PALABRAS DEL PRESIDENTE EN FORO SOBRE MICROEMPRESA
Barranquilla, 9 feb (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez,
al intervenir en el II Foro de la Microempresa “Cómo
enfrentar los nuevos desafíos”, que se realiza
en la capital del Atlántico.
“En primer lugar, permítanme dar desde Barranquilla
un saludo muy respetuoso a todos los periodistas de Colombia
en su día. Ha sido Colombia un país caracterizado
por un gran florecimiento del periodismo, desde los albores de
la Independencia, y por un gran respeto de la opinión
al periodismo.
Nuestro Gobierno, con la política de Seguridad Democrática,
ha querido devolverle todas las condiciones al periodismo libre.
Condiciones para su ejercicio que se habían perdido en
muchas regiones de la Patria, en unas por la presión guerrillera
y en otras por la presión paramilitar, y en muchas por
la presión concurrente de unos y otros.
Hubo momentos, en años anteriores, donde no sólo
los periodistas habían perdido su libertad, estaban amordazados
por las presiones del terrorismo, sino que eran asesinados en
cantidades. Años de asesinar en Colombia 25 periodistas.
Todavía nos asesinan periodistas. Pero nuestra voluntad
es que esta Patria le pueda decir al mundo que no hay periodistas
amenazados y que no hay periodistas asesinados.
Nuestra seguridad es democrática, para establecer la
diferencia con otros proyectos de seguridad del continente, que
se pusieron al servicio de dictaduras, del cercenamiento de las
libertades, de la censura de prensa, de la eliminación
del disenso.
La nuestra es todo lo contrario: la nuestra está al
servicio de la libertad, es apoyo al periodismo libre, es garantía
para el disenso.
Este es un país de controversia, en medio de un ambiente
democrático donde todos hoy gozan de la decisión
estatal de proteger a todos los ciudadanos con eficacia en la
seguridad.
A los periodistas de la Patria, por ello, los mejores votos,
para que en el ejercicio de esa difícil profesión
sigan dando brillo y buen nombre a este país de libertades
que es Colombia.
Muy apreciados amigos que nos reunimos hoy, convocados por
la Corporación del Desarrollo de la Microempresa: la doctora
María Lucía Castrillón (gerente de la Corporación),
nos ha destacado la importancia de la microempresa en Colombia.
Representa en 92 por ciento de las organizaciones empresariales
del país y es responsable del 51 por ciento del empleo.
¿Por qué la importancia que nuestro Gobierno
le asigna al microcrédito? Por varias razones.
Nosotros no creemos que solamente se pueda impulsar el crecimiento
de la economía y quedarse a esperas de que la superación
de la pobreza llegue espontáneamente. América Latina
lo probó durante años, y eso no sirvió.
En el Brasil, en los años sesenta, hubo años de
crecimiento de la economía del 14 por ciento y de aumento
masivo de la pobreza.
Tampoco creemos en el otro extremo: en aquello de hacer un
gran esfuerzo por la distribución y darle la espalda al
crecimiento. Cuando se le da la espalda al crecimiento, la distribución
fracasa, porque solamente distribuye pobreza.
Nuestro esfuerzo se orienta para llevar de la mano el crecimiento,
la superación de la pobreza y la construcción de
equidad.
Las metas de largo y de mediano plazo que se ha impuesto el
país, son metas muy exigentes. Y aquí juega un
papel muy importante la microempresa. Veamos por qué juega
un papel muy importante en el crecimiento y por qué juega
un papel muy importante en la superación de la pobreza
y en la distribución.
En el crecimiento: el crecimiento moderno exige la desagregación,
en fases, de los procesos productivos y de servicios en casi
todas las actividades. Esa desagregación le da, en la
cadena que concluye con cualquier producto o con cualquier servicio,
un protagonismo esencial a la microempresa. Esto es: los bienes
y servicios más sofisticados que se ofrecen hoy en el
mundo, generalmente son producto de la desagregación de
procesos. Y la microempresa juega un papel muy importante al
desagregar esos procesos en cada una de sus fases.
