PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE AL INAUGURAR VITRINA TURÍSTICA DE ANATO
Bogotá, 26 feb (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez al inaugurar
la Vitrina Turística de Anato (Asociación Colombiana
de Agencias de Viajes y Turismo).
“Quiero dar un saludo afectuoso a todos ustedes. A
esta gran delegación internacional que nos visita,
de tantos países del mundo y representada en esta
mesa por la señora Ministra de Turismo de la hermana
República del Ecuador.
Muchas gracias, señora Ministra, por acompañarnos
en esta nueva versión de la Vitrina Turística
de Anato y en esta nueva macrorrueda de turismo. Y muchas
gracias a todos los delegados de los diferentes países.
Y muchas gracias a mis compatriotas, los trabajadores del
turismo que se reúnen hoy con los bríos de
siempre, pero con mayor concurrencia.
La verdad es que hemos estado avanzando, pero dista mucho
del objetivo que tiene que ir alcanzando Colombia. Nosotros
hemos querido construir en Colombia confianza, profundizar
en Colombia confianza, consolidar en Colombia confianza.
A eso confluyen varios elementos: la política de
Seguridad Democrática, la política económica
y la política de inversión social.
La política de Seguridad Democrática ha avanzado.
Sin embargo reconocemos lo que falta. Pero el país
ya tiene lugares tan seguros, como los más seguros
del mundo. Esta ciudad de Bogotá, por ejemplo, ha
alcanzado ya índices de seguridad que la comparan
bien con las capitales del mundo consideradas como ciudades
seguras.
Nuestros soldados y policías están haciendo
un gran esfuerzo a lo largo y ancho del territorio. No hemos
ganado todavía, pero vamos ganando.
Permítanme repetir ante mis compatriotas que el objetivo
del Gobierno es uno solo: una Colombia sin guerrilla, sin
paramilitares, sin terroristas de ninguna especie, una Colombia
sin narcotráfico y una Colombia sin corrupción.
Derrotar todos esos flagelos no es fácil. Se presentan
reveses y dolores de cabeza. Pero con persistencia, con amor
a Colombia, con claridad en el objetivo, lo vamos logrando.
Cuando mis casuales interlocutores de la comunidad internacional
me preguntan: bueno, ¿y qué espera usted de
la seguridad en Colombia? Mi respuesta es ésta: todos
los días mejoramos un poquito.
Todavía no sabemos en qué momento vamos a
decir que los problemas están totalmente superados.
Pero lo que sí pueden saber tanto la comunidad nacional
como la comunidad internacional, es que aquí hay una
voluntad inquebrantable del pueblo y del Gobierno de derrotar
todos los factores terroristas que le han hecho daño
a la Patria. Esa es la seguridad que pueden tener.
Esta noche, antes de venir a esta reunión, tuve la
oportunidad de presidir el Consejo Nacional de Política
Económica y Social, que incorporó formalmente
los nuevos recursos presupuestales adicionales a la seguridad,
a los ordinarios de la seguridad, que provendrán de
un impuesto extraordinario a los patrimonios grandes en Colombia,
a los patrimonios fiscales de más de tres mil millones,
y que entran a las Fuerzas Armadas de la Nación para
dotarlas mejor, para equiparlas mejor, para garantizar su
presencia en aquello que nos falta del territorio.
La verdad es que vamos por un camino, con una voluntad inclaudicable,
de vencer obstáculos, de superar dificultades, para
poder lograr un país seguro.
La seguridad es la madre de la paz y la seguridad también
es la causa eficiente de la felicidad. Lo decía bellamente
El Libertador en una de sus cartas a la Convención
de Ocaña, cuando refería que lo único
que garantiza la tranquilidad a la sociedad es la seguridad
emanada de la Fuerza Pública, la misma fuerza que
garantiza la virtud de la República y la felicidad
de los ciudadanos. Vamos a continuar en esa tarea.
Estamos adelantando una política económica
basada en construir confianza en Colombia, que viene mejorando
los índices fiscales y de endeudamiento, no obstante
lo que falta. Que tiene como herramienta principal estimular
la inversión en Colombia.
Hace cuatro años la inversión en nuestro país
como porcentaje del PIB era del 12 por ciento: cinco punto
correspondían al Estado y siete puntos correspondían
al sector privado.
