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3 de julio

ENTREVISTA DEL PRESIDENTE URIBE A RCN RADIO

Bogotá, 3 jul (SNE). La siguiente es la entrevista concedida este martes por el presidente Álvaro Uribe Vélez a RCN Radio.

Pregunta Juan Gossaín, director de noticias de RCN Radio: Muy buenos días tenga usted, señor Presidente.

Presidente de la República: Juan, muy buenos días a usted, a todos sus compañeros de RCN y a los compatriotas que nos escuchan.

Pregunta: Por el sonido telefónico, me da la impresión de que está usted fuera de su oficina y fuera de Bogotá.

Presidente de la República: No. Estoy desplazándome en un vehículo por Bogotá.

Pregunta: ¿Cómo le fue el fin de semana, el puente que usted dedicó a recorrer municipios, aldeas, villorrios, ciudades de Córdoba inundadas por los ríos Sinú y San Jorge?

Presidente de la República: Primero, el viernes, después de la convención de la Asociación Colombiana de Servicios Públicos en Cartagena (en lo cual se ha avanzado mucho en Colombia, ellos lo reconocían), estuve con el Ministro del Interior en Coveñas, lanzando la campaña A Voto Limpio, para que todos los candidatos se comprometan a hacer una campaña transparente, sin dineros de grupos ilegales, sin dineros de corrupción. Que se comprometan a no comprometer contratos, se comprometan simplemente a un manejo totalmente transparente del Estado. Campaña que estamos adelantando en todo el país.

Después nos cogió la noche en San Pelayo con las inundaciones. Y nos fuimos el sábado al consejo comunal de Buenaventura. En medio de esa tragedia, se ven muchas cosas buenas en Buenaventura. Ya logramos hacer todos los acuerdos con los concesionarios portuarios. Gracias a los acuerdos que se formalizaron el sábado, Buenaventura va a pasar de tener capacidad para 11 millones de toneladas en el puerto a tener capacidad para 45 millones.

Estuvimos nuevamente en las inundaciones del río Sinú. El área podría ser no muy grande, pero es un área de minifundio con mucha gente afectada. Pero creo que lo superamos. Ahora lo importante es el trabajo de Armada, Invías y Corporación del Valle del Sinú en los diques, y que nos pongamos a ayudarle a la gente a ver cómo recupera cosechas.

Pregunta: Me gustaría hablar con usted de su intervención del sábado por la tarde en el puerto de Buenaventura. Pero antes de seguir avanzando, los invito a usted y a todos los colombianos a escuchar de nuevo uno de nuestros mensajes de la convocatoria que estamos haciendo para el jueves, pasado mañana, a las 11:00 de la mañana. Ese mensaje es éste: “Libertad inmediata para todos los secuestrados”. ¿Cómo ve usted lo que se está organizando, la nación en pie el próximo jueves?

Presidente de la República: Es una necesidad, Juan. Es el levantamiento de la nación no para claudicar ante los terroristas sino, como lo dice la frase de RCN, para exigir libertad para las víctimas. A mí me gusta mucho, porque en ocasiones anteriores veía a la nación como en una especie de tendencia a igualar al Estado con el terrorismo. Ahora veo que es una convocatoria a la nación en contra del terrorismo, sin claudicar ante el terrorismo, pidiendo la libertad inmediata de las víctimas. Todos tenemos que hacerlo.

Pregunta: A propósito, en momentos en que los colombianos se manifiesten, y ojalá que sea así el próximo jueves, quizá todavía no tendrá el país claridad sobre el lugar en donde se encuentran los cadáveres, la suerte real que corrieron los diputados tras la masacre perpetrada por las Farc. ¿Qué último reporte conoce usted, como máximo magistrado de la nación, a propósito de ese episodio?

Presidente de la República: Primero, hablé con el doctor Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos. He estado todo el fin de semana coordinando con el doctor Luis Carlos Restrepo. Él hablando con los delegados europeos, coordinando con el Ministro de la Defensa. Esta mañana a las 6:00 hablé con el general Padilla de León, con el Ministro de Defensa, y no sabemos nada. Este es otro agravante del crimen. Estos criminales de las Farc, por eludir las responsabilidades jurídicas, para evitar la exactitud del peritazgo judicial sobre los cadáveres, demoran y demoran la entrega.

Fui informado el viernes y el sábado que entre más se demore la autopsia, el examen pericial sobre los cadáveres, más difícil de hacer la exacta identificación de las causas y de la modalidad del asesinato. Entonces ahí se ve el espíritu, el interés de ocultamiento, de distorsión, de estos criminales de las Farc.

Primero, a los diputados los asesinaron el 18 de junio. Quiero resaltar esto: ese día delegados europeos o un delegado europeo autorizado por el gobierno, se encontraba en reunión con el criminal Raúl Reyes. Ese día. Y mientras se efectuaba esa reunión en busca del acuerdo humanitario, los criminales de las Farc, compinches de Raúl Reyes, asesinaban a los diputados. El 18 de junio. ¿Cuándo expiden las Farc el comunicado? El 23. ¿Y cuándo lo publica? Al amanecer del 28, en show, acomodándose al horario europeo. Y estamos ya a 3 de julio. Asesinados desde el 18 de junio, hoy 3 de julio, y no entregan los cadáveres. Todo para eludir la responsabilidad, como lo han hecho ellos.

Porque ellos, por ejemplo, asesinaron a Helmut Bickenbach, a doña Doris Gil, y dijeron que era en un cruce de balas con el Ejército, cuando el Ejército estaba a un día de camino y el examen pericial sobre los cadáveres mostró cómo los habían asesinado con sevicia, con alevosía. Y así ha sucedido en muchísimos casos.

Entonces esta es una irresponsabilidad propia de los criminales. Asesinan y enseguida quieren ocultar, distraer a la opinión pública. El asesino es mentiroso, el asesino es bufón, el asesino tiene ese cinismo propio del poder del crimen, de la insaciable sed de sangre. Y entonces por eso dicen cínicamente que fue en un cruce de disparos, cuando los asesinaron el 18 de junio. Y hoy 3 julio todavía no han entregado los cadáveres. Científicamente esa demora dificulta muchísimo la exactitud en el dictamen pericial de la autopsia.

Pregunta: A propósito de esa diferencia de fechas que usted una vez más está recalcando, monseñor Pedro Rubiano Sáenz, el cardenal primado de Bogotá, le dijo a RCN esta mañana que él está convencido de que el asesinato de los diputados se cometió el 18, pero que sólo fue revelado el 28, porque, según palabras de monseñor Rubiano, las Farc aprovecharon esos 10 días para que Rodrigo Granda saliera de la cárcel y estuviera seguro en Cuba, antes de hacer el anuncio de la muerte de los diputados. ¿Usted comparte esa opinión del cardenal Rubiano?

