PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE
EN EL HOMENAJE PÓSTUMO A OCTAVIO ARIZMENDI POSADA
Bogotá, 25 may. (SNE).- El
siguiente es el texto del discurso del presidente de
la República, Álvaro
Uribe Vélez, con ocasión del homenaje póstumo
al doctor Octavio Arizmendi Posada, acto que se llevó a
cabo en el Salón Gobelinos de la Casa de Nariño:
“Enaltecemos la memoria del doctor Octavio Arizmendi
Posada, y expresamos nuestro testimonio de admiración
al ilustre hijo de Antioquia; a su grandeza, inteligencia
y vocación de servicio.
Fue una vida ejemplar, cuya huella
está impresa
profundamente en la cultura, la política y la
educación de nuestra nación.
Como servidor publico se concentró en cada detalle
de la gestión, en lo macro y en lo micro. Antioquia
recuerda como recorrió palmo a palmo su territorio,
transitando por las escarpadas carreteras de su arisca
geografía.
Ni uno solo de sus municipios
quedó esperando
su visita, porque todos, sin excepción, vieron
llegar al joven gobernador para alentarlos al progreso
y a la paz.
A la alternativa de si es la
Patria la que debe preocuparse por el individuo o este
por la Patria, Arizmendi respondió con
un lapidario: ¡Por Colombia, los antioqueños
podemos hacer más! Y él sí que hizo
mucho por Antioquia y por Colombia.
Como gobernador, y posteriormente
como Ministro de Educación
en el gobierno del Presidente Carlos Lleras Restrepo,
ideó con visión de largo alcance, entidades
como Turantioquia, Coldeportes, Colcultura, Colciencias,
el ICFES, la Corporación Forestal de Antioquia,
los Institutos de Enseñanza Media Descentralizada
y los fondos educativos regionales.
Al retirarse del servicio público –aunque
nunca se retiro del servicio a lo público- consagró su
esfuerzo a la fundación y rectoría de la
Universidad de La Sabana. Allí muchas cosas tienen
su impronta, y recorrer sus campus es como ver el tejido
que se fue bordando bajo su guía, por centenares
de directivos y profesores.
Colombia agradece su esfuerzo
como ministro y como rector por la Revolución Educativa, por la investigación
científica, la cultura, el deporte, la construcción
de infraestructura; como pionero del esfuerzo por la
calidad y la cobertura en educación.
Nos queda también su obra como escritor castizo,
su esfuerzo intelectual orientado a dos elevados objetos
de conocimiento: la religión y la vida del Libertador.
En todas sus páginas hay fe, ortodoxia exenta
de fanatismo, apertura ecuménica.
Como hijo de la Universidad de
Antioquia, reconocemos en él, la elevada expresión de la formación
que se imparte en nuestras instituciones de educación
pública.
Como dirigente político, vemos al hombre público
transparente, con capacidad gerencial; al líder
social comprometido.
Como intelectual, maestro y amigo,
predicó con
su ejemplo. Su pensamiento, su palabra y sus actos tuvieron
la concordancia de quien obra guiado por los principios.
Sus últimos días fueron expresión
de grandeza y estoicismo.
Hoy, desde lo alto, su ejemplo
sigue iluminando a Antioquia y a Colombia, y siempre
las ilumine; y su memoria es
fuente de inspiración para todos los hijos de
esta gran nación.
Tuve la fortuna de contar con
su compañía,
con su espíritu estimulante, con su ejemplo de
moral pública, con su entusiasmo estudioso de
todos los temas nacionales, en un tramo muy importante
de mi vida política. Esa fue la última
de sus batallas terrenales, y fue exitosa, sin que pensáramos
que fuera la última.
Impongo, con respeto y admiración, sobre la imagen
egregia del gobernador, del ministro, del rector y, sobre
todo, del ciudadano ejemplar, Octavio Arizmendi Posada,
la Orden de Boyacá en el grado de Gran oficial.
La memoria que deja en su familia,
en sus coterráneos
y compatriotas, es la memoria de un colombiano ejemplar.
Que nos ayude desde la historia”.