PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN ASAMBLEA
DE ASOBANCARIA
Cartagena, 17 jun. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro
Uribe Vélez en la clausura de la cuadragésima
versión de la Asamblea de la Asociación
Nacional de Entidades Financieras y Bancarias (Asobancaria).
“Los saludo muy respetuosamente.
Me agrada muchísimo poder acudir esta tarde
a esta sesión final de esta reunión tan
importante, la número 40, de la Asociación
Bancaria de nuestra Patria.
Quería abrir desde el comienzo
un diálogo con ustedes, pero la enjundiosa presentación
que ha hecho la doctora Patricia Cárdenas Santamaría
(Presidenta de Asobancaria) propone una agenda de gran
importancia, y voy a tratar de hacer unas referencias
a esa agenda.
Permítanme en primer lugar
reiterar una convicción de este Gobierno: una
Nación como Colombia, donde necesitamos permanentes
procesos de concertación hay que impulsarlos
y mostrar en ellos resultados. Cuando no se impulsan
o los resultados no llegan, la concertación
se desacredita.
En muchos países del continente
están de nuevo con la tesis de intervenir tasas
de interés, de acrecentar inversiones forzosas
al sector financiero, y a mí me preocupa porque
inicialmente veo que lo sectores privados de esos vecinos
se oponen, pero la oposición es débil
y terminan acomodándose.
Hace poco me decían de un
país vecino ‘teníamos mucho miedo
porque nos iban a imponer una inversión forzosa.
No dimos la batalla suficiente, la impusieron pero
nos estamos acomodando porque ya estamos encontrando
cómo beneficiarnos de esa inversión’.
A mí me parece que eso es
muy dañino, hay que tener consistencia doctrinaria
y esa consistencia doctrinaria hay que probarla en
el corto y en el largo plazo. Por eso he creído
que para nuestra Patria debemos aclimatar, con acciones
de corto plazo, con prácticas cotidianas; una
visión de largo plazo que contraponga los resultados
de la concertación a las tentaciones de regulaciones
administrativas que estrechen el marco de acción
del sector financiero y que le creen desconfianza.
Lo que hemos hecho, desde septiembre
de 2002 cuando con ustedes por primera vez me reuní en
este escenario, es un buen camino de concertación
En la medida que lo profundicemos y en la medida que
lo continuemos, eso despejará dudas en Colombia.
Eso aclimatará en Colombia
la idea de que hay un sector financiero totalmente
al servicio de la Patria y que ese sector financiero
no puede ser estrangulado por decisiones de los gobiernos
porque está presto en todo momento a concertar.
Hicimos una primera concertación
para la participación de ustedes en el microcrédito.
Recuerdo que en esos momentos muchos dijeron ‘no
tenemos experiencia’. Se convino que algunos
saltarían directamente al microcrédito,
otros le comprarían cartera a las fundaciones
especializadas, etc, una buena gama de instrumentos
para cumplir ese compromiso.
Hoy encontramos los colombianos lo
siguiente: Cuando empezó este Gobierno el saldo
de cartera de microcrédito era de 732 mil millones,
a abril de este año es de 2 billones 305 mil
millones, hemos crecido en un 214 por ciento, hemos
beneficiado a un millón 850 mil colombianos
con microcrédito.
Una gran expresión de concertación,
el sector financiero, las fundaciones, el Fondo de
Garantía, los acuerdos promovidos por el Gobierno
Nacional con el liderazgo del viceministro Carlos Alberto
Zarruk con los departamentos y los municipios para
fortalecer ese Fondo de Garantías.
Yo miro con mucha ilusión
este tema, porque una de nuestras herramientas de equidad,
que la insertamos allá, en uno de los parámetros
de la democracia moderna que es la cohesión
social, es la construcción de un país
de propietarios.
Si ustedes me preguntaran qué marcha
mal en microcrédito, porque conocemos qué marcha
bien, diría sin vacilación, no discutamos
lo de las tasas de interés yo confío
que vayamos avanzando. Los microempresarios colombianos
están dando el tránsito de la prendería
a la institución bancaria, eso es muy importante
y han sentido un gran alivio, pero pronto se van a
acostumbran y entonces ya van a querer dar otro pasito
hacia tasas más razonables, hacia tasas más
llevables y lo iremos buscando.
Mi gran preocupación en lo
inmediato es por los desbalances regionales. Tenemos
unas regiones donde hemos avanzado mucho en microcrédito,
otras donde no hemos avanzado suficientemente. Nos
tenemos que dar a la tarea de corregir esos desequilibrios
regionales.
Posteriormente hicimos una segunda
concertación para la inversión de ustedes
en vivienda social. Yo celebro cómo han progresado
en colocación directa algunas entidades financieras.
Invitaría a que todas den el salto a avanzar
en colocación directa en vivienda social.
Cumplieron también con colocar
unos recursos en Findeter, le compraron a esta institución
estatal sus papeles, allí todavía hay
un saldo sin colocar de 90 mil millones, el proceso
ha sido lento pero en las últimas semanas se
han duplicado los desembolsos. Confío que podamos
avanzar.
Hemos tenido ahí, como principal
instrumento de primer piso para la colocación
de esos recursos de Findeter a las cajas de compensación,
también hay muchos desequilibrios entre ellas,
unas van muy bien, otras muy rezagadas.
Estamos tratando de vincular al sector
cooperativo que todavía no se recupera suficientemente
de la crisis que lo afectó, especialmente en
la segunda mitad de la anterior década.
Celebro este nuevo acuerdo del día
de hoy. ¿Por qué la petición de
un billón de pesos? Antes de que empezara la
crisis Colombia estaba colocando anualmente en vivienda
social un billón 600 mil millones, eso se cayó a
200 mil millones, estamos por el orden de 600 mil millones,
hay que dar este empujón. O sea que la cifra
no es tomada al azar, es procurando empujar a ver si
nos situamos rápidamente en el momento inmediatamente
anterior a la crisis.
Ustedes van a hacer el esfuerzo de
aplicar esos recursos y el Gobierno va a hacer los
esfuerzos a los cuales se acaba de referir la doctora
Patria Cárdenas. Uno de ellos es eliminar el
costo del acceso al Fondo Nacional de Garantías
para los estratos 1 y 2. Ustedes me decían en
una conferencia telefónica que tuvimos esta
mañana, que advierten en ese costo una barrera
para la adquisición de crédito.
El Gobierno quiere probar, y si efectivamente
con la eliminación de ese costo que lo tendrá que
compensar el Presupuesto Nacional al Fondo Nacional
de Garantías se aumenta la colocación
de crédito se aumenta el número de beneficiarios
del crédito, estará probada la tesis
de que allí había un obstáculo.
Ustedes me han propuesto varios temas
en este acuerdo, uno de ellos, el tema de recuperar
las garantías. El ex ministro Eduardo Pizano,
al final de la administración presidencial anterior,
presentó un proyecto de ley para agilizar el
proceso ejecutivo hipotecario. Este Gobierno lo encontró presentado,
trabajó con todo entusiasmo con el Congreso
de la República para convertirlo en Ley. Creímos
que habíamos dado el gran paso para agilizar
esos procedimientos.
Comprendo que hay quejas de ustedes,
pero esta mañana revisaba con la jurídica
de Presidencia, yo creo que el clima ha mejorado mucho.
Cuando era yo candidato presidencial acudía
a San Juan de Girón, por ejemplo, y en todo
el país la gente quería saber de seguridad,
allí lo que había era una expresión
de odio, no contra los grupos terroristas sino contra
el upac y contra la UVR, eso se ha superado; y por
el otro lado el sector financiero estaba totalmente
golpeado por la cantidad de pleitos, la malísima
cartera que no podían recuperar y las dificultades
para poder recuperar las garantías.
Subsisten problemas pero mi percepción,
en el contacto permanente con los colombianos, es que
ambos factores han mejorado sustancialmente y así lo
indican las cifras que ustedes mismos manejan.
Yo quiero invitarlos, sobre el tema
a lo siguiente: hoy no es un aspecto de ley, hoy es
un aspecto de administración de justicia, me
parece que hay que promover y le pediría al
doctor Juan Lozano, a la doctora Cecilia Álvarez
y al Superintendente, que convoquemos en la Presidencia
una reunión de ustedes con el Consejo de la
Judicatura, para mirar cómo, respetando totalmente
la autonomía de la justicia, cómo impulsamos
la aceleración de los procesos, creo que hay
que buscar también alternativas.
