PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN HOMENAJE A LA PRESIDENTA DEL SENADO Y
AL FISCAL GENERAL
DE LA NACIÓN
Cali, 30 sep. (SNE). Las siguientes son
las palabras del presidente Álvaro
Uribe Vélez durante el homenaje rendido a la Presidenta
del Senado y al Fiscal General de la Nación.
“Siempre es grato venir a esta tierra, siempre es grato
contagiarse de su civismo, siempre es grato participar de sus
inquietudes empresariales, de sus inquietudes sociales, siempre
es grato estar en próxima cercanía con los vallecaucanos.
Pero hoy todavía es más grato acudir al Valle
del Cauca, a Cali, a acompañar a los vallecaucanos a hacerle
un merecido reconocimiento a dos de sus más destacados
hijos: a la señora Presidente del Congreso, Claudia Blum
de Barberi, y al Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán
Arana.
He tenido el privilegio de conocer a
la senadora Claudia Blum desde cuando era casi una niña, de seguir de cerca su
carrera de servicio a la Patria, en momentos como periodista,
en momentos al frente de instituciones del arte y de promoción
de la cultura, y particularmente su carrera política.
Tuve la fortuna de ser su compañero en el Senado de la
República, y la inmensa fortuna, el privilegio que me
genera gratitud incancelable, de que me hubiera acompañado
con ese valor con que lo hizo en la campaña que permitió que
este Gobierno instaurara el principio de la Seguridad Democrática.
Claudia Blum ha sido una constante de servicio a la Patria.
Todas sus actividades han estado signadas
por ese objetivo fundamental en ella, que es el bien público, el superior interés
del colectivo.
Claudia Blum es un ejemplo de credibilidad.
Yo diría que una constante que ha marcado sus actuaciones
es la capacidad de generar credibilidad: credibilidad por la
consistencia en sus actitudes, credibilidad por la congruencia
entre la manera como piensa y la manera como actúa, credibilidad
por su dedicación a las tareas que emprende, credibilidad
por el amor y la pasión con que las lleva adelante, credibilidad
por el valor civil para enfrentar las causas más difíciles
y riesgosas, las de mayor conveniencia para la Nación,
credibilidad por su transparencia.
Cómo nos honra, nos emociona, cómo enaltece a
la Patria entera, no solamente la circunstancia de que ya haya
llegado una mujer al Senado de la República, a presidirlo,
sino una mujer vallecaucana de los quilates, de las condiciones,
de las virtudes patrióticas de Claudia Blum de Barberi.
El ministro (del Interior y de Justicia),
Sabas Pretelt de la Vega, me introdujo con Mario Iguarán Arana, quien generosamente
aceptó acompañarnos en el Gobierno como Viceministro
de Justicia.
Ese jurista de las nuevas generaciones,
profundo en sus conocimientos, denso en el raciocinio, que
sabe conducir naturalmente, casi
con humildad, su sabiduría, de la cual no hace alarde
como los sabios de verdad, cuánto nos ayudo como Viceministro
de Justicia.
Cómo fue construyendo confianza. La construye tan pronto
se le conoce. Confianza en el Congreso, confianza en organismos
internacionales, más confianza en las Cortes, que ya lo
conocían por su ejercicio de jurista, por su ejercicio
de profesor, por su ejercicio de consultor en las materias en
el campo nacional e internacional.
Lo propusimos con confianza patriótica como integrante
de la terna para ocupar la Fiscalía General de la Nación,
y con confianza lo escogió la Corte Suprema de Justicia.
Sale al extranjero, ya como Fiscal, y
de todas partes llaman a decir: qué lujo de Fiscal, qué Fiscal para generar
confianza. Ayer nos explicaron la Ley de Justicia y Paz, y con
argumentos expuestos, de manera tranquila y sencilla, cómo
se fueron superando las críticas injustas que la habían
deformado en su imagen internacional.
