El maestro Emiliano
Zuleta fue sepultado en Valledupar
“VINIMOS A DESPEDIR AL QUE NUNCA HABRÁ DE DEJARNOS”:
URIBE
Bogotá, 31 oct (SNE). Emiliano de las Mercedes Zuleta Baquero,
rey vallenato vitalicio, fue despedido este lunes por sus miles
de seguidores que se agolparon en la plaza Alfonso López
de Valledupar, para decirle adiós y rendirle tributo al
compositor que popularizó el vallenato en todo el mundo.
Los restos del “Viejo Mile”, como le decían
sus allegados, fueron sepultados en el Cementerio Central de Valledupar,
durante una ceremonia en la que estuvieron presentes cientos de
cantautores vallenatos, autoridades locales y departamentales,
el presidente Álvaro Uribe Vélez y la ministra de
Cultura, María Consuelo Araújo, entre otras personalidades.
La ceremonia de despedida fue clausurada,
a petición de
los hijos del maestro, por el artista Carlos Vives, quien interpretó La
Gota Fría, quizás el vallenato más conocido
del Viejo Mile en el mundo entero.
“Hemos venido a darle adiós a quien nunca habrá de
dejarnos. Le dio lustre a Colombia ante propios y ante la comunidad
internacional. Él, que tanto ayudó al buen nombre
de Colombia, que ahora nos ayude a que Colombia salga adelante”,
dijo el presidente Uribe.
El Jefe de Estado destacó las cualidades del vallenato
y en especial las composiciones de Zuleta, como elementos de unión
entre los colombianos.
“A través del vallenato, de ese talento, de esa creatividad
natural con que mi Dios lo dotó, fue construyendo unidad
de los colombianos alrededor de la cultura. Con sus vallenatos,
con sus composiciones, fue construyendo hilitos que unían
a un ciudadano con el otro y a todos con ese ser colectivo que
es la Nación”, dijo Uribe Vélez.
El maestro Zuleta murió el pasado domingo, a las 4:30 de
la madrugada, como consecuencia de problemas cardíacos,
a la edad de 94 años.
DE LA VIEJA SARA HEREDÓ EL HUMOR
El Viejo Mile había nacido el 11
de enero de 1911, en La Jagua del Pilar, La Guajira.
“Venimos a acompañar al maestro Emiliano Zuleta Baquero,
leyenda viviente, un juglar cuya vida y obra se confunde con los
momentos fundacionales del pueblo vallenato. Miembro y continuador
de la más prolífica dinastía de creadores,
se unía a la herencia musical de Cristóbal Zuleta
y la inspiración poética de la Vieja Sara, su madre”,
narró el presidente Uribe.
Cristóbal Zuleta, su padre, también fue músico,
y su madre, Sara María Baquero Salas, era una mujer “muy
contenta y entusiasta para las fiestas”, como la recordaba
el propio maestro, quien heredó de ella el buen humor.
Conocido como el rey vallenato vitalicio,
nunca obtuvo el galardón
que se otorga a los ganadores del Festival de la Leyenda Vallenata,
y no fue por falta de talento, sino por el simple hecho de que
no oyó su nombre cuando lo llamaron para que subiera a la
tarima a tocar su acordeón, durante la versión que
se realizó en 1968.
En esa, su primera y única presentación en el Festival,
el premio mayor se lo llevó Alejo Durán, pero Rafael
Escalona, quien era juez, le aseguró en privado que el ganador
era él y no Durán, “pero que había un
reglamento”.
EL ACORDEÓN DEL TÍO
A su tío, Francisco Salas, el maestro Zuleta le debe el
haber aprendido a tocar el acordeón. Se sabía que
Francisco Salas no podía tocarlo muy bien, porque, como
explicó el Viejo Mile en alguna ocasión, “el
acordeón no lo aprende a tocar el que quiere sino el que
tiene el don”.
Salas tenía en casa tres acordeones que no dejaba que nadie
más tocara. Emiliano, por curiosidad, los utilizaba a escondidas,
y el amor que sentía por aquel instrumento lo hizo componer
una melodía, que le tocó en una serenata a su tío.