Mire, para facilitar el crédito,
que por ejemplo en el sector agropecuario se ha recuperado
bastante en este Gobierno como lo indican las cifras
de FINAGRO, hemos promovido en muchas partes del país
esquemas que faciliten que muchos ciudadanos recuperen
la condición de sujeto de crédito y que
los bancos tengan tranquilidad. Cito el caso del departamento
del Cesar. Sus agricultores habían pedido su
condición de sujetos de crédito, los
bancos no querían saber nada del sector agropecuario
del Cesar.
Hemos logrado con unas figuras de
patrimonios autónomos, dar garantías
operativas eficientes, ir recuperando esa confianza.
Creo que hay que buscar unos caminos semejantes en
el sector hipotecario, en general. Pero recogemos su
inquietud, doctora Patricia, y en la próxima
semana empezaremos esas reuniones.
Yo les proponía esta mañana
lo siguiente: que no sigamos mostrando en Colombia
como excluyentes las opciones del subsidio estatal
al precio de vivienda, con la opción del subsidio
estatal a la tasa de interés. Pienso que hay
que trabajar con ambos mecanismos.
Hasta hoy solamente hemos trabajado
con subsidio al precio de la vivienda; y habrá que
mantenerlo, porque el Estado no se puede sustraer por
ejemplo de allí donde haya que reubicar un barriecito,
etcétera. Pero debemos estudiar cómo
emprendemos el camino complementario, no sustitutivo,
sino complementario de subsidio a la tasa de interés.
Yo le veo muchas ventajas. Una ventaja
es: simplifica y hace más transparente la participación
del Estado. Yo creo que nosotros hemos hecho más
transparente la participación del Estado en
vivienda este Gobierno al haber eliminado Inurbe y
a la vez sustituido a Inurbe por las cajas de compensación.
Pero de todas maneras el Estado y
el gobierno de turno tienen que intervenir muchísimo,
que con el proyecto del alcalde, que con la ayuda de
cofinanciación a la respectiva alcaldía
para la infraestructura, con el examen de las solicitudes,
con la elegibilidad, etcétera.
Mientras mayor allí la intervención
del Estado, mayores riesgos de que no haya transparencia.
Subsidiar la tasa de interés
pone al Estado simplemente de interlocutor con el respectivo
actor financiero, simplifica mucho procedimiento, crea
transparencia y nos puede ayudar a expandir cobertura.
Lo que estamos haciendo en el acuerdo
de hoy nos va a dar la respuesta si un un freno a la
expansión de cobertura realmente ha sido ese
costo de la comisión del Fondo de Garantías.
Vamos a probarlo. No hay peor diligencia que la que
no se haga, y el Gobierno se compromete con ese esfuerzo.
Pero los invito a que sigamos estudiando
el tema de entrar a financiar la tasa de interés,
a subsidiarla.
Esta mañana, hablando con
el doctor Forero, con la doctora Patricia, la Ministra,
la Viceministra, el doctor Juan Lozano -con el único
que no hablé hoy todavía fue con el Ministro
de Hacienda- les decía: mire, hay que focalizarlo
a los sectores más pobres, y no puede duplicidad
de subsidios. El que reciba el subsidio al precio no
debe recibir el subsidio de la tasa de interés.
Pero hay mucha gente que no alcanza
el subsidio al precio, que no está en los programas
específicos que presentan para competir por
los subsidios al precio, que podría resolver
el problema con el subsidio a la tasa de interés.
Ustedes tienen dudas, me las expresaron
esta mañana. Sigámoslo estudiando.
En síntesis, hay queda una
decisión tomada en el acuerdo de hoy: colocar
entre el primero de julio y el primero de julio del
año entrante un billón; aliviarle cargas
a la gente de los estratos uno y dos, como el costo
de la comisión del Fondo de Garantías.
El elemento de buscar esa concertación
con la justicia, para que fluya la mayor agilidad legal
que se obtuvo en el 2003 en el juicio hipotecario ejecutivo.
Y un segundo punto: examinemos la
viabilidad de poner en marcha, no como reemplazo del
subsidio al precio de vivienda, sino como complemento,
un esquema de subsidio a tasas de interés en
la vivienda, para los sectores más pobres.
Quiero hacerles una invitación.
Yo creo que hay que hacer un mercadeo de carne y hueso
con estos nuevos instrumentos financieros. Un banco
de los aquí representados me mostró hace
pocos días en la Presidencia de la República,
me llevó una muestrecita de ese mercadeo de
carne y hueso, me llevó su equipo humano de
Bogotá, que está visitando a los pequeños
empresarios para incorporarlos al crédito a
microempresas. Pienso que eso hay que hacer con vivienda
social.
La verdad que no basta con sacar
unos avisos en los periódicos, no basta con
el comunicado de prensa de hoy.
¡Qué bueno, qué bueno
que todos los bancos montaran los departamentos de
promoción de carne y hueso del microcrédito,
y el microcrédito orientado a vivienda social!
¡Qué bueno que la gente
pobre de Colombia, como lo está haciendo con
ese banco en Bogotá, que le toquen la humilde
residencia, y que llegue una delegación de un
banco a promoverle el crédito. El Mercadeo de
carne y hueso, hay que hacerlo para recuperar confianza.
Y eso todo hay que manejarlo con
una palabra fundamental en este país: amor.
La verdad es que, por ejemplo, mi
pasó por la universidad pública ya hace
tantos años me creó un inmenso temor,
de que esta Patria definitivamente se enrumbara por
el camino de la lucha permanente, violenta, de clases.
Los riesgos existen; la radicalización conceptual
en muchos sectores mantienen esos riesgos mínimos
ahí, al borde de germinar.
Y esos riesgos no los evitamos, sino
con acciones prácticas que demuestren nuestro
interés de proceder con amor frente a todos
los compatriotas.
¡Qué bueno, doctora
Patricia, que pudiéramos ver esas misiones de
los diferentes bancos yendo a las casas de humildes
colombianos y a sus negocios, a colocarles ese microcrédito
de vivienda!
Es bien importante. Ustedes se imaginan
la sensación de un colombiano que le toquen
la puerta y que le digan: aquí venimos de tal
banco y le venimos a ofrecer este crédito y
que le construyan confianza.
Yo miro eso con enorme ilusión.
Cosas tan simples, pero tan importantes en la psicología
individual y colectiva de la Patria.
En el tema de las comisiones. En
esta Patria muchos siempre quieren dialogar con los
otros, pero hay poca inclinación a dialogar
entre nosotros.
Yo celebro esos esfuerzos que vienen
haciendo. Y seguirán acompañándolos
el doctor Zarruk, el doctor Juan Lozano, la doctora
Cecilia.
Esos esfuerzos con Cotelco, esos
esfuerzos con FENALCO. No es bueno para esta Patria
que en los congresos gremiales, los unos le echen vainas
por sus cuitas y dificultades a los otros gremios.
Hay que avanzar en esos procesos de cohesión.
El informe que usted nos da es muy
alentador. Y ese hecho demuestra que ha sido fructífera
la concertación, que va a ser innecesaria esa
intervención que estorba.
Entonces ahí, esa visión
de largo plazo de concertar en lugar de intervenir,
se legitima con estos hechos.
Todavía hay reclamos. Todos
están esperando que esa comisión caiga
mucho más, y ya los usuarios empezarán
a darse cuenta, y querrán sentirla esos consumidores
en su propio beneficio.
Les traigo una inquietud. Con dos
gremios con los cuales me he reunido en los últimos
días me dicen: sí, bueno el acuerdo,
apenas lo estamos probando, todavía no sabemos
a que resultados vamos a llegar, ojalá se de
esa reducción que esperamos, pero nos están
impidiendo los acuerdos colectivos.
¿Por qué no ensayan
algún acuerdo colectivo? Eso facilita mucho.
Por supuesto el acuerdo colectivo
no es para que el colectivo esconda dificultades de
quienes por una u otra razón no pueden acceder
a esos beneficios; es un colectivo seleccionado, selectivo.
Pienso que eso se puede ensayar, con otro esfuercito
de diálogo entre la Asociación y los
gremios más importantes de sus usuarios.
