PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN CONGRESO DE FEDEPALMA
Cartagena, 10 jun. (SNE). El presidente Álvaro
Uribe Vélez clausuró, con las siguientes
palabras, el XXXIII Congreso Nacional de Cultivadores
de Palma de Aceite, que se realizó en el Hotel
Hilton de Cartagena.
“Quiero saludarlos muy afectuosamente. Yo soy
más optimista que el doctor Acuña. En el
año 2001, buscando la candidatura de la Presidencia,
me reuní ampliamente con ustedes en Santa Marta,
si la memoria no me falla, y examinamos allí un
plan que debería tener en marcha el siguiente
Gobierno para contribuir con el gremio. Cuando hago el
recuento de las decisiones tomadas por este Gobierno,
creo que les hemos cumplido y que hemos ido más
allá de lo que vimos en aquella reunión
de 2001.
Este Gobierno se ha propuesto recuperar la agricultura.
Es una necesidad de esta Patria. Esta Patria tiene una
altísima dependencia de la agricultura. El censo
le dice a uno que en Colombia todos los días hay
más población urbana y menos población
rural. Pero lo que no le dice es cuánta población
urbana depende directamente del campo. Y eso no decrece.
Nosotros tenemos viviendo en el campo en áreas
que se consideran rurales a doce millones de ciudadanos.
Pero muchas áreas urbanas son áreas dormitorio
y esos ciudadanos dependen exclusivamente del campo.
Cuando uno mira esta Patria, por ejemplo al año
2019, en esa visión de largo plazo que viene adelantando
Planeación Nacional para discutirla con todo el
pueblo colombiano, que se llama Colombia Segundo Centenario,
encuentra que en el campo se fundamenta buena parte de
las posibilidades de crecimiento de nuestro producto,
de nuestras fuentes de empleo y de nuestra oferta exportable.
Y por eso hemos hecho enormes esfuerzos, a pesar de
las severas restricciones fiscales, para avanzar en estas
materias. Las restricciones fiscales no son un cuento,
queridos amigos. Cuando el presidente Barco le transmitió el
poder a su sucesor, 7 de agosto del año 1990,
el país estaba en equilibrio fiscal. Cuando este
Gobierno empezó el déficit fiscal era del
4,2. Cuando el presidente Barco terminó su administración,
el endeudamiento público colombiano era del 10 – 12
por ciento. Cuando este Gobierno empezó estaba
en el 54 – 56. Aspiramos que este año el
déficit no supere el 2,5. El año pasado
fue excepcionalmente bajo: del 1,2. Y ya el endeudamiento
está por el lado del 46 y confiamos que un tiempo
prudencial lo podamos poner por debajo del 40.
En septiembre de 2002, al mes de haber empezado este
Gobierno, no había dinero con qué pagarle
a los soldados de la Patria. Nosotros tuvimos que derramar
el impuesto a la Seguridad Democrática que muchos
de ustedes pagaron, no sólo para expandir la Fuerza
Pública, como lo hemos hecho, Ministro, con cerca
de 96 mil integrantes adicionales, sino para poder pagar
y sostener la que venía trabajando.
Sin embargo, ¿qué hemos hecho en materia
de incentivos, que apuntan bastante a este sector? Una
de las primeras decisiones fue eliminar el IVA a los
bonos de capital de las empresas altamente exportadoras.
Una segunda decisión fue reducir la exigencia
para que una empresa califique como altamente exportadora.
Antes esa empresa tenía que exportar el 50 por
ciento. Después de nuestra decisión, el
30 por ciento.
Otra medida que se tomó fue devolver el IVA pagado
por adquisición de bienes de capital a todas las
empresas, sin importar que sean o no altamente exportadoras.
Otra decisión que se tomó, que tiene que
haber favorecido la parte industrial de la actividad
de ustedes, fue la eliminación de los aranceles
para los bienes de capital, con alguna restricción:
no podíamos hacerlo para aquellos producidos en
la Comunidad Andina, pero para el resto se eliminaron
esos aranceles. Y los tuvimos eliminados hasta el 31
de diciembre del año pasado.
