PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN GRADUACIÓN DE PERIODISTAS DEL DIPLOMADO
SOBRE ECONOMÍA SOCIAL
Medellín, 24 jul (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez durante el acto
de graduación de periodistas del diplomado de economía
social, organizado por el Club de la Prensa, patrocinado por Comfama
e impartido por la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB).
“Me honra muchísimo acudir nuevamente a este compromiso.
Es ya el tercero al cual asisto. Este enorme esfuerzo que ustedes
realizan año tras año para avanzar en el conocimiento.
El mundo de hoy exige estudiar todos los días. Cuando Mao
Tse Tung tenía 84 años, estaba estudiando inglés.
Dicen los chinos que el hombre empieza a morir el día que
deja de estudiar. Para nosotros los seres humanos, el único
nivel de ciencia posible es el relativo. Y a él solamente
podemos acceder un poquito todos los días si hacemos el
esfuerzo de estudiar todos los días.
Quiero felicitar muy de verdad a Humberto López López
por esta tarea. Por la promoción de este esfuerzo y por
su ejemplo personal. Nos honra a los antioqueños. Quiero
felicitar a la doctora María Inés Restrepo de Arango
por ese entusiasmo social en la conducción cotidiana de
Comfama, confundida con Antioquia, con la compensación familiar
en el país. Y a la Universidad Pontificia Bolivariana. A
monseñor Luis Fernando Rodríguez por la vinculación
a esta tarea. A ustedes, apreciados graduandos. A sus familias.
Cuando veo las posibilidades y las dificultades de Colombia, digo:
sí, Colombia tiene mucha posibilidad, porque el 85 por ciento
del territorio no se ha explorado para minería. Tiene apenas
el 15 por ciento explorado. El 85 por ciento no se ha examinado.
Cuando digo: Colombia tiene mucha posibilidad porque tiene 44
millones de hectáreas de pastos y sabanas donde se puede
hacer un gran desarrollo de biocombustibles, a lo cual ayudan las
horas de sol, el clima, la localización geográfica,
para contribuirle al empleo agrícola, para contribuirle
como alternativa al agotamiento del petróleo, para contribuir
en las estrategias contra el calentamiento global; cuando pienso
que Colombia tiene todas las posibilidades en la industria cinematográfica,
en la industria de los computadores; cuando vemos que Colombia
en cuatro años pasó de 4 millones de celulares a
30 millones y que en estos cuatro años puede lograr un gran
desatraso en conectividad y en fibra ancha, digo: sí, muy
importantes las posibilidades de Colombia. Pero la más importante
es su gente. La laboriosidad de su gente. La disciplina de su gente.
Y ustedes son un ejemplo de ello. Los admiro mucho: trabajar de
sol a sol en su batalla periodística. Muchas veces con todas
las incomprensiones, con todas las dificultades, con toda la sub-remuneración.
En ocasiones luchando por la afiliación a la seguridad social,
y madrugar con tenacidad los sábados a formarse, a cumplir
con los deberes de este diplomado. Eso dice muy bien de todos ustedes
y nos da un ejemplo para trabajar con toda la disciplina por la
patria colombiana.
Las palabras que conforman el vocablo “economía social” son
indisolubles, inseparables. La economía, ese manejo científico
de todos los elementos que concurren a la producción, es
un medio. El fin es el social, que es la superación de la
pobreza, la construcción de equidad, la creación
continua de bienestar.
Donde quiera que miremos los elementos que constituyen el modelo
de un país, la economía social aparece como un imperativo.
Miro, por ejemplo, el modelo que estamos impulsando en Colombia
como concepción de Estado: ni desmontar el Estado ni estatismo.
Reformar el Estado, sin desmontarlo. Ahí aparece la necesidad
de la economía social. Toda reforma de empresas del Estado
es una reforma que debe mejorar el producto económico y
al mismo tiempo tener mejor impacto en el tejido social.
Nosotros reformamos a Telecom. Tiene que ser para mejorar el producto
económico de las telecomunicaciones y para tener mejor impacto
en el tejido social. La reformamos. Entonces tiene que producir
más seguridad para pagarles a los pensionados, más
seguridad para pagarles a los trabajadores. Tiene que producir
un resultado económico de ahorro para las finanzas públicas.
