PRESIDENTE URIBE EN EL PARLAMENTO ESPAÑOL
Madrid (España), 12 jul. (SNE).- La visita
de Estado que adelanta el presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, a España, incluyó el
paso por el Parlamento Español, en el cual el
Jefe de Estado explicó la política de Seguridad
Democrática y la ley de Justicia y Paz. El siguiente
es el texto completo de su intervención:
“Señor Presidente del Senado, señor
Presidente del Congreso de Diputados, Senadores y Diputados,
agradezco inmensamente a ustedes que nos reunamos esta
tarde, acá, en el Senado de la Madre Patria.
Agradezco sus palabras, señor Presidente, el
interés permanente de ustedes sobre el curso de
la vida colombiana, su voluntad de ayudar a nuestra Patria.
Este Gobierno se ha propuesto recuperar confianza en
Colombia, recuperar confianza en Colombia a través
del rescate de la seguridad, del rescate de un ritmo
importante de crecimiento económico, de una política
pública transparente y de una política
de construcción, de cohesión social.
Era yo candidato a la Presidencia, acudía a las
universidades a hablar con los estudiantes y profesores
y acostumbraba a preguntarle a los estudiantes: ‘¿quiénes
de ustedes han pensado, en algún momento, irse
de Colombia definitivamente, no con el ánimo de
tener una temporada fuera y regresar al país?,
y me sorprendía y me dejaba una huella de amargura
la respuesta. Las inmensas mayorías levantaban
la mano y decían: ‘nos queremos ir de Colombia’.
Es lo que nos había pasado. Una Patria que expulsó cuatro
millones de ciudadanos al extranjero, una Patria que
produjo un desplazamiento interno de dos millones de
ciudadanos, que todavía no termina.
Una Patria que vio ese desplazamiento interno convertirse
en un volcamiento, finalmente, tornado en hacinamiento
de pobreza, en cordones de miseria alrededor de las grandes
ciudades, porque frenamos con ese terrorismo el crecimiento
de la economía.
Por supuesto, todos los días se hacía
más difícil financiar la política
social, porque crecía el endeudamiento y crecía
el déficit.
Cuando terminó el Gobierno del presidente Barco –padre
de nuestra Canciller (Carolina Barco)-, Colombia tenía
un endeudamiento en el sector central del Estado entre
el 14 y el 16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Consolidado, el endeudamiento público era del
10, 12 por ciento del PIB. Doce años más
tarde, cuando asume esta administración en el
2002, ese endeudamiento ha saltado al 56 por ciento del
PIB.
En ese año 90, cuando terminó el Gobierno
la administración Barco, Colombia tenía
unas finanzas públicas en equilibrio. Doce años
más tarde, cuando asume esta administración,
esas finanzas públicas presentan un déficit
del 4.2 por ciento.
Entre 1994 y el año 2000, el desempleo en Colombia
saltó del 7.5 al 20 por ciento. Y el desempleo
de jefes de hogar saltó del 4 al 10 por ciento.
Tuvimos un crecimiento de 25 puntos en pobreza, una situación
dramática.
Este Gobierno encuentra 50 mil terroristas en armas,
ricos, con autonomía financiera, apoyados en el
narcotráfico y con una segunda fuente: el secuestro.
Nos propusimos una política que denominamos de
Seguridad Democrática para establecer la diferencia
con la doctrina de la Seguridad Nacional que recorrió el
Continente y que se caracterizó por ser una acción
para perseguir el disenso, para anular el pluralismo,
para cercenar las libertades públicas.
La nuestra es todo lo contrario. Una política
de seguridad para el pluralismo, para las libertades
públicas. Una política de seguridad para
la eficacia de las garantías constitucionales
al ejercicio de la acción política y pública.
Nos propusimos, en nombre de esa política, defender
por igual al líder sindical que al líder
empresarial, al campesino que al empresario del campo,
al vocero de la oposición que a los más
cercanos defensores de las ideas de Gobierno.
Inicialmente, marcamos en esa política cuatro
derroteros: el control territorial, la recuperación
de confianza, el desabastecimiento y el aislamiento de
los terroristas.
En control territorial: hemos incorporado, con enorme
esfuerzo, 96 mil hombres a nuestras Fuerzas Militares
y de Policía. Teníamos 170 cabeceras municipales
con ausencia total de Fuerza Pública, hoy en todas
hay presencia de Fuerza Pública. Ese vacío
lo habían llenado guerrilleros y paramilitares.
Nos queda mucho por hacer en materia de control territorial.
Si bien hemos llegado a 600 municipios con lo que llamamos ‘Soldados
de Mi Pueblo’ -soldados que prestan el servicio
militar en la misma población donde han crecido
o donde residen-, es mucho lo que falta.
En Colombia hay centenares de cascos corregimentales
y vederales que hacen parte de la jurisdicción
territorial de los municipios, unos de tamaño
urbano considerable todavía sin policía,
a pesar de que la totalidad de las cabeceras principales
de los municipios ya cuenta con presencia de policía.
Hemos hecho un enorme esfuerzo para desabastecer los
grupos terroristas, para derrotar la droga.
Cuando empezó el Plan Colombia –concebido
por las administraciones Clinton, de los Estados Unidos
y Pastrana, de Colombia-, Colombia tenía 180 mil
hectáreas de drogas ilícitas. No hay democracia
en el mundo que sea sostenible con esa extensión
en drogas ilícitas.
Terminamos el año 2004, todavía con una
cantidad considerable, enorme: 80 mil hectáreas.
Este año estamos en una combinación de
fumigación acelerada y de incorporación
de la erradicación manual en lo cual, tanto nos
puede ayudar Europa.
Creo que debemos disminuir este año, por lo menos,
otras 20 mil hectáreas de droga. Tenemos ya, cerca
de dos mil ciudadanos en los programas de erradicación
manual y eso genera mucha confianza ciudadana, mucho
compromiso de los campesinos con el propósito
de eliminación de la droga.
En un corte, en una revisión de la semana pasada,
completábamos más de 8 mil hectáreas
de erradicación manual éste año
y hace apenas pocos meses empezó en forma la erradicación
manual. Estamos confiados en poder erradicar este año,
manualmente, 30 mil hectáreas.
El Plan Colombia, tan controvertido en muchos escenarios
europeos, ha sido un paso de la retórica a la
práctica. Y yo, invoco la necesidad en todas partes
que creemos el salto para llevar a Colombia de la retórica
a la práctica.
Ha sido muy importante, en esa política de Seguridad
Democrática, el aislamiento de los violentos.
En la ciudad de Bogotá, por ejemplo, había
la explosión de un carro bomba con cortísimos
intervalos. Una altísima frecuencia de explosión
de de carros bomba.
Ustedes algunos, deben recordar lo que ocurrió el
día cuando este Gobierno empezó. Lanzaron
unos artefactos explosivos a la sede del Congreso y a
la sede del Gobierno. Uno, afectó la sede del
Gobierno sin mayores consecuencias y los otros, que cayeron
y explotaron a poca distancia, mataron casi dos docenas
de colombianos inocentes e hirieron alrededor de 40 personas.
