PALABRAS DEL
PRESIDENTE URIBE EN CEREMONIA DE ASCENSO DE OFICIALES DE LA ARMADA
Cartagena, 2 dic. (SNE).- Durante
la ceremonia de ascenso de la Promoción de Oficiales Navales
realizada en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, el
presidente Álvaro Uribe pronunció las siguientes
palabras.
“Este día dos de diciembre
deja enseñanzas e ilusiones. Esta mañana una numerosísima
graduación de subtenientes del Ejército Nacional
en la Escuela José María Córdoba. Después
de medio día una numerosa graduación de alféreces
en la Escuela Marco Fidel Suárez, de la Fuerza Aérea,
en Cali. Y ahora, esta magnífica graduación, aquí en
la Escuela Almirante Padilla, de la Armada Nacional, en Cartagena.
Todos jóvenes de la Patria,
con una mirada en el porvenir, jóvenes de la Patria formados
en el esfuerzo, jóvenes de la Patria fundidos en el rigor,
jóvenes de la Patria dispuestos a prestar los mejores servicios
a sus conciudadanos.
Quiero felicitarlos a todos porque
en lugar de haber estado entre el vicio o el ocio, han estado entre
el servicio público, el esfuerzo, el rigor y el sacrificio.
Ustedes se convierten en un motivo
de ejemplo, en un motivo de admiración, en una razón
de ilusión. Una razón de ilusión de que a
medida que continúe su ascenso en el escalafón de
nuestra Fuerza, la Patria mejorará. Un motivo de admiración
por la consagración de sus vidas, llenas de juventud cuando
apenas empiezan en procura de los mejores ideales de la Nación.
Y un ejemplo, un ejemplo para toda la juventud de nuestra Patria,
un ejemplo de transparencia, de amor a Colombia para todos nosotros,
sus conciudadanos.
Los felicito de todo corazón
y felicito al teniente de corbeta Miguel Ángel Rodríguez
Robles, condecorado con la Medalla Militar Francisco José de
Caldas, como primer puesto de la promoción porque él
los representa muy bien a todos ustedes y a sus padres, don Reynaldo
y doña Blanca Lilia, quienes han venido desde Moniquirá (Boyacá)
a acompañar este buen hijo de la Patria, que expresa todas
las cualidades de la promoción que graduamos esta noche.
Y lo hacemos en un momento promisorio
para la Patria, pero también lleno de desafíos, en
una Colombia que requiere construir más y más confianza,
confianza de los inversionistas para invertir en nuestro país,
expandir la economía, generar empleo; confianza de los trabajadores
para encontrar oportunidades de trabajo digno en nuestra Patria;
confianza de los jóvenes para vivir aquí, para mirar
el porvenir con ilusión, para tener la certeza de que en
Colombia tendrán el mejor desarrollo de todas sus posibilidades
intelectuales , espirituales, materiales; confianza para que las
nuevas generaciones sepan que en Colombia encuentran la mayor felicidad
posible del planeta.
Esa confianza tiene que ser una
confianza de propios y extraños, una confianza de parte
de quienes habitamos esta Nación y una confianza de parte
de la comunidad internacional que diariamente examina el curso
de Colombia.
Y esa confianza depende, apreciados
Tenientes de Corbeta que hoy se gradúan, de tres factores:
de la consolidación de la Seguridad Democrática;
de la política social; y de la transparencia.
En otros países del continente
en nombre de la seguridad se eliminaron las libertades. La seguridad
nuestra es democrática porque a diferencia de aquellos ejemplos
la nuestra se ha dedicado a profundizar el respeto de las libertades.
En otros países en nombre
de la seguridad se cimentaron y consolidaron dictaduras, nuestra
política de seguridad es democrática porque profundiza
una democracia crecientemente participativa.
En otros países se apeló a
la seguridad para acallar las voces críticas, para hacer
desaparecer la oposición, la seguridad nuestra es democrática
porque es para defender por igual a los más entusiastas
voceros que están al lado de las tesis del Gobierno, y por
igual a aquellos que expresan las críticas y también
la voz de oposición.