Es imposible entender hoy que haya una gran empresa que no
esté apoyada, en la parte de insumos y de provisiones
por la microempresa, o que no esté apoyada en la parte
de distribución por la microempresa. Es imposible pensar
hoy en un gran producto en el mundo, que no sea el resultado
de una cadena bien importante de participación de microempresas.
Nosotros encontramos en la microempresa el mejor vehículo
para lograr que rápidamente se encuentren la oferta y
la demanda.
Cuando sale adelante una microempresa, inmediatamente esa microempresa
aumenta la oferta, inmediatamente esa microempresa también
estabiliza el ingreso de la familia, genera empleos adicionales.
Es imposible encontrar una actividad donde más rápidamente
se tonifique la economía del lado de la oferta y se tonifique
la economía del lado de la demanda, que la microempresa.
Tan pronto como se tonifica a través de una microempresa
la economía del lado de la oferta, tan pronto se tonifica
del lado de la demanda.
Desde el punto de vista social, la microempresa, casi que como
la educación, abre las oportunidades de ascenso social,
de movilidad social. ¿Por qué? Porque la microempresa
rompe las relaciones tradicionales de capital y de trabajo, y
permite unificar en el microempresario y en su familia las dos
condiciones, y permite avanzar casi que sin frenos, sin techo,
sin límite, en lo que es la escala de la movilidad social.
La microempresa rompe con la reproducción de condiciones
de inequidad, con la reproducción de condiciones de pobreza.
Eso ayuda inmensamente desde el punto de vista social.
Nosotros nos hemos propuesto unas metas de crecimiento económico
muy ambiciosas, pero no como un fin en sí mismo, sino
como un medio para lograr unas metas muy ambiciosas de reducción
de pobreza.
Hace cuatro años teníamos la pobreza casi en
el 60, ahora oscila alrededor del 45 – 50, y la meta es
que en el 2010 la hayamos reducido a no más del 35 por
ciento, para que nuestros sucesores puedan cumplir la meta de
largo plazo y en el 2019 la pobreza no esté por encima
del 15 por ciento en nuestro país. Y en ello es fundamental
el apoyo a este instrumento.
En el Gobierno anterior le dimos un gran crecimiento al microcrédito.
Su cartera pasó de 730 mil millones a 3 billones (de pesos).
Fueron beneficiados un millón 800 mil microempresarios.
Eso nos animó a dar un segundo paso en materia de fortalecimiento
de microcrédito, alrededor de la Banca de Oportunidades.
Ahora aspiramos que en este cuatrienio no les lleguemos a millón
800 mil microempresarios, sino a 5 millones de microempresarios.
Y que la cartera de la microempresa todos los días crezca,
como proporción a la cartera total.
Por supuesto, esto exige definiciones y esfuerzos sostenidos.
Muchos compatriotas me preguntan: ¿por qué la Banca
de Oportunidades no es un nuevo banco? Y si no es un nuevo banco, ¿entonces
qué es la Banca de Oportunidades? Y quiero repetir hoy,
ante tan importante concurrencia en Barranquilla, estas respuestas:
La Bancade Oportunidades no es un nuevo banco, porque un nuevo
banco no alcanza un cubrimiento veloz de la geografía
colombiana, como el que podemos lograr con la Banca de Oportunidades.
El Banco del Café, que se acaba de vender, tenía
menos de 300 oficinas. El Banco Agrario no tiene 700. Muchos
bancos privados comerciales se han retirado de muchas ciudades
y de muchos municipios.
En un país con 43 millones de habitantes, un millón
164 mil kilómetros, 1.098 cabeceras municipales, no podemos
pretender que la tarea la jalone especialmente un banco. Por
eso desistimos de hacer, como expresión de la Banca de
Oportunidades, un nuevo banco.
