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VIDEOCONFERENCIA DEL PRESIDENTE URIBE CON LA COMUNIDAD
SUECA
Bogotá, 14 jun (SNE).- La
siguiente es la videoconferencia realizada por el
presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, con miembros de la comunidad Sueca
(Gobierno, Parlamento, academia y organizaciones no
guberamentales) que participaron en el Seminario Colombia,
promovido por nuestro país.
“Álvaro Uribe Vélez. Presidente
de la República. Me complace mucho poder tener
esta reunión y en medio de una controversia
constructiva, democrática, con algunos de ustedes,
entrar a dar mis puntos de vista.
Este Gobierno considera como
terroristas a los grupos armados al margen de la
ley, mientras estén
utilizando la violencia. En el momento que acepten
dejar de utilizar la violencia, el Gobierno entra a
negociar con ellos. Prueba, es que hoy tenemos 12.100
reinsertados y el número crece, todos los días
hay más reinsertados. Más o menos la
mitad de esos 12.100 corresponden a las guerrillas
y la mitad a los grupos paramilitares.
¿Por qué los
hemos llamado terroristas?, por lo siguiente: porque
Colombia no es una dictadura.
La insurgencia en América Latina, en alguna
forma, se legitimó por su lucha contra las dictaduras
y por su lucha por el mejoramiento social de los países.
En Colombia tenemos todo lo contrario. En Colombia
tenemos una democracia profunda, una democracia que
todos los días ha sido más garantista.
Y lo que hemos visto en área social, es que
estos grupos violentos lo que han hecho es agravar
la situación social en lugar de mejorarla, han
espantado la inversión, han producido el desplazamiento
de cuatro millones de colombianos al extranjero, han
producido un desplazamiento interno de dos millones
de colombianos, han aumentado la pobreza, han aumentando
el desempleo.
¿Que Colombia tiene un problema social muy
grave?, sí lo tiene.
En Colombia tenemos un 48 por
ciento de la población
que vive bien, en un modelo social respetable, presentable
en cualquier parte del mundo y un 52 por ciento de
la población que vive en pobreza. Pobreza que
tenemos que reivindicar.
Pero ¿podemos, a partir de ese problema social,
reconocer la legitimidad de la violencia?: de ninguna
manera, porque esa violencia en lugar de ser solución,
ha sido concausa de ese problema social.
Ahora, comparemos la situación de la democracia
colombiana con las dictaduras que hubo en otros países
y que en cierta forma le dieron legitimidad a la lucha
armada contra esas dictaduras.
Colombia, todos los días ha profundizado más
su democracia, veámoslo: en la década
de los 80’s Colombia introdujo la elección
popular de alcaldes. En la Constitución de 1991,
Colombia introdujo la elección popular de gobernadores.
En Colombia se elige, popular y directamente a 32 gobernadores,
a 1.096 alcaldes. Este Gobierno ha sido particularmente
cuidadoso con la seguridad con concepto democrático
para que todo el mundo pueda ejercer sus derechos democráticos.
En las elecciones de 2003,
por primera vez, ganaron alcaldías tan importantes como la de Bogotá,
gobernaciones tan importantes como la del Valle del
Cauca. Y en muchas partes del país, personas
provenientes de partidos alternativos a los tradicionales,
de partidos integrados por antiguas guerrillas, de
partidos realmente de oposición. ¿Qué hizo
el Gobierno?: los protegió eficazmente como
candidatos, les reconoció todos sus derechos,
les garantizó la eficacia de esos derechos.
Y estos gobernantes locales vienen ejerciendo sus espacios
de gobierno con todo el respeto por parte del Gobierno
Nacional.
En Colombia, en los últimos meses, han sido
elegidos 173 alcaldes. El pasado domingo fueron elegidos
cinco. ¡Todos los candidatos rodeados de plenas
garantías! Más de 50 de esas 173 alcaldías
han sido ganadas por candidatos de la oposición.
¡Aquí, todos los días, hay más
libertades! Ustedes miren otros países del Continente,
donde se suprimieron las libertades, con el pretexto
de luchar contra los violentos, en Colombia hemos profundizado
las libertades.
