PALABRAS DEL PRESIDENTE EN LA XX
CONVENCIÓN CARISMÁTICA INTERNACIONAL
Bogotá, 24 (SNE).- Las siguientes
son las palabras del presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, durante la XX Convención Carismática
Internacional G – 12:
“ Que bueno estar esta tarde de nuevo con ustedes. Vengo
con mucho cariño y con mucho entusiasmo por muchas razones.
Primero, porque se necesita sinceridad en el afecto y en la
afinidad. Yo los visité cuando era candidato por primera
vez a la Presidencia y cuando era candidato a la reelección.
Ahora, después, que con la ayuda de ustedes, el pueblo
colombiano me permitió cuatro años más en
la Presidencia de la República, tengo que visitarlos porque
aquí encuentro una gran energía espiritual que
ayuda muchísimo en la conducción de Colombia.
Cuando ustedes miran la agenda del Presidente de la República,
verán que tiene que reunirse con banqueros, con industriales,
con sindicatos, con profesores, con ingenieros, con constructores
de obras públicas, con gobernantes internacionales, con
ministros, senadores, pero también verán que pocas
veces tiene la oportunidad de una reunión de la naturaleza
espiritual de estas reuniones.
Por eso, al llegar esta tarde aquí, llego a contagiarme
de esa energía espiritual que ustedes irradian, para bien
de Colombia y de todos los países que representan.
Muchas gracias al pastor César Castellanos, a la senadora
Claudia Rodríguez de Castellanos. Muchas gracias a todos
los visitantes de la comunidad internacional. Los colombianos
nos sentimos muy reconocidos con su visita, con su confianza
en Colombia al asistir a esta convención en Bogotá.
Encuentran ustedes a Colombia en un momento bien importante,
nuestra política de seguridad ha avanzado, pero todavía
falta mucho. En estos años se han desmovilizado más
de 40 mil alzados en armas, el número superaba 60 mil.
Hemos avanzado con una política de seguridad firme, democrática.
Democrática porque es para favorecer a todos los colombianos,
independientemente de su credo político, de su ubicación
social, de su nivel de riqueza o de pobreza.
Democrática porque esa política de seguridad
es para favorecer a todos los colombianos, independientemente
de su identificación o su desacuerdo con el Gobierno.
Va por buen camino, pero falta mucho.
Avanzamos en un proceso de paz con los grupos llamados paramilitares
y se ponen las bases para un proceso de paz con la segunda guerrilla,
el ELN –que ojalá fructifique-. No obstante que
no ha habido todavía procesos de paz con las guerrillas,
nuestra política, que es firme en el ejercicio de la seguridad
y generosa en la oferta de la reconciliación, ha logrado
ya que dentro de esos 40 mil desmovilizados, haya cerca de 10
mil que provienen de las guerrillas.
Es una política democrática y es un proceso de
paz que es de reconciliación, de justicia, de reparación
y de perdón.
Ustedes encontrarán que se están adelantando
unos juicios. Esos juicios son la expresión de una ley,
nuestra Ley de Justicia y Paz. Una ley que busca la reconciliación
pero no permite la impunidad. Una ley que busca el perdón
pero no permite la impunidad. Una ley de reconciliación,
pero también de reparación a las víctimas.
Esta mañana me decía un periodista: ‘Presidente ¿qué opina
de los escándalos?’, le dije: veamos la parte positiva. ¿Cuántos
años estuvo Colombia dominada por paramilitares y guerrilla?
En unas regiones, la gente sometida a la guerrilla y en otra
a los paramilitares y el Estado brillaba por su ausencia o por
su debilidad.
Estamos recuperando la vigencia del Estado, de la democracia,
de la justicia y le estamos dando un ejemplo al mundo. La Ley
que hoy aplicamos y cuya aplicación empieza a revelar
la verdad, es muy conveniente frente a Colombia y frente al mundo.