Presidente de la República: No lo había pensado, pero el gobierno ya había cumplido con lo de Rodrigo Granda. Y le confieso, Juan, el gobierno, yo no he pensado si habría echado para atrás lo de Granda. No. Lo de Granda estaba consumado, como estaba consumada la liberación de los 150 de las Farc.

Es la otra cosa que uno se pregunta. Semejante gesto humanitario del gobierno, inmenso, inmenso, grandísimo, grandísimo, liberar a Rodrigo Granda, liberar a 150 de las Farc, y la respuesta de estos criminales es asesinar a los diputados. Esa es una de las razones por las cuales hay que decir no al despeje, inmediata liberación de los secuestrados, no al despeje.

A mí me gusta mucho que la convocatoria sea para la liberación de los secuestrados, porque uno para un despeje tiene que saber para qué es el despeje y para quién.

¿Entonces para qué es el despeje? Para lo que han hecho siempre: para fortalecer su capacidad criminal, para tener esa zona de refugio y eludir la acción de la fuerza pública, para tener esa zona de lugar de cautiverio de los secuestrados, de lugar de almacén de todo lo robado, para someter a la ciudadanía, para maltratarla, para poner a la ciudadanía en la fauces de las fieras criminales.

¿Y despeje para quién? Despeje para criminales, para los mismos que el año pasado en ese cinismo asesinaron a los concejales del Caquetá y a los concejales del Huila, para quienes han asesinado a tantos colombianos indefensos, secuestrados, amarrados, para quienes acaban de asesinar a los diputados.

Es que hay cosas incluso que no me atreví a decir. Cuando llegué a saludar a las familias en el Valle del Cauca, los ciudadanos me decían allá: Presidente, ¿usted por qué no habló de que los tenían separados? Dije: He oído decir muchísimo eso, que los tienen en grupos separados. Y si los tenían en grupos separados, todavía es más claro que los asesinaron, que no fue que murieron en un cruce de disparos. Porque si están separados geográficamente, ¿cómo ha de ser que entonces el cruce de disparos alcance varios sitios geográficos distantes? Eso muestra una prueba adicional de que los asesinaron. Pero no me atrevo a decir –les respondí a algunas personas en el Valle del Cauca–, porque quise simplemente no aventurar hipótesis en lo que dije, sino contar la verdad, lo que me transmitió el Ministerio de Defensa, las decisiones que el gobierno había tomado.

Pregunta: El editorial de El Tiempo de hoy lo critica por el tono que dio a las declaraciones que dio en Buenaventura contra la actuación de los países que están acompañando a Colombia: Francia, Suiza y España, y contra los legisladores demócratas de Estados Unidos, que aún no le dan luz verde al TLC. Y dice que no es el momento para hacer estas afirmaciones y que al gobierno no le conviene aislarse en estos momentos tan difíciles y que debe aceptar que no puede cerrar de un portazo la única vía que podría contribuir a devolverlos vivos a sus familias: el acuerdo humanitario.

Presidente de la República: Mejor dicho, que no se preocupen tanto por el tono. Es que esto tiene que tener fortaleza, y gracias a la fortaleza el país ha mejorado. Esto no es de estarse acomodando todos los días. Esto es de tener una línea de coherencia y de firmeza.

De coherencia y de firmeza. Hablemos de las dos cosas. Primero, he tenido toda la paciencia con el Congreso de los Estados Unidos. Y además, toda la veracidad. Ellos conocen qué se ha hecho para superar este problema terrorista, para superar el problema de paramilitarismo, el problema de guerrilla, para proteger a los sindicalistas. Entonces llega un momento en el cual el Gobierno de Colombia tiene que responder al Congreso de Estados Unidos, a ese sector del Congreso.

¿Qué planteé en Buenaventura? Lo siguiente: planteé en Buenaventura que Colombia ha tenido una alianza de mutuo respeto con el gobierno del presidente Clinton primero, y ahora con el gobierno del presidente Bush. Una alianza respetable alrededor del Plan Colombia. Que Colombia exhibe unos indicadores que no encuentran paralelo. Dije: ¿qué país del mundo puede decir que ha extraditado a 600 personas en cinco años, que fumiga 160 mil hectáreas de coca al año y erradica manualmente 50 mil, que aplica con la severidad con que se aplica una ley de la severidad de la ley de confiscación de bienes ilícitos en Colombia?

Esto es: es un país que ha hecho un esfuerzo incomparable, para no hablar de los decomisos de coca, etcétera. Y eso le da respetabilidad en esa alianza con los Estados Unidos.

Entonces a esa declaración de algunos congresistas diciendo que a Colombia no se le podía aprobar el TLC por el problema del paramilitarismo y el problema de los sindicalistas, hay que responde con toda claridad diciendo qué se ha hecho.

Y por eso hago este planteamiento. Nosotros no podemos pasar de tener una alianza respetable, de mutuo respeto, como la que hemos tenido con el señor presidente Clinton y el señor presidente Bush, a tener una relación de dominación, en la cual Estados Unidos es el amo y Colombia es el siervo. Eso no puede ser, porque eso le hace mucho daño a las relaciones entre países democráticos, a las mismas relaciones bilaterales Colombia-Estados Unidos a la larga, y a las relaciones entre Estados Unidos y la región.

Y además aproveché el espacio Buenaventura para repetir todo lo que hemos hecho por proteger el sindicalismo, que hay que contárselo a los colombianos.

Cuando empezó nuestro gobierno aquí asesinaban a 256 personas, entre sindicalistas y profesores al año. Desde la hora cero empezamos a protegerlos. Pero a protegerlos eficazmente, a nivel del Vicepresidente de la República, el Ministro de la Defensa, el Presidente. Hoy tenemos a 6 mil personas con protección individual. Esa protección nos cuesta este año 76 mil millones de pesos. Mil 500 son sindicalistas. El año antepasado eso se había reducido paulatinamente de 256 asesinatos por año a 25. El año pasado se recrudeció algo.

Pregunta: Lo estamos oyendo con mucho detenimiento.

Presidente de la República: Se recrudeció algo porque al enfrentamiento tradicional de ‘paras’ y guerrilla, se le sumó el enfrentamiento entre el Eln y las Farc, que han matado a sindicalistas acusándolos los unos de ser colaboradores de los otros y viceversa.

Además este año llevamos tres sindicalistas muertos. Un sindicalista del Inpec. Hasta ahora la justicia ha dicho que el asesinato no tiene que ver con su actividad sindical. El tres de mayo, otro, que estaba armado. El Ejército dio de baja a unos de las Farc y dio de baja a esta persona. Y finalmente uno en Valledupar. Y las personas que asesinaron a este sindicalista en Valledupar, hace una o dos semanas, ya se entregaron a la justicia y se someten a sentencia anticipada, por circunstancias totalmente diferentes a su acción sindical. Nosotros estamos en una tarea de protección a los sindicalistas.

