INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE ÁLVARO
URIBE VÉLEZ EN LA CUMBRE CAN – MERCOSUR
Río de Janeiro (Brasil), 19 ene. (SNE).- La
siguiente es la intervención del presidente de Colombia, Álvaro
Uribe Vélez, en la cumbre CAN-Mercosur.
“Gracias, presidente (del Brasil, Inacio) Lula (Da Silva)
por su hospitalidad, y un saludo muy afectuoso a todos los colegas
aquí presentes.
Hace cuatro años no se visualizaba el Acuerdo CAN-Mercosur.
Vivíamos de espaldas. Yo creo que cuando se va a proyectar
el futuro, no se puede perder de vista lo hecho. Requirió un
gran cambio de voluntad política, exigió que naciera
una voluntad política que había sido inexistente.
Hoy esta perfeccionado. Más aún, vemos como algunos
países de la CAN quieren ingresar ya como socios plenos
a Mercosur, cómo no queremos que se estanque el proceso
en el acuerdo de asociación entre la CAN y Mercosur, sino
que hemos venido trabajando la construcción de la Unión
Suramericana.
Además, Colombia, por su situación geográfica,
tiene que cumplir el papel de articulador de la Unión
Suramericana con Centroamérica, con México y con
la visión mesoamericana. Por eso Colombia ingresó al
Plan Panamá-Puebla, y confiamos que sea un instrumento
para unir estos esfuerzos CAN-Mercosur, Unión Suramericana
con Centroamérica y la visión de mesoamérica.
Por supuesto, estos elementos de asociación tienen que
ser integrales. No pueden reducirse al comercio. Pero eso no
lo estamos diciendo ahora. Está en los fundamentos de
quienes concibieron la integración.
Cuando los presidentes de Chile, Perú, Bolivia, Venezuela
y Colombia se reunieron en Cartagena en 1967 y 1968, concibieron
la Comunidad Andina como una asociación integral. Otra
cosa es que en la idea política la hubieran reducido al
comercio. Pero todo el desarrollo del capital humano era fundamental
en ese acuerdo inicial de asociación, perspectiva que
tenemos que rescatar.
Entendemos la integración como un imperativo para avanzar
en el capital físico y en el capital humano. Temas de
capital físico de gran importancia, como la integración
energética, el Irsa (Integraciónde la Infraestructura
Regional en América del Sur), los mayores esfuerzos para
proveer de crédito a las grandes mayorías excluidas.
Temas de capital humano, como la superación total de
la pobreza, la construcción de equidad.
Permítanme hacer unas referencias al tema colombiano,
especialmente después de la sorpresiva mención
que ha hecho el presidente (de Bolivia) Evo Morales, porque en
mis largas conversaciones con él, las últimas en
el día de ayer, no había tenido yo el gusto de
escucharle esas críticas a Colombia, que habría
podido respondérselas de manera bilateral.
Nosotros venimos trabajando en Colombia un elemento, un modelo
con cinco elementos:
Seguridad Democrática (es muy diferente un concepto
de Seguridad Democrática al viejo concepto del continente
de la doctrina de la seguridad nacional para sustentar dictaduras),
respeto a las libertades públicas, construcción
de cohesión social, avance hacia la transparencia, y respeto
a la independencia relativa de las instituciones que conforman
el Estado democrático.
Presidente Morales: antes de que se pusiera en marcha nuestra
política de Seguridad Democrática, en Colombia
eran asesinados 160 líderes sindicales por año.
Todavía no hemos superado totalmente esa tragedia. Pero
gracias a la eficacia de nuestro concepto democrático
de seguridad, de un millón de afiliados de las organizaciones
sindicales de Colombia, el año pasado, en un país
que asesinó todavía 17 mil personas, murieron asesinados
trece.
Quisiera decirles yo a ustedes, al mundo democrático
en su totalidad, que Colombia ha superado ese flagelo. Totalmente
superado no está, pero vamos en un camino, con toda, con
la más firme voluntad política, para superarlo.
Las libertades se habían suprimido, no por voluntad
del Estado sino por avance del terrorismo, que no tenía
un Estado que lo confrontara. La libertad de prensa, la libertad
de crítica. En unas regiones las voces de la política
se tenían que someter a la guerrilla, y en otras regiones
se tenían que someter a los paramilitares.
Llevamos tres procesos electorales en los cuales se han recuperado
las libertades. Los únicos constreñimientos que
se presentaron en el último proceso electoral que condujo
a mi reelección, fueron a cargo del grupo narcoterrorista
de las Farc, en contra de electores amigos de la causa que represento.