Entonces, tenemos más democracia, tenemos más
libertades, tenemos todas las oportunidades para que
las diferentes expresiones del pensamiento se manifiesten.
Y eso nos ha llevado a la siguiente
conclusión:
cuando uno lee muchas legislaciones europeas, encuentra
que esas legislaciones definen como terrorismo cualquier
acción armada, cualquier acción de uso
de fuerza o de amenaza de uso de fuerza por razones
ideológicas, por razones políticas, por
razones religiosas. ¿Por qué?, porque
esas democracias son pluralistas, abiertas, garantistas.
Lo mismo podemos decir en Colombia:
aquí hay
una democracia abierta, pluralista, garantista. Esa
democracia debe exigir que contra ella no se luche
por la vía armada y por eso la vía armada
aquí, la definimos como terrorismo.
Además hay que considerar la financiación
de estos grupos, que es una financiación eminentemente
terrorista, proveniente del narcotráfico y proveniente
del secuestro. Y además hay que considerar las
acciones delictivas de estos grupos, sus acciones indiscriminadas
contra la población civil.
Ya por ejemplo, no enfrentan
militarmente a los soldados y a los policías, los enfrentan es, simplemente
con explosivos, con minas antipersona. Y ese tema de
las minas antipersona sí que es importante.
Mientras estos grupos terroristas,
en el último
año, han afectado con minas antipersona a 600
integrantes de la Fuerza Pública, el Ejército
de Colombia ha destruido las minas antipersona que
le quedaban, por razones pedagógicas, por razones
académicas.
Ahora, la circunstancia de
que nosotros los denominemos terroristas, no cierra
el espacio de la negociación.
A mí me han dicho: ‘¿cómo
los llaman terroristas y cómo quiere negociar
con ellos?’, muy fácil, por eso hemos
exigido, como condición para iniciar el diálogo
el cese de hostilidades.
Hemos dicho: si hay cese de
hostilidades, no se necesita que se desmovilicen,
no se necesita que se desarmen.
El desarme y la desmovilización pueden ser puntos
de llegada del proceso. Pero para que el proceso tenga
un punto de inicio, se necesita el cese de hostilidades.
Pregunta. Miembro de una
Ong: Primero
quiero decir gracias por esta oportunidad de hablar
directamente
con Usted. La pregunta es: ¿cómo ve Usted
el rol, el papel, de las Ong’s internacionales
y nacionales en este proceso de paz y también
en el trabajo de los derechos humanos? Y ¿ve
y usted alguna necesidad de mejorar la comunicación,
y si es así, tiene claves para mejorar la situación,
entonces?
Presidente de la República: Muchas gracias.
Para nadie es un secreto que he tenido discrepancias
profundas con Ong’s. Para nadie es un secreto.
Ahora, lo digo con inmenso respeto, todo el mundo conoce
las discrepancias que he tenido con algunas Ong’s,
pero yo respeto en términos generales, el trabajo
de las Ong’s. Y quiero reiterarles que tienen
todas las garantías en Colombia.
A lo largo de estos tres años –que cumplirá mi
Gobierno en agosto- las Ong’s han tenido controversias
conmigo como Presidente, pero han estado rodeadas de
todas las garantías en Colombia.
Ahora, uno no puede generalizar
frente a las Ong’s,
hay Ong’s frente con las cuales nosotros no podemos
estar de acuerdo porque su acción viola la ley
colombiana. Si una Ong le da dinero a un grupo terrorista,
eso es una clara violación de la legislación
colombiana. La legislación colombiana que yo
juré cumplir y hacer cumplir.
Pero si una Ong es, simplemente,
crítica del
Gobierno, trabajadora de los derechos humanos; el Gobierno,
así discrepe de ella, tiene que respetarla y
es lo que ha venido ocurriendo en Colombia.
Quiero repetir –pues- toda nuestra decisión
de dar todas las garantías a las Ong’s,
reservando el derecho a nuestra discrepancia con conceptos
de algunas Ong’s y advirtiendo que en el caso
de que Ong’s violen la ley –como lo hace
alguna Ong que financia grupos terroristas- el Gobierno
no puede ser indiferente frente a ese tema.