Esto en cuanto a algunos de los temas
que planteó la doctora Patricia, al final.
Apreciados compatriotas, en América
Latina ha venido haciendo carrera la tesis de que aquí hay
democracias de izquierda y de derecha. Yo creo que
esa es una tesis obsoleta, es una tesis inconveniente
y es una tesis no práctica.
¿Por qué obsoleta?
Era válida para la época de las dictaduras
militares, pero en el momento en que todo el mundo
se ha comprometido con la regla democrática,
esa tesis resulta totalmente obsoleta.
Inconveniente. Solamente ha generado
polarizaciones. La última polarización
se vio para elegir el nuevo Secretario General de la
Organización de Estados Americanos. Polarización
que pudimos superar, en muy buena parte, gracias al
esfuerzo y a la prudencia de nuestra Canciller.
Y no práctica. Hace pocos
días una periodista me decía: es que
yo soy de centro izquierda y el suyo es un gobierno
de derecha, y tales gobiernos son de centro izquierda
o de izquierda en América del Sur, ¿qué va
a hacer con ellos?
Le dije yo le voy a hacer una pregunta: ¿dígame
usted por qué es de izquierda y por qué me
califica a mí de derecha? ¿Por qué dice
que tal gobierno es de izquierda y que este es de derecha?
Enmudeció, no respondió.
Esa tesis empieza hoy a ser bien
difícil de sustentarla en la práctica.
Hay muchos discursos emotivos de
campaña. Otra cosa es cuando los Gobierno asumen
responsabilidades, y ahí se empiezan a borrar
esas diferencias.
Yo he venido proponiendo para América
Latina una nueva manera de ver nuestras democracias.
Preguntar si son democracias progresistas o retardatarias,
si son democracias caudillistas o institucionales.
Si son democracias de sometimiento del gobernante a
la ley o de imposición de caprichos por parte
de los gobernantes elegidos, si son incluyentes o excluyentes.
Y para eso, he propuesto a la consideración
de mis compatriotas examinar nuestras democracias a
la luz de cinco parámetros: la seguridad democrática,
la cohesión social, las libertades públicas,
transparencia y el respeto a la independencia institucional.
COHESIÓN SOCIAL
Déjenme hablar, en primer
lugar, de la cohesión social, a la cual me referí en
la introducción. Esta relacionada con el buen
manejo de la economía y con la seguridad, muchos
compatriotas creen que es excluyente la lucha por la
derrota del terrorismo con la lucha por mejorar la
cohesión social. Hay que llevarlas de la mano.
Y hay que llevar de la mano el buen
manejo de la economía con la seguridad y con
la política social. Si no hay unas señales
de determinación sostenida en el tiempo para
derrotar el terrorismo, no hay confianza inversionista.
Sin esa confianza no crece la economía, no hay
manera de financiar lo social. Al ritmo que íbamos,
aquí nos íbamos a quedar sin qué repartir.
Por eso hay que tener mucha claridad entre esa cadena
de seguridad, buen manejo de la economía, política
social.
Me voy a referir al tema de la economía,
a la luz de las preocupaciones de la doctora Patricia
(Cárdenas, presidenta de Asobancaria).
En agosto de 2002, cuando este Gobierno
empezó, el ministro (de Hacienda) Roberto Junguito
nos expresó en el Consejo de Ministros: ‘el
déficit es del 4.2 por ciento, el endeudamiento
es del 56 por ciento. Usted Presidente tiene la política
de seguridad que obliga a expandir la Fuerza Pública –y
me dijo-, yo como Ministro tengo que garantizar cómo
pago a la Fuerza Pública que hoy hay, y cómo
financio la expansión que Usted está proponiendo’.
Tomamos varias decisiones: se congeló el
gasto en un billón de pesos y se derramó el
impuesto a la Seguridad Democrática. Terminamos
ese año con un déficit del 3.6 por ciento
(del PIB).
¿Qué le pasó a
Colombia entre el final del gobierno del Presidente
Barco y el inicio de la administración nuestra?
Cuando terminó el Presidente
Barco, las finanzas de Colombia estaban en equilibrio,
la administración nuestra empieza con un déficit
del 4.2 por ciento.
Cuando terminó el Presidente
Barco, el endeudamiento de Colombia estaba en 10, 12
por ciento del PIB. Cuando empezó la administración
nuestra, estaba casi en el 56 por ciento. Hoy está en
el 46 por ciento, hay que ponerlo rápidamente
por debajo del 40 por ciento.
La situación ha sido inmensamente
difícil, vamos a mirar algunas de las cosas
que se han hecho:
Hemos aumentado los recaudos, crecieron
un 18 por ciento en 2003 y crecieron un 22 por ciento
en 2004. Este año llevan un crecimiento, más
o menos, del 12 por ciento.
¿Qué hemos hecho para
aumentar los recaudos?: no solamente, las reformas
tributarias aprobadas, sino un gran esfuerzo para ampliar
la base y disminuir la evasión.
Este Gobierno empezó con menos
de 500 mil contribuyentes de renta, hoy tenemos ya
el millón, aspiramos que terminemos este año
cerca de millón y medio. Nos hemos propuesto
llegar a dos millones de contribuyentes. Estamos haciendo
semejantes esfuerzos en IVA.
Cuando este Gobierno empezó,
solamente el 37 por ciento de los bienes y servicios
estaban gravados con el IVA. Hoy está gravado
el 53 por ciento. La Corte Constitucional nos declaró inexequible
una reforma de gran importancia: esa universalización
del IVA del 2 por ciento. Parecía antitécnica.
Muchos decían: ‘hay que universalizar
pero con tarifa única’. En la situación
social de Colombia no es posible. Nosotros propusimos
una escala gradual decreciente que cuanto más
se acercara al corazón de la canasta familiar,
fuera más baja. Respetamos el fallo de la Corte,
ese es un tema bien importante para seguir discutiéndolo
en Colombia.
Ustedes tienen inmensa preocupación
por el gravamen a las transacciones financieras y al
señor ex alcalde, buen amigo del doctor Enrique
Peñaloza, lo he escuchado en varias ocasiones,
su preocupación por el impuesto al patrimonio.
La reforma tributaria de 2004, en
alguna forma fracasó porque el Gobierno la retiró y ¿por
qué la retiró el Gobierno? Porque uno
de los temas que no pudimos acordar con el Congreso,
es que no se elevara el impuesto al patrimonio.
En un país, con las dificultades
sociales de Colombia, es inevitable en algunas coyunturas,
el impuesto al patrimonio. Nuestro compromiso es: un
impuesto selectivo que grave los mayores patrimonios
y que no pase con él lo que pasó con
el impuesto a las transacciones financieras: empezó en
el 2 y va en el 4.
Nuestra decisión de evitar
que subiera esa tarifa, fue una decisión fundamental
para tener que retirar del Congreso de la República,
la reforma tributaria de 2004. Reitero ese compromiso
del Gobierno Nacional.
Yo no me atrevería, doctora
Patricia, a asumir hoy un compromiso frente al impuesto
a las transacciones financieras. Esta mañana
veía la productividad de ese impuesto. La verdad
es que no se aumentó la desbancarización,
la productividad se ha mantenido en el 22, 23 por ciento,
a pesar de haber pasado de 3 al 4 por ciento, pero,
acepto lo que usted dice que tenemos una alta desbancarización,
no incrementada por la variación de la tarifa
en la última reforma tributaria. ¿Cuál
ha sido la propuesta? Convertirlo en una retención.
A mi me preocupa en las actuales condiciones fiscales
del país. Sigámoslo mirando.
Si ustedes me preguntaran qué pienso
sobre el tema de tributos para el mediano y largo plazo,
porque el Gobierno está obligado a decirle a
Colombia qué piensa –así no tenga
tiempo de ejecutarlo- es lo siguiente: tenemos que
seguir en la ampliación de base.
Es muy importante que el país
le haga un seguimiento cuidadoso a la ampliación
de base de renta y un debate cuidadoso al tema del
IVA. Con dificultades enormes, porque cuando en uno
ya va a va a pasar de ese 52, 53 por ciento de bienes
de bienes y servicios que hoy están con IVA,
hacia la ampliación, encuentra que llegan los
medicamentos, etcétera.
La tributación está limitada
por la competitividad internacional, el rumor general
en Centroamérica apunta hacia la reducción
de la tarifa de renta. Colombia se tiene que comprometer
con eso.