En el año 2006 la inversión subió en
Colombia al 26 por ciento: 19 puntos correspondieron al sector
privado y siete puntos al Estado.
Nuestro propósito es garantizar todas las condiciones
para que siga consolidándose esta confianza, que es
la causa determinante de la afluencia de inversión.
Esos índices de inversión son necesarios para
la construcción de infraestructura, para la sostenibilidad
de la seguridad, para la política social. Producen
el efecto final del crecimiento, y del crecimiento en el
empleo con afiliación a la seguridad social, y de
los recursos necesarios para poder superar la pobreza y construir
un país con equidad.
Nosotros tenemos el sueño que si este país
logra sostener la inversión como porcentaje del Producto
en no menos del 25 por ciento, esta Nación, tranquila
y silenciosamente, se transformará para bien.
Tenemos un marco tributario y un conjunto normativo que
configuran hoy un cuadro muy atractivo para la inversión
en Colombia.
Por ejemplo, nosotros no hemos definido nuestro marco tributario
para facilitar que los sectores más ricos apropien
más utilidades, sino para estimular que los sectores
más ricos hagan más inversión.
Hemos incorporado unos incentivos generales de tributación
y otros sectoriales.
En los generales, cualquier empresa nueva que se constituya
hoy en Colombia, puede deducir un 40 por ciento de su capital.
Cualquier inversión que se haga hoy en Colombia, el
contribuyente puede deducir de sus ingresos gravables un
40 por ciento.
Me preguntaban alguien en estos días: bueno, pero
si yo constituyo una empresa que me vale 100, me van a deducir
40, pero resulta que en el primer año no me dio sino
10 de utilidades, no puedo deducir sino 10. ¿Y qué pasa
con los otros 30? La respuesta la da la nueva Ley. Se pueden
asimilar a pérdida y se pueden deducir de utilidades
en los años subsiguientes sin límite de tiempo.
Creo que eso estimula mucho la inversión en nuestro
país.
Y el mismo tratamiento se les da a las inversiones de las
empresas ya consolidadas. Se les deduce un 40 por ciento
de su inversión nueva y pueden utilizarlo en cualquier
momento, en el mismo año fiscal de la inversión
o en años posteriores, sin límite de tiempo.
Una legislación tributaria orientada a estimular la
inversión.
Además hemos desmontado el impuesto a las remesas,
se ha reducido ligeramente la tarifa de renta y también
hay un proceso paulatino para desmontar el impuesto de timbre.
Tenemos incentivos sectoriales muy importantes. En el área
agrícola, cultivos de tardío rendimiento. Incentivos
sectoriales muy importantes en el área de los biocombustibles.
En un país preocupado, como el mundo entero, por el
calentamiento global, en el cual hay declinación de
producción de combustibles fósiles, los biocombustibles
se erigen como una gran alternativa.
Tenemos una serie de estímulos sectoriales profundos,
atractivos, y allí aparecen los del turismo.
En nuestra reforma tributaria de 2002, la primera del Gobierno
que he presidido, se incorporaron unas exenciones transitorias
a los hoteles, a las empresas de turismo ecológico,
a las inversiones de renovación, de rejuvenecimiento
de hoteles.
El año pasado, después de que habían
sido criticadas durante tres años, el Ministerio de
Hacienda propuso una reforma tributaria donde las cambiaba
por un incentivo general, y reaccionó el país
turístico. Y en diferentes foros, con los colombianos
de las agencias de viajes, con los colombianos hoteleros,
con los colombianos operadores de los parques nacionales,
todos nos dijeron: por favor, hay que preservar los incentivos.
La buena noticia es que ello nos permitió hacerle
sentir a la crítica de la academia de la Capital de
la República, que era necesario, como lo reclamaba
el país que genera turismo, mantener esos incentivos
y darles vigencia indefinida.
Pues bien, como lo ha dicho el doctor Juan Carlos Vélez,
presidente de Anato, esos incentivos han quedado consagrados,
y de manera indefinida.
Un nuevo hotel que se construye en Colombia, sus ingresos
son ingresos exentos durante 30 años.
La remodelación que se haga en un hotel viejo en
Colombia, se cuenta como inversión nueva en la parte
correspondiente a los ingresos totales del hotel, y por esa
parte tiene exención durante 30 años.
