PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN CUMBRE
PRESIDENCIAL
Ciudad Guayana (Venezuela), 29
mar (SNE). La siguiente es la intervención del Presidente de Colombia, Álvaro
Uribe Vélez, ante sus homólogos de Venezuela,
Brasil y España, reunidos en Ciudad Guayana (Venezuela).
“Gracias, Presidente Chávez. Bueno, es
muy grato compartir esta reunión con ustedes.
Yo empezaría preocupado por el tiempo y porque
ahora vi al Presidente Rodríguez Zapatero reclamar
ya la hora del almuerzo aquí, la comida suya.
Pero déjenme empezar por esto: nada hay más
importante para desvirtuar la agenda de rumores, que
la agenda del trabajo práctico y eficaz. Nosotros
tenemos que escoger si vivimos jalonados por los rumores,
si dejamos que se agrien las relaciones de nuestros pueblos,
o si avanzamos con la agenda de lo práctico.
Cuando miro la historia de Colombia
con Brasil, veo una historia amazónica, de relaciones de cortesía,
de encuentros de coctel y de acuerdos esporádicos
para defender el precio del café, pero una historia
a espaldas, una frontera bien importante y una historia
de espaldas. Creo que hemos dado pasos que son de gran
importancia. El primero, a lo que tanto contribuyó el
Presidente Lula, esa integración entre la CAN
y Mercosur. Porque diría que eso rompió una
historia de indiferencia y la hizo suceder a un tramo
bien importante de integración no retórica
sino práctica. Confío que rápidamente,
Presidente Lula, Presidente Chávez, nuestros Congresos
ratifiquen esa integración entre la Comunidad
Andina y Mercosur. Ese es un paso de gran importancia.
Por supuesto que tenemos que
integrarnos en todos los campos. Está el campo de la infraestructura. Para
mencionar, Presidente Rodríguez Zapatero, dos
temas con el Brasil de gran importancia: está lo
del río Putumayo. Ahí va bajando por la
frontera Ecuador–Colombia–Perú– Colombia
y le sale al Amazonas por el Brasil. Ahí hay una
comunicación importantísima del Brasil
con el Pacífico, a través de Colombia.
Voy a ver cómo está el pulso mío
desde aquí.
PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ. Mejor que el mío.
Mira, ¿cuántos kilómetros hay del
Putumayo al Pacífico, de donde sale el Putumayo?
PRESIDENTE ÁLVARO URIBE VÉLEZ. A ver,
el Putumayo tiene unos 1.200 kilómetros navegables
del Amazonas a un sitio colombiano que se llama Puerto
Asís. ¿Y de ahí al Pacífico
hay unos 320 kilómetros, Santiago? ¿Entonces
qué nos falta allí? Nos falta pavimentar
200 kilómetros de carretera y hacer unas variantes
bien importantes entre dos sitios colombianos que se
llaman Mocoa y Pasto. Eso se convierte en una gran vía
de integración suramericana y en una gran salida
del Brasil al Pacífico.
Y el otro tema donde ya va tocando
a la hermana República
de Venezuela, Presidente Rodríguez Zapatero, es
el tema que mencionaba el Presidente Chávez. Aquí viene
el Orinoco, aquí está el río Meta,
en esta área tenemos Colombia y Venezuela una
llanura común. Usted me decía esta mañana
que Venezuela tiene dos riquezas: petróleos, combustibles
en general, y agua. Aquí tenemos un llanura común,
con todo el futuro, una llanura donde llueve más
o menos 2.500 milímetros año, bien repartidos,
sin épocas de sequía extensas, con todas
las posibilidades para el desarrollo de palma africana,
de biodiesel, de caucho, etcétera. Y tenemos este
río Meta, afluente del Orinoco, que es una gran
arteria de navegación. Al llegar aquí a
este sitio colombiano, Puerto Carreño, fronterizo,
uno puede tomar el Orinoco aguas abajo, a venir a este
Estado de Bolívar, o puede tomarlo aguas arriba
al Caño Casiquiare, y a pasar aquí al Río
Negro y llegar a la hermana República del Brasil,
al Amazonas, y a seguir al sur por lo que se llama la
hidrovía suramericana -que ya la tiene el Presidente
Chávez-, a buscar el río Paraguay y el
Paraná.