¿Por qué revivimos el arancel? Porque
los ministros de Hacienda y de Comercio me hicieron esta
reflexión: eliminamos el arancel cuando el dólar
estaba a 2.800 – 2.900 pesos. Con dólar
a 2.350, el importador de bienes de capital tiene un
estímulo en esa reevaluación, que es tan
dañina para los exportadores, pero el importador
de bienes de capital tiene un estímulo muy superior
a la eliminación del arancel. Y dada la situación
fiscal del país y dado que ya no se justificaba,
por el estímulo que estaba obteniendo el importador,
revivimos el arancel.
No es fácil en el discurso fiscal de Colombia,
en el discurso político de Colombia, haber logrado
lo que este Gobierno logró en materia de aprobación
de incentivos fiscales específicos para el sector.
Déjenme referir a dos directos y a uno indirecto
de gran importancia.
Los directos. La exención tributaria a los cultivos
de tardío rendimiento. Donde está la palma,
está el cacao, frutales, el caucho. Directo. La
exención del IVA y del impuesto global al combustible
para el biodiesel.
Uno indirecto bien importante. La deducción tributaria
del 30 por ciento a las inversiones generadoras de renta.
Si bien la norma que crea ese incentivo dice que ese
incentivo no puede coincidir con algunos de los otros
dos a los cuales me referí, de todas maneras si
un grupo empresarial genera utilidades en un sector distinto
a cultivos de tardío rendimiento e invierte en
esos cultivos de tardío rendimiento, el contribuyente
de ese grupo que generó la utilidad, puede por
esa inversión deducir el 30 por ciento.
La verdad es que un Gobierno que está cumpliendo
el tercer año, está obligado a rendirles
cuentas a los colombianos. Y por eso he querido hacer
este repaso, queridos amigos, cuyo costo fiscal todavía
no hemos medido, pero que es de gran importancia. Por
eso a ratos me preocupa muchísimo el discurso
pesimista, sobre todo en un sector que no puede ser pesimista.
Si uno ve este país a largo plazo, la producción
de aceites vegetales es una de sus grandes oportunidades.
Yo he trabajado toda la vida del campo, pero no tengo
veniales de palma. Sin embargo, al escucharlos a ustedes,
al escuchar a los compatriotas de muchas regiones, ustedes
y ellos indican que este producto es un producto llamado
a redimir muchas regiones de la Patria que no tienen
otra alternativa.
Por eso aquí hay un compromiso con la Nación
entera, al cual no podemos ser inferiores. Si nosotros
no hubiéramos visto eso, no habríamos tenido
el interés que tuvimos y que le pusimos a la tramitación
de esos estímulos tributarios. Y a eso sumémosle
el esfuerzo que se han hecho en materia de crédito.
El esfuerzo que se ha hecho en materia del incentivo
de capitalización rural. ¿Cuánto
ha venido dedicando el Gobierno año tras año
en incentivo de capitalización rural, Ministro,
para el sector palmicultor? Eso importante mirarlo.
Ahora, nosotros creímos que estábamos
dando pasos prácticos para que esto creciera.
A mí me gustan las cosas prácticas. El
país habló mucho del alcohol carburante,
pero eso no despegaba. A mí me da mucha pena,
porque hubo durante muchos años ese debate, que
se expidió la ley, y creyeron que ya eso iba a
despegar.
Era yo candidato a la Presidencia y me reunía
permanentemente con los callecaucanos, aquí está el
doctor Ever, y me decía: no, está la ley,
pero nadie va a producir, porque la situación
de impuestos no permite ser competitivos. Eso estaba
embolatado, eso estaba en veremos. Cuando este Gobierno
empezó, hablemos con la verdad, se había
producido una ley, pero eso no se iba cumplir porque
no había quién garantizara el abastecimiento
de alcohol carburante. Si miento me corrigen. Pero eso
fue lo que me dijo el sector azucarero del Valle del
Cauca.
¿Qué tuvo que hacer este Gobierno? Otro
debate fiscal, que bastante le ha costado al Ministro
de Minas y Energía: eliminarle al alcohol carburante
el IVA y el impuesto global al combustible.
