PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE AL CLAUSURAR LA CONVENCIÓN BANCARIA
2007
Cartagena, 22 jun (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez,
al clausurar este viernes la Convención Bancaria 2007
en la capital de Bolívar.
“Quiero saludarlos muy respetuosamente. Me honra mucho
poder asistir nuevamente a esta asamblea de la Convención
Bancaria y poder compartir con ustedes algunas reflexiones sobre
nuestra Patria. He escuchado con toda la atención y tomado
nota de las palabras juiciosamente preparadas de la señora
Presidente, la señora ex Ministra María Mercedes
Cuéllar. Los compañeros de Gobierno y yo buscaremos
seguir ahondando con ustedes sobre todos los temas que ella ha
planteado.
Quisiera referirme esta tarde a algunos elementos del modelo
de Estado, del modelo de sociedad, del alcance del debate que
se debe dar en Colombia, de los tres objetivos de Gobierno, la
seguridad, la confianza inversionista, la política social.
Referirme al tema de las tasas de inversión, del crecimiento,
de los acuerdos de comercio, las preocupaciones aquí presentadas
como el tema de la inflación, de la tasa de cambio. A
las recomendaciones de la Comisión de Gasto Público,
al tema de la reforma administrativa. Referirme necesariamente
a la agenda legislativa que acaba de aprobarse, al acuerdo humanitario
y al tema de la parapolítica.
Antes de abordar estos temas quiero darle al sector financiero
de Colombia toda la gratitud por su participación en Banca
de Oportunidades. Vengo de El Pozón, de Cartagena, de
instalar un nuevo corresponsal bancario. Una gran receptividad
de los sectores populares de la patria.
En el primer gobierno, con la ayuda de ustedes, logramos millón
800 mil créditos a igual número de familias pobres
de nuestra patria. La meta de este segundo gobierno es de 5 millones
de créditos. Aspiramos poder completar el 7 de agosto
los primeros millón 250 mil créditos.
Cuando empezó el gobierno, la cartera en favor de los
microempresarios valía 736 mil millones. A 30 de abril
valía más de 5 billones. Representaba el 1,5 de
la cartera total. A 30 de abril representaba más del 5.
Aspiramos que eso siga creciendo con toda la velocidad. Es creciente
el número de familias colombianas que por primera vez
acceden al crédito institucional.
¿Qué se ha hecho, quiénes participan, hacia
quiénes está dirigido? Ha sido importante el proceso
de concertación con ustedes, con el Congreso de la República.
El Congreso nos ha aprobado partidas presupuestales importantes.
Con ustedes hemos concertado medidas no fáciles de tomar.
Ustedes aspiraban que el Gobierno eliminara los topes a partir
de los cuales se incurre en el tipo de usura. Ustedes saben que
las decisiones económicas hay que ponerlas en la balanza
con la factibilidad política.
El gobierno, con toda franqueza, ha dicho que no ve factibilidad
política para ello. Que un proceso de construcción
de confianza implica agotar otros pasos. Y creo que el paso que
acordamos con ustedes de crear diferenciales para señalar
esos topes ha sido un buen paso. No fácil porque nos implicó en
alguna manera subir el costo del microcrédito. Pero cuando
se compara con lo que los colombianos de los sectores populares
pagan en el mercado negro de la usura, su acceso al sector institucional
les trae gran ahorro, como lo hemos venido mirando en todo el
país.
Participación del gobierno con decisiones, con reglamentaciones.
Participación del Congreso con partidas presupuestales.
Participación de ustedes en la difícil tarea de
asignar crédito popular. Dondequiera que lanzamos Banca
de Oportunidades en Colombia, y ahora lo repetía en El
Pozón de Cartagena, he dicho a los compatriotas que un
crédito de 100 millones a una persona pudiente se tramita
muy fácil, se lo mandan por teléfono. Un crédito
de 400 mil pesos a una señora de El Pozón que tiene
la plancha en la prendería y que necesita 150 mil pesos
de capital de trabajo, es un crédito muy difícil.
Pero vamos avanzando con la ayuda de ustedes.
Ha sido muy importante el fortalecimiento del Fondo de Garantías,
la decisión que se tomó de liquidar al IFI y asignar
esa responsabilidad a Bancoldex, como lo acaba de expresar la
señora Presidente de la Asociación.
Intervienen todos los actores del sector financiero: banca pública,
banca privada, fundaciones, intervienen bancos de primer piso,
bancos de segundo piso. Vamos concitando aportes presupuestales
de departamentos y municipios o para fondear instituciones o
para ayudar en el otorgamiento de garantías.
La tarea del gobierno de promover ha ayudado bastante, y fue
fundamental una discusión que hace un año en esta
convención a ustedes no les gustaba porque aspiraban a
más, pero creo que fue un buen paso. Las dos decisiones
que se tomaron en diciembre: una, devolverles a los contribuyentes
un punto del 4 por Mil. Y la segunda, permitir que cada colombiano
pueda tener una cuenta de ahorro, con movimientos mensuales que
en valores de este año son de 7 millones 700 mil pesos,
exentos del 4 por Mil. Eso ha ayudado mucho en el proceso de
Banca de Oportunidades, en el proceso de avanzar en la formalización
de los sectores populares de la patria.
Es muy importante a quiénes está dirigido. Los
más vulnerables y aquellos que por otras razones no tienen
acceso al crédito: familias desplazadas, mujeres cabeza
de familia, personas de pequeños negocios que han dependido
del crédito de usura, estudiantes recién egresados,
etcétera.
Nos ha ayudado mucho el Sena, como institución de educación
y acompañamiento para obtener el crédito y de acompañamiento
mientras la persona beneficiaria del crédito es deudora.
El Sena ya tiene acuerdos con muchas entidades bancarias. Eso
va bien y ojalá otras instituciones de capacitación
como el Sena hagan lo mismo.
Fue fundamental la decisión que se tomó con ustedes,
incorporada a un decreto del gobierno, de pedir la apertura de
los corresponsales no bancarios. Venimos de inaugurar uno en
El Pozón. Yo creo que el obstáculo que teníamos
para una gran cobertura en el país, se viene resolviendo
afortunadamente con los corresponsales no bancarios. Muchos bancos
se retiraron de muchas localidades, de sectores populares de
grandes ciudades. Recuperar ese cubrimiento, profundizarlo más,
llevarlo a toda la geografía, a los sectores populares
de las grandes ciudades, a las comunidades rurales remotas, es
algo que se facilita con los corresponsales no bancarios.
Gracias a las instituciones de ustedes que vienen en esa tarea.
Y nuestra invitación a que inundemos el país de
corresponsales no bancarios. Además es un gran alivio.
Ahora lo veíamos allí en El Pozón. Porque
no solamente sirve para hacer la solicitud de crédito
sino para hacer los pagos, los depósitos, los pagos de
servicios públicos. Solamente el tiempo y el costo de
buses que ahorra una persona al poder pagar los servicios públicos
cerca de su casa, empieza a darle una gran justificación
a esta institución.
Y algo muy importante: cómo consolida a la sociedad colombiana,
cómo crea un clima de unidad de la sociedad colombiana.
Déjenme decir: si yo fuera banquero, diría que
el mejor instrumento para hacerle publicidad al sector financiero
es Banca de Oportunidades. Aquel que haya renegado toda la vida
de los bancos cuando recibe un crédito, inmediatamente
se vuelve amigo de los bancos. Créanle a Banca de Oportunidades.
Además eso nos ayuda mucho a superar los factores de
exclusión de la sociedad colombiana. Yo creo, salvo mejor
opinión de los economistas, que cuando se estabilizan
esos pequeños negocios, esas microempresas, se da un gran
estímulo simultáneo a la oferta y a la demanda.
Es imposible encontrar una expresión económica
donde haya una cadena de comunicación más rápida
entre la oferta y la demanda, que en el microcrédito.
Se estabiliza la familia, se facilita que la mamá y el
papá puedan dedicarles más tiempo a los niños,
se estabiliza la participación de los niños en
la educación.
Muchas gracias por lo que nos vienen ayudando en Banca de Oportunidades
y animémonos todos los días para avanzar más
velozmente en el tema.
Extrañará que ante un foro de la importancia de
la Convención Bancaria, yo quiera referirme a temas del
modelo de Estado y del modelo de sociedad, elementales, por cierto,
pero en el debate político latinoamericano es fundamental
referirse a ellos.
Se debate nuevamente el rol del Estado. Parecía que eso
había salido de la agenda del debate. América Latina
parecería ser de ciclos muy rápidos. Tuvimos unos
finales de los 80 – 90, en los cuales quiso imponerse la
tesis del desmonte del Estado, y ahora se regresa al estatismo
en muchos países de la región.
Nosotros no estamos ni en lo uno ni en lo otro.