De niño tomó un acordeón, sin permiso de
su tío Francisco. Cual si fuera un personaje creado por
la imaginación literaria, se fue a esconder a la Sierra
y cuando apareció –dijo–, “ya era acordeonero
y cantaba los merengues de Francisco el Hombre, aprendidos de mi
abuela”, relató el presidente Uribe este lunes durante
las exequias del compositor.
La madrugada en que regresó, para devolverle el acordeón
a su tío, Zuleta cantó estos versos, la primera composición
de la que tenemos memoria: “Le vivo rogando a Dios que me
perdone mi tío, por culpa de un acordeón que yo me
llevé escondío”.
Su tío Francisco le respondió: “hombre, sobrino,
ya usted toca más que yo. Yo creía que era el Chico
Bolaños”, quien era el mejor acordeonero de la región.
El tío le quitó el acordeón a Emiliano y le
entregó el mejor de los tres que tenía.
“Con ese me volví una fiera”, comentó alguna
vez el maestro Zuleta.
MUJERES E HIJOS
Su amor por la música se compara sólo con el amor
que profesaba por las mujeres y sus hijos. El rey vallenato comentó que
tuvo unas setenta mujeres en su vida.
La primera de ellas fue Pule Muegues, con
quien tuvo un hijo, Tebaldo. Luego en 1945 se casó con Carmen Díaz, con
quien tuvo ocho hijos. Después vino Ana Teresa Olivilla,
quien le dio tres hijos.
Entre sus eternas mujeres también figuran Agüeda Jiménez,
Petronila Balcázar, Neptalí y Federica. “Luego
tuve una Celedón, luego una Vega, tuve una Fuentes, una
Araújo, bueno, así unas setenta”, decía.
A todos sus hijos los quiso mucho y les compuso un paseo llamado
Mis Hijos:
Porque mis hijos, si yo me muero,
yo sé que van a sufrir por mí…
Si yo me muero vuelvo a vivir,
pido permiso y vengo por ellos…
NOS CAYÓ LA GOTA FRÍA
Emiliano Antonio Zuleta, como decidió nombrarse en su
cédula, también fue conocido por sus parrandas y
por su talento. Pero lo que quizás le dio más fama
fue su canción titulada La Gota Fría, llevada a fama
internacional con la versión de Carlos Vives en Los Clásicos
de la Provincia.
La gota fría era un castigo practicado a malhechores en
Tunja. En La Guajira se utilizó cuando dos hombres tenían
una discusión y al que perdía se le decía
que le había caído la gota fría.
Zuleta nunca entendió por qué esa canción
gustó tanto. Tanto, que La Gota Fría es la canción
vallenata que ha recibido más regalías en el mundo
entero.
La historia de esta célebre canción viene de mucho
tiempo atrás.
Con la muerte de Francisco “Chico” Bolaños,
quedaron Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales como posibles reemplazos
del mejor acordeonero de la región.
Luego de muchos días de parranda, se decidió que
en la Plaza de Urumita, el 29 de junio de 1938, a las 5:00 de la
mañana, Zuleta y Morales se enfrentarían en un duelo
de acordeón para decidir quién reemplazaría
a Chico Bolaños.
Morales nunca apareció en la Plaza, lo que originó que
los habitantes de Urumita dieran como ganador a Zuleta, situación
que molestó al maestro Lorenzo y que lo llevó a componer
un paseo dedicado a Emiliano tratándolo de embustero.
Entonces fue cuando el Viejo Mile le respondió con la célebre
Gota Fría.
“Cuando Emiliano le recordaba a Moralito el día que
estuvo en Urumita y no quiso hacer parranda, que se fue de mañanita
sería de la misma rabia, no estaba alegrándose por
su partida sino lamentando su ausencia y enviándole una
invitación por el reencuentro”, expresó sobre
esta canción el presidente Uribe.
Un año después de ese episodio, Morales fue a visitar
a Zuleta y a decirle: “yo lo que quiero es ser su compadre”.
Desde ese momento y hasta la muerte de Emiliano, fueron inseparables.
Julio Iglesias y Carlos Vives son algunos
de los muchos artistas que han tenido entre sus repertorios La
Gota Fría, historia
de dos hombres luchando por el reconocimiento.
El domingo en la madrugada, la lucha fue
otra. El maestro Emiliano Zuleta pasó a mejor vida y a todos sus admiradores esa noticia
les cayó como la gota fría. |