Ahora, todos estamos comprometidos
en los Derechos Humanos. Yo he llamado el proyecto
de Seguridad –que
tenemos en Colombia- un proyecto de Seguridad Democrática
por lo siguiente: primero, para establecer la diferencia
con el periodo histórico en el cual América
Latina fue recorrida por la doctrina de la Seguridad
Nacional. Esa doctrina se utilizó como una herramienta
de seguridad para combatir el disenso, para macartizar
la oposición, para suprimir las libertades.
La Seguridad nuestra es diferente,
la Seguridad nuestra protege el disenso. En Colombia
hoy se protege con
igual empeño al más caracterizado defensor
de las ideas de Gobierno, y al parlamentario más
duro y crítico de las ideas de Gobierno.
Y he llamado esta Seguridad
Democrática, por
otras dos razones: porque esta seguridad abraza los
derechos humanos y porque nosotros cumplimos nuestra
tarea de seguridad sin aliarnos con grupos de bandidos
para perseguir a otros bandidos.
¡Nosotros cumplimos nuestra
tarea de seguridad apelando exclusivamente a las
Fuerzas institucionales
del Estado!
Hemos dicho, que hay que ser
tan eficaces como transparentes. Y la transparencia
se basa en los derechos humanos
y en la apelación exclusiva a la institucionalidad.
Hemos luchado para que se defienda
a grupos que en el pasado fueron muy vulnerables,
como los líderes
sindicales. En el año 2001, fueron asesinados
en Colombia más de 165 integrantes de sindicatos,
de organizaciones de trabajadores. Yo quisiera decirle
al mundo, a la comunidad Sueca, que ya no hay asesinato
de líderes sindicales en Colombia. Sin embargo,
todavía tenemos dificultades, este año
nos han asesinado siete personas vinculadas a organizaciones
sindicales. Es mucho menos que lo que ocurrió en
2001, cuando asesinaron más de 165, pero nosotros
queremos decirle al mundo que ha llegado un día
en el cual hay cero asesinatos de líderes sindicales
en Colombia.
Y quiero darles una buena noticia.
Todos los días,
de acuerdo con el registro de Embajadas, el registro
de la Defensoría del Pueblo, el registro de
la Procuraduría General de la Nación,
hay menos quejas de violación de derechos humanos,
contra la Fuerza Pública de Colombia.
La Fuerza Pública de Colombia quiere derrotar
el terrorismo con transparencia, con adhesión
total a los derechos humanos. La lucha por los derechos
humanos es de ustedes y es nuestra.
La sociedad colombiana no se
reconcilia sino alrededor de una seguridad garantista
de los derechos humanos
y para poder derrotar el terrorismo y mantener una
política de seguridad sostenible en un país
de opinión, la opinión tiene que darse
cuenta que hay compromiso de los derechos humanos.
Pregunta. Miembro de
agencia de cooperación
Ecuménica Sueca, con trabajo en Colombia: Quiero
empezar por felicitarlos por los avances que han tenido
con esta nueva ley, el marco jurídico, que es
algo en lo que hemos enfatizado mucho y lo vemos como
algo muy importante para el seguimiento del proceso.
Y con respecto a esa misma ley, se presenta este marco
jurídico como una solución pragmática,
una solución negociada con ciertas deficiencias
en términos de los derechos y los principios
de verdad, justicia y reparación. Eso, todos
podemos entender que será difícil llegar
al 100 por ciento de esos derechos.
En nuestra manera de ver y
analizar otras experiencias históricas de procesos de post conflicto, no
estamos viendo tanto, esos derechos, como fundamentalismo,
un norte hacia el cual debemos apuntar pero que luego
debemos –digamos- deshacernos con un alcance
intermedio, sino que realmente, según nuestra
experiencia, lo que requiere una Nación en duelo
y en post conflicto para poder curar sus heridas y
poder salir adelante como una Nación reconciliada.