Hemos superado bastante el terrorismo urbano. Eso nos
ha ayudado muchísimo a aislar a los violentos.
Bogotá esta circundada en los 360 grados
Ha sido muy importante en esta política de Seguridad
Democrática el aislamiento de los violentos. En
la ciudad de Bogotá, por ejemplo, había
la explosión de un carro bomba con cortísimos
intervalos, una altísima frecuencia de explosión
de carros bombas.
Ustedes algunos, deben recordar lo que ocurrió el
día cuando este Gobierno empezó. Lanzaron
unos artefactos explosivos a la sede del Congreso y a
la sede del Gobierno. Uno afectó la sede del Gobierno
sin mayores consecuencias y los otros, que cayeron, explotaron
a poca distancia mataron casi dos docenas de colombianos
inocentes e hirieron alrededor de 40 más.
Hemos superado bastante el terrorismo urbano, eso nos
ha ayudado muchísimo a aislar a los violentos.
Bogotá estaba circundada en los 360 grados por
los grupos terroristas que veían, a partir de
esa manera de sitiar a Bogotá, el acceso definitivo
de llegar al poder. La disputa era entre una guerrilla
muy consolidada y unos grupos paramilitares que empezaban
a crecer en los alrededores de Bogotá. Hemos superado
bastante esa amenaza sobre la capital del país.
Asimismo, hemos avanzado muchísimo en la protección
de otros cascos urbanos de gran importancia en nuestras
grandes ciudades, de Cali, de Cartagena. El último
atentado terrorista se dio en Cartagena el 5 de agosto
de 2002, dos días antes de la iniciación
de este Gobierno, cuando explotaron una bomba de alto
poder en la sede de la gobernación del departamento
de Bolívar, cuya capital es Cartagena.
Medellín –mi ciudad, ciudad también
de la señora Embajadora, del Fiscal y del Ministro
de Comercio- lleva tres años sucesivos de gran
recuperación. En el 2003, Medellín disminuyó asesinatos
-óigase bien honorables Senadores y Diputados-
en un 34 por ciento. En el 2004, en un 42 por ciento.
Y este año lleva otra disminución del 42
por ciento.
Nos encontramos ahora, combatiendo la retaguardia estratégica
del terrorismo. 17 mil soldados de la Patria, en la espesa
selva de inserción colombiana en la Amazonía,
combaten los imperios del terrorismo. Hemos avanzado
mucho.
Mientras nos disponíamos a una comida con el
Presidente del Gobierno, hablé telefónicamente
con el Presidente del Ecuador. Hace 10 días, el
terrorismo colombiano en la frontera con Ecuador asesinó 22
soldados de Colombia, ¡cobardemente!
La comunidad denunció cómo esos terroristas
abusan de la frontera: pasaron, asesinaron nuestros soldados
y esta mañana el Presidente de Ecuador me daba
la grata noticia que, el comandante de ese bloque terrorista,
con otros dos, fueron capturados en Ecuador cuando uno
de ellos estaba herido en una clínica.
Estamos en una denodada lucha para derrotar el terrorismo. ¿Cómo
lo estamos haciendo?: con una visión de sostenibilidad
de nuestra política de seguridad.
¿En qué se soporta para la sostenibilidad
de esa política?: en su eficacia, en su adhesión
a los derechos humanos, en su institucionalidad y en
su compromiso con el pluralismo democrático.
Su eficacia. El país que tenía casi 30
mil asesinatos al año, en el primer semestre de
este año, todavía tuvo muchos, la tasa
es muy alta todavía, pero ha disminuido la tendencia,
tuvimos 8.700 homicidios.
En el 2002, Colombia tuvo 66 homicidios por cada 100
mil habitantes. Este año llevamos 19. Confiamos
que terminemos el año con una reducción
sustancial del homicidio. Aquí se incluyen los
soldados y policías asesinados y los terroristas
dados de baja.
El país llegó a tener 3.050 secuestros.
Terminamos el primer semestre (de 2005) con 350 -172
4extrosivos-. Y ha aumentado, enormemente, nuestra capacidad
de rescatar secuestrados.
Dos generales de la República están al
frente del rescate de secuestrados, esta mañana,
aprovechando la tranquilidad madrileña (-aquí en
la puerta del Senado también hay tranquilidad
Presidente, estuviera más movido esto si pudiéramos
debatir con ellos, en lugar de que griten desinformados
afuera-), mientras corría por los campos de El
Pardo, donde tan generosamente nos han alojado en esta
visita de Estado y era la media noche en Colombia, los
generales que están al frente de la derrota del
secuestro, me informaban de dos exitosas liberaciones
de secuestrados ayer por acción de nuestra Fuerza
Pública.
En aras de la eficacia, hemos venido asignado responsabilidades
individuales, indelegables, sobre delitos específicos
al más alto mando militar y policivo.
Esa Seguridad Democrática tiene que ser eficaz
y al mismo tiempo, tiene que ser institucional. Habría
sido más fácil para acabar la guerrilla,
que el Gobierno se hubiera aliado subrepticiamente con
los paramilitares.
No ha sido ajena América Latina ni nuestro país,
a uniones abiertas o clandestinas entre el Estado, el
Gobierno de turno y fuerzas terroristas, para derrotar
a otras fuerzas terroristas. Hay varias amargas experiencias
en esa materia, en lo que refiere a la lucha contra los
carteles de la droga.
¡Por la mente de este Gobierno jamás ha
pasado ese camino y es bueno que lo conozca Europa! Ustedes,
nuestros voceros ante la Unión Europea, este Gobierno
ha procedido exclusivamente a través de las fuerzas
institucionales. Un camino más lento, un camino
más seguro, un camino que no deja heridas, un
camino que construye confianza.
Hemos combatido por igual a guerrilleros y a los mal
llamados paramilitares. Sumados todos, encontramos 50
mil. Los resultados son claros. Se hablaba de paramilitares,
pero no se procedía con eficacia frente a ellos
como tampoco había eficacia en la lucha contra
la guerrilla.
Este Gobierno ha dado de baja, a través de las
Fuerzas Institucionales, a 1.300 paramilitares. Lo que
no tienen antecedentes en Colombia, en una democracia
vigilada internacionalmente, con unos sistemas de información
transparentes e imparciales.
Hemos procedido con total adhesión a los derechos
humanos. Lo primero, es permitir la vigilancia sobre
nuestra democracia, sobre nuestra acción militar.
No nos hemos encerrado, como ocurrió en otros
países, para superar el terrorismo. No hemos cerrado
las ventanas ni las puertas, hemos estado totalmente
abiertos a la vigilancia internacional.
Nuestras Fuerzas Armadas tienen un record en el mundo,
en esfuerzos y en intensidad de sensibilización
en materia de derechos humanos. Nuestra administración
de justicia independiente, procede a castigar los integrantes
de las Fuerzas Armadas y de Policía, responsables
de alguna violación de derechos humanos.
El Gobierno no ejerce actividades de ocultamiento. Antes,
nuestro propósito ha sido que todo se ponga sobre
la mesa.
