PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE VÉLEZ DURANTE LOS 184 AÑOS DE
LA ARMADA NACIONAL
Coveñas (Sucre), 27 jul. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe
Vélez durante la conmemoración de los 184 años
de la Armada Nacional, y la ceremonia de activación de la
Patrullera Fluvial ARC ‘Juan Fernando Oyola’ y del
Buque oceanográfico ARC ‘Gorgona’, desde el
municipio de Coveñas en el departamento de Sucre.
“Compatriotas todos:
Nos reunimos hoy en esta base de Coveñas, aquí en
el Golfo de Morrosquillo, que en su mayor parte esta comprendido
por jurisdicción de Sucre, y en alguna parte de jurisdicción
de Córdoba, para celebrar el Día de la Armada. De
la Armada que tanto apreciamos los colombianos en la formación
institucional de la Nación. De la Armada a la cual le agradecemos
inmensamente su proceso de mejoramiento para recuperar totalmente
la tranquilidad de la Nación.
Esta mañana presenciamos aquí el inicio de navegación
de la embarcación Gorgona y de la Patrullera fluvial con
el nombre del Teniente Oyola. Ambas que han salido de la fábrica
de la Armada, de Cotecmark, fábrica astillero que ha hecho
un progreso enorme, que debe llenar de orgullo a los colombianos.
Por lo cual tenemos que felicitar al señor Ministro de la
Defensa, al Señor General Freddy Padilla, al señor
Almirante Barrera Hurtado, Comandante de la Armada y a todos los
integrantes de la Armada. Da gusto observar el progreso del Astillero
de la Armada.
Miren compatriotas, estuvimos a bordo de la embarcación
de la Patrullera fluvial Teniente Oyola. ¿Esa patrullera
porque lleva el nombre del teniente Oyola? Porque fue asesinado
cuando cumplía en los Llanos Orientales una labor contra
el terrorismo del paramilitarismo. Tenía 22 años, ¡Que
ejemplo de valor!.
Esta mañana saludamos a su señora madre, a bordo
de la patrullera. Allí quedará para toda la vida
el nombre de éste joven colombiano, quien se convierte en
una referencia de valor civil y de heroísmo al servicio
de la Patria.
Esta embarcación empezó a construirse hace un año.
Dios nos permitió estar en las instalaciones en Cartagena,
en las instalaciones del Astillero y se cumplió rigurosamente
el cronograma. Miren los avances.
Si la hubiéramos comprado en el extranjero, habría
podido costarnos entre 32 mil y 50 mil millones. La fabricamos
en la Armada, en Cartagena. Nos costó 18 mil millones. Yo
creo que estos son unos resultados excelentes de la Armada.
También asistimos a la partida hacia el Pacífico
de la embarcación Gorgona. Había llegado al país
en 1956. Se le hizo ahora una remodelación total. Es una
embarcación científica, de investigación oceanográfica.
Esa reparación costó 14 mil millones, si la hubiéramos
tenido que mandar al extranjero, como en el pasado, nos hubiera
costado alrededor de 30 mil millones.
Que gran progreso el de la Armada. La Armada tiene la tarea de
contribuir a que rápidamente derrotemos todos los grupos
terroristas, de ser la talanquera del narcotráfico en el
Pacífico y en el Caribe y en los ríos de Colombia.
Y tiene la tarea de convertirse en una gran empresa de investigación
que sea orgullo de los colombianos, que sea proveedora de servicios
de embarcaciones, astillero de reparación al sector privado
y a la comunidad internacional.
Con reducción de costos, con mejoramiento de tecnología,
estas actividades industriales de la Armada son muy promisorias
para darle oportunidades a la juventud inquieta, investigadora
de la Patria. Para darle oportunidades al proceso de recuperación
de la seguridad.
Cuánto va ayudar esa embarcación, Teniente Olaya,
en el Pacífico Sur. Cuanto va ayudar en el Pacífico,
la embarcación Gorgona. Cuanto va ayudar que la Armada pueda
ofrecerle al sector privado naviero, a los pescadores de Colombia,
mejores servicios a más cómodos costos en su Astillero.