Ahora se presenta esta ley con ciertas deficiencias,
que se puede entender, en los tres principios.
Eso, entonces, según ese análisis conllevaría
ciertos riesgos de que la paz no sea duradera y la
reconciliación no sea verdadera. Yo estoy seguro
que Usted está muy conciente de los riesgos
que existen por tal motivo, pero me gustaría
escuchar cuáles riesgos ven ustedes con la ley
y cuáles serían las medidas para enfrentarlo,
en ese caso.
Presidente de la República: Le voy a contar
algunas características de la ley.
1) La hemos discutido en un
largísimo proceso.
Todo el mundo ha opinado y el Gobierno ha sido receptivo
a introducirle modificaciones al proyecto.
2) Hemos dicho que la ley es universal, para aplicarla
por igual a los mal llamados paramilitares y a guerrilleros.
3) Hemos dicho que la ley tiene que ser equilibrada,
un buen balance entre paz y justicia.
4) Hemos dicho que la ley tiene
que ser creíble
y un elemento de que la ley es creíble, es la
cantidad de desmovilizaciones que se han dado hasta
hoy. Todavía, sin que esté aprobada la
ley, llevamos más de 12.100 desmovilizados.
Eso no tiene antecedentes en Colombia, a pesar de no
haberse aprobado la ley.
Es la primera vez que en Colombia
una ley de paz se preocupa por el tema de justicia
y por el tema de la
reparación. En el pasado, solamente, importaba
la reconciliación, importaba la desmovilización
y hacía caso omiso de la justicia, caso omiso
de la reparación. Ahora, la ley es un buen balance
entre la búsqueda de la paz y la búsqueda
de la justicia y la reparación.
5) Hemos dicho, que en nombre de la paz, no se puede
llegar a la impunidad, pero que en nombre de la justicia,
no se puede olvidar que la ley es una ley de paz no
una ley sometimiento.
Estos son los principios generales que la enmarcan.
Por ejemplo, frente a los delitos
atroces: la ley no permite amnistía, no permite indulto, porque
al Constitución colombiana es muy clara en esa
materia y los tratados internacionales –de los
cuales Colombia es signataria- también impiden
amnistía e impiden indulto por delitos atroces.
Segundo, la ley es para personas
que estén
en grupos guerrilleros o paramilitares, no para personas
que estén en narcotráfico.
Ahí se presenta un problema: hoy las guerrillas
y los paramilitares en Colombia están contaminados
de narcotráfico. Tenemos una enorme dificultas.
Entonces, estamos buscando que la ley de las señales
más claras en el sentido de que se le aplique
a quienes, por lo menos, hayan tenido como objeto principal
la actividad del paramilitarismo o la actividad de
la guerrilla, así estén contaminados
con el narcotráfico.
Hemos encontrado problemas
muy difíciles, que
los pongo sobre la mesa para que la opinión
pública los analice. Por ejemplo tenemos casos
de personas que antes eran narcotraficantes y este
Gobierno los recibió como paramilitares –porque
los encontramos como paramilitares- . Ahí tenemos
una enorme dificultad.
Entonces, ¿qué hemos propuesto?: que
la ley, a esas personas, se les aplique solamente frente
a los delitos que han cometido durante su permanencia
y con ocasión de su permanencia en grupos paramilitares.
Que si cometieron delitos de narcotráfico con
antelación, esos delitos no pueden recibir el
beneficio de la ley.
Tenemos otros temas sumamente
difíciles, que
han sido injustamente tratados en el debate político,
el de la conexidad. En Colombia, si alguien comete
un delito político y simultáneamente
comete un delito de narcotráfico, el delito
político no subsume, no acumula el de narcotráfico
porque no hay conexidad. En la ley se reitera que no
hay conexidad, como ha quedado claro desde que Colombia
firmó la convención de Viena.
Se está haciendo un gran esfuerzo para indemnizar
a las víctimas. Yo lo reconozco a la comunidad
Europea, a ustedes en la comunidad Sueca, que reparación
total de las víctimas es imposible.
