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RESPUESTA DEL PRESIDENTE A FAMILIARES DE SECUESTRADOS SOBRE ACUERDO HUMANITARIO

Cali, 21 may (SNE). Durante el Consejo Comunal de Gobierno número 96, realizado en Cali, familiares de los diputados y demás secuestrados del departamento aprovecharon para preguntarle al presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, sobre el acuerdo humanitario. La siguiente es la respuesta del Jefe de Estado:

“Voy a hacer unas referencias al tema del acuerdo humanitario, que en muchas oportunidades las he podido referir a ustedes.

¿Qué dije, cuando era candidato y en las primeras semanas de ejercicio de Gobierno?: que abría acuerdo humanitario siempre y cuando se reiniciara un proceso de paz, con cese de hostilidades.

Pero después vino la reunión con ustedes, con familiares de otros secuestrados, con gobiernos internacionales, con Naciones Unidas. Yo acepté –quiero repetirlo porque todavía se distorsiona esto ante el país- desvincular el acuerdo humanitario de cualquier reiniciación de proceso de paz y del cese de hostilidades. Acepté eso y lo acepté desde hace mucho rato.

Hemos autorizado a todos los que han querido ser facilitadores, no voy a nombrar ahora las personas naturales de Colombia que se les ha autorizado ser facilitadores ni las instituciones nacionales e internacionales que se les ha autorizado lo mismo, los gobiernos que se les ha autorizado lo mismo.

¿Cuáles son las tres condiciones que el gobierno propone?:

Primero, el Gobierno no puede aceptar zona de despeje. Zonas de despeje son simplemente paraísos al terrorismo. Con las circunstancias que ha vivido el país, el Gobierno entiende que una zona de despeje se convierte en un retroceso total a la política de Seguridad. Aceptamos un sitio de encuentro.

El Gobierno no puede aceptar que los guerrilleros que salgan de la cárcel, estén incursos en la cárcel por delitos atroces y que recobren la libertad, salvo que llevaran un tiempo –que es lo que está definiendo la ley-. Y el Gobierno no puede aceptar que salga un guerrillero de la cárcel, en virtud de un acuerdo humanitario, para volver a delinquir.

Hace dos días celebramos en Colombia el día del Soldado Herido. Hay que ver la tragedia de los soldados de la Patria mutilados por las minas antipersona, de los policías.

Esos soldados están hoy aquí en Los Farallones, en la vía Buenaventura, en los municipios caucanos de la vecindad, en la Cordillera Central, en el Pacífico, en el Putumayo, en el Caquetá, en tantos sitios de la Patria, en la selva, con el agua en la cintura, expuestos al pito –que es vector de leishmaniasis-, a cualquier clase de enfermedades tropicales, pagando ese altísimo sacrifico por la Patria. ¿Ustedes creen que el premio que se les pueda dar sea permitir que salgan los guerrilleros de la cárcel, para volver a la guerrilla?

Por eso dijimos, inicialmente: guerrillero que salga de la cárcel, que se vaya a un país como Francia con el compromiso de no volver a delinquir.

Después me abordó la Iglesia Católica y me dijo que habían hablado eso con la Farc y que la Farc no aceptaba que se fueran al extranjero. Yo les dije: busquemos una alternativa que permita que cumplan el compromiso de no volver a delinquir, y en vista de que va bien el programa de reinserción -hoy en ese programa hay 12 mil compatriotas, más o menos seis mil provenientes de la guerrillas y seis mil provenientes de los mal llamados paramilitares y crecen esas desmovilizaciones. ¡No tiene antecedentes!

Este Gobierno, en nombre de la Seguridad Democrática ha logrado la mayor desmovilización de paz producida en la historia de Colombia. Hasta el momento, 12 mil. Cuando se desmovilizó el M – 19 eran 280, 300 guerrilleros, en total sumaban, con los apoyos, más o menos 700, 900, etcétera-.

Entonces, aceptamos que él salga de la cárcel, entre el programa de reinserción con el compromiso de no volver a delinquir. Ahí demos una opción.

El año pasado liberamos más de 20 –ya no recuerdo cuántos- guerrilleros de la Farc, de la cárcel. Un analista de la vida colombiana dijo que era una burla porque era gente que le faltaba muy poquito, eso no es cierto. Ahí había gente que le faltaba más de seis años en la cárcel. Eso fue un gesto de generosidad del Gobierno, sin reciprocidad alguna de parte del grupo terrorista de las Farc.

Esas tres condiciones, señoras, son necesarias. Yo le dije al Comisionado hace poco –y esto no lo he dicho en público-: definan cualquier sitio del país, el que escojan, no zona de despeje sino un sitio para encontrarse. El Comisionado está autorizado para eso.

Lo que pasa es que estos bandidos son muy mentirosos. Estos bandidos de pronto dicen que están facilitando la paz y lo que hacen es proponer la desmilitarización de dos departamentos del país, extensísimos.

Les hemos dado todas las oportunidades en sitios. Les dijimos: si no es en el extranjero, entonces que sea una Embajada en Bogotá, la Nunciatura. No quisieron.

Después dijimos: cualquier iglesita colombiana y le pedimos a la Cruz Roja que lleve allí a quienes vayan a ir en representación de la Farc. Eso sí, previamente debe haber un gesto de buena fe, un gesto de buena voluntad.