Esas son obras de gran importancia. ¿Qué queremos,
Presidente Rodríguez Zapatero? Poder financiar
rápidamente por lo menos la recuperación
de la navegabilidad del Meta–Orinoco, como primer
trayecto de esa hidrovía, y la salida del Brasil
al Pacífico por Colombia, a través del
río Putumayo y la carretera de Mocoa–Pasto-Tumaco,
salida del Brasil al Pacífico colombiano.
Con Venezuela tenemos una agenda
de gran importancia. Venezuela, que es 200 veces más rica en hidrocarburos
que Colombia, necesita durante algún tiempo alimentar
de gas sitios de su occidente. Colombia está haciendo
un desarrollo de gas acá. Entonces uno de los
primeros puntos es suministrarle a Venezuela gas desde
este punto hasta acá y en reciprocidad que en
el futuro Venezuela se constituya en una fuente de venta
de gas a Colombia. Pero nosotros no podemos pensar solamente
en esta integración de infraestructura en Suramérica.
Usted ve a Colombia aquí, es el eslabón
que une a Suramérica con Centroamérica.
Colombia ya hace parte del Plan Panamá Puebla,
que es otra instancia bien importante para ir avanzando
hacía la integración Iberoamericana.
Entonces, ¿en qué estamos? Primero, construir
un gasoducto desde la hermana República de Venezuela
pasando por Colombia a Panamá, para que se integre
hasta Puebla. Segundo, construir la Línea de Integración
Eléctrica. Venezuela está integrada con
el Brasil, está bastante integrada en varios puntos
con Colombia –las líneas eléctricas-,
Colombia a su vez tiene una integración con el
Ecuador, por aquí no estamos integrados con el
Perú, la integración con el Perú hoy
la tenemos que hacer a través del Ecuador y es
bien importante que hagamos esta línea de integración
eléctrica de Colombia a Panamá, pensando
en el Plan Panamá Puebla, en la integración
de Suramérica–Centroamérica.
Pero esto hay que pensarlo mucho
más allá,
Presidente Rodríguez Zapatero. Hay que pensarlo
en función del Asia. Nada vale que nos integremos
nosotros para estancarnos. Algún día le
decía al Presidente Lula que esta integración
sirva como un estímulo para que juntos, en bloque,
busquemos otras economías. Y le dije al Presidente
Chávez en diciembre, que él iba para China,
le dije: lleva las cartas de representación de
Colombia en tus reuniones con los chinos.
Entonces estamos en esta idea.
Del Lago de Maracaibo, Venezuela sacaría un gasoducto o un poliducto
al Pacífico colombiano, para exportar sus combustibles
a través del Pacífico colombiano, a Asia,
buscando esas economías como la china. Eso es
algo plenamente aceptado por la opinión pública
colombiana. Nosotros queremos que eso se haga y estamos
dispuestos.
Esa integración nos ayuda muchísimo, porque
en la medida que más integrados estemos, más
necesidad de integración vamos a sentir. No creo
que lleguemos a la moneda única de un momento
a otro. La integración nos va forzando a llegar
a nuevos pasos de integración, como serían
los acuerdos monetarios, los acuerdos cambiarios. La
Unión Europea, antes de tener la moneda única,
hizo unos acuerdos de armonización de sus indicadores
macroeconómicos. Allá tenemos que llegar
nosotros. Y esa integración nos ayuda a que cada
uno cuide su propia democracia y la democracia del vecino.
Y esa integración nos ayuda a que cada uno cumpla
con la tarea de erradicar la pobreza en su propio país.
Si algo le ha ayudado a Europa en ese proceso de erradicación
de la pobreza, es la integración. Cada socio de
la Unión Europea se ha convertido en un fiscal
para que el otro cumpla con su agenda social.
Por esos nosotros tenemos que
conectar muy claramente en nuestro medio la idea de
la integración con
la agenda social. La integración es un camino
de expansión de la economía y es un medio
de fiscalización de cada uno sobre los demás,
para que cada uno cumpla con su agenda social.
Y ayuda inmensamente en otro
tema. Si ustedes me preguntaran desde el punto de vista
de Colombia, ¿cuáles
son las causas eficientes de la pobreza, y que la tenemos
y bien alta?, diría: en las últimas décadas
en Colombia ha habido dos causas eficientes de la pobreza:
el terrorismo alimentado por el narcotráfico y
la corrupción.
No hay presupuesto que aguante
la corrupción
que hemos tenido en muchos de nuestros países.
La integración ayuda a eliminarla. Porque cada
uno de los miembros de la integración se convierte
en un fiscal, que va atener los ojos puestos sobre los
demás, para que los recursos en lugar de que se
vayan a la corrupción se vayan a la agenda social.
Y es fundamental el tema de la
seguridad. He anotado aquí, y voy a hacer uso de lo que ha dicho el
Presidente Rodríguez Zapatero: la seguridad tiene
que ser algo compartido. He insistido mucho, cada vez
que hablo con el Presidente Lula, cada vez que hablo
con el Presidente Chávez, en la necesidad, déjenme
decirlo humildemente, de que nos ayuden en este tema
del terrorismo en Colombia. Hoy por Colombia, mañana
por estos países hermanos. Y les he dado a ambos
una garantía. Nosotros estamos cuidando celosamente
nuestra democracia.
Hugo, te voy a mandar unos goticas
que me dan por allá a
mí en mi pueblo, porque cuando te oigo, digo:
bueno, pero por qué le he prestado tan poca atención
a todo lo que de pronto dicen de los políticos
que ganamos una que otra elección. Cuando a mí me
eligieron, decían “llegó el fascista,
la mano dura, el militarista, se acabó la democracia”.
La hemos profundizado. Las elecciones del 2003 en Colombia,
regidas por la Seguridad Democrática, fueron un
ejemplo.
Allí están muchísimos alcaldes,
gobernadores, provenientes de partidos alternativos a
los tradicionales, provenientes de lo que otrora se llamaba
la izquierda radical, provenientes de partidos de antiguas
guerrillas. No solamente llegaron, sino que llegaron
rodeados de garantías del Gobierno que presido.
Y no solamente llegaron, sino que han tenido todo el
respeto a sus espacios de gobernabilidad. Han tenido
toda la colaboración y el respeto del Gobierno
Nacional, hasta el punto de que ellos hoy se sienten
cómodos con un Gobierno del cual pensaron que
sería muy diferente.
Entonces cuando tenemos ese proceso
de profundización
democrática, invocamos el derecho de que contra
la democracia colombiana no haya violencia. Y cuando
por un lado hay una democracia en profundización
y por otro lado unos grupos financiados por la droga,
atentando con armas contra esa democracia, los que defendemos
y garantizamos esa democracia tenemos todo el derecho
a señalarlos de terrorismo.
Cuando leo las legislaciones
europeas y veo, por ejemplo, que en muchos de los países europeos se define
terrorismo como el uso o la simple amenaza de uso de
la fuerza por razones ideológicas, políticas
o religiosas, encuentro que eso tiene una razón
histórica. En la medida que se consolidaron las
democracias europeas, la contrapartida fue negar la posibilidad
de que se les combatiera por la vía armada. En
la medida que nosotros hemos profundizado la democracia
colombiana, la contrapartida tiene ser negar la posibilidad
de que se nos combata por la vía armada y de que
se nos combata de la manera en que se nos combate. Es
que allá no solamente hay una gente en armas,
allá hay una gente financiando su acción
con el narcotráfico, amenazando la selva amazónica.
Presidente, usted me preguntaba esta mañana, cuando
esperábamos a los presidentes Chávez y
Lula, por la Amazonía.
Colombia es la inserción noroccidental en la
selva amazónica, aquí está la selva
amazónica. Colombia es esta inserción noroccidental
en dirección noreste en la parte más occidental
de la selva amazónica. La droga ha destruido en
Colombia un millón 700 mil hectáreas de
selva tropical amazónica. Eso empieza a ser la
gran amenaza contra el equilibrio ecológico. Ha
corrompido todo.
A mí me ha tocado en el curso de mi generación
ver la evolución de las guerrillas. Cuando era
un adolescente las guerrillas colombianas eran ampliamente
ideológicas. Las unas defendían la revolución
del Presidente Castro en Cuba, las otras eran la línea
prosovietica, las otras seguían las tesis de Mao
Tse Tung en China, etcétera. Pero eran ideológicas.
Nunca pensé, hace 30 ó 35 años en
la universidad pública, que la guerrilla, que
en esa época se veía como el antípoda
del narcotráfico, 30 años después
estuviera fusionada con el narcotráfico. Vivir
para ver.
Esa transición nos ha tocado presenciar en Colombia,
y el daño ha sido enorme. Nosotros llegamos a
tener en Colombia hace dos años 30 mil homicidios,
en un país de 42 millones de habitantes. Cómo
no va a estar uno alarmado con eso. Llegamos a tener
3 mil secuestros. Que ha mejorado la situación,
sí, pero falta mucho. Uno no puede, no se cuántos
secuestros tiene Brasil. En Colombia se dice: cómo
ha mejorado, y todavía hubo 700 el año
pasado. Es una barbaridad. Porque estábamos mal
acostumbrados, porque veníamos de 3 mil. Cómo
ha mejorado, y todavía hubo 19 mil homicidios
el año pasado.
Entonces un problema de esas
dimensiones no lo resolvemos sin la ayuda de los vecinos.
Por eso molesto tanto al
Presidente Chávez y al Presidente Lula en ese
tema, y sé que todos los días vamos a avanzar
en esa tarea. Y esta gente tiene capacidad de hacer daño
en todas partes. Ahora, por ejemplo, tenemos el caso
de uno acá, colombiano, lo capturaron en Venezuela.
Me contaba el Presidente Chávez que es responsable
de un secuestro de la mamá de un beisbolista.
Ellos para secuestrar y hacer daño tienen tácticas,
tienen momentos, pero finalmente no respetan fronteras.
Por eso muy importante avanzar en ese camino.
El tema de las Farc, el ELN.
En la misma forma que nosotros hemos tenido toda la
firmeza para la política
de seguridad, también hemos ofrecido toda la apertura
para procesos de paz.
Cuando empezó este Gobierno, mi antecesor, el
Presidente Pastrana, había autorizado unas conversaciones
con el ELN en Cuba, y unas conversaciones con los paramilitares
a través de la Iglesia Católica. Yo dije
que estábamos dispuestos a continuarlas a condición
de que hubiera cese de hostilidades. El planteamiento,
y se lo expresé aquí en una reunión
reciente, cordial, productiva, muchísimo al Presidente
Chávez, es: urgencia para el cese de hostilidades,
paciencia para llegar a los acuerdos finales.
Le he dicho a estos grupos: mire,
no hay afán
de que ustedes se desmovilicen, se desarmen, eso sí,
silencien las armas. Si silencian las armas, se crean
las condiciones para que en un proceso paciente, bien
manejado, lleguemos al punto final que es su desmovilización,
su desarme y su reincorporación a la vida constitucional.
Eso ha sido la exigencia. Hasta el momento no hay proceso
de paz sino con algunos sectores paramilitares, no con
todos. Hoy a las cinco de la mañana la Fuerza
Pública colombiana dio de baja a un jefe paramilitar
en el departamento del Cesar. Está aquí,
aquí está la ciudad de Valledupar, ahí a
las cinco de la mañana dieron de baja a un jefe
paramilitar. No obstante que hay unos grupos paramilitares
con quienes estamos en proceso de paz. La orden del Gobierno
es: quienes respeten el proceso de paz, avanzamos con
ellos en ese proceso, quienes no lo respeten, los combatimos
militarmente.
En el pasado en Colombia, cuando
se desmovilizó el
M-19, se desmovilizaron 280 guerrilleros, más
unos 500 simpatizantes. Cuando se desmovilizó el
EPL, se desmovilizaron mil guerrilleros, más mil
simpatizantes. En este Gobierno se han desmovilizado
6 mil paramilitares y casi 6 mil guerrilleros. Las desmovilizaciones
colectivas en algunos casos de los paramilitares, las
desmovilizaciones individuales de la guerrilla. Y los
estamos tratando con toda la generosidad democrática.
No es fácil. El costo de esos procesos es muy
alto, la escasez del presupuesto colombiano es crónica,
aguda, pero estamos haciendo todos los esfuerzos, y es
bien importante la ayuda de la Unión Europea,
Presidente Rodríguez Zapatero, en eso.
No hemos podido con las Farc
y con el ELN. Ahora, Presidente Lula, no me tiene que
dar explicaciones de las que dio
ahora. Yo me avergüenzo, usted sabe cuánto
respeto y confianza le tenemos. Cuando lo molesto a usted
o al Presidente Chávez para que nos ayuden, pues
lo hago justamente en un marco de confianza. Algún
día llegué a mi casa y los hijos míos
estaban llorando, era yo Gobernador de Antioquia, por
todo lo que se decía de mí, y porque había
unos graffitis en mi ciudad donde me trataban muy mal.
Les dije: no, estén tranquilos, acostúmbrense,
no los lean. Les dije: ¿qué decían
los graffitis? Que yo soy ladrón, no papá eso
no, decían que yo soy depravado sexual, no papá eso
no, entonces quédense tranquilos, con tal de que
me salve de esas dos acusaciones, que digan todo lo que
quieran.
Entonces el tema es de trabajar una agenda, y que ustedes
nos ayuden o nosotros ayudemos en lo que se pueda, en
un marco de confianza.
¿Qué ha pasado con estos amigos de las
Farc? El acuerdo humanitario. Yo asumí la Presidencia
con la tesis de que para existir un acuerdo humanitario
tenía que reiniciarse un proceso de paz a partir
de un cese de hostilidades.
Me reuní con el Presidente
Chirac, con los familiares de los secuestrados de las
Farc, con el Secretario General
de Naciones Unidas, y me dijeron: cambie esa tesis, facilite
un proceso de acuerdo humanitario a ver si liberan los
secuestrados. Lo hicimos.
Para no llevarlos a ustedes por
el recorrido de estos dos años y medio, ¿en qué estamos
hoy? Nosotros unilateralmente liberamos en diciembre
del año pasado 27 integrantes de las Farc. Están
hoy libres en Colombia. Yo he ofrecido que los que se
liberen, o deben irse al extranjero o se deben quedar
en Colombia en el proceso de paz, en el proceso de reinserción,
porque lo que no podemos permitir es que vuelvan a las
Farc.
¿Qué le digo a la Fuerza Pública,
al Ejército Colombiano? El año pasado las
minas antipersonal de las Farc, hirieron 600 integrantes
de la Fuerza Pública colombiana, muchos de ellos
quedaron mutilados. Cómo les digo yo: aquí les
solté de la cárcel a sus agresores para
que vuelvan a maltratarlos a ustedes. Eso sería
una desmotivación total del Ejército, en
un país que tiene que recuperar el control institucional.
Entonces por eso he dicho: magnífico, los soltamos,
pero no pueden volver a delinquir. Tienen que escoger:
o se sitúan en el extranjero, bajo la tutoría
de un país que responda por su conducta, o se
quedan en Colombia, pero en el proceso de paz
Lo segundo. Les he dicho: no
hay zonas de despeje. Las Farc nos reclaman una zona
de despeje de 60 mil kilómetros.
Las zonas de despeje en Colombia no han servido sino
para que crezca el narcotráfico, las han convertido
en lugares de cautiverio de secuestrados y las han convertido
en depósitos de armas.
Sin embargo, les hemos ofrecido
un encuentro en el extranjero, un encuentro en una
iglesia colombiana, donde la escojan,
en cualquier sitio, un encuentro en una embajada, un
encuentro en la Nunciatura. Les he dicho: un sitio sí,
una zona de despeje no. Y lo tercero que les he dicho
es: tengo que cumplir la Constitución. La Constitución
no me permite liberar de la cárcel personas incursas
en delitos atroces, sino personas que estén simplemente
por la causa de delitos políticos. Esas son las
tres condiciones que pone el Gobierno.
Presidente Lula, todo lo que
ustedes puedan ayudar, magnífico. Si ustedes encuentran que esas tres
condiciones no son razonables, las reviso. Nosotros hemos
creído, después de procesarlas con todo
el buen cuidado, que son razonables, por lo que someramente
les acabo de explicar.
El ELN. Con el ELN estamos en
conversaciones. Esto lo digo aquí en privado,
no obstante entre nosotros 200.
Estamos en conversaciones y ayer
pasó lo siguiente.
Llamá a la cárcel ayer a un líder
del ELN y hablé con él un rato. Me contó la
carta que les está mandando a ustedes. Nos ha
ayudado muchísimo México, el presidente
Castro nos ayudó con muy buena fe, con toda la
devoción, mal haría en ignorar la ayuda
del presidente Castro, él nos ha ayudado en eso
con todo el interés. No hemos podido tener éxito.
A raíz del mismo ELN, empezamos la opción
de México, porque surgió de manera espontánea
allá.
¿En que estamos? Ellos piden una reunión
directa con el Gobierno en México. Ofrecen cesar
acciones violentas contra la Fuerza Pública y
contra la infraestructura. ¿Cuál es mi
repuesta? Hombre, tienen que cesarlas también
contra la población civil. No tendría presentación
que nos vamos a conversar en México o en otro
país y que el Gobierno acepte que en ese tiempo
ustedes no le disparan a la Fuerza Pública, no
atentan contra la infraestructura, pero que el Gobierno
nada dijo de la reserva de ustedes frente a la población
civil. No creo que nazca bien un proceso de paz, si mientras
estamos en las etapas iniciales, ellos continúan
secuestrando.
Esto no lo voy a decir en público. Cuando conocimos
ayer esa declaración del ELN dijimos que seguíamos
en conversaciones y vamos a seguir en conversaciones.
PRESIDENTE CHÁVEZ: Presidente, permítame
que lo interrumpa, para que usted sepa, están
transmitiendo. Así que permítame alertarlo, Álvaro.
PRESIDENTE URIBE: ¿Lo oyen cuántos millones? ¿25?
Ahí queda ese secretico entre nosotros 26 millones
Presidente Chávez, ahí queda ese secretito.
Entonces vamos a seguir manejando
esto tranquilamente con el ELN, buscando crear condiciones,
pero si alguna
ayuda les pido a ustedes, es que le hagan saber al ELN
que es razonable, que mientras estemos en esas conversaciones,
la cesación de sus actividades militares sean
generales.
Hoy secuestran sin permiso, pero
si les acepto ir a México, solamente con el compromiso de no atentar
contra la Fuerza Pública y de no atentar contra
la infraestructura, me van a decir que les dí permiso
de secuestrar. Y un proceso que empieza con esas licencias,
es un proceso que empieza mal y como el arbolito que
nace mal y crece torcido, torcido se queda.
Pero tenemos toda la buena voluntad,
si el ELN nos ayuda con eso. El arzobispo Tutu de Sudáfrica hace pocos
días estuvo en Colombia, y me pregunto a mí a
través de la televisión también
que qué opinaba si él se llevaba a los
dirigentes de la guerrilla a Sudáfrica. Para mí muy
comprometedor, porque me lo pregunta el arzobispo Tutu,
que lo recibimos en Colombia con toda la esperanza y
con todo el cariño, el respeto. Le dije: no me
opongo, obispo, pero, ¿le puedo proponer una condición?
No me contestaba. Le dije yo: es chiquitica. No me contestaba.
Y después de que guardó silencio unos minutos
me hizo así, un gesto, entonces le dije: le voy
a proponer la condición. Para que esto sea serio
que mientras estén en Sudáfrica, que no
cometan actos violentos en Colombia.
Él les dirigió un mensaje a ellos en esa
misma sesión diciendo que aceptaran esa condición.
Eso es lo que le estamos pidiendo al ELN. Creo que eso
es muy poco.
Y les he dicho: Mire, el Presidente
que más los
ha combatido soy yo, pero con quien más fácil
harían la paz es conmigo.
Les quería contar eso, apreciados Presidentes,
y muchas gracias. Presidente Chávez, te demoré algo
más el almuerzo”.