PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN AMPLIACIÓN
DE PLANTA DE LECHE LA ALQUERÍA
Cajicá (Cundinamarca), 7 jun (SNE). La
siguiente es la transcripción de las palabras del presidente Álvaro
Uribe Vélez, durante la inauguración de
la ampliación de la planta de leche de La Alquería,
en el municipio cundinamarqués de Cajicá.
“Acudo a una celebración importante para
la Patria: la puesta en marcha de esta moderna ampliación
de La Alquería, que tanta ilusión nos crea
sobre la recuperación de la empresa privada colombiana,
sobre la recuperación del sector agropecuario,
sobre la renovación de su confianza en Colombia
para hacer estas inversiones y sobre las mayores posibilidades
de competitividad de nuestra industria.
Acudo a entregar la orden al
Mérito Comercial
en la categoría de Gran Oficial a La Alquería,
en cabeza del doctor Enrique Cavelier Gaviria, en nombre
de todos los colombianos que sentimos gratitud por esta
familia, por esta empresa, por estos esfuerzos, por estos
trabajadores, por esta generación de empleo.
Tres generaciones, la de su padre,
doctor Cavelier Gaviria; la de sus hijos, la suya y
la de sus hijos, y ahí van
apareciendo los nietos, que son garantía de continuidad
de este gran esfuerzo por Colombia.
Una familia de tenacidad, una
familia de visión,
una familia de acción, una familia de ética
en el trabajo productivo, una familia de solidaridad
en las relaciones laborales, una familia que tiene un
concepto de familia ampliada –como lo dijera el
doctor Cavelier Gaviria–, para incluir en ella
a todos quienes hacen esta empresa.
Me ha llamado mucho la atención aquella frase
de La Alquería cuando empezó a introducir
en Colombia el concepto de leche pasteurizada, de leche
que no llegara solamente del ordeño al consumidor
sin pasar por estos procesos industriales. Dijo La Alquería: “Una
botella de leche es una botella de salud”.
Esa frase muestra su adhesión a ella a lo largo
de su historia, muestra la gran vocación de esta
empresa por servir bien a los consumidores.
¡Qué bueno este esfuerzo de ampliación!
En el recorrido por la planta me mostraban varias gráficas.
Una gráfica el crecimiento de litros procesados
por la Alquería diariamente. De 2002 a la fecha,
por fortuna, se ha inclinado bastante, está procesando
400 mil litros al día.
Una segunda gráfica, el crecimiento de la capacidad
instalada y de la capacidad realmente utilizada como
porcentaje de la capacidad instalada. Ahí ve uno
un paralelo hacia arriba, crece la capacidad instalada,
crece la capacidad utilizada, especialmente en los últimos
años.
Un crecimiento de las exportaciones:
el año pasado
40 toneladas, este año van a exportar 400 toneladas.
Es un crecimiento bien importante, con valor agregado
e incursión a mercados tan importantes como el
mercado venezolano, el mercado de las Antillas y a varios
puntos de los Estados Unidos.
¡Qué bueno esa agresividad exportadora
de La Alquería!
Y me mostraban una gráfica, la que más
me conmovió, la que más nos interesa a
los colombianos: la gráfica del crecimiento del
empleo. De 2002 a la fecha, La Alquería ha ampliado
su planta laboral en un 30 por ciento. Eso es construcción
de paz, eso es construcción de solidaridad.
Alguien que estaba en la calle
que se pudo vincular a la Alquería, no solamente empieza a percibir
un salario justo sino un régimen prestacional
justo, una afiliación a la seguridad social que
es garantía para el trabajador y para la familia.
Por eso he repetido que la empresa
privada colombiana no es causa de la pobreza del 52
por ciento del país,
sino solución para esa pobreza. Si aquí hubiéramos
mantenido una confianza permanente para un crecimiento
acelerado de la empresa privada, no tendríamos
ese 52 por ciento de pobreza.
Confío que con la responsabilidad social de la
empresa privada colombiana, como lo pone hoy de presente
La Alquería, en la medida en que esa empresa gane
confianza, siga creciendo, genere empleo, vamos a ir
reduciendo ese porcentaje de pobreza que tanto nos golpea.
Todo puesto de trabajo que se
crea en las empresas serias de Colombia, es una garantía de superación
de la pobreza, es una garantía de salario justo,
de prestaciones justas y de afiliación familiar
a la seguridad social, y una garantía de pago
de impuestos.
La Alquería es una expresión de esa empresa
privada colombiana que, como lo dijera la Constitución
del 36, “cumple una función social”.
Subyace a esta decisión de entregarle la Orden
al Mérito, nuestro aplauso por la función
social que ha cumplido La Alquería y que seguirá cumpliendo.
