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PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN LA INAUGURACIÓN DE LA CASA DE JUSTICIA EN MONTERÍA

Montería, 18 mar (SNE). El siguiente es el discurso del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, durante la inauguración de la Casa de Justicia en Montería.

“Acabamos de recibir la muy triste noticia del asesinato en Manizales del representante a la Cámara Oscar González, a quien tanta gratitud debemos.

Antes de empezar estas palabras, quiero dejar mi voz del más enérgico rechazo y pedirle a las autoridades de Policía, Militares, al DAS y a la Justicia, que cuanto antes sean capturados los autores materiales e intelectuales. El Gobierno Nacional ofrece desde Montería y yo les ruego, general Montoya y coronel Arias, transmitámoslo ya al Ejército y a la Policía, 50 millones de pesos de recompensa a los ciudadanos que con su información, permitan la captura de estos asesinos. Que en los medios de comunicación, especialmente en Manizales, en el departamento de Caldas, nos ayuden difundiendo esa recompensa y vamos a dar con el paradero de estos asesinos. Nosotros no podemos dejar asesinar a los colombianos, no podemos dejar asesinar la democracia.

Quiero agradecer inmensamente a los Estados Unidos, a su pueblo, a su Gobierno, muy especialmente a la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), al señor Michael Deal y a todo ese equipo de la AID, la gran colaboración con Colombia.

Empotrar una Casa de la Justicia en un sector popular de Montería, aquí en los Araújos, es hacer que el Plan Colombia toque la entraña más importante del pueblo de la Patria, de los sectores populares de la Patria. Mil gracias por este esfuerzo.

Quiero agradecer al señor alcalde de Montería su esfuerzo para que pudiéramos tener el lote, y el esfuerzo para que la Casa de ahora en adelante funcione bien, porque ya construida y lista, lo importante son sus resultados.

Y quiero agradecer al señor ministro del Interior y de Justicia, Sabas Pretelt, a todo su equipo, el enorme entusiasmo con que han venido liderando este programa. Las cifras son elocuentes: en el año 2001, en diciembre, Colombia tenía 14 casas de justicia, hoy tenemos 38. Nos habíamos propuesto terminar el cuatrienio con 42 y el Ministro me asegura que vamos a terminar con 44, que muy posiblemente las 44 estén listas al finalizar este año.

Vi hace muchos años funcionar por primera vez la Casa de Justicia en Cali, en Aguablanca, y cómo ayudó. Ahí ha tenido el país un gran ejemplo. En la medida en que esto funcione bien, aquí tienen que llegar con confianza los conflictos de familia para resolverlos y evitar violencia intrafamiliar.

En la medida que esto funcione bien, aquí tienen que llegar con confianza los conflictos de vecinos para resolverlos y evitar esa violencia callejera que se da entre vecinos.

En la medida que esto funcione bien, aquí tiene que llegar con confianza las pequeñas causas de aquello que se llama responsabilidad civil, un reclamo del uno al otro y entrar a resolverlos, eso es una gran tarea.

Cuando hemos insistido mucho a nuestros compatriotas, sobre la necesidad de que aprendamos a resolver los conflictos pacíficamente, hemos reconocido que en unas sociedades como las actuales, numerosas, aglomeradas, diversas, e interdependientes, el conflicto se da en todo momento.

Hoy no es posible pensar en una sociedad sin conflicto, lo importante es reconocer la existencia del conflicto y tener los mejores instrumentos para conducir el conflicto a los mejores resultados.

Uno de mis profesores de administración en esa época, avizorando el mundo que se venía, aseguraba que la solución no era pretender vivir con el imposible, pretender vivir sin conflicto, sino saber resolverlo.

En la medida que resolvamos el conflicto, de esa solución deben surgir la creatividad, el progreso, el avance para la comunidad. Si no lo sabemos manejar, el conflicto degenera en destrucción de la familia, en destrucción del vecindario, en destrucción de la parroquia.

Muchos colombianos me han dicho: ¿Bueno, pero esto no va a servir para el tema de guerrillas, paramilitares?

Es posible. Yo he creído que allí lo que impera fundamentalmente es el ejercicio severo de la autoridad, lo que va conduciendo a que los grupos violentos hagan una reflexión y entren en procesos de paz, pero esto sirve para la reinserción.