Le pregunto al Fiscal General de la Nación (Luis
Camilo Osorio), aquí presente; le pregunto al
Defensor del Pueblo (Wolmar Perez), al Procurador General
de la Nación (Edgador Maya), ¿cómo
sienten la tendencia de denuncias contra la Fuerza Pública
por supuestas violaciones de derechos humanos? Y todos
me contestan: todos los días es menor.
Si tuviéramos una Fuerza Pública, como
se le describe por algunos en Europa, que se le presenta
como una Fuerza violadora de derechos humanos, en un
país pobre y afligido como Colombia esa Fuerza
Pública no tendría un 90 por ciento de
aceptación ciudadana, que hoy tiene.
Los derechos humanos para nosotros, honorables Senadores
y Diputados, son un tema de convicciones democráticas
y un tema de sentido común y de conveniencia nacional.
Colombia tiene que darle la muestra al mundo de que
es capaz de derrotar el terrorismo, sin sacrificar los
derechos humanos.
Para construir confianza, ciudadanía unida, colectivo
sometido a la Constitución, se necesita que todo
el mundo confíe en que esas Fuerzas Institucionales,
que deben garantizar la aplicación de los derechos
constitucionales para la ciudadanía, proceden
con transparencia. Eso crea confianza, une a la Nación,
evita heridas, permite una más fácil y
más rápida conciliación. La violación
de los derechos humanos aleja la creación de confianza,
dificulta el saneamiento de las heridas, se opone a la
definitiva reconciliación.
Y hay un cuarto elemento al que me referí. Para
que esa Seguridad Democrática sea creíble
y con fundamento en la credibilidad, sostenible en el
largo plazo, tiene que tener vocación de pluralismo.
En 2003 tuvimos un referendo en Colombia propuesto por
el Gobierno. Opositores y abstencionistas participaron,
incluso, con más oportunidades de defender sus
tesis, que el mismo Gobierno que lo propuso.
En 2003 Colombia eligió alcaldes y gobernadores,
muchos que en otras ocasiones habrían podido ser
asesinados –como lo acredita el pasado de Colombia-,
por su pertenencia a partidos de antiguas guerrillas,
a partidos alternativos a los tradicionales, fueron eficazmente
protegidos por nuestra Seguridad Democrática.
Ganaron alcaldías y gobernaciones de gran importancia,
que hoy ejercen con absoluto respeto por parte del Gobierno
Nacional. El Gobierno Nacional que está empeñado
en construir con todos ellos gobernabilidad, unidad de
Patria, sobre la base de respetar su gobernabilidad,
sus fueros, sus competencias, de trabajar todos unidos
alrededor de la transparencia, de la Constitución.
En los últimos meses, han sido elegidos en Colombia
aproximadamente 190 alcaldes, en igual número
de municipalidades, con absoluto respeto a las garantías
de todos los candidatos.
Cuando me posesioné, de los 1.096 alcaldes de
Colombia, cerca de 400 no podían ejercer sus atribuciones,
se encontraban por fuera de sus municipios por las amenazas
del terrorismo. Hoy salvo uno o dos, todos ejercen sus
atribuciones en los municipios.
Todavía tenemos dificultades. Mientras un jefe
del terrorismo, anoche se dirigía a los colombianos,
a través de la televisión ofreciendo la
paz, sus secuaces 24 horas antes, asesinaron al presidente
del Concejo de municipal de Campoalegre en el Huila,
a una hijita y a otras personas.
¡Dificultades inmensas pero vamos con toda la
determinación en el camino eficaz y transparente
de superarlas!
Otra expresión de la vocación democrática
de nuestra seguridad se da en lo que ha sido la protección
de sindicalistas, la protección de periodistas.
Antes de este Gobierno, hubo años en los cuales
asesinaron 168 integrantes de organizaciones sindicales.
Este año todavía nos han asesinado cinco.
Todos los días mejoramos la protección.
Hubo años en que asesinaron, en Colombia, una
docena de periodistas. Este año todavía
nos han asesinado dos.
¡Paradojas del destino! Muchos intelectuales críticos
y opositores a un eventual Gobierno que el pueblo radicara
en mi persona, criticaban antes desde el extranjero,
exiliados. ¡Paradojas!, han podido regresar a Colombia,
ahora en el ejercicio del Gobierno de aquel a quien ellos
señalan como su antagonista.
¡Son hechos de Seguridad Democrática!
Por eso, pedí hoy al presidente (José Luis)
Rodríguez Zapatero, que nos ayude para que Europa
nombre una comisión que le haga seguimiento a
la recientemente aprobada ley de Justicia y Paz, para
que las noticias no lleguen aquí a través
del sesgo político, para que haya una comprobación
en el campo de lo que realmente ocurre en Colombia.
Cuando veía esto de afuera, veía ignorancia,
desinformación, veía el resultado de 40
años de diplomacia guerrillera que no se contrarrestó debidamente
con la diplomacia institucional del Estado.
Cuando le decía al Presidente del Senado ”qué bueno
debatir con ellos”, lo hacía con toda tranquilidad,
porque hay que debatir y explicar, hay que escuchar y
superar la mala información. Esto no se maneja
pidiendo tolerancia con actitudes intolerantes. Esto
tiene que someterse a un diálogo permanente y
abierto, en frente de lo cual ha estado el Gobierno que
presido.
Por supuesto, hay muchos temas que preocupan, Usted
me mencionaba el de la distribución desigual de
la renta.
Colombia venía haciendo un gran esfuerzo en materia
de mejoramiento de la distribución de la tierra.
El proceso natural, sucesoral, esfuerzos de reforma agraria,
presupuestos importantes para adquirir tierras y entregarlas
a las comunidades campesinas, iban todos marcando una
mejor tendencia. El factor retardatario ha sido el narcotráfico,
hoy unido con guerrilla y paramilitares, que produjo
una tendencia regresiva en materia de mejoramiento de
distribución de la tierra.
Pero hemos aprobado dos leyes: la ley de extinción
de dominio –para confiscar riqueza abierta-, fue
reformada por este Gobierno introduciendo procedimientos
más ágiles, más simples y los resultados
son halagadores.
Y la ley de Justicia y Paz –que apenas se va a
sancionar en los próximos días- obliga
a que todos aquellos, paramilitares o guerrilleros, que
se quieran someter a la ley de Justicia y Paz, deben
entregar su riqueza ilícitamente adquirida.
Este Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para conciliar
la necesidad de aumentar la inversión en Colombia,
con la necesidad de mejorar la distribución. Por
ejemplo, para salir de estas enormes dificultades fiscales,
creamos un pequeño menaje al patrimonio y una
sobretasa en el impuesto de renta.
En seguridad social, hemos descargado el peso de las
contribuciones sobre los empleadores y a ellos les hemos
aumentado su participación en las contribuciones.
Si ustedes comparan cómo contribuyen empleadores
y trabajadores a la seguridad social en Colombia, con
lo que ocurre en otros países que suelen autodenominarse
de izquierda, verán que Colombia es bastante progresista
a favor de la equidad de la distribución del ingreso,
en esa composición de cotizaciones a la seguridad
social.
Hemos impulsado, como instrumento fundamental para construir
mejoría en la distribución de la renta,
lo que llamamos la Revolución Educativa con resultados
muy importantes en cobertura, en calidad, en pertinencia,
en capacitación técnica, con resultados
menos importantes pero promisorios en el campo de la
investigación científica.