Justamente, hoy 14 de junio,
hace 22 años que
la Farc asesinó a mi padre. Yo pertenezco a
una de esas familias del 50 pro ciento de las familias
de Colombia que han sido víctimas de esta violencia.
22 años, yo ya viejo, y sin embargo desde las
horas de la madrugada me repica el dolor. He estado
hoy, rezándole a mi padre para que nos ayude
desde el cielo, y me ayude, a no equivocarme en la
orientación de Colombia.
Pensaba esta mañana: nada repara el dolor,
nada repara el dolor. Pero estamos haciendo un gran
esfuerzo para que esos bienes adquiridos por estos
grupos, tengan que entregarlos como condición
para el beneficio de la ley. Y tengan que entregarlos
a un fondo que se dedicará a la reparación
de las víctimas.
Y ese esfuerzo no es aislado.
En un Gobierno anterior, siendo ministro el doctor
Carlos Holmmes Trujillo,
hoy nuestro embajador en Suecia, se aprobó una
ley que se llama de extinción de dominio, para
que el Estado confisque los bienes mal habidos por
los diferentes grupos delincuenciales de Colombia,
confisque el enriquecimiento ilícito. Este Gobierno
tramitó una ley que agiliza el procedimiento
para confiscar bienes ilícitamente adquiridos.
Con esos bienes, más los bienes que deban entregar
las personas que se sometan a la ley que se está aprobando,
aspiramos tener un fondo que ayude, por lo menos, a
avanzar en la reparación económica de
las víctimas. Y en lo posible, hay que inducir
toda esa reparación sicológica, todo
ese perdón que los victimarios deben pedir a
las víctimas para reconciliar la sociedad colombiana.
Les acepto, reparación total no hay. ¿Saben,
cuál creo yo, va a ser la gran reparación?:
que este país pueda vivir en paz.
Reparación total frente a las víctimas
no habrá. Mi ilusión es que haya reparación
total frente a las nuevas generaciones, que las nuevas
generaciones puedan vivir con la paz con que no ha
podido vivir la generación, que por ejemplo,
yo represento.
Pregunta. Miembro de
la Cancillería Sueca: Quisiera
hacerle una pregunta refiriéndome a
informaciones que nos están llegando hoy, sobre
sugerencias del Gobierno, de introducir cambios a la
ley de Justicia y Paz a último minuto –para
decirlo así-. ¿Cuáles son estos
cambios y por qué son necesarios estos cambios
en este momento?
Presidente de la República: El Gobierno ha estado en un permanente debate dando
sus puntos de
vista, recogiendo puntos de vista.
El informe que tengo del Ministro (del Interior y
de Justicia, Sabas Pretil de la Vega) y el informe
que tengo del Alto Comisionado (para la Paz, Luis Carlos
Restrepo) es que se van a proponer unos ajustes, no
mayores, en las Plenarias.
Por ejemplo, para que quede
claro que, si una persona cometió un delito de narcotráfico antes
de pertenecer a estos grupos, por ese delito no recibe
beneficios, puede recibir beneficios solamente por
los delitos cometidos como paramilitar o como guerrilleros
y con ocasión de la permanencia en esos grupos.
Nosotros hemos dejado absolutamente
claro que no hay conexidad. Le informaba que no puede
haber conexidad
de los delitos políticos con delitos por ejemplo,
como el narcotráfico, etcétera.
Me informaba el Comisionado
que se ha aceptado la propuesta de algunos parlamentarios,
como la doctora
Gina Parody, para extender los periodos procesales
a fin de que los jueces tengan más tiempo para
la investigación. Esos son temas que se vienen
clarificando.
Esto hace parte de una postura
del Gobierno de manejar el tema con total buena fe,
con total apertura, con
todas las cartas sobre la mesa. ¿Por qué?,
porque estamos haciendo un ensayo en Colombia, que
no habíamos hecho en el pasado: buscar la paz,
pero no preocupados solamente por la paz, preocupados
también por la justicia y por la reparación
a las víctimas.
Confiamos que la ley sea aprobada
en esta semana final del Congreso y que sea la ley
más indicada para
manejar este tramo de la vida colombiana.
