PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA
INDEPENDENCIA DE COLOMBIA EN NEW JERSEY
Hackensack, New Jersey (EU), 22 jul (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al
enviar un saludo a la comunidad colombiana, con ocasión
de la celebración del Día de la Independencia de
Colombia desde el parque Foschini de la ciudad de Hackensack, New
Jersey, Estados Unidos.
“Gracias, apreciado Cónsul, y felicitaciones por
el entusiasmo con que ha asumido esta tarea. Muchas gracias a Julio
Salcedo y a todo el Club Colombia de Hackensack, por mantener este
gran fervor por nuestra patria. A ellos un aplauso muy grande.
Nos sentimos muy orgullosos de tener aquí compatriotas
como Tomás Padilla, presidente de la Junta del Condado de
Bergen. Tomás: qué maravilla saber que un colombiano
nacido en Barranquilla, que llegó aquí de cinco años
de edad y que superó tantos desafíos, es hoy el Presidente
de la Junta de un Condado que tiene 70 municipalidades. Lo aplaudimos
de todo corazón.
Y cómo nos enorgullecemos los colombianos de registrar
que en esta ciudad de Hackensack, el alcalde hoy, el que ha merecido
la confianza del pueblo para regirla como alcalde es otro colombiano:
Jorge Meneses.
Compatriotas, a ellos hay que exaltarlos porque las noticias las
producen los malos. Nosotros tenemos que resaltar a los buenos.
Cuarenta y tres millones de colombianos son gente buena, trabajadora,
honesta, al estilo de Jorge Meneses y al estilo de Tomás
Padilla.
Hay que decir eso al pueblo norteamericano, a sus autoridades
y a sus medios de comunicación. No juzguen a Colombia por
el narcotráfico, que lo combatimos. No juzguen a la Colombia
por la guerrilla, que la combatimos. No juzguen a Colombia por
los paramilitares, que los estamos desmontando. Vean en Colombia
a sus inmensas mayorías de gente buena, honesta, laboriosa.
Quiero agradecer la presencia del Ejecutivo del Condado y del
Sheriff. Muchas gracias a ambos. Al igual que la compañía
del canciller Fernando Araújo, de la señora embajadora
Carolina Barco en Washington, de la señora embajadora Claudia
Blum en la ONU, del señor embajador Camilo Ospina en la
OEA, de los senadores Armando Benedetti de Barranquilla y Juan
Carlos Vélez de Medellín, de la representante Sandra
Ceballos de Bogotá. Y a mis compañeros de Gobierno
y al cónsul Francisco Noguera.
Compatriotas, los felicito. Muchos de ustedes tuvieron que salir
de Colombia porque el país les negó oportunidades
de empleo o de estudio. Muchos tuvieron que salir porque fueron
presionados por la guerrilla o los paramilitares. Muchos tuvieron
que salir de Colombia sin querer salir, forzados por las circunstancias.
Y en lugar de estar ustedes resentidos, rabiando contra la Patria,
están alegres aquí en este parque de los Estados
Unidos, donde han recibido esta maravillosa hospitalidad, celebrando
el 20 de Julio, el día de la Independencia de Colombia.
El mundo debe reconocer esto: el pueblo colombiano en lugar de
haberse llenado de amargura, en lugar de haberse llenado de odio,
en lugar de haberse llenado de resentimiento por tantos años
de dificultades, lo que hace el pueblo colombiano, el que vive
allá en nuestro territorio, el que vive aquí en los
Estados Unidos, el que vive en otros países, es trabajar
con alegría, con dedicación. Servir bien a la nación
que les ofrece albergue, que les ofrece domicilio, y llevar muy
en alto el fervor patriótico de Colombia. Felicitaciones
por ello.