¿Entonces qué es la Banca de las Oportunidades?
Es un sistema que pretende congregar a todos los agentes que
intervienen en el tema en una red sincronizada de colocación
de crédito popular en todo el país. ¿Por
qué todos los agentes? Porque es algo que tiene que aprovechar
Colombia.
Hace poco hablaba con el profesor (Muhammad) Yunus, premio
Nobel de la Paz. Me explicaba su experiencia, como todos ustedes
la conocen, sobre el Banco de los Pobres de su país. Nosotros
le explicábamos la idea que tenemos de nuestra Banca de
Oportunidades. Él nos hacía comentarios y nos decía
que lo que encontraba en Colombia es que aquí hay una
institucionalidad que no tenía Bangladesh cuando él
empezó el Banco de los Pobres, y que aquí hay una
institucionalidad que no tienen otros países de América
Latina que están tratando de hacer una revolución
de microcrédito.
Y uno se pone a ver cuál es la institucionalidad que
existe en Colombia, que marca la diferencia con lo que era el
Blangladesh del inicio del Banco de los Pobres del profesor Yunus,
y que marca la diferencia con otros países de América
Latina.
Y la institucionalidad que encontramos en Colombia es bien
rica, bien importante, bien diversa. Encontramos sector financiero
público y privado. Encontramos una inmensa red de fundaciones
sin ánimo de lucro, especializadas en el tema del microcrédito.
Encontramos una gran red de capacitación y de acompañamiento.
El Sena se ha convertido en el instrumento de formación
vocacional más importante de América Latina. No
lo hay hoy en América Latina. Y además tenemos
algo muy importante: el Fondo Nacional de Garantías y
los Fondos Regionales de Garantías. Esto es: tiene Colombia
una institucionalidad que no puede desaprovechar.
La existencia de esa institucionalidad nos da a nosotros la
ventaja para poder arrancar con la Banca de Oportunidades, como
un sistema que vincule a todos los actores. Y ha causado muchas
dificultades a otros países que han querido hacer lo mismo,
porque carecen de esa institucionalidad.
Un país grande de la región quiso hace dos años
emprender un programa de microcrédito ambicioso, como
el nuestro, y rápidamente no pudo, porque le faltaba el
Fondo Nacional de Garantías. En otros no tienen la red
de fundaciones privadas que hay en Colombia, sin animo de lucro,
al servicio del microcrédito. Y en otros no tienen las
organizaciones de capacitación, las organizaciones de
acompañamiento.
¿Qué papel debe jugar el tema de los Fondos?
Lo que parecería ser hoy una realidad es que el tema de
recursos es el menos importante. Lo que más se necesita
son los proyectos, la capacitación, el acompañamiento.
En materia de recursos, nosotros vemos que hay una abundante
oferta en todas las instituciones colombianas. Y que, además,
ha venido creciendo con mucho vigor el redescuento de recursos
que las organizaciones bancarias del Gobierno les hacen a los
organismos privados de colocación de crédito popular.
La cartera que tiene hoy Bancoldex, entidad a la que hace cuatro
años le asignamos la tarea de ser el fondo de redescuento
de la microempresa, es una cartera que ha crecido mucho, y de
manera muy sana. Eso intentó hacerlo el IFI, nosotros
al principio del Gobierno le dimos mucha fuerza al IFI, pero
los resultados no fueron los mejores.
Hoy vemos que en todo el país ha venido creciendo el
tema del redescuento de Bancoldex a las diferentes organizaciones.
El tema de recursos: ¿qué problema hemos encontrado?
Hemos encontrado que el crecimiento del microcrédito en
Colombia ha sido, regionalmente, desigual. Mientras hay unas
ciudades en las que ha crecido muy bien, se encuentra que en
los municipios de ese departamento todavía el crecimiento
es un crecimiento muy leve. Hay regiones enteras con una gran
dinámica de microcrédito, y hay otras regiones
muy rezagadas. Ahora nos proponemos llegarles con mucha fortaleza
a las regiones más rezagadas.