Hemos reformado casi 400 entidades del Estado, vamos a continuar
esa tarea, queremos dejarle al país como la mejor herencia
fiscal de esta administración la reforma del Estado.
Lo acumulado hasta hoy ahorra un punto del PIB (Producto Interno
Bruto), porque hay que hacer dos cuentas: las cuentas de lo que
viene ahorrando el presupuesto y las cuentas de las pérdidas
que se evitaron gracias a la reforma de entidades como Telecom
y otras.
Nosotros tampoco estamos en el estatismo.
Entonces a uno en todas partes le preguntan: bueno ¿y
qué está pensando Colombia del Estado? Y por eso
hay que volver a estas consideraciones. Nosotros hemos dicho:
un Estado que dé todas las garantías a la inversión
privada, pero que exija todos los requisitos de responsabilidad
social. Una inversión privada con todas las garantías,
pero con todas las obligaciones de responsabilidad social.
Hemos mirado la responsabilidad social en tres áreas:
primero, en la transparencia en la relación entre los
inversionistas y el Estado: transparencia en la contratación
pública, en la asignación de concesiones, en los
procesos para resolver disputas, etcétera, en la tributación.
Segundo, la fraternidad en las relaciones entre los inversionistas
y las comunidades del vecindario. A mí me parece que una
gran responsabilidad social que ustedes están construyendo
en la relación con la comunidad es la Banca de las Oportunidades.
Hemos tenido un ejemplo reciente en el Cesar. Unas protestas
justificadas de la comunidad por la violación de normas
ambientales, por el crecimiento en la producción de carbón.
Nos hemos dado a la tarea de no ser indiferentes frente a la
comunidad y de no ahuyentar la inversión. Por eso hemos
venido dialogando con las comunidades y con los inversionistas,
para hacer todos los ajustes que permitan que se dé esa
responsabilidad social.
Y finalmente es muy importante hablar del tema de las relaciones
laborales, y hablar de ese tema de las relaciones laborales por
las contradicciones políticas de América Latina.
Ni relaciones laborales de capitalismo salvaje ni relaciones
laborales de odio de clase. Yo creo que Colombia tiene que repensar
el tema y comprometerse todo el mundo en relaciones laborales
fraternas, cristianas, solidarias.
Hemos venido defendiendo en todas partes un modelo de sociedad
pluralista, de debate permanente, pero de debate sin antagonismos
insuperables, debate creativo, debate que no arriesgue valores
muy importantes.
Me parece que el debate no puede arriesgar dos valores de gran
trascendencia en que viene ascendiendo el país: la Seguridad
Democrática y la confianza inversionista. Que el debate
no puede poner a riesgo la solidez de las instituciones.
Una sociedad sin odio de clases y sin exclusiones. Si algo nos
ayuda a avanzar por el camino de la inclusión, es ese
aporte que ustedes nos hacen a través de Banca de Oportunidades.
Estamos trabajando tres objetivos de gobierno: consolidar la
Seguridad Democrática, la confianza inversionista y cumplir
las metas de política social.
Hace cinco años en el debate político colombiano
parecía que la Seguridad Democrática se excluía
de la política social: “Uribe es guerra y hay descuido
por lo social, no importa lo social”.
A mí me parece que el país se equivocó y
sigue muy equivocado en algunos sectores de la política,
pensando que se puede hacer política social sin seguridad.
La seguridad se convierte en un factor muy importante de la confianza
inversionista. Eso es lo que ayuda con responsabilidad social
a financiar la política social.
Hay dos opciones para proponer política social: una opción
es un discurso que no garantiza el crecimiento, un discurso indiferente
frente a la confianza inversionista y que conduzca solamente
al estancamiento y al reparto de pobreza. La otra opción
es hacer la política social a partir de la consolidación
de la confianza inversionista, para poder recorrer un camino
de prosperidad que permita ir repartiendo prosperidad.
Para nosotros es fundamental llevar los tres elementos de la
mano. La política de seguridad consolida confianza inversionista,
y ésta hace posible el cumplimiento de las metas sociales.
Y a su vez, el cumplimiento de las metas sociales es el gran
legitimador que da sostenibilidad a la política de seguridad
y a la confianza inversionista.
Quiero agradecerles inmensamente a los sectores empresariales
del país su aceptación al impuesto al patrimonio,
que se derrama por una vez y se cobra durante ocho semestres,
que nos permitirá consolidar la Seguridad Democrática.
Se liquida por una vez. Es un gran esfuerzo, lo necesitaba el
país, lo reclamaba la comunidad internacional, y creo
que nos va ayudar inmensamente.
Y hemos tenido un debate reciente sobre el tema de la droga,
y hay una preocupación sobre la seguridad cotidiana.
La droga. Hay una diferencia alarmante entre las cifras de la
CIA, en los Estados Unidos, y las cifras de Naciones Unidas.
Mientras la CIA dice que a Colombia le quedaban en diciembre
del año pasado 156 mil hectáreas, Naciones Unidas
acaba de decir que le quedaban 79 mil hectáreas. El Gobierno
manifiesta su preocupación por esa discrepancia.
Estamos haciendo un gran esfuerzo en todos los frentes. Hemos
extraditado 600 personas. Eso no tiene paralelo en el mundo.
El año pasado se fumigaron 160 mil hectáreas.
Este es el tercer año en el que estamos trabajando con
toda intensidad en la erradicación manual. El año
2005 erradicamos 31 mil 200 hectáreas manualmente, el
año pasado 43 mil, y este año aspiramos superar
las 50 mil.
El Congreso nos aprobó en nuestra primera legislatura
un proyecto que facilita la extinción del dominio. No
hay un país en el mundo que esté haciendo un esfuerzo
semejante.
Además, venimos trabajando en cultivos alternativos,
teniendo en cuenta que el país en esa materia hay que
dividirlo en dos: aquel país donde llega la inversión
privada, donde puede llegar, y aquel país de la reserva
de oxígeno, de la selva, que no tiene terminales de infraestructura
-que ojalá no los tenga-, donde para preservar la selva
el camino no es el de cultivos alternativos convencionales, sino
el de Familias Guardabosques.
Estamos pagando a 50 mil familias para que eviten la siembra
de droga en determinadas áreas y se recupere el bosque.
Estamos trabajando con la comunidad internacional, a ver si es
posible llegar a 100 mil familias.
Observo dos elementos: primero, debilitamiento de los grupos
terroristas, y segundo, de la narcoeconomía.
Quisiera compartir estas reflexiones con ustedes, porque cuando
se publican esas cifras en la CIA de los Estados Unidos, les
digo: bueno, pero si tenemos unos grupos guerrilleros en disminución,
un paramilitarismo prácticamente desmontado, y vemos un
debilitamiento del terrorismo que se ha financiado con la droga,
entonces uno se pregunta: ¿qué ha pasado? O las
primeras mediciones, como lo dicen los mismos Estados Unidos,
no incluyeron todo el territorio, o hay una gran equivocación.
Porque no sería comprensible que no estuviera disminuyendo
la droga, y al mismo tiempo que sí estuvieran debilitándose
los grupos terroristas que se han sustentado en la droga.
Y un elemento importante de resaltar en este foro: todos los
días hay menos presencia de la narcoeconomía. Yo
pregunto en la ciudad de Cartagena quiénes son los dueños
de estos edificios que se están construyendo. La gente
hoy dice, tranquilamente dicen los expertos: dinero transparente.
Voy a mi ciudad de Medellín, donde se vivió pánico,
y cualquier progreso era excepcional y se asignaba a la narcoeconomía.
Hoy un gran dinamismo de dineros transparentes. Lo mismo ocurre
en todas las ciudades colombianas.
Y recorro las zonas agropecuarias y pregunto: ¿sigue
el narcotráfico comprando los predios rurales? Y todo
indica que eso ha descendido vertiginosamente.
Creo que es importante que ustedes verifiquen esta percepción
del Gobierno. El Gobierno cree que, por fortuna para fortuna
del país, hay un debilitamiento de la narcoeconomía
y un crecimiento correlativo muy importante de la economía
transparente.
La seguridad cotidiana, hurto a residencias, hurto a comercio,
hurto a personas. Allí tenemos que enfocar nuestra tarea.
La lucha contra el terrorismo y la lucha por mejorar la seguridad
cotidiana en todas las ciudades.
El Congreso, en la agenda legislativa que acaba de aprobarse,
nos ha aprobado en las normas de justicia una de gran importancia
para poder enfrentar más exitosamente los delitos que
afectan cotidianamente al ciudadano en todas nuestras urbes.
El tema de la confianza inversionista. El Gobierno se preocupa
más por la confianza inversionista que por el crecimiento.
Un precio del café, el descubrimiento de un pozo petrolero,
su explotación, pueden traer periodos de crecimiento relativamente
largos o relativamente cortos. Lo que trae períodos de
crecimiento prolongados, tasas importantes, sostenidas en el
tiempo, es la confianza inversionista.
