DECLARACIÓN
DEL PRESIDENTE CON RESPECTO AL CASO DEL EX DIRECTOR DEL DAS, JORGE
NOGUERA
- “Debo decirle a mis compatriotas:
primero, que hay que dar ejemplo en aquello de respeto a
la justicia”.
- “Segundo, he procurado escoger un equipo
de colaboradores totalmente comprometidos con la transparencia
y con un designio de Gobierno: un país sin guerrilla,
sin paramilitares, sin narcotráfico, sin corrupción”.
- “Tercero, he procurado, en medio de
mis limitaciones y defectos, dar buen ejemplo a mis colaboradores,
en lo privado y en lo público, en el cumplimiento sin
desguinces de la Constitución y de la ley, en el trabajo
hacia el propósito de tener una Colombia liberada de
todas estas expresiones criminales que tanto daño le
han hecho”.
- "Al regresar de San Vicente del Caguán
donde me encontraba en un consejo de seguridad por las arremetidas
de las Farc contra la empresa Nestle, contesté una llamada
del Fiscal General de la Nación (Mario Iguarán)
quien me ha dicho que se ha ordenado la detención de
Jorge Noguera por concierto para delinquir con el paramilitarismo.
Que se excluye el tema de homicidio, que se excluye y se precluye
el tema de fraude electoral".
- “Si, resultare condenado, mi deber es
ofrecerle disculpas al país porque fui yo quién
lo nombró y revisar por qué, procurando acertar,
habría incurrido en esa equivocación”.
- “La guerrilla y la circunstancia de
inseguridad que vivía el país, crearon el paramilitarismo
que incurrió en los mismos crímenes de la guerrilla”.
- “Hay una diferencia. Mientras el paramilitarismo
está sometido hoy a una intensa presión de la
política de Seguridad Democrática, a una intensa
presión de la ley de Justicia y Paz que obliga a decir
la verdad, que obliga a reparar a las víctimas; muchos
guerrilleros que hoy acusan, se amnistiaron sin decir la verdad.
Se les amnistió y se les dio indulto sin negar la atrocidad
de sus crímenes y nunca se les obligó a reparar
a las víctimas”.
Bogotá, 22 feb. (SNE).- La siguiente
es la declaración hecha este jueves –en el marco
de la celebración de los 25 años del Fondo Nacional
de Garantías (FNG)- por el presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, sobre la medida adoptada por la Fiscalía
General de la Nación de ordenar la detención
del ex director del Departamento Administrativo de Seguridad
(DAS), Jorge Noguera:
“Antes de hacer unas referencias al Fondo Nacional de
Garantías (FNG), permítanme, ante este auditorio,
al regresar esta tarde a Bogotá proveniente de San Vicente
del Caguán (Caquetá), expresarle unos comentarios,
a través de ustedes, a todos mis compatriotas sobre el
caso de la detención de Jorge Noguera, ex director del
DAS.
Debo decirle a mis compatriotas: primero, que hay que dar ejemplo
en aquello de respeto a la justicia.
Segundo, he procurado escoger un equipo de colaboradores totalmente
comprometidos con la transparencia y con un designio de Gobierno:
un país sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico,
sin corrupción.
Tercero, he procurado, en medio de mis limitaciones y defectos,
dar buen ejemplo a mis colaboradores, en lo privado y en lo público,
en el cumplimiento sin desguinces de la Constitución y
de la ley, en el trabajo hacia el propósito de tener una
Colombia liberada de todas estas expresiones criminales que tanto
daño le han hecho.
Cuarto, escogí a Jorge Noguera para darle una representación
a la Costa Caribe, en cabeza de una persona joven. Como tantas
veces lo he dicho, tuve la oportunidad, en la campaña
de 2002, de conocer su hogar, de conocerlo personalmente, me
causó la mejor impresión.
Lo nombré director del DAS, en la convicción
de que nombraba a alguien, comprometido como yo, en la derrota
de la criminalidad, pero totalmente comprometido en la recuperación
de la institucionalidad. Espero que Jorge Noguera pueda demostrar
su inocencia.
Si, resultare condenado, mi deber es ofrecerle disculpas al
país porque fui yo quién lo nombró y revisar
por qué, procurando acertar, habría incurrido en
esa equivocación.
Quiero recordar a mis compatriotas varias cosas.
Durante años, la guerrilla campeó en Colombia,
estimuló la validez de todas las formas de lucha, penetró al
movimiento campesino, al movimiento estudiantil, al movimiento
obrero; interfirió la política. No tuvimos políticas
de seguridad que defendieran a los colombianos de la guerrilla.