El tema de por qué hice esa referencia a un sector del Congreso de Estados Unidos el sábado y por qué a los delegados. No a Europa ni a países europeos sino a los delegados. Le decía lo de Estados Unidos: yo sí le quiero pedir a ese sector del Congreso de Estados Unidos que reconozca dónde estaba Colombia y de dónde viene. El esfuerzo, el mejoramiento que hemos hecho. Porque nosotros hemos avanzado mucho en la protección de los sindicalistas.

Entonces se habla del tema impunidad. Primero, este país tenía 35 mil asesinatos al año, como lo indican los recientes descubrimientos de fosas. Eso se ha reducido. Sí, todavía son muchos. Todavía son 17 mil. Eso es mucho, pero se ha reducido a la mitad. Con 35 mil asesinatos al año, no hay manera de superar impunidad.

Hemos avanzado mucho con el sistema penal acusatorio, con la modalidad oral. Solamente el año pasado agregamos 70 millones de dólares de presupuesto a la Fiscalía para el sistema penal acusatorio. Acabamos de aprobar otra partida para reforzamiento de la justicia y la Fiscalía.

Yo tengo un almuerzo cada mes, cada mes y medio, con los presidentes de las centrales obreras. Y a la reunión de la semana pasada vino el delegado del fiscal y mostró lo siguiente: en los últimos meses ya se han producido 46 sentencias, han condenado a 75 personas como culpables de asesinato de integrantes de organizaciones sindicales.

Eso es un gran avance. Entonces uno ante estos hechos, le tiene que pedir a ese sector del Congreso de Estados Unidos: por favor, sí, todavía tenemos muchos problemas, no estamos en un punto ideal, pero ustedes deben mirar de dónde venimos y qué estamos haciendo.

Y finalmente dije a ese sector del Congreso de Estados Unidos: Colombia es importante no porque sea uno de los pocos aliados que le quedan a Estados Unidos en la región, ni porque digan que es el más sólido, ni porque pueda ser el único. Colombia es importante porque es un aliado respetable. Aquí hay una democracia respetable, abierta, pluralista, transparente, que nada escondido tiene. Creo que es válido pedirle eso a este sector del Congreso de Estados Unidos: que no vamos a pasar de unas relaciones de mutua confianza que hemos tenido con los presidentes Clinton y Bush, a unas relaciones de dominación, de amo y de siervo.

Y a los tres delegados europeos: no entiendo esas permanentes equivocaciones suizas de hablar del Estado colombiano y de los criminales como partes iguales. No entiendo eso. O de proponernos salidas como la Comisión de Encuesta, que es una Comisión creada para países en guerra. Nosotros aquí no estamos en guerra. Aquí no hay una guerra. Aquí hay un desafío de una organización criminal terrorista a una sociedad democrática, a un Estado democrático.

Entonces por eso, en este momento de dolor, creo que estos delegados de esos tres países europeos, los delegados, y especialmente la manera suiza de aproximarse a nuestro programa, tienen que entender que la aproximación tiene que ser con respeto a la democracia colombiana. Esto no puede ser tranquilamente, orondamente, asimilando al Estado colombiano a un grupo terrorista, poniéndolos de igual a igual.

Creo que esos llamados los tiene que hacer el Presidente de la República, y por eso los hice el sábado en Buenaventura. ¿Qué tal que no los hubiera hecho? Además fueron muy pensados, porque consideré mi deber hacerlo.

Pregunta: A propósito de la protección de sindicalistas en Colombia, usted acaba de decirnos que la situación actual muestra un gran avance en esa protección. Pero fíjese que se nos está informando desde Europa que hoy mismo, esta tarde, en Madrid, la capital española, Amnistía Internacional señalará a Colombia como uno de los países más peligrosos para el ejercicio del sindicalismo. Han preparado un informe denominado: “Homicidios, detenciones arbitrarias y amenazas de muerte: la realidad del sindicalismo en Colombia”. ¿Qué piensa usted de eso, Presidente?

Presidente de la República: Sí, es el mismo cuento. No reconocen los avances. Es que estas cifras ni ellos mismos las pueden contradecir. Se las repito: cuando el gobierno empezó, Colombia tenía una racha de asesinatos de sindicalistas que llegó a tener años de asesinar a 256. Y lo dice el señor ex ministro Angelino Garzón, gobernador del Valle del Cauca, ministro de Trabajo de la administración Pastrana, quien no votó por mí. Ojalá usted lo hubiera escuchado en el consejo comunitario de Buenaventura, el sábado, diciendo cómo en este gobierno ha mejorado sustancialmente la protección de sindicalistas.

Del año 2001 al año 2005, bajamos de 256 asesinatos al año a 25, sumando sindicalistas y maestros, en un país donde asesinan a 17 mil personas al año, en un país donde entre maestros y sindicalistas hay un millón 200, un millón 300 mil. El año pasado algo se recrudeció porque subió a 60, porque entraron a matarse entre ellos las Farc y el Eln. Entonces eso se le sumó a lo anterior, entre las guerrillas y los ‘paras’. Este año, ya le expliqué, van tres casos de sindicalistas. Le hice una referencia a cada uno.

Y Amnistía Internacional es muy bueno que reconozca, que fuera capaz de reconocer, lo que está haciendo este gobierno para protegerlos y para superar la impunidad. Por primera vez en Colombia, en muchos años, podemos decir que ya se han dado, gracias a la acción conjunta Gobierno y Fiscalía, al interés de los gremios, de las centrales obreras, de lo cual ha sido receptivo el Gobierno, al sistema penal acusatorio, a la ley de Justicia y Paz, se han dado 46 sentencias en los últimos meses, que han condenado a 75 personas de ser responsables de crímenes contra sindicalistas. ¡Por Dios! Creo que esto es un gran avance.

Ahora, lo otro que he dicho es: no son los empresarios los que asesinan a los sindicalistas, ni los sindicalistas los que han secuestrado a los empresarios. Aquí ha habido un problema de criminales muy grave. ¿De dónde se origina esto? Si la justicia llegare a decir que un empresario ha asesinado a un sindicalista, yo sería el primero en estar del lado de la justicia. Pero como observador de la vida colombiana, digo: no son los empresarios los que han asesinados a los sindicalistas, ni son los sindicalistas los que han secuestrado a los empresarios.

