Enero de 2005

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

8
9
23
 

Consejería Presidencial para la Acción Social presenta informe especial

DESPLAZAMIENTO SE REDUJO 37% EN 2004

Bogotá, 31 ene. (SNE). La Consejería Presidencial para la Acción Social informó que a pesar de que el fenómeno del desplazamiento en términos absolutos sigue siendo difícil, el acumulado desde 1995 hasta el 31 de diciembre de 2004 llega a 1 millón 565.765 colombianos registrados. En tanto que en 2003 y con respecto a 2002 se registró una disminución del 48 por ciento, índice que fue del 37 por ciento menos en 2004 con respecto a 2003.

Según la Consejería, “la política de seguridad democrática como estrategia que aborda no sólo la recuperación y control militar del territorio, sino que se enmarca en el restablecimiento del imperio de la ley, la consolidación del Estado Social de Derecho, el libre ejercicio de los principios democráticos y la defensa de los derechos humanos de la población colombiana, ha propiciado las condiciones para que el registro de población desplazada por la violencia continúe con tendencia a la baja”.

De acuerdo con un informe sobre el tema publicado por la Consejería, a dos años y medio de implementada, “la política de seguridad democrática generó un repliegue de los actores armados ilegales hacia zonas apartadas y posibilitó la movilidad de los campesinos, el regreso de la institucionalidad y de los funcionarios, y la presencia de la Policía Nacional en las 1098 cabeceras municipales”.

Según las cifras del Gobierno Nacional, durante 2002 se registraron 422.977 colombianos desplazados, 219.469 en 2003 y en el 2004 los desterrados por la violencia que ingresaron en el Sistema Único de Registro fueron 137.315.

Los esfuerzos del Gobierno enmarcados en la política de seguridad democrática generaron que de 86.290 desplazados registrados en el segundo semestre de 2003, se pasara a 49.976 en el mismo período de 2004, lo cual significa una disminución del 42 por ciento.

“Si bien el hecho de registrarse un desplazado más es preocupante, el Gobierno no ahorrará esfuerzos para atender a los colombianos desplazados y continuará generando las condiciones para que el flagelo se termine”, dice el informe.

Sin desconocer que el problema es aún difícil Antioquia, Bolívar, Cesar, Cundinamarca, Putumayo y Valle, entre otros, son los departamentos en que el registro de población desplazada muestra una importante disminución. En Antioquia, por ejemplo, el registro pasó de 26.641 nuevos registrados en 2003 a 14.369 en 2004.

El 80,55 por ciento de la población registrada se encuentra en 15 de los 32 departamentos. El 20,42 está hoy en las 5 principales ciudades capitales de departamento: Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga.

El desplazamiento forzado utilizado como estrategia para controlar territorios ha generado que el 50,46 por ciento de la población desterrada corresponda a mujeres, mientras que el 49,54 por ciento se refiere a población masculina.

El 29,89 por ciento de los hogares registrados tienen jefatura femenina. Es decir que son hogares en los que la jefe del hogar es mujer y no posee compañero inscrito dentro del hogar. Los cinco departamentos que presentan mayor porcentaje de hogares con jefatura femenina son en su orden Arauca, Magdalena, Valle del Cauca, Nariño y Antioquia.

Como resultado del análisis del Sistema Único de Registro, se observa que el 49,07 por ciento de la población desplazada corresponde a personas entre 0 y 17 años, de los que el 49.95 son mujeres y el 51.05 son hombres.

El 47,82 por ciento de la población registrada corresponde al rango de edad entre 18 a 65 años, de la que un 53,18 por ciento son mujeres mientras que un 46.82 por ciento corresponde a población masculina.

Y por último, el rango de edad comprendido entre 66 a 98 años corresponde a un 3,11 por ciento de la población registrada, del cual el 48,17 son mujeres y el 51,83 son hombres.

“Así –agrega el informe– la política de seguridad democrática continúa fortaleciendo la justicia en zonas deprimidas y afectadas por la violencia, permitiendo acciones de impacto social que promueven el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales de la sociedad civil”.

Por sólo colocar un ejemplo, hoy en todos los municipios del departamento sureño de Caquetá han regresado los jueces y fiscales para que los colombianos puedan ejercer el derecho a la justicia, y contrario a lo que se pudiera pensar, con el avance del Plan Patriotas en la recuperación del territorio, el comportamiento del registro de población desplazada indica que en el departamento del Caquetá se pasó de 7.230 colombianos registrados en 2003 a 5.240 en 2004.

