PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN LOS 30 AÑOS
DE ASCENSORES ANDINO
Medellín, 5 oct (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez durante la celebración
de los 30 años de Ascensores Andino.
“El doctor Darío Moreno, al exaltar la tarea de Coservicios
y de Ascensores Andino, refirió a la loable circunstancia
de desarrollar una empresa tan importante, como tantas otras se
han desarrollado en unas circunstancias tan difíciles: a
tanta distancia del mar, con unas carreteras de montaña
que, a la luz de los estándares internacionales de competitividad,
se constituyen hoy en unas trochas bien difíciles.
Pues bien, esto se ha logrado por los valores
antioqueños,
que el Gobernador en su intervención ha radicado esta noche
en dos personas: en el doctor Darío Moreno Restrepo y en
el doctor Rodrigo Villa Galvis. El uno, como el visionario que
abrió el camino, y el otro, como el ejecutivo que ha mantenido
la bandera en alto y la ha llevado permanentemente al éxito.
Los dos encarnan esos valores antioqueños de trabajo, honradez,
persistencia, tesón para vencer dificultades. No conocen
de amilanarse, y es la misma su actitud, siempre optimista en las
dificultades o en los días favorables.
Quiero rendirle un homenaje a usted, Rodrigo,
por su tenacidad, por su capacidad gerencial, por su fortaleza
empresarial. A su
junta directiva, presidida por un compañero mío,
de generación, a quien tanto apreciamos, el doctor Ricardo
Mejía Cano. Un homenaje a todos los trabajadores de Coservicios.
Y quiero superar inhabilidades de familia
para decirle al doctor Darío Moreno cuánto representa él por su capacidad
de estudio. Es miembro de esa brillante generación que,
para bien de Colombia, produjo y sigue produciendo la Escuela de
Minas.
Cuánto representa por su tarea visionaria, cuánto
representa por sus inquietudes intelectuales, cuánto representa
por su apertura de espíritu, cuánto representa por
sus condiciones humanas, por la capacidad de generar empresas,
por la capacidad de representar ese valor antioqueño de
construir asociación, de construir sociedades, de articular
esfuerzos, de articular capitales, de juntar valores, de agregar
lo individual para salir airoso en lo colectivo.
Y quiero animarlos a que sigan esa gran
tarea. Yo tengo confianza, muchísima, en la economía colombiana. En 1994 Coservicios
empezó a exportar. En 1990 la industria colombiana apenas
exportaba el 7 por ciento. Este año exporta en promedio
casi el 40. Eso incluso nos está llevando a la necesidad
que se tengan que ajustar las cifras, los deflactores, para medir
su real comportamiento.
Cuando el Banco de la República, el Dane, ajusten los deflactores,
vamos a ver un crecimiento industrial, como lo advierte hoy la
Andi, por encima del registrado por las cifras oficiales. ¿Por
qué? Porque es distinto medir una producción industrial
de 1990, la cual se deflactaba exclusivamente como la de hoy, con
la inflación nacional, que medirla hoy.
Cuando apenas se exportaba el 7 por ciento,
era intrascendente en el resultado final, aplicar sólo la inflación
nacional. Pero cuando se exporta el 40 por ciento, los deflactores
son diferentes. A ese 60 por ciento de la producción nacional,
hay que deflactarlo con la inflación nacional. Y a ese 40
por ciento que se exporta, hay que deflactarlo con la inflación
internacional, la inflación de los destinos.
Algunas simulaciones que han hecho científicos en la materia,
nos demuestran que cuando se apliquen correctamente esos deflactores,
vamos a tener un resultado, vamos a tener unas cifras que reflejan
un resultado mejor del que están reflejando las cifras de
hoy. Tengo mucha confianza en que las autoridades competentes hagan
rápidamente esos ajustes.
Y el otro tema es de la tasa de cambio,
que en un caso como el de Ascensores Andino, tiene que golpear
mucho. ¿Por qué?
Porque empezaron con un componente importado muy alto, que hoy
es muy bajo. Hoy el mayor porcentaje es de agregado nacional.
Y esta revaluación a ellos, como a tantos otros exportadores,
los ha golpeado muchísimo. Por supuesto, esas fluctuaciones
de tasa de cambio no se tienen en cuenta para medir las variaciones
de la economía. El año pasado se vendió un
ascensor en mercado internacional con dólar a 2.700 pesos.
Este año se vende con dólar a 2.300 pesos.
Entonces los ingresos del productor colombiano
eran más,
por menos unidades. Y hoy exportar más unidades, los ingresos
son menores. Y lo que vemos medir es cómo varía la
producción de unidades. Y eso lo está distorsionando
la circunstancia de no tener en cuenta en las mediciones, lo que
es el impacto de las fluctuaciones cambiarias.