Hemos pasado en estos años de una tasa de inversión
del 12 por ciento a una tasa del 26, de una tasa del 6 y medio
en el sector privado a una tasa del 19. Lo importante es buscar
cómo las sostenemos.
A ello contribuye muchísimo el concepto del papel del
Estado, de las garantías a la inversión privada.
A ello ha contribuido muchísimo la orientación
de la tributación. Fue muy difícil introducir los
incentivos a la inversión. Y, respondiendo a nuestra Presidenta,
la doctora María Mercedes (Cuéllar), creo que los
incentivos a la inversión están señalando
claramente, también, sectores en los cuales el país
tiene un gran potencial competitivo, como el sector de los biocombustibles.
En el Congreso no había convicción de que esos
incentivos a la inversión produjeran buenos resultados.
La academia económica era muy opuesta a esos incentivos.
Por fortuna, el debate tributario del año pasado, que
tuvo en esta Convención momentos bastante acalorados pero
bien importantes, nos ayudó a despejar caminos.
Mientras sectores de la academia económica y de la política
le decían no a esos incentivos, sectores también
de la política y sectores de la producción me decían:
necesitamos esos incentivos.
A diferencia de la tributación de los Estados Unidos,
que hoy tanto se cuestiona allí por la oposición,
la orientación nuestra de la tributación no ha
sido reducir los impuestos a todo el mundo por igual, para que
los sectores más pudientes puedan apropiar utilidades.
La orientación nuestra ha sido estimular la inversión
con las deducciones a la inversión, y, sobre todo, orientadas
a sectores claves para el futuro del país, como el de
los biocombustibles.
Y a eso se suma la nueva norma de zonas francas, que permite
el monousuario, que permite que haya allá una tasa del
15 por ciento, de acuerdo con las normas de la Organización
Mundial del Comercio (OMC), estable a largo plazo, y que es convergente
con las deducciones a las nuevas inversiones.
Además, en cuanto a los requisitos de capital y de empleo,
es importante anotar que en las zonas francas, por ejemplo las
del sector agropecuario orientadas a la exportación de
biocombustibles, para cumplir el requisito de empleo se puedan
sumar los empleos generados en la planta industrial, más
los empleos que se generen en los cultivos para alimentar esa
planta industrial.
Hablaba la doctora María Mercedes de la necesidad de
estabilidad en las reglas de juego. No fue fácil aprobar
la ley que autoriza al Gobierno a firmar los pactos de estabilidad,
pero finalmente, después de debatirla mucho, el Congreso
la aprobó. Tuvimos que esperar para aplicarla casi todo
el año pasado, porque no se sabía con qué normatividad
tributaria definitivamente quedaría el país. Ya
avanza muchísimo el estudio de muchas solicitudes y la
firma de muchos pactos de estabilidad, lo que va ayudar a dar
más confianza inversionista.
Por supuesto, es muy importante el tema de los acuerdos de comercio.
En estos años logramos el acuerdo de comercio de la Comunidad
Andina y Mercosur. La oposición a ese acuerdo había
logrado que se olvidara aquí, que se olvidara el Mercosur.
Esperamos, con toda la constancia y la dedicación, sacar
adelante el TLC con los Estados Unidos, que valerosamente acaba
de aprobar nuestro Congreso.
Estamos próximos a firmar el acuerdo con tres países
de América Central. Después de que Colombia ingresó al
Plan Panamá Puebla, como uno de los objetivos más
importantes de nuestra administración, nos parecía
que el paso inmediatamente siguiente, necesario, era el acuerdo
de comercio con estos países centroamericanos, porque
además no se entendería que mientras ellos tiene
el Cafta con Estados Unidos, y nosotros aspiramos a tener el
TLC con Estados Unidos, entre ellos y nosotros no haya estos
acuerdos de comercio.
Confiamos en la semana del 17 de julio, de acuerdo a lo convenido
con el acuerdo de Canadá, lanzar las negociaciones con
Canadá.
Y después de un trabajo difícil, hasta armonizar
diferencias en la Comunidad Andina, logramos la semana pasada
en Tarija, en Bolivia, lanzar las negociaciones con la Unión
Europea.
Esta semana empezamos a examinar con el gobierno hindú la
necesidad de un acuerdo de protección recíproca
de inversiones entre nuestros gobiernos.
Y a propósito de los temores sobre el precio de los medicamentos
en el TLC, hay una gran noticia del crecimiento de la oferta
de medicamentos de los laboratorios hindúes, que va ayudar
muchísimo a la racionalización del precio en el
mercado mundial de medicamentos.
Confiamos lograr acuerdos semejantes con China y con otros países.
Preocupa a ustedes y al Gobierno el tema de la inflación
y el tema de la revaluación. Permítanme intentar
comunicarles algo sobre lo cual se ha reflexionado mucho en el
Gobierno: primero, si bien hay que tomar medidas que después
eviten choques, y tomarlas a tiempo, de todas maneras no es para
desesperarnos.
Aquí el discurso económico aplaudía mucho
lo que pasaba en otras latitudes, pero no se atrevía a
tomar medidas como las de las deducciones tributarias o las de
Seguridad Democrática, para poner la economía a
crecer como crece en otras partes.
Una de mis preocupaciones en mi carrera política era
observar esta contradicción: un juicioso análisis
de la economía colombiana, para identificar las causas
del crecimiento asiático y de otras regiones, pero un
gran temor de las autoridades económicas para tomar las
medidas que permitieran tener crecimientos más veloces
de la economía colombiana. Sabios para analizar los éxitos
del extranjero, incapaces de provocar los éxitos en el
interior del país.
Creo que la seguridad democrática, la orientación
de las normas tributarias, la búsqueda de acuerdos de
comercio, la ley de estabilidad de reglas de juego, etcétera,
el impulso a los biocombustibles, el señalamiento del
turismo como una de nuestras grandes posibilidades (este año
se están construyendo en el país cinco mil habitaciones
hoteleras) y el gran estímulo al microcrédito,
etcétera, empiezan a mostrarnos un camino de crecimiento
diferente.
Hay que entender que una economía que creía que
no iba a crecer y que crece en el 2002 al 1,9, en el 2003 al
3,25, al 3,75, al 5,70, al 6,8 y en este primer trimestre al
7, es una economía que por ese crecimiento tiene que sufrir
presiones inflacionarias. Indudablemente.
Y por supuesto, tenemos una bomba de succión de lo que
producimos, que es la economía venezolana, que hay que
manejarlo con mucha delicadeza. Cuando nosotros hoy con Venezuela
no tenemos acuerdo de comercio, cuando estamos en el período
que se había pactado en la Comunidad Andina de aplicación
de las reglas de la Comunidad Andina después de que un
país dice que se retira, cuando hay incertidumbre hacia
futuro, que estamos buscando despejar, hay que manejar el comercio
con Venezuela con mucha delicadeza.
Por eso le he dicho al Ministro de Agricultura (Andrés
Felipe Arias), que en el diálogo con Venezuela nosotros
tenemos que explicar que, si bien hay algunas restricciones para
mandar alimentos de aquí para allá, no podemos
entrar a prohibir el envío de alimentos de Colombia hacia
Venezuela. Si lo hiciéramos, perderíamos una autoridad
moral derivada de la solidaridad, para buscar con Venezuela la
negociación de un acuerdo bilateral, en el evento de que
Venezuela tome la decisión de no regresar a la Comunidad
Andina.
Y otro factor inflacionario, a mi juicio, es también
que ha empezado a crecer el consumo de alimentos. En el informe
de crecimiento económico del Dane hoy, esto se confirma.
El crecimiento del consumo privado, que incluye alimentos, está en
el 7,28. El país durante mucho tiempo tuvo estancado el
crecimiento de consumo de alimentos, se ha recuperado y creo
que programas como Familias en Acción, Bienestar Familiar,
etcétera, lo está tonificando y lo va a tonificar
muchísimo.
También ha incidido en el tema inflacionario, como ha
incidido en el mundo entero el hecho de que muy buena parte de
la agricultura se ha reorientado hacia la generación de
energía.
¿Qué me preocupa? Yo creo que es prudente tomar
medidas, tener unas señales de que se quiere evitar un
colapso derivado de la inflación. Pero hay que saber trazar
la línea divisoria entre ello y la parálisis de
la economía.
A mí me parece muy grave que el país fuera a volver
a tasas de interés prohibitivas que, so pretexto de la
inflación, nos paralicen el ritmo que quiere tomar la
economía de crecimiento acelerado.
Pienso que deberíamos buscar otras opciones. Me voy a
referir en algunos minutos a las recomendaciones de la Comisión
de Gasto Público.
