Ciudad de Panamá, 13 mar (SNE).
Las relaciones entre el Gobierno y los periodistas deben regirse
bajo una regla fundamental
y clara: independencia y respeto, en todos los campos. Dicha
premisa implica que los gobernantes no pueden pretender que los
periodistas les aplaudan todas sus acciones, ni que los gobernantes
hagan todo lo que los periodistas quieren.
Así lo reafirmó el presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, en su discurso ante la Asamblea General de
la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), realizada en Ciudad
de Panamá (Panamá).
Dentro de esa relación, explicó el Mandatario,
debe haber una relación armónica que “no
claudique esa independencia con el bien público”.
“Los gobernantes no podemos pretender que los periodistas
aplaudan todo lo que nosotros hacemos. Y los periodistas no pueden
pretender que los gobernantes hagan todo lo que los periodistas
quieren. Por supuesto, los gobernantes somos sensibles y sensitivos,
mantenemos la vanidad a flor de piel y no hay cosa que más
nos enoje que una crítica de prensa, pero tampoco hay
qué más nos levante la vanidad que un buen editorial”.
En su discurso, el Presidente agregó que la crítica
periodística en lo personal es más “mortificante”,
pero que en lo institucional resulta más “útil”.
“Hay que comprender que en sociedades como las nuestras,
con desigualdades, pobreza, terrorismo y corrupción, la
labor de la prensa tiene que ser criticar. Puede ser que en el
corto espacio del Gobierno uno se mortifique con las críticas,
pero estoy seguro que en el examen más largo y profundo
del periplo político, encuentre que las críticas
eran la razón de ser y finalmente una expresión
de salvamento institucional”, aseguró.
NADA DE CENSURA, NADA DE CONTROLES
Uribe fue claro al reiterar que la decisión, desde el
inicio de su Gobierno, ha sido la de no censurar ni controlar
a los medios de comunicación, así algunas de las
informaciones que estos publican, le generen gustos o disgustos.
Aunque confesó que no es capaz de leer, ver o escuchar
las entrevistas que los miembros de los grupos terroristas conceden
a medios de comunicación, el Presidente pidió que
se haga la pregunta de si, “para dar una noticia de la
violencia”, hay que volver actor y personaje al terrorismo
en los medios.
“Ahí encuentro una gran división entre los
políticos y los medios. Algunos creen que dándoles
participación, presentándoles reportajes, entregándoles
espacios, se les desacredita; otros creen que se les legitima.
En mis sentimientos personales, comprendo siempre la publicación
de la noticia de la violencia (…). Pero dejando a un lado
los sentimientos, dejando a un lado los gustos y los disgustos, ¿cuál
es la decisión? Nada de censura, nada de controles (…).
Hay que entender que así se le quiera o no dar divulgación
al terrorismo, sus masacres no se pueden ocultar y ese dolor
justifica la noticia”.
Para el Jefe de Estado, la sociedad debe
dar el debate “constructivo” sobre
la relación entre periodista, noticias y terrorismo, para
que impere el autocontrol de los medios y sean estos los que,
de manera autónoma y sin presiones, definan, “en
nombre de la ética”, cuál es el compromiso
con el bien público, cómo manejan la relación
entre la noticia de violencia y el espacio al actor de violencia
que, en el caso de Colombia, es el terrorismo.
SEGURIDAD PARA LA PRENSA
Durante la intervención, el Presidente insistió en
el principio de la política de Seguridad Democrática:
seguridad para todos, incluidos los periodistas.
Lamentó que, a pesar de los ingentes esfuerzos del Estado
para proteger a los comunicadores, aún hoy se presenten
casos de asesinatos y amenazas contra éstos, pero que
desde el inicio de su mandato la tendencia es a la baja. Y presentó las
cifras: en el 2001, 9 periodistas murieron, 11 en el 2002, 7
en el 2003, 3 en el 2004 y en lo corrido de 2005 van 2 periodistas
asesinados.
“Quisiera decirles que ya hubiéramos logrado en
Colombia nuestro objetivo de cero periodistas asesinados, de
cero periodistas amenazados. La tendencia ha mejorado, pero no
lo suficiente. Reitero que nosotros no estaremos satisfechos
hasta que podamos decirle al mundo: ‘en Colombia, cero
periodistas asesinados; en Colombia, cero periodistas amenazados’”.
El Jefe de Estado reconoció que para que se logre ese
objetivo (cero periodistas asesinados y amenazados), debe imperar
la justicia en todos los casos, para que no queden impunes, para
lo cual Colombia, explicó, incorporó constitucionalmente
el régimen acusatorio y el procedimiento oral.
“Ya empezamos a aplicarlo en cuatro ciudades de la Patria
y los resultados iniciales muestran que es un sistema de justicia
más eficaz, transparente y con mayor garantía de
que vamos a superar la impunidad”.
Concluyó con el argumento de que es necesario, para “nuestra
generación”, dejar en la mente de las “nuevas
generaciones” la reflexión de que en Colombia se
derrotó el terrorismo al mismo tiempo que se recuperó la
vigencia de los derechos humanos y se profundizó la democracia,
sin cercenar, en momento alguno, las libertades públicas.