PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE AL INAUGURAR PLANTA DE BIODIESEL EN CODAZZI
Codazzi (Cesar), 8 jul (SNE). La siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez durante le inauguración
de la planta de biodiesel del grupo empresarial Hacienda Las Flores
(Oleoflores) en Codazzi (Cesar).
“Al llegar a Las Flores, hace algunas horas, vi unos cultivos
de palma muy hermosos y un complejo industrial magnífico,
sorprendente. La primera planta de biodiesel de Colombia y de América
Latina. Hay que registrarlo. El Brasil nos lleva 40 años
en alcohol carburante. Apenas empezamos hace cuatro años.
Pero esta es la primera planta en América Latina de biodiesel.
El doctor Carlos Murgas nos mostró una ganadería
en confinamiento, que aprovecha de manera excelente los subproductos.
Vimos además cómo recuperan agua a pesar de la sequía
de la región. Todo muy importante. Nos dieron un almuerzo
delicioso. Saludé a trabajadores de la planta industrial,
a trabajadores de la ganadería, a trabajadores de una parte
y otra en la empresa, y todos felices. Empleos de buena calidad,
empleos con afiliación a la seguridad social, empleos con
ingreso digno. Compatriotas felices.
Por eso, muy apreciado doctor Carlos Murgas, muy apreciada doña
María Victoria, muy querida familia, mis compañeros
de Gobierno y yo los queremos felicitar por todo. Por estas plantas.
Por esta capacidad de originar en el país y en América
Latina el biodiesel. Por la manera como manejan los subproductos.
Pero fundamentalmente los queremos felicitar por dos cosas: por
darles felicidad a los trabajadores de la patria y por darles esperanza
a tantos pequeños propietarios de tierra, que son los socios
de las alianzas.
Leo allá algunos avisos: Regidor. Hasta hace cinco años
guerrilla y sin esperanza. La Jagua de Ibirico, aquí cerca.
Es que con un gran proyecto carbonero, cuánto contribuye
este proyecto palmicultor. Lo mismo en Becerril, Chiriguana, Tibú.
Hasta hace cinco años guerrilla, coca, paramilitares y sin
esperanza. Hoy recuperando la paz, sustituyendo la coca por palma,
con toda la esperanza.
La Doctrina: qué buen principio. María la Baja:
una frustración de 30 años de reforma agraria, un
reparto de tierras que no produjo resultados, cómo se han
recuperado estos campesinos. Talamaleque y las fértiles
tierras de la orilla del río, que habían perdido
la esperanza.
Qué gran ejemplo el de estas alianzas sociales. Qué gran
ejemplo el de esta generación de empleo. Muchas felicitaciones,
doctor Carlos Murgas.
¿Y dónde estamos? Estamos aquí en las estribaciones
del Perijá, estamos entre Codazzi y San Diego, estamos en
unos lugares de la patria que habían desalojado a las gentes,
habían eliminado el trabajo, querían que estas tierras
se convirtieran simplemente en rastrojo. Y hoy estamos viendo una
planta próspera, una gran ilusión para el país,
un gran principio que debe replicarse en muchas partes.
Aquí, entre Codazzi y San Diego, en las estribaciones del
Perijá, ¿por qué? Porque además de
excelentes condiciones de los trabajadores, de los habitantes de
la región, esa gran capacidad empresarial del doctor Carlos
Murgas, los soldados y los policías de la patria han empezado
a desalojar en los últimos cuatro años de esta serranía,
a los criminales que se habían apoderado de ella. Eso es
muy importante y eso no lo podemos perder de vista.
Colombia hoy tiene unos aspectos singulares, que ojalá los
convirtiéramos en valores nacionales. América Latina
en algún momento quiso desmantelar el Estado. Colombia no
lo desmantela, lo reestructura. Y por esas entidades tan importantes
como el Banco Agrario, Incoder, etcétera. América
Latina hoy en algunos países está en plena moda de
estatismo. Colombia da todas las oportunidades a la inversión
privada. Eso es muy importante.
Los gobiernos no pueden ser dubitativos, como tantas veces han
sido en Colombia, frente a la inversión privada. Les sacan
a los inversionistas la plata para las campañas, pero enseguida
les da pena apoyarlos en las ejecutorias de Gobierno. El Gobierno
nuestro ha tenido todo el compromiso con la inversión privada,
porque creemos que con responsabilidad social es un camino de superación
de pobreza.
Responsabilidad social como la que tienen que cumplir los carboneros
de La Jagua, para no echarle el polvorín de las carreteras,
con 600 tractomulas que pasan al día, a los cascos urbanos.
Responsabilidad social como la que cumple el doctor Carlos Murgas,
con estos compatriotas de tantas regiones integrándolos
en proyectos promisorios.
Responsabilidad social traducida en transparencia en las relaciones
entre los inversionistas y el Estado. Responsabilidad social traducida
en solidaridad de los empresarios con las regiones. Responsabilidad
social en las relaciones laborales. Relaciones laborales no de
capitalismo salvaje, relaciones laborales no de odio marxista,
relaciones laborales fraternas, relaciones laborales cristianas.