Un país que quiere confianza inversionista no es un país
que se puede poner a administrar precios. Pero sí un país
que puede buscar acuerdos políticos con los sectores productivos
para hacer esfuerzos que permitan controlar la inflación.
Creo que estamos en el momento de hacer un acuerdo Gobierno
y gremios, con las centrales obreras, para hacer un esfuerzo,
no vía controles administrativos, no vía decreto,
sino vía acuerdo, para resolver problemas inflacionarios.
Ese ensayo estamos en el momento de hacerlo. El Gobierno invita
a los gremios y a las Centrales Obreras a sentarse, a examinar
ese tema.
Y presento con toda consideración al Emisor, al Banco
Central, la preocupación de que esas tasas de interés,
que con una elevación prudente pueden ayudar a dar unas
señales claras que eviten que se desaten más elevadas
presiones inflacionarias, de todas maneras de persistir en esa
elevación de tasas de interés podemos llegar al
peligroso momento de paralizar la recuperación de la economía.
La revaluación. Cuando teníamos el dólar
unas semanas a 1.900 pesos, que se tomaron medidas por parte
del Banco para que eso no siguiera, el acuerdo fue: tasa estable
competitiva. Es que se puso a 1.900. Entonces no hay ni tasa
estable ni tasa competitiva. El tema es bien difícil.
Ahora, allí hay dos puntos: ¿qué proteger
y qué hacer?
A mí me parece que hay que proteger la confianza inversionista.
El Gobierno quiere decirles a ustedes lo siguiente: todo debate,
toda discrepancia, el Gobierno la asume con el propósito
de buscar soluciones que protejan la confianza inversionista.
Nosotros pensamos que también debe haber otro norte para
aquello que se deba hacer: castigar los capitales especulativos
y no afectar la inversión extranjera directa. Creo que
si las medidas tienen esa línea divisoria, deben ser sanas.
Ahora, hay mucha división entre productores y analistas
de la economía. Esta mañana me reunía a
primera hora con los confiteros del Valle del Cauca. Entonces
reclamaban dólar diferencial para los exportadores. Me
decían: Presidente, aquí hay grandes inversiones,
la materia prima es toda nacional, los bienes de capital están
instalados, nos sirvieron las deducciones de los anteriores años
para crecer.
Y el registro de crecimiento muestra hoy que la inversión
ha crecido en el 31,8, la más alta desde 1993, cuando
fue del 38,2. Y me decían los confiteros del Valle del
Cauca: “Somos intensivos en generación de empleo,
pero estamos profundamente afectados por el tema de revaluación,
estamos llegando a un momento que no resistimos, no podemos acceder
al mercado de Venezuela, porque Venezuela le permite acceso hoy
solamente a quien tenga planta allá en ese reglón,
y tienen otros mercados muy castigados”.
Allí hay una situación muy compleja, muy difícil,
frente a la cual el Gobierno no puede ser indiferente.
Hablo con otros sectores y me dicen: “A nosotros nos ha
ido muy bien porque nosotros somos importadores”. Y también
hay sectores que dicen: “Ha habido mucha ganancia, el país
ha ganado mucho en materia de endeudamiento con esta revaluación
y el país ha ganado mucho en materia de reequipamiento”.
Entonces el Gobierno, en aras de la confianza inversionista,
acepta que no podemos ponernos a pedir dólar diferencial
ni control cambiario, pero sí hay que proteger el empleo.
Por eso vamos a tener que hacer un gasto importante, y no creo
que lo podemos hacer. Si el país ha ganado tanto en reequipamiento,
hagamos un esfuerzo para proteger el empleo.
Se ha dictado el primer decreto de CERT con una orientación
laboral: entregar un CERT a sectores exportadores intensivos
en mano de obra, con la condición de que estén
al día con las Cajas de Compensación, con el Sena
y con el Bienestar Familiar.
Yo creo que hacer ese gasto, orientado hacia esos sectores y
con la condición de proteger el empleo afiliado a la seguridad
social, nos ayuda bastante. Nos ayuda bastante en el tema del
empleo, en el tema económico y nos ayuda bastante en el
tema de la legitimación política de las medidas.
Se está trabajando básicamente con unos recursos
del presupuesto para subsidiar créditos y con otros recursos
del presupuesto para dar un CERT en estas condiciones. Pero creo,
y se lo decía esta mañana al ministro de Hacienda
(Óscar Iván Zuluaga), eso nos va a costar más
de lo inicialmente estimado.
Y hay que hacerlo sin miedo, porque a mí también
los amigos de la revaluación me hacen unas cuentas: Presidente,
que hemos ganado tanto en endeudamiento, que hemos ganado tanto
en reequipamiento. Entonces digo: ¿y por qué nos
da miedo hacer este esfuerzo para proteger el empleo en los sectores
exportadores intensivos en mano de obra?
La Comisión de Gasto Público. Primero, hay que
agradecer un trabajo muy importante que ha hecho esta Comisión,
y que merece el más cuidadoso análisis del Gobierno.
La doctora María Mercedes me releva de referirme al tema
de la evolución de déficit y del endeudamiento.
Sobre el déficit quisiera agregar lo siguiente: el Gobierno
empezó más o menos con un déficit del Gobierno
Nacional Central del 6,3 – 6,5. Pero es que a eso hay que
sumarle lo que nos ocurrió en el camino, que se había
anticipado de tiempo atrás: el agotamiento de las reservas
del Seguro Social. Este año el presupuesto central de
la nación le tiene que girar al Seguro Social 5 billones
100 mil millones: 1.3 del PIB. Sumémosle eso al déficit
inicial. Yo creo que vamos a terminar el año con un déficit
del Gobierno Nacional central entre el 3,5 y el 4.
Allí hay un gran esfuerzo, como el esfuerzo también
en la disminución del endeudamiento relativo. Pero vamos
a hacer más esfuerzos en materia de endeudamiento. El
compromiso este año es ir más allá de la
disminución del endeudamiento relativo tradicional: congelar
a enero el endeudamiento en cifras absolutas. Teníamos
147 billones de deuda, aspiramos terminar el año con 147
billones. Y para el año entrante se está mirando
el plan financiero, a ver cómo podemos tener una política
sana para contribuir con este tema.
Nosotros estamos dispuestos a hacer más esfuerzos en
materia de gasto público. El Ministro de Hacienda me decía
la semana pasada: “Bueno, estamos buscando cómo
congelamos, eliminamos un billón. Subámoslo a billón
y medio, a dos billones. Pero hay que tener en cuenta tres temas:
Seguridad Democrática, infraestructura y política
social.
En el tema de infraestructura, uno de los cuellos de botella
del país, ¿qué nos ocurrió? Teníamos
todas las concesiones en pleito: todas las concesiones viales,
las aeroportuarias, las ferroviarias. Se han superado los pleitos,
nos quedan dos pleitos por superar: el de Commsa, acordado con
los contratistas, está a consideración del Tribunal
Administrativo de Bogotá, y el del Ferrocarril del Pacífico.
Todos los otros litigios están superados. Lo mismo en
el sector de telecomunicaciones, etcétera. Y estamos adjudicando
las demás licitaciones.
Nosotros tenemos confianza que lo que le ha pasado al país
en materia financiera, permita obtener para esas concesiones
un financiamiento con créditos de más largo plazo
y de menor costo. Lo que debe incidir para que el aporte fiscal
presupuestal sea menor. Sin embargo, se requiere ese aporte fiscal
presupuestal.
Entonces estamos dispuestos a hacer el esfuerzo para exigirles
a los concesionarios mejores condiciones de financiación,
a fin de que eso nos garantice un menor aporte fiscal, pero es
inevitable ese aporte fiscal en las concesiones. De lo contrario
no somos capaces de sacarlas adelante.
A medida que se ha venido resolviendo el problema de Commsa,
hemos también definido la estructuración del nuevo
contrato: la salida de Bogotá al río Magdalena
por el norte, porque por el sur hacia Ibagué está en
pleno desarrollo la construcción de la obra contratada
por este gobierno, que es el corredor Bogotá – Buenaventura.
Entonces a medida que hemos avanzado en la solución del
problema Commsa, hemos venido avanzando en la estructuración
del nuevo contrato, con la visión de la doble calzada
Bogotá – Río Magdalena – Santa Marta.
Inicialmente Bogotá – Río Magdalena. Eso,
por mejores que sean las condiciones de acceso a la financiación
para esas concesiones, nos exige esfuerzos fiscales inevitables.
El otro tema es el de política social. Yo quería
presentarles a ustedes la voluntad del gobierno de seguir trabajando
en el gasto público, pero teniendo en cuenta estas tres
limitantes.
Recomienda la Comisión de Gasto Público entrar
a vender a ISA y a Isagen, y pagar deudas. Nosotros hemos hecho
un esfuerzo enorme en la reestructuración administrativa
del Estado, empezando por Telecom, siguiendo por Ecopetrol, etcétera.