Nosotros tenemos unos instrumentos
bien importantes incorporados en este Gobierno. Subimos
los impuestos, pero introdujimos incentivos.
El año pasado la inversión
de los contribuyentes colombianos se duplicó y
se duplicó en muy buena parte a los incentivos
tributarios. Yo creo que el esquema tributario de este
Gobierno tiene esta característica: unos impuestos
altos para quienes no crecen, unos incentivos bien
importantes para quienes quieran crecer.
Esos incentivos tienen, unos, una
vigencia muy corta, como la deducción del 30
por ciento a las nuevas inversiones generadoras de
renta. ¿Cuál es la propuesta política
de este Gobierno?: que el país piense en adoptar
una tarifa de renta mucho más baja, que empiece
a regir en el momento en que expiren esos incentivos
como el de la deducción del 30 por ciento.
Entre la agenda legislativa que estamos
aprobando en este periodo, está la ley que autoriza
al Gobierno a firmar acuerdos de estabilidad con los
contribuyentes. Confiamos mucho en esa ley. He sido
informado que ya la conciliación se acaba de
registrar tanto en Cámara como en Senado. Y
confiamos que se dé el lunes. Eso se constituye
en un gran paso que despeja mucho futuro y que va a
incidir mucho en confianza, en las reglas tributarias
del país, no solo en lo de ley sino en la doctrina
de la DIAN. Yo creo que ahí hay una norma de
futuro, de gran trascendencia.
Es muy importante que el Congreso
de Colombia le pueda decir el lunes –que finaliza
este periodo-: está plenamente aprobada la ley
que autoriza al Gobierno a firmar esos pactos de estabilidad.
Si ustedes me preguntaran por el
tema de las transferencias a las regiones. A muchos
compatriotas les preguntó: ¿cuándo
ustedes hablan de reforma estructural de impuestos,
a qué se refieren?, me dicen: ‘las transferencias
a las regiones hay que disminuirlas’ y han presentado
cantidad de proposiciones para disminuirlas de una
u otra manera. Yo no creo que se pueda hacer.
El doctor Juan Manuel Santos, con
gran talento, obtuvo como Ministro de Hacienda el acto
legislativo para desvincular durante un tiempo, el
crecimiento de ingresos del Gobierno provenientes de
nuevas reformas tributarias, que la base para liquidar
transferencias. Eso ha ayudado muchísimo porque
los incrementos que se han obtenido en este Gobierno,
no tiene que hacer parte de esa base.
Pero ese acto legislativo expira
en el año 2008 y hay unas previsiones constitucionales
que le dan amplias facultades al Congreso de la República
para disponer cuál es la norma que lo va a suceder.
Nosotros tenemos que mirar ese tema
desde ya, con inmenso cuidado. A mi me preocupa mucho
salud y educación. Este Gobierno se comprometió a
generar 1.500.000 cupos en educación. Anoche
me decía la Ministra (Cecilia María Vélez)
que este año vamos a tener unos 420 mil, eso
nos permite un acumulado de millón 120, millón
130 mil (estudiantes). Vamos estando en la posibilidad
de que el año entrante le digamos a nuestros
compatriotas: lo cumplimos. Pero todavía nos
quedarán 500 mil niñitos en edad escolar
por fuera de los establecimientos.
Y eso que este año hemos hecho
dos grandes esfuerzos: uno en productividad laboral
de profesores –relación profesores-alumnos,
ya la tenemos en 29.5- y otro en contratación.
Hay que calcular muy bien cómo llegamos a la
plena cobertura y eso depende de esfuerzos de productividad,
de transparencia en aplicación de los recursos,
de los esquemas más eficientes para ampliar
cobertura con buena calidad, pero también depende
de recursos y la fuente principal de esos recursos
está en las transferencias.
En salud. Este Gobierno es el primero
en denunciar problemas de corrupción que hemos
tenido en salud. Hemos apelado, en muchos Consejos
Comunitarios, a ello. Hemos cancelado personerías
jurídicas de intermediarias de salud.
Estamos hoy, tramitando una ley en
el Congreso de la República, bien importante,
que va a crear mecanismos para garantizar la transparencia
en el manejo de esos recursos y en el ejercicio de
competencias que corresponden a alcaldías y
gobernaciones, porque la ley 715 le dijo a los alcaldes:
ustedes me contratan los recursos de prevención
y son las alcaldías y las gobernaciones las
responsables para el tema de selección de las
ARS, pero el país tiene que llegar a una cobertura
completa para los sectores pobres.
Nosotros encontramos 10 millones
de colombianos en el régimen subsidiado de salud,
estamos en 15 millones. Hemos avanzado casi cinco millones
en este Gobierno, esperamos, este año, avanzar
en otros dos millones y medio pero el país tiene
que llegar rápidamente a 22 millones. Vamos
a hacer un esfuerzo en la ley que está en trámite
en el Congreso y eso también habrá que
tenerlo en cuenta para graduar el monto de las transferencias
que habrá de definirse en el acto legislativo
que suceda al del doctor Santos que expira –repito-
en el año 2008.
Quiero proponerles esa reflexión
porque las condiciones sociales del país, la
descentralización, la autonomía de alcaldes
y gobernadores elegidos, el sentido de pertenencia
de los ciudadanos con sus regiones, no nos permiten
la vía facilista de decir: vamos a disminuir
transferencias. Eficiencia, transparencia y buen juicio
en las transferencias, pero yo no veo posibilidad de
disminuirlas.
Este Gobierno les exigió a
las regiones en la reforma tributaria de 2003, un gran
esfuerzo: dedicar parte de esas transferencias a los
fondos regionales de pensiones y dedicar parte de las
regalías directas a los fondos regionales de
pensiones.
En cuanto a egresos, si ustedes miran
las cifras nacionales, encuentran lo siguiente: con
pensiones y con seguridad, el gasto público
ha aumentado. Cuando no se tiene en cuenta pensiones,
cuando no se tiene en cuenta seguridad, cuando no se
tiene en cuenta transferencias, lo que maneja discrecionalmente
el Gobierno, en gastos de personal y en gastos generales,
ha disminuido sustancialmente. La disminución,
solamente en la Presidencia de la República,
para dar ejemplo, es del 30 por ciento. El Gobierno
ha hecho un gran esfuerzo de austeridad.
Si ustedes me preguntaran ¿cuál
es la reforma estructural más importante en
la parte de egresos, que este Gobierno le deja al país?:
la reforma administrativa. Nosotros hemos reformado,
hasta hoy, 152 empresas del Estado. Empezamos por Telecom,
la última fue en el Banco Cafetero e Inravisión.
Yo nunca creí que pudiéramos reformar
a Inravisión porque tenía una protección
en la Constitución del 91. La Ministra (de Comunicaciones,
Martha Pinto de De Hart) con su prudencia y su laboriosidad
encontró soporte jurídico para esa reforma.
Cuando el Gobierno empezó no
había manera de garantizar los 280 mil millones
que nos cuesta la liquidación de los trabajadores
del Banco Cafetero. Ni el patrimonio de 500 mil millones
para respaldar sus pensiones. Hoy está garantizado. ¿Que
va a haber un nuevo Banco Cafetero?: sí, con
parte de los activos viejos, con parte al capital de
Granahorrar, para venderle el resto a Granahorrar,
lo necesitamos. ¿Por qué lo necesitamos?:
porque con el Banco Agrario no alcanzamos a atender
comunidades rurales de la Patria.
Los bancos comerciales, en su proceso –respetable-
de reestructuración, se han retirado de muchos
sitios de la Patria y uno que vive en contacto permanente
con los colombianos en esas regiones, siente su presión
porque allí haya mecanismos, instituciones crediticias.
Este Gobierno reconoce el paso trascendental
que dio la administración anterior para reformar
el Banco Agrario. Las previsiones estatutarias que
lo blindaron, y las hemos respetado profundamente,
queremos un esquema semejante para el nuevo Banco Cafetero.
Es que muchos me dicen: ‘es
muy riesgoso para el Estado, esos bancos oficiales
por el clientelismo y la corrupción’.
Yo estoy de acuerdo con ese diagnóstico, pero
hay que buscar la manera política de derrotar
el clientelismo y la corrupción y no negarle
unos instrumentos prudentes, como el Banco Agrario
que ha venido en un gran proceso de recuperación,
desde la administración anterior- o una alternativa
adicional con este nuevo Banco Cafetero.
