DISCURSO
DEL PRESIDENTE URIBE EN EL XVII CONGRESO DE ‘ASOCAJAS’
Cartagena, 26 May. (SNE).- El
siguiente es el discurso del Presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, durante el XVII Congreso de la Asociación
Colombiana de Cajas de Compensación (Asocajas),
que se realizó este jueves en Cartagena:
“Quiero dar un saludo muy respetuoso a todos.
Este es uno de los progresos sociales más importantes
de la Patria. En un discurrir mayor de 50 años,
las cajas de compensación familiar se han consolidado
como un gran instrumento de cohesión de la sociedad
colombiana.
Diríamos que la angustia de todos los días
es cómo pueden ampliar su acción, derramar
sus beneficios sobre más colombianos.
Diría yo, que para caracterizar estas democracias
suramericanas y latinoamericanas en general, quedó totalmente
obsoleto el viejo calificativo de dividirlas entre democracias
de izquierda y democracias de derecha. Eso cobraba alguna
vigencia en la época de las dictaduras; en nuestra época
esa calificación es obsoleta, además inconveniente.
Solamente estimula polarizaciones como la que casi se
da recientemente con la elección del Secretario
de la OEA, polarización que por fortuna pudimos
superar. Y la calificación es impráctica.
Elocuente en el discurso, muy difícil de aplicar
en los resultados de gobierno.
Uno ve el manejo de las economías y de la política
social en muchas de las naciones del continente, y no
hay lugar para, a partir de allí, clasificar algunas
como de izquierda y a otras como de derecha.
Creo yo, que lo que debemos trabajar
es el conjunto de parámetros para calificar
las democracias latinoamericanas como progresistas
o regresivas, como institucionales
o caudillistas, como cohesionantes o disolventes, como
incluyentes o excluyentes de las sociedades.
Por eso hemos propuesto examinar
estas democracias a la luz de cinco parámetros: la seguridad con carácter
democrático, las libertades públicas, la
cohesión social, la transparencia y el funcionamiento
del Estado con instituciones independientes.
Por supuesto, en ese tema de
la cohesión, las
cajas de compensación juegan un papel muy importante,
porque allí han juntado históricamente
a empleadores, a trabajadores y a Gobierno, con los recursos
que administran, por la confianza que han ganado en la
sociedad colombiana y por el beneficio social de sus
realizaciones. Eso lo tenemos que profundizar.
Quiero recordar que la tarea
de este Gobierno en procura de recuperar confianza
de los colombianos en esta Patria,
se afianza en tres ejes: el eje de la seguridad, el eje
de la transparencia y el eje de la reactivación
económica y de la reactivación social.
Y que esa reactivación social la hemos venido
trabajando a través de las siete herramientas
de equidad, donde las cajas de compensación aparecen
con un papel muy importante a jugar en cada una de esas
herramientas.
Sin cajas de compensación es imposible pensar
en cualquiera de esas herramientas; en la revolución
educativa, en la ampliación de la protección
social, en el impulso a la economía solidaria,
en el manejo social del campo, en los servicios públicos,
en el país de propietarios, en la calidad de vida
urbana.
Indudablemente nos ha tocado
un período fiscal
bastante dramático.
Es bueno meditar sobre lo siguiente:
el siete de agosto de 1990, cuando terminó su gobierno el Presidente
Barco, las finanzas públicas de Colombia estaban
en equilibrio. Doce años después, cuando
empezó este gobierno, en agosto de 2002, el déficit
fiscal era del 4.2. En 1990 el endeudamiento público
colombiano no superaba el 10, 12 por ciento del PIB,
12 años después, cuando empezó este
gobierno, ese endeudamiento había llegado al 54
por ciento del PIB.
Recuerdo mis primeras reuniones
con los representantes de los bancos multilaterales.
Un delegado del Banco Mundial
me dijo: pongan cuidado que Colombia perdió su
viabilidad financiera.
Es muy importante, porque todos
estamos de acuerdo que esta Patria tiene que eliminar
esa pobreza que afecta
al 52 por ciento de nuestros conciudadanos, pero tenemos
que ser muy cuidadosos en el discurso de imputación
de responsabilidades.
Es importante, por ejemplo, que
todo discurso, quien lo diga, tenga en cuenta cómo ha sido esa evolución.
Y si a eso le sumamos lo que ha pasado en la parte social,
es bueno recordar que entre 1994 y el 2000 – y
eso no surgió por generación espontánea-
el desempleo saltó del 7.5 a casi el 20 por ciento.
Esas condiciones para semejante salto del desempleo no
se crean de un momento a otro; las venían incubando.
Y el desempleo de jefes de hogar, con tan perversa incidencia
en el aumento de la pobreza, saltó en ese mismo
período del 4 a casi el 10 por ciento. Ahora ha
bajado al 5.8 por ciento.
La situación es muy difícil, pero hemos
venido sorteando enormes dificultades y tengo toda la
convicción de que vamos a salir adelante.