Cuántos de ustedes, en lugar de estar alegres hoy aquí podrían
decir con indiferencia: para qué me vinculo a una celebración
del 20 de Julio de una patria que me expulsó, de una patria
que me negó oportunidades. Estar ustedes diciéndole “presente” a
la Patria en esta celebración del 20 de Julio, habla muy
bien de la materia prima que hace a la mujer y al hombre de Colombia:
gente noble, gente con patriotismo.
Transmitan que estamos trabajando tres acciones de Gobierno: la
consolidación de la seguridad, la confianza de la inversión
y la política social. Van de la mano. Sin seguridad no hay
confianza e inversión. Si no hay inversión con responsabilidad
social, no hay recursos para resolver los problemas sociales del
país.
Hay dos maneras de proyectar una política social: una manera
es con discurso, demagogia, engaño, reparto de más
miseria. Otra manera es creando prosperidad, para que el pueblo
colombiano pueda acceder a mejores oportunidades de empleo con
afiliación a la seguridad social. Para que pueda acceder
al emprendimiento. Para que haya en nuestro país mejor calidad
de vida para todos.
Hemos avanzado en seguridad, pero no lo suficiente. Por ejemplo,
todavía tenemos 17 mil asesinatos al año. Es mucho,
pero venimos de 35 mil. Hay que decirle al mundo: reconocemos lo
que nos falta, pero reconozcan lo que hemos hecho. Tuvimos años
de 3.500 secuestros, semestres de 1.700 secuestros. En lo que va
recorrido de este año se han dado 107 secuestros. Quisiéramos
decir: ni uno solo. Pero todavía nos golpea este flagelo.
Lo importante es que mientras estamos en este parque, los soldados
y los policías de la Patria, con abnegación, hijos
de nuestro pueblo, están en las montañas, en las
ciudades de Colombia, combatiendo a los terroristas, haciendo un
gran sacrificio para recuperarle a Colombia la ley, el orden, el
derecho de los colombianos de vivir en paz.
Estamos luchando por mejorar esta seguridad día a día.
Hemos avanzado mucho, pero todavía hay regiones con muchas
dificultades. Pueden decir ustedes a sus interlocutores de los
Estados Unidos que los colombianos, su Gobierno, su ciudadanía,
no negamos lo que falta, pero que tenemos toda la determinación
de lograrlo.
No perdemos un minuto, no lo perdemos. Ustedes son un ejemplo
por su laboriosidad. Nosotros tratamos de seguir la laboriosidad
de ustedes. ¡Cómo trabajan ustedes aquí, cómo
se esfuerzan! Son un ejemplo que mis compañeros de Gobierno
y yo queremos seguir.
En el país hay más confianza. Nosotros no queremos
un capitalismo de empresas grandes y burocráticas del Estado.
Tampoco un capitalismo de monopolios privados. Nosotros queremos
un capitalismo social, con muchas empresas grandes y muchas empresas
pequeñas. Y con grandes posibilidades de emprendimiento.
Hace semana y media una organización internacional monitora
de emprendimiento, certificó que Colombia es el segundo
país del mundo en su nivel de ingreso con más dinamismo
de emprendimiento en los últimos años. Eso bueno
para nuestro país.
El pueblo colombiano es emprendimiento, el pueblo colombiano es
energía, el pueblo colombiano es pasión, como dice
aquí en las camisetas de algunos de ustedes.
Las noticias malas llegan. Déjenme dar las buenas: hace
cuatro años a nuestro país llegaban 500 – 700
millones de dólares. De enero a junio de este año,
llegaron 4 billones 151 millones de dólares. Hace cuatro
años, por cada 100 pesos que producíamos, sólo
había 12 de inversión. Ahora hay 26.
Y estamos buscando la confianza inversionista con seguridad. Y
además diciéndole al mundo: nosotros damos en Colombia
todas las libertades para la inversión, con responsabilidad
social.
¿Qué es responsabilidad social? Responsabilidad
social es que los inversionistas tengan una relación transparente
con el Estado. Que no haya corrupción en la asignación
de contratos. Que no haya corrupción en la adjudicación
de las concesiones para extraer petróleo, para extraer carbón.