Cuando empezamos esa reforma administrativa,
Telecom perdía 400 mil millones. El año
pasado se ganó 950 mil. ¿Ustedes se imaginan
qué le pasaría al país hoy si
el Gerente de Telecom le estuviera pidiendo al Ministro
de Hacienda 400 mil millones de pesos para pagar pensionados?
152 empresas reformadas, 37 liquidadas,
pero la reforma no ha terminado, por ejemplo Telecom
no se puede quedar allí, y ahora que veo al
doctor Orduz de la telefónica de Bogotá y
que pienso en Empresas Públicas y en Emcali,
nosotros vamos a tener que hacer algo para poder ser
competitivos internacionalmente. Telecom está buscando
socios estratégicos para ello porque, sí,
la salvamos, puede dar unas utilidades muy importantes
durante unos años y ¿qué le pasa
con su competitividad en el largo plazo?
Por eso es muy importante encontrar
esos socios estratégicos –y lo digo con
todo respeto, con toda solidaridad- y creo que lo tenemos
que pensar en la Telefónica de Bogotá,
en EPM, en Emcali.
Salvamos Emcali, va a tener ahora
un mecanismo bien importante: el fondo de capitalización
social. Si algo me ha preocupado a mi, en esta Patria
es, ese antagonismo entre proveedores y usuarios de
servicios públicos.
El segundo Consejo Comunitario de
este Gobierno lo hicimos en La Guajira. La Costa Caribe
estaba incendiada, por un lado los dueños de
Electrocaribe y Electrocosta se quería ir del
país, dejar eso abandonado, y por el otro lado,
los usuarios incendiados. Empezamos un proceso pedagógico
y práctico: necesitamos el proveedor público,
el proveedor privado, que nadie abuse y necesitamos
el usuario cumplido.
Se han hecho unos grandes esfuerzos
aquí, por ejemplo de microempresas de distribución.
Vamos a introducir sistemas de prepago en estos servicios
públicos.
Y en Emcali, una cosa bien importante:
todos los usuarios ya empezaron a ser socios del fondo
de capitalización, desde hace tres meses. Eso,
cuando el usuario de Emcali abra la llave, se va a
sentir no solamente como usuario, como consumidor de
esa agua que le llega, sino también como partícipe
del proveedor.
Eso tiene que producir un efecto
sociológico de gran importancia. En los próximos
días lo vamos a empezar a replicar, ya, en Sincelejo
(Sucre). Eso es del corazón de la reforma administrativa.
Y uno proyecta ese fondo de Emcali a 20 años
y le da a esa empresa una gran autonomía financiera
en el largo plazo.
Nosotros vamos a seguir en esa reforma
administrativa. Le pedí al Ministro de Hacienda
(Alberto Carrasquilla), le dije: Ministro, has esta
cuenta, la sola eliminación de privilegios pensionales,
en ECOPETROL, en estas 152 empresas, en el Banco Cafetero,
en Inravisión, allí donde hemos desmontado
todas esas convenciones colectivas, en hospitales, ¿cuánto
ahorro nos da?’, lo trajo a valor presente, ‘nos
da 12 puntos del PIB’.
Ahora, falta mucho. En hospitales
apenas estamos empezando -aquí en el Universitario
de Cartagena-, hemos reformado ya muchos y los estamos
reformando en red.
Esa reforma administrativa, solamente
en el aspecto pensional, le ahorra al país 12
puntos del PIB, para no contabilizar lo otro. Y uno
se pregunta: ¿qué habría sido
si esas pérdidas hubieran continuado? ¡Pero
hay que seguir con esa reforma administrativa, profundizarla!
Yo les ruego, pues, mirar el gasto
público, discriminadito, desagregado. Una cosa
defensa, otra cosa pensiones, otra cosa el tema de
las transferencias y otra cosa lo que el Gobierno maneja
discrecionalmente.
Por ejemplo, el gasto público
este año. Nosotros, el año pasado, le
trasladamos al Seguro Social alrededor de dos billones,
este año le tenemos que trasladar cuatro. Eso
es muy exigente. El Seguro Social, paga seis billones,
recauda dos. Eso incide mucho en el gasto público
de este año.
En los dos años anteriores
el aumento del salario de los servidores públicos
se acumuló para final de año, este año
se está aplicando desde el principio.
Los corredores viales principales
del país se nos habían deteriorado mucho.
La doctora Alicia Naranjo (ex directora del Invías)
trajo al Gobierno una idea aplausible: vamos a contratar
por largo plazo el mantenimiento de los corredores
viales. Empezó en diciembre con vigencias presupuestales
de este año, los desembolsos ha habido que hacerlos
en estos dos primeros meses.
Ahora, vamos a tener otra presión
porque en dos semanas adjudicamos 3.246 kilómetros –son
2.500 de nuevos pavimentos y el resto de repavimentación-.
Los pagos a organismos internacionales,
se han aumentado porque teníamos un rezago.
El Gobierno es más ágil hoy en ejecución.
Nosotros en la Agenda de Competitividad, en la visión
que estamos trabajando Colombia 7 de agosto de 2019,
hay unos esfuerzos que hay que hacer muy grandes en
distritos de riego y tenemos que empezar esfuerzos
en Riohacha, en La Guajira; en el triángulo
del Tolima, ya hay compromisos presupuestales de partidas
que todavía no se han ejecutado.
Yo rogaría mirar cuidadosamente
que está pasando con el gasto público
y de manera desagregada.
La administración anterior
produjo una gran ley, la Ley 617. Este Gobierno la
ha aplicado para el saneamiento de las regiones con
todo rigor.
Por ejemplo, apenas vamos a firmar
en dos semanas el convenio con el distrito de Barranquilla
para financiarle 150 mil millones para su Transmilenio.
Yo le recogí la idea al doctor Enrique (Peñalosa,
ex alcalde de Bogotá), y dije hay que hacerlo
siguiera en siete u ocho ciudades colombianas. Y ahí vamos.
¿Sabe qué pasó doctora
Patricia? Barranquilla no cumplía la Ley 617,
y dijimos hasta que no la cumplan no le firmamos el
convenio para el Transmilenio. El Gobierno ha tenido
total disciplina en eso.
Aquí hay unas leyes bien importantes
que se deben mirar para preguntarse ¿hay reformas
estructurales o no? La 358, la 549, la 617, la 819
de responsabilidad fiscal.
Esta semana se celebró el
centenario del nacimiento de los departamentos de Huila,
de Caldas y del Atlántico. Recordábamos
como en ese quinquenio realizador visionario del general
Rafael Reyes, cuando el país acababa de salir
de la guerra civil, estaba muy golpeado por la separación
de Panamá, se emprendió un gran plan
de obras públicas, y Reyes –que era geógrafo
al detalle- emprendió también la revisión
de la distribución territorial de la Nación.
Con la ayuda de antiguos contrincantes
en los campos de batalla como los generales Uribe Uribe
y Benjamín Herrera, realizaron una administración
bien eficiente. Nacieron estos departamentos.
Y en Caldas veíamos lo que
ha sido la tradición de administración
departamental, en una parte fue buena y en otra mala.
Pero miren lo que ha pasado gracias a todos estos esfuerzos
en los departamentos y en los municipios.
Se pasó de un déficit
de 2 billones, 1,1 puntos del PIB en el 2002 a un superávit
el año pasado de 2,8 billones, 1,1 puntos positivo
del PIB. Ese es un gran avance en 4 años.
Eso ha exigido la parte normativa
y un ejercicio de disciplina impuesto por el Gobierno
Nacional. Hoy tenemos un departamento de inmensa preocupación
que es el Chocó. Todavía nos quedan 120
municipios de los 1.096 con serias dificultades, pero
se ha avanzado enormemente y aspiramos a que todos
salgan de esas dificultades.
Se ha desagregado eso, entre 2002
y 2004 los departamentos pasaron de un déficit
de 0,15 del PIB a un superávit de 0,6, Y los
municipios de un déficit de 0,68 a un superávit
de 0,34. Ha mejorado en las entidades territoriales
inmensamente el balance fiscal, el endeudamiento y
la capacidad de inversión.