¿De dónde se origina esto? Años sesentas. Las guerrillas marxistas en Colombia introdujeron la idea de la combinación de las diferentes formas de lucha. Asesinaban y penetraban el movimiento sindical, asesinaban y penetraban sectores de la política, del sindicalismo. Combinaban lo que ellos llamaban las diferentes formas de lucha. Por décadas las regiones colombianas desprotegidas. El Estado no protegía a los ciudadanos. ¿Qué pasó? Llegaron los paramilitares a competir en atrocidades con las guerrillas. Hicieron lo mismo. Resultado: entonces los paramilitares asesinaban a un sindicalista acusándolo de ser colaborador de las guerrillas, y las guerrillas asesinaban a un sindicalista acusándolo de ser colaborador de los paramilitares.

¿Qué debería reconocer el mundo, un sector del Congreso de Estados Unidos, entidades como Amnistía Internacional? Lo que ha hecho este gobierno en el desmonte del paramilitarismo, en la protección de los sindicalistas, en el debilitamiento de la guerrilla, en el fortalecimiento de la justicia, a pesar de todo lo que falta, para superar la impunidad. Y lo mejor que hemos logrado, es que hoy a la gente no le da miedo denunciar. Hoy a la gente no le da miedo dar su testimonio en contra de los criminales.

Hace cinco años era un país en pánico. Y ese pánico impedía que la justicia actuara. Ese pánico impedía que los colombianos le colaboraran a la justicia. Hoy es un país que ha recuperado confianza en la justicia y que les ha perdido el temor a los criminales.

Entonces es un país que no está en un punto ideal, pero que viene mejorando. Eso es todo lo que se le ha pedido a este sector del Congreso de Estados Unidos. Es todo lo que pido a Amnistía Internacional, por lo que usted me anticipa. Y lo otro, todo lo que pido a estos tres delegados europeos, al gobierno de Suiza, es que, por favor, pongan cuidado: no pueden asociar, no pueden tratar con el mismo rasero al Estado democrático de Colombia con los criminales de las Farc. No pueden tratar esto como que se tratara de una guerra, para aplicarle la Comisión de Encuesta. Aquí lo que hay de por medio no es una guerra.

La guerra históricamente ha tenido, en medio de la crueldad, de las dificultades, de la injusticia, siempre le han encontrado factores para justificarla, para darle algún nivel de legitimación, que no lo tiene el caso colombiano. Aquí lo que hay es un desafío de terroristas ricos, sin ninguna ética, que se alimentan del narcotráfico, un gran desafío al pueblo colombiano, a las instituciones democráticas de Colombia. Desafío que lo estamos ganando, a pesar de los reveses tan duros, como el revés que hemos tenido con el asesinato por parte de los criminales de las Farc de los diputados vallecaucanos.

Pregunta: Hoy, a propósito de la publicación del diario El Tiempo, también encontramos en la página 1-4 una revelación que nos gustaría ampliar de su propia voz. Dice: “La ira que le dio al presidente Uribe. Un regaño de padre y señor mío les dio el presidente Uribe a varios de sus subalternos el viernes, hasta a algunos ministros llegó la ira presidencial, dicen que hacía tiempo no habían visto a Uribe así. La furia se desató porque nadie reaccionó a la comunicación de los demócratas, ni le avisaron a él. Uribe se quejó de estar solo”. ¿Se siente usted solo, Presidente?

Presidente de la República: Qué voy a estar solo. Lo que he pedido, y lo pedí el viernes a las 9:00 de la noche, es que el gobierno tuviera cifras y hechos a la mano, y que a cada comunicación de ésta, reaccione. Porque ahí el silencio otorga. Y nosotros tenemos mucho que mostrar.

Porque siempre que he ido a los Estados Unidos, he hablado con demócratas y republicanos, buscando que haya esa política bipartidista en los Estados Unidos frente a Colombia. En estos cinco años siempre que he ido, he hablado con demócratas y con republicanos. Y les he contado paladinamente, con toda la veracidad, qué estamos haciendo, qué hemos logrado, qué nos falta, dónde hemos tenido avances, dónde no hemos podido avanzar.

Entonces creo que hay que estar contando inmediatamente esto. Y ante un comunicado como el que sale el viernes, hay que contestar de inmediato. Y por eso primero pedí a mis compañeros de gobierno, a los responsables de eso, que se conteste de inmediato. Tiene que contestar Comunicaciones de la Presidencia, tiene contestar la Cancillería, tiene que contestar Washington, nuestra Embajada. Y eso me obligó a hacer la intervención en Buenaventura el sábado.

Porque he tenido una actitud de diálogo paciente, prolongado, indefinido, con todos los sectores del Congreso de los Estados Unidos. Y entonces llega un momento en el cual hay que decir esto públicamente, que tantas veces se los he dicho. La última vez le dije al representante Sander Levin: “Representante, no entiendo. Cada vez que hablamos volvemos a cero, como que nada hubiéramos hablado”. Y además es un gobierno que no dice mentiras. Las cifras nuestras son inobjetables, porque nada ocultamos.

Entonces creo que ese reclamo que hice el sábado es un reclamo que hay que hacerlo, por el bien de Colombia y por el bien de las relaciones entre los dos países.

Pregunta: A propósito de ese reclamo suyo el sábado en Buenaventura, a mí me gustaría que nos detuviéramos un momento en el instante en el que usted dijo claramente: Colombia no tiene de su alianza con Estados Unidos la idea de que esa alianza consiste en un Estados Unidos imperial y una Colombia convertida en vasallo. Y recordó usted la famosa anécdota de los gobiernos centroamericanos. Usted dijo: nosotros no somos la Centroamérica aquella de las Repúblicas Bananeras. Y recordó la historia de Somoza, ¿no es cierto?

Presidente de la República: Sí, Juan, en este contexto. Yo digo: esta relación ha sido con los presidentes Clinton y Bush una relación de mutuo respeto, una alianza de mutuo respeto. Que no se vaya a pretender convertir ahora en una dominación, donde Estados Unidos es el amo y Colombia es el siervo. Digo: Colombia merece ser un aliado con respeto, no porque sea de los poquitos que queden, ni por lo que algunos dicen que es el más sólido, sino porque es un país respetable por su democracia y su transparencia.

Entonces dije: recordemos aquella época en que, frente algunas naciones centroamericanas, en los Estados Unidos se decía: tal gobernante es un criminal, tal gobernante es un corrupto, tal gobernante es un ladrón, pero a renglón seguido decían: bueno, pero es nuestro ladrón, ese ladrón es nuestro amigo, ese criminal es nuestro amigo, etcétera. Ese no es el caso de Colombia. Nosotros no necesitamos que los Estados Unidos nos tapen crímenes, ni sean amigos nuestros a pesar de crímenes. No. Lo que reclamamos nosotros es que aquí hay unas instituciones y un gobierno respetable, y que por eso merece todo el respeto de todos los sectores del Congreso de Estados Unidos.