Que no haya corrupción en los contratos de obras públicas.
Que no haya corrupción en la relación de los inversionistas
con la tributación.
¿Qué es responsabilidad social? Que los inversionistas
sean solidarios con las comunidades. Ahora estamos empeñados
en que los inversionistas de carbón del Cesar resuelvan
los problemas ambientales. Porque no puede ser que mientras una
empresa extrae carbón, la comunidad que vive en esa región
tenga que inhalar polvillo, en perjuicio de su salud. El Gobierno
lo enfrenta todo, en un diálogo permanente con los colombianos.
Y problemas como esos, que son de falta de solidaridad con las
comunidades, los estamos resolviendo. Solidaridad de los inversionistas
con las comunidades.
¿Qué es responsabilidad social? Que las relaciones
laborales no se rijan por el odio de clases, que las relaciones
entre empleados y trabajadores no se rijan por el capitalismo salvaje,
que sean guiadas por los principios cristianos de la fraternidad.
Los principios cristianos de la fraternidad hacen parte de las
convicciones superiores de este Gobierno para regir las relaciones
laborales: inversión con responsabilidad social.
Si hay seguridad e inversión y el Estado elimina corrupción,
hay más recursos para la inversión social. Van de
la mano.
Compatriotas y ciudadanos de los Estados Unidos que nos albergan
en su territorio: en el 2010, cuando estemos celebrando 200 años
del Grito de Independencia, justo en tres años, en la víspera
del final de este Gobierno, pedimos a Dios que podamos decir: hemos
logrado plena cobertura en educación básica en Colombia,
hemos logrado plena cobertura en salud para los sectores pobre
de la patria, hemos logrado 34 por ciento de cobertura en universidad.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, cuando empezó nuestro
Gobierno, tenía 6 millones de usuarios. Hoy pasa de diez
millones. Vamos allegar a cuatro millones de jóvenes en
los restaurantes escolares. A millón y medio de niños,
menores de cinco años, recibiendo todos los días
un desayuno con nutrientes, fortificados. Cuando empezó nuestro
Gobierno en Colombia, se atendía a 60 mil ancianos. Hoy
atendemos a 600 mil y vamos a llegar a un millón con la
ayuda de Dios. Falta mucho, pero no pedemos un minuto en trabajar
por nuestra patria.
Miren: mi antecesor, el presidente Pastrana, empezó el
programa Familias en Acción. Yo lo recibí como un
programa transitorio, experimental, de 220 mil familias. ¿Saben
cuántas vamos a lograr en agosto? Millón y medio.
Familias pobres que reciben un subsidio para la nutrición
y educación de sus hijitos.
Esta semana visité el Putumayo, esa tierra tan bella que
se asociaba con coca y con violencia. Fue a un pueblito en la ribera
del río Putumayo, Puerto Caicedo, y me dijeron: “Nunca
nos imaginábamos que viéramos al Presidente de Colombia
aquí”. Efectivamente, la presencia de los grupos violentos
hace cuatro años, no nos habría permitido ir allá.
Y alguien me dijo muy amablemente: “Ya perdimos, Presidente,
la cuenta de las visitas que usted le ha hecho al departamento
del Putumayo”. Y les dije: “Primera vez que los encuentro
contentos”.
Y allá estamos erradicando droga. Manualmente hemos erradicado
9 mil hectáreas este año. Pero tenemos cinco mil
Familias Guardabosques y vamos a tener otras cinco mil. Familias
campesinas. Hemos hecho un acuerdo con ellas: no siembren coca,
no tumben la selva, tengan su área libre de coca, cuiden
la recuperación de la selva. Y el Estado le paga a cada
familia de esas un subsidio.
Colombia tiene hoy 50 mil Familias Guardabosques, pero necesitamos
llegar a 100 mil. Reconocemos todo lo que falta, pero pedimos que
la comunidad internacional nos reconozca lo que se ha hecho.