Es muy importante que quienes
están preocupados
en Europa por la ley, sepan que la ley es para aplicarla
por igual a paramilitares y a guerrilleros. Porque
una de las cosas que me preocupa, es que muchos dicen
que hay que darles un tratamiento diferente, que a
la guerrilla hay que perdonarle todo y que con los
paramilitares no puede haber procesos de paz. Es imposible
diferenciarlos hoy.
Hoy hay que tener un mismo
tratamiento, hay que brindar un mismo tratamiento
a unos y a otros. Ambos violan
el ordenamiento jurídico y uno no puede distinguir
el dolor de las víctimas por el origen del victimario.
Sea cual sea el victimario, el dolor de las víctimas
es de la misma intensidad.
Pregunta. Diputado
del Parlamento Sueco de la comisión
de asuntos internacionales: después de las guerras
es muy común ver problemas, después del
post conflicto. Normalmente combatientes que no tienen
alguna posición fija y propia y tampoco tiene
posibilidades económicas para mantenerse en
el futuro. ¿Qué programa tiene Usted
para la reintegración de personas relacionadas
a los terroristas y qué programa tiene para
cambiar la producción de narcóticos?
Presidente de la República: Muchas gracias
honorable Parlamentario. Usted me pregunta por el tema
de la reinserción y por el tema de la sustitución
de cultivos.
Hoy tenemos más de 12.100 personas en reinserción,
van a ser muchos más por las desmovilizaciones
que se esperan para los próximos días. ¿Qué estamos
haciendo nosotros?, dándoles a esas personas
oportunidades integrales, oportunidades de educación,
oportunidades de formación para el trabajo.
Les estamos pagando una suma de dinero al mes para
que ellos, mientras estudian, mientras se rehabilitan
psicológicamente, tengan la garantía
de esos ingresos.
Y estamos buscando cómo patrocinarles proyectos
productivos y cómo encontrarles empleo. Me gustaría
que el Parlamento Sueco viniera a Colombia y viera
cómo estamos adelantando ese programa de reinserción
que necesitamos, además, que nos ayuden. Es
muy difícil, es muy costoso. Este año
el Gobierno –que presido- se gasta en reinserción
más de 80 millones de dólares. Pero es
totalmente necesario ese programa. Y lo hemos hecho
con toda generosidad.
Sustitución de cultivos. Le voy a hablar de
manera general y específica.
De manera general. Lo fundamental
es recuperar la economía. Este Gobierno encontró un desempleo
llegando al 20 por ciento. Está en el 12 por
ciento y queremos bajarlo rápidamente a menos
de 10 por ciento. Llevamos 34 meses de Gobierno y ahí hay
un resultado bien importante.
Nosotros tenemos un programa
de promoción de
la pequeña empresa, que creo es el más
exitoso de América Latina. La cartera para el
microcrédito en Colombia ha crecido un 190 por
ciento en este Gobierno.
Colombia había perdido en los años anteriores,
un millón de hectáreas agrícolas.
Este Gobierno ha recuperado 400 mil y vamos en el camino
de recuperarlas todas.
Ya específicamente, para sustitución
de cultivos, es muy importante avanzar con el café orgánico,
es muy importante lo que se está haciendo en
algunas zonas de Colombia: promover los frutales amazónicos,
promover palmitos. Es muy importante promover la palma
africana para la producción de aceite comestible
y para la producción de biodisel.
Colombia empieza este año un cultivo muy importante,
una acción económica muy importante,
que es la producción de alcohol carburante.
Y en los próximos años, Colombia empezará a
producir biodisel. Esos cultivos para generar alcohol
carburante –con yuca, caña-, esos cultivos
para generar biodisel con palma africana, son cultivos
muy importantes para sustituir cultivos ilícitos.
Estamos promoviendo, también, el cacao.
Y todos esos cultivos para
los campesinos, están
recibiendo crédito e incentivos del Gobierno.
Me gustaría que una comisión de Parlamento
sueca, visitara las regiones donde promovemos esos
cultivos.