Ahora, que ellos nos pregunten una cosa o la otra, o nos digan: qué está pasando con esto, en qué va la protección de los sindicalistas, qué están haciendo para superar impunidad, todo eso es respetable. Tenemos una alianza. Y donde hay una colaboración de ellos, como es el Plan Colombia, esas preguntas nosotros las respondemos y nunca les hemos dicho: ustedes no se metan, ustedes no pregunten eso. Nosotros los respetamos. Y si a mí me lo pregunta Europa, lo respondo. Y si me lo preguntan los vecinos de Suramérica, lo respondo. El Plan Panamá- Puebla, etcétera. Pero pasar de allí a que se estén desconociendo los esfuerzos de Colombia en todo momento, creo que no es conveniente.

Pregunta: La famosa anécdota es más cruda, como usted lo dijo en Buenaventura. Que recuerde, un funcionario del Departamento de Estado en los años treinta fue a reunión con el presidente Franklin Delano Roosevelt, el gran Presidente, el Presidente inválido, y le contó de Centroamérica y dijo: “Mire, Presidente, creo que vamos a tener que hacer algo con Somoza. Somoza es un ‘son of a bitch’”. En literal traducción, es un hijo de tal. Y Rooselvet le contestó: “Sí, es un hijo de tal, pero es nuestro hijo de tal”. Se estaba refiriendo a Anastasio Somoza García, el padre, el jefe de la dinastía de dictadores.

Presidente de la República: Así es, Juan. Y por eso me pareció importante traer ese cuadro en Buenaventura, para recordarle al Congreso de Estados Unidos que nosotros no somos Somozas frente a Estados Unidos, por dos razones. Primero, porque nosotros no somos ni criminales ni dictadores. Y segundo, porque esta es una nación digna, en un momento de total dignidad, que no acepta razones de dominación sino relaciones de mutuo respeto.

Y hay hechos que nos dan méritos para reclamar eso: nuestra democracia, la manera como estamos superando todas estas dificultades. En otras épocas de terrorismo en América Latina, los gobiernos cercenaban las libertades, evitaban el pluralismo, censuraban la prensa, se encerraban, no permitían que Ong’s y la comunidad internacional acudieran a revisar qué era lo que allí estaba pasando. Colombia ha librado esta batalla contra el terrorismo de una manera totalmente democrática, perfeccionando la democracia, con total respeto a las libertades. Un país abierto. Aquí el que quiera del extranjero llegar, entra a Colombia, revisa lo que está pasando, no se le oculta información, hace la crítica que quiera. Todo eso le da respetabilidad a Colombia. Y por eso me vi en la obligación de recordarlo a un sector del Congreso de Estados Unidos, el pasado sábado, desde Buenaventura.

Pregunta: ¿Podría entonces, como conclusión y recordando que la expresión que usaron en aquella época, hace 70 – 75 años, contra Somoza, el dictador nicaragüense, fue esa maciza y grosera expresión ‘hijo de tal’, podría entonces, usted me lo dirá, haber titulado en un periódico entre comillas: ‘Respeten, que yo no soy Somoza’, dice Uribe a Estados Unidos?

Presidente de la República: Habría cabido, sí, a un sector del Congreso de Estados Unidos. Creo que lo que le dije en Buenaventura, sí, habría también permitido ese titular.

Pregunta: Después de todos estos hechos y de los que ocurrió el sábado con su posición y su planteamiento en Buenaventura, ¿mantiene usted la decisión de volver en pocas semanas a Estados Unidos o cancela los viajes que venía haciendo a ese país?

Presidente de la República: No, claro, Juan. Voy creo que el 22 a celebrar con los compatriotas que viven en Nueva York, a las festividades del 20 de Julio en Nueva York. Porque el 20 de Julio vamos a estar en San Andrés y el 22 creo que en Nueva York. Voy a acompañar a los colombianos allí. Y todas las citas, todas las audiencias en Estados Unidos, las cumpliré.

Esto es una lucha con paciencia, una lucha con respeto, una lucha con perseverancia, una lucha con dignidad. Es que esas actitudes no se excluyen. La paciencia no excluye la dignidad, la dignidad no excluye la perseverancia. Además nosotros siempre este diálogo lo hemos adelantado con respeto y con objetividad. Jamás les he dicho: Colombia es un paraíso, Colombia está en un paraíso. Pero sí he expresado lo que hemos hecho, de dónde venimos y para dónde vamos.

Es que no se olvide, Juan: a mí me dijo el día que regresábamos de Cali por la noche, el 28, me dijo el general Óscar Naranjo: “Presidente, no afloje, que este asesinato de los secuestrados es muy duro”. Pero gracias a esta política de seguridad democrática, Colombia ha pasado de tener semestres en los cuales hubo 1.700 secuestros, y este semestre que terminó el 30 de junio tuvo 95 – 97 secuestros extorsivos. Todavía mucho. Pero algo ha pasado de 1.700 por semestre a 95 – 97. Y eso lo tiene que reconocer el mundo. Algo ha pasado, de 256 asesinatos de sindicalistas por año a tres. De un gobierno que va conociendo exactamente, apoyado en la justicia, vía la justicia, teniendo como fuente una justicia independiente, qué pasa en cada caso.

Entonces por eso hay que decirles a los colombianos: exijamos la libertad de los secuestrados y digamos no al despeje. No al despeje. Ni un centímetro de la patria se les puede despejar a estos criminales. Hay que decirles a los tres delegados europeos, especialmente a aquel que representa a la manera suiza de ver el problema colombiano: por favor, ayúdenos, pero sin igualar al Estado democrático de Colombia con el terrorismo. Sin la idea equivocada de que aquí hay una guerra a la que hay que aplicarle una Comisión de Encuesta, porque aquí lo que hay es un desafío del terrorismo a un Estado democrático.

Y hay que decirle a ese sector del Congreso norteamericano: todavía tenemos problemas, no estamos en un punto ideal, pero, por favor, reconozcan lo que hemos hecho, como lo obliga una relación de mutuo respeto entre dos países que tienen una alianza transparente y respetable.

Pregunta: A propósito, ahora que estamos hablando de Estados Unidos en este segmento extenso de esta entrevista, acaban de condenar a la guerrillera colombiana ‘Sonia’, el juez James Robertson, en Washington, a una pena de 16 años y ochos meses de prisión. ¿Le parece suficiente? ¿Usted se declara satisfecho o le parece poca la condena?

Presidente de la República: Juan, no he examinado todavía con el doctor Mauricio González, jefe de la Secretaría Jurídica de la Presidencia, la extensión de esa condena. Déjeme examinarla con él.

Pregunta: De todas maneras Colombia y la opinión pública internacional siguen pensando en que la única salida es el acuerdo humanitario y que es urgente. Porque así como mataron a los 11, dicen las personas en la calle y usted estuvo allí en Cali, pues matarán a todos los demás porque no tienen sentimientos de ninguna clase. Hay una señora en El Tiempo que escribe hoy y le dice: respeto a este gobierno por su fortaleza, pero lo admiraría más si lograra la liberación de los secuestrados sin violencia, a pesar de la rabia.