Vino el arzobispo Emérito, Desmond Tutu –ustedes estuvieron con él aquí en Cali, oyeron una conversación pública que yo tuve con él a través de la televisión. Él invitó a la dirigencia de la guerrilla a que fuera a Sudáfrica, a avanzar en un diálogo con ellos. Me dijo que si yo aceptaba y le dije: yo acepto con una condición elemental, que mientras estén en Sudáfrica haya cese de hostilidades en Colombia, porque lo que no es bueno es que el Gobierno permita que se vayan para Sudáfrica y que mientras están allá en diálogos, sigan aquí matando y secuestrando.

Señoras, con esas condiciones el Gobierno está dispuesto a un encuentro con la Farc para el acuerdo humanitario en cualquier sitio de Colombia, sin zona de despeje, con la advertencia de que el Gobierno no va a liberar guerrilleros para que vuelvan a delinquir.

Y con la advertencia que: aquellos incursos en delitos atroces, tienen que haber pagado un mínimo de pena porque nada nos ganamos, honorables congresistas, con aprobar la ley de Justicia y Paz -que a los delitos atroces le impone un mínimo de pena- si mañana o pasado mañana, sin mínimos de pena, liberamos de la cárcel guerrilleros incursos en los mismos delitos atroces. Nos dirían: ‘miren, cuando no hay secuestro, nos obligan a pagar tantos años de cárcel; cuando hay secuestro, por un acuerdo humanitario, podemos salir libres sin pagar cárcel’. Eso sería una burla.

Por eso, para el buen suceso de la ley de Justicia y Paz, hay que tener el buen cuidado de que el artículo de acuerdo humanitario no se convierta en un estímulo al secuestro, como se convirtieron en un estímulo al secuestro acuerdos humanitarios del pasado.

Lo que yo no puedo hacer, señoras, es hacer un acuerdo humanitario para que salga equis número de guerrilla de la cárcel y vuelvan a maltratar nuestra Fuerza Pública.

La Fuerza Pública ha hecho un gran esfuerzo frente al secuestro. En Colombia llegamos a tener años de casi tres mil secuestros, este año ya se siente mucho la reducción. Ojalá fuera menos, ojalá fuera cero secuestros, pero este año en secuestros extorsivos vamos en 117 y vamos completando el quinto mes del año.

Yo no puedo a una Fuerza Pública que está haciendo semejante sacrificio, desmotivarla, liberando unos individuos en la cárcel, incursos por estos delitos, para que vuelvan a delinquir.

Queda autorizado, reiterada la autorización al Comisionado, para que se reúna con la Farc en cualquier sitio del país, sin zona de despeje, previo un gesto de buena voluntad de las Farc, con la advertencia de estas condiciones, para buscar un acuerdo humanitario.

Les repito lo que muchas veces les he dicho, señora: yo creo que nunca me he negado a oírlos a ustedes, en público o en privado, para mí es difícil y yo soy padre de familia, hago parte del 50 por ciento de las familias colombianas víctimas de este desafío terrorista y al mismo tiempo tengo la responsabilidad de la Presidencia de la República.

Lo ponen a uno en un gran dilema. Uno quisiera que se hubiera resuelto ese caso hace mucho tiempo, que se hubiera superado ese dolor de ustedes, pero como Presidente tengo que ser inmensamente cuidadoso para no dar pasos que aumenten la capacidad de agresión de los terroristas.

Es que lo engañan a uno. El Eln nos puso a conseguir una mediación de México y después salió con una trampa. México me pregunta después que el Eln había mandado preguntar, ‘¿qué es el cese de hostilidades?’ y yo les dije: ‘hombre, para hacer la paz con el Eln, que acepten un cese de hostilidades’. Me dijeron: ‘hay garantías’, les dije: ‘claro, mientras estén en cese de hostilidades, el ejército colombiano no actuará contra el Eln’. ‘¿Quién garantiza eso?’ ‘El que quieran, si quieren pongan al gobierno de México a que sea el garante de eso’, y el gobierno de México entró, y el Eln no quiso.

Mire la gabela que se le dio al Eln, les dijimos: ‘ustedes entran en el cese de hostilidades, pero no tienen que desmovilizarse ni tienen que desarmarse, simplemente dejen de cometer acciones violentas’. Iba muy bien, parecía que sí, ¿sabe qué exigieron?: que ellos no podían renunciar al secuestro. Se habría tranquilizado mucho un sector muy amplio de la opinión pública si yo acepto dialogar con el Eln. ¿Creen que lo habría podido en esas condiciones, dándoles licencia para secuestrar?

¡Le hacen trampas a uno! Estos terroristas de la Farc trafican con el dolor de los familiares de los secuestrados. Si tienen algún sentimiento por la paz de Colombia, deberían facilitar una reunión con el doctor Luis Carlos Restrepo, advertidos de estas condiciones para buscar el acuerdo humanitario.

Esta noche que regrese a Bogotá, señoras, vuelvo a hablar con el doctor Luis Carlos y que quede eso claro: está autorizado ese encuentro sin zona de despeje.

Señoras, yo no les puedo negar la instrucción que le he dado al Ejército y a la Policía: es que los breguen a rescatar (a los secuestrados). A mí no me gusta hablarle al pueblo colombiano con mentiras. El doctor Luis Carlos Restrepo está autorizado para ese encuentro.

Me da mucha tristeza que esto siga. No crean, para mí es y doloroso. Yo no estoy hecho sino de esta carnita y estos huesos, que sufren bastante, señoras.

A mí me da mucha tristeza que esto siga, pero tengo por un lado el dilema de ver la tristeza de ustedes, de mirar a los ojos de ustedes y verles esa angustia y las responsabilidades como Presidente”.

 

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