Y cuanto va ha ayudar a las finanzas y a la ciencia del país,
que la Armada empiece a vender embarcaciones y servicios a la comunidad
internacional.
Y hemos asistido a la activación del Batallón de
Asalto Fluvial de Infantería de Marina número 4.
Hoy mismo sale para el Pacífico, conformado por 390 hombres,
11 oficiales, 46 suboficiales, 330 infantes de marina profesionales,
formados en áreas tácticas terrestres, formados en
toda la actividad de transporte aéreo fluvial y marítima.
Entrenados durante cuatro meses en ésta base de entrenamiento.
Operará en Bahía Solano – Nuquí, en
la Serranía del Baudó, Lo espera el pacífico
con ansiedad, para derrotar los grupos terroristas que aún
persisten en el Pacífico y para derrotar totalmente el narcotráfico.
Con el entusiasmo con que hoy lo hemos activado, iremos al pacífico
a constatar sus muy positivos resultados.
Y nos hemos reunido en este día de la Armada, en esta base
de Coveñas que honra al país, para condecorar con
la Medalla al Mérito Militar Antonio Nariño en el
grado de Gran Cruz, al Almirante David Rene Moreno Moreno.
En el grado de Gran Oficial a los Vicealmirantes Edgar Celis y
Jaime Alberto Parra, Álvaro Echandía.
En el grado de Comendador, al Coronel de Infantería de
Marina, Pedro Corrales Larrarte.
En el grado de Caballero, al Sargento Primero de Infantería
de Marina, Julián Guerra Calderón.
Nos hemos reunido para imponer la condecoración del Mérito
Naval Almirante Padilla, en el grado de Gran Cruz a los Generales
Freddy Padilla de León, Jorge Ballesteros Rodriguez. Al
Almirante David Rene Moreno y al General Fernando Soler Torres.
En el grado de oficial, se ha impuesto la condecoración
Almirante Padilla, a los brigadieres generales Carlos Eduardo Ávila,
José Javier Pérez y Luis Alejandro Parra. A los contralmirantes
Jairo Peña y Hugo de Jesús García de Vivero.
Y hemos impuesto la condecoración Almirante Padilla en el
grado de Gran Oficial a Monseñor Jorge Enrique Jiménez
Carvajal, Arzobispo de Cartagena, y a Monseñor Nel Beltrán
Santamaría, Obispo de Sincelejo.
Muchas gracias ilustres monseñores, Jorge Enrique Jiménez
y Nel Beltrán, por servicio que desde el apostolado, desde
el magisterio de la iglesia han prestado al proceso de recuperación
institucional de la Nación.
La misma condecoración en el grado de comendador, al coronel
Juan David Barragán Arango, en el grado de Oficial, al mayor
de Infantería Adolfo Enrique Hernández, al mayor
Ricardo Hernán Cortes, al teniente de navío Javier
Hernández Rubio.
En la categoría Caballero, al teniente de infantería
Gustavo Liévano Granobles, al teniente de infantería
Custodio García Díaz, a los suboficiales Jesús
Madrid Ugarte, David Enrique Jambos Sabogal, a los primeros sargentos
Juan Antonio Zambrano y Jesús María Cortina. En la
categoría de compañero, a los Sargentos viceprimeros
Roberto Elles Padilla y Mario Mauricio Martínez Hernández.
A los suboficiales primeros Jhony Vásquez Romero, Antonio
Padilla Martínez, Dimar Rodríguez Rodríguez,
al suboficial segundo Pedro Miguel Albanez, al adjunto mayor, Alma
Teresa González y al adjunto especial Enith Pereira Pedroza.
A estas dos mujeres de la patria, que han servido en la Armada
por más de 20 años, una oriunda de esta tierra, otra
del Archipiélago, les damos un aplauso desde el alma, porque
han representado muy bien a la mujer colombiana en la Armada.
Me he emocionado mucho, imponer la condecoración por servicios
distinguidos en orden público por primera vez, al subteniente
Miguel Alberto Tarazona y al sargento segundo Alejandro Antonio
Restrepo Zapata.