Presidente de la República: Le quiero contar a la señora lo siguiente. Primero, el gobierno no se aproxima al tema con rabia sino con firmeza. Para tener firmeza con consistencia, hay que tener firmeza sin rabia. Cuando la firmeza es producto de la rabia, esa firmeza es efímera. Tan pronto se baja la rabia, la firmeza se torna en debilidad. Se pasa muy fácil de la rabia a la pusilanimidad. Este gobierno ha tenido una firmeza sostenida durante cinco años, porque ha sido una firmeza por convicción, no por ira. Eso es lo primero.

Segundo, nosotros hemos hecho todos los esfuerzos, todos los esfuerzos. Primero, soltamos 27 guerrilleros. Segundo, aceptamos a los tres delegados europeos una zona de encuentro en la Cordillera Central vallecaucana, donde no habría soldados, ni habría guerrilla, habría observadores europeos para una reunión con las Farc. Las Farc no aceptó, después de que mintió. Primero dijo que no le habían propuesto eso, cuando la propuesta llegó en la misma hora a las Farc y al gobierno de Colombia. Y nosotros sin embargo lo aceptamos, tratando de liberar a nuestros secuestrados.

Cuarto, hemos autorizado a cuanto facilitador ha querido. A nadie, en una actitud seria que quiera ser facilitador, se le ha negado.

Quinto, otro tema muy importante. Acabo de liberar a 150 personas de las Farc, en un gesto unilateral muy grande, buscando la liberación de los secuestrados. Y le aceptamos al presidente Sarkozy, todo en la dirección de buscar la liberación de los secuestrados, que saliera de la cárcel Rodrigo Granda. Y salió de la cárcel, a pesar de que hubo mucha crítica, inclusive de personas a las que les gustan mis ideas.

Ahora, una niña me decía en Cali: “Presidente, pero es que esa liberación no está dentro de la lógica de las Farc, va en contra de la lógica de las Farc, porque eso es una liberación unilateral”. Y le dije: “Lo grave del país es haber querido proceder siempre dentro de la lógica de las Farc. Eso fue lo que nos entregó un país dominado por los criminales de la guerrilla y por los criminales del paramilitarismo. Hay que ir en la contra de la lógica de los criminales para poder recuperar la institucionalidad colombiana”.

Lo que no puedo aceptar es zona de despeje o que el acuerdo humanitario sea equivalente a soltar a unos individuos de la cárcel para que vuelvan a delinquir, para que se reintegren a las actividades de las Farc de secuestro y asesinato.

Lo que se ha convenido en este caso es lo siguiente: los 150 liberados unilateralmente por el gobierno, entran al proceso de reinserción, se desmovilizan de las Farc, se comprometen a no volver a delinquir.

Con Rodrigo Granda se aceptó que él no se desmovilice de las Farc, pero se conversó muy buena fe con él, lo hizo el Comisionado, doctor Luis Carlos Restrepo, para que Rodrigo Granda primero no regrese a actividades de secuestro, de extorsión, de asesinato, no regrese a la clandestinidad, dé la cara a la opinión colombiana, a la opinión internacional, a los medios de comunicación, a los partidos políticos, y además para que Rodrigo Granda sea gestor de paz.

Cosa diferente sería soltar a unos individuos de la cárcel, por un acuerdo con las Farc, para reintegrarlos a las Farc a asesinar y para reintegrarlos a las Farc a secuestrar. Es lo que no podemos hacer.

Recuerden en el pasado cómo a los pocos días de haber liberado a unos individuos, estaban ya con uniformes de las Farc, con armas de las Farc, en una actitud cínica, arrogante, en una actitud de burla frente a las instituciones y frente al gobierno de Colombia. Es lo que no vamos a repetir.

Me imagino lo siguiente: tenemos 1.700 personas entre soldados y policías mutilados, la mayoría de ellos en los pabellones de sanidad de los hospitales. Ellos desde el hospital viendo que salen unos individuos de la cárcel de las Farc, de aquellos que pusieron las bombas que los mutilaron a ellos. Creo que la actitud de esos compatriotas es diferente si los que salen, salen con el compromiso de entrar a la reinserción, de no volver a delinquir. Es diferente la actitud de los soldados y policías de lo que podría ser su actitud, si aquellos que salen de la cárcel son reintegrados a las Farc a asesinar y a secuestrar.

Hay que tener en cuenta eso. Y hay que tener en cuenta que zona de despeje no puede haber. ¿Vamos a entregarles una zona de despeje a quienes mientras tenían zona de despeje secuestraron a los parlamentarios, secuestraron a los diputados? ¿Vamos a entregarles una zona de despeje a quienes asesinaron el año pasado a los concejales de Puerto Rico, en el Caquetá, de Rivera, Huila? ¿Una zona de despeje a los que han cometido durante 40 años toda esta cantidad de asesinatos, a los que acaban de asesinar a los diputados vallecaucanos? ¿Una zona de despeje para poner a la ciudadanía de esa zona en las fauces de los criminales? ¿Una zona de despeje para que estos criminales eludan la acción de la fuerza pública?

Miren lo que pasó el año pasado, hace un poquito más de un año: se hablaba de una zona de encuentro de Pradera y Florida. Yo había escuchado a varias personas con ese tema. Solamente la conversación sobre ese tema, creó la ilusión en los criminales de las Farc de que tendrían esa zona. Y produjo que muchos empezaran a desplazarse desde diferentes sitios del país hacia Pradera y Florida a eludir la acción de la fuerza pública.

Eso no se puede permitir. Nos faltan tres años de gobierno, que hay que aprovecharlos de día y de noche con la política de seguridad democrática para poder acabar con los criminares. Por ejemplo, el fin de semana, por fortuna se dio de baja a dos temibles terroristas de las Farc en Sucre – Bolívar. Y se capturó a otros 10 con fusiles. Uno de los 10 capturados es un terrorista que llaman ‘Embera’, responsable de cualquier cantidad de crímenes y de secuestros en esa zona del país. En eso es en lo que hay que seguir.

Pregunta: A propósito de lo que usted está diciendo y retomando lo que declaró monseñor Pedro Rubiano, déjeme preguntarle con toda franqueza: ¿si usted hubiera sabido que los terroristas de las Farc, como usted los ha calificado, si usted hubiera sabido que ellos ya habían asesinado a los diputados del Valle, de todas maneras habría puesto en libertad a Rodrigo Granda y facilitado su viaje a Cuba?

Presidente de la República: Juan, si esto hubiera sido antes de tomar la decisión, seguramente lo habría repensado. Con la decisión tomada, no habría tenido reversa.