Hoy, cuando generosamente el Gobierno de España
firmó los nuevos acuerdos de cooperación
con nosotros, al dar las gracias al presidente Rodríguez
Zapatero, le decía: ‘España, que
tanto nos ha apoyado en microcrédito para construir
en Colombia un País de Propietarios, debe saber
que en este Gobierno hemos apoyado con microcrédito
a un millón 875 mil colombinos, que la cartera
de microcrédito ha crecido en un190 por ciento.
Queremos lograr esa buena combinación entre la
confianza inversionista y el mejoramiento de la redistribución
del ingreso, pero todo vinculado a la seguridad.
Colombia es un país –y que como lo dijo
usted señor Presidente-, que tuvo una de las economías
más estables en América Latina del siglo
pasado, vio en lo últimos lustros, descender la
inversión privada al 6, 8 por ciento. Ya está por
encima del 12 por ciento y va en asenso.
Como veníamos en los últimos años,
nos íbamos a quedar sin recursos para hacer mejoramiento
social.
Bastante se discute el tema de la ley de Justicia y
Paz.
Este Gobierno no ha tenido como eje principal de la
política de paz, el diálogo con los terroristas.
Nuestra acción principal ha sido la política
de autoridad, de la autoridad ejercida de conformidad
con las normas jurídicas, de la autoridad democrática,
de la autoridad imparcial, surge ese valor que se llama
la seguridad. Y ese valor genera confianza, va creando
lazos de unidad nacional de un individuo con otro y de
ahí va surgiendo la paz.
Hemos abierto posibilidades para que, todos aquellos
que quieran abandonar los grupos armados, sean recibidos
generosamente por el Estado. En una democracia pluralista,
que se profundiza –como ustedes lo han definido
en Europa-, la acción armada contra esa democracia
no merece sino un calificativo: terrorismo. Por eso,
nosotros no legitimamos como insurgentes a los que están
en armas por razones de cualquier índole.
Y me preguntan muchos: ‘¿cómo puede
un Gobierno negociar con los grupos al que ese mismo
Gobierno señala como terroristas?’: por
eso la condición para negociar ha sido el cese
de hostilidades.
Ayer, un vocero de Amnistía Internacional me
decía que tiene contabilizado un número
muy importante, mencionó él, de violaciones
al cese de hostilidades por parte de los grupos paramilitares.
Yo le contestaba: primero, nosotros simplemente continuamos
una negociación que venía de tiempo atrás
a través de la Iglesia Católica con grupos
paramilitares, bajo la condición del cese de hostilidades,
como la continuamos con el Eln, como hemos abierto todas
las posibilidades con el Eln, como hemos puesto unas
condiciones razonables a la Farc. –Esta mañana
tuve oportunidad de examinarlas nuevamente con el presidente
Rodríguez Zapatero-.
Segundo, muchos de esos grupos paramilitares, no se
comprometieron en el cese de hostilidades y los hemos
perseguido con nuestras instituciones implacablemente.
Tercero, aquellos que se comprometieron con el cese
de hostilidades y que las han violado, han sentido el
peso de nuestra autoridad. Ellos no están haciendo
la paz por liberalidad ni por espontaneidad, están
haciendo la paz porque están sin opción
militar, como lo va a ser la guerrilla cuando empiece
a sentirse sin opción militar, sin opción
para avanzar por los caminos del terrorismo.
Prueba de nuestra acción militar, frente a aquellos
grupos paramilitares no comprometidos con el ceso de
hostilidades y frente a aquellos otros violadores del
cese de hostilidades, es el número de bajas al
que ya me referí, causadas por acción de
la Fuerza Pública.
Y hemos tenido en este Gobierno 13 mil reinsertados.
Pueden ser 20 mil en los próximos meses.
Me decía el presidente Rodríguez Zapatero: ‘hay
que explicar muy bien en España y Europa la composición
de es grupo, son paramilitares y guerrilleros’.
Hoy tenemos más o menos un 55, 60 por ciento de
paramilitares y un 40, 45 por ciento de guerrilleros.
Son 13 mil y a todos les estamos dando las mismas oportunidades,
el mismo tratamiento generoso.
¡Nuestra decisión es: tanta firmeza en
cuanto persistan en su acción violenta, como generosidad
en cuanto desistan de su acción violenta!
Esta ley de Justicia y Paz, se produce en un escenario
de credibilidad, porque tiene como antecedente esa desmovilización.
Es diferente una ley sin desmovilizaciones previas, que
una ley con 13 mil casos de desmovilización anterior.
Esa desmovilización anterior da credibilidad.
Me dicen: ‘es que usted está amnistiando
los paramilitares’. La ley es para guerrilleros
y para paramilitares.
Me dicen: ‘es que están creando amnistías
para estos delincuentes’. Esta ley no permite indulto,
no permite amnistía para delitos de lesa humanidad,
trata por igual en esa materia a guerrilleros y a paramilitares.
Me dicen: ‘es que están creando a favor
de los paramilitares una prescripción de los delitos
de lesa humanidad’. Si ustedes revisan el texto
de la ley, por ninguna parte aparece. Hay un periodo
a partir de la desmovilización, durante el cual,
el desmovilizado debe hacer una declaración de
sus delitos ante la Fiscalía. Si vencido ese periodo,
posteriormente aparece un delito que no fue declarado,
puede ocurrir una de las siguientes opciones: si hubo
ocultamiento intencional, el desmovilizado pierde los
beneficios; si no hubo ocultamiento intencional, si coopera
con la justicia en el esclarecimiento, no pierde los
beneficios, pero se le puede extender la pena en un 20
por ciento.
Se dice: ‘es que esta ley legitima el enriquecimiento
ilícito de los paramilitares’. Ya me referí a
cómo esta ley exige la confiscación de
sus bienes adquiridos ilícitamente, tanto para
guerrilleros como paramilitares, y esos bienes deben
ser llevados a un fondo para reparación de las
víctimas. Por primera vez, una ley de reconciliación
en Colombia, incorpora el elemento de justicia e incorpora
el elemento de reconciliación de víctimas.
Se dice: ‘es que esta ley le da amnistía
a los narcotraficantes’. Esta ley no debilita la
extradición.
Antes de este Gobierno Colombia había extraditado
70 personas, en este Gobierno llevamos 335 órdenes
de extradición. Eso es bien importante tenerlo
en cuenta.
Se dice: ‘es que esta ley no garantiza la desmovilización
de los paramilitares’. Si bien hemos autorizado
la desmovilización individual, si bien todas las
desmovilizaciones no tienen que darse colectivamente,
lo hemos hecho por una necesidad de Colombia. Si no hubiéramos
autorizado la desmovilización individual, no se
habrían desmovilizado tantos guerrilleros que
se han desmovilizado sin que tengamos proceso formal
de diálogo con sus agrupaciones. Lo único
que garantiza que no se reproduzcan las organizaciones
terroristas, es un ejercicio sostenido de la autoridad.
Si ustedes comparan esta ley con reglamentos normativos
que se están aplicando en otras partes del mundo
donde ha habido genocidios, encontrarán que esta
ley es bastante exigente en materia de justicia y de
reparación a las víctimas.
