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PATRIMONIO CULTURAL NO SE ESTÁ NEGOCIANDO EN EL TLC

Bogotá, 12 nov. (SNE).- El patrimonio cultural de Colombia no se está negociando en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y no se puede negociar en ningún otro acuerdo comercial, sencillamente porque la Constitución Nacional no lo permite, advirtió la ministra de Cultura, María Consuelo Araujo Castro.

Al intervenir en el Consejo Comunal sobre TLC, la funcionaria dijo que la cultura, como sustento de la nacionalidad colombiana, no se puede negociar.

“El Estado, según la Constitución colombiana, debe garantizar y proteger el patrimonio de los colombianos, y además, define la Constitución Nacional que este patrimonio es inembargable, inalienable e imprescriptible”, indicó Araujo.

La Ministra explicó los términos de la negociación del TLC en lo relacionado con la cultura, precisando qué aspectos son susceptibles de ser discutidos y cuáles no.

Según la funcionaria, ni el patrimonio arqueológico, ni los bienes de interés cultural declarados, ni las tradiciones, ni las danzas, ni los carnavales, pueden ser negociados en el TLC con Estados Unidos.

“Todos hacen parte de ese sustento y de ese espectro que es el patrimonio cultural colombiano, no son sujetos de negociación alguna. Eso es patrimonio de los colombianos y no se va a negociar”, insistió Araujo Castro.

Sin embargo, aclaró que otros elementos que hacen parte de las industrias culturales sí pueden ser objeto de negociación, pues se encuentran sujetos a las reglas del mercado, es decir, que se pueden comprar y vender.

De acuerdo con la Ministra, la industria cultural es un concepto relativamente novedoso, pero consensuado ya en organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), donde existe una cadena productiva en la cual se presenta una reinversión, porque se venden los productos y los servicios.

Estos son la industria audiovisual, como el cine y la televisión; la industria fonográfica, o sea la de los discos y de la música; la publicidad, que se entiende también por su componente de creación como industria cultural; y la radio.

FOMENTO A LA INDUSTRIA CULTURAL

No obstante, la Ministra aseguró que estos segmentos contarán con la protección que brinda la legislación colombiana para apoyar la industria cultural nacional.

“De lo que estamos hablando nosotros en la negociación es de una sombrilla que nos permite proteger esos bienes y servicios culturales, para poder garantizar que sigamos teniendo la legislación que permite fomentar esas industrias culturales”, dijo la funcionaria, al advertir que de todas formas el Gobierno se guardará la potestad para seguir legislando a futuro.

En igual sentido se pronunció el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero, quien destacó las posibilidades que brinda la ley para preservar aspectos que hacen parte del campo cultural.

“La preservación de los instrumentos que permiten al Estado ejercer políticas activas de promoción de la cultura nacional en sus distintas manifestaciones, se dejará totalmente a salvo en el Tratado” ratificó el funcionario.

CUOTA DE PANTALLA

En la parte referente a la cultura en el TLC varios actores y representantes de la cultura nacional tuvieron la oportunidad de dar a conocer sus opiniones sobre el proceso de negociación. Uno de los temas de mayor preocupación es la cuota de pantalla de la televisión nacional.

Al respecto, Botero dijo que este instrumento se preservará, dada su importancia en el ámbito audiovisual, como elemento de promoción de la cultura nacional.

De todas formas, aunque será preservada, el Ministro dijo que si bien el instrumento se mantendrá, eventualmente habría alguna flexibilización al respecto, pero respetando los derechos adquiridos que están vigentes hasta el año 2009, cuando vence la concesión de los canales privados de televisión de cubrimiento nacional.

Botero dijo que esa flexibilidad no se deriva de un capricho, sino del hecho que en este segmento se encuentran intereses ofensivos muy importantes de los Estados Unidos, que fue el que puso el tema sobre la mesa, dado que la industria del entretenimiento es el segundo renglón de exportaciones de ese país.

“Si no estuviéramos negociando integralmente el Tratado, esos temas ni se discutirían, Colombia no tendría ningún interés en instaurar ningún grado de flexibilidad”, subrayó el funcionario.
Y anticipó que si hay necesidad de ceder en algo, el Gobierno Nacional lo hará porque es el costo que tiene que pagar, pero minimizando los efectos de esta determinación.

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