En el mundo ha habido muchos procesos de paz, de perdón
y olvido, sin justicia y sin reparación. Los anteriores
procesos de paz en Colombia, no tuvieron justicia, no tuvieron
reparación. Muchos responsables de delitos atroces, simplemente
recibieron perdón y licencia para aspirar a las grandes
posiciones de la democracia.
Este proceso de paz marca la diferencia porque es un proceso
de reconciliación, con sentencias reducidas sí,
pero un proceso con justicia, un proceso buscando la verdad,
un proceso con reparación.
Y así como contrasta con procesos anteriores que se
llevaron a cabo en Colombia, también es un punto de referencia
para procesos que se den en Colombia en el futuro.
Así como con los paramilitares se adelanta un proceso
de paz que es de justicia sin impunidad, de paz que es de reparación,
de reconciliación con verdad; en el futuro, cuando se
adelanten procesos de paz con las guerrillas, no se podrá volver
a procesos de paz con impunidad.
Este proceso marca una referencia, da una pauta, por eso es
muy importante que los colombianos pensemos en este proceso para
marcar la diferencia con anteriores y para fijar el marco a los
que habrán de venir.
Y es muy importante que la Comunidad Internacional lo mire,
porque cuando miramos procesos surtidos en América Latina,
procesos surtidos en África, procesos adelantados en Asia,
aquellos en nuestro Continente y en otros continentes, han sido
generalmente procesos de reconciliación sin justicia,
escasamente la verdad se ha agitado en alguno de ellos y no total.
El proceso colombiano marca la diferencia con procesos internacionales.
Y cuando el mundo ha sido tan crítico de Colombia, ahora
el mundo va a tener que aprender de Colombia.
Cuando el mundo le pedía a Colombia luchar contra la
impunidad, ahora el mundo va a tener que aprender que Colombia
ha sido capaz de sacar adelante un proceso de paz sin impunidad.
Antes éramos enjuiciados por el mundo, ahora el mundo
tendrá que aprender de nosotros, porque hemos dado ejemplo
en adelantar un proceso democrático con todas las libertades,
con todas las posibilidades para la crítica, buscando
la justicia, la reparación, la verdad, como presupuestos
para una reconciliación verdadera, sólida.
Esto nos va ayudar mucho para que el país haga una reflexión:
todas estas escenas que el país ve hoy en ese proceso
no nos pueden tomar por sorpresa, fue que vivimos muchos años
con el imperio de la ley burlado.
La debilidad de los gobiernos frente al terrorismo dejó que
el terrorismo se enseñoreara de Colombia.
Este proceso no nos puede tomar por sorpresa. En muchas regiones
de Colombia donde desaparecían la eficacia del Estado,
los ciudadanos, los políticos,los periodistas, fueron
sometidos por la guerrilla y en otras regiones por el paramilitarismo.
Este proceso no nos puede tomar por sorpresa. Durante cuatro
largos años discutimos la ley que hoy se aplica y las
mayorías del Congreso definieron que tenía que
ser una ley de reconciliación pero también una
ley de justicia, de verdad y de reparación.
Y que florezca la verdad, para que en Colombia emerja una reflexión,
para que los colombianos al conocer toda esa verdad, tomemos
la íntima determinación, en cada ser individual
y en el colectivo de la Nación, de luchar por una Colombia
en la que nunca más haya guerrillas, en la que nunca más
haya paramilitares, en la que se acabe el narcotráfico
y se elimine la corrupción. Esa es la gran reflexión.
Por eso la agitación de la verdad, el florecimiento
de la verdad, no debe escandalizarnos sino provocarnos reflexiones.
La reflexión de dejar atrás las épocas del
dominio terrorista. La reflexión de construir una Nación
con instituciones democráticas que impidan guerrillas,
paramilitares, narcotráfico, corrupción.
Por supuesto, ahora estamos en el juicio de la verdad sobre
el paramilitarismo y la parapolítica. En algún
momento, también tendrá que hacerse el juicio de
la verdad sobre la guerrilla y la política al servicio
de la guerrilla.