La gente del Putumayo hace cuatro años, hace tres años,
triste, aburrida, desconfiada, está hoy alegre y con confianza.
Hay 20 mil familias en el Putumayo en Familias en Acción.
Me comprometí que toda la frontera con el Ecuador quedará con
cobertura total de Familias en Acción. Y todo el Litoral
Pacífico, donde se presenta una gran concentración
de pobreza en nuestro país.
El crédito. Los sectores populares de Colombia se quejan,
con razón, de que para obtener crédito tienen que
depender de la gota de sangre, de la prendería, de la usura,
del pagadiario. ¿Qué hemos hecho con Banca de Oportunidades?
En el primer gobierno entregamos millón 800 mil créditos
a igual número de familias pobres de Colombia. En este segundo
gobierno la meta es cinco millones. Ya vamos en un millón
250 mil.
Y cuando voy, por ejemplo a ciudades como Valledupar, como Sincelejo,
la semana pasada en La Dorada, encuentro que la gente que recibe
estos créditos antes le estaba pagando tasas de interés
monstruosas al agiotismo, a la usura.
Excluir a la gente del crédito institucional es negar posibilidades
democráticas. Estamos empeñados en la tarea de que
Banca de Oportunidades les llegue a estos 5 millones de compatriotas.
Tenemos muchos atrasos. Uno ve en Buenaventura gran cantidad de
familias que viven en bajamar, en tugurios, hacinados. Pero dentro
de poco empezaremos a construir tres mil viviendas nuevas en Buenaventura,
dignas. Ya tenemos el dinero, producto de lo que le hemos decomisado
al narcotráfico.
El país no es un paraíso, pero los colombianos tienen
alma de paraíso. Y eso nos va a ayudar a salir adelante.
Ayúdennos a que se apruebe el TLC en Estados Unidos.
Nosotros le compramos maquinaria a Estados Unidos. En Colombia
no producimos sino 90 mil toneladas de trigo. El resto lo tenemos
que importar. Queremos que comprarlo en buena parte aquí sin
aranceles. En Colombia producimos un millón y medio de toneladas
de maíz, pero consumimos casi 4 millones. Queremos comprar
maíz de aquí sin aranceles.
Y queremos que compren nuestros productos, para que haya más
empleo, más afiliación a la seguridad social en Colombia.
Tenemos una gran posibilidad. A nosotros todavía nos sobra
mucha tierra que no está en bosque. El bosque no lo podemos
tocar. Es un pulmón de la humanidad. Nos sobra mucha tierra
que está en sabanas. En el Meta, en el Vichada, en el Casanare,
Arauca, parte del Guaviare, en el Caribe colombiano, en el Magdalena
Medio. Tierra donde podemos sembrar palma de aceite. Donde podemos
sembrar caña y otros productos, para producir alcohol para
mezclarle a la gasolina, biodiesel para mezclarle al diesel fósil.
Eso contribuye al medio ambiente. Eso ayuda a luchar contra el
calentamiento global. Eso genera empleo.
Díganle a Estados Unidos, al Congreso, lo siguiente: si
nosotros podemos generar empleo a través del TLC, eso ayuda
a que haya menos droga. Si hay menos droga, hay menos violencia.
Si hay menos violencia, hay más y más inversión,
más y más emprendimiento, más y más
empleo.
Y dicen: bueno, lo que pasa es que no podemos apoyar el TLC porque
en Colombia hay paramilitares y porque en Colombia matan a los
líderes sindicales.
¿Qué ha pasado con los líderes sindicales?
En Colombia asesinaban 256 al año, antes de que llegara
nuestro Gobierno. Siendo yo candidato a la Presidencia, en un Manifiesto
Democrático de 100 puntos, que algunos de ustedes lo conservan,
en el punto 27 (búsquenlo), dice: nuestra seguridad será democrática
para proteger a todos por igual, para proteger a los líderes
sindicales contra el asesinato y para proteger a los empresarios
contra el secuestro.