¡Qué bueno que crezca esta economía!
Recuerdo mi primer Consejo Comunitario en Pasto, era
sábado, el Gobierno había empezado ese
miércoles, los campesinos muy quejosos, me dijeron: ‘Presidente,
aquí no hemos podido incorporar los productos
para reemplazar el trigo y la cebada, que no volvimos
a cultivar con la apertura, nos han lanzado a cultivar
coca al Putumayo, tenemos en este altiplano nariñense
unas vacas de leche pero la leche está a 350 pesos
y no en todas partes la compran’.
Era un drama que se vivía en muchas partes del
país. ¿Qué decisiones tomamos? Mantener
por mucho tiempo la leche en licencia previa. Ese día
dijimos: ‘yo no puedo solamente enviar soldados
y compatriotas policías a Colombia, hay que devolverle
ingresos a los campesinos’. Tomamos la decisión
de someter la leche a licencia previa. Ese año
se importaron 24 mil toneladas y esas importaciones estaban
ahogando la posibilidad de la producción interna
de leche, del ingreso de nuestros campesinos, del crecimiento
de estas plantas.
Y hemos venido tomando decisiones
sectoriales y decisiones generales. Por ejemplo, en
el Congreso de Colombia se
ha discutido muchísimo nuestro conjunto de incentivos
tributarios. Ese conjunto de incentivos tributarios expresa
sus bondades cuando se asiste a ampliaciones como esta
ampliación de La Alquería. Esta ampliación
tiene una deducción tributaria del 30 por ciento,
como quedó consignado en nuestra ley tributaria
de diciembre de 2003. Ese es un aporte fiscal a la erradicación
de la pobreza, a la generación de empleo a través
de la expansión empresarial.
Hasta diciembre 31 tuvimos vigente
la medida de no cobrar arancel a las importaciones
de bienes de capital. Revivimos
el cobro de arancel, porque la caída del dólar
se ha convertido en un estímulo a la importación
de maquinaria mucho más determinante que la propia
eliminación del arancel. Pero estamos dispuestos
a que en el momento en que se requiera, por razones cambiarias,
volver a eliminar el arancel para bienes de capital,
lo haríamos.
Y por supuesto, hay una serie de incentivos adicionales
para el conjunto del sector agropecuario y para los sectores
productivos, vistos integralmente, a lo cual no me voy
a referir.
¿Cuál ha sido nuestra concepción
tributaria? Derramar impuestos a quienes no están
creciendo con tarifas altas, pero dar estímulos
a quienes crezcan. Eso le ayuda mucho a la generación
de empleo.
Creo que Colombia se debe preparar
para que una vez termine la vigencia de estos incentivos
tributarios,
se baje la tasa general de renta, a fin de que seamos
más competitivos internacionalmente. Ese es uno
de los pasos que tenemos que dar.
Y si nosotros avanzamos en soluciones
fiscales tan importantes como la solución pensional, si avanzamos en soluciones
fiscales tan importantes como la ampliación de
la base de contribuyentes, la eliminación de la
evasión (empezó este Gobierno con 300 mil
contribuyentes de renta, este año debemos terminarlo
con millón y medio y confío en que en el
2006 el país se acerque a dos millones de contribuyentes
de renta), todo eso, más una tendencia hacia la
baja relativa del endeudamiento público, en su
porcentaje como proporción del PIB, nos debe ayudar
a que Colombia pueda tener unas tarifas de renta más
bajas que hagan esta economía nuestra más
competitiva.
Confiamos, apreciados integrantes
del sector agropecuario, que las negociaciones del
TLC terminen en un acuerdo
justo, útil, para poder ser nosotros de verdad
competitivos con nuestros productos del agro en la economía
internacional.
A la familia Cavelier, al doctor
Enrique Cavelier, a Margarita, a Carlos Enrique, a
María Teresa, a
toda esta familia, nuestras felicitaciones, nuestra gratitud
por lo que han hecho por Colombia. A todo el equipo de
La Alquería, encabezado por el doctor Jiménez
López, gerente general; por los integrantes de
su junta directiva; por los funcionarios técnicos;
por los trabajadores, nuestras felicitaciones. Sigan
creciendo porque Colombia tiene que superar el alto índice
de desempleo y el alto índice de pobreza”.
La Orden al Mérito es un pequeño
gesto institucional para reconocer sus esfuerzos, y
quien hace
buenos esfuerzos como los que ustedes han hecho, queda
acreditado para que les pidamos nuevos esfuerzos.
Sigan creciendo, que Colombia espera mucho de ustedes.
Muchas gracias, muchos éxitos a La Alquería,
y me llevo esa placa adherida al corazón, en gratitud
por todo lo que ustedes han hecho por Colombia”.