Como han contribuido para desmantelar el terrorismo en los Montes
de María, en Sucre y en Bolívar. Cuando con emoción
de patria imponía sobre su pecho esas medallas les decía:
en la juventud de ustedes, reposa la justa ambición de la
patria de liberar esa zona totalmente de terroristas, tenemos toda
la ilusión de que lo van a lograr.
Y sentí inmensa emoción al imponer la medalla al
valor por primera vez al Teniente de Corbeta Jorge Alonso García,
al suboficial primero Ever Enrique Narváez, al marinero
primero Marcial Aurelio Freyle Cantillo y al cabo tercero Roberto
Luis Baena Barrios.
Todos los jóvenes de la Armada tienen hoy un futuro promisorio
en la institución, tienen por supuesto una exposición
al riesgo, pero también una posibilidad de desarrollo físico,
intelectual, espiritual, una posibilidad de acrecer en conocimiento
científico, y están bien dirigidos y bien apoyados.
Están apoyados por el pueblo colombiano que en buena hora
ha entendido que el país no podía seguir invadido
por terroristas sino que tenía que recuperar la institucionalidad
democrática.
Están dirigidos por unos comandantes de las fuerzas, con
toda la integridad moral y con toda la devoción de patria
y por un Ministro, que estuvo en la Armada de Colombia, y que sirve
como Ministro de Defensa con la misma ilusión patriótica
de su primera juventud, cuando estuvo en las filas de la Armada.
Que bueno registrar que todos estos jóvenes le prestan
ese gran servicio a Colombia, y mientras los veía en esta
parada de la Armada pensaba en otros jóvenes colombianos,
en los jóvenes que fueron engañados por Manuel Marulanda,
por el otro compinche criminal de él, el Jorge Briceño,
a quien le dicen el Mono Jojoy, y por toda esa recua de bandidos
de las FARC.
Y pensaba en otros jóvenes, los que fueron engañados
por los bandidos del paramilitarismo. Que diferencia. Aquí los
jóvenes de la Armada bien dirigidos, bien soportados, con
un futuro de servicio a la patria, y una posibilidad promisoria
de realización científica, intelectual, física,
espiritual, y tantos jóvenes colombianos engañados
por el terrorismo. Los vamos a rescatar.
Hemos desmovilizado 43 mil integrantes de los grupos terroristas
en este Gobierno. Los responsables de delitos atroces están
en las cárceles, a aquellos que estaban engañados,
que pertenecían a los grupos, 31 mil paramilitares, 10 mil
guerrilleros, están en el proceso de reinserción,
con toda la generosidad de la Nación. Los vamos a rescatar.
Pedimos a todos esos jóvenes que están engañados
por guerrilla o por grupos criminales, que deserten de esos grupos,
que se reintegren a la vida constitucional de la Nación;
que aquí, hay unos jóvenes que están marcando
un contraste, un camino promisorio para la Patria.
Pensando en todos esos jóvenes reafirmaba ahora mi idea
de pedirle al Congreso de Colombia, al pueblo, a las instituciones
que conforman nuestro Estado de derecho, un tratamiento igual a
guerrilla y paramilitares. No puede ser que se diga que a los guerrilleros
hay que darles el tratamiento benigno del delito político,
porque han tenido entre sus objetivos el derrocamiento del Estado,
y a los paramilitares negárselo. Son igualitos.
Ambos han violado el ordenamiento jurídico, que es el Estado
mismo. Los unos, los guerrilleros, violan el ordenamiento jurídico
y maltratan el Estado con la idea de sustituirlo. Los otros, los
paramilitares, han violado el ordenamiento jurídico, y por
ende, maltratan el Estado, que es inseparable del ordenamiento
jurídico, con la idea de apoyarlo.
Ambos han quebrantado la institucionalidad colombiana. Por culpa
de los gobiernos, del Estado, que dejó durante tantos años
que creciera sin límites la guerrilla, y que permitió que
prosperara la reacción paramilitar y la atrocidad de unos
y otros contra el pueblo colombiano.
Son igualitos. Uno no puede sobre el cadáver de un compatriota,
mutilado y torturado, entrar a decir que el delito es distinto
si lo cometió la guerrilla o si lo cometió el paramilitarismo.