El viernes de la semana pasada,
en esta ciudad no había
una cama hotelera. Mientras en este hotel se reunían
400 inversionistas alemanes, que querían venir
a Colombia, un país que había dejado de
ser inversionista en Colombia; en otro del centro se
reunían delegaciones de fondos de pensiones de
23 países, con el mismo ánimo de inversión
en Colombia; y en el Centro de Convenciones se reunían
casi 500 inversionistas interesados para invertir en
petróleo y gas en Colombia.
Tengo confianza que la Patria va a salir adelante.
Los primeros informes de la administración de
impuestos indican que en el año 2004 las inversiones
de los contribuyentes colombianos se duplicaron. Si el
contribuyente A en el año 2003 invirtió un
peso, ese mismo contribuyente en el año 2004 invirtió dos
pesos. Ahí hubo una incidencia importante de los
estímulos tributarios.
Recuerdo mis primeras conversaciones
de Gobierno con ese amigo nuestro, de todos los aquí presentes,
inolvidable: el ex ministro Juan Luis Londoño,
me decía: hay que poner cuidado porque este desempleo
puede llegar al 25 por ciento. Está muy alto,
está muy alto, pero frenamos esa tendencia galopante,
ha empezado a reducirse y ha mejorado enormemente la
calidad. Dos millones de colombianos que en el año
2002 tenían empleo de tiempo parcial, de precario
nivel de ingresos, hoy tienen empleo de tiempo completo,
con ingresos formalizados.
Ha crecido enormemente el autoempleo.
Está con
crecimientos del 9 por ciento al año, con una
causa bien eficiente en ese crecimiento, que es la expansión
de la cartera de microcrédito. Durante este Gobierno
la cartera de microcrédito ha crecido en un 190
por ciento. Cuando empezó este Gobierno, la cartera
de microcrédito no superaba los 707 mil millones,
hoy está por encima de los dos billones 200 mil
millones, y ha favorecido a más de millón
700 mil colombianos.
Confío que lo que se vaya registrando en el área
de todas las herramientas de equidad, sea un buen paso
para ese propósito colombiano de construir una
sociedad con cohesión, una Nación con justicia
social, una democracia de igualdad de oportunidades.
En el terreno de ustedes, me
imagino que habrán
examinado hoy cifras buenas y regulares y malas con el
señor Ministro.
Me parece importante resaltar
que cerca de 700 mil trabajadores se han afiliado a
las cajas en lo corrido de este Gobierno.
Venimos de una afiliación de tres millones 250
mil, 300 mil, a cuatro millones. Y también ha
habido un crecimiento importante en las empresas afiliadas.
Creo que es de resaltar el cambio
que se dio en la política
de vivienda. Los colombianos están más
tranquilos con los recursos estatales administrados con
la transparencia característica de las cajas de
compensación, que administrados por el Inurbe.
Por supuesto, mucho nos queda para hacer.
Yo quisiera examinar una serie
de temas rápidamente
con ustedes, y empezaría por el de vivienda.
En diciembre de 2003 suscribimos
un acuerdo con el sistema financiero nacional, mediante
el cual los bancos y corporaciones
se comprometían a colocar en los dos siguientes
años, para vivienda social, 570 mil millones.
El compromiso se desagregó entre aquellos que
harían la inversión directamente, vivienda
estratos uno y dos, VIS, la más popular; y los
que la harían a través de Findeter. Tuvimos
múltiples discusiones, unas sesiones, muchas de
trabajo, para llegar a acuerdos y me preocupa aquí que
esa línea de crédito parece no haber despegado.
Findeter escasamente ha podido colocar 1.500 millones
y las solicitudes que tiene son el orden de cinco mil
millones, y tiene unas disponibilidades de inmediatas
de 94 mil millones para esa línea de crédito.
Yo pienso que si esfuerzos como
el de esta línea,
mayores esfuerzos para reducir costos de intermediación
de las mismas cajas, mayores esfuerzos del Fondo de Garantías
del Gobierno Nacional, y mayores esfuerzos del sector
financiero nacional, nos condujeran a una línea
de crédito de UVR más 8, a 15 años
de plazo, y eso se promocionara bien, podríamos
darle un gran impulso a la construcción de vivienda
social en Colombia.
Las cajas han manejado un instrumento,
me lo recordaba ahora el senador Oscar Iván Zuluaga, que es muy
importante masificar, y que a medida que haya más
estabilidad en el empleo se facilita su masificación,
que es vincular el subsidio monetario al cumplimiento
de requisitos de crédito. Ojalá eso se
pudiera masificar.
Yo hacía esta cuenta: si fuéramos capaces,
con la ayuda de todos, y con un gran esfuerzo del sector
financiero, de colocar un billón de pesos rápidamente
entre 100 mil solicitantes de vivienda social, a un plazo
de 15 años y a una tasa para el usuario no superior
a UVR más 8, y esos se promocionara bien, le daríamos
un gran alivio social al país.
Quisiera, pues, en primer lugar
indagar qué hacemos
para introducirle mayor rapidez al crédito de
vivienda social y para poder cumplir con las metas que
nos habíamos propuesto, para colocar esos dineros
de Findeter provenientes del sistema financiero a través
básicamente de las cajas que todavía no
hemos podido colocar. Les ofrezco la palabra a ver que
idea nos dan”.