Presidente
Uribe se reunió con
desmovilizados de Héroes de Anorí
“ESTAMOS CONTENTOS EN
LA VIDA CIVIL AL LADO DE NUESTRAS FAMILIAS”
Rionegro, 9 jun. (SNE).- El
balbucir de un bebe, hijo de uno de los 29 desmovilizados
del frente Héroes
de Anorí del ELN, fue el sonido que marcó el
encuentro de este jueves entre el presidente Álvaro
Uribe Vélez con estos hombres y mujeres que
decidieron volver a la vida civil.
El nerviosismo por el paso que estaban dando al dejar
las armas era evidente. Pero ello no ocultaba la felicidad
y tranquilidad de ya no tener un fusil al hombro o
un arma al cinto.
Los 29 desmovilizados prácticamente querían
escuchar las palabras del Presidente de la República,
quien además de saludarlos los felicitó por
la decisión tomada y les dio palabras de aliento
para que no desfallezcan en su esfuerzo por retornar
a la civilidad.
En el salón dispuesto para el encuentro en
la Base Aérea de Rionegro, conocida como Cacom5,
había cuatro pequeños en brazos de sus
padres. El Jefe del Estado preguntó si ellos
estaban bautizados y ante la negativa de sus padres,
les propuso que fijaran fecha para la ceremonia “me
invitan y hacemos de ese bautismo un motivo para reunirnos
en un espacio amable”, dijo el Presidente.
La vida para estos desmovilizados
cambio totalmente. Hace una semana huían de la Fuerza Pública
cruzando con el fusil terciado las montañas
de Antioquia y hoy fueron testigos del corazón
grande que les abrió las puertas para darles
una vida tranquila.
El primer paso para ellos será establecer sus
verdaderas identidades, darles cédula de ciudadanía
y sus documentos legales, al tiempo que empezarán
a recibir cursos de capacitación que ofrece
el Sena a los desmovilizados del país, para
que las manos que empuñaron las armas se conviertan
en manos productivas que ayuden al crecimiento del
país.
Juan David Angel, director
del programa de reinserción
del Ministerio del Interior, les explicó pausadamente
cada uno de los pasos que estos hombres y mujeres enfrentarán.
Les recordó que el Estado irá de la mano
con ellos en cada nueva etapa, pero enfatizó que
es fundamental el granito de arena de cada uno de ellos
para que sus proyectos se vuelvan realidad.
Ninguno de los desmovilizados
hablaba. Solo el “gagear” de
uno de los bebes se escuchaba en el salón, además
de las palabras del Presidente y de las autoridades
de Medellín y Antioquia que se sumaron a la
bienvenida a estas personas.
Tan sólo Edward, un curtido hombre con más
de 20 años en las filas de la guerrilla se atrevió a
tomar la palabra, a nombre de sus compañeros,
para agradecer la bienvenida y reiterar la voluntad
de paz que a él y a sus muchachos lo llevaron
a dejar las armas.
“Estamos muy contentos de estar aquí otra
vez de nuevo en la vida civil, al lado de nuestra familia
y todo esto tenemos que agradecerlo al Gobierno, a
las Fuerzas Militares y a todos los funcionarios del
programa de reinserción”, dijo Edward
al extender su mensaje a la Comando Central del ELN
para que se comprometan con un proceso de paz.
“Que realmente también contribuyan a
la paz de Colombia, creando un proceso de paz serio,
que realmente entiendan que la lucha armada ya no tiene
sentido de ser en este país”, dijo Edward.
Durante la conversación expresaron el descontento
con “la revolución” y sus contradicciones,
como por ejemplo la participación del ELN en
el narcotráfico, que según ellos, se
hace de manera abierta para financiar la actividad
terrorista.
Dijeron que en Colombia ya
no hay posibilidades de la “revolución”,
esa idea con la que decidieron entrar a la insurgencia
y que por el
contrario han sido testigos del debilitamiento de las
fuerzas guerrilleras, cuyos dirigentes se resisten
a abandonar.
Por eso, durante la conversación con el Presidente,
se declararon confiados en que su ejemplo y el desarrollo
del programa de desmovilización, en el cual
ya hay más de 12 mil personas que pertenecían
no sólo a la guerrilla (FARC y ELN) sino también
integrantes de las autodefensas, sean la mejor motivación
para que quienes sigan en armas las abandonen y construyan
un mejor país para ellos y sus familias desde
la vida civil.
Ya en privado, y después de una corta sesión
fotográfica con el Presidente, el Jefe del Estado
les relató en detalle los esfuerzos del Gobierno
para tratar de avanzar en un proceso de paz con esa
organización guerrillera, desde los contactos
a través del gobierno cubano en 2002, hasta
los recientes acercamientos con la ayuda del gobierno
mexicano, que fracasaron tras la negativa de la dirigencia
del ELN de no secuestrar dentro del cese de hostilidades, único
requisito del Gobierno para comenzar de inmediato las
conversaciones.
En lo referente a las oportunidades
que tendrán, Ángel
les habló de cómo el programa de desmovilización
empezará desde lo básico, como aprender
a leer y a escribir a los analfabetas, al tiempo que
reciben capacitación en oficios productivos.
También podrán completar su educación
básica quienes la tengan incompleta y se les
buscará también la posibilidad de que
con sus manos se construya parte de la infraestructura
del país, por ejemplo en los 3200 kilómetros
de carreteras que se adjudicarán en los próximos
meses.
El diálogo fue de casi hora y media. Se absolvieron
muchas inquietudes, se contaron anécdotas de
violencia y de paz. Fue el primer contacto con el Jefe
del Estado quien no cesó en ofrecerles todas
las garantías para que su v ida en adelante
sea tranquila y productiva y al final, sólo
quedó por fijar la fecha del bautismo de los
cuatro pequeños que crecerán y se educarán
alejados de los fusiles.