El impacto sobre la víctima, sobre su familia, sobre la
sociedad, es el mismo.
Angustiado en estos días por la necesidad de una respuesta
jurídica a la sentencia de nuestra Corte Suprema para poder
resolver el problema de 18 mil desmovilizados paramilitares, no
incursos en delitos atroces. Los de delitos atroces están
en la cárcel.
De 18 mil que falta por resolverle la situación jurídica,
a quienes se les venía entregando el indulto, me he preguntado:”¿qué diferencia
tienen esos 18 mil muchachos, hijos de los sectores populares de
la patria, del campesinado, engañados, frustrados por falta
de oportunidades; qué diferencia tienen de los muchachos
que han desertado de la guerrilla? Idénticos, hijos del
pueblo colombiano, llevados a caminos equivocados por los líderes
del terrorismo que los engañaron.
Quizás lo sintieron, que el orden jurídico social
de la nación les ofreciera oportunidades en su momento.
Igualitos. ¿Por qué se les va a dar tratamiento diferente?
Con el Congreso, con el pueblo, con las instituciones democráticas,
vamos a buscar el mayor nivel de consenso para poder tramitar una
ley que nos permita resolver este impasse jurídico.
Es que este proceso de paz no es un proceso de paz del Presidente,
es un proceso de paz del Estado. Y si bien todas las instituciones
del Estado son independientes, esencia de nuestra construcción
gubernamental de Estado de derecho, esa independencia es relativa,
porque todas están limitadas por la ley, por la constitución,
todas empezando por la Presidencia de la República están
limitadas en la búsqueda de los intereses superiores del
Estado, de los bienes superiores del pueblo. Y todas están
obligadas a colaborar armónicamente, cuando se trata de
defender los intereses superiores del Estado, cuando se trata de
defender los bienes superiores del pueblo.
¿Acaso no es un interés superior del Estado haber
desmovilizado 43 mil integrantes de grupos terroristas? ¿Acaso
no es un bien superior para nuestro pueblo la reducción
de la violencia que se ha venido dando en el país, con la
desmovilización de estas 43 mil personas?
Eso ha sido un proceso del Estado. Nació de la voluntad
del pueblo, que apoyo en la Seguridad Democrática sin vacilación
en la elección presidencial de 2002, lo continuó la
férrea voluntad de la Fuerza Pública, que aquel día
empezó a combatir con la severidad con que nunca se había
hecho a la guerrilla, porque sintió que había voluntad
política en el timón del Gobierno, y aquel día
el Gobierno dio la orden que nunca se había dado, de combatir
con igual fiereza al paramilitarismo.
Y entonces, cuando se sintió que la cosa era en serio,
ahí sí tomaron terroristas: los unos, la decisión
de negociar y los otros la decisión de empezar a desertar.
43 mil desmovilizados.
Y esto se ha regido por una Ley que el Congreso no aprobó en
el mismo texto en que la presentó el Gobierno, le introdujo
modificaciones inspiradas en un gran debate nacional, en contribuciones
con la comunidad internacional. Y ahí pasó por el
poder Constitucional Corte, por ende este es un proceso social
del Estado , este es un proceso que -si bien- ha debido ser dirigido
por el Presidente de la República en quien la ley asigna
esa competencia, es un proceso del Estado para los intereses superiores
del Estado y para los bienes superiores del pueblo.
Por eso en ese proceso tienen que colaborar todas las ramas del
Estado, y por eso vamos a buscar una solución jurídica,
por que qué tal que dejemos en el limbo, que tal que la única
solución sea llevar estos 18 mil integrantes de los paramilitares
desmovilizados a la cárcel, por que se les desconoce que
cometieron delito político. Eso seria un gran fracaso.
Que tal que el Presidente les tenga que decir, muchachos este
proceso de paz se hizo público, este proceso de paz no tiene
nada escondido, se hizo de cara al pueblo. Siempre protegidos por
la constitución, pero resulta que como ustedes son paramilitares
tienen que ir a la cárcel, si fueran guerrilleros no tendrían
que ir a la cárcel y podrían aspirar ya al Congreso
y a la Presidencia de la Republica.