Eso tiene que mirarlo el país
con optimismo. El problema más grave nos queda
en la parte central de la Nación porque gracias
a la reforma administrativa en la parte descentralizada
de la Nación antes el superávit lo causaba
Ecopetrol y ahora todas. Cuando este Gobierno empezó todas
las electrificadoras estaban perdiendo, ahora todas
están en negro.
Pero a esto hay que sumarle otros
ajustes que ha hecho este Gobierno, el ajuste tarifario
de servicios públicos, el ajuste del combustible.
Ese ajuste del combustible mes a
mes, yo veo esas alzas y me preocupa cuando algunos
analistas dicen que no hay reformas estructurales.
Ese esfuerzo en combustibles que han soportado los
colombianos, una visión de largo plazo para
preparar el país para que de pronto tenga que
importar, para preparar al país para que no
solamente esté Ecopetrol sino otras alternativas
privadas de distribución, que exigirían
unos subsidios de caja de la Nación, para ajustarnos
a lo que ha pasado con el petróleo internacionalmente,
para abrirle espacio a los combustibles biológicos.
Este año empezamos con la
destilación de un millón de litros de
alcohol carburante, esas plantas van bien, se ha hecho
un enorme esfuerzo en esta administración empezando
por los estímulos tributarios y estamos ya dando
los pasos más importantes para que el país
produzca biodiesel.
Los ajustes en pensiones. Yo ruego
a Dios que el lunes el Congreso de la República
pueda decir: aprobada la conciliación de pensiones,
pero yo les voy a rogar todos ustedes. Los mercados
internacionales tienen que responder, y la respuesta
debe ser una disminución de los spreads, porque
ese es un esfuerzo muy grande. Van a ver la dificultad
política para explicar eso.
Ese tema es de gran importancia pero
no es el único que ha pasado en este Gobierno.
Otro ajuste, nosotros aumentamos sustancialmente las
cotizaciones pensionales. Entonces sumen: combustibles,
pensiones, el tema laboral, servicios públicos,
ampliación de base de contribuyentes, etc..
Faltan muchas reformas sí,
pero no hemos perdido un día para hacer reformas.
Es que una cosa es el gobierno de
Pinochet haciendo reformas por decreto y otra cosa
es un gobierno democrático buscando construir
las mayorías en un Congreso para aprobar estas
reformas.
En eso seguimos, esta agenda legislativa
va a ser buena.
En política social hay que
preguntarnos, ¿la política social de
este Gobierno ha avanzado? Yo si creo, las cifras lo
indican. ¿Es suficiente? No, la pobreza es muy
grande en Colombia.
¿Es una política simplemente
asistencialista que alivia por un momento, o llamada
a producir efectos estructurales en la construcción
de equidad? Creo lo segundo.
Bien importante en la discusión
examinar si la política social es cortoplacista,
simplemente asistencial o si está llamada a
producir un efecto de largo plazo en la distribución
del ingreso.
LA REVOLUCIÓN EDUCATIVA
La revolución educativa está llamada
a producir el efecto más importante de mediano
y largo plazo en la redistribución del ingreso
en Colombia, y la hemos orientado en cinco aspectos:
cobertura, calidad, pertinencia, capacitación
técnica y estamos buscando como la impulsamos
más en ciencia e investigación.
Y tenemos que dar otro paso. Yo le
decía a la Ministra de Educación, que
es ejemplarmente ejecutiva, preparemos el otro paso
y de inmediato empecemos con un millón de niñitos
de Bienestar Familiar a vincular ese programa de nutrición
con el programa de educación para anticipar
la llegada del aparato escolar, por lo menos a ver
cómo tenemos unos coordinadores pedagógicos
en los hogares de Bienestar Familiar para que esos
niñitos puedan estudiar. Hemos crecido Bienestar
Familiar en un 40 por ciento.
En Colombia ha habido epítetos
de moda para la descalificación política.
El más reciente es el de neoliberales. A mi
generación le ha tocado tres o cuatro epítetos,
el último, neoliberal.
¡Uribe es neoliberal¡ Va
a acabar a Bienestar Familiar, sí hemos acabado
la burocratización, ha crecido la cobertura
en un 40 por ciento.
¡Va a acabar el SENA¡ Sí,
hemos acabado la burocratización, hemos pasado
de que el SENA le llegue a un millón de estudiantes
por año y le va a llegar el año entrante
a cuatro millones y hemos aumentado bastante la pertinencia.
Es bien importante no quedarnos en
esa discusión, entre descalificarlo todo por
neoliberal y defender un concepto de Estado burocrático
que ha sido tan dañino en Colombia.
Nosotros nos hemos dado a la tarea
de tener un Estado sostenible, que cumpla su misión
comunitaria.
Nosotros nos hemos dado a la tarea
de tener un Estado sostenible, que cumpla su misión
comunitaria.
Yo pienso que si se examina bien
esta política, ahí se encuentra que es
una política social, todavía no es suficiente,
que muestra grandes avances, que no es asistencialista,
sino es llamada a producir efectos de largos plazos.
¿Cómo no va a producir
efectos de largo plazo la política de calidad
de vida urbana? Y no es fácil, porque uno para
empezar cada Transmilenio tiene que entenderse con
el alcalde, con su concejo municipal, tiene que mirar
si ese municipio cumple o no la Ley 617, tiene que
obtener los recursos internacionales, etcétera.
Es un proceso de concertación.
Esta semana yo examinaba toda la
política social, para responder a esa pregunta. ¿Es
asistencialista o es redistributiva de largo plazo?
Me decía alguien de mis interlocutores: ‘bueno,
lo de los ancianos puede ser asistencialista’.
El Gobierno está financiando 170 mil ancianos,
y ahora tiene una licitación abierta para llegarles
con una comida diaria a 400 mil.
¿Ustedes creen que hay cohesión
social en un país con 700 mil ancianos pobres
y un Estado indiferente? Que podría ser el tema
más difícilmente defensable como política
social de largo plazo.
Para caracterizar esta democracia
nosotros hemos venido trabajando el tema de la independencia
de instituciones.
El Presidente de Colombia no puede
fijar las tarifas de energía. Todo lo que puede
hacer es, a través del Ministro, presentar unas
tesis a la Comisión de Regulación.
El Presidente de Colombia no puede
determinar los espacios de televisión.
Si algo caracteriza una democracia
moderna es la independencia institucional, a las diferentes
ramas del poder, a los procesos de descentralización.
En materia de transparencia, que
es otro elemento por el cual hay que preguntarnos para
una democracia moderna.
Nosotros produjimos el decreto 2170,
para exigir que se publiquen los prepliegos y no se
amarren las licitaciones, para exigir las audiencias
públicas en los contratos, las veedurías
ciudadanas.
Introdujimos la meritocracia en 3.177
cargos. Por primera vez los maestros de Colombia se
nombran por concurso; antes se nombraban por recomendación
política. Hemos convocado el primer concurso
para proveer 60 mil plazas, participaron 135 mil maestros.
La nueva Ley de Carrera Administrativa
ha llevado la meritocracia a 120 mil cargos del Estado
que no estaban.
¿Cómo hemos hecho las
conciliaciones con los inversionistas internacionales
con quienes había litigios? Por ejemplo 19 pleitos
en Telecom, pleitos en las concesiones viales, pleitos
en las concesiones aeroportuarias, etcétera.
En Telecom llevamos resueltos 16
de los 19 pleitos, de cara al país. Antes de
perfeccionar un acuerdo se publica ampliamente para
construir confianza.
Al funcionario público en
Colombia le da mucho miedo conciliar, porque ve que
si concilia le llega el juicio fiscal o le llega la
investigación de la Procuraduría. Y la
ciudadanía estaba llena de suspicacia frente
a cualquier iniciativa conciliadora del Gobierno. Y
no buscar esas conciliaciones crea una gran desconfianza
inversionista. Hay que ver los problemas con los Estados
Unidos, con Francia, con Canadá, con el Japón,
por esos pleitos con sus inversionistas. Prácticamente
eso tenía paralizada la inversión en
Colombia.
Ahí hemos dado un gran paso
para desatrancar, para superar ese problema y para
hacerlo con transparencia.
El Gobierno permanentemente hace
rendición de cuentas. Esos consejos comunitarios
en Tame, en Aguablanca, en Buenaventura, en Guapi,
mañana el número 100 en Turbo, es un
proceso permanente de rendición de cuentas.