Hace algunos meses, me decía el presidente Lula,
que Brasil se está preparando para que dentro
de cinco u ocho años exporte todo su petróleo,
y abastezca toda la necesidad de consumo nacional con
alcohol carburante y con biocombustibles en general.
Yo me pregunto: ¿nosotros por qué tan
pacatos? ¿Nos faltan alientos? No creo. Entonces
hay que echar para adelante, queridos amigos. Hay un
año difícil. Esta revaluación, el
precio internacional. Pero miren, en materia de precio
internacional hay que ver esto: leyendo la literatura
de ustedes, la franja era entre 200 y 700 dólares.
Todo indica que el piso se ha subido de 200 a 400 por
la expectativa del biodisel. Eso es algo bien importante.
Entonces ustedes, queridos amigos, ¿mataron la
culebra y los va a espantar el cuero? Ustedes están
viendo que se subió el piso de 200 a 400 dólares
y que hay todas estas posibilidades que nos acaban de
mostrar, tanto el doctor Acuña como el ministro
Botero, ¿y nos vamos a llenar de miedo?
Yo hice un recorridito estos tres días. Antenoche
me fui a Neiva a reunirme con Cotelco, sector que ha
crecido mucho, y a acompañar a la ciudad de Neiva
que recibió ese congreso, porque es que hacer
un congreso en Cartagena no tiene gracia, hacerlo en
Neiva es muy importante. Me sentía mal de no ir
a Neiva a acompañar al sector turístico,
que había tenido el coraje de hacer su congreso
en Neiva.
Y llegué a dormir a Antioquia a la medianoche,
y ayer estuve con esos muchachos del ELN por la mañana.
A las 7 de la mañana hablándoles de palma,
una de las grandes posibilidades para redimir a esta
zona. En la única parte que no he hablado de palma
esta semana es en Cotelco.
Entonces yo siempre me lleno de preocupación
de encontrar a los voceros gremiales de ustedes tan pesimistas.
No, esto pongámosle cuidado, pero echemos con
todo el entusiasmo para adelante.
Le hablé ayer a las 7 de la mañana a los
del ELN de la posibilidad de la palma, del biodisel.
Ahí me fui a Pereira. Primero estuve por allá donde
vamos a impulsar un parque para estimular el turismo
ecológico en esa zona. Después llegué al
periódico La Tarde y volvía a hablar del
alcohol combustible y del biodisel, dentro de los factores
jalonadores de la economía.
Anoche llegué a Cartagena y tuve dos reuniones
con los señores del foro de inversionistas que
convocó el Gobierno Nacional en coordinación
con la revista The Economist: dos reuniones de biodisel
y alcohol carburante. Esta mañana volví a
reunirme con ellos. De nuevo hablé con ellos del
tema. Me fui a Bogotá a los 60 años de
Fenalco. Volvimos a hablar del tema. Y ahora se me cae
a mí el ánimo cuando encuentro tanto pesimismo
aquí.
Uno no puede ser iluso, pero tampoco puede desconocer
oportunidades. Si hay un sector que tiene oportunidades,
es este sector de ustedes, queridos amigos. Pero hay
que inyectarse de optimismo y de ganas.
¿Cómo le parece? Nos vamos a morir de
miedo un país que tiene, que puede terminar este
año con 280 mil hectáreas de palma africana
y que tiene la posibilidad de tener 3 millones y medio. ¡No,
echemos para adelante!
En uno de sus apartes el doctor Acuña nos decía:
hay que sembrar 50 – 60 mil hectáreas por
año. Y hay que hacer ese esfuerzo.
Yo no sé si ustedes han medido lo difícil
que es para el Gobierno todos esos estímulos tributarios.
Las críticas de la oposición. Hay que ver
la sola batalla del Gobierno con su equipo económico.
La primera oposición a los estímulos tributarios
surge del equipo económico. Hay que ver la batallita
con los centros de estudio de los economistas en Bogotá.
Y los sectores beneficiarios se quedan fríos.
Me parece bien difícil eso para el trabajo que
queremos hacer para sacar estos sectores adelante.