¿Cómo entendemos las diferentes etapas que se
deben cumplir en el sistema de Banca de Oportunidades?
Hace una semana estuvimos lanzando el sistema aquí en
Barranquilla. No hay cosa más importante que aprender
con ejemplos. Entonces hemos evitado el lanzamiento teórico
de Banca de Oportunidades, y lo estamos haciendo, en las ciudades
colombianas, como se hizo en Barranquilla hace una semana y como
lo vamos a hacer ahora en la tarde en Montería, ya con
ejemplos concretos.
La semana anterior se entregó aquí una buena
cantidad de créditos a dos grupos: al grupo de tenderos,
que históricamente han dependido del crédito de
la usura y que empiezan a formalizarse, y a un grupo muy vulnerable
socialmente, que es el grupo de madres cabeza de familia vinculadas
al programa de Familias en Acción.
Esta tarde, en Montería, vamos a empezar Banca de Oportunidades
entregándoles crédito a mototaxistas, entregándoles
crédito a Familias en Acción y entregándoles
crédito a discapacitados.
En Medellín empezamos el programa Banca de Oportunidades
entregándoles crédito a egresados universitarios.
En todas partes queremos estimular la Banca de Oportunidades
entregándoles crédito a egresados universitarios
y a egresados del Sena. En Nariño empezamos Banca de Oportunidades
con créditos para artesanos.
Pues bien, ¿cómo vemos que debe proceder el mecanismo?
Primero, hay que escoger grupos, ojalá organizados socialmente,
con dos características: o que sean vulnerables o que,
por diferentes razones, no tengan facilidades de acceder al crédito.
Ejemplos de unos y de otros: grupos vulnerables, madres cabeza
de familia de los estratos uno y dos. Ejemplo de grupos con dificultades
de acceder al crédito: el egresado universitario, el egresado
del Sena. No necesariamente está en los sectores vulnerables,
pero le dicen: usted es muy joven, usted no tiene experiencia,
a usted no le podemos prestar.
Y en ambos buscamos una meta inmediata: que los colombianos
se puedan desvincular de la usura. La semana pasada comparábamos
aquí, en Barranquilla, el costo de acceso al crédito
en la Banca de Oportunidades, que empezaba a atender los tenderos,
contra el costo que venían pagando en el sistema de usura.
Y la diferencia es una diferencia monumental.
Creemos que el sistema de Banca de Oportunidades sí funciona,
y tenemos que hacer todo el esfuerzo para que funcione. Entregar
cinco millones de microcréditos no es una tarea fácil.
Con mucho esfuerzo en el anterior Gobierno entregamos un millón
800 mil microcréditos.
La meta que nos hemos puesto es muy elevada. Si eso funciona,
tiene que convertirse en un gran elemento de dinamización
de la economía, tiene que convertirse en un gran elemento
para liberar a los colombianos de la esclavitud de la usura,
tiene que convertirse en un gran elemento de crecimiento, de
estabilización, primero y segundo, de crecimiento de los
ingresos de la familia, y tiene que convertirse en un gran elemento
de movilidad social, que es una característica fundamental
de la democracia.
Primera etapa: seleccionar grupos vulnerables o grupos con
dificultad de acceso al crédito, preferiblemente socialmente
organizados. Confío que esta tarde encontremos en Barranquilla,
en Montería, que al haber seleccionado los primeros mototaxistas
para recibir el crédito, hagan parte de una organización.
¿Por qué nos interesa mucho que las personas
estén organizadas en alguna asociación? Porque
la organización ayuda a que las personas tengan más
sentido de responsabilidad social, más sentido de cumplimiento.
Por ejemplo: hay más probabilidades de que una Familia
en Acción sea bien cumplida con el crédito, cuando
esa Familia en Acción participa en una asociación,
que cuando esa Familia en Acción procede solitariamente.