Desde el primer día de Gobierno nos hemos propuesto protegerlos
a todos, sin distingos políticos. Bajamos ese asesinato.
Este año van seis sindicalistas. Todos asesinados, ha dicho
la justicia, por razones distintas a su actividad sindical.
Son 800 mil, un millón en un país donde todavía
hay 17 mil asesinatos de personas. Estamos luchando por protegerlos.
El Gobierno nuestro tiene hoy seis mil ciudadanos en protección
directa, 1.500 de ellos líderes sindicales. Eso cuesta casi
40 millones de dólares al año.
Y hemos reformado la justicia. La estamos fortaleciendo para evitar
la impunidad. Ya este año, gracias a la reforma de la justicia,
se han producido 48 sentencias que condenan a 78 personas por asesinatos
contra trabajadores.
Nos falta, no hemos llegado a cero, pero vamos mejorando.
El paramilitarismo. ¿Por qué se creo? Porque el
país estuvo azotado por la guerrilla muchos años
y a los ciudadanos no los protegía nadie. Y surgió una
reacción, igualmente criminal que la guerrilla: los paramilitares.
Lo que he dicho es: ¿entonces por paramilitarismo van a
castigar al Gobierno que lo ha desmontado? Yo encontré la
tercera parte del país controlada directa o indirectamente
por paramilitares o guerrilla. Y las otras dos terceras afectadas
por guerrilla y paramilitares.
Eran 60 mil terroristas cuando empezó nuestro Gobierno.
Hemos desmovilizado 43 mil. La mayoría de los líderes
paramilitares están en la cárcel. Van a tener sentencia
reducida, sí. Pero no es un proceso de paz como los del
pasado, que les permitía ir del monte al Congreso.
Ahora tienen cárcel, porque el proceso tiene que tener
justicia. Ahora tienen que entregar los bienes para poder indemnizar,
para poder reparar a las víctimas. Ahora tienen que decir
la verdad.
La parapolítica. La inmensa mayoría de los casos
de parapolítica es anterior a mi Gobierno. Lo que pasa es
que las denuncian se han hecho ahora, en un país que ha
perdido el temor a denunciar, gracias a que la Seguridad Democrática
le ha devuelto confianza a nuestra gente.
Y hemos apoyado a la justicia. Y nada está tapado, nada
es clandestino. Todo lo que ocurre en nuestro país está transparentemente
puesto a los ojos del mundo.
Hace dos días, cuando instalé el Congreso, dije:
en Colombia no debemos hablar más de paramilitares. No hay
paramilitares. ¿Por qué? Están en la cárcel
unos, la mayoría de los líderes. Desmovilizados,
otros. Han reincidido más o menos tres mil. Pero los estamos
combatiendo con toda la firmeza del Estado.
Hoy no hay organizaciones de criminales combatiendo a la guerrilla. ¿Qué era
paramilitarismo? Era una organización criminal privada que
combatía a la guerrilla. Eso se ha superado en Colombia.
Hoy la única institución que combate a la guerrilla
es la Fuerza Pública. Recuperamos lo que nunca debimos perder:
el monopolio del Estado para enfrentar a los terroristas.
Cuando nosotros decimos: no hay paramilitares para enfrentar a
la guerrilla, solamente la enfrenta el Estado, tenemos autoridad
moral para decirles a los colombianos: vamos por buen camino, a
pesar de las dificultades. Y para decirle a la comunidad internacional:
apoyen y confíen en nuestra democracia.
El 18 de junio fueron asesinados 11 diputados del Valle del Cauca. ¿Quién
los asesinó? El grupo terrorista de las Farc. Hoy es 22
de julio. ¿Por qué no entregan los cadáveres?
Porque esos bandidos son criminales y mentirosos. Porque saben
que mientras más demoren los cadáveres, más
difícil será para los médicos forenses que
realicen la autopsia, definir exactamente la modalidad del crimen.