Algunos compatriotas me la han preguntado. Yo la he entendido
de la siguiente manera: un hotel que vale 100, hace una inversión
nueva por 50, la parte proporcional a esos 50, proporcional
en ingresos, tiene una exención tributaria por 30
años.
Las empresas que se dediquen al turismo ambiental tienen
una exención tributaria indefinida.
Y aparece otra norma de gran importancia: el Gobierno está autorizado
ya por Ley de la República, para firmar pactos de
estabilidad con los inversionistas. Porque algunos inversionistas
me han dicho: Presidente, muy buenas esas reformas, ¿pero
qué tal que las deroguen?
A eso hay dos respuestas. Primera respuesta: Colombia ha
sido un país serio en reglas de juego históricamente.
Segunda respuesta: ahora que queremos niveles de crecimiento
superiores al 5, ojalá al 6 por ciento, estables,
sostenidos en el tiempo, y que queremos tasas de inversión
de no menos del 25 por ciento del PIB, hemos reforzado la
credibilidad de Colombia en las reglas de juego, con la aprobación
de la Ley que le permite al Gobierno firmar pactos de estabilidad
con los inversionistas.
Ya el Ministerio, a cargo del doctor Luis Guillermo Plata,
tiene 60 solicitudes de pactos de estabilidad. Confiamos
evacuarlas en los próximos meses para que estos incentivos,
avalados en cada proyecto por los pactos de estabilidad,
le ayuden a Colombia a esas metas de inversión que
estamos requiriendo.
Ustedes van a tener oportunidad esta semana de examinar,
con colombianos y con visitantes, todas las posibilidades
del sector. Cuenten, por favor, que para el Gobierno el turismo
es estratégico. Es la industria de la alegría
en un país tan afectado, como ha estado, por la violencia,
que necesita estimular la alegría permanente para
tener esa energía emocional que nos permita salir
adelante.
El país ha desperdiciado, por su violencia, una serie
de ventajas comparativas muy importantes para hacer turismo
interno y para atraer turismo internacional. Cuenten que
la seguridad en favor de los turistas, como elemento estratégico
de nuestro Plan de Desarrollo, es voluntad de este Gobierno.
Ayer casualmente dedicamos el domingo a revisar los operativos
de seguridad en la ciudad de Cartagena, próxima a
ser sede del Congreso Mundial del Idioma, próxima
a ser sede de la visita de los Reyes de España, de
la celebración de los 80 años de existencia
del Premio Nobel Gabriel García Márquez, de
la conferencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, del
Congreso Mundial de Turismo.
Y algo bueno que encontré ayer: no solamente los
dispositivos de la Policía, los dispositivos del DAS,
los dispositivos de la Armada, sino la cooperación
ciudadana. Los sectores pobres de Cartagena son hoy los más
interesados en un proyecto invulnerable de seguridad, porque
ellos son los que perciben los grandes beneficios. Cuando
llega allí un crucero del Caribe, de ese crucero del
Caribe desembarcan dos mil personas, y cada persona deja
en promedio para la ciudad 150 dólares.
Para nosotros, pues, la seguridad, vinculada a la promoción,
al estímulo del turismo, es fundamental.
Cuenten también que el país sigue en el curso
de mejorar todos los días su economía. Para
complementar lo aprobado, hay ahora una agenda en el Congreso
de la República bien importante, y nos aplicaremos
con toda la decisión a sacarla adelante.
En esa agenda está el nuevo Plan de Desarrollo, que
busca desatrasarnos en infraestructura. Nos hace falta mucha
infraestructura, pero tengan confianza que la vamos a construir.
No más para referirme a los departamentos de los
gobernadores que nos acompañan en esta mesa, en la
ciudad de Armenia, capital del Quindío, ya empezaron
las obras para extender la pista del aeropuerto, de tal manera
que pueda recibir aviones más grandes y ayudar con
esa infraestructura a que el turismo internacional conozca
una de las zonas más bellas del mundo: nuestro Eje
Cafetero.
En la vecina ciudad de Manizales, en la población
de Palestina, está en plena construcción, sobre
la parte alta de la cordillera, con un paisaje incomparable,
el nuevo aeropuerto.