Eso no es una convocatoria de aplausos.
Es un gobierno expuesto permanentemente
a la presión ciudadana, lo que ayuda mucho.
Por que el Gobierno simplemente en las oficinas de
Bogotá viendo informes de power point no se
da cuenta de lo que le pasa al pueblo colombiano. Eso
hay que combinar el power point con lo que hemos llamado
el poder de carene y hueso, el people power.
Ese es un proceso que le exige más
compromiso al funcionario, veracidad al Gobierno y
que le crea mucha conciencia de limitaciones y de prioridades
a la comunidad.
El señor Vicepresidente (de
la República, Francisco Santos) ha hecho un
gran esfuerzo con los pactos de transparencia. El señor
Vicepresidente ha hecho un gran esfuerzo con la campaña
contra las trampas, con la denuncia por las irregularidades
en el tema de la salud.
Yo nombré unos parientes de
parlamentarios en la Cancillería, gente honorable
-eso ha suscitado críticas-, comprometida con
la política de Seguridad Democrática.
Nosotros hemos avanzado mucho en la carrera administrativa
en la Cancillería. La Canciller se ha propuesto
respetar eso rigurosamente y eso ha avanzado mucho,
pero hay un componente que maneja el Presidente discrecionalmente.
Algo he conocido en el extranjero, donde había:
una cancillería de las Farc muy activa y una
Cancillería nuestra vergonzante. Entonces he
nombrado una gente comprometida.
A mí me dice por allá una
consejera: ‘Álvaro, disciplina, amor,
humildad’. Yo le digo: las dos primeras muy fáciles,
la última muy difícil. Hacer las cosas
con disciplina y con amor, tenemos toda la vocación
para eso. Esa cosa de la humildad es muy difícil,
más cuando uno es combatiente.
He aceptado la crítica de
mis compatriotas, me he comprometido a no nombrar parientes
de los parlamentarios en la Cancillería. Hay
que nombrar gente comprometida, sí, con la defensa
del país y con nuestra política de Seguridad.
Pero superamos ese tema de nombrar parientes de parlamentarios.
En el tema de la seguridad hemos
hecho un gran esfuerzo. Cuando este Gobierno empezó,
en esta Patria nuestra, teníamos casi 30 mil
asesinatos por año; 66 asesinatos por cada 100
mil habitantes. Este año llevamos 7.648, casi
la mitad de año, 17 por cada 100 mil. Falta
mucho.
La semana pasada que estuvimos aquí,
en un foro convocado por el Gobierno, del grupo de
estudio de The Economist, a ellos todavía les
parece muy alto, es cierto, frente a los parámetros
internacionales, pero es que venimos de 29 mil. Confiamos
que al final de año, esa tasa esté por
debajo del 35 por ciento. Unas reducciones impresionantes
en algunas ciudades de la Patria.
Nosotros nos hemos preocupado mucho
para que la Seguridad Democrática proteja a
sectores vulnerables. Por ejemplo trabajadores sindicalizados.
El año anterior a mi elección presidencial
asesinaron 168 en Colombia, este año llevamos
tres. Trabajadores sindicalizados este año llevamos
siete. En maestros llevamos tres.
Los alcaldes de la Patria, los gobernadores.
Cuando empezó el Gobierno había casi
400 alcaldes que no podían ejercer, hoy todos
pueden ejercer. Nuestro ejercicio de seguridad ha sido
un ejercicio de la mano de las libertades. Seguridad,
libertades, dos elementos característicos de
esta democracia moderna.
¿Qué hemos dicho? Esta
seguridad es democrática porque no es para suprimir
el disenso, es para proteger por igual, al amigo del
Gobierno que al opositor. He dicho: protejan por igual
y de corazón a Juan Hurtado, el representante
a la Cámara más fervoroso seguidor de
estas tesis o al doctor Wilson Borja (de la oposición).
Ahora me dijeron, viniendo en el
avión de Bogotá, que había dificultades
para que el doctor Antonio Navarro visitara a Puerto
Rico en Caquetá, porque hay temor en esa carretera
entre Florencia al Cagüán. Llamé al
General Castro (Jorge Daniel, director de la Policía)
y le dije: llévenlo en un helicóptero
de la Policía. Que en mi Gobierno nadie pueda
decir que no pudo ir a un sitio de la Patria a ejercer
el derecho de sus libertades políticas con plenas
garantías. Y llamé al Senador Navarro
(Antonio), le dije: ’me he enterado de esto,
ahí tiene un helicóptero de la Policía,
que lo lleven allá y dónde quiera ir
y haya dificultades, y yo asumo esa responsabilidad’.
Nosotros tenemos una convicción
profunda y la vamos a llevar hasta las últimas
consecuencias: que este compromiso de seguridad es
para devolverle las ilusiones, las libertades a la
Patria y las garantías efectivas de pluralismo
¿Qué nos ganamos con
una Constitución garantista, si no hay práctica
eficaz de las garantías? Por eso con las elecciones
del 2003, dónde opositores y abstencionistas
del referendo tuvieron más garantías –incluso
que el Gobierno para defenderlo- y con lo que pasó al
otro día, con la elección de alcaldes
y gobernadores, de partidos alternativos a los tradicionales,
de partidos provenientes de antiguas guerrillas, le
dije a los colombianos: ‘hemos hecho el tránsito
de unas garantías retóricas a unas garantías
efectivas. Eso es bien importante’.
¿Y qué ha pasado de
allá para acá?, dos cosas: con esos alcaldes,
con esos gobernadores hemos buscado espacios de concertación
sin detenernos en el origen político de su elección.
Ustedes se imaginan ¿qué bueno sería
para el país, el Presidente de la República
trabado en una pugna con el Alcalde de Bogotá?
Nosotros hemos manejado eso con toda
la delicadeza, creando concertación para cimentar
en una condición de largo plazo, una democracia
pluralista, donde todos los actores –independientemente
de sus orientaciones ideológicas- tengan ese
básico compromiso con la Patria.
Ahora que se habla de garantías,
en los últimos meses se han elegido en Colombia
173 alcaldes, no ha habido una sola queja por falta
de garantías.
Por ejemplo me decían que
los paramilitares en el Magdalena. Yo llegué a
las 5:45 de la mañana del 8 de agosto (de 2002)
al Cesar. Esos tres departamentos estaban perdidos
por la guerrilla y unos paramilitares cuidando unas
fincas y el Estado desaparecido. El Estado iba allá a
tomar wisky en el Festival. Y empezamos esa tarea de
recuperar el imperio institucional.
Sectores críticos al Gobierno,
de oposición, han ganado en el Magdalena dos
alcaldías, en los últimos meses. Nosotros
estamos comprometidos con poner la seguridad al servicio
de la democracia.
Antenoche hablaba con la senadora
Piedad Córdoba, y ayer llamé a mi profesor
Carlos Gaviria, y les dije: ‘es que esta cosa
es muy delicada para el país’. Yo no llamé a
un solo Parlamentario por el acto legislativo de reelección,
pero no se me va a quedar uno sólo sin hablar
con él, para que se apruebe esta agenda legislativa. ¡En
este Gobierno ha habido participación pero no
ha habido clientelismo y no ha habido un peso de auxilios
parlamentarios!
-Cuando miren el gasto público,
doctora Patricia, pongan en el scanner a este Gobierno
a ver si encuentran un solo peso de auxilios parlamentarios,
que no lo ha habido-.
Le decía a Piedad: ‘ayúdame
con esta cosa de pensiones’. Me decía: ‘sí yo
te hago oposición leal, yo no soy oportunista,
es que tengo unas diferencias contigo’. ¿Cuáles
diferencias? ‘Que en Seguridad Democrática’. ‘¿Por
qué?, yo te veía exiliada antes, ahora
en el país todos los días criticando,
pero aquí en el país contenta y protegida’ y
le decía ‘y creo que vas a poder estas
elecciones más tranquila porque vas a poder
hacer estas elecciones sin paramilitares porque se
desmovilizan o los acabamos militarmente que es el
tema, este de tanta discusión.
Mire, esos temas son muy controversiales.
