COLOMBIA
NO ES LO QUE PARECE, ES UN PAÍS FASCINANTE”:
PRESIDENTE DEL EUROPARLAMENTO
Madrid, España, 11 jul. (SNE).- El siguiente
es el discurso de presentación al auditorio del Encuentro
Empresarial Forum Nueva Economía, que hizo el
Presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, del
Presidente de la República, Álvaro Uribe
Vélez.
“
Como muchos de ustedes saben Colombia no es lo que parece.
Por lo menos no es únicamente lo que parece cuando
aparece en los medios de comunicación donde solo
nos habla de una Colombia sinónimo de droga y
violencia.
En los últimos años España ha recibido
a cientos de miles de inmigrantes colombianos, son ya
la primera colonia por importancia en la inmigración
hacia España, que desde su nostalgia por su tierra
y el amor por ella, nos hablan de otra Colombia, la Colombia
que tienen la suerte de conocer, de haber conocido con
sus propios ojos.
A mi me la han contado porque yo tengo la suerte de que
recientemente uno de mis hijos haya esposado una colombiana
y por lo tanto sentirme muchísimo más
cerca de este país.
Mas allá de los tópicos, que no por tópicos
son a veces menos ciertos, o por lo menos contienen una
parte de verdad, Colombia es un país fascinante.
40 millones de habitantes, tanto como en España,
mucho más grande, con una naturaleza sublime,
con ciudades cuyo urbanismo recuerda al de Nueva York
y con una fortaleza cultural evidenciada en una prensa
de altísimo nivel intelectual, una televisión
envidiable, una red universitaria y una capacidad de
producción literaria excepcional.
Colombia destaca en la historia de Latinoamérica
porque a pesar de todas sus crisis, a pesar de todos
sus estereotipos, su régimen parlamentario se
ha mantenido ininterrumpidamente desde su fundación
como país. Un caso excepcional.
Un país formado, por gente valiente. Déjenme
darles dos ejemplos: primero, el milagro de Bogotá,
el milagro bogotano, la transformación de una
metrópolis caótica en un ejemplo de desarrollo,
producto de la alternancia de dirigentes honestos, que
invirtieron en cultura ciudadana, apoyaron las iniciativas
de una población que no se resignaba ni se rendía
a la violencia y que hoy disfrutan de una ciudad bella,
mucho mas tranquila, con redes de transporte que son
modelo en otros países del mundo y con una red
de ciclorrutas que ya quisiéramos en ciudades
como Madrid. Y que además de favorecer al medio
ambiente, han devuelto a los bogotanos el derecho al
ocio y al disfrute del espacio público.
El segundo y más conmovedor ejemplo de resistencia
civil son las caravanas de la paz. Que permitieron a
los colombianos recuperar su territorio con alegría,
con el apoyo del actual Gobierno.
Son ejemplos, pero suficientes para ilustrar el desarrollo
de un país, como les digo, para mi ciertamente
cercano, cada día más. Y por eso es un
placer presentar al presidente de la República
de Colombia, señor Álvaro Uribe Vélez,
que como saben esta de visita de Estado en España,
invitado por sus Majestades los reyes.
Quizá me corresponda presentarle hoy aquí,
quizás me corresponda este honor, porque el presidente
Uribe estuvo en el Parlamento Europeo como hacen los
más relevantes Jefes de Estado del mundo para
pronunciar en su asamblea plenaria un discurso solemne.
Un discurso en el que se ausentaron más de una
centena de diputados a los que el presidente Uribe les
replicó diciendo, “reitero mi fe en la deliberación
creadora. Construye más la deliberación
que la ausencia. Construye más el debate que el
retiro. Construye más la controversia constructiva
que el abandono de las curules”. Consta en acta
del Parlamento Europeo las palabras del Presidente de
Colombia, que además tuvo el valor después
de haber intervenido en pleno de hacer algo que no es
usual: que es pedir comparecer ante la comisión
para debatir allí directamente con las personas
que no le habían querido escuchar la víspera
en el pleno.