La nuestra es democrática
por es para proteger por igual al campesino que al empresario agrícola,
al trabajador sindicalizado que al dirigente gremial. Esa seguridad
democrática honra a Colombia, honra a ustedes que son la
nueva generación que habrá de consolidarla para bien
de las generaciones futuras de nuestra Patria.
Esa seguridad democrática
va de la mano de la inversión social. La semana pasada en
cinco departamentos colombianos poníamos en marcha la fase
final para llegar a plena cobertura en régimen subsidiado
de salud. En efecto, cuando empezó este Gobierno 10 millones
y medio de colombianos estaban vinculados al régimen subsidiado
de salud, 10 millones y medio. Concluimos este 2005 con 18 millones
de colombianos afiliados al régimen subsidiado de salud.
Son 26 millones los colombianos integrantes de los estratos 1,
2 y 3, todos los cuales tienen que quedar afiliados para poder
decir que hay una cobertura universal para los sectores pobres
de la Patria.
Pues bien, al llegar a 18 millones
y teniendo en cuenta que cuatro millones están en el régimen
contributivo, nos faltan otros cuatro millones.
En el Congreso tramitamos una ley
de seguridad social que nos permita alcanzar esa meta, confiamos
que en dos años Colombia la pueda alcanzar.
Esa es una demostración que
a la par que avanza nuestra política de seguridad democrática
también avanza nuestra política social.
Ha sido tan importante la política
de seguridad democrática para devolverle a Colombia confianza
inversionista y generación de empleo, que después
de que el país estaba azotado por un fantasma de desempleo
que nadie sabía a donde iba a parar en su carrera alcista.
Después que Colombia vio que en pocos años el desempleo
saltó del siete y medio a casi el 20, el desempleo de jefes
de hogar de cuatro a casi el 10, esta semana las cifras nos dijeron
que el desempleo está en el 10.
En lugar de crecer del 18, 20 al
25, como se esperaba, ha bajado al 10, cifra muy alta con la cual
no estamos contentos, pero la tendencia es buena. Parecería
ser que no estamos en los gloriosos, pero estamos saliendo de la
más profunda crisis.
Y qué incidencia tan importante
tiene la política de seguridad democrática. Miren,
cuando vemos que hace tres años había un desempleo
de jefes de hogar del 10 por ciento y que ahora es inferior al
cinco, no relatamos esas cifras para declararnos contentos. Desempleo
de jefes de hogar no debe haber. Es la peor expresión del
desempleo. Cuando pierde el empleo el jefe de hogar, entonces la
cónyuge que tiene niñitos aún pequeños,
tiene que abandonarlos, saltar al mercado del trabajo, buscar cómo
compensan los ingresos desaparecidos por la pérdida del
empleo de su esposo.
Y cuando esos niñitos pequeños
van ya tocando los límites de la adolescencia, corren el
riesgo de tener que desertar de las escuelas y colegios para buscar
afanosamente empleo infantil, empleo prematuro a fin de compensar
la pérdida de ingresos del hogar.
Nosotros no estamos contentos con
tener todavía un alto desempleo de jefes de hogar, inferior
al cinco por ciento pero sí creemos que la tendencia es
buena porque venimos del 10 por ciento.
Y en todo eso ha incidido mucho
el sacrificio de ustedes, mis compatriotas integrantes de las diferentes
fuerzas, esta noche, mis compatriotas integrantes de la Armada.
Colombia ha tenido un relativo buen
manejo económico histórico. Hoy, en el evento más
importante para el buen comportamiento de la economía, es
la seguridad democrática. Por eso, al graduarlos a ustedes,
al tener el honor, en compañía del Ministro de Defensa,
del señor general Carlos Ospina, comandante general de las
Fuerzas, del señor almirante Mauricio Alfonso Soto Gómez,
comandante de la Armada de entregarles la espada que solemniza
su grado de tenientes de corbeta, al tener ese honor, también
entregamos esa espada con la ilusión de que la tarea abnegada,
transparente y patriótica de ustedes va a contribuir a través
de la seguridad democrática para que este país genere
empleo, genere inversión, genere confianza.