Ese tratamiento no puede seguir. Todos igualitos o nada. No puede
ser –entonces- que los unos asesinen y salgan del asesinato
al Congreso y a la Presidencia, llenos de apoyo y que se les cambie
la sanción por el aplauso, y a los otros, aún sin
haber incurrido en delitos atroces, no se les permita una segunda
oportunidad.
Hoy le repito a mis compatriotas desde Coveñas (Suvre)
lo mismo que vengo diciendo desde 1.995 cuando asumí la
Gobernación de Antioquia. El país tiene que darles
el mismo tratamiento. Qué tal –entonces- cuando venga
el proceso de paz con las FARC y el ELN, que habrá que darse.
Y la fortaleza del pueblo se mantiene y el Gobierno no es ambiguo
en la Seguridad Democrática, con el heroísmo de los
soldados de los policías de los infantes, de toda la Fuerza,
ablandaremos a todos esos bandidos y terminaran negociando.
Pero no puede ser que a ellos se les aplique un parámetro
diferente a los que se vienen aplicando ahora. Para eso se tiene
que preparar el país, por que si les van a aplicar una ley
más benigna, los que se han sometido a la ley ahora van
a pedir que a ellos se les extienda por principio de favoravilidad
esa normatividad.
Estamos en un problema, pero enfrentado ese problema con patriotismo,
con honradez de cara al pueblo, en deliberación democrática,
no encerrados en componendas dentro de cuatro paredes en Bogotá,
sino en todas las esquinas, en las calles colombianas, con el Congreso
de la República y las instituciones vamos a encontrar una
salida jurídica para que esos 18 mil compatriotas puedan
reintegrarse a la sociedad colombiana.
Para que en lugar que tenerlos que maltratar e incumplirles con
el proceso, los podamos reinsertar y esos jóvenes tengan
una oportunidad segunda sobre el noble suelo de Colombia.
Y he advertido que ese beneficio no lo estamos reiterando para
los que están en Itaguí, esos están por fuera,
esos son responsables de delitos atroces, a esos si se les aplica
otra normatividad, tampoco estamos en nuestro reclamo incluyendo
a los servidores públicos, ni a los unos ni a los otros.
Es un reclamo solamente para dar tratamiento igual a la guerrilla
a los 18 mil integrantes de los grupos paramilitares no responsables
de delitos atroces, a quienes se les venia dando el tratamiento
del indulto, de la cesación de la acción penal, lo
que queda ahora en entredicho después de esta sentencia
de la Corte Suprema.
Y además es muy importante considerar que así como
el Estado con la responsabilidad principal del ejecutivo tiene
que hacer cumplir el proceso de paz, las instituciones tienen que
cumplirlo en nombre del Estado.
Nosotros lo hemos hecho cumplir. Bajo mi responsabilidad se tomó la
decisión de trasladarlos a la cárcel de la Ceja,
para hacer cumplir el proceso. Bajo mi responsabilidad se tomó la
segunda decisión de llevarlos a Itaguí, para hacer
cumplir el proceso.
He dicho al país con claridad, que los que reincidan si
tienen suspendido el envió de extradición se les
hará efectivo, y si no tienen extradición se someterán
de todas maneras a la ley ordinaria y perderán los beneficios.
Hemos hecho cumplir el proceso. Han reincidido aproximadamente
tres mil la Fuerza Pública los persigue con toda determinación,
de esos tres mil aproximadamente mil están en la cárcel,
y casi 500 han sido dados de baja.
Pero así como tenemos toda la determinación probada
a lo largo de esta administración para hacer cumplir el
proceso, el Estado también lo tiene que cumplir.
Y quiero decirles a los colombianos desde Coveñas que no
hablemos más de paramilitarismo en el país. ¿A
qué se refería la palabra paramilitar? A grupos de
delincuencia privada conformados para combatir a la guerrilla.
Hoy no hay grupos de delincuencia privada combatiendo a la guerrilla.
Hemos recuperado lo que nunca debimos perder: el monopolio de la
fuerza del Estado para combatir a los criminales.
En el pasado se toleraba socarronamente que grupos de criminales
combatieran otros criminales. Ahora no. Por donde quieran que ustedes
recorran el país encuentran que la única institución
que esta combatiendo la guerrilla es la institución armada
constitucional de la Nación.