Si ustedes la comparan con leyes anteriores en Colombia,
en procesos de paz -que yo voté como senador,
que aprobé como senador- verán que esas
otras, las anteriores, se preocupaban por la reconciliación
y punto. Ahora, no hay amnistía ni indulto a delitos
atroces.
Esta ley no afecta nuestra norma constitucional que
prohíbe que sean elegidos congresistas aquellos
que hayan cometido delitos diferentes a los delitos políticos.
Esta ley no considera el narcotráfico como un
delito políticamente motivado, respeta totalmente
el principio de la Convención de Viena, que prohíbe
a los países signatarios la conexidad del narcotráfico
con el delito político.
Esta ley es aceptada por las bases guerrilleras que
se están desmovilizando y acogiendo a ella, pero,
algo que tiene que pensar el mundo es lo siguiente: a
juicio de muchos críticos, esta ley es blanda
con los paramilitares y muy severa con la guerrilla.
Y lo avala, esa afirmación, los dirigentes guerrilleros.
La Farc dice por sus voceros que esta ley no es para
ellos. ¿Por qué, qué pretenden ellos?,
ellos pretenden amnistía e indulto por todos los
delitos. Ese terrorismo desconoce al Estado colombiano,
entonces no acepta que el Estado colombiano le haga imputaciones
de hechos antijurídicos contra la población
colombiana.
Yo le quisiera preguntar al mundo: ¿estará ‘don
Manuel Marulanda’ dispuesto a hacer un proceso
de paz y pagar un día de cárcel?, ¿qué van
a pensar los críticos de esta ley cuando haya
un proceso de paz con la Farc y don Manuel Marulanda
diga ‘ni un día de cárcel’ y
pida que le permitan pasar del monte –por encima
de todas las atrocidades- al Congreso? y ¿que
haya que cambiar la Constitución para permitirlo? ¿Qué va
a pensar el mundo?
He querido hablarles a ustedes de esta ley para expresarles
lo que consignamos en el texto.
He querido pedirle al presidente Rodríguez Zapatero
que lidere una decisión de la Unión Europea
para que nombre una comisión que vigile el cumplimiento
transparente de esta ley, porque transparente ha sido
el proceso de aprobación y transparente será el
proceso de aplicación.
Esta ley dispone que se necesitan unos tribunales especiales.
Esos tribunales serán integrados por la administración
de justicia, autónomamente, con base en concursos
de méritos.
Esta ley exige una comisión de conciliación
y de reparación que presidirá el Vicepresidente
de la República.
La institucionalidad de esta ley es clara y transparente.
Por eso nos parece más importante, que la deformación
por sesgo político, una presencia de la Unión
Europea en Colombia, permanente, imparcial, para hacerle
una monitoría al cumplimiento de esta ley.
Señores presidentes del Senado y del Congreso
de Diputados, quiero agradecer de nuevo la oportunidad
de esta reunión. He sido extenso y exhaustivo,
como compleja es la problemática de Colombia.
Quisiera, si la agenda de ustedes y la mía lo
permitiera, disponer de unos minutos para atender preguntas,
preocupaciones, comentarios, dudas de ustedes y lo haré con
la receptividad con que he dialogado con ustedes, cuando
algunos me han visitado en Bogotá.
De nuevo muchas gracias a ustedes y los escucho.
CONVERSATORIO
Senador: Muchas gracias señor Presidente, brevemente
expondré en los puntos en los que telegráficamente
puede resumirse la posición del Grupo Popular,
en cuyo nombre hablo, en relación con la relación
bilateral con Colombia. Y estos puntos son los siguientes.
Primero, Colombia es un país golpeado por el
terrorismo, tal vez más que ningún otro
país en el mundo.
Segundo, este terrorismo tiene unos lazos específicos
concretamente la base de su financiación –como
bien lo ha señalado el señor Presidente,
concretamente a través del narcotráfico
y en menor medida los secuestros-.
Tercero, Colombia, país azotado por el terrorismo,
es un país miembro de la Comunidad Iberoamericana
de Naciones y por lo tanto en la medida en que Colombia
se debilita, se debilita el conjunto de la Comunidad
Iberoamericana de Naciones y por lo tanto España,
quiere decir esto que es un asunto de máxima prioridad
para España.
Cuarto, lo hemos visto bien en las palabras del
señor
Presidente, los dos rasgos claros del Presidente de Colombia
son la claridad y la firmeza. Claridad en las ideas,
en los planteamientos. Firmeza en los hechos.
Pues bien, estos cuatro puntos llevan a una conclusión
que es la siguiente, que es la conclusión de no
solo el Grupo Popular, si no de otros grupos, es que:
es preciso que España ayude a Colombia en su lucha
contra el terrorismo y que lo haga con claridad, con
firmeza y sin tibiezas. Porque tibieza, en relación
con Colombia, sería en este caso tibieza con el
terrorismo.
Dicho esto, me atrevo a hacer una sugerencia y una pregunta.
La sugerencia es que, tal vez sea este el momento
de constituir lo que todavía no existe con Colombia,
un grupo de amistad parlamentario de manera que muchas
cuestiones puedan ser solucionadas de Parlamento a Parlamento
y que podamos ir, incluso conociéndonos personalmente,
profundizando en todos estos temas que tanto nos preocupan
en España.
Y la pregunta, señor Presidente que yo quería
hacerle, ya en el fondo, creo que nos la ha respondido,
la pregunta tiene que ver con la ley de Justicia y Paz
que ha mencionado en no menos de 10 ocasiones y que tiene
que ver, claro, con el hecho de que muchos analistas
internacionales, intelectuales, diarios –incluso
alguno de los más importantes del mundo-, pues
vienen a decir que esta ley pudiera llegar a conducir
a la impunidad.
Creo que el Presidente ha sido suficientemente explícito,
por lo tanto la pregunta no es tal porque la duda es
que el caso ya se me transforma en otra duda, ¿por
qué, sin embargo, pese a los brillantes esfuerzos
y la exposición que hace el señor Presidente,
en todos los foros internacionales, siguen produciéndose
manifestaciones de duda sobre esta ley?
Esto es todo lo que en nombre del Grupo Popular
quiero decir, además de agradecer al señor Presidente
de Colombia su presencia en España y desearle
que esta ley que a mi, desde luego, y supongo que a muchos
de nosotros nos ha quedado claro, salvo que el señor
Presidente desee añadir algo, esta ley lleve al
buen fin que desean los colombianos y por supuesto los
españoles.
Senador: Presidente, le hablo en nombre de la (…)*.
Primero quería agradecerle que su visita no ha
sido en nada protocolaria, creo que ha entrado podríamos
decir ‘al trapo’ y por eso se lo agradecería.
En este sentido, en fin, la inmigración colombiana
en Cataluña se pregunta por esta ley y es proclive
a ciertas dudas sobre la ecuanimidad de esta ley.
Usted a dicho que ha pedido que haya un comité de
vigilancia internacional para la equidad de la aplicación
de la ley, yo le quería preguntar si ¿una
cosa es la aplicación y otra la propia ley? Es
decir, si la ley ha tenido unos certificados –podríamos
decir- de pertinencia democrática de organismos,
si el propio tribunal constitucional de Colombia la ha
calificado o si organismos internacionales de reconocido
prestigio jurídico han opinado y han dictaminado
sobre la ley.