Pregunta: ¿Ni siquiera con los diputados muertos?

Presidente de la República: Esto es, Juan, porque es un gesto unilateral del gobierno, que le da más respetabilidad a nuestra política de seguridad democrática. Creo que en cualquier circunstancia es un hecho muy conveniente para nuestra Patria. Otra cosa es que todavía no se hubiera tomado la decisión. En ese momento seguramente lo habría repensado.

La verdad es que hay que tenerlo muy en cuenta, sobre todo esta semana por parte de todos los compatriotas, a uno se le olvida qué es el terrorismo. Entonces uno todos los días como que quiere darles como otra oportunidad, cuando ellos no le dan una sola oportunidad a Colombia. Ellos hacen una masacre hoy, y uno mañana dice: bueno, démosles otra oportunidad, que es lo que ha pasado en Colombia.

Entonces por eso yo de muy buena fe estaba en el tema y tomé la decisión de esos 150 y le acepté al presidente Sarkozy la petición de liberar a Rodrigo Granda, a ver qué podía pasar, a ver si estos criminales por lo menos tenían una reflexión para liberar a los secuestrados. Y la respuesta es el asesinato de los diputados.

Entonces eso nos demuestra que no hay sino un caminito –y pidámosle a mi Dios fortaleza–, que es el caminito de la seguridad democrática. Que tiren piedras de un lado y de otro, que de un lado critiquen al gobierno, que todo eso ocurra. Pero el gobierno, por el bien del futuro de Colombia, firme, inamovible, en el propósito de derrotar a estos terroristas. Una firmeza con total calma, una firmeza con total serenidad, pero una firmeza sin claudicaciones.

Por ejemplo, decía el sábado en Buenaventura: miremos qué es un hecho humanitario y qué es hecho de claudicación. En la historia de la humanidad los hechos humanitarios, en lo político, en lo sociológico, en lo jurídico, son hechos de alguna manera conducentes a la paz. Aquellos que no son contundentes a la paz sino que recrudecen más el terrorismo, no son hechos humanitarios, son hechos de claudicación del Estado.

Yo decía: soltar a unos individuos de la cárcel para que vuelvan al secuestro y al asesinato, fortalece el crimen. Eso no es hecho humanitario. Eso es un hecho de claudicación del Estado.

Una zona de despeje para que se refugien los terroristas, eludan a la Fuerza Pública, maltraten la ciudadanía, tengan ese lugar de cautiverio de secuestrados, eso no conduce a la paz. Eso simplemente conduce a recrudecer el terrorismo, a fortalecerlo más. Por eso no es un hecho humanitario. Es un hecho de claudicación del Estado.

Y alguien me dice: bueno, pero es que los hechos humanitarios, más que conducentes a la paz, son conducentes a mitigar la guerra.

Primero, aquí no hay una guerra. Aquí un desafío del terrorismo a un Estado democrático. Segundo, aquellos que en la historia de la humanidad han hablado o escrito de la mitigación de la guerra, lo han hecho como un paso para que posteriormente se dé el otro, que es la paz. Han visto la mitigación de la guerra como lo inmediato y la paz como lo mediato. Y que ese puente entre lo inmediato y la culminación de la guerra es el hecho humanitario.

Pues bien, eso no se ha dado en Colombia. Primero, porque aquí no hay una guerra sino un desafío de los criminales al Estado democrático. Y segundo, porque las generosidades del Estado con ellos ni han mitigado su acción criminal ni han conducido a la paz.

El Caguán no mitigó la acción militar de los terroristas. El Caguán lo que hizo fue estimular esos secuestros espectaculares de la época. Cuánto crecieron las Farc en el Caguán y cuánto creció el paramilitarismo. Cómo crecieron durante la época del Caguán el uno y el otro.

Entonces eso que se hizo, de muy buena fe por el gobierno de la época pero que lo respondió mal las Farc, demuestra que esos hechos finalmente van en contra del Estado y de la ciudadanía, y no en favor de mitigar los rigores del terrorismo ni de encontrar la paz.

No porque no hubiera sido la intención del gobierno. La intención del gobierno fue muy buena. Y he dicho en el mundo y aquí en nuestro país que el gobierno procedió con toda la buena fe. Y además fue coherente con lo que propuso en su campaña, porque en 1998 los candidatos a la Presidencia tuvieron el punto común de ofrecer esa zona de despeje. Por lo menos dos de ellos, quien ganó y quien quedó de segundo.

Entonces después quien ganó, hizo efectiva esa zona de despeje. ¿Pero cuál fue la reacción de las Farc? Reaccionaron con el principio que ellos aprendieron de Maquiavelo a través de Marx. El consejo aquel que da Marx inspirado en Maquiavelo: cuando quieras derrotar al Estado enemigo burgués y ese Estado te ofrezca una generosidad, no la tomes como generosidad, tómala como debilidad y aprovecha esa debilidad para avanzar en la derrota de ese Estado. Eso fue lo que nos aplicaron en el Caguán. Y por eso ese crecimiento de los terroristas de las Farc en el Caguán. Y por eso ese crecimiento simultáneo de los terroristas paramilitares.

Es que el Congreso de Estados Unidos, ese sector del Congreso, también debería mirar esto: hace cinco años un 30 por ciento de los colombianos tenía presión directa de guerrilla y/o paramilitares. Y el resto una enorme presión indirecta.

A mí me habían dicho las autoridades de Bogota que aquí no había problemas. Yo encontré una Bogotá llena de milicias de las Farc –Antonio Nariño–, y de paramilitares en el barrio Restrepo. ¡Por Dios! Eso para hablar de la capital de la República. Había alrededor de 300 alcaldes que no podían ejercer en sus municipios. Alrededor de 400 intimidados. La situación del país hoy es muy diferente. Todos los alcaldes ejercen en sus municipios.

La seguridad democrática ha sido en favor también de las autoridades democráticas, y con algo que enaltece a Colombia y a este gobierno: seguridad para todos, sin detenernos en el origen político de su elección. Este gobierno ha protegido a todos los alcaldes de Colombia, como ha colaborado con todos, sin detenerse en el origen político de su elección. Eso enaltece a nuestra democracia.

Pregunta: ¿Qué validez o credibilidad le da usted a la versión vertida ayer por el diario norteamericano Nuevo Herald, en el sentido de que en la masacre de los diputados pudieron haber participado mercenarios o caza-recompensas que habrían llegado o habrían ubicado el lugar donde se encontraban, a la caza de los dos millones de dólares que se ofrece por quien entregue información de los secuestrados?