En la medida que por aquí que pasen los muchachos de la reinserción, aprendan las técnicas de negociación de conflictos, sepan diferenciar la pasión por las posiciones, del examen objetivo de los intereses, se les avive la creatividad para buscar opciones ante cada situación difícil, esos muchachos pueden ser unos multiplicadores de paz y de convivencia en Colombia.

En la medida que aprendamos a manejar el conflicto en el hogar, dentro de los miembros de la pareja, en las relaciones de papás e hijos, el conflicto en el colegio, los muchachitos que se lían a patadas en un partido de fútbol, el conflicto en la calle, entre el que va en la moto y el que le atraviesa el carro, el conflicto en la empresa, en la medida que aprendamos a manejar la discrepancia política con apelación exclusiva a los argumentos, en esa misma medida los colombianos nos convenceremos de la inutilidad de la violencia.

Así como reconocemos que esto inicialmente no tiene efecto frente a los actores terroristas de la Patria, sí ayuda muchísimo en la reinserción y crea una cultura de convivencia en la Nación, que cerrará definitivamente las puertas por donde los colombianos han entrado a la violencia.

Es muy importante no manejar el tema solo con casuística, hay que manejarlo también con unas teorías que faciliten esa práctica y es necesaria la teoría de mirar los intereses antes que las posiciones. La teoría de que todo el mundo avive muchísimo su mente y la abra para buscar opciones, de que todo el mundo busque cómo, sin ceder su punto de vista, con la contraparte puede llegar a una solución que no la había imaginado la contraparte, que no la había imaginado él.

Hay un ejemplo bien importante. Cuando estaban en los acuerdos de Camp David, que permitieron resolver el problema entre Egipto e Israel, se fue construyendo la teoría del profesor Fisher, que hoy es de aceptación universal. Se le preguntó a los egipcios, ¿qué piensa ustedes, que exigimos el retiro de Israel de la franja al oriente del río Nilo, del canal del Suez?

Se le preguntó a los israelitas: ¿qué piensan ustedes, exigimos que los egipcios reconozcan la soberanía de Israel en ese territorio? Eran unas posiciones irreconciliables, posiciones totalmente dogmáticas, posiciones sin racionalidad, totalmente apasionadas.

¿Entonces qué se hizo en Camp David? Se empezó a buscar que se hiciera el tránsito de las posiciones a los intereses y en un esfuerzo pedagógico bien importante, el profesor Fisher logró que le dieran respuesta a esta pregunta: ¿Usted por qué, señor de Egipto, quiere que le devuelvan esa tierra? ¿Cuál es su interés? Y contestó: Es que esa tierra ha sido históricamente del pueblo egipcio, no podemos permitir que los israelitas se la lleven.

Entonces había manifestado una posición, ahora expresó ya no una posición sino un interés, el interés de recuperarla porque había pertenecido históricamente al pueblo egipcio.

Y le preguntaron a los israelitas: ¿Cuál es la razón de lo que ustedes han dicho, que no se pueden retirar de ahí, que los egipcios tienen que reconocer la soberanía de Israel en ese territorio? Y contestaron: Lo que pasa es que si nos retiramos de ahí, nos pueden instalar misiles, que quedarán muy cerca de Israel y nos harán muchísimo daño, nos deterioran la seguridad. Empezaron a hacer el tránsito de la oposición a manifestación del interés, ese paso es muy importante.

Y empezó la tercera fase, la de la activación de la creatividad. Empezaron a buscar opciones y llegaron a una solución buscando opciones. Por eso yo le insisto mucho a mis compatriotas, que uno no se debe apegar dogmáticamente de una posición sino que tiene que buscar opciones, creativamente.

¿Cuál opción encontraron? Encontraron la opción de que Israel reconoce la soberanía de Egipto en ese territorio, por ende se satisfizo el interés de los egipcios de reconocer la propiedad histórica de ese territorio. Y los egipcios aceptaron no instalar allí misiles para no crearle mayores riesgos a la seguridad de Israel, se satisfizo el interés de los israelitas en esa materia.

Y después vino la seguridad para que el acuerdo fuera cumplible y entonces se llamó una fuerza multinacional de paz, que todavía está acantonada allí, de la cual ha hecho parte Colombia.

