PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN REUNIÓN DE TRABAJO EN CALI Cali, 12 sep (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, al
inicio en Cali de una reunión de trabajo que analiza los
avances de la política de Seguridad Democrática
y de la política social del Gobierno en el Valle del Cauca.
“La señora presidente del Senado, doctora Claudia
Blum de Barbieri, había solicitado una reunión
para tratar una agenda definida con sus compañeros de
bancada vallecaucana. Esa reunión empezó la semana
pasada en la Presidencia, pero dada la densidad de los temas
vimos que era necesario dedicarle unas horas, que no alcanzábamos
a evacuarla en el corto período de la reunión de
la semana anterior.
Hemos querido proceder de la siguiente
manera: dividir el tema en dos grandes capítulos, el capítulo
de seguridad y los otros temas.
En el capítulo de seguridad, proceder de la siguiente
manera: en la primera media hora o 40 minutos de esta reunión,
escuchar un resumen de lo que se dijo en Bogotá por parte
de los voceros vallecaucanos. Uno de los voceros en materia de
seguridad, no veo que haya llegado, es el senador Francisco Murgueitio.
Y también habló el senador Arenas, el señor
representante, general en uso de buen retiro, el general Jaime
Canal. Se pidió que se escuchara a los alcaldes.
Tan pronto terminemos esa parte, el señor Ministro y
los Altos Mandos se retirarán de este recinto y continuarán
el Consejo de Seguridad.
Y aquí seguimos con la segunda reunión de los
diferentes temas. Queremos remitirnos exclusivamente a la agenda
temática que presentó la semana pasada la honorable
senadora Claudia Blum.
Entonces procederíamos de la siguiente manera: escuchamos
a los voceros seleccionados por ustedes por cada tema y después,
responde el Gobierno Nacional.
En los Consejos de Seguridad, a lo largo
de estos tres años
de Gobierno, hemos procedido de la siguiente manera: primero,
no realizarlos exclusivamente en Bogotá sino periódicamente
en las diferentes regiones. Segundo, en la primera etapa de esos
consejos escuchar a la comunidad.
¿Cuáles son las razones para ese procedimiento?
Primero, cuando solamente tenemos oportunidad de reunirnos los
Altos Comandantes, el Ministro y yo en Bogotá, no se cumple
un imperativo de la política de Seguridad cual es que
permee en todas las bases de las fuerzas institucionales, que
llegue hasta el más recientemente vinculado de los soldados
y policías de la Patria.
Entonces para que la política de Seguridad permee, a
lo largo de estos tres años ha sido muy útil realizar
los consejos de seguridad en las regiones, para que la política
de Seguridad comprometa todo el estamento institucional de la
Nación, sin excepción.
¿Y por qué en la primera etapa que los comandantes,
el Ministro y yo escuchemos a la comunidad? Porque cuando simplemente
presentamos nuestros informes, quedan incompletos. Es muy importante
estar escuchando a la comunidad para darnos cuenta cuál
es la percepción comunitaria sobre el tema, cuáles
son los problemas que más aquejan y cuáles son
las diferencias entre la percepción comunitaria y nuestra
propia evaluación del avance de la política de
Seguridad.
En la reunión de la semana pasada encontramos mucha preocupación
por el norte del Valle del Cauca. Yo he tratado de recordar cómo
era la situación hace tres años, compararla con
la de ahora.
Hace tres años había una gran angustia por los
secuestros en la ciudad de Cali, por lo que venía pasando
desde Los Farallones. Hemos tenido tres años sucesivos
de disminución del secuestro en la ciudad de Cali.
Este año, por ejemplo, llevamos en secuestro extorsivo
otra disminución del 27 por ciento en la ciudad de Cali.
Y creo que avanzamos bastante con la instalación del Batallón
de Alta Montaña en Los Farallones.
Diría que los dos hechos más apremiantes en materia
de seguridad cuando empezó el Gobierno, eran lo que ocurría
desde Los Farallones que se reflejaba en secuestro en la ciudad
de Cali y la inseguridad en la carretera de Buenaventura, cuyo
transporte estaba prácticamente paralizado. Creo que en
los dos hay un buen avance.
Una enorme preocupación por el secuestro de los grupos
terroristas ubicados en la cordillera caucana, que venían
a secuestrar al sur del departamento. Diría que lo que
estamos haciendo en esa cordillera va a ayudar muchísimo.
Ya entró la nueva Brigada Móvil que habíamos
ofrecido al departamento del Cauca. Confío que vamos a
mejorar bastante la seguridad en el Cauca, porque ya llevamos
casi dos años con el Batallón de Alta Montaña
en el sur del Macizo Colombiano. Allá hay un gran alivio
de la comunidad.
