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Una historia de nunca acabar

LA ENERGÍA NO QUIERE LLEGAR A LÓPEZ DE MICAY

Bogotá, 17 nov. (SNE).- La corrupción, los caprichos de la naturaleza y hasta la mala suerte, parecen conjugarse perversamente para condenar al municipio de López de Micay, en Cauca, a vivir sumido en la oscuridad.

De nada han valido los esfuerzos del Gobierno Nacional para llevar el servicio de energía eléctrica a esta pequeña población ubicada en el pacífico caucano, cuyos habitantes, cerca de tres mil en el área urbana y 27 mil en la rural, hace mucho tiempo no saben lo que es contar con energía eléctrica de forma permanente las 24 horas del día.

El fin de semana pasado, cuando todo estaba listo para que comenzara a funcionar la Pequeña Central Hidroeléctrica (PCH) de Jolí, un nuevo inconveniente postergó por enésima vez la llegada del anhelado servicio al municipio caucano.

LA HISTORIA

En López de Micay la falta de energía parecía un problema superado en el año 1999, cuando el Gobierno de entonces construyó la Pequeña Central Hidroeléctrica a un costo de siete mil millones de pesos.

Sin embargo, la dicha de los habitantes del municipio apenas duro unos años.

En 2004 durante una visita a la población para verificar las condiciones de la PCH, funcionarios del Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas (Ipse) encontraron un complejo prácticamente destruido, y un pueblo sumido de nuevo en las tinieblas.

La presunta corrupción y los malos manejos por parte de las personas encargadas de la administración de la Pequeña Central, llevaron al colapso una obra que tan sólo cinco años atrás era orgullo de la región.

Una de las irregularidades detectadas, tal como ha ocurrido en otros municipios del país, fue la desviación de los subsidios otorgados por el Gobierno para la compra del combustible con el cual la planta generaba energía, según una investigación de la Contraloría.

Los dineros se destinaron para todos los propósitos -inclusive pagos administrativos y de nómina de la empresa de servicios públicos local- menos para aquellos a los que originalmente estaban destinados.

Frente a esta situación, en septiembre del año anterior la Alcaldía de López de Micay presentó al Ipse un diagnóstico de la infraestructura eléctrica del municipio, para tratar de buscar alternativas que permitieran solucionar el problema.

Tras conocer el estudio, a finales de 2004 el Gobierno Nacional a través del Ipse decidió suscribir un convenio con la empresa Centrales Eléctricas de Nariño (Cedenar), para desarrollar el proyecto de Administración, Operación y Mantenimiento (AOM) de la central.

Todo hacía pensar que ahora sí, por fin, López de Micay tendría hidroeléctrica para rato, y que la falta de un servicio de energía constante y confiable era cosa del pasado.

Pero bastaron unos meses para confirmar que, lejos de solucionarse, el problema cada vez se hacía más grave.

En marzo de 2005 una nueva visita técnica del Ipse a la central encontró fuera de servicio a la unidad 2 del complejo, y como si fuera poco, la unidad 1 no estaba operando debido a un paro de los trabajadores a quienes se les adeudaba 20 meses de salario.

Pero el sufrimiento del pueblo no paró ahí, en junio de 2005 la Alcaldía de López de Micay informó que el sistema sustituto de la PCH, una planta Caterpillar que generaba 275 kilovatios, salió de funcionamiento y provocó el apagón total del municipio.

Tras realizar el diagnóstico del daño, el Ipse encontró agua en el combustible, lo cual oxidó el sistema de inyección y provocó la salida de funcionamiento de la planta.

El problema fue resuelto por el Ipse en tres días, con la compra de los inyectores y filtros en Cali a un costo total de cuatro millones de pesos. El servicio de energía eléctrica fue reestablecido el pasado 20 de julio a las 9:00 de la noche, pero con el agravante que sólo se prestaría seis horas por día.

VUELVE Y JUEGA

De acuerdo con lo evidenciado en la visita técnica de sus funcionarios, el Ipse decidió iniciar en julio de 2005 la recuperación de la pequeña central hidroeléctrica, con un costo de 212 millones de pesos.

La terminación de la obra se fijó para el 31 de octubre de 2005.

De igual forma, se acordó la recuperación de las redes de baja y media tensión del casco urbano que permitirían mejorar la calidad y continuidad en la prestación del servicio de energía eléctrica. Estos trabajos serían también concluidos el 31 de octubre con un costo de 268 millones de pesos.

Mientras tanto, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios declaró a la empresa local de servicios públicos en causal de disolución, por lo que se decidió que el parque de generación térmica y el control del combustible para la generación de energía sería manejado directamente por la Nación, a través de las grandes empresas del sector eléctrico de Colombia.

Tal como se había estipulado, el 31 de octubre pasado concluyó la rehabilitación de la Pequeña Central Hidroeléctrica de Jolí, al igual que la reconstrucción de la línea de interconexión entre la PCH y el casco urbano de López de Micay.

Esto permitiría que López de Micay contará con un suministro diario de 24 horas de energía una vez se finiquitaran los acuerdos con la empresa Cedenar para que ésta asumiera el control sobre el parque de generación del municipio.

Y AHORA LA NATURALEZA

Sin embargo, y pese a cumplir con el cronograma estipulado, la población de López de Micay sigue sin recibir las tan anheladas 24 horas de energía, esta vez por culpa de los estragos causados por el invierno.

El pasado 12 de noviembre las fuertes lluvias ocasionaron un derrumbe en las laderas adyacentes a la PCH, lo que obligó a retrasar la entrada en operación de la Central, a cargo de la empresa Cedenar.

Para evaluar los daños ocurridos y el tiempo de recuperación ya fue enviado un equipo de funcionarios del Ipse.

Como si no fuera suficiente con este percance, el mecanismo con el cual se suministraba energía durante 12 horas de energía en el municipio, presentó un daño en la bomba de inyección, lo cual llevó a la suspensión total de la prestación del servicio. La máquina ya fue desmontada y su reparación tardará cerca de una semana.

Mientras tanto los habitantes de López de Micay estarán otra vez sin luz. Una situación a la cual parecen estar ya acostumbrados, pero no resignados.

Esperan que el problema quede superado rápidamente y ahora sí, de forma definitiva, la Pequeña Central comience a prestar un servicio permanente y confiable, claro está, confiando en que ni la naturaleza ni la suerte les vuelva a jugar una mala pasada.

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