El tema del narcotráfico: por supuesto, hay muchas diferencias
entre las guerrillas colombianas y movimientos insurgentes de
otras regiones del mundo.
Déjenme hablar de dos diferencias. En América
Latina hubo guerrillas contra dictaduras. Ahí aparece
la primera diferencia con Colombia. En Colombia han sido obstructoras
de la democracia.
Recuerdo en mis años de universidad, cuando el movimiento
guerrillero anunciaba que de Colombia aprobar la elección
popular de alcaldes y gobernadores, ellos inmediatamente renunciarían
a la lucha armada. Colombia aprobó esos procesos de ampliación
democrática, y quienes los reclamaban se convirtieron
en los sicarios de la democracia, asesinando alcaldes y gobernadores.
Una cosa es ennoblecer una lucha ilegal por el objetivo de
derrotar una dictadura, y otra muy distinta el derecho de señalar
como terrorista una lucha innoble, financiada en el narcotráfico,
que acribilla y es sicaria de la democracia.
Cuando el Plan Colombia empezó, Colombia tenía
200 mil hectáreas de coca. Todavía hay muchas.
Estamos esperando las nuevas mediciones. El año pasado
había 86 mil.
Y ese problema del narcotráfico marca la segunda diferencia
entre los grupos ilegales de Colombia y otros que hubo en el
continente.
Otros que hubo en el continente jamás se financiaron
del narcotráfico. En Colombia guerrillas y paramilitares,
todos a una, se han financiado de narcotráfico y han tenido
como segunda fuente de financiación el secuestro.
Pero ese narcotráfico, además, es el gran destructor
de los recursos naturales. Primero, se destruye la selva amazónica
para sembrar coca. Esa destrucción provoca erosión
de suelos. Esa erosión de suelos sedimenta los ríos.
Segundo, para convertir las hojas de coca en cocaína,
se utilizan precursores químicos, que los científicos
les asignan el mayor grado de toxicidad.
El apoyo de los Estados Unidos con el Plan Colombia a nuestro
país, es un mínimo deber de corresponsabilidad,
que deberían cumplir todos los países consumidores.
Nosotros no estamos exentos del consumo. Hace años se
decía: ‘Colombia se beneficia del tráfico,
pero Colombia no tiene producción’. Pasamos de cero
producción a 200 mil hectáreas. ‘Colombia
se beneficia de la producción y del tráfico, pero
no tiene consumo’. Tenemos el problema de un millón
de consumidores.
Cuando le reclamamos la corresponsabilidad a los Estados Unidos
y a Europa, no podemos perder de vista el riesgo que corren las
familias de nuestros países.
Ahora, la acción nuestra es integral. Para no abusar
del tiempo, permítanme simplemente mencionar un instrumento
que estamos utilizando para darles alternativa a los pobladores
de esta región: Familias Guardabosques.
Cuando veo que en algunos países amazónicos se
destruye la selva para sembrar soja, y en otros se destruye la
selva para sembrar coca, nosotros hemos creído que el
proceso de pagarles a las familias que allí viven para
que cuiden el bosque, es un deber que tiene que cumplir la humanidad.
Porque unos y otros necesitan ingresos. Y si queremos, si el
mundo necesita preservar ese pulmón que es la Amazonía,
pues nos tiene que ayudar.
Colombia ha emprendido, con sus modestos recursos, un proceso
que ya tiene 50 mil Familias Guardabosques, recibiendo una remuneración
por cuidar el bosque, por evitar que se destruya con la coca.
Nosotros hemos trabajado la Seguridad Democrática, pero
han crecido más nuestros recursos de inversión
social. Eso no lo dicen mis críticos, presidente Morales,
pero sí lo dijo el pueblo colombiano en las elecciones
de este año.
Es bien importante mirar esa cifra. Ha sido mayor el crecimiento
de los recursos que le aplicamos a la política social,
que el crecimiento de los recursos que aplicamos a seguridad.
Por eso nuestros avances en educación, en salud, en crédito
popular, en reducción de pobreza.
Aspiramos entregar en el 2010 a la nueva administración
presidencial, un país con plenas coberturas de educación
y salud, con una sustancial reducción de la pobreza y
con un programa de crédito popular, que en la anterior
administración nuestra le llegó a un millón
800 mil familias, y en ésta les debe llegar a cinco millones.