Y con las operaciones que, desde febrero – marzo de este
año estamos adelantando en cordillera norte del departamento
del Cauca y el refuerzo ahora con la nueva Brigada Móvil,
y la coordinación de esas operaciones con las operaciones
que vienen del Huila y con las operaciones que vienen del Tolima,
pueden producir un gran alivio sobre el sur del Valle del Cauca
y sobre la Cordillera Central.
En la Cordillera Central diría que se ha advertido algún
mejoramiento. Ha producido un buen efecto el Batallón
de Alta Montaña en el Quindío y las operaciones
coordinadas con el Tolima y, por supuesto, con el Huila.
Preocupa muchísimo el tema del Cañón de
Garrapatas, toda esa comunicación con el Pacífico,
en el río San Juan y con el Pacífico, y el tema
del norte del departamento, especialmente en la Cordillera Occidental.
Hay unas operaciones militares que tienen que ser sostenidas
en ese Cañón de Garrapatas, que se están
efectuando del departamento del Valle del Cauca hacia el occidente
buscando el río San Juan. Y ya entró la Armada
por el río San Juan, hemos fortalecido bastante el río
San Juan, a ver cómo vamos presionando a estos grupos
terroristas en ambas direcciones.
En el norte del departamento había una calma ficticia
cuando empezó este Gobierno. Una calma impuesta ahí por
una presencia de los grupos de narcotráfico, que no estaban
siendo perseguidos en debida forma. Tan pronto empezó la
acción de este Gobierno frente a ellos, esa calma ficticia
se perdió y se expresó lo que se venía ocultando,
lo que se venía congelando: la violencia.
Tenemos mucha queja de, primero, una
tendencia muy preocupante de asesinatos entres estas bandas.
En los últimos meses
se ha revertido para bien la tendencia.
Y unas preocupaciones presentes, vigentes,
sobre el ingreso de las Farc a extorsionar campesinos, por
ejemplo, del municipio
de Argelia y de otros de estos municipios. Es lo que hemos recibido.
Entonces es muy importante examinarlo y ver cómo vamos
a enfrentar allí la situación.
Lo que me han dicho los alcaldes, y lo
que dijo alguno en la reunión de Bogotá, es que en la comunidad y en
las autoridades locales no hay confianza sobre la acción
de los batallones en el norte del Valle del Cauca y no hay confianza
sobre la acción de la Policía.
Entonces, estas cosas me toca repetirlas
con toda franqueza, porque nada hacemos. Estas reuniones tienen
que ser muy respetuosas,
pero muy francas. Cualquier extremo es muy grave: si se vuelven
unas reuniones donde nos faltemos al respeto, nada hacemos, y
si en aras de la cortesía no son francas, tampoco hacemos
algo positivo.
Encontramos la queja de que, no obstante
el mejoramiento en Cali en algunos aspectos, hay mucha queja
sobre la inteligencia
en la ciudad de Cali y sobre la inteligencia en el norte del
departamento, sobre la circunstancia de que todavía no
se han terminado de desmantelar esos carteles de la droga aquí.
Sus jefes, como el señor Diego Montoya y el señor
Varela, no están todavía, como deberían
estar, a buen recaudo. Entonces se han presentado esas quejas.
Yo me he propuesto hacerle un seguimiento
diario al tema del homicidio en la ciudad de Cali. Y este año, a 9 de septiembre,
tenemos 527 homicidios menos en Cali que el total acumulado en
el mismo período del año anterior.
Esto es un día a día que hemos venido llevando
sobre la ciudad, con el propósito de que la ciudad recupere
plenamente la seguridad. Hemos hecho todo el esfuerzo con el
destacamento aquí de Policía, de Ejército.
Hay que mirar en qué estamos fallando en inteligencia
a ver cómo lo corregimos. Confío que la ciudad
se pueda recuperar fiscalmente, porque –y lo digo con todo
el aprecio por el alcalde, es una situación vieja, no
de esta administración–, nosotros necesitamos que
en una ciudad del tamaño, de las complejidades, de los
desafíos de Cali, el presupuesto local nos pueda dar un
gran aporte para el tema de seguridad, que lo tenemos en otras
ciudades.
La ciudad de Bogotá está aportando este año
56 mil millones de pesos al tema de seguridad. La ciudad de Medellín,
con Metroseguridad, una suma parecida.
Mientras la ciudad se pone al día y puede hacer eso,
el Gobierno Nacional seguirá haciendo todos los esfuerzos.
Ustedes muchos son testigos que se han hecho, incluso, hasta
en el tema de gasolina.
La gran preocupación que capté de esa primera
reunión sobre la ciudad de Cali es sobre el tema inteligencia
para golpear lo que queda de estos carteles en la ciudad.