Los costos, los laborales. Estoy de acuerdo con el doctor
Acuña. Es imposible pensar en reducciones. Este
país ha hecho dos reformas laborales recientes:
una en 1990 –-me tocó hacer a mí de
autor de la iniciativa y después ponente–-,
que eliminó la retroactividad, la sustituyó por
la liquidación anual de cesantías. Hoy
hay que preguntarnos qué le hubiera pasado a la
empresa privada colombiana, si hubiera continuado la
retroactividad de cesantías. Más otras
cosas que hicimos.
Y una liderada por nuestro ex ministro, de quien siempre
nos acordamos, Juan Luis Londoño, a los inicios
del Gobierno, que introdujo otros elementos bien importantes.
Entre otras cosas, para intensificar trabajo en Colombia,
anticipando la jornada diurna de las 8 a las 6 de la
mañana y extendiéndola hasta las 10 de
la noche, y haciendo unos ajustes importantes en recargos
y dominicales.
No veo hoy en el contexto político colombiano
y latinoamericano posibilidades de nuevas reformas laborales
en Colombia. Me parece que el camino correcto es el que
han buscado algunos de ustedes, unos esquemas de solidaridad,
de cooperativismo con las organizaciones de trabajadores,
de participación.
Me parece que la gran reforma es ese entendimiento entre
empresarios y campesinos. Esa figura que ustedes se inventaron
del empresario integrador, que crea ese tejido de solidaridad
excelente en Colombia. Y por ahí hay un gran camino
de reducción de costos, vía incrementos,
no quitándole ingresos a la gente, sino vía
incremento de productividad.
El costo de capital. ¿Quién de ustedes
tiene por ahí 100 mil pesos colocados en un banco? ¿Usted
tiene una platica en el banco, doctor Carlos? ¿No
tiene un peso en el banco? ¿Usted tiene por ahí unos
ahorros en el banco? ¿A cómo se los están
pagando? Al 4 por ciento. ¿Cuál es la tasa
de retorno en la palma? 17 – 18. ¿Me incluyó ahí los
incentivos tributarios? ¡Hombre!
Hoy lo que genera costo de oportunidad es no invertir
en palma. Hoy lo que genera costo de oportunidad es llevarse
la plata para el banco. Yo rogaría mirar eso también.
El que tenga dos pesos en el bolsillo, lo lleva a un
banco a que le paguen nada.
Yo tengo 52 años, casi 53. Yo no recuerdo un
período de la vida colombiana con DTF a lo que
ha estado en los últimos tiempos. El esfuerzo
de este Gobierno era bajarla a 9, a 8, que no superara
el 8. Y ha estado por ahí, esta semana está a
7,17 – 7,19. La semana pasada estuvo a 7,12. Y
en esa tarea estamos.
Miren: esa deducción tributaria a las inversiones
generadoras de renta, también reduce infinitamente
el costo de capital. Que todavía tengamos desventajas
competitivas allí, pero se han venido corrigiendo.
Se han venido corrigiendo enormemente en lo laboral y
en el costo de capital. Y creo que hay manera de seguir
en esa tarea.
El ministro Botero se refirió a las preocupaciones
del doctor Mauricio sobre la CAN.
El Fondo de Estabilización. Ceo que hay que defenderlo.
Se lo he dicho mucho al Ministro de Agricultura. No presentarlo
como un fondo oficial, que no lo es, sino presentarlo,
en el conjunto del comercio internacional, como un acuerdo
de productores y manejándolo como una cuenta privada.
Nadie les puede prohibir a unos productores guardar excedentes
de la estación de las vacas gordas, para gastar
en la estación de las vacas flacas. Lo importante
es que eso no tenga apariencia ni fondo de imposición
oficial, sino un mero acuerdo de productores, un mero
acuerdo privado.
Mi sugerencia es que en lugar de empeñarnos en
decir que no se puede sostener, se le transforme claramente
todo lo que haya que transformar, para que sea y aparezca
como una mera cuenta privada. No creo que los organismos
internacionales de comercio puedan objetar una cuenta
privada. Es mi respetuosa sugerencia al oído de
mis compañeros de Gobierno y al oído de
ustedes, porque a mí sí me parece bien
importante.