Si yo me retrotraigo, apreciados compatriotas, cinco años,
y pienso en Ecopetrol, me parecería imposible que hubiéramos
hecho la reforma laboral de Ecopetrol, la reforma pensional de
Ecopetrol, y que el Congreso nos hubiera aprobado la ley para
capitalizar a Ecopetrol.
Las condiciones políticas le hacían pensar a uno
que era imposible. Todavía hace dos noches me hacía
todos los reclamos el sindicato de Ecopetrol en Barrancabermeja.
Parecía imposible hace cinco años poder tener unos
contratos que van a superar los 2 mil millones de dólares,
en asociación con el sector privado, en plena ejecución,
para la modernización de la refinería aquí en
Cartagena.
Hemos reformado 190 hospitales, más de 360 entidades
del Estado. Ahora empezamos la reforma a fondo del Seguro Social
y de sus clínicas. Ustedes iban a la clínica del
Seguro Social aquí en Cartagena y era un desastre. Hoy
está manejada por un concesionario y es una maravilla.
A la clínica de Santa Marta Alfonso Campo, era un desastre,
hoy administrada por un concesionario, que es la Fundación
Cardiovascular de Bucaramanga. Una maravilla. Pero todo eso nos
cuesta, porque hay que entrar en unos procesos de liquidación.
Y esos esfuerzos estamos dispuestos a hacerlos.
Y no vamos a desaprovechar uno solo de los días que
nos quedan en estos tres años de gobierno para avanzar
en la reforma del Estado, que hasta hoy nos ahorra un punto del
PIB. Y eso es bien considerable. Y eso tiene un gasto político
muy alto. Una cosa es hablar de eso en este auditorio y otra
cosa es estos señores del Congreso enfrentados a algunos
sindicatos y algunos sectores políticos, sacando adelante,
consiguiendo unas mayorías, con bastantes dificultades,
para aprobar la capitalización de Ecopetrol.
Entonces vamos al caso ISA – Isagen. Primero, ISA es una
empresa que hizo esa reforma. Segundo, Isagen la está haciendo.
En este momento estamos en pleno proceso de capitalización
de Isagen.
Uno de los derivados de esas reformas es el buen gobierno. Recuerdo
que cuando empezábamos la reforma de Telecom, el sindicato
me decía: “Presidente, es que todo no fue culpa
del sindicato. Nosotros proponíamos pliegos de convenciones
y los gerentes nos los aceptaban. Salían del paso aceptándonos
el pliego de peticiones. Y además los gobiernos nos mandaban
personas a mejorar la jubilación a Telecom, o a que los
vinculáramos a la nómina de Telecom, sin necesitarlos”.
Razón tenía el sindicato.
¿Qué pasa cuando se hacen estas reformas y llega
por ejemplo un socio estratégico, el caso de Colombia
Telecomunicaciones? Una de las ganancias es buen gobierno. Hoy
nadie pide un puesto para Telecom. A mí todavía
me piden puestos para Ecopetrol. Yo confío que en diciembre,
culminada la capitalización de Ecopetrol, nadie pedirá un
puesto para Ecopetrol.
Esa reforma se logró en ISA, se está logrando
en Isagen, empresas muy buenas. Hablando con el brillante ex
Ministro y buen amigo, el doctor Rodrigo Botero, decía: “Bueno,
pero es que en ISA podemos excluir el centro de reparto, que
es estratégico”. Tiene razón.
Sin embargo, han aparecido unas preocupaciones que las quiero
compartir, muy constructivamente, con ustedes. Las siguientes,
en el evento de que se pueda excluir el centro de reparto, que
parece que no hay problema.
Primera preocupación: ¿por cuánto vendemos
la participación que nos queda en ISA, y cuánto
nos cuesta el servicio de deuda de la deuda que cancelemos con
ese valor? En la situación financiera del país,
todo indica que es mayor la rentabilidad de ese dinero en ISA,
que el costo de dedicar ese dinero a pagar una deuda. Y yo sí me
detengo allí. Y en esa empresa eso es muy importante,
porque esa es una empresa que ganó buen gobierno, gracias
a la reforma.
Y otro tema: esa empresa tiene hoy un gran patrimonio en Brasil
y un gran patrimonio en Perú, y lo que se ha advertido
es que la circunstancia de que el Estado es socio muy importante,
le abre a esa empresa espacio en otros países. Y que ese
espacio no se le abre si la empresa queda totalmente privada.
Entonces estas razones que hemos discutido en las últimas
semanas, nos llevan a ser muy cuidadosos con el tema ISA.
Con el tema Isagen; estamos en el proceso de capitalización.
A mí me preocupa esto: en el país hoy hay solamente
dos entidades que construyen hidroeléctricas: Empresas
Públicas de Medellín e Isagen. El sector privado
ha comprado hidroeléctricas, pero no ha construido la
primera.
Nosotros vamos a empezar con unas subastas para ofrecer proyectos
desde el mes de enero, a fin de poder atender el crecimiento
de demanda de energía en los próximos años,
en las cuales el Estado ofrece los pagos por cargos de capacidad.
Creo que es prudente esperar, antes que tomar una nueva decisión
en Isagen, qué nos va a pasar con esa subasta.
Porque uno dice: bueno, el día que necesite hacer una
represa, la hace el presupuesto. Pero no es fácil, si
no se tiene la institucionalidad. Y la institucionalidad de Isagen
es muy importante. Y creo que la reforma que se le ha hecho ahora,
también le da un gran valor.
Y quiero recordarles que estamos ahora en el proceso de venta
de unas electrificadoras saneadas, y de Corelca. Y no ha sido
fácil en las regiones. Por aquí no veo a los distinguidos
congresistas de Santander. Aquí está Alfonso Riaño.
Usted sabe la discusión en su departamento por la venta
de la electrificadora, y el Gobierno ha afrontado esa discusión
política de decir: la vamos a vender, quedan estas garantías
para la comunidad, y vamos a dedicar ese dinero, como en Norte
de Santander, en muchas partes, el de Corelca, a obras nacionales
de competitividad, pero en la misma región.
Por eso le quiero pedir a la Comisión de Gasto Público
reexaminar, repensar el tema de ISA e Isagen.
Ha pedido la Comisión de Gasto Público que eliminemos
parafiscales, como Sena, Bienestar y Cajas de Compensación.
Y que entonces se eliminen las deducciones que hemos incorporado
en nuestra legislación tributaria. Si quiera incorporamos
esas deducciones. Cuánto han ayudado a la inversión
en Colombia.
Veamos la factibilidad política. Casi no conseguimos
la aprobación de esos incentivos. Qué difícil
fue en el 2003. Ya en el 2006 fue más fácil, porque
el Congreso y el sector privado se habían dado cuenta
de su importancia. Para lo que no hay factibilidad política
es para desmontar los aportes al Sena, a las Cajas de Compensación
y a Bienestar Familiar.
Entonces le dicen a uno: lo uno por lo otro. Los incentivos
a las inversiones este año pueden valer un billón
400, pueden valer el año entrante. Los 9 puntos del Sena,
Cajas de Compensación y Bienestar, valen 5 billones 400.
Yo no creo que haya manera de que el presupuesto garantice que
al desmontar esa parafiscalidad, el presupuesto se va a hacer
cargo del Sena, de Bienestar y de las Cajas de Compensación.
Y además a mí me parece que si bien hay que proteger
el empleo, y lo estamos haciendo en esta coyuntura con las decisiones
que se han tomado, como la del CERT, en una economía abierta,
buscando mercados, es muy difícil distinguir entre los
incentivos a la inversión y los incentivos al empleo.
Uno en una economía cerrada puede decir: hombre, no hagan
aquella carretera con maquinaria, háganla a pico y pala.
En una economía cerrada puede decir: no automaticen el
pago para que la gente aborde los Transmilenios, pongan personas
en la puerta de los Transmilenios a cobrar. Nosotros aspiramos
a que todo lo que estamos haciendo en materia de integración
de nuestra economía a la economía mundial, sea
para tener mejores empleos, de mejor salario, de mejor afiliación
a la seguridad social. No para deprimir el empleo.
En esa perspectiva soy un convencido de que finalmente el mejor
incentivo al empleo es el incentivo a la inversión. Por
eso discrepo de quienes piensan que nos equivocamos incentivando
la inversión, y que debíamos era incentivar el
empleo eliminando los aportes al Sena, a las Cajas de Compensación
y a Bienestar Familiar. Que además los hemos reformado
y que creo que están cumpliendo una labor bien importante.
Pero seguiremos examinando, con la Comisión de Gasto
Público, alternativas. Además del Ministro, de
la Directora de Planeación, aquí está Julio
Torres, el Director de Crédito Público. Yo creo
que hay un gran espacio para seguir reestructurando la deuda
colombiana.