Eso es un gran proceso, eso significa una gran recuperación.
Los fugitivos, aquellos que han reincidido, no están hoy
combatiendo la guerrilla, están dedicados a la extorsión,
están dedicados al secuestro, están dedicados al
narcotráfico.
Este cambio bien importante para el país, de haber logrado
que solamente la institución ejerza lo que le corresponde
el poder monopólico de combatir a los terroristas, de combatir
a los criminales, es un cambio que da autoridad moral para pedir
que sigamos sin retrocesos el curso de la Seguridad Democrática,
de la justicia, el curso de la paz, el curso del proceso en que
estamos empeñados.
Quiero referirme a nuestros muertos, a los diputados del Valle
del Cauca asesinados por las FARC.
Estos criminales de las FARC tras criminales y bufones son mentirosos.
Todos los días engañan con comunicados, asesinan
y posan de señorones. Afortunadamente el país no
les cree, porque el país perdona cuando hay arrepentimiento,
pero hoy el país condena cuando hay persistencia en el delito.
Todos los días sacan disculpas para no entregar los cadáveres.
Según su propia confesión, asesinaron a los diputados
el 18 de junio. Hoy es 27 de julio y no han entregado los cadáveres.
No los entregan porque saben que mientras más demore la
entrega, más difícil será la exactitud del
dictamen pericial forense para determinar la modalidad del asesinato.
El doctor Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado para la Paz,
expresó ayer que el Gobierno, como lo ha hecho desde el
primer día cuando se conoció la noticia, sigue en
activo contacto con el Comité Internacional de la Cruz Roja,
entidad a la cual le pedimos que se apersonara de la recuperación
de los cadáveres.
Y el activo contacto con la Organización de Estados Americanos
para que con el liderazgo del doctor Insulza (José Miguel),
Secretario General de la Organización de Estados Americanos,
se integre la Comisión Forense Internacional, que en compañía
de nuestra Fiscalía, haga el dictamen pericial sobre los
diputados y le diga al mundo la verdad del asesinato perpetrado
por estos criminales de las FARC.
Señor General Padilla, señor Almirante Barrera,
señor Ministro, Altos Comandantes, en este día de
la Patria reforcemos nuestra decisión de derrotar estos
terroristas.
¿Hace cinco qué había aquí en este
bello Golfo de Morrosquillo?
Este litoral estaba invadido por el paramilitarismo, y de los
Montes de María hacia el sur, por las Farc, ambos alimentados
por el narcotráfico.
Hoy hay más tranquilidad, más paz. Aquí se
ha desmontado el paramilitarismo, no podemos permitir que traten
de reincidir a través de águilas negras o azules
o blancas o rosadas.
Esta mañana, señor General Lemus, me llamaban de
Aguachica a decirme que allá insisten en organizarse en águilas
negras, “¡Acábelos mi General!”, no podemos
dejar pelechar criminales, la Patria está en combate decisivo
para poder recuperar plenamente la institucionalidad que es la
razón de la aspiración de felicidad de las nuevas
generaciones de colombianos.
Qué distinto un Golfo de Morrosquillo sin paramilitares,
qué distinto los Montes de María con el EPL desmovilizado,
con las FARC debilitada, y vamos a lograr exterminar estos bandidos
que persisten.
En la historia de la humanidad se ha demostrado que la buena fe
de los Estados democráticos impide el triunfo de los terroristas.
Ellos van a negociar cuando sientan que definitivamente la voluntad
del pueblo colombiano es inclaudicable.
Demos la batalla de estos terroristas con toda la decisión,
que nos lo agradecerá la Patria porque será la única
manera que acabará con los caprichos sanguinarios de 40
años de asesinatos de Manuel Marulanda, y esa recua de bandidos
que él lo ha acompañado.
Y vamos ganando también en la justicia, y tenemos que ganar.
Quiero celebrar desde Coveñas el fallo que se produjo ayer
en los Estados Unidos frente al caso de la Drummond.
Los diez jurados unánimemente dijeron que no había
ninguna responsabilidad de la Drummond en el asesinato de sindicalistas
del Cesar.