Lo del TLC. Mire, nosotros no tenemos aproximaciones
ideológicas al TLC. A mí por ejemplo ahora
que hablaban de lo de México me preocupa. Una
de las diferencias entre el TLC que nosotros buscamos
y los fenómenos que gravitaron sobre la agricultura
en la década de los 90, es la siguiente:
Con México se hizo un acuerdo de comercio y se
dejó por fuera el sector agrícola. Y ustedes
ven cómo, a pesar de que han aumentado nuestras
exportaciones a México, cómo es de amplia
esa balanza en favor de México.
Logramos hace poco que nos desmontaran o nos dieran
unas certificaciones para exportar leche y lácteos
a México, pero los aranceles no nos dejan. Y aquí les
abrimos el mercado a muchos productos mexicanos y no
abrimos allá el mercado para nuestros productos
del sector agropecuario. Hay que hacer el esfuerzo a
ver cómo lo corregimos.
Fue lo que pasó con la apertura. Esta semana
me preguntaba un periódico de Neiva: una definición
bien elemental de la diferencia entre principios de los
90 y el TLC. Miren, aquí no hay nada ideológico,
aquí todo esto es buscándole mercado a
los productos colombianos. La diferencia puede ser que
en una etapa se entregó el mercado colombiano,
en esta etapa lo que estamos buscando es acceder a mercados
a los cuales tenemos dificultades.
Ustedes mismos me han facilitado una literatura sobre
el porvenir del aceite de palma como aceite de consumo
humano, a raíz de las últimas orientaciones
de la ciencia.
Están los Transfat y los Saturated Fat. El de
ustedes es Saturated, que produce un colesterol bueno,
en cantidades muy aceptables y muy superiores a los Transfat.
Hay mucho entusiasmo en que eso va a tener un impacto
muy favorable en los hábitos de consumo y algunos
de ustedes dicen que ya lo empiezan a sentir en los pedidos.
Hace poco la revista The Economist trajo un artículo
que se llama Biofuels. Se lo mandé a los ministros
Botero, Mejía, Arias y al presidente de Ecopetrol.
A mí me impresionó ese furor. Los alemanes
están haciendo diesel de pastos, de unos pastos
naturales. A mí me impresionó eso.
Entonces, esto que ocurre de que hay una recomendación
médica en favor de estos aceites y ese furor mundial
por los combustibles biológicos, nos dan una gran
oportunidad. Ustedes son los que saben de la materia.
Yo soy un Presidente que cree en la actividad de ustedes,
que le ve una gran alternativa para Colombia, que hemos
procurado que el Gobierno los apoye, pero los que saben
son ustedes. Creo que todo eso está incidiendo
en haberles cambiado el piso de precio, en que ya el
piso no está en 200 sino en 400, motivo para ser
optimistas.
Quedo preocupado al oír al doctor Acuña
en el tema de nuestras demoras para la reglamentación
de una utilización razonable del biodiesel para
mezclarlo con el diesel fósil.
Habíamos hecho una reunión a principios
de año en la Presidencia con la junta directiva
de ustedes, los ministros de Agricultura y Minas, y habíamos
quedado en que aceleraríamos el proceso de reglamentación.
Ojalá esa reglamentación la tengamos rápidamente.
¿Qué restricciones le ven ustedes, doctor
Acuña, a la reglamentación que ha anunciado
el Ministro?
¿Y en cuantificación de porcentajes están
de acuerdo?
Mire, uno tiene que resolver muchas cosas científicas
con lógica aristotélica. Les sugiero lo
siguiente: trabajen inicialmente un porcentaje obligatorio,
pero den la facultad en esa reglamentación de
excederlo.
Porque me da mucho miedo que si salimos con un porcentaje
muy pequeño, nada hagamos. Y mi preocupación,
al escuchar al doctor Acuña, es que no acelerar
la instalación de esas plantas y la producción
del biodiesel para la mezcla, les está costando
25 millones de dólares al año. Eso fue
lo que nos dijo ahora en su exposición. Eso sí me
preocupa.
Entonces mi sugerencia a mis compañeros del Gobierno
es que aceleremos cuando antes esa reglamentación
y avancemos todo lo que podamos en porcentaje, y rápidamente.