Es tan grave creer que la economía está creciendo
más aceleradamente de lo que en efecto crece, cuando hay
etapas de devaluación que muestran más ingresos en
pesos a quienes exportan en dólares, como subestimar el
crecimiento de la economía, cuando los ingresos en pesos
provenientes de la revaluación se reducen y quieren ocultar
el crecimiento en unidades vendidas.
Por eso creo que cuando estos indicadores
o esta manera de hacer las mediciones se corrija y se ajuste
a las realidades del momento,
por eso soy optimista de que el país se va a encontrar con
la grata sorpresa de ver un crecimiento industrial superior al
que registran las cifras.
Y hay muchas circunstancias que demostrarían la consistencia
del reconocimiento de ese resultado con otros indicadores, por
ejemplo, a pesar de que introdujimos los estímulos tributarios
tan importantes para impulsar la economía. Ascensores Andinos
no hacía inversiones importantes desde hace doce años.
Las está haciendo en los últimos dos años.
Bastante apoyada en la circunstancia de la reactivación
económica y de los estímulos tributarios.
Esa deducción del 30 por ciento le ha costado al fisco
aproximadamente 900 mil millones este año, solo en relación
con las deducciones requeridas por los contribuyentes y que tienen
que ver con sus inversiones efectuadas en el año fiscal
2004. A pesar de eso, el recaudo está creciendo por encima
del 14 por ciento. Que viene de unas bases que crecieron mucho
en los dos años anteriores, porque el año pasado
el recaudo creció el 22 por ciento y en el 2003 el recaudo
creció el 18 por ciento.
Entonces uno ve que hay un crecimiento
importante del recaudo, que refleja un mayor crecimiento de la
economía de aquel
crecimiento que están registrando las cifras oficiales.
Y por supuesto hay otros indicadores bien
importantes. La participación
de la inversión privada en el PIB de Colombia llegó a
reducirse a niveles del 6, del 8. El año pasado ya se situó en
el 12. Todo indica que este año va a estar alrededor del
15 por ciento, pero tendrá que llegar al 25 por ciento.
En pocos años, pasar del 8 al 15 por ciento indica que está tonificándose
sólidamente la economía.
Y otro punto relacionado, bien importante,
apreciados coterráneos:
la inversión extranjera directa en nuestra Patria llegó a
reducirse a 500 millones de dólares al año, orientados
prácticamente en su totalidad al sector de hidrocarburos.
El año pasado superó los 3 mil millones de dólares.
Naciones Unidas, hace dos semanas, produjo un reporte en el cual
reconocía que la inversión extranjera directa en
Colombia en el año 2004, creció en un 95 por ciento.
Y confiamos que este año, sin contabilizar transacciones
de acciones, la inversión extranjera directa en Colombia
supere los 5 mil millones de dólares. Con un elemento positivo
adicional: está bastante diversificada, como diversificado
se registra el crecimiento de la economía, lo que pone bases
mucho más sólidas para mirar el futuro.
Y vemos una cosa importante en el empleo.
Cuando empezó el
Gobierno, el ministro Juan Luis Londoño de la Cuesta, que
tanta falta nos hace, me decía: “Presidente, prepárese
para ver tasas de desempleo del 25 por ciento”.
En este cuatrienio será imposible ver que el desempleo
descienda. Yo le decía: “¿por qué?”.
Me decía: “Porque en un corto período el desempleo
pasa del 7,5 por ciento a casi el 20. El desempleo de los jefes
de hogar ha pasado del 4 al 10. Entonces un salto tan abrupto en
un período de tiempo tan corto crea una masa crítica,
una fuerza inercial, que nos puede llevar el desempleo al 25, antes
de que empecemos a estabilizarlo y a inducir una tendencia muy
lenta de reducción”.
Me lo decía con sobradas razones.
Vamos teniendo éxito en la reducción del desempleo.
El mes pasado se situó en el 11,3 por ciento.
Tengo confianza que si sigue este espíritu optimista en
nuestra Patria y que si seguimos edificando condiciones para que
Colombia se convierta, como tiene ganas de convertirse a los ojos
de los inversionistas internacionales, como el destino preferido
de América, en el año 2007 el desempleo promedio
mensual puede estar por debajo del 10.
El 11,3 es muy alto aún. El 10 es muy alto. Pero no podemos
olvidar que en un corto período de tiempo pasamos del 7,5
a casi el 20.
Y hubo allí factores agravantes, como la evolución
del desempleo de los jefes de hogar. Me parece que es el elemento
de empleo más crítico. Porque cuando el jefe de hogar
pierde el empleo, la familia entra en una situación de desespero.
La cónyuge muchas veces tiene que abandonar obligaciones
con los niñitos, saltar afanosamente a hacer presencia en
el mercado del trabajo. Los niñitos o jóvenes inmediatamente
corren el riesgo de ser desertores del aparato escolar o universitario.
