Bogotá, 2 jun. (SNE).- Resumen
del discurso pronunciado por el Presidente de la República, Álvaro
Uribe durante la ceremonia de graduación de 251
Subtenientes de la Policía Nacional y cuatro
Brigadieres Generales, en la Escuela General Santander:
Resultados
de una política
Cuando
este Gobierno empezó, Colombia tenía
casi 30 mil homicidios por año, este año
van 6.686. Con cinco meses causados del año se
nota una enorme tendencia de disminución. Quisiéramos
poderle decir a la Patria que aquí no hay asesinatos,
pero de todas maneras se ve una gran tasa de descenso.
Cuando
este Gobierno inició, en la Patria asesinaban
a 66 conciudadanos por cada 100 mil habitantes. Este
año van 15 por cada 100 mil habitantes. Confiamos
que se consolide y profundice más este descenso.
Colombia
tuvo años en los cuales asesinaban 168
integrantes de las organizaciones sindicales. Este año
van 3. Quisiéramos rápidamente decir que
no han asesinado uno solo. Este año, también
va una gran reducción en el asesinado de periodistas
y en el asesinato de maestros.
Nos preocupa
lo que ha ocurrido recientemente con los Concejales
de Puerto Rico en
el departamento de Caquetá.
Allí, como en muchas partes de Colombia tenemos
que hacer esfuerzos superiores. Cuando este Gobierno
empezó casi 400 alcaldes de la Patria, elegidos
popularmente, no podían ejercer sus funciones.
Estaban por allí escondidos y arrinconados por
las amenazas de los terroristas. Hoy, salvo uno o dos
casos, todos ejercen libremente sus tareas bajo la protección
de la Fuerza Pública.
Pero General
Castro, apreciados oficiales, mis compatriotas, todos
de la Policía: vamos a aumentar nuestros
esfuerzos para proteger más eficazmente a los
Concejales.
Cuando
este Gobierno inició, en la Patria secuestraban
3.050 personas al año. Este año van 280
secuestros, casi en la mitad del año. Solamente
en relación con el año pasado, hemos tenido
una disminución del 61.1 por ciento.
Cada domingo
hay elecciones en los municipios. Esos candidatos tienen
hoy las garantías que no tenían.
Una Fuerza Pública que ha facilitado que las ideas
en Colombia se expresen libremente. Una Fuerza Pública
que ha seguido al pie de la letra la instrucción
que me he permitido dar como Presidente, de que se proteja
por igual al político más comprometido
con las tesis de gobierno y al político más
resuelto a adelantar tareas de oposición. ¡Eso
enaltece la democracia!
Por eso,
esta seguridad que estamos mejorando para los colombianos
merece el
título y merece la denominación
de Seguridad Democrática.
Operativo de Santa Fe Ralito
La semana
pasada la Policía Nacional, teniendo
al frente al señor General Castro Castro ingresó a
la zona de ubicación de Santa Fe Ralito, siguiendo
instrucciones impartidas por el Presidente de la República.
Los resultados
están a la vista. Lo más
importante es que ese procedimiento ha posibilitado unas
desmovilizaciones y a medida que se concreten el país
valorará ese procedimiento.
Ese procedimiento
permitió que se entienda que
los procesos de paz no son para ganar tiempo a favor
de la acción de los criminales, sino para desmovilizar
a todos los que tengan sincero arrepentimiento y ganar
un gran avance a favor de la tranquilidad de Colombia.
El ingreso
la semana pasada de la Fuerza Pública,
de la Policía a la zona de ubicación de
Santa Fe Ralito, demostró un compromiso de este
Gobierno: ¡En Colombia puede haber zonas para adelantar
la paz, pero en Colombia no puede haber paraísos
de impunidad!
¡En Colombia puede haber zonas para adelantar
la paz, pero en Colombia no puede haber zonas donde se
excluya la presencia de la Fuerza Pública, donde
se excluya la presencia de la Fiscalía, donde
se excluya la presencia de la instituciones democráticas
de nuestro Estado!
Este Gobierno facilita procesos de paz, pero la diferencia
con anteriores eventos de la vida nacional, la marca
la circunstancia de que para este Gobierno los procesos
de paz tienen que ser procesos de paz seriamente practicados
como procesos de paz y no simplemente procesos de fortalecimiento
de criminales.
Ley de justicia y paz
Hoy se
discute la Ley que se llama de instrumentos de Justicia
y Paz. Por supuesto
que es una ley controversial,
se ha venido discutiendo desde que este Gobierno la anunció.
Quiero
repetir a todos mis compatriotas, congregados esta
mañana en la Escuela de Policía General
Santander y por su conducto a todos nuestros compatriotas
que, el eje principal de nuestra política de paz
es la política de autoridad, la política
de Seguridad Democrática.
¡Nosotros
creemos que la paz nace del ejercicio firme de la autoridad!