Cómo tiene de confianza el país entero en usted,
señor Fiscal General, que tiene que enfrentar retos tan
profundos como avanzar en la aplicación de la Ley de Justicia
y Paz, que usted ayudó a concebir.
Retos tan importantes, como continuar
con la tarea de aplicar las reformas que introduce el sistema
acusatorio y la oralidad,
y que después del ciclo constitucional y de la actualización
de los códigos, ha empezado a aplicarse en Bogotá,
el Eje Cafetero, y que, usted lo ha anunciado esta noche, pronto
empezará a aplicarse aquí en su tierra.
Dice la Constitución que el Fiscal General y el Presidente
tienen que definir la política contra la criminalidad ¡Qué buena
su compañía en esta batalla!
Esta mañana lo aproximé y le dije: “Fiscal,
necesito decirle una cosita en unos minutitos”.
Al amanecer llamé al general (Jorge Daniel) Castro Castro,
comandante de la Policía, y le dije que por favor ejecutara
la orden de trasladar al señor (Diego Fernando) Murillo
Bejerano, conocido con el nombre de “Don Berna”,
a la cárcel de La Picota. Que debía asumir personalmente
esa responsabilidad y que le comunicaríamos a la opinión
ciudadana solamente cuando ya el señor estuviera en un
avión llegando a la ciudad de Bogotá.
Expliqué al Fiscal de manera sencilla que los procesos
de paz tienen que ser un equilibrio, como el lo ha dicho, entre
la reconciliación, la justicia y la reparación.
Tienen que ser un equilibrio entre la generosidad y al mismo
tiempo el respeto.
Que los procesos de paz tienen que ser
una venia al pueblo y a todas las instituciones, que los procesos
de paz, no son un
juego, que los procesos de paz tienen que hablar bien, como lo
merecen los colombianos por ellos ante el mundo entero, que el
Gobierno no puede ser inferior a esos desafíos.
Y el Fiscal me dijo, con esa manera natural,
tranquila, sencilla, con la que él se expresa, propia de los hombres sabios: ‘Presidente,
hágalo, que es correcto’. Muchas gracias, Fiscal,
porque eso ayuda mucho a sembrar eso que requerimos: respeto
por los procesos de paz, respeto por la política de Seguridad
Democrática, respeto por los colombianos y respeto por
todas nuestras instituciones.
Con ustedes dos, la senadora Claudia
Blum de Barberi al frente del Congreso de la República, y el doctor Mario Iguarán
al frente de la Fiscalía General de la Nación,
la Patria tiene que avanzar.
Define la Constitución del 86, en norma que sigue implícita
en el texto del 91, que la independencia de las ramas del poder
las obliga a colaborar armónicamente. Qué mejores
coequiperos para el Ejecutivo en la tarea de cumplir la Constitución
que la senadora Claudia Blum y el fiscal Mario Iguarán.
Usted, señora Presidente del Senado, ha traído
esta noche el importante recuento de su actividad legislativa.
Cada vez que Colombia ha necesitado valor civil para enfrentar
riesgos y desafíos y saetar adelante leyes que empanican
a muchos, usted ha estado en la primera línea.
Esta noche usted nos ha dicho los nuevos
desafíos, nos
ha llamado la atención sobre la necesidad de convertir
el proyecto de reforma de la Ley 100 en una realidad antes de
la terminación de este período en diciembre.
Qué bueno. Para poder rápidamente decirle al mundo
que Colombia ha logrado la plena cobertura de salud para los
sectores más pobres de la Nación.
Hace tres años, 10 millones de colombianos estaban en
el régimen subsidiado de salud, terminamos 2004 con 15
millones, confiamos terminar este año con 18 millones,
pero necesitamos 26 millones.
Tenesmo la esperanza de que 4 millones
estén ingresando
al régimen contributivo, gracias al mejoramiento del empleo.
De todas maneras el reto es pasar de 18 millones, número
con el cual terminará el país este año,
a 22 millones en el régimen subsidiado, que sumados los
4 del régimen contributivo, nos permitirán decir
ante la faz del mundo que Colombia ha logrado plena cobertura
en salud, en aseguramiento de salud para los sectores populares
de la Nación.