Y ahí viene la pregunta: ¿quién los escoge?
Cuando lanzamos el programa en el sur de Bogotá, el grupo
de Familias en Acción fue escogido por Acción Social
de la Presidencia. Pero es apenas un ejemplo. Tantas organizaciones
como hay en Colombia, pueden escoger los grupos a favorecer con
el crédito de Banca de Oportunidades. Una alcaldía,
una gobernación, el Sena, una universidad, una escuela,
los gremios populares, los gremios de la producción y
de los servicios, Undeco (que es la Unión Nacional de
Tenderos en Barranquilla), en fin. Hay muchas. Eso es una cosa
bien importante en Colombia. Aquí hay mucha institución
que puede participar en todas las etapas del proceso. Las fundaciones
establecidas en Colombia para el microcrédito.
Lo segundo: hay que darles una somera capacitación. ¿Quién
les dio esa capacitación en Bogotá? ¿Quién
la dio en Barranquilla? ¿Quién la está dando
para los que van a recibir esta tarde el crédito en Montería?
Básicamente el Sena. Aquí en Barranquilla ayudaron
Undeco y Fenalco. Pero no son los únicos que pueden dar
esa capacitación. Muchas fundaciones de ustedes pueden
dar esa capacitación. El sistema está abierto.
Tercero: ya se ha escogido el beneficiario del crédito,
ya se le ha dado una capacitación básica, viene
el tercer paso: presentarlo a la institución que le va
a hacer el crédito. Ahí se necesita que la institución
lo acompañe. Pero ese acompañamiento no quiere
decir que la institución lo vaya a avalar. La institución
no le otorga fianza. La institución simplemente lo acompaña.
Eso se convierte en una garantía operativa. Si el alcalde
es banquero y el viceministro es microempresario, si el microempresario
llega a donde el banquero solo, seguramente le abren las puertas
con mucha más dificultad, de la dificultad con que le
abren las puertas si llega acompañado, por ejemplo, de
la Fundación Mario Santodomingo, o de Actuar, o del Sena.
El acompañamiento es fundamental.
Entonces he venido despejando esta duda –y mañana
voy a insistir mucho en el tema en la Unión (Nariño),
aquí está doña Gloria, yo la saludé ahora,
que ha sido fundamental en el crédito en Nariño,
en el microcrédito en Nariño–: hay que hacer
la claridad de que el acompañamiento al microempresario
para acudir a la entidad bancaria, no significa fianza al microempresario.
Simplemente un acompañamiento que abre puertas.
¿Quién da la fianza? Estamos pidiendo que a la
madre cabeza de familia de estratos 1 y 2 no se le exija fiador.
La fianza la puede dar el Fondo Nacional de Garantías,
los Fondos Regionales de Garantías. Habrá que buscar
el esquema de fianzas solidarias.
Ya la persona recibió el crédito. Es muy importante
garantizarle a la entidad financiera que la persona va a estar
acompañada por la entidad que la presentó al banco,
mientras la persona deba, que el proyecto va a estar, va a tener
un seguimiento de esa entidad. Entonces, en nuestro ejemplo,
si el Sena acompañó al viceministro microempresario,
para obtener el crédito del alcalde, el Sena va a acompañar
al viceministro microempresario mientras deba.
Anunciarle eso a la entidad financiera le da confianza. Por
supuesto, se convierte en una garantía de que un negocio
bien acompañado es un negocio que tiene más probabilidad
de salir exitoso, que un negocio que no está bien acompañado
o que no tiene compañía. Y esa garantía
es buena para el microempresario, para su familia, para los trabajadores,
y es buena para la entidad financiera.
Y aquí vienen dos preguntas: ¿cuál es
el tipo de microempresa que queremos y quién va a pagar
esas diferentes tareas: selección, capacitación,
acompañamiento?