Nosotros tenemos un concepto del papel del Estado: no podemos
desmantelarlo, pero tampoco adherirnos al estatismo. El Estado
tiene que ser eficiente. Procesos anteriores de América
Latina mostraron que cuando el Estado está al servicio
del estatismo, del burocratismo político, de privilegios
sindicales, ese Estado le incumple a la comunidad. Por eso fracasaron
algunas revoluciones de América Latina, que tuvieron como
modelo principal el estatismo. Como también se fracasó en
lo social, cuando se dio el timonazo hacia el desmantelamiento
del Estado. Lo nuestro no es lo uno, ni lo otro.
Hemos reformado 300 empresas del Estado en Colombia en esta
dirección. Unas se preservan con ciento por ciento de
propiedad pública. Otras tienen participación de
socios estratégicos.
Yo veo cuando se menciona a Petrobras (Petróleo Brasilero
S.A.), socio estratégico de Colombia hoy en las exploraciones
más importantes del país, que Petrobras no es ciento
por ciento estatal, que tiene una participación privada
bien importante. Se ha aumentado el patrimonio del Estado brasilero
en Petrobras. No sacrificaron el patrimonio del Estado, lo aumentaron.
Tenemos otras empresas en las cuales se han adelantado parcialmente,
en porcentajes prudentes, procesos de democratización.
Procesos para que participen los ciudadanos del común,
las cooperativas.
A propósito, encontré el cooperativismo quebrado
hace cuatro años, y lo hemos rescatado plenamente. Y hay
una gran participación de empresas de trabajadores.
Usted me decía, presidente Lula, anoche, el interés
de Brasil de participar a través de la empresa privada
en el proceso de Paz del Río. Esa empresa la recuperamos,
y es hoy de propiedad en un 48 por ciento de los trabajadores.
Hemos pasado de un sindicalismo que era meramente reivindicatorio
y político, a un sindicalismo participativo.
Nosotros no creemos que haya que esperar el crecimiento para
hacer la cohesión social, y tampoco creemos que podamos
hablar de lo social sin crecimiento. No podemos dejar excluidas
las aspiraciones sociales de nuestro pueblo, y para satisfacerlas
no podemos excluir las necesidades de crecimiento e inversión.
Cuando nosotros hablamos de un modelo incluyente, nos referimos
a un modelo incluyente en lo social y a un modelo incluyente
que haga inversión, que genere confianza.
Aquí se hablado de temas muy importantes. Déjenme
algún punto concreto sobre el Banco del Sur. Una opción.
La propongo para considerar. Hay que aprender a manejar opciones
tranquilamente dentro de la diversidad.
La Comunidad Andinaha hecho un gran esfuerzo con la Corporación
Andina de Fomento (CAF). Entiendo que no hay un equivalente en
Mercosur. ¿Por qué no estudian, la Comunidad Andina
y Mercosur, la posibilidad de potenciar a la Corporación
Andina de Fomento y construir con ella ese anhelo de ese Banco?
Dejo a consideración de ustedes esa opción.
Permítanme referir algunos temas del presidente Morales:
el déficit fiscal. Sí, yo encontré un déficit
fiscal del 4,2. Es cierto. En el año 2005 terminamos en
equilibrio. Y en 2006 tenemos un déficit fiscal de medio
punto del PIB.
El Gobierno Nacional Central tenía un déficit
fiscal del 6,5 cuando yo llegué. Le tuvimos que sumar
1,3 para pagar las pensiones del Seguro Social, porque se agotaron
las reservas. Sin embargo, cerramos 2006 con un déficit
del Gobierno Nacional Central de 3,8.
Sí, claro que hemos tenido déficit comercial.
Con algunos países hermanos tenemos superávit.
Y queremos explorar opciones para que Colombia les compre más
a ellos. Pero con otros países hermanos tenemos un tremendo
déficit.
Empiezo por Bolivia, presidente Morales: usted sabe que Colombia
le compra a Bolivia 177 millones de dólares al año
y le vende 38. Y eso no ha sido óbice para ofrecerle,
como le he ofrecido, que si por el acuerdo CAN-Mercosur Colombia
llegare a comprar soja –como va a llegar a comprar de los
países de Mercosur–, sin arancel, y eso le compitiera
a Bolivia, o por el acuerdo Colombia-Estados Unidos ocurriere
lo mismo, Colombia está dispuesta a encontrar las compensaciones
necesarias para Bolivia.