¡Nosotros creemos que la paz nace del convencimiento
del pueblo de que hay unas instituciones resueltas a
derrotar al terrorismo, que hay un Presidente, unos ministros,
unos altos mandos, un Fiscal, una administración
de justicia, todos resueltos a derrotar el terrorismo!
¡La paz no nace de la complicidad de las instituciones
con los terroristas! ¡La paz no nace de consentir
terroristas! ¡La paz nace del ejercicio firme de
autoridad!
Y hay temas bastante discutibles en esa Ley, pero repito:
1. A diferencia
del pasado, esta Ley no se preocupa solamente por la
reconciliación, se preocupa –por
primera vez, una ley de paz en Colombia- por la justicia
y por la reparación a las víctimas.
En el pasado
sólo importaba desmovilizar a los
terroristas y se hacía a un lado el interés
por la justicia y se hacía a un lado el interés
por la reparación de las víctimas.
2. Esta
ley es clara en que no puede haber amnistía
ni indulto para aquellos que hayan cometido delitos atroces,
sean guerrilleros o paramilitares.
3. Esta
ley se debe aplicar por igual a guerrilleros o a paramilitares.
No es bueno
que algunos sectores de
opinión, que algunos líderes de opinión,
sigan acariciando la esperanza de que a los unos, hay
que pasarlos por la guillotina, y a los otros hay que
darles perdón total, contraviniendo la Constitución
y las leyes. El sufrimiento de los colombianos es igual
cuando el delito lo comete el guerrillero, que cuando
el delito lo comete el paramilitar.
4. Esta
ley no acepta la conexidad del llamado delito político con delitos como el narcotráfico,
con delitos de lesa humanidad. Pero eso no es de ahora.
Las dudas que se han lanzado son infundadas. ¿Por
qué? Porque desde que Colombia adhirió a
la Convención de Viena, incorporó a su
ordenamiento jurídico el principio de que para
el narcotráfico y los delitos de lesa humanidad
no se puede alegar conexidad con los llamados delitos
políticos.
Zona gris
Infortunadamente
todos los terroristas, guerrilleros y paramilitares,
se han involucrado
en el narcotráfico.
Eso obliga a que un proceso de paz no pueda ignorar esas
circunstancias. Lo que ha dicho la ley es que, serán
beneficiarios de este proceso, que serán elegibles
para los beneficios de reducción de penas, aquellos
que hayan tenido como objeto principal de su actividad
delincuencial la guerrilla o el paramilitarismo. No aquellos
que hayan tenido como objeto principal de su actividad
el narcotráfico.
¡Pero miren qué tema tan difícil!
Porque, una cosa es decir que no se haya tenido por actividad
principal el narcotráfico y otra es tener que
reconocer que guerrilleros o paramilitares han estado
involucrados en el narcotráfico.
Ahí aparece una zona gris que no podemos ocultar,
una zona a la que nos llevó esta degeneración
de la violencia, tantos años de debilidad. Una
zona que tenemos que encarar claramente ante el pueblo
colombiano. Un tema que tenemos que proponer a la justicia
que en el debido momento nos ayude a resolver.
Y se discuten
otros puntos. Por ejemplo, se plantea el tema: ¿si alguien cometió un delito
de narcotráfico antes y después participó en
un grupo paramilitar o guerrillero? Eso tiene de lo uno
y de lo otro.
Este Gobierno
ha demostrado que tiene toda la determinación
de derrotar el narcotráfico. Ahí están
nuestras cifras de extradiciones. Aquí eran intocables
algunos carteles como el cartel del norte del Valle del
Cauca. Hoy, los que no están extraditados, están
buscando escondite en la clandestinidad.
¡Este
Gobierno ha practicado el principio de que no permite
que aparezcan
narcotraficantes a simular de
guerrilleros o a simular de paramilitares!
Y ahí aparece otro problema: ¿si alguien
cometió un delito de narcotráfico y después
participó en acciones guerrilleras o paramilitares?
Es un tema que se debe discutir ampliamente.
¡No debe haber cartas ocultas! He estado acostumbrado
a lo largo de mi vida política de discutir todos
temas fáciles o difíciles de cara al pueblo,
a plena luz del día.
La instrucción a los integrantes de mi Gobierno
es que ese tema, como todos los temas de la ley, se discuta
ampliamente, de cara al pueblo, que las plenarias del
Senado y de la Cámara sean tan transparentes como
las Comisiones. ¡Que nada quede oculto, que reconozcamos
de buena fe las dificultades de un proceso de esta naturaleza!
Y la propuesta
es: que por delitos anteriores, como delito del narcotráfico, no se concedan beneficios,
pero que, si la persona participó de veras, no
simuladamente, en un grupo paramilitar o en un grupo
guerrillero, por los delitos cometidos durante la permanencia
en ese grupo y en razón de esa permanencia, la
persona sea elegible para el proceso.