Es un buen ejemplo de alguien que busca el diálogo
desde una posición de firmeza.
El Parlamento Europeo es un foro vivo de debates cada
vez más vivos, no exentos de incidentes. Pero él,
el señor Álvaro Uribe, ha dejado en el
parlamento la imagen de alguien que después
de ser, por así decirlo, descortésmente
tratado por algunos, se reúne para debatir con
ellos.
Es un jurista formado en la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de Antioquia. Especialista
en Administración y Gerencia por la Universidad
de Harvard donde estudio negociación de conflictos.
Lo cual debe ser sin duda una buena preparación
para ser después Presidente de Colombia.
En 1998 ganó la beca “Simón Bolívar” del
Consejo Británico y fue nombrado Senior Associate
Member del San Antony´s College de la ciudad de
Oxford. No esta mal como currículum y experiencia
académica desde Harvard a Oxford.
A los 24 años, muy pronto, casi tan pronto como
aquí los que tuvimos la suerte de protagonizar
la transición a la democracia, empezó su
vida al servicio público. Trabajando primero en
las Empresas Públicas de Medellín, pasando
por diversos cargos de elección popular, Alcalde
de Medellín, una de las ciudades tristemente más
violentas del mundo, después gobernador de Antioquia
y dos mandatos como senador.
En todos trató de asociar a los conciudadanos
a la toma de decisiones que tiene que desarrollar un
responsable político. Y permítanme como
Ministro de Obras Públicas que fui, señalar
la importante mejora de las infraestructuras a su paso
por la Gobernación de Antioquia. Una de las regiones
más grandes y líderes del desarrollo colombiano.
Durante su mandato, en efecto, se construyeron más
del doble de carreteras que en toda la historia pasada.
Á
lvaro Uribe viene del Partido Liberal, pero ha tenido
la inteligencia de conseguir el apoyo del Partido Conservador
y de otras fuerzas políticas. Su elección
como Presidente se convirtió en la primera vez
que el Partido Liberal ganaba las elecciones de manos,
o a través de un candidato no oficial. Y quizás
por eso, por haber ganado unas elecciones como candidato
no oficial de un partido, pide a los latinoamericanos
que no se clasifique a los gobiernos como de izquierdas
o de derechas. Algo con lo que su presentador hoy no
estará necesariamente de acuerdo.
Pero sin embargo, los parámetros de calificación
que propone me parecen interesantes. La seguridad como
valor democrático, y es cierto, la seguridad no
es un valor reaccionario de derechas, los demandantes
de seguridad hoy en Europa son mas que nadie las clases
populares, las libertades públicas, la transparencia
como factor de confianza, la cohesión social como
elemento de sostenibilidad de la democracia y la independencia
de las instituciones.
Ciertamente es una base común que pueden asumir
tanto la izquierda como la derecha para construir un
marco, un terreno de juego donde cada cual pueda desarrollar
sus prioridades.
Nuestro invitado, cuando analiza estos criterios objetivos,
nos propone saber a través de ellos si una democracia
es institucional o caudillista. Que de todo hay en
la viña del Señor.
Si se rige por el ordenamiento jurídico o por
caprichos más o menos personales. Si es progresista
o retardataria. Su planteamiento me parece una más
que interesante invitación a la reflexión
sobre la problemática de la acción política
en Latinoamérica.
Desde este planteamiento ha hecho algo muy importante:
recuperar la autoridad del Estado, siempre dentro de
la legalidad pero recuperando una autoridad, que creo
fue un mensaje que sedujo a sus ciudadanos hace tres
años cuando llegó al poder.
En efecto entonces Colombia salía de un largo
y fallido proceso de paz que no había conseguido
a pesar de su extraordinaria buena voluntad, la tan deseada
gobernabilidad.