Y hay un punto muy importante,
guárdenlo en
la mete de ustedes, nuestro programa de Familias Guardabosques.
Colombia es uno de los países más ricos
del mundo en biodiversidad, es uno de los países
más ricos del mundo en disponibilidad de agua
dulce por unidad de superficie.
Si ustedes miran el mapa de
Colombia es una inserción
de norte a sur, en la selva amazónica. Las drogas
ilícitas nos han destruido un millón
700 mil hectáreas de selva amazónica
en Colombia. Para recuperar eso, tenemos un programa
bellísimo que se llama Familias Guardabosques:
familias de campesinos que estaban en la droga. Y hemos
hecho ese acuerdo con ellos para que cuiden el área
libre de droga, cuiden la recuperación del bosque
tropical y el Gobierno le paga a cada familia dos mil
dólares al año.
Tenemos 33 mil familias en
ese programa, necesitaríamos
muchas más. Ahí nos puede ayudar enormemente
la Unión Europea, nos puede ayudar enormemente,
Suecia.
Este país tiene un millón 164 mil kilómetros
cuadrados de superficie y por fortuna todavía,
578 mil kilómetros. Una extensión superior
al tamaño de Francia, se encuentra en selva.
Eso indica la pertinencia de nuestro programa de Familias
Guardabosques.
Carlos Holmmes Trujillo.
Embajador de Colombia en Suecia: Antes de
que le formulen la siguiente pregunta,
le informó que precisamente el Parlamentario,
quien acaba de preguntarle, esta promoviendo un viaje
de una delegación parlamentaria a Colombia,
posiblemente para finales del mes de agosto, Presidente.
Pregunta. Integrante
de una Ong, la Fundación
Sueca para los Derechos Humanos. Tengo una
pregunta con relación al cese de hostilidades en las
negociaciones actuales con las autodefensas. Como menciono
Usted, el cese de hostilidades fue la condición
para iniciar o para entrar en las negociaciones actuales.
Nos llegan informes increíbles y preocupantes
sobre violaciones de ese cese de hostilidades. ¿Cómo
manejar este problema, por qué siguen ocurriendo
esas violaciones al cese de hostilidades y cuáles
van a ser las consecuencias para los responsables?
Presidente de la República. Yo quiero hablarles
desde el corazón y con toda claridad.
Primero, no todos los grupos
paramilitares se comprometieron en el cese de hostilidades,
varios de esos grupos están
por fuera del proceso y el Gobierno los ha perseguido
implacablemente.
Yo rogaría entender esto: este es el primer
Gobierno que emprende una acción implacable
contra los paramilitares. Llevamos casi 10 mil paramilitares
traídos a la cárcel y alrededor de 1.200
dados de baja por las fuerzas institucionales del Gobierno.
Si ustedes miran lo que había con antelación
a este Gobierno, se dan cuenta que este Gobierno ha
emprendido seriamente el combate militar a los grupos
paramilitares.
Segundo, los grupos paramilitares
que se comprometieron en el cese de hostilidades,
son varios. Algunos de
ellos lo han cumplido rigurosamente, otros no. Cuando
se han presentado casos de violaciones, el Gobierno
ha ordenado toda la acción militar contra ellos.
Hoy, por ejemplo, al señor Murillo Bejarano,
alias ‘Don Berna’, cuando la justicia lo
llamó, todavía sin condenarlo, pero a
que respondiera en un proceso de investigación
penal por un crimen, el Gobierno ordenó que
la policía entrara a la zona de ubicación
a detenerlo. La Policía entró y a los
días de estar en esa persecución, él
pidió una negociación y la negociación
a la cual se llegó con él es la siguiente:
el Gobierno lo recibe como desmovilizado, no regresa
a la zona, se le ubica en un sitio definido por el
Gobierno –donde hoy está-, un sitio rural,
visible por cualquier ciudadano de Colombia o del extranjero –me
gustaría que lo mirarán-, austero. Ese
sitio está controlado totalmente por la Policía.
El señor se ha comprometido a desmontar toda
la infraestructura de paramilitarismo que tiene a su
cargo y esta a ordenes de la justicia. Mañana
se espera una desmovilización de gran importancia,
de personas que han estado a cargo de este señor.