Estamos próximos a realizar
en Cartagena los Juegos Centroamericanos y del Caribe que tienen
como su director al señor Almirante Arango, condecorado
esta noche, también director de esta escuela Almirante Padilla.
Y tenemos que demostrarle al mundo, al Caribe, tenemos que demostrarle
a Centroamérica que hemos merecido el honor y la oportunidad
de ser esa sede.
Al amanecer de ayer en Senegal,
el Vicepresidente de Colombia marcó el teléfono para
contarnos que Cartagena acababa de ganar la sede para la Asamblea
Mundial de Turismo en el año 2007. No fue fácil.
Competimos con Praga, competimos con Malasia, con Kuala Lumpur
pues bien, qué importante que una Patria como la nuestra,
afectada por el nubarrón del terrorismo, que ha espantado
a propios y extraños, empiece a recuperar confianza como
se demostró con esa votación al amanecer de ayer
en Senegal, lo que nos va a dar la oportunidad a todos los colombianos
de que en Cartagena se reúna todo el turismo mundial para
que mire a este país y nos ayude a promover esa fuente de
empleo.
Y ese proceso de recuperación
de confianza, se debe al avance de la seguridad democrática
y lo que hay que dejar claro, apreciados tenientes de corbeta,
es que en Colombia no podemos seguir en el equívoco de que
la política de seguridad se excluye con la política
social, van de la mano, hay que llevar la una en una mano y la
otra en otra y juntar las dos manos.
Cuando hay una política eficaz,
de seguridad democrática, eso crea condiciones de inversión,
se fomenta la expansión económica y de allí vienen
los recursos que aplicados con transparencia, se pueden aplicar
a la política social.
En un país que representa
un Estado de opinión, que tipifica un estado donde lo fundamental
es el pensamiento y la expresión de la ciudadanía,
una política de seguridad sólo es sostenible en la
medida que tenga ese respaldo ciudadano. Y ¿por qué tiene
que ser sostenible?
Porque después de tantas
décadas de violencia, de terrorismo, una política
de seguridad para poder superar esa penosa situación, tiene
que ser una política de largo plazo y el plazo largo en
una democracia de opinión, solamente lo garantiza el respaldo
popular a esa política. Y hay respaldo popular a una política
de seguridad, si esa política es creíble y para ser
creíble tiene que ser eficaz, debe ser transparente y la
gente también debe sentir que esa política está coadyuvando
a crear posibilidades de expansión económica, que
están mejorando las tendencias de la economía y que
para los ciudadanos hay empleo y hay mejores oportunidades sociales.
Pues bien, así lo requiere
un país que tuvo que expulsar cuatro millones de ciudadanos
al extranjero y que tiene casi tres millones de desempleados internamente.
Pues bien, apreciados tenientes de corbeta, esa política
de seguridad es sostenible sobre estas bases: sobre un respaldo
popular y un respaldo popular se da con la eficacia de ustedes,
con la transparencia de ustedes y con la capacidad de los gobiernos
de canalizar los recursos de la expansión económica
para mejorar las condiciones sociales de pueblo colombiano.
Ahí vamos viendo cómo
se complementan mutuamente, cómo cada una de las dos, depende
de la otra, cómo entre la seguridad democrática y
la política social hay una mutua implicación. La
seguridad democrática genera los recursos que hace posible
la política social y la política social genera el
ambiente de opinión que hace sostenible a la seguridad democrática.
Y esa seguridad democrática
tiene que avanzar. Indudablemente, hemos mejorado pero nos falta
muchísimo. Por eso hay que estar diciendo cuánto
hemos mejorado para crear un ambiente positivo sobre la realidad
en Colombia pero también reconociendo cuánto debemos
mejorar para que en ningún momento nos estanquemos.