Su programa electoral plasmado en ese slogan “Mano
Firme, Corazón Grande”, logro conectar con
un fuerte deseo social de retorno a la Seguridad Democrática
y al Estado de Derecho, que se tradujo en más
del 50% del voto popular en la primera vuelta.
En estos tres años el presidente Uribe se ha enfrentado
a la búsqueda de la paz con firmeza. A través
de la negociación y buscando el apoyo de la sociedad
civil, pero con firmeza. Y así ha conseguido disminuir
la violencia, recuperar para el Estado, para el control
político del Estado, grandes territorios, la desmovilización
en curso de grupos paramilitares y los buenos resultados
macroeconómicos, son sin duda sus más evidentes
logros.
Ello se ha traducido en un altísimo índice
de aceptación popular, por encima del 70%, algo
francamente poco habitual en política. Y sin duda
alguna, nunca visto en Europa.
A pesar de los resultados positivos, y que les desgrano
como corresponde a todo buen presentador, él
sabe, y nosotros también, que queda mucho por
hacer. Él mejor que nadie es consciente de ello.
Y por eso sigue impulsando un cambio institucional
que le permita seguir trabajando a través de
un segundo mandato y continuar así su tarea.
Queridos amigos, pues nos reunimos hoy aquí para
escuchar al Presidente de Colombia. Puede que a veces
tengamos desde Europa la impresión de que Latinoamérica
no es suficientemente tomada en consideración
por nosotros los europeos. No digo por nosotros los españoles,
pero si por nosotros los europeos.
Y es probablemente cierto. Europa ha estado mucho tiempo
mirando al este. Ha invertido todas sus energías
en la reunificación de un continente en un proceso
que ha durado 10 años, pero que hoy está prácticamente
terminado. Es hora de que Europa mire más al
otro lado del Atlántico, y no precisamente hacia
el Atlántico Norte, para reconocer los avances
y reconocer también los problemas que están
por resolver.
Nosotros españoles, mejor que nadie, sabemos los
graves dilemas que plantea la violencia y el terrorismo
en un país en el que los secuestrados se cuentan
por miles, algunos durante más de ocho años,
dramas humanos a veces con nombre propio, con figuras
conocidas y otras veces en el más absoluto anonimato.
Entre los primeros preemítanme citar a la señora
Ingrid Betancur, cuya liberación ha sido exigida
por el Parlamento Europeo varias ocasiones y a lo que
todos esperamos un pronto y feliz desenlace pero no solo
para ella, también para los miles de personas
cuyo nombre nunca será conocido más que
por aquellos que les quieren directa y personalmente.
Nuestra mirada hacia América Latina no tiene que
estar motivada por una preocupación paternalista.
Ni tampoco por una visión económicamente
interesada. Observamos con interés, señor
Presidente, sus avances frente a los mismos dilemas a
los que nosotros mismos buscamos respuesta en el seno
de nuestras sociedades. La valentía de la que
usted ha hecho gala es doble. Por una parte ha recuperado
con firmeza la autoridad del estado en todo su territorio,
algo irrenunciable para un Estado, pero por la otra ha
impulsado un proceso de negociación con los actores
armados que son muchos, tanto en el lado de los paramilitares
como el de los guerrilleros.
Es cierto que el principal grupo guerrillero de Colombia,
las FARC, todavía no se ha integrado en ese
proceso, por cierto incluido en la lista de organizaciones
terroristas de la Unión Europea. Pero el Presidente
sabe cual es el camino. Nosotros en España,
en el momento en el que hoy estamos sabemos que encontrar
este delicado equilibrio, entre luchar con firmeza
para vencer al terror y actuar con inteligencia, generosidad
y voluntad de negociación es todo un reto que
solo esta a la altura de los grandes hombres políticos.
Especialmente importante señalarlo hoy cuando
recordamos y condenamos los atentados de Londres.
Señor Presidente es un placer tenerle entre nosotros,
y para mi un placer haberle podido presentar”.