La guerrilla y la circunstancia de inseguridad que vivía
el país, crearon el paramilitarismo que incurrió en
los mismos crímenes de la guerrilla. Hay una diferencia.
Mientras el paramilitarismo está sometido hoy a una intensa
presión de la política de Seguridad Democrática,
a una intensa presión de la ley de Justicia y Paz que
obliga a decir la verdad, que obliga a reparar a las víctimas;
muchos guerrilleros que hoy acusan, se amnistiaron sin decir
la verdad. Se les amnistió y se les dio indulto, sin negar
la atrocidad de sus crímenes y nunca se les obligó a
reparar a las víctimas.
Como lo escuché del juez español Baltasar Garzón
hace 48, 72 horas, en la oficina de la Presidencia, este es el
primer proceso de paz en el mundo que exige verdad de verdad.
En Sudáfrica hubo muy pocos casos de verdad, a pesar de
la publicidad de la verdad.
Este es el primer proceso de paz en el mundo que exige reparación
a las víctimas con el patrimonio de los victimarios.
Nosotros encontramos lo siguiente: un país bloqueado
por guerrilla y paramilitares, que en muchas partes habían
superado las instituciones. Del paramilitarismo se hablaba en
los cócteles pero no se le desafiaba en público.
Hace 5 años, quienes hoy integran la oposición
a mi Gobierno y a mi manera de pensar, se referían como ‘paramilitar’ solamente
a mi persona, con el propósito del descrédito político,
no denunciaban el paramilitarismo porque le temían. La
denuncia del paramilitarismo se da, gracias a que el Gobierno
que presido con la Seguridad Democrática, empezó a
derrotar el paramilitarismo.
Encontramos una guerrilla y un paramilitarismo enseñoreados
del país. La guerrilla está bastante debilitada
y el paramilitarismo en proceso total de desmonte.
Encontramos los jefes paramilitares de amos y señores
en muchas partes del país. Hoy, la mayoría de ellos
están en la cárcel de Itagüí. Quienes
no están sometidos a la cárcel de Itagüí,
huyen de la justicia y la decisión del Gobierno, transmitida
en privado y en público, a las autoridades militares y
de policía es, combatirlos.
Diariamente hay preocupaciones por dos temas: ¿quién
va a dar seguridad en las zonas de paramilitares desmovilizados?
y ¿qué va a pasar con grupos nuevos o desmovilizados
que se rearmen?
La respuesta al primer tema: la seguridad solamente puede ser
institucional. Ninguna región de la Patria puede dormir
esperando un ataque guerrillero o con la esperanza de una protección
paramilitar. El único camino es el de la recuperación
institucional.
He dicho que estamos haciendo un gran esfuerzo en el tema de
la reinserción. Nos cuesta 450 mil millones este año.
No es fácil, hay más de 40 mil reinsertados. También
he dicho que aquellos reinsertados que pretendan rearmarse, la única
decisión del Gobierno es combatirlos con toda la fuerza
de las instituciones legítimas de la Nación.
Lo mismo, enfrentar a nuevos grupos que pretendan armarse.
Quiero expresar a mis compatriotas que lo único que
evita que algún desmovilizado se rearme o que prosperen
nuevos grupos, es la política de Seguridad Democrática.
En la medida que sientan que hay una política de Seguridad
Democrática sostenida, firme, combatiendo la criminalidad,
se disuade, se abstiene.
He dicho a mis compatriotas que el Gobierno, que sacó adelante
la ley de Justicia y Paz que impone la verdad, que impone la
reparación, es el mismo que ha apoyado en un todo y por
todo a la justicia, a la Corte Suprema de Justicia, para buscar
la verdad.
He expresado al Congreso de la República que se tenga
en cuenta que la mayoría de los hechos que hoy se juzgan
de congresistas, fueron hechos presuntamente criminales, anteriores
a este Gobierno.
Desde que nosotros llegamos, nos propusimos devolverle libertad
a los colombianos en las regiones, combatiendo todas las expresiones
del crimen. Yo creo que el país sintió una inmensa
mejoría en las elecciones del referendo de 2003, en las
elecciones de alcaldes y gobernadores de 2003, cuando por primera
vez, gracias a la Seguridad Democrática, fueron eficazmente
protegidos candidatos de la verdadera oposición y llegaron
a las más altas dignidades del Estado.