Para responder a la primera pregunta, Colombia no se puede
quedar en la microempresa básica, de almohadas, colchones,
empanadas. Colombia tiene que visualizar la microempresa en la
escalera del avance tecnológico. Hay que buscar estimular
a los microempresarios a agregar valor. Yo creo que es una premisa
fundamental de este proyecto.
Lo segundo: yo sé que las actividades de selección,
de capacitación y de acompañamiento cuestan. Entonces
el Gobierno Nacional ha dispuesto de 120 mil millones, que están
en el presupuesto nacional, para apoyar el programa. Hemos autorizado
que parte de esos recursos se gasten pagándoles a las
instituciones que seleccionen, capaciten y acompañen a
los microempresarios. El Gobierno Nacional es consciente de que
esas tareas tienen un costo, y de que ese costo hay que absorberlo.
También hemos aceptado lo siguiente: que se certifiquen
las tasas de usura de manera diferencial. Yo prefiero que haya
mucho más crédito popular en Colombia, a que, por
mantener un discurso frente a tasas de usura, evitemos el crecimiento
del crédito popular.
Se han tomado las siguientes decisiones con la Superintendencia:
que la certificación que se ha hecho ahora de microcrédito,
tenga una duración de no menos de un año, para
darletranquilidad al sistema. Y ya ellos estudiarán cómo
manejan las otras dos otras certificaciones, que no tienen que
ver con el microcrédito: la certificación de crédito
comercial y la certificación de crédito preferencial.
Pero que la de microcrédito tenga estabilidad por lo menos
de un año.
En todas las discusiones con algunas de las fundaciones y con
muchos de los bancos, me han dicho: bueno, es que la tasa de
usura estaba antes en el 22. Eso, más la comisión,
no nos alcanza. Con eso no somos capaces de prestar, de llegar
a los sectores más urgidos de crédito, que son
los que necesitan las menores cantidades.
Alguien me ha dicho: yo con eso no soy capaz de bajarme de
créditos de un millón 300 mil. Otros me han dicho:
yo con eso no soy capaz de bajarme de créditos de un millón.
Entonces se ha tomado la siguiente decisión: La ley
nos impide eliminar la comisión. Estaba en el siete y
medio. Va a quedar una suma módica de comisión
más honorarios. Yo espero que eso ya esté definido
de aquí a la semana entrante. O sea que tendrían
la tasa del 32 y una suma módica de comisión más
honorarios.
¿Que eso es caro frente al crédito de la gran
empresa? Por supuesto que lo es. Porque esto implica unos costos
adicionales, que también vamos a ayudar a sufragarlos
con cargo al presupuesto de Banca de Oportunidades. Pero eso
es mucho mejor para los compatriotas que seguir dependiendo de
la usura, o que seguir sin tener oportunidades.
Y esto está todo relacionado con el tema de formalización
de la economía, y uno de sus supuestos, que es bancarización.
Nosotros no tenemos un empeño caprichoso en formalizar
la economía, pero sí tenemos el interés
en que demos saltos hacia la formalización de la economía,
porque entendemos que la formalización de la economía
es prosperidad en la pequeña empresa, y que la formalización
de la economía tiene como principal indicador la afiliación
de los trabajadores a la seguridad social.
Cuando tengo la oportunidad de discutir con algunos compatriotas
sobre la formalización de la economía, la primera
pregunta que suelo hacerles es: veamos cómo ha evolucionado
la afiliación de los trabajadores a la seguridad social.
Ese es el gran indicativo que nos dice si se está formalizando
o no la economía.
El año pasado, en promedio, afiliación a las
cajas de compensación, al régimen contributivo
de salud, a riesgos profesionales, a pensiones, hubo 550 mil
trabajadores más afiliados. Eso es un gran crecimiento,
en un país que para mantener la tasa de desempleo inmodificada,
debe generar por año 300 – 350 mil empleos. El año
pasado, 550 mil trabajadores fueron afiliados a la seguridad
social.