La verdad no es para estimular odios, la verdad es para que
la reconciliación repose sobre bases sólidas. Por
eso, no hay que temerle a la verdad, no hay que temerle a la
verdad sobre el paramilitarismo y no hay que temerle a la verdad
sobre la guerrilla. No hay que temerle a la verdad sobre la parapolítica
y no habrá que temerle a la verdad sobre el apoyo político
a la guerrilla.
Estimular la verdad no es estimular el odio, es estimular que
la reconciliación se de sobre bases sólidas. Cuando
la verdad se tapa, los pueblos no hacen reflexión. Cuando
la verdad florece pero también se construye alrededor
de la verdad un ánimo de reconciliación, los pueblos
hacen reflexiones y rectifican los caminos.
Todo esto, toda la tragedia colombiana –que con la ayuda
de Dios vamos a superar- ha sido una tragedia financiada por
el narcotráfico. Por eso lo tenemos que derrotar.
Esta tarde, en la Cancillería colombiana, se empezó a
presentar a la comunidad internacional nuestra nueva propuesta
de lucha contra el narcotráfico. Demandamos el apoyo de
los Estados Unidos, de Europa, de América toda, de nuestros
países hermanos. El apoyo de todos los continentes.
Una política de corresponsabilidad entre la oferta y
la demanda. Una política para que, al derrotar la droga
en Colombia, no haya tanta droga que estimule el consumo en las
calles de los países industrializados.
Una política para erradicar la droga con fumigación,
con erradicación manual, para poner en la cárcel
a quienes estimulan el narcotráfico y dar alternativas
sociales a los campesinos. Para estimular nuestra política
de Guardabosques.
Miren, apreciados compatriotas y apreciados visitantes de la
comunidad internacional, lleven en su mente el tema de Guardabosques. ¿Por
qué? Así como hay países en los cuales la
selva amazónica se destruye para sembrar soya y los campesinos
buscan ingresos a través de la soya, también hay
países como Colombia, donde la selva amazónica
se destruye para sembrar coca.
Al destruir la selva, en otras partes para sembrar soya y aquí para
sembrar coca, se afecta el medio ambiente, se produce erosión
en los suelos. Cuando llueve la escorrentía conduce la
capa vegetal a los causes de los ríos que se sedimentan
y se generan trastornos ambientales.
Pero en Colombia la secuencia es más grave porque entonces
en esa selva destruida se siembra coca y posteriormente, para
convertir las hojas de coca en cocaína, se utilizan precursores
químicos de la más alta toxicidad que envenenan
la flora y la fauna.
Nuestra política de Guardabosques ya tiene 50 mil familias,
reciben un pago, ¿para qué?, para que no destruyan
la selva, para que no siembren coca y esa política puede
servir para llevarla a otros países para que los campesinos
en lugar de destruir la selva, así sea para sembrar soya,
cuiden la selva que es un pulmón de la humanidad.
Queremos que el mundo nos ayude a financiar, no 50 mil Familias
Guardabosques, sino 120 mil.
Y si bien tenemos que utilizar la fumigación para derrotar
la droga, estamos creciendo la erradicación manual. Hace
2 años, erradicamos 31.200 hectáreas manualmente,
el año pasado 43 mil y confiamos erradicar este año,
manualmente, 50 mil.
De regreso a sus países, lleven este mensaje: ayúdennos
difundiendo lo que hace Colombia y ayúdennos buscando
que el mundo entero nos ayude en la tarea de derrotar la droga
que financia el terrorismo.
Pero nuestras preocupaciones sociales son inmensas.
Encontramos la pobreza en el 60 por ciento, aspiramos que cuando
termine nuestro cuatrienio, no exceda el 35 (por ciento), para
que quienes nos sucedan en la Presidencia en el año 2019,
cuando completemos dos siglos de vida independiente, la reduzcan
al 15 (por ciento).
Aspiramos, en este cuatrienio, tener plena cobertura en salud
para la población pobre, plena cobertura en educación
básica. Tener una de las tasas de cobertura universitaria
más altas del Continente. Y tener el sistema de vocación
técnica vocacional más importante del Continente,
a la altura de sistemas de formación técnica tan
importante, como el sistema de aprendices de la República
de Alemania.