Entonces una respuesta muy
clara, nosotros, lo que hemos exigido es avanzar
hacia el cese de hostilidades,
del cese de hostilidades a la desmovilización.
Por eso, hemos apresurado las desmovilizaciones.
Pero este esfuerzo, a pesar
de que ha habido violaciones del cese de hostilidades,
es un esfuerzo que todos
los días produce mejores resultados.
Miren, cuando llegué a la Presidencia, en Colombia
habían 29 mil asesinatos por año. Este
año, casi a mitad de año, van 7.331.
Todavía la tasa de asesinatos es muy alta, pero
la reducción es sustancial.
Cuando llegué a la Presidencia asesinaban 66
colombianos al año por cada 100 mil habitantes,
este año van 16. Espero que al final de año
la situación muestre una clara mejoría.
Y hay una reducción
sustancial en otros temas, como el tema de masacres,
el tema de terrorismo.
Por ejemplo, el tema de masacres,
la disminución
es del orden del 80 por ciento. Todavía hay
desplazamiento en Colombia, pero todos los días
menos, ha venido cediendo y cediendo y sobretodo es
desplazamiento, hoy, en unas regiones de la periferia
colombiana donde todavía no ha podido llegar
en forma la Fuerza Pública.
Uno de los principales delitos
que había en
Colombia era el robo de hidrocarburos, principalmente
a cargo de los grupos paramilitares. En este Gobierno,
ese robo de hidrocarburos ha caído en un 70
por ciento. O sea que seguimos haciendo el esfuerzo,
lo que llamamos nuestra acción militar contundente
y la apertura a posibilidades de negociación.
Somos conscientes que ha habido
violaciones a ese cese de hostilidades y por eso
el Gobierno ha sido
implacable en la acción militar.
Pregunta. Miembro de
la Cancillería del Departamento
de las Américas. Usted ha recibido
recién
dos cartas escritas por senadores del Congreso americano,
entre ellos el senador Lugan y el senador Kennedy.
En esta carta hay una carta crítica dura contra
la propuesta marco de legalización por el proceso
de paz. ¿Qué va Usted a responder a estos
senadores?
Presidente de la República: Lo mismo que les
estoy respondiendo a ustedes hoy. Aquí no hay
nada escondido, todo esta sobre la mesa.
Por ejemplo, ellos reclaman
por la extradición.
Este Gobierno no ha negociado la extradición,
este Gobierno no permite que la extradición
se debilite en los proyectos de ley, este es el Gobierno
que más extradiciones ha hecho en Colombia.
Hasta el momento, mi Gobierno lleva autorizadas 310
extradiciones. ¡Eso no tiene antecedentes, queridos
amigos!
Y ahí están los resultados en política
de orden público y en política de garantías
democráticas por parte del Gobierno que presido.
Una vez termine la aprobación de la ley, la
señora Canciller (Carolina Barco) y el Alto
Comisionado van a hablar con estos senadores en el
Congreso de los Estados Unidos, nuevamente.
El problema colombiano es muy
complejo, nosotros lo hemos enfrentado. Quizá con equivocaciones,
porque somos humanos, pero con toda la buena fe. Aquí no
hay trampas. Aquí no hay negociaciones debajo
de la mesa. Aquí todo está expuesto sobre
la mesa, a plena luz del día.
Embajador: Muchísimas gracias, querido Presidente. Ésta
era la última pregunta, vamos a continuar deliberando
y yo le informaré oportunamente sobre los resultados
de este seminario. Muy, muy agradecidos con usted.
Presidente de la República: Embajador, a Usted nuestra infinita gratitud, nuestras
felicitaciones
por su tarea.
Y a los representantes de Suecia,
de la Unión
Europea que lo acompañan en ese seminario: que
nos crean, que vamos a salir adelante, que este país
va a salir adelante y que nos ayuden para tener una
Colombia sin guerrillas, sin paramilitares, sin droga.
Una Colombia con justicia social.
A todos muchas gracias.