de opinión. Y esa
credibilidad se fundamenta en que esa política todo día
sea más eficaz y absolutamente transparente.
Y la transparencia depende del compromiso
de la coherencia de esa política entre su predicamento y la acción
alrededor del compromiso con los derechos humanos, con las libertades
públicas.
Reitero ante ustedes, doctor Alberto
Vejarano y distinguidos compatriotas de la Cruz Roja Colombiana,
toda nuestra devoción
por los derechos humanos, por las convicciones democráticas
y cristianas, por el respeto a la tradición de nuestro
pueblo en esa materia, y por un sentido práctico: si no
hay respeto a los derechos humanos, no se logra la credibilidad
en la Fuerza Pública, que se requiere para recuperar el
imperio de las instituciones en un país destrozado en
muchas de sus regiones por los factores terroristas.
Si no se logra la observancia plena de
los derechos humanos, se aplaza la reconciliación.
El fin último de la política de Seguridad Democrática
es el rescate de la paz y el logro de la reconciliación.
He creído –y por eso lo formulé a mis compatriotas– que
la paz y la reconciliación nacen de un sentido de autoridad
ejercido con criterio democrático, que sea garantista
para todos.
Pero ese sentido de autoridad hay que
aplicarlo con adhesión
a los derechos humanos. De lo contrario se aplaza ese fin último
que es la reconciliación y ese fin anterior que es la
paz. Y el uno y el otro, que tienen que nacer del ejercicio democrático
y transparente de la autoridad.
Quiero felicitar a las Damas Grises,
a los socorristas, a los niños. Emociona mucho ver a los niños
orientados por este camino.
Y quiero felicitar también a todos ustedes por obtener
las certificaciones de calidad Icontec. ¡Qué buen
paso!
Cuando los colombianos pensamos en alguien que proceda con criterio
humanitario ante una desventura, inmediatamente se nos ocurre
la Cruz Roja Colombiana.
Cuando los colombianos requerimos de alguien que acuda con imparcialidad
a salvarnos de agresiones y de hostilidad, pensamos en la Cruz
Roja Colombiana.
Cuando los colombianos pensamos en alguien
que sea neutral frente a la emulación cotidiana de las ideas y que nos ayude
a saltar un obstáculo, pensamos en la Cruz Roja Colombiana.
Cuando los colombianos decimos que requerimos de alguien que
proceda con independencia pero con total compromiso, inmediatamente
acudimos a la Cruz Roja Colombiana.
Cuando los colombianos pensamos que necesitamos de alguien comprometido
en toda su alma, con toda su voluntad, pensamos en la Cruz Roja
Colombiana.
Cuando los colombianos pensamos en alguien
que nos haya unido durante los últimos 90 años
a pesar de tantas dificultades, y que nos garantice mantenernos
unidos en el futuro, pensamos
en la Cruz Roja Colombiana.
Cuando los colombianos necesitamos de
alguien que nos proteja con criterio universal y sin discriminación,
pensamos en la Cruz Roja Colombiana.
Muchas gracias por lo que han hecho y
por lo que habrán
de hacer por esta Patria colombiana.
La tarea de ustedes coadyuvará para
que las nuevas generaciones puedan vivir felices en este suelo.
Como lo repitiera el doctor Augusto,
de la hermosa frase del Presidente (de la República) Carlos E. Restrepo, déjenme
humildemente sumarme a ella.
¡Que Dios bendiga a la Cruz Roja
Colombiana, para que la Cruz Roja Colombiana ayude a que Colombia
viva bien!
Muchas gracias”.