Ayer le decía yo a una de las personas que más
aprecio, a Gina Parody, le decía: ‘mira
Gina, tu propuesta es de un enorme valor intelectual,
pero tú estás muy jovencita, aquí hay
que poner un balance entre justicia y paz. Una ley
que sea un balance entre justicia y paz, es imposible
obtenerla en el grado perfecto. Es la primera vez que
Colombia hace un inmenso esfuerzo para agregarle, a
un proceso de conciliación, unas responsabilidades
con la justicia y unas responsabilidades con indemnización
de víctimas’.
Los procesos de paz, yo los aprobé.
Voté en el Congreso de la República por
el reindulto del M – 19, cuando les abrieron
nuevamente la investigación por el Palacio de
Justicia. Dije: no, por el bien de Colombia que no
les abran más esa investigación, están
reindultados. Yo puse el voto allá.
Los procesos de paz en el pasado,
solamente se preocupaban por la reconciliación.
Esta es la primera vez que nos estamos preocupando
por la justicia y por la reparación de las víctimas.
Y en nombre de la autoridad, no vamos
mal. En desmovilizaciones llevamos 12.600 desmovilizados,
mitad paramilitares, mitad guerrilla. Cuando se desmovilizó el
M-19 eran 280 en armas, 600, 800, 900 en total. Se
desmovilizó el EPL, en total dos mil. Aquí van
12.600.
Ahora, yo quiero desde aquí,
desde este foro tan importante que concita a toda la
audiencia nacional, hacerle una invitación al
Eln.
La semana pasada, cuando recibimos
29 muchachos del Eln de Héroes de Anorí,
-Héroes de Anorí es la madre del Eln,
estaba casi derrotado hace 30 y pico de años
y le quitaron el cerco militar que porque allá iban
a hacer la paz-. Es una experiencia que me ha convencido
que la paz no es hija de las debilidades frente a los
delincuentes.
El proceso con los mal llamados paramilitares
no ha sido un proceso porque ellos quieren, de liberalidad,
de espontaneidad, porque este Gobierno los ha enfrentado
militarmente con todo el rigor. Hoy más de 1.300
paras dados de baja. Todos los días hay paras
dados de baja o presos. Antier, los que están
extorsionando en el Casanare, ocho dados de baja.
Yo hago los consejos de seguridad
de esta manera: la primera parte abierta al público,
el señor Ministro (de Defensa), los Altos Mandos
y yo nos reunimos con la comunidad, como lo hicimos
en Puerto Rico, Caquetá, el pasado sábado.
Porque yo les he dicho: ‘ustedes me dan uno informes
muy bonitos en el power point, maticémoslo un
poquito antes, oyendo a la gente’.
Y en la segunda parte ya nos reunimos
el Ministro, los militares y yo y examinamos lo que
nos ha dicho la gente, nuestra política, etcétera.
En Tame (Arauca), la queja contra
la extorsión. Aquí hay paras en el casco
urbano extorsionando, guerrilla en la comunidad rural.
Una de las cosas buenas de esta política
de seguridad es que la gente ha perdido el miedo a
criticar y a denunciar. El departamento del Magdalena
era, en unas partes controlado por la guerrilla y en
otros sitios por los paras y todo el mundo calladito.
Ahora por lo menos ya la gente se atreve a denunciar.
Ahí se capturó ayer a los ocho paras
que estaban extorsionando en el casco urbano de Tame.
Este Gobierno ha logrado estas desmovilizaciones,
no con consejos. Una política equitativa de
paz pero fundamentalmente un factor determinante, una
política de seguridad institucional, con toda
la transparencia, con toda la firmeza y que va haciendo
eficacia con un sacrificio muy grande de las Fuerzas
Militares.
Que recapacite el Eln, le hemos dado
todas las oportunidades, lo que pasa es que nos hizo
un pedido que no le podíamos aceptar: que entraba
en diálogo y que suspendía todo mientras
el diálogo menos el secuestro. Nosotros no podíamos
aceptar eso. Que recapacite el Eln. Hay mediadores
internacionales ayudándonos en eso.
Desde aquí le digo a la Farc –yo
veo por ahí, muchos de mis compatriotas que
escriben que Uribe se mantiene en guerra con la Farc.
Todos esos bandidos hay que acabarlos, este país
necesita vivir tranquilamente para las nuevas generaciones
sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico-.
En el momento en que la Farc haga
un alto en el camino y diga: ‘acepto un cese
de hostilidades’, con este Gobierno negocia más
fácil que con cualquiera. Lo que no podemos
incurrir los colombianos, es en la trampita de entrar
a debilitar la política de seguridad, comprando
la ilusión de que la Farc con un Gobierno débil
va a negociar.
Yo estoy seguro que si la política
de seguridad sigue con toda la determinación
se demora menos que más para empezar a negociar,
pero esos procesos nacen de la determinación
de seguridad del Estado y llegan a feliz término,
manejados con generosidad, pero no nacen sino de la
firmeza.
Por ejemplo ¿qué ha
pasado en secuestro? En esta Patria estaban secuestrando
3.050 ciudadanos por año. Yo quisiera tener
un mejor resultado, ahí vamos avanzando. Este
año han secuestrado 327, de los cuales 159 han
sido por secuestro extorsivo. Hay que individualizar
responsabilidades. Le he pedido a los generales Fredy
Padilla de León y Castro Castro, que se apersonen
al más alto nivel de cada caso de secuestro.
En Colombia hay que manejar lo macro
y lo micro, eso no es excluyente. Si el Presidente
de la República y los altos mandos nos dedicamos
simplemente a proyectar lo macro frente al secuestro
y no estamos pendientes del día a día,
mientras pensamos lo macro, nos siguen secuestrando
a los compatriotas. Aquí hay que pensar lo uno
y ejecutar lo otro.
Eso nos ha dado resultados. En las últimas
tres semanas, uno secuestrado en Santa Fe de Antioquia,
al frente los generales Castro Castro y Fredy Padilla
y a mí me ayuda mucho el celular. A la semana
rescatado, los cuatro secuestradores dados de baja.
Secuestran una señora de un
ingeniero de Manuelita, al frente los dos generales
y el celular desde la Presidencia, y al otro día
liberada.
El Eln nos mantiene un secuestrado
en el Cauca, ya le quitamos el último, lo rescatamos
anoche. Esta mañana hablé con él,
ese señor estaba feliz. Eso sí que reconforta,
pensar en el sentimiento de un ciudadano cuando se
le evita un secuestro o se libera.
Tenemos un problema, nos secuestraron
ayer una persona en Puerto Lleras (Meta), ahí estamos
encima a ver si lo recuperamos. En Bogotá no
se ha presentado un solo secuestro extorsivo este año.
El último acto terrorista,
contra esta ciudad fue, el 5 de agosto de 2002, dos
días antes de la iniciación de este Gobierno.
Vamos a seguir en ese tema, queridos amigos.
Santiago Montenegro (director de
Planeación) próximamente los invitará a
discutir a ustedes un documento que se está preparando
desde el principio del país: ‘Colombia
para el Segundo Centenario’, para que este país
tenga una visión de largo plazo que no se pueda
imponer, pero en la medida que se cimente en la discusión
comunitaria, va a ayudar a enlazar un plan cuatrienal
con otro.
¿Qué queremos?: una
democracia con seguridad, con transparencia, con instituciones
independientes, con libertades plenas y con cohesión
social.
¿Qué queremos? Mi generación
no ha vivido un día de paz. Queremos una nueva
generación que pueda vivir en este país,
llena de ilusiones, feliz. Una Patria sin guerrilla,
sin paramilitares, sin droga y sin corrupción.
Doctora Patricia, sigamos avanzando
en estos procesos de concertación. Ustedes están
en un buen momento. Aspiro que todos los colombianos
nos demos cuenta que lo que más le conviene
al país, en esta materia económica y
en las que estamos hoy, las que trató la doctora
Patricia, es tener un sector financiero sano, estable,
sin amenazas. Con un horizonte despejado.
Hagámoslo querer todos los
días más de los colombianos. Este país
necesita vincular a toda la gente con amor. Es bastante
difícil, sobretodo en el combate político,
pero el de ustedes no es tan difícil, el tema
de ustedes no es tan difícil como el que ejerzo
yo. Sin embargo, voy a ver si en estos días
soy capaz de superar la vanidad y no dar mal ejemplo.
Les agradezco mucho que dentro de
un año el balance en vivienda social sea extraordinario.
¡Mucha suerte y que viva Colombia!