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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE AL CLAUSURAR DIPLOMADO DE CIENCIAS JURÍDICAS PARA PERIODISTAS

Medellín, 25 ene (SNE). El presidente Álvaro Uribe Vélez pronunció las siguientes palabras al clausurar el diplomado de ciencias jurídicas para periodistas:

“Me honra mucho acudir por segunda ocasión a esta graduación. Hace parte de ese enorme esfuerzo de la laboriosidad antioqueña, de aquellas gentes que han mantenido el entusiasmo como una constante de su vida, tal el caso de Humberto López López. Quienes lo hemos conocido durante décadas, siempre hemos visto en él entusiasmo, iniciativa, creatividad, terminar un empeño no para descansar sino para emprender el siguiente.

A todos los que han hecho posible este diplomado nuestras felicitaciones: a Humberto, a la Universidad, a la Cámara de Comercio, al Dann, a los profesores y a ustedes, apreciados periodistas, hoy estudiantes y graduandos, muchas felicitaciones.

El 20 de julio de 2010 nuestra Patria cumplirá dos siglos del Grito de Independencia. El 7 de agosto de 2019, dos siglos de la Batalla de Boyacá. Planeación Nacional viene trabajando un documento que se titula “Visión de Colombia, Segundo Centenario”, con unas metas muy exigentes en lo social, en lo económico, en lo de convivencia, en lo de seguridad, en lo de Estado Social de Derecho, para el año 2019, ajustadas a las metas del Milenio y, por supuesto, con unas metas parciales, también bastante exigentes para el 20 de julio del 2010.

Ese documento que se trabajó durante el año pasado, se está ajustando ahora entre las diferentes instituciones del Gobierno. Será consultado con el Honorable Congreso, con los gobernadores, alcaldes, asambleas, concejos, universidades, sectores de la producción, sectores laborales, con la Patria entera. Aspiramos una gran discusión nacional alrededor de él.

Tiene varias finalidades. Cito tres: que lo cotidiano no nos absorba, no nos prive de tener la visión de largo plazo. Que los propósitos de largo plazo nos aviven nuestras responsabilidades como integrante de ese ser social que es la Nación colombiana. Y que el país, a pesar de la definición constitucional de trabajar con planes cuatrienales de desarrollo, piense sobre la necesidad de contar con puentes que vinculen un plan con el otro, con hilos conductores que se le entreguen al electorado, al nuevo Gobierno, al nuevo Congreso, para que aquello que se ha discutido y pensado con el colectivo nacional con miras al largo plazo, no se deseche al adoptar un plan cuatrienal de desarrollo sino que sirva de punto de reflexión, así se le revise y nuevamente se le discuta.

Por supuesto, unas metas ambiciosas para una Nación con tantas dificultades de empleo, con tantas dificultades fiscales, con tantas dificultades sociales de miseria y de pobreza, exige que los colombianos trabajemos mucho, de muy buena fe, con mayor intensidad cada día.

Dentro de las tareas, se encabeza con la Revolución Educativa, que debe ser una constante de la vida colombiana para ir logrando esas metas, metas que también nos tienen que llevar a niveles superiores de productividad y competitividad, como supuestos para aumentar el ingreso y para mejorar su distribución.

Esa Revolución Educativa, a la cual he tenido la oportunidad de referirme en extenso ayer con el lanzamiento de la nueva etapa del Icetex y esta mañana al presenciar la entrega del certificado Icontec de Calidad por la Gestión a la Universidad Ceipa, esa Revolución Educativa tiene varios elementos.

Hay uno, que es un elemento ideológico y de comportamiento: fomentar que los colombianos estudien y trabajen toda la vida. Por ejemplo, lo queremos hacer, a través no sólo de la expansión de la cobertura y mejoramiento de la calidad, basada en el estímulo a los mejores, sino también en la redefinición de pénsums.

En el Sena, por ejemplo, se tiene hoy una concepción piramidal de la educación. Lo primero que debe aprender un muchacho que ingresa al Sena es un oficio básico, para que al aprender ese oficio básico se le ponga en condiciones de inserción inmediata al mercado laboral y al haber adquirido, con metodología, con enseñanza articulada, el conocimiento de ese oficio y no en la pura praxis, ese muchacho quede también inducido a estudiar.