Esa fuerza multinacional de paz, ha sido una garantía de que las partes cumplan lo que acordaron en Camp David, los acuerdos tiene que ser cumplibles.

Eso importante en la historia contemporánea, o lo que acaba de leernos el Obispo de la solución salomónica, muestra cómo hay que auscultar en cada conflicto los intereses de las partes, eso es bien importante.

Tengamos en cuenta, que en esto hay que ser persistente y que nos faltan unos pasos. Si bien Colombia en los últimos lustros ha avanzado para que mucha discrepancia que antes había que llevarla a los juzgados, a los tribunales, se pueda resolver hoy por procedimientos amistosos, por ejemplo en las notarías, nos falta muchísimo.

Una de las reformas a la justicia pendientes es llevar más pequeñas causas a la posibilidad de la conciliación, desjudicializar pequeñas causas.

Yo veo en las universidades, a través de sus consultorios jurídicos, en las cámaras de comercio, en las notarías y en estas Casas de Justicia, el reemplazo de los jueces y tribunales para las pequeñas causas, desjudializar las pequeñas causas. El Ministro ha tenido mucho entusiasmo, yo creo que con la cooperación del Congreso, antes de terminar este cuatrienio podremos avanzar en el proyecto de desjudialización de las pequeñas causas.

¿Quién va administrar esta Casa? ¿Tu?

¿Qué estudiaste?

¿Tienes aquí personas de las que asisten a la casa frecuentemente?

Llámame cuatro personas, llama a cuatro personas para acá.

Vamos a hacer esta competencia: ustedes van a pulsar hasta que yo cuente diez, ustedes dos pulsan y ustedes dos pulsan, y ganan los que más lleven la mano del otro al suelo.

Cero puntos. Nadie ganó.

Directora, hagan aquí un ejercicio todos los días, invéntense, este es uno muy elemental. En estas casas hay que establecer la diferencia entre la confrontación y la cooperación. La confrontación lo que hace es frenar resultados sociales, la cooperación lo que hace es traer resultados sociales, hagan ese esfuerzo.

Finalmente, una propuesta muy elemental. ¿Usted por qué no se compromete a traer al patio de afuera de esta casa, todos los viernes, un concierto, una banda de música?

Directora: Todo eso lo hemos planificado, tenemos un plan de acción

Presidente: ¿Cuando empieza? Para que la comunidad, para la visión de la Casa, que la comunidad vea que no solamente tiene que venir aquí a resolver un problema, sino que esta Casa también le depara un instante de esparcimiento.

Directora: El objetivo final de este proyecto de Casa de Justicia, es que nadie venga a las Casas de Justicia precisamente a resolver pleitos.

Presidente: Si se le acaban lo pleitos, póngala de casa de estudios, de música, biblioteca, pero manténgala llena. Esta construcción tan buena que nos regala Estados Unidos no la podemos mantener en desuso, eso sería un desperdicio.

¿Se compromete conmigo a traer aquí cuántos conciertos al año?

Directora: Aquí tenemos una persona que nos puede también ayudar.

Presidente: El año, en 52 semanas ¿Cuántos conciertos va ha haber aquí mínimo?

Directora: Me comprometo con usted Presidente, quincenalmente, un concierto.

Presidente: 25, 26, de lujo. Hazlo, ese es un factor para que la gente le tenga cariño a este centro.

Directora: Es que a través de la cultura, se puede llegar hasta las comunidades a involucrarlas.

Presidente: Bueno, entonces te voy a calificar la tarea. El profesor Sander, de Harvard, profesor de música y profesor de negociación, acostumbra calificar la tarea antes de que la entreguen.

Yo no te voy a calificar a posterior, quedas calificada ya y tu vas a ver si con tu práctica, mereces o desmereces la calificación. ¿Qué estudiaste tú?

Directora: Comunicación Social.

Presidente: Y en los exámenes de la universidad cual era la máxima nota a la que podías aspirar?

Directora: Cinco.

Presidente: Te queda calificada como cinco la dirección de esta Casa.

Directora: Gracias.

Presidente: Por anticipado. Y se que no nos vas a quedar mal. Muchas gracias señor Deal, muchas gracias Ministro, muchas gracias Alcalde, a todos muchas gracias, que esto sea para el bien de Montería”.

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