Para no referirnos al gran crecimiento que registraron las
cajas de compensación. Nuestro gerente me decía
al entrar al recinto que el año pasado esta caja de compensación
tuvo un crecimiento de afiliación de más del 19
por ciento. Le dije: hay que repetirlo. Y me dice: muy difícil.
Ahí le mandé un memorandito a la doctora Alicia
a ver cómo hacemos, con el Ministro de Protección,
un recorrido por el país, comprometiendo gremios en la
generación de empleo y en la afiliación a la seguridad
social.
Pero creo que viene una cosa muy buena, y en la institucionalidad
colombiana las cajas son fundamentales: en mayo, todos los colombianos
empleadores deberán realizar ya solamente una única
declaración parafiscal y de seguridad social y un único
pago. En ese proceso hemos venido. Objetivos: simplificar trámites
y evitar evasión.
Hoy un colombiano empleador tiene que hacer mínimo cuatro
pagos: un pago a las EPS, por régimen contributivo, que
puede derivarse en tantos cuantas EPS se afilien a los trabajadores
de esa empresa. Un segundo pago a pensiones, que en principio
puede dividirse en dos: a prima media y a capitalización
individual, y que puede a su vez subdividirse en tantos cuantos
fondos de pensiones hayan escogido los trabajadores de esa empresa.
Un tercer pago a riesgos profesionales, que compromete solamente
un pago. Y un cuarto pago que agrupa Sena, Bienestar y Cajas
de Compensación. Eso se va a reducir a uno. Menos trámites
y menos evasión.
¿Y por qué hay evasión? Porque si el trabajador
está afiliado a un fondo de pensiones, el trabajador vigila
de que no le evadan, que coticen de acuerdo con el salario que
gana. Pero no tiene la misma vigilancia frente al régimen
contributivo de salud. Porque, por solidaridad, en el régimen
contributivo de salud le tienen que prestar el mismo plan al
trabajador del salario mínimo, que al trabajador del mayor
salario base de cotización.
Entonces confiamos que estas medidas, que van a simplificar,
nos van a ayudar mucho en el control de evasión.
Y hay empresas que tienen los trabajadores al día en
riesgos profesionales, pero no los tienen al día en régimen
contributivo, no los tienen al día en Pensiones. Aquí,
como no hay sino un solo pago, los tendrán que tener al
día frente a todos los riesgos. Confiamos que eso ayude
muchísimo.
Y ha habido unos estímulos para ese proceso de formalización
de la economía. Los estímulos tributarios de Colombia
son muy importantes, y veámoslos desde la perspectiva
del crecimiento y de la formalización de la economía.
Nuestra reciente reforma tributaria no solamente ha reducido
la tasa de renta, que se situará en el 32 –33, no
solamente ha definido que se desmonte paulatinamente el impuesto
de timbre, que se disminuya la renta presuntiva, sino que convierte
en permanente en el tiempo una deducción del 40 por ciento
a las nuevas inversiones empresariales. Y una empresa nueva que
nace en Colombia, en virtud de la última reforma tributaria,
tiene una deducción del 40 por ciento. Eso vuelve a Colombia
muy competitiva.
Y miren lo importante: eso es un estímulo al crecimiento,
no a la apropiación de utilidades. Cuando yo comparo esto
con la legislación tributaria de los Estados Unidos, en
los Estados Unidos la rebaja general de impuestos ha permitido
que allá haya más apropiación de utilidades.
Aquí no se ha hecho una rebaja general de impuestos, sino
que se han introducido unos estímulos a la reinversión.
Entonces el que quiera beneficiarse de esos estímulos,
tiene que invertir, para crecer y para generar más empleo.
Yo creo que esto es bien importante.
Se ha alegado mucho que impuestos, como el del cuatro por mil,
frenan la bancarización.