Entonces así, a medida que ese muchacho termine un escalón, por ejemplo el de técnico, puede ir combinando su inserción, su actividad en el mercado laboral, con el estudio para alcanzar nuevos grados.

Y estamos integrando el Sena con las universidades, y espero que ya se esté haciendo la integración con la Universidad de Antioquia, para que los tecnólogos del Sena, cuando quieran graduarse con un título de educación superior, al escoger una universidad como el caso de Antioquia, gracias al convenio entre las dos instituciones, esos créditos se los validen y sólo tengan que hacer los estudios complementarios.

Y estamos buscando en el pénsum de las universidades que en nombre de la libertad de la autonomía universitaria, aquellas que quieran recortar el pénsum de pregrado, lo hagan. No nos oponemos, al contrario veo con muy buenos ojos los programas de cuatro años. Pero no para que allí finalice la vida de estudiante sino para que sea un escalón más. Que ese pénsum de 4 años sea un impulso para que el graduando mantenga esa idea de estudiar y de trabajar permanentemente, que allí pase a un postgrado, que de allí pase a un doctorado, etcétera.

Y ustedes, apreciados periodistas que hoy se gradúan, han dado un gran ejemplo. Cuando veo pasar aquí a tantos viejos amigos como Humberto López, Jaime Tatis, Jota Enrique Ríos, a recibir el diploma, en compañía de unos jovencitos y de unas niñas que apenas dan la impresión de estar terminando bachillerato, me siento muy honrado de esta generación de mayores que ha trabajado toda la vida, que dé el ejemplo de volver con disciplina a las aulas de la universidad. Ese es un caso práctico que ilustra una Nación que se tiene que comprometer a estudiar y a trabajar siempre. A los mayores que hicieron este esfuerzo y nos dan ese ejemplo, un aplauso.

Y los jóvenes habían cumplido con su tarea académica de graduarse como periodistas, y se han comprometido en este diplomado ya concluido para entrar en una materia que como periodistas tienen que trabajar a diario: la ciencia del derecho.

Eso pone en evidencia otra realidad: el periodista está obligado a hacer mayores esfuerzos que cualquier otro profesional, porque el periodista tiene que saber lo de su profesión y lo de la materia sobre la cual se quiere pronunciar.

Es muy difícil que en la vida contemporánea un periodista, a pesar de que sea buen periodista, se pronuncie bien sobre la economía si no estudia economía. Es muy difícil que un periodista, a pesar de que sea excelente periodista, se pronuncie bien sobre lo que pasa en la evolución normativa, en la aplicación de las normas en un país, si no conoce la normatividad, si no ha hecho la incursión que ustedes ya realizaron por los caminos del derecho. El periodista, pues, tiene que estar haciendo siempre el esfuerzo de prepararse, de proceder, de actualizarse como gran periodista y de estudiar los campos sobre los cuales necesita pronunciarse.

¡Qué buen ejemplo! Eso es profesionalización del periodismo. Porque al periodista, a pesar de estudiar lo básico del periodismo, en el mundo contemporáneo no le está permitido improvisar sobre materias tan delicadas como la materia del derecho que ustedes han estudiado.

Es bien importante. Sin periodismo profesional es imposible un buen ejercicio de la libertad de prensa. Quiero por eso felicitarlos muy de corazón.

En esta Patria el periodista con la disciplina de las normas jurídicas tiene que ser una garantía para la tolerancia, a partir de exigir que cada uno acate la norma para respetar al vecino. Tiene que ser una garantía para la libertad, a partir de exigir que las competencias de los funcionarios públicos no se extralimiten, que las competencias de los funcionarios públicos se ejerzan exactamente dentro del marco de la ley y dentro de los límites del contenido de la ly.

Es una garantía para la equidad, a fin de exigir en las relaciones económicas, laborales, etcétera, que nadie pisotee el derecho de aquel con quien tiene que interactuar. Es una garantía para las relaciones internacionales, a partir de exigir que se respeten las normas, que se respeten los tratados. Es una garantía para la internacionalización de la economía, a partir de exigir que la internacionalización de la economía respete todo lo que es el ordenamiento de la equidad.

Es una buena garantía para las buenas relaciones que una democracia necesita entre los hombres públicos y los periodistas. Los hombres públicos asumen la responsabilidad de proponer, legislar, ejecutar. El periodista tiene que asumir la suya, la responsabilidad de informar, analizar u orientar a la opinión.