¿Cuántos años llevábamos, doctora
María Mercedes, sin ver el EMBI por debajo de 100? Y además,
sin verlo por debajo del EMBI de Perú? Para mí esta
semana fue una sorpresa muy constructiva, muy grata, ver el EMBI
por debajo de 100, y verlo por debajo del Perú. Ahí tenemos
un gran espacio para seguir en el tema de la reestructuración
de la deuda.
La agenda legislativa. La agenda legislativa es muy buena y
muy difícil. Muy difícil. Porque es un gobierno
con participación política, pero sin clientelismo.
Un gobierno con audiencias públicas, pero un gobierno
sin auxilios parlamentarios. Un gobierno con una oposición
dura. No es fácil aprobar esta agenda legislativa.
Ahí se quedaron, por ejemplo, hay que reconocerlo, ver
lo que se quedó, pero mirar lo que se aprobó: no
se aprobó a última hora la conciliación
del proyecto de ley para legalizar los derechos patrimoniales
y afiliación a la seguridad social, no de los individuos
sino de las parejas homosexuales. Se tramitará a partir
del 20 de julio
Personalmente he creído que ahí hay un tema muy
delicado de controversia. Porque por un lado está el respeto
a la individualidad de los ciudadanos, y por el otro lado la ética
social. Y ahí entran factores muy delicados, como factores
de conciencia, factores religiosos, etcétera. He pensado
que un punto de equilibrio que evite polarizaciones de la sociedad
colombiana, es decir no al matrimonio, no a la adopción,
sí a los derechos patrimoniales y a los derechos de seguridad
social, con una salvedad: el pensional tiene que graduarse en
el tiempo, porque la carga pensional que tenemos es muy alta.
El tema de otros puntos de reforma política, dos especialmente:
que los partidos que no pongan toda la atención en la
confección de sus listas, cuando un congresista pierda
su curul el partido la pierda. Eso nos parece de gran importancia.
Y el otro: que si una persona pierde su curul porque cometió un
delito, sus familiares más cercanos no puedan en la siguiente
elección concurrir a un debate. Por una vez, porque ahí entra
el tema de la no extensión a las familias de las responsabilidades
penales. Pero por una vez, para evitar esa herencia de votos
con fuentes ilegítimas. El gobierno va a insistir en ese
proyecto el 20 de julio.
Y creemos que se puede hacer un gran esfuerzo, lo vamos a pedir
a los partidos de la Coalición Primero Colombia, para
que en las elecciones de octubre se apliquen los criterios pensados
para esa reforma política.
Y veamos lo importante. Yo creo que la agenda es de gran importancia.
Mire: haber aprobado el TLC, el Plan de Desarrollo, las Transferencias,
el Estatuto de Contratación, el Estatuto Agropecuario,
en diciembre la Tributaria, la capitalización de Ecopetrol,
etcétera, la Ley Agro Ingreso Seguro, eso no es fácil.
Y miren ustedes transferencias, piensen en la bancada que me
acompaña en el Congreso. Esa oposición a las transferencias.
Soportando ellos una manifestación en contra en la Plaza
de Bolívar, y algunas colectividades, algunas organizaciones
políticas serias, diciendo: no, hay que regresar a la
Constitución del 91. Lo que era imposible. Y halagando
al país con un referendo.
Sinceramente aplaudo, y los quiero aplaudir aquí, a los
compañeros de la bancada, que fueron capaces de sacar
adelante ese proyecto de transferencias. Y creo que el país
lo tiene que valorar suficientemente.
Ahora, aumentamos las transferencias, pero no las aumentamos
en la proporción de la Constitución del 91. Yo
creo que nos pusimos en un buen punto de equilibrio: fomentar
la descentralización y evitar arruinar a la Nación.
Eso bien manejado nos debe permitir las plenas cobertura de educación,
de salud, y un gran avance en saneamiento básico. Confío
que así va a suceder.
Y déjenme hacer dos o tres reflexiones sobre el tema. ¿Por
qué aplazamos hasta el 2017 el regreso a la fórmula
de que las transferencias crezcan en la misma proporción
que crecen los Ingresos Corrientes de la Nación? Mucha
gente me decía: “Hombre, Presidente, usted termina
en el 2010. No ponga este debate. Aprueben eso, como lo ha pedido
la oposición. Qué se va a meter en este desgaste”.
Dije: “No podemos seguir con la fórmula de: yo salgo
aplaudido, dejo el problema, y el que viene de atrás que
arree”. Nosotros tenemos ese problema pensional de inmensa
gravedad, que empieza más o menos a estabilizarse en el
año 2014 ó 2016. Por eso pedimos ese aplazamiento.
Y al tema pensional sumémosle ésto: ¿ustedes
saben cuánto valen las pensiones de los profesores de
Colombia, solamente los de primaria y bachillerato, del sector
público? Valen 37 billones. Es una tercera parte del presupuesto. ¿Saben
ustedes cuánto vale el aporte del Gobierno Nacional a
las universidades públicas, este año? 1 billón
ochocientos. ¿Cuánto puede valer el pasivo pensional
de la Universidad Nacional? 4 billones. ¿Cuánto
tiene que aportar el Gobierno Nacional? Entre el 92 y el 98 por
ciento. O sea que lo que nos falta en ese tema es muy delicado.
Otra reflexión: afectamos la descentralización.
De ninguna manera. Este país es muy descentralizado. Y
quiero compartir esto con ustedes porque el debate va a seguir,
y mis compañeros de bancada dicen: “Hombre Presidente,
nosotros aprobar esto, y la oposición ahora dándonos
madera con miras a las elecciones de octubre”. Entonces
les he dicho que lo que tenemos que hacer es esto, que es muy
razonable en todo el país.
República Federativa de Brasil. Federativa, como su nombre
lo indica. Las regiones gastan el 30 por ciento de todo lo que
gasta el Estado. En Colombia, el 51 por ciento. Eso mide la descentralización
colombiana. Y ahí no incluimos estos gastos locales con
el presupuesto nacional, los extraordinarios. Estamos haciendo
Transmilenios en 9 ó 10 ciudades colombianas. Vienen otras
10. El Gobierno Nacional aporta el 70 (por ciento). ¿Quién
ejecuta? La ciudad. Hay una gran descentralización en
la ejecución.
El Gobierno Nacional aporta los subsidios de vivienda social. ¿Quién
ejecuta? Los municipios y departamentos. Aporta recursos extraordinarios
para acueductos y alcantarillados, ejecuta el municipio y el
departamento. El Gobierno Nacional aporta este año, aprobado
por el Congreso, 140 millones a cada municipio para vías
municipales. ¿Quién ejecuta? El respectivo municipio.
Y eso no lo estamos sumando en el 51 por ciento, porque son gastos
no considerados recurrentes.
No se ha afectado la descentralización. Creo que le hicimos
un ajuste oportuno a la Constitución del 91. Creo que
cabe un símil con la historia. El país no soportó los
excesos de centralistas de la Constitución de 1863. Apenas
vivió 23 años. Tuvo que llegar el timonazo del
Presidente Núñez, y para superar la tragedia centralizar
férreamente al país.
Pienso que el ajuste que hemos hecho le garantiza más
solidez a la Constitución del 91. Si no lo hacemos, eso
le podría crear unas perturbaciones de consecuencias insospechables
a la Constitución del 91.
Yo quiero agradecer a la bancada del Congreso el valor civil,
en medio de tantas dificultades, de aprobar ese proyecto de transferencias.
La semana pasada venía de defenderlo a Barranquilla y
me dijeron: “Hombre, Presidente, pero es que está mal.
En Bogotá hay un editorial que dice que el Gobierno ha
procedido con largueza. Y en Barranquilla hay un editorial que
dice que el Gobierno acabó con la descentralización”.
Y dije: “Está bien. Quiere decir que estamos acertados.
Procedimos como Santa Teresa: la distribución equitativa
de la inconformidad”.
Ahora, el proyecto es presentable y me he comprometido con el
Congreso a presentarlo en todas partes. En todas partes, porque
lo que no podemos permitir es que a una bancada parlamentaria
que ha tenido el valor civil y patriótico de sacar este
proyecto adelante, la vayan golpear ahora políticamente
por malos entendidos.
Déjenme hablar del acuerdo humanitario y de la parapolítica.
Sobre el acuerdo humanitario tenemos dos restricciones. Tengo
que decir no al despeje, y no a que salgan guerrilleros para
que se le entreguen a las Farc para que vuelvan a asesinar y
para que vuelvan a secuestrar. El país vivió despejado,
y por eso se llenó de guerrillas y paramilitares.
Esta mañana estaba en el Valle del Cauca y me llamaba
la gente de Florida y Pradera. Presidente, nosotros no nos podemos
expresar públicamente porque nos matan, pero por favor
no vaya a despejar. Eso tiene todos los inconvenientes, a los
cuales no me quiero referir porque estoy siendo demasiado extenso.