La reforma tributaria tomó dos decisiones: primero,
los contribuyentes colombianos de renta podrán deducir
de sus ingresos gravables un punto de los cuatro puntos del cuatro
por mil. Segundo, contribuyentes y no contribuyentes.
Porque me dicen: bueno, está bien, esa deducción
les ayuda a los que declaran y contribuyen, pero no les ayuda
a los que no declaran y no contribuyen, que son los de menos
nivel de ingresos.
Aquí viene la respuesta para ellos, bien importante
este punto: la reforma define que cualquier cuenta de ahorro,
de cualquier colombiano, no paga el cuatro por mil durante los
primeros siete millones de pesos de movimientos mensuales en
esa cuenta. Entonces eso nos ayuda a la bancarización,
y nos ayuda a estimular todo este proceso de formalización
de la economía.
Vamos a trabajar con todas las instituciones que podamos. Todas
las oficiales tienen que trabajar, y queremos convocar a todas
las privadas. Colombia, de manera silenciosa, ha hecho una gran
tarea en la Consejería de la Mujer, a cargo de la doctora
Marta Lucía Vásquez Zawadzky. Esa gran orientación
al crédito de la mujer tiene que tener un gran respaldo
en esa Consejería.
Queremos poner el Fondo del Ahorro también al servicio
de la Banca de Oportunidades. Está próxima a salir
la reglamentación de la nueva ley. La nueva ley autoriza
al Fondo del Ahorro a vincular trabajadores independientes de
cualquier nivel, convertirlos en ahorradores y prestarles. Hasta
ahí hay un cambio legal, pero no hay novedad. ¿En
que consiste la novedad? El Fondo del Ahorro no les va a exigir
a los trabajadores independientes determinado monto de ahorro
para prestarles, sino que va a hacer énfasis en el número
de semanas durante las cuales tienen que ahorrar. El Fondo del
Ahorro va a demostrar que es más necesario el hábito
de ahorro, que la cuantía de ahorro.
Entonces la reglamentación dispondrá que el Fondo
del Ahorro le prestará a una persona, cuando esa apersona
haya acumulado no tanto dinero ahorrado, sino tantas semanas
de ahorro. Porque del hábito del ahorro, se puede inferir
el grado de cumplimiento. Tenemos mucha, mucha esperanza en ello.
He recibido una muy amable carta de ustedes, en la cual me
recuerdan el Conpes sobre microcrédito. Me dice el señor
viceministro que lo están preparando. Y me dicen que es
muy importante el tema de proyectos, que esto no se vaya solamente
al crédito de consumo sino a proyectos importantes, con
lo cual yo estoy de acuerdo. Y que no sean proyectos para microempresas
que estén trabajando en lo básico, sino que agreguen
valor.
Entonces yo creo que la respuesta tiene que ser la que se ha
comentado en algunos foros: que la junta de Banca de Oportunidades
autorice que parte de esos 120 mil millones del presupuesto de
este año, se gaste pagándoles a las instituciones,
debidamente acreditadas, tareas que ellas tengan que cumplir
en capacitación, en selección, en preparación
de proyectos, en acompañamiento a microempresarios. Ojalá tuviéramos
rápidamente los primeros convenios.
El doctor (Carlos) Moya, el director de la Banca de Oportunidades,
nos está esperando en Montería. No sé si
ya hay algunos convenios con algunas fundaciones para poder remunerarles
los costos de capacitación y de acompañamientos.
Viceministro de Desarrollo Empresarial,
Sergio Díaz-Granados:
Ya tenemos un borrador de convenio para conocimiento de la junta
directiva de Corpomixta (Corporación para el Desarrollo
de la Microempresa) con Banca de las Oportunidades, para definir
ese acceso, y además seguir extendiendo la red de instituciones
y darle cubrimiento nacional en el apoyo a los microempresarios.
Presidente de la República: Muy bien. Yo hasta aquí es
lo que tenía que decirles. Me parece muy importante poder
escuchar unos minutos sus interrogantes, sus preocupaciones”.