La relación entre el periodista y el hombre público tiene que ser una relación con la menor subjetividad posible. Objetividad total no hay, pero tiene que darse con la menor subjetividad posible. El hombre público no puede pretender que el periodista aplauda todo lo que él propone, dice o ejecuta. El periodista no puede pretender que el hombre público haga todo lo que el periodista crea que se debe hacer.

En nombre de la objetividad del periodismo no se puede pasar de la crítica a la injuria y no se puede pasar del reconocimiento a la lisonja. De ahí que esta incursión de ustedes en una ciencia tan importante como es el derecho, les va creando más claridad de los límites de su acción para bien de la libertad de la Patria.

La incursión de ustedes en el derecho les da más luces sobre la seguridad, que, entendida como un valor democrático, es una premisa para que un ciudadano se integre con el otro y entre todos formen ese colectivo que es la Nación.

La seguridad, que si no se ejerce democráticamente por el Estado, con su capacidad y voluntad de proteger al ciudadano, es desvirtuada, porque al llenar esos vacíos los poderes de facto terminan maltratando al ciudadano y finalmente pisoteando el ordenamiento jurídico y arruinando la solidez de la Nación.

Colombia, en los años que vienen, tiene que incursionar más en la economía mundial. Vengo de una reunión con algunos sectores de la confección y voy a reunirme ahora con otros en la Feria Textil.

Pues, bien: una Nación con 44 millones de habitantes, que necesita crear urgente y masivamente empleo bien remunerado y con seguridad social, tiene que buscar mercados. Por eso en los últimos dos años dimos un paso que parecía utópico en el país: integrar la Comunidad Andina con Mercosur.

Colombia ya ha firmado las últimas disposiciones para esa integración. En los próximos días el convenio empezará a ponerse en práctica de manera bilateral entre uno y otro país, y esperamos que rápidamente esté puesto en práctica ya entre todos los integrantes por un lado del Mercosur y por el otro de la Comunidad Andina.

Todo eso tiene que ser regido por el derecho. Esos acuerdos internacionales solamente se legitiman por el pueblo y persisten en el tiempo en la medida en que sean regidos por las normas jurídicas.

Lo propio habrá de pasar con el tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, en el cual hay que tener sumo cuidado para la definición de la normatividad que regirá esas relaciones, para la vigilancia del cumplimiento de esa normatividad y toda la voluntad para someterse a esa normatividad.

Y por supuesto, no nos podemos quedar allí. Está esa economía centroamericana con la cual nos tenemos que integrar. Europa nos ha dado 10 años renovándonos el Sistema Unilateral de Preferencias, pero 10 años pasan en nada. Estos 10 años los tiene que aprovechar el país para hacer una definitiva negociación entre la Comunidad Andina y la Unión Europea.

Y el bloque Comunidad Andina-Mercosur tiene que llegar al Asia. Todo eso tiene que estar regido por la equidad, y la equidad, como lo dijera bellamente El Libertador al promulgar la Constitución de Bolivia, es hija de la buena concepción de la ley y de la rigurosa aplicación de la ley.

Esta montaña que tiene que mirar todos los mercados del mundo, con el grado de ustedes, tiene hoy unos periodistas más habilitados para mirar mejor el mundo y para ayudar a sus coterráneos a que salten definitivamente al mundo entero para poder mejorar sus ingresos, para poder mejorar su nivel de vida.

La vida de pronto exige simplificaciones. Una médica de gran profundidad espiritual, hace unos años, me decía que hay que tener palabras rectoras. Me hablaba ella de algunas palabras rectoras: disciplina, estudio, amor, transparencia. Palabras rectoras que hay que tenerlas permanentemente jalonando la existencia.

En este momento muchos compatriotas me preguntan mi opinión sobre lo que está ocurriendo con la hermana República de Venezuela. He dado instrucciones al Gobierno de hablar solamente a través de comunicados. Lo exige la delicadeza del tema. Y he pensado en cuatro palabras que deben guiar nuestra actuación para superar estas dificultades. Cuatro palabras que estoy seguro también ustedes las van a captar, van a reflexionar sobre ellas para que guíen esta nueva etapa de su profesión periodística. Cuatro palabras para guiar nuestra manera de pensar y de proceder en este momento difícil que aspiramos superar. Son ellas: prudencia, firmeza, dignidad y hermandad.

Muchas gracias, coterráneos”.

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