Nosotros tenemos que crear confianza
entre todos los ciudadanos pero al mismo tiempo estar desconfiados
nosotros mismos, no tener confianza en una culebra que aún
está viva y que tenemos que extirpar definitivamente para
bien de Colombia. Esa política de seguridad democrática
hay que ajustarla, mejorarla todos los días con el esfuerzo
de ustedes, con el sacrificio de sus comandantes, hay que incorporar
a todos los ciudadanos de bien a que la respalden.
Cada ciudadano de bien debe ayudar
a su Fuerza Pública, a su administración de justicia.
Hablábamos hace cuatro años de un millón de
cooperantes, ahora tenemos tres millones pero los 40 o 44 millones
de ciudadanos de la Patria deben cooperar con nuestros integrantes
de la Fuerza Pública y de administración de justicia.
Esa política de Seguridad
Democrática todavía tiene dificultades. Aquí no
más, en los alrededores de Cartagena, todavía quedan
grupos de terroristas que secuestran, a los cuales hay que derrotar
definitivamente para no hablar sino de nuestro vecindario.
Esa política de seguridad
democrática tiene que ajustarse todos los días porque
el terrorismo es una maleza innoble, es una maleza de mala clase.
Miren, en las tierras de clima medio de Colombia, donde hay suelos
estériles, para el campesino resulta muy difícil
trabajar porque esos suelos estériles producen unas malezas
complicadas de erradicar. Allá encuentra uno malezas como
la salvia, el salvion, el mortiño, variedades de helecho,
malezas innobles.
Entonces el campesino trabaja el
surco todo el día, erradica esas malezas, trata de conciliar
el sueño tranquilo, pensando que al otro día ya tendrá el
campo domado, el surco listo para la buena cosecha y resulta que
al despuntar el sol, encuentra que ha reaparecido esa maleza. Lo
mismo pasa con el terrorismo y el campesino solamente ve que esa
malezaen la medida que sea insistente, en la medida que busque
uno y otro método para erradicarla, en la medida que no
desmaye un solo instante, hasta que esa maleza vaya perdiendo la
profundidad de las raíces, pierda la capacidad de absorción
de agua, hasta que esa maleza vaya viendo que se le vuelve raquítico
el tallo, y finalmente, hasta que esa maleza desaparece, para poder
sustituirla en el zurco, por las cosechas que contribuyen a la
seguridad alimentaria.
Por eso tenemos que trabajar a toda
hora ajustando las técnicas, las herramientas, los procedimientos,
para que Colombia se libere definitivamente del terrorismo.
Y esta generación de tenientes
de corbeta que graduamos esta noche es una esperanza. Mi generación
no ha vivido un día de paz, pero confiamos que con el esfuerzo
de las presentes generaciones, de la nueva generación que
ustedes representan, las generaciones que habrán de venir
puedan vivir décadas, centurias de paz en el amable suelo
de Colombia.
Y vamos a seguir trabajando para
que los colombianos entendamos que la Seguridad Democrática
es un valor democrático, que es un valor democrático
que tiene que compaginarse con los otros valores democráticos,
que el valor democrático de la seguridad es necesario para
que los ciudadanos puedan ejercer el valor democrático de
las libertades individuales, que el valor democrático de
la seguridad es necesario para que los colombianos puedan disfrutar
el valor democrático de la cohesión social.
Es tan importante el respeto, a
través de la Seguridad Democrática, a las libertades
individuales, como la causación desde la Seguridad Democrática
de la cohesión social.
Solamente un individuo que asume
responsabilidades con ese bello, todo colectivo, que es la ciudadanía
gana de parte de la ciudadanía el respeto y el reconocimiento
a sus libertades individuales.
Si ese todo colectivo que es la
ciudadanía, para poder hacer que cada uno de sus integrantes
se comprometa con los intereses generales, tiene que respetar su
individualidad, y lo uno y lo otro se logran solamente cuando confluyen
la Seguridad Democrática y la transparencia.