Complementariamente se ha venido desplegando un conjunto de estrategias y acciones que pretenden el fortalecimiento de la administración civil en las localidades afectadas por la violencia y la protección directa a comunidades en alto riesgo de desplazamiento, todo ello con miras a garantizar el goce efectivo de la libertad de residencia y movilización, promoviendo el acercamiento entre el Estado y las comunidades directamente afectadas.

Una nueva dinámica de circulación se presenta en regiones como el medio y bajo Atrato chocoano y la Sierra Nevada de Santa Marta. En esta última región, después de cuatro o cinco años se logró el regreso y la visita de los funcionarios públicos, posibilitando que los programas estatales lleguen en beneficio de población pobre, vulnerable o desplazada.

De igual forma, se lograron ubicar y desmantelar retenes ilegales que restringían el paso de alimentos a los campesinos: alimentos de organismos gubernamentales dirigidos a la población infantil (Caso retenes en la vía Fundación, Santa Clara, El Cincuenta en el departamento de Magdalena).

Así mismo, en la región de Marocazo, municipio de San Juan del Cesar, Guajira, en donde actores armados ilegales venían ejerciendo control territorial y de alimentos afectando especialmente a la población indígena Wiwa, la política de seguridad democrática ha generado una dinámica diferente en donde la circulación de víveres y vehículos hacia la zona rural es normal: el alcalde ha visitado a la comunidad en más de tres ocasiones, igual ha hecho el Secretario de Gobierno del departamento, el centro de salud fue dotado y la tienda comunitaria esta funcionando.

En aquellos casos en donde por diversas fuentes se ha informado sobre la posible o real restricción a la circulación de civiles o de aprovisionamiento, el Gobierno Nacional ha adoptado medidas, por un lado, de orden militar, para tomar el control de territorios y vías de acceso, y por otro, de orden humanitario, promoviendo y organizando misiones humanitarias.

Esto con el concurso de organismos internacionales humanitarios, la Iglesia y la Defensoría del Pueblo, entre otros, lo cual ha permitido verificar las situaciones, actuar de manera inmediata y generar un espacio de acompañamiento permanente.

“El Estado colombiano, ratificando la defensa de los derechos humanos de la población colombiana, ha señalado el enfoque de derechos como uno de los principios rectores del Plan Nacional de Atención a la Población Desplazada y el enfoque humanitario como el principio que busca asistir a la población desplazada y en riesgo de desplazamiento de manera solidaria en atención a sus necesidades, brindando soporte humanitario, trato respetuoso e imparcial y asegurando condiciones de dignidad e integridad física, psicológica y moral de la familia”, agrega el documento de la Consejería Presidencial para la Acción Social.

Producto de lo anterior, el Gobierno Nacional cuenta con un esquema integral de asistencia humanitaria en la fase de emergencia, que le permitió asistir a 50.026 hogares durante el año 2004 en todo el territorio nacional, con el apoyo de las autoridades competentes que facilitaron la libre circulación de las personas y de la ayuda humanitaria, acogiéndose a los principios rectores del desplazamiento número 25, numeral 3:

“Todas las autoridades competentes concederán y facilitarán el paso libre de la asistencia humanitaria y permitirán a las personas que prestan esa asistencia un acceso rápido y sin obstáculos a los desplazados internos”.

Y 26: “Las personas que prestan asistencia humanitaria, sus medios de transporte y sus suministros gozarán de respeto y protección. No serán objeto de ataques ni de otros actos de violencia”.

De igual forma, en el marco de la estabilización de la población desplazada y bajo el cumplimiento irrestricto de los principios de voluntariedad, seguridad y dignidad, el Gobierno de Colombia ha liderado, organizado y acompañado el retorno a sus lugares de origen de más de 70.000 colombianos, aplicando el principio rector número 30:

“Todas las autoridades competentes concederán y facilitarán a las organizaciones humanitarias internacionales y a otros órganos competentes, en el ejercicio de sus respectivos mandatos, un acceso rápido y sin obstáculos a los desplazados internos para que se les preste asistencia en su regreso o reasentamiento y reintegración”.

La política de seguridad democrática ha propiciado que las víctimas de la violencia reciban los beneficios de programas comprometidos en su lucha contra quienes amenazan y afectan su existencia.

Imprimir
MAPA DEL SITIO
| Quejas y Reclamos | Web Master |
Linea de Quejas y Reclamos 018000-913666

COPYRIGHT © 2006 PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA