Bogotá, 18 may (SNE). La Consejería Presidencial
para la Acción Social convocó a los trabajadores
informales de gasolina, denominados “pimpineros” y
que habitan en Cúcuta, Pamplona y Ocaña
(Norte de Santander) para que participen en un programa
reconversión laboral que les permitirá mejorar
sus ingresos y calidad de vida.
Cerca de 420 familias “pimpineras” tendrán
la oportunidad de iniciar un nuevo modelo de vida, consistente
en generar un cambio de actividad y actitud en la población
dedicada a la distribución y venta de gasolina
ilegal como un medio de subsistencia.
El programa que iniciará con estas familias,
realizará cursos de formación integral
en oficios semicalificados relacionados con las actividades
identificadas como pertinentes para la zona.
Algunos de esos oficios, que
en total suman 17, son: auxiliar de reparación
de motores, auxiliar en ventas y auxiliar en acabados
decorativos en estuco,
yeso y pintura.
Estas alternativas vienen acompañadas con un
proyecto de vida y formación en temas de cultura
ciudadana, fortalecimiento institucional, apoyo a proyectos
productivos y talleres de concientización a funcionarios
públicos y ciudadanía en general.
Ligia Margarita Borrero, coordinadora
de Programas Especiales de Acción Social, informó que la capacitación
se impartirá durante tres meses y el acompañamiento,
con capital semilla para los proyectos productivos en
lo que se capacitaron, será por dos años
Los recursos, alrededor de 1.200
millones de pesos, provienen de la sobretasa a la gasolina
que se cobró entre
abril y diciembre de 2004.
El problema del comercio ilícito de combustible
en Cúcuta data desde hace 40 años, en Ocaña
desde hace 14 y en Pamplona desde hace 8 años.
Cerca de cinco mil familias en las tres ciudades viven
de este oficio en el que se involucran niños,
jóvenes y mujeres.
El programa corresponde a la
estrategia social de lucha contra el contrabando, de
acuerdo con los decretos 3246
y 2340 expedidos por el Ministerio de Minas, que buscan
que la gasolina que entre se nacionalice, llegue al punto
de recolección y luego al centro de acopio.
Se busca que estas personas,
de muy bajos recursos, mejoren las posibilidades de
empleabilidad y asociatividad,
reorientando sus proyectos de vida mediante procesos
de formación integral y pedagogía ciudadana.