Bogotá, 18 may. (SNE).- El presidente de la República,
Alvaro Uribe Vélez, propuso al país, iniciar
un debate académico sobre si en Colombia debe
o no existir el delito político.
Para el Jefe de Estado, no se
trata solo de producir titulares de prensa sino de
hacer una reflexión
sobre el tema, frente al cual explicó:
“Ese es otro tema que hay que mirar con menos
espectacularidad periodística, con más
reposo. Uno ve las democracias avanzadas de Europa: eliminaron
el delito político, ¿por qué lo
eliminaron?: primero, porque hay una democracia profunda;
segunda, cuando frente a una democracia profunda se aspira
a acceder al poder, con apoyo en las armas, el delito
deja de ser político y pasa a ser terrorismo.
Cuando hay armas, para esas democracias europeas, ya
no hay delito político, sino que hay terrorismo.
Infortunadamente el delito político en Colombia
tiene una connotación armada, lo cual es muy
grave, por eso hay que sembrar esta inquietud en la
mente de
todos los colombianos.
¿Qué espacio quedaría para el delito
político?: el que no se puede. Quedaría,
simplemente, el delito de conciencia, el delito de opinión,
que no se pueden consagrar como delitos en una democracia
respetuosa de la individualidad.
Entonces por eso, pienso que
es oportuno que Colombia empiece a dar también ese debate. En la medida
que haya una democracia plena, como se profundiza la
democracia colombiana, delito político armado
no debe haber. Y lo que son expresiones de opinión
o expresiones de conciencia, no se pueden consagrar como
delito político.
Mientras nosotros llegamos a
ese avance, mientras el país da este gran debate –serenamente, racionalmente-
lo que hay que hacer es igualar a todos los actores.
Uno no puede darles a uno, un tratamiento y a otros,
otro. El dolor de las víctimas es el mismo,
independientemente de que la muerte de su familiar
o el secuestro hayan
sido causado por un grupo o por otro.
Mientras avanzamos en este debate, por lo menos demos
el mismo tratamiento a todos los actores.
Ahora, es muy claro, es que la
extradición no
es por delitos políticos, la extradición
es por otros delitos, como el narcotráfico, como
el terrorismo, etcétera. O sea que no se puede
crear esa confusión al pueblo colombiano.
Esto es, hay que pensar en ese
debate. Mire, yo creo que el tema no es de titulares
noticiosos sino de ir
haciendo una reflexión.
Les repito la reflexión: ¿qué pasa
en muchos países europeos? Se ha dicho: como hay
una democracia profunda, no se acepta que las personas
atenten contra esa democracia por razones ideológicas,
por razones políticas, por la vía armada.
Entonces, allí no se acepta que un delito que
este apoyado con armas, sea político.
¿Qué he dicho?: si la democracia colombiana
se profundiza, como todos los días se profundiza –es
que este Gobierno, en el último año llevamos
162 alcaldes elegidos, con garantías para todo
el mundo, en esas elecciones que se llaman atípicas,
solamente el último domingo se eligieron 10 alcaldes
en 8 departamentos de Colombia, no hubo una sola queja
de falta de garantías. Eso demuestra la profundización
de esta democracia-.
Una democracia que así se profundiza, es una
democracia que tiene que pensar si sí vale la
pena darle el estatus de delincuente político
a quien atenta contra ella, por la vía armada.
Por eso yo creo, que ante una democracia profunda, debe
pensarse en no calificar como político el delito
basado en armas, es simple terrorismo.
Estas son reflexiones para un
debate intelectual en el país”.
En el mismo sentido, el vicepresidente
de la República,
Francisco Santos Calderón, argumentó, en
una entrevista en la emisora ‘W Radio’, que:
“Ese es un debate que se está abriendo
paso, es un debate en el cual yo, el Presidente (de la
República) y Luis Carlos (Restrepo, alto Comisionado
para la Paz) estamos absolutamente de acuerdo, pero es
un debate que va para más adelante.
En una democracia no debe existir
el delito político,
porque entre otras cosas si los señores de las
Farc o el Partido re-contra extremista de derecha, quisieran
llegar al poder y cambiar totalmente el origen o norte
de un Estado, podrían hacerlo, luego el delito
político ya está en desuso.
Lo que viene de fondo y es bien
importante –repito-
es empezar a ver otra vez el bosque y no el árbol.
Tiene que ver con el delito político, si existe,
si debe existir y si debemos acabarlo en el código
penal.
El que toma las armas se convierte
en un delincuente y después el Estado lo puede perdonar, lo puede
perdonar pero solo por los delitos que realizó contra
el Estado, pero no darle caracterización política
a aquel que en un momento dado decide, subvertir al
Estado y tomar las armas y hacer lo que hacen estos
grupos.
Eso es más o menos el
debate en el que estamos.
Pregunta: ¿Es decir, el Gobierno no cree que
haya que darle estatus políticos a las personas
que se alzan en armas contra el Estado, pero ese último
privilegio ese último regalito se lo deja a
esos paramilitares?
Vicepresidente de la República: Lo
primero es que el debate obviamente por lo que uno
tiene dos organizaciones
que llevan 40 años, no necesariamente tiene que
ser ahora para cerrar esa puerta. Le repito, creo que
ese debate debemos enfrentarlo y sería muy importante
que ustedes ilustraran a la opinión pública.
Lo que si tenemos es un proceso
de paz con una organización,
estamos negociando con ellos desde hace año y
medio, tenemos ese problema práctico y la practicidad
requiere soluciones prácticas también.
¿Qué le están dejando ese regalito
a los paramilitares? Mire, yo creo que lo están
planteando de una manera subjetiva, olvidándose
que tenemos un proceso de paz con ellos, que ese proceso
de paz está andando y que hay una gente que se
ha entregado, que hay cinco mil fusiles más
que los que se entregaron en los procesos de paz anteriores
y no cualquier fusil, no chambones, son fusiles, granadas,
morteros, que destruiremos dentro de poco, que son
parte
de un proceso.