Para allá va el mundo. Y con el petróleo
los más optimistas dicen que en 40 años
hay que sustituirlo, y eso se va en nada.
Luis, ¿cuándo crees que podrías
entregar esa reglamentación y con un porcentaje
alto de mezcla?
MINISTRO DE MINAS: Venga yo me paro y doy la cara. El
tema es que el producto puede ser viable técnicamente,
pero hay que buscarle la viabilidad financiera, y la
viabilidad financiera parte del mercado.
¿Y cuál es el mercado del biocombustible?
Los vehículos. Y los vehículos tienen una
característica, y es que tienen una garantía
que tenemos que tener en cuenta. Nosotros no podemos
sacar un combustible sin tener la aprobación de
quien da la garantía del vehículo, porque
entonces van a terminar ustedes o nosotros pagando esas
garantías, y de pronto eso nos vale más
de los 25 millones, doctor Acuña.
Entonces lo que tenemos que hacer es reunir a los fabricantes
de vehículos, que nos dispongan unos vehículos
y empezar a hacer las mezclas y hacer unas pruebas de
largo aliento, para que estén conformes y den
la certificación de garantía con la utilización
del biodiesel. Y a partir de ahí nos lanzamos
a hacer las mezclas.
¿Qué tan rápido lo podemos hacer?
Ojalá muy rápido, pero tenemos que hacer
pruebas, porque no podemos nosotros asumir la contingencia
de las garantías de los vehículos.
Ustedes tienen tractores. Si ustedes compran un tractor
nuevo y el dicen al proveedor que lo van a operar con
biodiesel, y el proveedor les dicen que entonces pierden
la garantía, estoy seguro que ustedes no le van
a echar biodiesel. De pronto al tractor viejito sí,
porque ya no tiene garantía. Hay que hacer compatibles
todas esas cosas.
PRESIDENTE: Ministro, ¿la maquinaria agrícola
consume qué porcentaje del diesel de Colombia?
MINMINAS: Muy poquito, Presidente, es una fracción
de lo que se consume.
PRESIDENTE: ¿Y la maquinaria industrial?
MINMINAS: Nosotros tenemos un consumo diario de 76 mil
barriles de Acpm dirigido a todo el sector. Es muy poca
la maquinaria agrícola y la maquinaria industrial
que usa diesel.
PRESIDENTE: Poniéndole cuidado a la intervención
del doctor Acuña, él hablaba de una mezcla, ¿de
cuánto?
ACUÑA: La capacidad de producción de aceite
nos podría dar un margen del 5 por ciento. Las
normas europeas y en Alemania están hablando que
diesel es la mezcla de 95 por ciento de diesel y 5 por
ciento de biodiesel.
PRESIDENTE: Al Ministro le he escuchado decir que con
el 5 por ciento inicialmente no hay problema.
MINMINAS: Porque en Europa consideran la mezcla del
5 por ciento como petrodiesel.
PRESIDENTE: La reglamentación que saldría
en julio autorizando ya una mezcla del 5 por ciento…
MINMINAS: La reglamentación que sale en julio
es la reglamentación del biodiesel como tal, la
materia prima biodiesel. Es una reglamentación
estándar, muy ajustada a la norma ASTM americana
A partir de ahí tenemos que sacar la norma de
calidad del diesel mezclado con el biodiesel, porque
ahí hay que tener mucha claridad de cuáles
son las emisiones que nos generan nuestras mezclas. No
podemos tomar las de Europa ni las de Estados Unidos,
porque allá se están utilizando aceites
fósiles de menos de 30 partes por millón
de azufre. Y el resultado de esa combinación es
bien diferente de lo que nos va a salir a nosotros acá,
con mil ó 4 mil partes por millón de azufre.
Yo también tengo la preocupación de ustedes
de que tenemos que buscar una alternativa y la vamos
a encontrar y definitivamente los biocombustibles son
una realidad. Los tenemos que echar adelante y aquí vamos
a hacer biodiesel y aquí vamos a utilizar biodiesel.
Pero tratemos de que las contingencias por esa decisión
sean lo menor posible.
PRESIDENTE: A mí me preocupa esto”.