Este aeropuerto de Bogotá hace ya unas dos o tres
semanas se entregó a los nuevos concesionarios, comprometidos
a hacer inversiones allí, en los próximos años,
por 600 millones de dólares. Tengo la esperanza de
que año tras año, cuando los operadores de
las agencias de turismo vengan a Colombia, encuentren mejor
el aeropuerto El Dorado. Lo vamos a poner a la altura de
los mejores aeropuertos del mundo.
Cartagena: cuando se estaba aterrizando en Cartagena los
turistas se horrorizaban, al mirar esa mancha tugurial por
las ventanillas del lado derecho del avión. Una mancha
tugurial que entraba a invadir la Ciénaga de La Virgen,
que comunica con el mar, y en las épocas de lluvia
e inundaciones, una Ciénaga de La Virgen que arrasaba
con las personas que vivían allí en humildes
chozas.
Hemos construido la Vía Perimetral de la Ciénaga
de La Virgen, con todos los espacios para que los compatriotas
que allí viven, empiecen a dignificar su existencia.
Esa Vía Perimetral tiene los senderos peatonales,
tiene los senderos de bicicleta, y ya hemos empezado a transformar
los tugurios del vecindario, dentro del programa que Cartagena
sea una ciudad que no tenga tugurios, donde todos los habitantes
vivan en viviendas dignas.
Aspiramos, apreciados visitantes de la comunidad internacional,
que en cada ocasión que ustedes visiten a Colombia
la encuentren mejor. Hay problemas aquí, no es normal
que los haya, pero sepan que hay toda la voluntad del pueblo
y del Gobierno de entrar a resolver esos problemas.
En los años anteriores siempre hacíamos de
esta primera reunión un conversatorio, y yo voy a
pedir excusas para no hacerlo hoy, porque falleció anoche
uno de los colombianos más importantes de las últimas
décadas: Carlos Pérez Norsagaray, quien fue
un gran embajador en las relaciones permanentes de Colombia
con Venezuela y de Colombia con Panamá, y me apresto
a visitar a su familia.
Pero ustedes saben que hoy hay un motivo menos de presión:
el acuerdo que finalmente lograron las agencias de viaje
y las compañías aéreas. Entonces ese
acuerdo que se antecedió de tantos conversatorios
nuestros, hoy perfeccionado, en alguna forma me da licencia
para no hacer el conversatorio. Ustedes saben, me da pena,
no me da pereza hacerlo. Lo hago con todo el cariño,
con toda la devoción. Pero debo salir muy temprano
mañana a Villavicencio y después al departamento
del Huila, porque se conmemora un aniversario de un asesinato
de concejales allí, por parte de las Farc. Entonces
voy a acompañar a la comunidad del municipio de Rivera
en el Huila.
¿Qué les dijo usted, Luis Guillermo, a los
visitantes internacionales? ¿Que aquí no hay
que dar cursos de qué?
Yo no les diría que bienvenidos, quédense,
sino: bienvenidos, gocen, regresen a sus países para
atraer a todos sus compatriotas a Colombia.
Queridos visitantes de la comunidad internacional, por favor
obren como embajadores de Colombia en sus países,
que aquí los recibimos con cariño.
Y espero que en las próximas reuniones podamos hacer
una evaluación de toda la diversificación en
las agencias de viaje de Colombia. Dimos unos pasos importantes,
cuando hace cuatro años estábamos bien deprimidos.
Yo diría que el gran reto de estos años, señor
Ministro y señor Viceministro, señora Presidente
de la Junta y señor Presidente Ejecutivo de Anato,
y señora Directora de Proexport, es la diversificación
en el objeto turístico de las agencias de viajes.
¿ Cuántas han diversificado en el último año? Uno,
dos, tres, cuatro, cinco. ¿Quiénes van a diversificar este año?
Nos dieron un chancesito con las empresas aéreas. Hay que aprovechar para
diversificar, porque uno no sabe qué ocurra en el futuro.
Es como a mí que me dieron un chancesito de cuatro
años más para la Seguridad Democrática.
Por eso no lo puedo perder, para que sí sepamos qué le
ocurrirá a Colombia en el futuro: la felicidad de
propios y extraños.
Todos los éxitos”.
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