Tenemos tres empeños en este Gobierno, apreciados compatriotas
que nos acompañan esta tarde: consolidar la seguridad, consolidar
la confianza inversioncita y cumplir ambiciosas metas sociales.
Un país con cinco millones de créditos a los sectores
populares en Banca de Oportunidades, con plena cobertura en salud,
en educación básica, con millón y medio de
Familias en Acción, un país que logre unas coberturas
universitarias superiores a los promedios de América Latina,
en fin, eso se logra si tenemos seguridad y si tenemos confianza
inversionista.
Sin seguridad, la inversión busca otros territorios. Sin
seguridad, no hay confianza inversionista. Sin confianza inversionista
no hay dinero, no hay posibilidades de que el Estado recaude los
recursos que requiere para poder cumplir las metas sociales.
Para la confianza inversionista nuestro Gobierno lo primero que
invoca es el modelo: un Estado con plenas garantías a la
inversión privada, con un Gobierno que no se avergüenza
de impulsarla, y además exigente en materia de responsabilidad
social.
Para la confianza inversionista son muy importantes los esquemas
de tributación, los esquemas de financiación.
Quiero agradecer hoy al Congreso de la República que, después
de tantas discusiones, en un país que no tenía la
disciplina de utilizar la tributación para impulsar la inversión,
se atrevió a aceptar nuestras propuestas.
Hace cinco años, Colombia tenía 160 mil hectáreas
de palma, puede terminar este año con cerca de 400 mil.
Ha habido seguridad. Nos falta, no hemos ganado pero vamos ganando,
y a eso criminales les vamos a ganar.
El país no se había atrevido a utilizar la tributación
para impulsar la inversión. Este Congreso nos aprobó esas
propuestas: quien siembre hoy cultivos de tardío rendimiento
en Colombia, tiene una exención tributaria que ayuda mucho.
Quien produzca hoy alcohol carburante, biodiesel, para facilitar
que eso llegue al consumo, eso no paga IVA, ni impuesto global
al combustible.
Cualquier inversión que se haga en Colombia hoy tiene una
deducción del 40 por ciento. Cien pesos de inversión,
se deducen en 40. Eso implica que el Estado por cada 100 pesos
de inversión, aporta casi 13.
Este Congreso de la República nos aprobó la ley
que autoriza al Gobierno a firmar pactos de estabilidad de reglas
de juego con la empresa privada. Es bien trascendente esa ley.
Y además estamos en plena implementación de la nueva
ley de zonas francas.
Una empresa que invierta 26 millones de dólares o genere
600 empleos, que se considere estratégica para el país,
puede ser declarada zona franca en cualquier sitio del territorio
en donde se ubique. Eso le da derecho a pagar una tarifa de renta
de tan solo el 15 por ciento.
Hemos puesto, pues, la tributación al servicio del estímulo
a la producción.
Y se ha diseñado un plan financiero bien importante, que
hay que preservar. Por eso nuestra preocupación para que
el Banco de la República se abstenga, por lo pronto, de
seguir elevando tasas de interés.
El Ministro de Agricultura ha diseñado un esquema financiero
que acompaña a trabajar: créditos de más plazo,
de menor tasa de interés. A eso se suma lo que es nuestra
Ley Agro Ingreso Seguro, concebida y estimulada por el Ministro,
aprobada por el Congreso. Este año le inyecta 400 mil millones
adicionales al campo colombiano y el año entrante 500 mil,
para apoyar nuevas plantaciones, para apoyar la productividad en
cultivos que se verán presionados por la competencia, para
apoyar también sustitución de cultivos, para apoyar
investigación. Un gran paso.
Y miren: además de la financiación, está el
ICR.
A los compatriotas, que deberían replicar el ejemplo del
doctor Murgas, los quiero invitar a considerar esto: la deducción
del 40 por ciento, la exención tributaria a los cultivos
de tardío rendimiento, los créditos, el ICR. Por
ejemplo, aquellos campesinos tienen un apoyo del Estado del 40
por ciento de lo que les cuesta la inversión, además
de los créditos a largo plazo. Y los empresarios tienen
un apoyo menor, pero también tiene la exención tributaria.
Creo que todo esto nos tiene que ayudar a sacar adelante al campo
colombiano, a que el campo colombiano vuelva ser un gran generador
de empleo estable, de empleo con ingresos dignos, de empleo con
afiliación a la seguridad social.
El ministro Hernán Martínez me decía: “Tenemos
que ir donde el doctor Murgas”. Y yo le decía: “Pero
yo voy a allá es de turista, allá voy a ver es cosas
buenas, es a pasear”. Y me dijo: “No, yo sé que
usted va a pasear un domingo por la tarde, pero hay que ir porque
hay que invitar a los colombianos a que repliquen lo que ha hecho
el doctor Murgas”. A eso hemos venido. A pedirles a los colombianos
que repliquen lo que ha hecho el doctor Murgas. Es lo que necesita
el país.