Celebro ese fallo. Ese fallo llama la atención porque empieza
a desoírse en buena hora a los testigos falaces, empieza
a desmeritarse en buena hora los montajes jurídicos para
mancillar el honor de la Patria.
Cuando nosotros llegamos, en Colombia asesinaban 256 líderes
sindicales. Empezamos a protegerlos desde la hora cero de nuestro
Gobierno, este año han asesinado 6 sindicalistas y 12 maestros.
Hemos estado al pie de la investigación judicial sobre cada
caso. Hasta ahora no hay evidencia recaudada por la justicia que
permita decir que alguno de los seis sindicalistas fue asesinado
en razón de su oficio sindical.
Así como queremos que haya cero secuestros en el país,
no obstante que se ha presentado una gran disminución, todavía
no estamos conformes, también queremos que haya cero asesinatos
de líderes sindicales y de líderes sociales.
Y estamos en esa lucha. Y hemos fortalecido la justicia. Reformado
la Constitución para incorporar el Sistema Penal Acusatorio.
Reformado los códigos. Aumentado los presupuestos para fortalecer
la Fiscalía. El año pasado en 70 millones de dólares
y ahora un nuevo presupuesto adicionado en 75 mil millones para
que entren 230 fiscales y 800 investigadores adicionales.
Y todo eso empieza a producir resultados. Ya van 48 sentencias
este año que han condenado a 78 personas, responsables contra
el asesinato de líderes sindicales.
Nuestra voluntad es proteger a todos los colombianos, proteger
a los periodistas, proteger a los sindicalistas, a los empresarios,
a los campesinos y a los agricultores.
Cuando había estado tan eficazmente protegida la oposición.
Muchos de los intelectuales que se llaman de izquierda, enemigos
de esta tarea de gobierno y de las ideas que profeso, han regresado
al país.
Vivían supuestamente en el exilio. Y hoy criticaban al
gobierno todos los días de manera implacable, pero están
protegidos por la Seguridad Democrática. Ya no están
obligados a escribir como en el pasado desde el extranjero, aquí pueden
ejercer incluso la libertad de calumniar protegidos debidamente
por la Seguridad Democrática.
Antes asesinaban 15 periodistas, este año no han asesinado
uno solo.
Hemos recuperado el derecho de la libertad para que los periodistas
se sientan menos amenazados, más tranquilos y con mejores
condiciones de ejercer su oficio, de informar verazmente, de analizar
objetivamente, de criticar de acuerdo a sus convicciones.
Vamos a seguir en esa tarea, lo que no podemos permitir es que
la deformen. Que mientras aquí protegemos a los sindicalistas,
en los Estados Unidos pretendan hacer montajes como el que llevaban
para condenar a la Drummond porque supuestamente eran los empresarios
colombianos los que los asesinaban.
Por eso celebro, por el bien de la Patria esa sentencia que ha
exonerado a la Drummond.
En Colombia nos son los empresarios los que han asesinado a los
sindicalistas, ni son los sindicalistas los que han secuestrado
a los empresarios.
Aquí hacen 40-50 años las guerrillas marxistas,
las que trajeron el odio, las que han querido derrotar nuestra
democracia, las que ha traído pobreza y desempleo, trajeron
también la idea de todas las formas de lucha. Asesinaban
y penetraban el movimiento obrero, el movimiento estudiantil y
el periodismo. El Estado no los enfrentaba, las dejo crecer.
Llego la reacción paramilitar hacer los mismo, ¿y
en qué concluyo todo? Que en esa competencia de atrocidad
los paramilitares asesinaban a los sindicalistas acusándolos
de ser colaboradores de la guerrilla. Y la guerrilla asesinaba
a los sindicalistas acusándolos de ser colaboradores del
paramilitarismo.
Y para acabar de ajustar, el año pasado se presento otro
problema en enfrentamiento entre el ELN y la FARC. Entonces llegaba
la FARC a un hospital de Arauca y decía: este sindicalista
es integrante del ELN y lo asesinaba. Y llegaba el ELN a un campamento
de obras públicas y decía: este sindicalista es integrante
de la FARC y lo asesinaba.