Trabajamos lo social sin estatismo. Para nosotros es tan importante
la tarea social del Estado, como la inversión privada.
Para nosotros la inversión privada no puede ser capitalismo
salvaje, tiene que ser capitalismo cristiano, tiene que ser solidaria.
Para nosotros la inversión privada no puede ser de explotación
a los trabajadores, para nosotros la inversión privada
tampoco puede ser de fomento de odio de clases.
Para nosotros la inversión privada tiene que ser fraterna,
solidaria, cristiana. En esa dirección trabajamos, por
eso invitamos al mundo a que invierta en Colombia, porque en
medida que invirtamos y la propiedad cumpla una función
social, cristiana y fraterna, todo ello nos ayudará a
tener una Nación que supere la pobreza y con equidad.
Hemos dicho que 2007 debe ser el año de la vida –deberían
ser todos los años-. Cuando le digo a algún interlocutor
internacional que queremos hacer de 2007 el año de la
vida, se extraña porque todos los años deberían
ser los años de la vida.
Ocurre que Colombia llegó a tener años de 30
mil asesinatos, hemos mejorado mucho, pero todavía la
tasa de homicidios es alta, queremos reducirla. Por eso queremos
comprometer a cada colombiano a que le de todo el espacio de
su corazón, al respeto a la vida.
Tantos años de terrorismo crearon fenómenos contraculturales.
Por ejemplo: de aceptación al crimen. Llegaba la noticia
de un crimen y antes que repudiarlo, se empezaba a indagar por
justificaciones. Antes que repudiarlo, se preguntaban por qué lo
mataron, ‘ah, que lo mataron por ser mafioso’, ‘que
lo mataron por robarle’, ‘que lo mataron porque debía
un dinero’, ‘que lo mataron porque era auxiliar de
la guerrilla’, que lo mataron porque era auxiliar del paramilitarismo.
Y entonces se buscaban tantas justificaciones al crimen, que
se terminaba aprobándolo, rechazando la justicia, aclimatando
la impunidad.
Queremos sembrar en todos los colombianos una actitud dinámica
contra el crimen, una actitud dinámica en defensa de la
vida, el don precioso que Dios nos da.
Queremos sembrar en todos los colombianos una actitud de rechazo
de la impunidad, para que la justicia nos ayude a derrotar el
crimen en Colombia.
Cada mes, en este año de la vida, le daremos una mención
especial a la ciudad y a las pequeñas poblaciones donde
más se haya reducido el crimen.
Cada mes, en este año de la vida, le daremos una mención
especial a los colegios más destacados en su pedagogía
de sensibilización sobre el don preciado de la vida.
Cada mes, en este año de la vida, le daremos una mención
especial a las brigadas del Ejército y a los comandos
de Policía que se destaquen por la observancia de los
derechos humanos.
Pido a ustedes una oración permanente por Colombia.
Pido a ustedes una oración permanente para que Colombia
salga adelante, para que la verdad sea camino de reconciliación.
Pido a ustedes, humildemente, una oración permanente por
el Gobierno que presido, para que Dios nos guíe, nos permita
superar tantas flaquezas humanas y nos permita acertar en favor
de Colombia.
Disfruten a Colombia. Me gusta mucho ver que crece ésta
audiencia y que se llega con más confianza. Vine muy emocionado
cuando era candidato, quizá por allá, con el recóndito
interés de que me ayudaran a ganar. Y hoy vengo muy emocionado
como Presidente, a decirles a ustedes que me gusta venir aquí,
porque ustedes me refuerzan espiritualmente.
Muchas gracias. Pastor Cesar, mi admiración infinita.
Muchas gracias Senadora Claudia, mi respeto, mi gratitud. Muchas
gracias Luis Felipe; muchas gracias Hernando. Muchas gracias
comunidad del G12. Muchas gracias visitantes internacionales
de nuestras hermanas naciones. Muchas gracias compatriotas de
todas las regiones de Colombia. Que sea un éxito esta
convención”.