Senador: Muchas gracias señor presidente del
Senado, muchas gracias señor Presidente de Colombia.
Respecto al terrorismo, desearía saber si dentro
de lo que está ocurriendo en estos momentos en
Colombia ustedes tienen información sobre presencia
de miembros de ETA relacionados con el terrorismo colombiano.
En segundo lugar, si el medio es el mensaje –como
decía Mc Luhan-, nuestro grupo considera que es
importante que usted esté aquí sometiéndose
a unas preguntas parlamentarias, sin tener ninguna razón
de hacerlo, sobre todo porque en 19 años –por
lo menos en mi experiencia parlamentaria-, aquí solamente
se ha producido una situación similar en el caso
del presidente de Rodhesia, Mugave, en el caso de la
Premier de Inglaterra, Margaret Tacher, y con usted mismo.
Es decir que no es usual esto de que un presidente de
un Estado se someta a un tipo, democrático, de
controversia o de explicación pública.
Sobre todo cuando aquí tuvimos la oportunidad
y solicitamos al presidente de Venezuela, Hugo Chávez,
para que hiciera lo mismo y se negó. Por tanto,
alabamos su presencia en este momento aquí.
En tercer lugar, lógicamente yo, como grupo parlamentario
Vasco antes de hablar con usted he buscado que significa
Uribe y significa “poblado de abajo”, pero
también se dice Urabe “bajo el agua”.
Y bueno, me da la impresión de que usted ha aprendido
a respirar de bajo del agua cosa que es muy importante.
Y sobre todo cuando yo veo que aquí, el primer
martín de Uribe está en Colombia desde
1656, o sea cuatro siglos de presencia en Colombia y
lógicamente eso dice mucho.
En cuarto lugar, usted mejor que nadie sabe que
en el mes de octubre se reunirá la Cumbre Iberoamericana
en Salamanca -y seguramente Usted estará presente
en dicha Cumbre-, esa cumbre tiene una dimensión
por primera vez parlamentaria, que se va a saludar, tengo
entendido en Bilbao y eso lógicamente es una novedad.
Pero también se va a poner en marcha una Secretaría
Iberoamericana y me pregunta concreta tiene relación
con que existen muchas instituciones continentales, una
de ellas es la Organización de Estados Americanos,
la OEA; donde está los Estados Unidos y cuyo anterior
Secretario General fue César Gaviria, ex Presidente
de Colombia, del cual tiene usted más información
de la que pueda tener yo.
Mi pregunta es: tiene el aspecto de que en Salamanca
se va a poner en marcha un mecanismo muy importante y
muy potente. ¿Cómo va a quedar la Organización
de Estados Americanos en este contexto? Y sobre todo
nuestra preocupación está en que la Organización
de Estados Americanos, en una de sus últimas intervenciones,
ha sido validar el referendo revocatorio el 15 de agosto
del año pasado con el Presidente Hugo Chávez.
Consideramos que aquello fue a nuestro juicio, es
un juicio lógicamente parcial, y un fraude electrónico,
que está teniendo unas consecuencias gravísimas
para la propia relación no solamente de Venezuela
sino la relación entre Venezuela y Colombia.
Usted ha hablado de Colombia y Usted tiene unos
problemas internos en Colombia, pero lógicamente Usted sus
problemas con sus vecinos y concretamente con Venezuela. ¿Cómo
ve usted el futuro de este tipo de relación?
Diputado: Señor Presidente, en nombre del Grupo
Socialista, bienvenido al Parlamento y gracias también
por su franca exposición. No es la primera vez
que yo tengo la oportunidad tener un encuentro de este
tipo, fue muy similar en el Palacio de la Presidencia,
cuando los diputados nos dirigíamos a reunirnos
con los congresistas pero Usted nos secuestró en
su despacho y tuvimos una larga y franca conversación
que le agradezco profundamente.
Quiero que sepa, señor Presidente, que aquí en
el Parlamento Español, los temas que afectan a
Colombia suelen ser, con cierta frecuencia, materia de
atención, objeto de atención y que es el
sentir de la inmensa mayoría, por no decir la
casi totalidad, de los parlamentarios españoles,
que el pueblo de Colombia tiene todo nuestro respaldo
en la erradicación de la violencia, en el ejercicio
de rechazo y de reacción frente a cualquier intento
de coerción de uso de la violencia del terrorismo,
que el Gobierno de Colombia cuenta con todos nuestro
respaldo en el esfuerzo para garantizar al máximo,
estrictamente el respeto de los derechos humanos, como
usted hacía referencia. Que desde el Parlamento
español no establecemos distinciones entre paramilitares
y grupos guerrilleros, no hay ninguna distinción,
cuentan todos con nuestro más absoluto rechazo
y con nuestra demanda firme de que pongan fin a la violencia,
porque el pueblo de Colombia se lo merece.
Yo quería preguntarle dos cosas, en primer lugar:
decir que agradezco y agradecemos el Grupo Socialista,
su voluntad de abrir desde la soberanía de su
país, abrir transparentemente la ley de Justicia
y Paz, su ejercicio, su aplicación, su contenido,
para que puedan pronunciarse sobre ellas expertos, representantes
parlamentarios en la fórmula que se articule y
sepa que cuenta, por supuesto, con nuestra disponibilidad,
para contribuir a ese esfuerzo en la voluntad de ayudar
a Colombia a construir un futuro mejor.
Yo quería hacerle dos preguntas. La primera,
ha hablado usted de desmovilizaciones, pero no todas
las desmovilizaciones tienen éxito. La experiencia
del El Salvador en ese sentido es muy triste y muy preocupante,
aumentó la violencia exponencialmente más
de 100 por ciento. ¿En qué grado las desmovilizaciones
que se producen son permanentes?
En segundo lugar: en todo este proceso de desmovilización,
podríamos decir que Colombia se encuentra en conflicto,
pero al mismo tiempo se encuentra ya también en
situación de posconflicto ¿cómo
se articulan esas dos etapas que tienen un marco convivencia,
incluso de ejercicio desde la autoridad no necesariamente
igual?
Y finalmente una cuestión a la que no se ha hecho
referencias, así directamente. Decía usted
y ahora lo acordaba, la importancia de la colaboración
de las autoridades de Ecuador, aquí sabemos perfectamente
cómo el terrorismo –sobretodo cuando se
siente hostigado-, busca santuarios, busca lugares donde
poderse refugiar desde los que poder planificar u organizar
sus actuaciones. Eso es claro también en un territorio
tan vasto y tan geográficamente complejo como
las regiones en que ustedes viven.
¿Qué cree que debe hacer España,
qué valor da usted, por ejemplo, al ejercicio
que se ha impulsado de cooperación entre Colombia
y Venezuela, con el respaldo de Brasil y de España
para que se establezca una cooperación policial,
judicial y más allá, entre los dos países?, ¿cabe
eso, extenderlo a otras fronteras?, ¿podemos plantear
nuevas etapas o todavía en qué fase realmente
estamos de esa?.