Tiene que producir una posibilidad social. Disponer de los recursos
para conectar escuelas, para conectar hospitales, para conectar
bibliotecas, etcétera. Si nosotros reformamos a Ecopetrol,
tiene que producir semejantes resultados en su área.
Cuando hablamos, por ejemplo, de que nos oponemos al estatismo,
pero exigimos que las libertades que nuestro país da a la
inversión tengan como reciprocidad la responsabilidad social,
aparece la economía social. La razón de ser de la
inversión es poder crecer la oferta de bienes y servicios,
como medio para resolver problemas de superación de pobreza,
de construcción de equidad.
Cuando hablamos que esa libertad de inversión que caracteriza
el modelo colombiano, por oposición al estatismo de muchos
países de América Latina, que tiene que estar sustentada
en la responsabilidad social, hablamos de economía social.
Responsabilidad social reflejada, primero, en la transparencia
de la relación entre las empresas y el Estado. Transparencia
en la adjudicación de contratos, transparencia en la adjudicación
de concesiones, transparencia en la solución de disputas,
transparencia en la tributación.
Responsabilidad social reflejada en la solidaridad de las empresas
con las comunidades vecinas. El ejemplo que he venido repitiendo:
no puede ser que el crecimiento de la extracción de carbón
contribuya a que pasen por una población del Cesar 700 volquetas
al día, con un gran tonelaje de carbón, por la callecita
del medio de ese poblado y que no se pavimente por los usuarios
de esa mina. Y que entonces esos habitantes tengan que respirar
el tierrero levantado por esas volquetas. Responsabilidad social:
economía social.
Cuando hablamos de responsabilidad social, hablamos de las relaciones
laborales. Economía social. En nuestro concepto no pueden
ser relaciones de capitalismo clásico. Tampoco pueden ser
de odio de clases. Deben ser de fraternidad cristiana.
Y empezamos a ver la discusión en América Latina:
que izquierda o derecha. Discusión que veo revaluada por
la historia. Que veo rezagada, obsoleta y polarizante. Que la hemos
querido sustituir por un modelo de democracia en perfeccionamiento
con cinco elementos: seguridad democrática, respeto a las
libertades, construcción de cohesión social, transparencia,
respeto a la independencia relativa de las ramas que conforman
el Estado para evitar desbordamientos. Ahí aparece la economía
social. En la construcción de cohesión social.
Y cuando hablamos, por ejemplo en el caso de nuestro Gobierno,
de los tres objetivos principales de nuestro Gobierno: consolidación
de la seguridad democrática, consolidación de la
confianza inversionista y cumplimiento de las metas sociales, ahí necesariamente
de nuevo ligamos la economía con el tema social. Son inseparables.
He pensado que hacen bien ustedes en este esfuerzo. Esta mañana,
reunido con los comunicadores de los diferentes Ministerios, les
decía: el comunicador es quien más tiene que estudiar.
Si usted es comunicadora del Ministerio de Comunicaciones, usted
es la que más tiene que estudiar cómo operan las
empresas de comunicaciones, qué esta pasando en sistematización
en el mundo. No puede hacer solamente reporterismo. Tiene que profundizar
en el tema.
Si usted es comunicador del Ministerio de Educación, tiene
que conocer a fondo la política educativa, sus objetivos,
sus instrumentos, sus metas parciales. Si usted es comunicador
del Ministerio de Obras Públicas tiene que conocer a fondo
qué está haciendo el Gobierno en esa materia, dónde
hay avances, dónde hay retrocesos, cuáles son los
retos, cuáles son las barreras. Si usted es comunicador
del Ministerio del Interior, Viceministerio de Justicia, tiene
que conocer a cabalidad las leyes, tiene que conocer a cabalidad
la Ley de Justicia y Paz y el proceso con los paramilitares, etcétera.
El mundo moderno ha rebasado el reporterismo. Exige que los comunicadores
estudien profundamente para poder cumplirle bien a la función
social de esa tarea en nuestra comunidad.
Y como veo que ustedes han hecho un esfuerzo en economía
social y es el tema que todos los días se discute en el
Gobierno, déjenme aprovechar algunos minutos para responder
algunas preguntas de ustedes, inquietudes que les haya dejado este
diplomado, que, al escuchar a Diana Marcela, veo que son muchísimas.
Al reiterarles toda mi felicitación, les ofrezco entonces
la palabra. El doctor Humberto López nos ayuda para recoger
algunas inquietudes de ustedes”.
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