El general Uribe hace un siglo decía: Colombia se puede
perder por falta de vías de comunicación, Colombia
se puede perder por falta de estudio, Colombia se puede perder
por falta de tolerancia, Colombia se puede perder porque se desagregue,
todo eso es posible, pero lo que definitivamente sí hace
que Colombia se pierda es la pereza.
Hoy venimos a rendirle un homenaje a la laboriosidad encarnada
en el doctor Carlos Murgas.
En alguna ocasión El Libertador dijo que la Gran Colombia
podría desaparecer porque una capital era fábrica
de golpes de Estado, la otra convento de fanatismo y la otra fábrica
de leguleyos. Lo que necesitamos es cambiar la fábrica de
leguleyos por la fábrica de emprendedores, como emprendedor
a sido usted en favor de Colombia, doctor Murgas. Que se quede
atrás el país de leguleyos y que prospere el país
de emprendedores.
Eso sí, todo esto funciona si hay una cosita: para qué exenciones
tributarias, para qué la Ley Agro Ingreso Seguro, para qué mercados
internacionales, para qué trabajadores como los de esta
empresa, para qué socios como los integradores, para qué empresarios
como Carlos Murgas, sino somos capaces de derrotar a los criminales.
Lo que tenemos que hacer es garantizarles a todas las regiones
de Colombia que se acabe la época de los criminales, para
que Colombia pueda vivir en paz, trabajando, construyendo, pueda
vivir creando, pueda vivir devolviendo la ilusión y haciendo
que las nuevas generaciones vivan felices.
Hoy ha sido un día muy grato, ver estas instalaciones aquí,
uno se llena de emoción y de desespero al mismo tiempo,
porque quisiera que ya estuvieran replicadas en muchos sitios de
Colombia.
Esta mañana estuvimos allá en San Juan del Cesar
en El Molino, viendo las obras del complejo integral del Río
Ranchería. Cincuenta años de desesperanza. La gente
ya no creía en eso. Cincuenta años que vivían
en esa zona de La Guajira con la frustración de que la obra
no se había hecho y llenos de criminales. Hoy vimos la gente
entusiasmada porque la obra avanza velozmente.
Fue muy grata esa visita, Ministro de Agricultura, por ver que
la obra avanza velozmente. Una gran central, una gran represa,
que le va a dar aguar a 18 mil hectáreas, para producir
productos de gran valor para los mercados de exportación,
que permitirá alimentar los acueductos de 9 municipios,
que podrían ser 10 con Maicao, para llegarles a cerca de
300 mil personas y que pueda ayudar a redimir esa parte de La Guajira.
Hace cinco años allá había una mezcla: desesperanza
por la frustración de Ranchería y temor por el dominio
criminal. Hoy hay otra mezcla: ilusión productiva y confianza,
porque el esfuerzo de los policías y soldados de la patria
ha regresado la tranquilidad, y el esfuerzo del joven Ministro
de Agricultura ha regresado la esperanza, la ilusión, de
tener el Distrito de Ranchería.
Señor general Paredes, señor coronel Cepeda: comparen
estas Colombias. Cuando esto estaba aquí bajo el imperio
de los criminales de las Farc (que no han devuelto los cadáveres
y hoy es 8 de julio, afortunadamente el país habló esta
semana), cuando el país ha estado bajo el imperio de estos
criminales, estas tierras son rastrojo, estos proyectos los vemos
en película, hay que ir a cine o a otros países a
verlos. Cuando los soldados o policías de la patria derrotan
esos bandidos, en Colombia prospera el empleo digno, la inversión
con responsabilidad social.
General Paredes, coronel Cepeda, me quedan tres añitos.
No me dejen perder una hora en la persecución de estos bandidos.
Pero ni una hora. Para poderles decir a mis compatriotas del Cesar: “No
me los parrandié, pero sí me parrandié a las
Farc y a todos esos bandidos”.
Porque es que aquí se los parrandiaban a ustedes los gobiernos
centrales y los criminales. En la época del Festival Vallenato
se los parrandeaban los gobiernos centrales, y en el resto del
año los criminales. Por eso nosotros tenemos muy clara la
ecuación: ahora es con la Fuerza Pública de la Patria
a parrandiarnos a los criminales para que ustedes puedan recuperar
su Cesar, para felicidad de las nuevas generaciones.
Lo felicito, doctor Carlos. Usted sabe que tengo que salir de
acá rápido porque tengo una reunión con unos
congresistas de Estados Unidos en Bogotá. Necesitamos mercados
para que usted multiplique mucho esto. Déme el chancesito
en los tres años que me quedan, de asistir a otra inauguración
de estas.
Doña María Victoria y jóvenes, muchas felicitaciones.
Muchas felicitaciones y como dijo el padre que bendijo esto, que
sea para el bien de esta gran patria. A todos muchas gracias, apreciados
compatriotas”. |