Diputada: El Estado español no puede permanecer
indiferente al drama colombiano por razones históricas
y porque somos uno de los mayores consumidores de cocaína.
Le confieso que he estado en esta sala con muchas inquietudes
han transmitido bastante de la Asamblea de la Sociedad
Civil por la paz de Colombia.
Parte de estas inquietudes, Usted se ha encargado
de desvelar como la acerca de la impunidad de los grupos
paramilitares, pero tenemos conocimiento de que la masacre
de San José de Apartadó intervinieron fuerzas
del Estado. Siguen nuestras inquietudes en cuanto a riesgos
de etnocidio de la etnia milenaria de la familia Arawak,
parece ser que poblaciones indígenas son desplazadas
por motivos económicos.
Señor Presidente, nuestro grupo cree que el pueblo
español tiene que ser solidario con el sufriente
pueblo colombiano, vamos a apoyar las iniciativas de
la Unión Europea para monitorizar el proceso de
paz y de transparencia. Le exhortamos a seguir avanzando
en este camino y esperamos que algún día
podamos, realmente, disfrutar de una paz los dos pueblos.
Luis Humberto Gómez Gallo. Presidente del Congreso
de Colombia: Un minuto para agradecerle a su señoría
la atención que recientemente me dio al recibirme
para conocer el proceso de sistematización y bueno,
comentarle que vamos a avanzar en el tema del archivo
digital y que la ayuda de ustedes va a ser muy importante
para eso.
Lo segundo es comentarle que tan pronto llegue a
Colombia, nombramos la comisión Interparlamentaria, he preguntado,
me han dicho que 6 Senadores y 6 Representantes, conformaremos
una comisión de igual número en Colombia
y lo otro es comentarles que sería muy importante
tener la oportunidad de que una comisión de senadores
que va a viajar de Colombia ante el Parlamento de Estados
Unidos, el Parlamento Europeo y nos gustaría mucho
tener la oportunidad de reunirnos con el Parlamento,
ambas cámaras, en España, para explicar
realmente el tema de la ley de Justicia y Paz.
Basta con que se explique realmente las bondades
que ella tiene, para que se desarmen los argumentos
de quienes
han querido desinformar y estamos seguros, vamos a encontrar
solidaridad y respaldo en una ley que está muy
lejos de la impunidad.
Álvaro Uribe Vélez. Presidente de la República: Mil gracias por las intervenciones de todos ustedes.
El Honorable Senador Fraga coincide con la Honorable
Diputada, sobre dudas de impunidad derivada de la ley.
Quiero decirles esto: la ley busca un balance entre
paz y justicia.
En el pasado eran unas leyes solamente de paz sin justicia,
sin reparación, pero es una ley de paz, en nombre
de la paz no puede ser de impunidad, pero en nombre de
la justicia no puede ser de sometimiento.
Es una ley de paz con justicia y reparación a
las víctimas, que no una ley de sometimiento.
Claro, hay sentencias cortas, hay beneficios jurídicos.
Las sentencias serán entre 5 y 8 años.
Esas sentencias cortas en un proceso de paz no quieren
decir que haya impunidad. Repito: no hay amnistía
ni indulto para delitos atroces, no hay lavado de enriquecimiento
ilícito, hay que entregarlo –confiscarlo
en su totalidad-, no se modifica la prohibición
constitucional para que vayan al Congreso de la República
personas responsables de delitos diferentes a los políticos
o al homicidio culposo.
Si hubiera una razón de ustedes dos, que han
preguntado sobre la eventual impunidad –y quiero
aclararle a la honorable Diputada, que cuando se dice
una ‘ley de impunidad y amnistía para los
paramilitares’, hay equivocación doble porque
no es de impunidad y no es para los paramilitares, es
para todos. Pero si hubiera alguna pregunta específica
de los temas que los han llevado a albergar dudas sobre
la impunidad, con el mayor gusto los escucharía,
que esto es lo que les puedo explicar en esta parte,
abreviando.
El Honorable Senador Bonnet pregunta por el proceso
de aprobación, de certificación, de legitimidad
constitucional de la ley.
La ley se discutió durante casi dos años.
Un debate intensísimo, con total transparencia,
a penas se aprobó hace dos semanas. Yo me propongo
sancionarla en los próximos días. Seguramente
la demandarán ante la Corte Constitucional, equivalente
al Tribunal Constitucional de España.
La legitimidad que tiene ahora es su aprobación
en el Congreso, después de casi dos años
de un debate con todas las cartas sobre la mesa. ¡Claro!,
hay opositores, hay objeciones de nacionales y de extranjeros,
que son estas a las que nos venimos refiriendo.
Pregunta el Honorable Senador Anazarasty, ‘¿hay
ETA en Colombia?’: yo no sabría decirle.
Cuando era candidato a la Presidencia sufrimos varios
atentados
y algunos se evitaron. Las autoridades de la época
dijeron que eran con artefactos terroristas donde probablemente
había influido o ETA o el IRA; pero no tengo bases
para comprometerme con una respuesta de esa naturaleza.
La justicia en Colombia está reclamando unos irlandeses
por apoyo a la Farc, ellos salieron del país,
hoy son prófugos de la justicia colombiana.
Pregunta también el Senador: ‘¿cuál
puede ser la razón entre la Secretaría
Iberoamericana, próximamente a iniciar actividades,
y la OEA?’. Inicialmente, uno las ve complementarias.
Los dos temas que más tratamos para la creación
de la Secretaría de la Unión Iberoamericana,
son el tema de gobernabilidad y el tema de cohesión
social. Y en el tema de cohesión social, educación.
Cuando veo ahora el esfuerzo del G – 8, de algunos
países europeos sobre África para derrotar
la pobreza, añoro que el esfuerzo de la Organización
Iberoamericana sea el equivalente para derrotar la pobreza
de América Latina.
Hay que mirar la evolución con mucho cuidado.
Teóricamente podría haber colisiones de
competencias, pero hay que confiar en el tacto, en el
talento de quienes dirijan la OEA y quienes habrán
de ser los directores de la Secretaría Iberoamericana,
para que en lugar de colisiones de competencia haya armonía,
complementariedad.
Por supuesto que es una nueva institución y ustedes
saben que cada institución es una especie de control
de otra, que ejerza actividades semejantes.
El honorable diputado Rafael Estrella pregunta por las
desmovilizaciones, su carácter permanente o reincidente.
En
estos 13 mil casos de desmovilización que
llevamos hasta ahora, que empezaron hace tres años –el
Gobierno cumplirá tres años ahora en agosto-, ‘¿qué porcentaje
de reincidencia ha habido?’: un dos por ciento.
Y el informe que he tenido de las Fuerzas Militares
y de Policía es que se ha frenado muchísimo
la capacidad de reclutar jóvenes por parte de
la guerrilla y paramilitares. El Gobierno está haciendo
un gran esfuerzo en materia de reinserción que
le vale este año cerca de 100 millones de dólares.
Ahora, a cada desmovilizado le estamos dando la oportunidad
de educación, orientación sicológica,
un ingreso y estamos procurando que, a medida que pasen
un tiempo en el proceso de desmovilización podamos
encontrarle empleo con proyectos productivos. No es fácil,
hay mucha prevención, que hay que irla venciendo,
pero en esa tarea estamos.
