Bogotá, 29 jul. (SNE).- En cinco años
y no en 18, como se había planteado inicialmente,
entrará en funcionamiento la doble calzada Bogotá — Briceño — Tunja — Sogamoso.
Así quedó establecido en el acta de compromiso
firmada este viernes entre el Instituto Nacional de Concesiones
(Inco) y el concesionario Solarte Solarte, con la cual
se destrabó esta concesión que venía
en pleito.
El acuerdo contempla el desarrollo de 121 kilómetros
de doble calzada en los tramos Briceño — Villa
Pinzón y Tunja — La ‘Y’ a la
entrada de Sogamoso, así como la variante de Tunja.
Para poder cumplir con la obra en el plazo estipulado
de cinco años, se propusieron unas metas concretas,
de tal manera que en los primeros dos años,
es decir en el 2007, ya se tendrá que haber
desarrollado el 35 por ciento del corredor (42 kilómetros).
En el tercer año (2008) se deberá desarrollar
otro 20 por ciento (24 kilómetros), en el cuarto
año (2009) otro 20 por ciento (24 kilómetros)
y en el último año el 25 por ciento restante
(30 kilómetros).
El desarrollo de la doble calzada que se ejecutará en
el corredor existente, será flexible en cuestión
de tramos de ejecución, debido a que la obra se
ejecutará en la medida en que se vayan adquiriendo
los bloques de predios.
La concesión no será por un tiempo determinado
sino por ingreso esperado que es de 1,8 billones de pesos.
Es decir, en el momento en el cual el concesionario logre
ese ingreso, la vía se revertirá a la Nación.
Entre tanto, el tramo de Villa Pinzón — Tunja,
que no se tuvo en cuenta dentro del acuerdo y que también
será de doble calzada, saldrá a licitación
pública a cargo del Instituto Nacional de Vías
(Invías). De esta forma, el peaje que hay delante
de Villa Pinzón se reubicará antes de este
municipio.
La obra se deberá ejecutar en cuatro años
y tendrá un costo estimado de 2.300 millones de
pesos para lo cual se emplearán vigencias futuras,
las cuales se espera que se expidan el próximo
mes para que en septiembre se abra la licitación
y se cierre este mismo año.
De acuerdo con el director del Invías, Mauricio
Ramírez Koppel, ya se le solicitó al Instituto
Nacional de Concesiones (Inco) el traslado de la licencia
ambiental de este tramo y el estudio fase 3 para poder
adelantar el proceso de la licitación.
El Ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego
Henao, fue claro y enfático en asegurar que esta
obra, no contempla ningún peaje adicional a los
ya existentes.
“
Esto garantiza que Boyacá quede con un desarrollo
vial competente para su dinámica económica
y particularmente para el turismo, un asunto en el que
hay mucho futuro allí por la belleza del paisaje
y la calidad de su gente”, dijo Gallego Henao.
LA HISTORIA
El proyecto del corredor Bogotá — Tunja — Sogamoso
se definió mediante un contrato de julio de 2002,
en el cual se contemplaba un tramo de doble calzada,
segmentos a terceros carriles como alcance básico
y terceros posibles carriles como alcance condicional.
El contrato inicial contemplaba sólo 34 kilómetros
de doble calzada, 54 kilómetros de terceros carriles
y 109 kilómetros de rehabilitación. Además
el proyecto inicial contemplaba la variante de Tocancipá — Gachancipá,
en doble calzada y la variante de Tunja en calzada sencilla.
Cuando llegó Álvaro Uribe Vélez
a la Presidencia, los parlamentarios y la Asamblea Departamental
de Boyacá, expresaron su inconformidad por los
terceros carriles, al considerar que no solucionaban
el problema vial de departamento y por lo tanto no correspondían
a las necesidades de desarrollo.
“
La percepción que tengo como ingeniero, los terceros
carriles no resuelven el problema de capacidad de vía
y es carreteras como esa generan graves riesgos de seguridad
y por el contrario lo agrava”, dijo el Ministro
quien consideró el tema debe ser doble calzada,
calzada sencilla o pares viales.
Cuando se empezaron a buscar posibles alternativas para
mejorar el contrato inicial surgieron pleitos entre
el concesionario, el Gobierno y la comunidad, que hicieron
frenar el desarrollo del proyecto.
“
El Presidente nos ordenó resolver el problema
para lo cual había plazo hasta mediados de este
año. Sólo había dos caminos, el
de la caducidad y sacar otro proyecto, o el de la revisión
del contrato con el contratista y así se lo hicimos
saber al contratista”, recordó Gallego Henao.
La solución que se encontró fue revisar
el contrato y separar tramos porque con el contrato inicial
no era posible el desarrollo de toda la vía en
doble calzada.
Por eso se buscó llegar con la concesión
hasta donde fuera posible jurídicamente y separar
un corredor para hacerlo con otro contrato.
Así surgió la alternativa de sacar por
aparte el tramo Villa Pinzón — Tunja por
licitación pública, desarrollar con el
concesionario dos tramos y aplazar para un futuro la
variante Gachancipá — Tocancipá.
Y ahora, con el acuerdo que se firmó este viernes,
se logra una vía completa de doble calzada de
Bogotá — Briceño — Tunja — Sogamoso.