Eso es tan importante, como quiera que
una democracia moderna, además de la Seguridad Democrática, de la garantía
a las libertades públicas, del respeto a las instituciones
independientes de la transparencia como factor de confianza,
necesita la cohesión social. Definitivamente esa cohesión
social es el lazo vinculante de un individuo con otro, es el
factor común denominador para que cada uno se sienta comprometido
con ese bello todo que es la Nación.
Su empeño, senadora Claudia, el
de sus colegas, le va a permitir a Colombia lograr esa meta.
Y nos ha hablado del TLC, sobre el cual
pudimos hacer unos comentarios la semana pasada aquí, en ese gran aniversario de la Cámara
de Comercio de la ciudad. Nosotros, apreciados compatriotas vallecaucanos,
no estamos en el tema del TLC por razones ideológicas,
no.
Los asuntos de comercio hay que hay que
conducirlos es por aspiraciones de bien público, sin dogma. Hace tres años parecía
imposible un acuerdo entre la Comunidad Andina y Mercosur. Lo
logramos, construyendo un amplio consenso nacional, un acuerdo
que no va a tener muy buenos efectos económicos en el
corto plazo, pero habrá de tenerlos en el mediano y largo
plazo, y que de todas maneras tiene unas consecuencias políticas
de integración de nuestro continente suramericano muy
positivas.
¿Por qué estamos empeñados en el TLC? Porque
el 31 de diciembre del año entrante expira el tratamiento
de preferencias unilaterales que los Estados Unidos le ha dado
a los países andinos por la lucha contra la droga, y todo
indica que no hay posibilidades de una nueva extensión
de ese tratamiento unilateral, sobre todo después que
han hecho el acuerdo con Centroamérica.
Para definir si se necesitan o no esos
acuerdos de comercio, hay que definir qué producen y que pueden vender los países.
Si nosotros tuviéramos una economía abundante en
petróleo, abundante en acero, abundante en soya, productos
que hoy se arrebata la economía mundial, seguramente no
necesitaríamos esos tratados de comercio. Pero una economía
con avicultura, con productos agrícolas sumamente competidos,
una economía con manufacturas bastante ofrecidas, es una
economía que necesita acuerdos de comercio para poder
acceder a los mercados.
Este Gobierno, que ha mantenido un diálogo permanente
con el pueblo, se propone dentro de unas semanas convocar un
consejo comunitario, de tantos días como se requiera,
de manera ordenada, para discutir con todos los compatriotas
el TLC, ya cuando esté en un estado de mayor madurez,
en un estado más avanzado, esto es, lo necesitamos, pero
requerimos construir el mayor nivel de consenso, y todos tenemos
que aportar porque finalmente no lo podremos imponer, tiene que
ser una transacción que solamente queremos obtener por
las mejores conveniencias de la Nación.
Y ha traído usted, honorable senadora,
Presidente del Congreso, temas transcendentales de la agenda
vallecaucana. Vamos
a seguir luchando con todo entusiasmo por ellos.
Hemos enfrentado un severo déficit fiscal, un alto endeudamiento
público, pero con afecto por la Patria, comprometidos
en el alma con esta gran tierra vallecaucana, contagiados del
amor y la disciplina que usted le impone a sus tareas públicas,
seguiremos trabajando con ustedes hombro a hombro para sacar
adelante la agenda de los superiores intereses del Valle del
Cauca.
Apreciados compatriotas vallecaucanos,
nada más oportuno
que distinguir a los mejores, nada mas oportuno que mostrar como
ejemplo a aquellos que han enseñado con su ejemplo, nada
más oportuno que este homenaje a Claudia Blum y a Mario
Iguarán, dos compatriotas que nos merecen el afecto, la
confianza, la credibilidad, el respeto, y a quienes exaltamos
esta noche porque ellos honran a Colombia y dan brillo al Valle
del Cauca.