Es muy difícil manejar un grupo de 13 mil desmovilizados,
que hoy manejamos y que puede llegar a ¿cuánto
Juan David? (Colombia tiene un siquiatra y otro que va
a quedar de siquiatra. El siquiatra es el Alto Comisionado
de Paz, el doctor Luis Carlos Restrepo, que yo quisiera
que ustedes lo conocieran aquí. Y el otro, el
que va a quedar de siquiatra, es Juan David Ángel,
quien es el responsable del proceso de atención
a los reinsertados, a los desmovilizados).
Pregunta el honorable Diputado Estrella, el papel de
España para promover la cooperación de
Venezuela con Colombia y otros países y pregunta
por cooperación judicial. Hoy se firmó un
convenio de cooperación judicial.
En Colombia la Fiscalía es independiente, aquí nos
acompaña el señor Fiscal General de la
Nación –no sé Fiscal, con la venia
del Presidente, si usted quisiera agregar algo con la
firma de ese convenio-.
Luis Camilo Osorio.
Fiscal General de la Nación: Básicamente estamos ampliando instrumentos de
cooperación en materia de terrorismo, en materia
de lucha contra el narcotráfico, con blanqueo
de capitales y vamos a utilizar comisiones mixtas de
investigación, a utilizar todos los mecanismos
de agentes encubierta, de entregas vigiladas, entregas
controladas, validez de información en línea
y mantener una cooperación más amplia a
la que ya venimos teniendo muy estrecha.
Presidente de la República: La solicitud permanente
de nosotros a nuestros vecinos es: ‘apóyenos,
hoy por nosotros mañana por ustedes’.
Los países vecinos nuestros han sufrido nuestra
violencia. Cuando nosotros tenemos éxito en uno
de los departamentos fronterizos en el control del secuestro,
se pasan a secuestrar al otro lado. Esto es una amenaza
para toda la región.
Ahora, tenemos que manejar
las relaciones de nuestros vecinos con mucha prudencia.
Yo decía ahora, al
medio día que hay tres características
en el manejo de las relaciones internacionales de Colombia
con los vecinos: prudencia verbal, solidaridad en la
actitud y buscar eficacia en la acción.
Y fue muy grato recibir esa llamada del Presidente del
Ecuador sobre un hecho tan efectivo de cooperación.
Ahí vamos trabajando en eso y por supuesto, es
muy importante el apoyo de España. Y para ese
interés especial de Colombia será muy importante
una acción permanente de la Secretaría
Iberoamericana.
Usted me llama la atención sobre la buena idea
de que una vez este funcionando esa Secretaría,
apelemos a ella para que nos ayude en ese proceso de
obtener mayor cooperación de nuestros vecinos.
La
honorable Diputada también se refería
al caso de San José de Apartadó. Lo está investigando
la Fiscalía, honorable Diputada.
Inicialmente se dijo que era el Ejército, con
el debido respeto por la Fiscalía le pregunté al
señor Fiscal si había evidencias de eso
y hasta cuando hablé la última vez con él,
me dijo que no tenía evidencias de eso.
A nosotros no nos ha temblado la mano para desvincular
personas de la Fuerza Pública vinculadas a delitos.
El año pasado apareció que unos soldados,
infortunadamente, dieron muerte a unos militantes del
Eln. Los soldados dijeron que era que les habían
disparado, lo que dice la Fiscalía es que no.
Entonces, les dieron muerte en condiciones de indefensión,
por fuera de combate. Están en la cárcel.
Mi
instrucción al Ministro de Defensa y a la
Fuerza Pública, ha sido: contemos nuestros errores
antes de que tengan que venir a sacarnos la verdad.
Si yo tuviera alguna evidencia, honorable Diputada,
algún motivo de íntimo convencimiento,
habría separado ya a los responsables. Pero no
he podido tener una sola evidencia por la parte administrativa
ni la conozco aún, de la administración
de justicia.
Allá hay que contemplar todas las hipótesis.
San José de Apartadó ha sido utilizado
por la guerrilla y masacrado por la guerrilla. Se ha
criticado mucho porque entramos la Policía allí –tengo
la tesis de que no puede haber un milímetro cuadrado
el territorio colombiano sin presencia institucional-.
Lleva un mes la Policía, después de que
no se podía entrar. Creo que no hay una queja
contra ellos.
Comparto su preocupación por los Arhuacos. Le
quiero decir que yo me posesioné el 7 de agosto
del 2002 y antes de las 6 de la mañana, del día
siguiente, estaba en la ciudad de Valledupar que está en
la base de la Sierra Nevada donde reside esta comunidad
indígena. Eso estaba perdido allá, honorable
Diputada. Unas carreteras controladas por la guerrilla
y algunas empresas agropecuarias controladas por los
paramilitares.
Un sector de la Sierra Nevada en coca, para alimentar
a la guerrilla y otro en coca para alimentar a los paramilitares.
Eso se ha recuperado bastante y la decisión nuestra
es sacarlos a todos de allá.
Hice un Consejo Comunitario en un bellísimo sitio
de esta comunidad, de allá es la Ministra de Cultura
(María Consuelo Araujo) -y yo digo que ella es
la princesita arhuaca más linda del mundo-. Y
en ese Consejo Comunitario concurrió la comunidad
indígena a la que usted refiere, en un sitio de
la Sierra Nevada precioso que se llama Nabusimake, ¡precioso,
precioso!
¿Qué me dijeron ese día?, me dijeron: ‘durante
muchos años fuimos presionados por la guerrilla,
no nos defendió el Ejército. Después
llegaron los paramilitares, no nos defendió el
Ejército. Los guerrilleros nos mataban por cooperar
con los paramilitares y los paramilitares nos hubieran
matado por cooperar con la guerrilla’ Y llega un
indígena de esos y dice con su sentido común: ’y
ahora llegó el Ejército de Uribe. Ahora
que llegó Uribe a la Presidencia nos mandó el
Ejército’.
Entonces les expliqué, con mucho interés,
que nosotros no podemos permitir que sigan entre paramilitares
y guerrilla, hay que protegerlos institucionalmente.
Honorable Diputada, mi percepción, me daría
mucha tristeza estar equivocado, es que hemos mejorado
mucho allá. ¿Sabe qué hice?: nombré un
coronel del Ejército como enlace de constructor
de confianza con esa comunidad indígena, porque
me dijeron: ‘es que ya no sabemos quién
viene. Llegan con el mismo uniforme y no sabemos si son
guerrilleros, paramilitares o soldados’.
Entonces nombré un coronel del Ejército
como enlace permanente entre la comunidad indígena
y el Ejército. Se ha construido confianza. Yo
creo que eso va mejor. Yo le rogaría, si usted
tiene informaciones, ojalá fuera, de que yo esté equivocado,
se las recibo, se las recibo muy constructivamente porque
estoy personalmente interviniendo en el tema para reconstruirle
condiciones de tranquilidad a esta comunidad.
Esa sería mi respuesta Presidente. Muchas gracias”.
*(…): audio inaudible