Así como reconozco que tenemos superávit con
algunos países hermanos, tenemos un inmenso déficit
con todos los países de Mercosur, y eso no ha sido obstáculo
para que estemos buscando con ustedes esta integración.
La deuda, presidente Morales: hace cuatro años, la deuda
colombiana representaba el 54 por ciento del PIB. Hoy representa
el 32. Los intereses estaban en el 15 por ciento. Hoy en el 8.
Hemos hecho una reestructuración con sentido social.
Los últimos créditos que ha recibido Colombia,
nos los han otorgado a 31 años de plazo, con una tasa
del 7,14.
Los indicadores sociales del país han mejorado enormemente.
Nuestro crecimiento no se sustenta en el turismo ni en los hidrocarburos.
Por temor al terrorismo, a Colombia solamente llegaban 530 mil
visitantes al año. El año pasado llegaron millón
100 mil.
Nosotros tomamos unas decisiones de hidrocarburos desde hace
mucho tiempo. De pronto no se sabe, pero fue la Constitución
colombiana de 1968 la que nacionalizó todos los recursos
del subsuelo.
Cuando ustedes miran la participación del Estado colombiano
en los contratos de asociación, consolidadamente es superior
al 50, en un país que tiene que buscar muchas reservas.
Una cosa es Bolivia con 70 teras de reservas probadas de gas,
7 – 8 millones de habitantes, y otra cosa es Colombia con
7 teras probadas de gas y 42 millones de habitantes.
Presidente Morales: Colombia, tranquilamente, institucionalmente,
les ha titulado el 33 por ciento del hectariaje del país
a las comunidades indígenas y un alto porcentaje a las
comunidades afrodescendientes, en un país donde hay 800
mil compatriotas indígenas de un total de 42 millones
de ciudadanos.
Nosotros hemos tenido una gran tragedia: la tragedia del terrorismo.
Empezaron hace 50 años diciendo que Colombia necesitaba
guerrilla para resolver los problemas sociales, y los agravaron.
Empezaron hace 50 años diciendo que Colombia necesitaba
guerrilla para restituir la democracia, y la bloquearon y crearon
el paramilitarismo, el mismo que este Gobierno ha desmontado.
Porque si algo me da autoridad moral para hablar ante la comunidad
internacional, es que hoy los jefes paramilitares de Colombia,
en este Gobierno, están en la cárcel. Y eso no
ha surgido de la espontánea voluntad de ellos, sino de
la férrea voluntad nuestra de Seguridad Democrática.
Ciertamente no estábamos creciendo. Pero ya llevamos
dos años creciendo, uno por encima del 5 y otro en el
6. Y no propiamente basados en el turismo o en los hidrocarburos,
en los cuales Colombia tiene muy pocos recursos.
Pero está bien que se den estos debates. Nosotros los
damos con toda sinceridad y profundo respeto personal.
América Latina tiene que comprender su diversidad, respetarla.
Nosotros no podemos pretender unirnos en un molde único.
Ese molde tiene que ser amplio, para que la unión quepa
dentro de la diversidad. En el molde único no cabemos
todos. La pretensión de la unión tiene que ir acompañada
del reconocimiento de la diversidad. Y Colombia respeta esa diversidad.
Pero, además: cuando yo escucho hablar del fin de las
ideologías, también pienso que no se puede hablar
del fin de las ideologías para creer que las ideologías
se pueden estancar en otras.
Los procesos revolucionarios de la historia del mundo han sido
todos evolutivos. Lo peor que le puede pasar a un proceso social
o político es estancar la evolución. Por esto estos
procesos hay que ajustarlos permanentemente.
Nosotros tenemos una voluntad de relaciones internacionales
abierta al mundo. Y el mismo discurso en todas partes. Yo no
cambio mi discurso frente a ningún país de la región.
Estando en Estados Unidos o Europa, en Caracas o en La Paz, es
el mismo discurso.
Nosotros, abiertamente, tenemos buenas relaciones con los Estados
Unidos. Sentimos todo el interés en esta integración,
y tenemos buenas relaciones con Cuba. He reconocido en todas
partes el papel tan fundamental del presidente (de Cuba, Fidel)
Castro para ayudarnos a construir la paz en Colombia. Como he
reconocido los esfuerzos del presidente (de Venezuela, Hugo)
Chávez para ayudarnos con un proceso, el del ELN, que
ojala prospere.
Presidente Lula, me excedí en el tiempo, pero la culpa
la tuvo el presidente Morales. Muchas gracias”.