Hay que superar una mal formación
que hubo en Colombia. A mi generación la desorientaron,
los enseñaron en la calle y también en los establecimientos
escolares, que desde la democracia no se podía estimular
la seguridad.
Nos equivocaron cuando quisieron
enseñarnos que para asumir una posición democrática
había que darle la espalada a la Fuerza Pública,
que para desempeñar una actitud civilista había que
desconocer el valor de la seguridad, que para ejercer unos derechos
democráticos era necesario ser tolerantes hasta la permisividad
con los terroristas y delincuentes.
Eso hay que superarlo en Colombia.
Desde la seguridad hay que apreciar y valorar los otros valores
democráticos y ejercer la seguridad con respeto a los otros
valores democráticos.
Y desde la actitud democrática
hay que reconocer que esa actitud solamente se puede expresa en
la medida que haya seguridad con alcance democrático.
Vamos a continuar en esa tarea.
No hay mejor prédica que el avance en los hechos. No hay
mejor manera de hacer esta pedagogía sobre la seguridad,
que la percepción de los colombianos de que las cosas están
mejorando a pesar de todo lo que falta.
Por eso, vengo a dar a ustedes mi
infinita gratitud. A decir a ustedes que al entregarles esa espada
le estamos entregando a cada uno la confianza del resto de sus
compatriotas.
Vengo esta noche también
a saludar a los papás, a las mamás, a los familiares
que hay en ésta tribunas, ellos han acudido desde muchos
sitios de Colombia a acompañar a sus hijos, a sus hermanos,
a sus parientes, en ésta bella y simbólica ceremonia
de graduación, pero ellos acuden a Cartagena con sentimientos
contrastados, albergan orgullo al ver a sus hijos graduarse, albergan
alegría al ver que han cumplido el deber de padres de familia
de llevar a los hijos a este nuevo escalón de progreso en
su existencia, pero también albergan la preocupación
y la angustia que surge de aportarle sus hijos a las fuerzas armadas
de la Nación en una Patria todavía desgarrada por
presencia de grupos criminales.
No como Presidente sino como padre
de familia quiero expresar a las mamás, a los papás
aquí presentes la solidaridad de todos los papás
y las mamás de Colombia, porque ellos al aportarles sus
hijos a su Patria, están corriendo el riesgo del sacrificio
mayor, del sacrificio de lo que más se quiere, que es un
hijo para el bien de Colombia. Estos papás y estas mamás
merecen un aplauso infinito desde el fondo de nuestros corazones
en señal de gratitud.
Muchachos, que nunca el sol amanezca
antes que ustedes, que nunca desfallezcan sus energías,
que nunca se en nuble su transparencia, que nunca pierda ánimo
su espíritu de victoria y de eficacia.
Muchachos, tenientes de corbeta,
los seres humanos, los colombianos por supuesto, tenemos limitaciones
en todo. No conocemos todo lo que debemos conocer, no resistimos
todo lo que debemos resistir, no alcanzamos a tener energías
para trabajar todo lo que debemos trabajar, pero a todo eso nos
podemos sobreponer si realizamos nuestras tareas con amor.
Realicen con amor esta tarea de
servir a la Patria y a la institución armada; cuando se
actúa con amor a Colombia, las flaquezas se van superando.
El amor a Colombia permite vencer la limitación de la fuerza
física, el amor a Colombia permite vencer la limitación
de la fuerza física, el amor a Colombia permite superar
los momentos de dificultades que generan desánimo, el amor
a Colombia se convierte en una fuente de energía para proceder
a toda hora con transparencia.
En la espada que hemos entregado
a ustedes, les entregamos también nuestros votos, nuestra
confianza de que ustedes habrán de hacer de ésta
Patria, una Patria en la cual puedan vivir felices todas la nuevas
generaciones. Amemos a Colombia como compañía para
la tarea fecunda que ustedes continuarán realizando por ésta
Patria.
Muchas felicitaciones graduandos |