Los mataron y ahora quieren estos bandidos esconder su responsabilidad.
Pero el pueblo colombiano los conoce.
Hemos pedido a la OEA y a la Cruz Roja Internacional interceder
para recuperar los cadáveres, y estamos dispuestos a crear
una comisión internacional que practique la autopsia, el
examen forense, con nuestra Fiscalía, para que haya plena
confianza en la comunidad internacional y en la comunidad y en
la comunidad nacional sobre ese veredicto.
Compatriotas y ciudadanos de los Estados Unidos, que son nuestros
anfitriones: nuestra Fuerza Pública es muy abnegada. Se
le apoyaba poco. Cuando veo aquí al Sheriff, me siendo muy
orgulloso porque en Colombia hoy apoyamos de todo corazón
a nuestros soldados y policías.
Este es el Gobierno de apoyo a la Fuerza Pública. Porque
en la medida en que tengamos una Fuerza Pública fuerte y
eficaz, vamos a tener una nación sin paramilitares, sin
guerrilla, una nación sin corrupción y una nación
sin terrorismo. Es lo que estamos buscando.
¿Saben por qué dije hace dos días en el Congreso,
por qué di otra razón para afirmar que en Colombia
ya no se debe hablar de paramilitares? Porque hay una Fuerza Pública
hoy más fuerte y transparente.
En el pasado se habló con frecuencia de vinculaciones individuales,
nunca institucionales, de miembros de la Fuerza Pública
con grupos criminales. Esto se ha superado enormemente. Qué bueno
poderlo decir.
Cuando regrese esta tarde a Colombia, le pediré a Dios
toda la energía para trabajar estos tres años de
gobierno al ritmo que ustedes trabajan. Agradezco inmensamente
a ustedes que sacrifiquen en domingo para tener esta alegre expresión
de Patria.
Aquí tenemos una Embajadora ante los Estados Unidos, la
doctora Carolina Barco; una Embajadora ante la ONU, la doctora
Claudia Blum; un Embajador ante la OEA, el doctor Camilo Ospina,
y dos millones de embajadores ante el Pueblo y el Congreso de los
Estados Unidos: los dos millones de colombianos que viven en este
país.
Nuestros paradigmas no son los narcotraficantes. Ni esos bandidos
de las Farc ni los paramilitares. Nuestros paradigmas son Tomás
Padilla, Jorge Meneses, los colombianos que han logrado la confianza
de la democracia de esta gran democracia del norte, como el ex
presidente Alberto Lleras solía referirse a los Estados
Unidos.
Compatriotas: vamos a trabajar con todo el afecto, a entregar
hasta la última de nuestras energías, para que las
nuevas generaciones de colombianos puedan vivir felices en el suelo
de la Patria. Para que quienes quieran salir de Colombia, salgan
de la Patria por libertad, por el deseo de buscar una oportunidad,
pero nunca forzados por el terrorismo, nunca forzados por la falta
de oportunidades.
Nuestra gratitud a los Estados Unidos, nuestro respeto. Increíble:
en un parque de los Estados Unidos, celebrando el 20 de Julio.
Admiramos esta democracia.
El año entrante, con la ayuda de Dios, el 20 de Julio en
la Patria tendrá conciertos y alboradas en toda Colombia.
Nos vamos a proponer desde ya a construir un bello malecón
en Leticia sobre el río Amazonas, para que lo podamos inaugurar
el 20 de Julio del año entrante. Y así como hace
dos días estuvimos felices celebrando el 20 de Julio en
San Andrés y Providencia, que Dios nos dé vida y
salud para celebrar el 20 de Julio de 2008 en Leticia, en todos
los rincones de Colombia y en países hospitalarios de nuestro
pueblo, como los Estados Unidos, que los alberga a ustedes.
Por la felicidad de las nuevas generaciones de colombianos, un
saludo lleno de afecto a ustedes, apreciados compatriotas”. |