Que se
explique claramente, a la luz del país.
Por ejemplo, este señor que está ahora
recluido a órdenes de la justicia, que está ahora
asegurado por la Policía, de apellidos Murillo
Bejarano, alias ‘Don Berna’, se ha dicho
ampliamente que era narcotraficante antes de ser paramilitar. ¿Por
qué eso no se aclaró a tiempo? Este Gobierno
lo encontró liderando los grupos paramilitares.
Por ejemplo, esa desmovilización de Medellín,
de más de mil paramilitares –que tanto ha
contribuido a reducir el homicidio en esa ciudad-, esa
desmovilización, en parte, fue liderada por él,
que ahora se ha comprometido –como resultado de
los operativos de la semana pasada- a desmovilizar gran
cantidad de integrantes del paramilitarismo que dependen
de él.
Miren los
problemas que tenemos. Lo encontramos como paramilitar,
hemos trabajado
procesos de desmovilización
de grupos que ha dirigido él y que son paramilitares
y también está incurso en narcotráfico.
Otro aspecto
importante que se debería dilucidar,
es: ¿qué pasó con él, antaño?
Que se le diga al país claramente, si las instituciones,
si los gobiernos tuvieron o no complicidad con él
en el pasado, para perseguir otro grupo narcotraficante.
Y hago
esa pregunta con una autoridad moral. ¡Este
Gobierno, yo como Presidente de Colombia, nos hemos propuesto –con
la Fuerza Pública- derrotar a los terroristas,
sin aliarnos con otros terroristas!
De acuerdo
con mis adversarios, bien podría haber
hecho una alianza clandestina con el paramilitarismo
para derrotar a la guerrilla. ¡Yo no nací para
esas clandestinidades! ¡Yo soy combatiente, lleno
de defectos como toda obra humana, pero combato de frente!
La instrucción que se le ha dado a las instituciones
de Colombia es derrotar por igual a guerrilleros y a
paramilitares. ¡Sino, que vean las cifras!
Cuando
aquí no se perseguía al paramilitarismo,
cuando nos entregaron a nosotros una fuerza crecidísima
de paramilitares, en este Gobierno casi 10 mil paramilitares
han sido puestos presos y hasta hace poco, iban dados
de baja más de 1.182 paramilitares.
A los Gobiernos
hay que juzgarlos por los resultados. ¡Yo
tengo la autoridad moral de no haber permitido, de no
haber auspiciado ninguna alianza con grupos terroristas
para combatir otros grupos terroristas!
Es bueno,
pues, que se escudriñe y que se haga
claridad, a ver si el narcotraficante ‘Don Berna’,
a quien nosotros encontramos cuando empezó el
Gobierno como uno de los más poderosos líderes
del paramilitarismo, cuya captura ordenamos la semana
pasada a la Policía Nacional, de cara al país,
quien ante esa presión tomó una decisión
de entregarse a las autoridades, a quien el Gobierno
claramente, francamente, de cara al país, aceptó concederle
el beneficio de desmovilizado.
Ese señor ‘Don Berna’, que hoy está a órdenes
de la justicia, desmovilizado sí –porque
no quiero mentirle un ápice al pueblo colombiano-
pero asegurado por la Policía, es bueno decirle
al país qué alianzas se tuvieron con él
en el pasado para derrotar otros grupos de narcotraficantes.
Y regresando
al tema de la Ley, déjenme decir
de manera clara, que este Gobierno no puede saber de
escondite, que lo que se hable sobre una ley de esas,
dentro de cuatro paredes, se debe hablar ante todos los
colombianos sin noción de encierro, paladina y
claramente. Por eso invito a que el debate continúe,
mirando la mejor conveniencia nacional.
A alguien
le dije: ‘¡claro que yo habría
preferido, la semana pasada, que la presión militar
sobre Murillo Bejarano hubiera terminado con su aprehensión
física, pero como terminó, terminó bien,
no siendo lo ideal’. ¿Por qué terminó bien?
Porque se pudo demostrar el imperio de la Ley en la zona
de paz, el imperio de las autoridades en la zona de paz.
Se pudo demostrar el imperio de la justicia y el acatamiento
del Gobierno y de la Policía a las órdenes
de la justicia.
Y hubo
el compromiso –que el Comisionado empieza
a ejecutar- de desmovilizar todas esas estructuras paramilitares.
Porque lo digo sin jactancia: ¡procesos de paz
sí, pero para que se desmovilicen!, ¡procesos
de paz sí, pero para que Colombia gane tranquilidad!
Los procesos
de paz no son perfectos, pero cuando hay buena fe,
hay que tramitar
los procesos de paz. Lo dice
quien ha creído con su actitud, dar un ejemplo
en materia de autoridad firme.