Esta noche una de las niñitas del coro que interpretó tan
bellamente los himnos de Colombia y del Valle del Cauca, me trajo
una cartica, una cartica conmovedora, cuya lectura casi me exprime
las lágrimas, donde me cuenta sus ilusiones, sus impresiones,
sus angustias por lo que ocurre en la Patria.
La generación a la cual pertenecemos muchos de los aquí presentes,
no ha vivido un solo día completo de paz. Qué bueno
que con el esfuerzo de todos, que con su ejemplo, Senadora, con
su ejemplo, Fiscal, podamos lograr que estas nuevas generaciones
de colombianos vivan felices, vivan confiadas, vivan seguras
en Colombia.
Fiscal Iguarán, la política de Seguridad Democrática
tiene un fin: la paz. Esa Política de Seguridad Democrática
tiene un puente para llegar a la paz: la cohesión social.
En la medida que esa política de Seguridad Democrática
persista, vaya produciendo frutos, así sea con creciente
paciencia, se ejecute con toda la transparencia, con apelación
exclusiva a la institucionalidad, esa política le devolverá a
Colombia las mejores posibilidades.
Cuando escucho a la senadora Claudia
Blum hablar de un momento de esperanza, recuerdo las cifras
que escuchamos esta mañana.
La patria llegó a tener un desempleo del 20 por ciento,
en el mes de agosto estuvo en el 11,3.
Si hay algo que produzca deserción escolar, que produzca
quebrantamiento de las familias, es el desempleo de los jefes
de hogar. En pocos años saltó del 4 al 10 por ciento,
acaba de situarse en el 5,1, pero tenemos que seguir haciendo
grandes esfuerzos para eliminarlo totalmente.
Cuando el jefe de hogar tiene éxito con una pequeña
empresa, con una microempresa, cuando el jefe de hogar tiene éxito
como trabajador independiente, cuando el jefe de hogar tiene éxito
como empleado, entonces el cónyuge o compañera
pueda dedicar más tiempo a la familia, tiene menos angustia
para salir a la calle a buscar empleo, se frena la deserción
escolar de los niñitos y se aporta mucho a la tranquilidad
de la Nación.
Y esta semana, en medio de las dificultades
nacionales, hemos tenido buenas noticias, como el aumento de
Colombia 7 puestos
en el escalafón mundial de competitividad. Y hemos tenido
otras buenas noticias, ayer Naciones Unidas reveló que
en el año 2004 la inversión extranjera en Colombia
creció un 95 por ciento.
Se nos había caído casi a 500 millones de dólares
por año, el año pasado superó los 3 mil
y confío que este año superemos los 5 mil, para
tener una Colombia, la que queremos, una Colombia sin drogas
sin terrorismo, una Colombia sin guerrillas, una Colombia sin
paramilitares, una Colombia sin corrupción, una Colombia
que reivindique a los pobres, una Colombia incluyente pero sin
odios, una Colombia pluralista, en permanente debate, pero debate
sin antagonismos insuperables, debate solidario, para construir
a partir de la diversidad el consenso cotidiano que nos permita
en la conducta de Nación alcanzar superiores intereses.
El Fiscal citó bellamente el himno del Valle del Cauca,
que se lo oí contar con emoción y de memoria. Cuando
vengo a esta tierra siempre me atienden con dos cositas que agradezco
inmensamente. Por ahí unos platicos de chontaduro, y esta
hojita, que por un lado tiene el himno del Valle del Cuca y por
otro lado el himno de Santiago de Cali.
Ustedes, señor Fiscal y señora Presidenta del
Senado, han conducido para bien de la Patria, con energía
y amor vallecaucanos, el arado fecundo y lo seguirán conduciendo
para que esta Patria, como lo dice su himno, produzca frutos
de oro, de miel y de amor, para que las nuevas generaciones puedan
vivir felices.
Felicitaciones, vallecaucanos, por producir
estos compatriotas”.