Recuerdo que mis críticos decían: ‘cómo
va a hacer que Luis Eduardo Garzón tenga una aspiración
a la alcaldía de Bogotá, si en la Presidencia está un
fascista, Álvaro Uribe’. Se probó que la
nuestra era una política de Seguridad Democrática,
totalmente garantista. No de garantías de discurso ni
de garantías retóricas, sino de garantías
eficaces. Y esa política no duró hasta la elección,
ha acompañado estos dignatarios colombianos, durante todo
su proyecto administrativo.
Nuestra seguridad ha sido para todos los alcaldes y gobernadores,
independientemente del origen político de su elección.
He dicho al Congreso de la República que este país –que
está logrando gran confianza internacional, altos flujos
de inversión-, que por primera vez tiene una bonanza de
confianza, tiene que ser muy cuidadoso con las instituciones.
Los integrantes humanos de las instituciones democráticas
que tipifiquen delitos, a la cárcel. Pero a las instituciones
hay que protegerlas, dar siempre señales de estabilidad.
Algunos congresistas afectos a esta causa, están estudiando
algunas reformas. -Esta noche tendré otra reunión
con un grupo de ellos-.
Por ejemplo, la reforma de que los partidos responsables de
nominar en sus listas personas con crímenes, pierdan la
curul, se les reduzcan los votos, corran el riesgo de perder
el umbral y deban regresar los recursos que recibieron de pago
presupuestal a la participación democrática. Eso
lo estamos estudiando para presentarlo al Congreso.
También, algunos compañeros han mostrado gran
preocupación por el tema de la circunscripción
nacional del Senado que ha estimulado altísimos gastos
en las campañas, ha desvinculado congresistas de las comunidades
que efectivamente deben representar, ha estimulado una especie
de piratería en búsqueda de votos por todo el territorio,
sin responsabilidades políticas.
En lo que sí hay total decisión es que, de reformarse
en la circunscripción nacional del Senado e ir a una circunscripción
territorial para buscar responsabilidad política, será necesario
mantener un prudente número de curules de circunscripción
nacional para las grandes mayorías.
Las reformas no deben, en ningún momento, proponer saltos
al vacío ni inestabilidad institucional. Hoy Colombia
requiere: estabilidad y fortaleza en la justicia, estabilidad
y fortaleza en el parlamento, estabilidad y fortaleza en los
organismos de control, en toda la institucionalidad. No podemos
arriesgar una bonanza de confianza que hemos venido construyendo.
He expresado también que la mejor reforma política
es la Seguridad Democrática.
La Seguridad Democrática, sostenida en el tiempo, con
eficacia y transparencia, es la que tiene que evitar que en Colombia
se repita las interferencias del narcotráfico, de la guerrilla
y de los paramilitares, en la acción política y
lo está demostrando: en las elecciones de 2003 avanzamos
bastante en libertades efectivas y el avance fue inmenso en las
elecciones de 2006.
Nadie de la oposición puede levantar la mano para decir
que no tuvo protección estatal en las elecciones de 2006,
contra cualquier presión. La única presión
eficaz de las elecciones de 2006, fue de la guerrilla de la Farc
contra electores de la causa que yo representaba como aspirante
a la reelección, a través de un paro armado en
el departamento de Nariño, en cuyos municipios –en
ese paro armado, en vísperas electorales- presionaron
a los amigos de esta candidatura a no votar por esta candidatura
y obligaron a la población a votar por otra candidatura.
Hoy, lo planteamos en San Vicente del Caguán, estamos
con todo el dinamismo, en la totalidad del territorio, para que
las elecciones regionales de 2007 sean un modelo de transparencia.
El Vicepresidente de la República (Francisco Santos Calderón)
y el Ministro del interior y de Justicia (Carlos Holguín
Sardi) deben liderar, en el país, un pacto de transparencia,
corto y sustancioso, de no más de dos o tres párrafos,
que lo asimile claramente la opinión pública, para
que sea un factor que le permita a la opinión pública
meditar sobre sus preferencias electorales y además, entrar
a ejercer control sobre los candidatos y quienes resulten elegidos.
Con tribulación por el caso de Jorge Noguera, con la
tristeza de que a un ex director del DAS que yo nombre, buscando
acertar para el país, este hoy detenido por concierto
para delinquir con el paramilitarismo, reitero a mis compatriotas
que la voluntad ha sido total, desde agosto de 2002, para avanzar
en la derrota de todas estas expresiones del crimen y será total
hasta el último día de la administración.
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