Nosotros no podemos liberar unos guerrilleros para que se reintegren
a las Farc a asesinar y a secuestrar. Los 150 liberados salen
con el compromiso de participar en el proceso de reinserción,
de no reintegrarse a esas actividades delictivas. Esa liberación
unilateral del Gobierno es un mecanismo que ayuda a que cumplan
esa garantía. Y lo vimos en la prueba que hicimos hace
dos años, con 23 que liberamos.
La decisión la tomó unilateralmente el Gobierno.
En el caso de Rodrigo Granda la solicitó el Presidente
Sarkozy. Un país que está en la Corte Penal Internacional,
que está buscando acceso a todos los mercados del mundo,
un país que ha desmitificado la extradición, es
un país que tiene que entender que otro país, que
tiene una señora con doble nacionalidad, una de las nacionalidades
de ese país, tiene el legítimo derecho a abogar
por su liberación.
A mí me pareció que le convenía mucho al
país aceptar esa petición del Presidente Sarkozy.
He dado muchas razones en muchas partes, que nos les quiero repetir.
¿Qué compromiso se hizo con Rodrigo Granda? Él
dijo: yo no me desmovilizó de las Farc. Se le aceptó eso.
Pero se le dijo y lo aceptó de muy buena fe. Se le dijo
de muy buena fe: Hombre, lo que usted no puede hacer es salir
a volver a secuestrar o asesinar. Dijo: no, yo no salgo a eso.
Se le pidió que fuera un gestor de paz y no clandestino.
Que esté en el extranjero o en Colombia, pero no como
clandestino, que esté como gestor de paz de cara a la
opinión pública, a los partidos, a los medios de
comunicación, etcétera.
Yo creo que hemos hecho un gran esfuerzo. Por eso quiero decirles
a los colombianos que en lo que no puedo entrar como Presidente
es a aceptar una petición de despeje, o que la liberación
de guerrilleros sea para entregarle guerrilleros a las Farc para
que sigan mutilando soldados y policías.
La parapolítica. Este es el Gobierno que ha desmontado
el paramilitarismo. Hace 5 años al único que le
decían paramilitar era a mí, por razones políticas.
Y a los paramilitares no les decían paramilitares, por
miedo. Ya se les perdió el miedo, porque están
en la cárcel.
Este Gobierno, a los que han tratado de reincidir, se les ha
dado de baja. Van 400. Se han capturado más de 800. Desde
el día cero del Gobierno empezamos nosotros la tarea de
recuperar la institucionalidad, de combatir paramilitarismo y
de combatir guerrilla. Antes del proceso de paz se dio de baja
a 1.700 paramilitares. Quedan unos fugitivos. Ahí los
vamos capturando. Terminarán cayendo a manos de la justicia.
Los que no se sometieron a la Ley y sean capturados, el Gobierno
no los presenta como beneficiarios de la Ley, y tampoco se les
suspenderá extradición, si hay pedido de extradición.
Hoy hay debate paramilitar y hay paz paramilitar. Cuando había
esa violencia paramilitar no había debate. Había
era chisme de coctel. Y había acusación política
pero no había debate. Creo que el país ha ganado
mucho en esa materia.
Entonces el Gobierno que ha promovido la verdad, no puede obstaculizarla.
Pero tiene que dar explicaciones. Por ejemplo, en el caso de
este señor que apareció en un medio de comunicación.
Ese señor está clandestino en México.
Muchas personas de la Policía, del Gobierno, no habíamos
oído hablar de él. Se enteró de él
Luis Carlos Restrepo, el Comisionado de Paz, que le contó a
la Policía sobre el señor, y por eso lo incluyeron
en la lista de los 13 más perseguidos, más buscados
en el 2005.
Se fue para México. Allá está clandestino. ¿De
qué acusa? Acusa de que llegaron dos señores antioqueños,
uno de 38 años y otro de 45, donde Salvatore Mancuso,
y que él les dio una maletas de dólares para la
campaña de Uribe en el 2002. Es importante mirar que la
mayoría de estos delitos fueron cometidos antes de 2002,
y mirar que pasó en las elecciones anteriores a este Gobierno
y qué pasó en las presididas por este Gobierno,
especialmente en las del año pasado. El único que
puede tener queja de las elecciones del año pasado soy
yo, porque nos hizo un paro político las Farc en el departamento
de Nariño, con armas, impidiéndole a la gente votar
por mí y ordenándole votar por otro candidato.
Es importante mirar eso. Entonces el señor dice que salieron
con unas maletas de dólares para la campaña de
Uribe. Quiero decirles a ustedes lo siguiente: yo personalmente
he tenido todo el cuidado en las dos campañas presidenciales,
manejadas escrupulosamente por Fabio Echeverri Correa, con la
Lista Clinton, con la publicación de los donantes, con
todos los requisitos. Y en las anteriores, la campaña
a la Gobernación y en las tres campañas al Congreso
de la República.
La campaña a la Gobernación tenía dos gerentes:
Luis Esteban Echavarría y Guillermo Gómez del Barco.
Y faltando unos días para la elección me dijeron: “Hombre, Álvaro,
hay un cheque de 30 millones”. Era mucho, en una campaña
de 150 – 200 millones. Era 1994. Dijeron: “Venimos
a hacerle una consulta”. Les dije: “¿Hay pruebas
de que es de origen ilegítimo?”. Me dijeron: “No
hay pruebas, pero hay dudas”. Dije: “En la duda abstente,
decía Santo Tomás”. Dije: “Devuélvanlo.
Eso sí, yo prefiero perder la Gobernación de Antioquia
que ganarla con dineros ilegítimos, pero no lo devuelvan
sino el sábado por la noche, antes de elecciones, porque
si lo devuelven ya corro el riesgo de que se lo entreguen a un
contrincante y me gane la Gobernación”. Se hizo
con toda la firmeza.
Sin obstruir la verdad, les tengo que contar esto a los colombianos
en todo foro, porque a mí me cogen en errores, pero no
en crímenes. Quiero repetir a ustedes que aquí por
falta de Estado, porque no se le ha querido hacer el juicio al
Estado y se cree que el juicio al Estado es una provocación
pendenciera a los Gobiernos anteriores, por falta de Estado aquí pasaron
cosas muy graves.
En una época filaron a mucha clase política a
sangre y fuego entre el narcotráfico. Allá no estuve
yo. O la filaron ante la guerrilla. En muchas regiones había
que pedirles permiso a las Farc, al Eln, al Epl para hacer política.
Allá no estuve yo. He combatido esos bandidos toda la
vida y por eso llevo 17 atentados de ellos.
Y he sido muy cuidadoso en no vulnerar mi política de
Seguridad Democrática. No he tenido en mi vida una sola
reunión con paramilitares. Y me he comprometido contundentemente
con el país en eso. Por eso el año pasado en Semana
Santa, cuando salieron unas acusaciones contra el Director del
DAS, dije: faltan 45 días para la elección presidencial,
quien tenga una queja, una evidencia de participación
mía en delitos, de complicidad mía con paramilitares,
que levante la mano y acuda. Hay 22 mil paramilitares desmovilizados.
Y dice este señor que él no sabe si eso entró a
la campaña o no, pero deja la duda. Y dice que en la campaña
de Córdoba hubo dos millones de dólares aportados
por Mancuso para mi campaña. En los departamentos eso
se manejó con el mismo rigor que a nivel nacional, y se
manejaba desde la oficina central de Bogotá por el doctor
Fabio Echeverri. Dos millones de dólares en Córdoba,
quién sabe qué habría pasado con el resultado
electoral. Y no son ocultables. Es más fácil ocultar
en un tarrito una culebra de resorte que ocultar dos millones
de dólares en esa campaña.
Si me han acusado con tanta calumnia, ¿qué tal
que les hubiera dado la oportunidad de haber financiado la campaña
con dos millones de dólares de paramilitares en el departamento
de Córdoba? ¡Qué hubiera sido eso, por Dios!
Entonces me dice una periodista: nosotros sabemos que usted
perdió por 80, 100 mil votos en Córdoba, pero dice
el señor ese que le dio las declaraciones desde México
a un medio, que lo que pasa es que, para que no se notara eso,
se llevaron los votos para Antioquia. Dije: ¡muy fácil,
trastear 80, 100 mil votos en un mes, de un departamento a otro!
Y para acabar de ajustar en las dos únicas zonas en donde
yo perdí en 2002, eran en las zonas paramilitares de Antioquia
limítrofes de Córdoba: en el Bajo Cauca y en el
Urabá.
Entonces el Gobierno que lo que ha hecho es promover la verdad,
no puede obstruirla, pero sí tiene que salir a comprometerse
con el país, también a contribuir con la verdad.
