PALABRAS
DEL ALCALDE DE MADRID AL ENTREGAR LLAVE DE ORO AL PRESIDENTE
URIBE
Madrid (España), 11 jul (SNE). Con
las siguientes palabras, el alcalde de Madrid, Alberto
Ruiz-Gallardón,
entregó la Llave de Oro de la ciudad al Presidente
de Colombia, Álvaro Uribe Vélez.
“Sabrá disculparnos que mis primeras palabras en
este acto se refieran a una ciudad de otro país.
Pero lo recibimos, señor Presidente, en un momento
en el que se confunden en Madrid sentimientos de tristeza,
dolor y solidaridad, justo después de que Londres,
nuestro leal competidor en la carrera olímpica,
haya sido objeto de la misma infamia que a nosotros se
nos infringió el 11 de marzo del año pasado.
Por eso, señor Presidente, queremos hacerle partícipe
de nuestra preocupación y nuestro estado de ánimo,
al darle la bienvenida que además de cálida
es muy sincera.
Sólo aquellos que como nosotros sabemos lo que
es soñar con los Juegos Olímpicos, después
de haber sufrido un golpe como el que ahora padece Londres
entendemos la cruel expresión de sentimientos
que en estos momentos embarga a quienes en el corazón
consideramos nuestros conciudadanos londinenses.
Estoy seguro de que usted, señor Presidente, que
preside un país donde el terrorismo ha causado
tanto sufrimiento, entiende bien este instinto de solidaridad
que es el que ahora nos anima, y se sume a él.
Señor Presidente, España y su capital miran
a Colombia con afecto y con respeto, y, como ocurre ahora
con Londres, también con solidaria preocupación.
La preocupación que surge de observar cómo
el terrorismo hace que una acción que cuenta con
muchos de los elementos necesarios para conseguir cuanto
se proponga, encuentre dificultades para tender sus esfuerzos
en la senda de desarrollo y prosperidad por la que debe
discurrir.
Recursos naturales, un pueblo joven y vital, una clase
dirigente preparada, deberían ser suficientes
para que la situación general de Colombia mejore
notablemente, siempre que el desafío terrorista
sea vencido.
Porque el compromiso en la lucha contra el terrorismo
y contra las distintas formas de criminalidad organizada
que lo sostienen, lucha que puede tener la suficiente
eficacia siempre dentro los cauces que las democracias
establecen, resulta inexcusable para cerrar heridas
y emprender ese camino de progreso.
Por eso nunca se insistirá lo suficiente en que
no existen excusas admisibles para la justificación
de la violencia, a la que se reducen finalmente el discurso
ideológico del terror.
Somos conscientes, señor Presidente, de que muchos
compatriotas suyos han tenido que acudir a Madrid huyendo
de esa terrible situación. Y por eso, y por haber
padecido también nosotros muy crudamente el terrorismo,
sabemos de la intensidad del sufrimiento del pueblo colombiano,
con el que siempre seremos solidarios.
Su visita, señor Presidente, supone para nosotros
la oportunidad de rendir homenaje a un país que
cada día vemos más cercano, gracias a la
presencia de los casi 45 mil colombianos que viven y
trabajan en nuestra ciudad, configurando el segundo colectivo
más numeroso en Madrid de ciudadanos procedentes
de otras nacionalidades.
Esa presencia y el testimonio de gratitud que ahora queremos
ofrecerle, señor Presidente, se justifica por
su activa participación en la vida cotidiana
de la ciudad y en el pujante proceso de desarrollo
en el que ésta se encuentra inmersa.
Somos concientes, señor Presidente, de que el
trabajo y las expectativas de mejora de sus ciudadanos
llegados de su país, forman parte constitutiva
del progreso que Madrid ha sido capaz de impulsar en
los últimos años y, aun más, legítimo
componente tanto de nuestra identidad actual como de
nuestros proyectos de futuro.
Por eso, igual que hace 500 años los españoles
fueron entremezclando en tierras colombianas sus rasgos
con los de los chibchas, tolimas y quimbayas, los madrileños
nos hemos familiarizado con las múltiples expresiones
de la cultura colombiana, que se han incorporado a la
vida de nuestra ciudad.
Desde la música a la gastronomía, de la
literatura a la ciencia, Madrid lleva ya consigo en su
conciencia, asumiéndolos como logros propios,
los ritmos caribeños, las arepas en los fogones,
la poesía de Álvaro Mutis, las novelas
de Gabriel García Márquez, con la solidaridad
y el genio de figuras como Manuel Patarroyo, Premio Príncipe
de Asturias e inventor de una vacuna contra la malaria.
Naturalmente nuestras calles no han sido ajenas a este
sentimiento de familiaridad con lo colombiano, y en
1994 las esculturas de Fernando Botero nos sorprendieron
en el Paseo de la Castellana, para quedar dos de ellas
instaladas definitivamente en nuestra principal vía
urbana, así como otra más en el aeropuerto
de Barajas, donde es carta de presentación de
Madrid a sus visitantes.
Y así podríamos citar otras muestras de
cómo Colombia ha sabido ir introduciéndose
entre nosotros hasta formar parte de nuestras vidas.
Desde Madrid nos hemos interesado por contribuir al esfuerzo
de configurar un futuro mejor para su país.
Mediante nuestro programa de cooperación al
desarrollo, el Ayuntamiento de Madrid ha financiado
desde 1995, 55 proyectos en Colombia, por valor de
casi 7,3 millones de euros, de acuerdo con un ritmo
creciente de implicación que nos ha llevado
en el último año y medio a aportar aproximadamente
una cuarta parte de esa suma.
Por lo demás estamos muy acostumbrados a trabajar
con colombianos. Madrid está hermanada con Bogotá desde
1982, con ocasión de la fundación de la
Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas, organización
que me honro al presidir y en la que Bogotá ha
sido siempre una ciudad muy activa.
Dentro de ella trabajamos conjuntamente para conseguir
administraciones municipales dinámicas, profesionalizadas
y capaces de prestar los servicios que el ciudadano
demanda, así como preparadas para ser su verdadero
cauce de participación en los asuntos públicos.
Se trata de un empeño que estoy seguro que el
Presidente de Colombia comprende bien, dado que en el
pasado ocupó puestos de responsabilidad regional
como Gobernador del departamento de Antioquia y municipal
como Alcalde de Medellín.
Señor Presidente, permítame que haciendo
honor a una ya antigua tradición, le haga entrega
de la Llave de Oro de una capital en la que ha de encontrar
muchos elementos familiares.
Una ciudad en cuyas calles encontrará topónimos
como Colombia, Medellín, Bucaramanga, Cali, Manizales,
Barranquilla y otros evocadores de su país.
Una ciudad, en fin, que se llama exactamente igual que
otra, es verdad que de distinto tamaño, de Cundinamarca,
a escasos kilómetros de Bogotá.
Una ciudad, señor Presidente, Madrid, en la que
será siempre bien recibido y que hoy sabe que
comparte con Colombia su determinación de acabar
con el terrorismo.
Muchas gracias, señor Presidente”.