Presidente de la República: Nosotros no tenemos mercenarios. Nosotros tenemos es nuestra Fuerza Pública colombiana. Y no sé si en este momento hay tarifas para el rescate. Ha sido muy normal de mi administración ofrecer recompensas. Nosotros ofrecemos recompensas permanentemente. La política de recompensas ha sido un elemento muy importante de nuestra política de seguridad democrática. Pero si estos criminales de las Farc los asesinaron en un cruce de balas, ¿por qué no entregan los cadáveres a tiempo, para que el peritaje forense así lo dijera? ¿Por qué se demoran tanto?

Es que dice la ciencia médica que mientras más se demore el examen forense sobre el cadáver, más difícil es la exactitud en el resultado de ese examen. ¿Qué quieren ocultar estos criminales de las Farc? Porque asesinaron a los diputados el 18, y hoy es 3 de julio y no han entregado los cadáveres. Cualquiera hubieran sido la circunstancia, ¿por qué no han entregado los cadáveres?

Ahora, yo le hice una relación al país de los operativos militares en esa zona en esos días. No creo que el Ministerio de Defensas me hubiera mentido. El Ministerio de Defensa recogió información, que me la suministró entre las 5:00 de la mañana y las 12:00 del día. Y yo tomé lo que me digo el Ministerio de Defensa y lo puse exactamente en un párrafo de esa intervención.

¿Entonces qué pretenden estos terroristas de las Farc con ese ocultamiento de los cadáveres? Lo que pasa es que esta es una prueba de que uno se equivoca con los terroristas. Comenten una masacre hoy, y uno amanece dentro de dos días con el corazón conmovido a darles un nuevo chance. El único chance que hay que darles a los terroristas es el de enfrentarlos rigurosamente con las fuerzas del Estado. Es lo único que tarde que temprano los lleva a desmovilizarse.

Mientras don Raúl Reyes, don Manuel Marulanda, don Jorge Briceño, toda esa recua de criminales siga teniendo la ilusión de que aquí va a llegar va a llegar un gobierno que se van a tomar, un gobierno con el cual van a jugar, esos bandidos simplemente seguirán jugándole al tiempo entre el terror y el escondite.

Por eso el pueblo colombiano hoy más que nunca tiene que tener toda la firmeza de que los derrotemos. Por eso es muy importante la presencia de los colombianos en las calles, no para pedirle al gobierno claudicación sino para exigirle al gobierno firmeza y para exigirles a los terroristas que los liberen.

Creo que la consigna de las calles en Colombia esta semana debe ser que los terroristas liberen a los secuestrados y que el gobierno no afloje la firmeza.

Pregunta: Cuando usted dice, como acaba de decirlo: uno se equivoca permanentemente con los terroristas, cometen un acto criminal y a los dos días vuelve y les da un chance, y uno se equivoca de nuevo. ¿Qué significa eso? ¿Que en este gobierno no habrá más chance para las Farc, no habrá ni siquiera aproximaciones? ¿Cómo debemos entenderlo?

Presidente de la República: Primero, debemos entenderlo de la siguiente manera: este es un gobierno de firmeza de cinco años, que no de ira. Los tratadistas del derecho penal y los historiadores demuestran que los gobiernos firmes no son precisamente los gobiernos con ira. La ira sube y baja, y en un bajonazo la firmeza se torna en pusilanimidad. Este es un gobierno de firmeza, no de ira. Y un gobierno convencido de que lo único que habrá de llevarlos a tener paz en Colombia, es firmeza en nuestra política de seguridad.

El día que estos criminales de las Farc tomen la decisión de dialogar de buena fe, en busca de la paz, el gobierno está listo. Mientras su camino sea el accionar terrorista, el gobierno está listo para enfrentarlos.

Y muy importante esto: que Colombia les quite a criminales como Raúl Reyes, como Manuel Marulanda, don Jorge Briceño, la ilusión de que aquí va a llegar un gobierno del cual ellos se van apoderar. Mientras esos criminales tengan esa ilusión, esos criminales van a seguir tratando al pueblo colombiano con terror desde el cobarde escondite.

Por eso lo digo con toda la convicción, lo digo desde el fondo del alma: tiene que ser firmeza en el gobierno, en las Fuerzas Militares y de Policía, cero claudicación. Al gobierno hay que exigirle que no claudique, que mantenga toda la firmeza, para poderles exigir a estos criminales que tienen que entregar a los secuestrados.

Pregunta: El jueves la gente va a estar en la calle como símbolo de libertad. ¿Usted va a estar con la gente en la calle, Presidente, para exigir la liberación de los secuestrados?

Presidente de la República: Sí, claro. Claro que hay que salir a las calles. Claro que sí.

Pregunta: ¿Entonces el Presidente de la República también estará el jueves en las expresiones, en las marchas de todos los colombianos? ¿Lo entiendo bien?

Presidente de la República: Con la ayuda de Dios. Lo que he hecho en estas noches, en estas madrugadas, es pedirle a Dios luz y firmeza. La firmeza es muy difícil, en estos momentos de dolor. Usted no sabe lo difícil que es uno hablar con los compatriotas vallecaucanos, familiares de las víctimas. Verles esa expresión de dolor, y unos de ellos pedirme el despeje. Uno comprendiendo eso, con ese dolor, pero al mismo tiempo uno tener que decir: Dios mío, no me dejes claudicar, para que las futuras generaciones de colombianos puedan vivir sin secuestro.

Al país hay que recordarle otra cosa. Hay que ver el video de las Farc cuando secuestró a los diputados: la algarabía, la dicha cuando iban por Cali. Eso lo muestran en el video. Sin un Estado que los contrarrestara, llegan al recinto de la Asamblea y degollaron a un policía. Degollaron un policía. Y después ese jubilo porque consumaron el secuestro. Y ahora ese cinismo en el asesinato. Ahora esa frialdad propia de los criminales para eludir el examen forense de los cadáveres negándose a entregarlos. Toda esta historia hay que conocerla.

Estos episodios son muy graves. A estos episodios llegamos. ¿Por qué arribamos a estos episodios? Por flojera del Estado, que nunca los contrarrestó. ¿Cómo salimos de estos episodios? Con firmeza del Estado, que hoy los contrarresta.

Creo que con firmeza, las nuevas generaciones de colombianos van a poder gozar un país sin secuestro, un país sin terrorismo. Si claudicamos hoy, esa claudicación es el permiso para que el terrorismo continúe. Por eso hoy la firmeza del pueblo colombiano, del Estado, del gobierno, tiene que ser el lema del ahora para no claudicar ante estos criminales.

Pregunta: Usted ha sido muy amable al conceder ésta su primera entrevista con los medios de comunicación después de los hechos de la divulgación de la muerte de los 11 diputados. Señor presidente Uribe Vélez, muchas gracias, tenga usted muy buen día y el jueves nos vemos en las calles.

Presidente de la República: Muchas gracias, Juan.

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