Todo ese círculo vicioso, hay que sustituirlo por el círculo
virtuoso del apoyo del pueblo a las instituciones. De la firmeza
del Gobierno basado en el apoyo del pueblo en la Seguridad Democrática.
Para que eso le produzca a Colombia finalmente el restablecimiento
pleno de la paz.
Pero así como protegemos a los sindicalistas, no podemos
admitir que algunos grupos aislados del sindicalismo crean que
están en los años 60´s haciendo alianzas con
las guerrillas.
Está bien, que algunos grupos que se quieren poner al margen
de la ley, en Quito (Ecuador) asistan a una conferencia donde fueron
invitados los terroristas. Permitan que se produzca una declaración
sin reservas, con unos párrafos de apología a las
FARC a esos terroristas.
Lo que no está bien es que haya organizaciones sindicales
que protege la Constitución de la Patria, que protege la
ley de la Patria, que protege el Gobierno de la Patria. Este año
tenemos 6 mil colombianos individualmente protegidos, de ellos
1.500 son sindicalistas, ese esquema cuesta 76 mil millones.
No esta bien que mientras se hace este esfuerzo, sectores aislados
del sindicalismo concurran a una conferencia donde se invita al
terrorismo y donde se proclama el apoyo al terrorismo. Eso no lo
podemos permitir.
Aquí defendemos todas las expresiones sociales y empresariales
con criterio democrático, pero no podemos permitir que nos
hagan la trampa de alianza con el terrorismo.
Quiero hoy expresar mi gratitud a cada uno de los integrantes
de la Armada, sufrimos en el pacífico sur donde se nos ha
concentrado el narcotráfico, donde está las FARC,
organizaciones criminales de otra naturaleza, hay que derrotarlas.
La esperanza en la Armada es muy grande, la esperanza en la Armada
para terminar con lo que queda de FARC en el departamento de Bolívar,
en los Montes de María, es muy grande la esperanza en la
Armada de la Patria. Los felicito, les expreso toda la gratitud.
Y quiero saludar a esa delegación de familiares, de padres
de familia aquí presentes, porque apoyan a sus hijos y familiares
que están en la Armada, porque corren una gran angustia
y se exponen a un gran riesgo, entregándolos a esa causa
de servicio de la Patria.
A todos los papás, a todas las mamás, a todas las
esposas, a todos los hijos de los integrantes de la Armada de la
Patria, nuestro aplauso desde el fondo del corazón, por
su abnegado servicio al interés superior de la tranquilidad
de los colombianos.
Compatriotas:
¿Qué queremos?, la felicidad de las nuevas generaciones,
que no tengan que vivir lo que ha vivido la generación del
Ministro y la mía, una vida sin un día completo de
paz en nuestra Patria.
Que las nuevas generaciones puedan vivir en una Patria de oportunidades,
en una Patria tranquila, en una Patria de inquietudes intelectuales,
en una Patria de fortaleza física y espiritual, pero no
en una Patria doblegada por el terrorismo.
Hay buenos vientos. No estamos en el paraíso pero vamos
mejorando, hay buenos vientos, no hemos ganado pero vamos ganando.
Hace cinco años el 30 por ciento del territorio de la Patria,
estaba en poder directo del terrorismo. Eso parecía la Francia
de la invasión alemana, en la Francia de la invasión
alemana subsistía la invasión francesa, pero imperaba
el Estado invasor alemán. En la Colombia de hace cinco años
todavía subsistía la Nación colombiana como
la expresión sociológica del pueblo, la Nación
con todas sus identidades ancestrales, históricas, culturales,
de idioma, de idiosincrasia, pero prevalecía no el Estado
que desfallecía, sino la fuerza terrorista invasora.
Eso lo estamos recuperando, y con la fortaleza de la Armada de
la Patria, de nuestras fuerzas institucionales, vamos a lograr
una Colombia sin terroristas guerrilleros, sin terroristas criminales,
sin terroristas del narcotráfico, una Colombia sin corrupción,
una Colombia llena de oportunidades para todos sus hijos.
Muchas gracias a la Armada y que viva Colombia”.
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