Se crea una catástrofe social y familiar.
Ese desempleo de los jefes de hogar saltó, en el mismo
corto período, del 4 al 10 por ciento. Se ha reducido al
5,3.
Lo que sigue, muy grave. Es el subempleo.
Hemos tenido más éxito
en la reducción del desempleo que en la del subempleo.
Y cuando vemos el tema del subempleo, entonces
eso nos conecta con lo que tiene que ser la visión de
largo plazo.
¿
Por qué? Porque empezamos a apreciar que uno de los problemas
que refleja el subempleo, es la falta de pertinencia en la orientación
educativa de la Nación.
Uno encuentra que necesariamente el subempleo
no es empleo de mala calidad ni de bajos ingresos, sino empleo
en actividades diferentes
a las cuales se preparó el trabajador.
Y eso es una expresión clarísima
de la falta de pertinencia en la tarea educativa.
Por eso, en la visión del largo plazo, la tarea educativa
se tiene que constituir en el primer pilar de la política
industrial de Colombia.
Y a eso hay que sumarles los esfuerzos
en materia de infraestructura. Estamos construyendo la agenda
de infraestructura, que hace parte
de nuestro documento “Colombia: Visión de Segundo
Centenario”.
La Patria, el 7 de agosto de 2019, cumplirá dos
siglos de vida independiente.
Es necesario combinar el trabajo cotidiano,
esforzado, con la visión de largo plazo. Es un elemento de gobernabilidad.
Porque esa visión de largo plazo va aunando esfuerzos, se
convierte en hilo en conductor que finalmente une a un ciudadano
con los demás, hace que todo el mundo se sienta integrante
de ese todo colectivo, que es la Nación, y ese sentimiento
facilita la gobernabilidad en la medida que todo el mundo apunta
los remos hacia el mismo puerto.
Por eso nos hemos empeñado en promover este debate de construcción
de visión de futuro. Necesario, porque si se trabaja con
todo el esfuerzo en el día a día, pero no se tiene
visión de futuro, hay incertidumbre sobre el resultado del
esfuerzo.
Si hay visión de futuro, pero no se trabaja esforzadamente
cada día, esa visión de futuro no deja de ser quimera
inalcanzable.
El país necesita combinar el esfuerzo cotidiano con la
visión de futuro. Y esa visión de futuro, para que
produzca ese fenómeno final de gobernabilidad, hay que construirla
democráticamente.
Por eso el documento que lanzamos el 7
de agosto, lo denominamos Primer Borrador para estimular el debate
constructivo entre los
colombianos. Y a medida que se vayan agotando etapas de ese debate,
entonces publicar los siguientes borradores hasta que hay un referente
más elaborado, un nivel elevado de consenso entre los colombianos.
Esperamos los anexos de las regiones y
los anexos de los sectores económicos y sociales.
Y allí tiene que estar la agenda
de competitividad. Y de la agenda de competitividad tiene que
hacer parte la agenda de
infraestructura.
Y eso nos obliga a un buen manejo de los
temas macroeconómicos.
Porque si no hay buen manejo para lograr una inflación que
no supere la baja inflación de los países industrializados,
si no hay un buen manejo para lograr confianza inversionista, si
no hay buen manejo para ir avanzando hacia el equilibrio fiscal,
si no hay buen manejo para tener controlado el endeudamiento externo,
que con el déficit fiscal se había salido de lo que
fue la regla tradicional de Colombia, si no hay buen manejo, no
se crea confianza. Si no hay buen manejo en ello, es imposible
tener tasas de interés bajas accesibles en el largo plazo,
que permitan que a través de un moderado porcentaje de endeudamiento,
los sectores productivos puedan agregar valor.
Ese es otro elemento fundamental de lo
que tiene que ser la política
industrial de largo plazo.
Tengo mucha fe que llevando de la mano
la Seguridad Democrática,
la reactivación económica, la inversión social
para construir ese elemento que es la cohesión social que
nos permita hacer el tránsito de la seguridad a la paz,
nuestra Patria tiene que salir adelante.
El doctor Darío Moreno, sus compañeros de esa brillante
generación de líderes industriales de Antioquia,
el equipo liderado por Rodrigo Villa Galvis, han hecho un gran
esfuerzo en épocas muy difíciles, un esfuerzo que
nos pone un punto muy alto para trabajar con amor, permanentemente,
con amor infinito por Colombia y por Antioquia, para que el esfuerzo
de ellos se traduzca en que un día no lejano las nuevas
generaciones de esta tierra puedan vivir plenamente felices en
este suelo amado de Antioquia y de Colombia.
Muchas felicitaciones, doctor Darío. Muchas felicitaciones,
Rodrigo. Muchas felicitaciones, querida familia, trabajadores de
Coservicios”.