Y viene el otro tema, el del video. Creo que hoy, entre la primera
reunión de Cali por la mañana, después la
reunión en El Cerrito y ahora el Banco de Oportunidades
en El Pozón, les he dado la mano a 500 ó 600 colombianos.
Antenoche saludé a no menos de 300 personas en Barranca,
y encontré dos líderes populares que me han acompañado
mucho: John Jairo y Raúl Rubio. Y se acercó John
Jairo y le dije: “Cuidado, John, si estas de paramilitar
no me vas a dar la mano, porque todos los actos políticos
y públicos míos los filman y nos metemos en otro
lío”.
Les pregunté qué fue lo que pasó con el
video. Me dijeron: no, de aquí salimos a acompañarlo
a usted a una manifestación de Puerto Berrío, íbamos
líderes populares, y ahora ha aparecido que uno de los
que iba como líder popular de Barranca, una persona común
y corriente, que es paramilitar. Asumo ante el país todo
lo que haya que explicar en esta materia en la certeza: no he
tenido una reunión, un gesto de complicidad con el paramilitarismo,
como tampoco lo tuve con esos bandidos de la guerrilla y como
no fui a hacerle fila al narcotráfico en mi carrera política.
Y viene otro tema. El tema de los sindicatos y los Estados Unidos.
En la discusión del TLC obran hoy muchos aspectos. Obra
la política interna de los Estados Unidos.
El tema de los sindicatos: aquí asesinaban 256 sindicalistas,
antes de llegar nosotros al Gobierno. Hubo años de asesinar,
entre sindicalistas y maestros, 256. Desde la hora cero del Gobierno
empezamos a protegerlos eficazmente. Hoy hay seis mil en protección
individual, de ellos 1.500 sindicalistas. Eso nos vale este año
76 mil millones del presupuesto. Nosotros logramos bajar esa
tendencia. Lo ideal sería decirle al mundo: hay cero asesinatos
de sindicalistas de maestros.
¿Qué pasó en el año 2005? Ya habíamos
bajado de 256 a 25, en el 2006 se recrudeció, regresó a
60, ¿por qué? Porque a la pelea guerrilla-paramilitares,
se sumó el enfrentamiento Farc-Eln. Entonces los señores
de las Farc llegaban a un hospital de Arauca: “ah, este
sindicalista es del Eln, mátenlo”. Los señores
del Eln a un municipio: “ah, este trabajador oficial es
de las Farc, asesínenlo”.
¿Este año qué nos ha pasado? Este año
nos han asesinado en varias localidades rurales de Colombia nueve
profesores y han muerto asesinados tres sindicalistas.
Uno del Inpec, que la justicia ha dicho que no hay razones relacionadas
con su actividad sindical. El tres de mayo, el segundo, allí en
Sucre, estaba armado en un grupo de las Farc, y el Ejército
lo dio de baja. Dije: ¿está el registro del CTI?
Sí está. Díganle a la comunidad internacional.
Hasta hoy nadie ha desvirtuado esa hipótesis. Al tercero
lo asesinó un sicario en Valledupar, el sábado
por la noche. No líder sindical, pero afiliado a una entidad.
Entre sindicalistas y maestros son millón 200 en Colombia.
En este país hace cinco años asesinaban 68 ciudadanos
al año por cada 100 mil habitantes, el año pasado
36, la tasa sigue siendo muy alta. También el mundo tiene
que mirar: en Colombia hemos tenido unas tasas de asesinato generales
inmensamente superiores a las que se dan contra estos grupos.
Y el Presidente Clinton hoy hace dos semanas en Nueva York decía: ¿por
qué no miran de dónde viene Colombia? No le tomen
la foto de hoy, miren de dónde viene, que ha hecho un
gran progreso.
Es que no nos podemos olvidar que en este país asesinaban
15 periodistas al año y este año no han asesinado
uno solo. Y bien importante: la prensa en las regiones, que era
muy intimidada por guerrilla y paramilitares, está hoy
mucho más libre.
Hace cinco años Barranca era un infierno, no está en
el paraíso, la última visita se la hice antenoche
y con personas muy críticas de mi Gobierno, como el padre
De Roux. Y todo el mundo reconoce el mejoramiento de Barranca,
los mismos periodistas hoy se sienten mucho más libres.
Vamos a hacer todos los esfuerzos que adicionalmente tengamos
que hacer. ¿Qué ha pasado en impunidad? Porque
es la otra queja. Sí, ha habido impunidad, pero hemos
progresado y vamos progresando.
En un país que, de acuerdo con los hallazgos de las últimas
fosas, no tuvo 28 mil, 30 mil asesinatos por año, sino
35 mil, antes de empezar este Gobierno, un país con 43
millones de habitantes, no tiene manera de derrotar la impunidad
con esa tasa de asesinatos. Y el primer camino contra la impunidad
es la seguridad democrática, frenar a los asesinos.
En materia de justicia, se incorporó el Sistema penal
Acusatorio, la oralidad, se ajustaron los códigos. Solamente
el año pasado costó 70 millones de dólares
financiar el Sistema Penal Acusatorio. En el Plan de Desarrollo,
en seis meses, que se acaban de aprobar de justicia, que refuerza
mucho la justicia en Colombia.
Y no vamos en vano. En los últimos meses ya se han producido
las primeras 37 sentencias, que condenan a 59 personas por participación
en asesinatos de sindicalistas. Creo que ese es un gran avance.
Miren: Colombia estuvo 22 años en la lista negra de la
OIT. Solamente ha sido excluida el año pasado y este año.
Esa es una gran ganancia, una gran ganancia para el país.
Y se pregunta uno: ¿quién ha matado los sindicalistas?
Porque vienen las acusaciones a la empresa privada colombiana.
Esto lo he dicho en todas partes. Uno tiene que mantener el mismo
discurso aquí que con los sindicatos, que con la oposición,
que con los Estados Unidos, que en Caracas: si la justicia internacional
o colombiana condena una empresa por asesinato de sindicalistas,
el Gobierno está al lado de la justicia. Hecha esa salvedad,
digo lo siguiente: como observador de la vida colombiana, afirmo
que no han sido los empresarios los que han matado a los sindicalistas
ni los trabajadores los que han secuestrado a los empresarios.
Aquí ha habido un fenómeno de violencia causada
por la desidia estatal de muchas décadas. Las guerrillas
marxistas de los años 60, yo lo viví en los años
70 en la universidad pública, nos trajeron el odio de
clases como instrumento de dialéctica política,
la dictadura del proletariado como ideal de Estado. Y cuidado,
que eso lo disfrazan de muchas maneras. Por eso el debate político
colombiano tiene que tener en cuenta no vulnerar valores como
la confianza inversionista y la seguridad democrática.
¿Qué nos trajeron esas guerrillas? La combinación
de todas las formas de lucha: asesinaban y penetraban el movimiento
sindical, secuestraban y penetraban la política y el periodismo.
Y los paramilitares hicieron lo mismo. Entonces llegaron los
paramilitares a asesinar a sindicalistas, acusándolos
de ser colaboradores de la guerrilla, y la guerrilla a asesinar
a sindicalistas, acusándolos de ser colaboradores de los
paramilitares.
Pienso que el proceso de recuperación institucional del
país nos tiene que llevar a superar esa tragedia, pero
hay que decirle claramente al mundo qué es lo que aquí ha
pasado.
El Presidente Clinton, bien informado, decía: “Es
que el 30 por ciento de los colombianos hace cuatro años
estaban presionados directamente por guerrilla o paramilitares”.
Aquí había 400 alcaldes que no podían despachar
en sus municipios, presionados por guerrilla o paramilitares,
y hoy están todos, independientemente del origen político
de su elección.
Creo que el país ha ganado mucho en el proceso de recuperación
institucional. Y eso no lo podemos poner a riesgo, apreciados
compatriotas. Hoy hay más debate, pero hay más
seguridad. Hoy hay más crítica, pero hay menos
bombas. Y ese caminito no lo podemos perder.
A mí me parece que el Congreso procedió con sabiduría.
Yo veo dos escenarios: ¿qué tal que hoy estuviéramos
en un debate de Constituyente, nuevas elecciones, clausura del
Congreso. Siempre es mejor el que logramos. Que se asignen responsabilidades
individuales, pero que se consolide la institución
Qué bueno, en medio de tantas dificultades, haber logrado
la aprobación de la agenda legislativa de diciembre, la
aprobación de la agenda legislativa de ahora. Qué bueno
para la solidez institucional.
Yo creo que el país solicita solidez institucional. Por
eso el Gobierno no le hace caso a convocatorias de asamblea constituyente,
de nuevas elecciones, de clausura del Congreso. Transparencia
y solidez institucional.
Les agradezco mucho, me perdonan lo extenso, pero son temitas
muy importantes de esta Patria, que con amor la sacamos adelante”.
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