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26 de junio

PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN LA XIX FERIA DE EXPOPARTES 2007

Bogotá, 26 jun (SNE). Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez al instalar la XIX Feria de Expopartes 2007.

“Me complace poder compartir hoy con ustedes en este evento que año tras año cobra importancia. Agradezco inmensamente las palabras del doctor Tulio Zuloaga, llenas de patriotismo, de sinceridad. Las palabras tan importantes, pensando en el futuro de combustibles del país, del doctor Salomón Ortiz, director general de Orvisa Comunicaciones.

Quiero felicitar de todo corazón a Carlos Juri Feghali, presidente de Coéxito, por este reconocimiento del Piñón de Oro. Qué importante que Colombia tenga empresarios como ustedes. Tanta perseverancia, tantos años, unos de cal otros de arena, y allí la constancia ética del empresario colombiano que ustedes representan.

Quiero felicitar a Sergio Mejía Meyer, gerente de la importadora Celeste. Tantos años en esa actividad empresarial, tantos años con el mismo rigor ético, sirviéndole al país desde el sector privado, y con esa noble preocupación por el diario vivir en la acción pública colombiana.

Quiero felicitar al Servicio Nacional de Aprendizaje por esta placa de reconocimiento que reciben de la Asociación. Creo que tenemos en el Sena la mejor institución de formación vocacional de América Latina. No hay duda. Cómo se ha transformado.

Apreciados compatriotas, mientras América Latina ha hecho unos giros dramáticos, bruscos, ha dado bandazos, Colombia tiene un punto de equilibrio. Hubo unos años en América Latina cuando quisieron desmontar el Estado. Nosotros no lo desmontamos. Lo reformamos, como hemos reformado el Sena.

Hemos reformado 360 entidades del Estado y ahora empezamos a reformar las clínicas del Seguro Social. Con la ayuda de Dios, las vamos a dejar todas reformadas. Ya funciona muy bien la de Santa Marta. Funciona muy bien la de Cartagena.

La de Santa Marta entregada en administración a la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga. La de Cartagena entregada en administración a los Hermanos de San Juan de Dios. Las de Medellín entregadas a un consorcio de la Universidad de Antioquia y la Gobernación. Y las vamos a reformar todas para prestarles mejores servicios a los colombianos.

He dicho, apreciados compatriotas, que hasta el último día de Gobierno estaremos en la reforma del Estado. ¿Qué tal que no hubiéramos reformado a Telecom? ¿Qué tal que no hubiéramos hecho la reforma laboral y pensional de Ecopetrol? ¿Qué tal que no entráramos ahora en el proceso de capitalización de Ecopetrol, en un país al que le faltan combustibles? ¿Qué tal que no estuviéramos haciendo la +capitalización de Isagen? Etcétera.

Lo que hemos hecho de reformas al Estado le ahorra al fisco un punto del PIB al año. Eso es bastante. Eso son 3 billones 600 mil millones, que han ayudado, en medio de esta presión pensional, a reducir, el déficit que todavía sigue siendo elevado.

Reformar el Estado sin desmontarlo. Mientras América Latina se pasó unas décadas en la tesis del desmonte del Estado, nosotros lo reformamos sin desmontarlo.

Ahí está la reforma del Sena: atendía a un millón 100 mil estudiantes por año y el año pasado 4 millones. Daba cinco millones de horas de enseñanza y el año pasado 15 millones. Este año volvemos a romper récords. Y algo muy importante: empezamos el programa de formación virtual. Al final de este año deberemos tener un millón 200 mil estudiantes de formación virtual.

El Sena ha hecho presencia en todo el país y acaba de adquirir, a través de un proceso licitatorio, el sistema de comunicaciones más moderno, que desde agosto le permitirá dar toda esa formación virtual con velocidad de televisión. Es algo muy importante.

Por ejemplo, ya uno no necesita en los municipios de Colombia construirle un gran edificio al Sena sino un aula pequeña, donde el Sena instala todos los equipos de formación virtual. Entonces los estudiantes realizan gran parte de la capacitación en los simuladores virtuales y hay una práctica en un taller. Entonces eso permite que mientras un taller servía a 100 estudiantes, hoy sirva a miles, porque mientras están haciendo la práctica en el taller, centenares están en las salas virtuales.

Pienso que la revolución del Sena es muy importante. La idea de reformar el Estado sin eliminarlo.

Ustedes lo deben haber sentido en sus empresas. Una de las reformas que hemos hecho es la reforma de la declaración y el pago de los parafiscales. Antes de esa reforma los empresarios colombianos debían hacer mínimo cuatro pagos y mínimo cuatro declaraciones: declaración y pagos del régimen contributivo de salud, que podía ser para tantas EPS como el número que afiliase a los trabajadores de la empresa. El segundo para pensiones, con la misma posibilidad. El tercero para riesgos profesionales, generalmente uno por empresa. Y el cuarto para Sena, Cajas de Compensación e Instituto de Bienestar Familiar. Mucho trámite y mucho riesgo de evasión.

Creo que lo que hemos hecho, de unificar la declaración y el pago, disminuye trámites y disminuye riesgos de evasión. Y en la medida en que los empresarios colombianos hagan esa declaración virtualmente, todavía va a ser más fácil y más transparente.

Y que esa platica se vea traducida en buenos servicios. Nosotros teníamos un Sena en un 70 por ciento controlado por el clientelismo. Hoy el Sena presta un 30 por ciento de los servicios directamente y un 70 por ciento a través de terceros muy bien escogidos.

Cuando llegué a la Presidencia me decían: “Presidente, necesitamos gastarnos 26 mil millones construyendo un edificio en Ciudad Bolívar”. Y dije: “No, pare, vamos a hacer un Sena de sistematización, no un Sena de ladrillos”.

Y el Director del Sena y la doctora Patricia se fueron a Ciudad Bolívar y encontraron allí un edificio desocupado de los salesianos. Y se ha hecho un gran acuerdo con ellos y le ha ido bien a todo el mundo. Al Sena contratando con ellos, a ellos ocupando ese edificio y a la comunidad del sur de Bogotá, especialmente en Ciudad Bolívar. La tónica: reformar el Estado, no desmantelarlo.

Y el Sena se ha convertido en un gran elemento de preparación de microempresarios para Banca de Oportunidades. En un gran elemento de acompañamiento de microempresarios para que accedan al crédito, y mientras deban.

Un banco le abre más fácil las puertas a una señora que necesita 500 mil pesos de crédito, cuando ha sido formada por el Sena, cuando esa señora está acompañada por el Sena para obtener el crédito y el Sena anticipa que la acompañará mientras deba, que si la señora va sola.

En ese gran reto de Banca de Oportunidades de entregar cinco millones de microcréditos a igual número de familias populares en este Gobierno, el Sena es clave. Agradezco inmensamente la distinción que ustedes le hacen al Sena.

América Latina pasó de la moda de desmontar el Estado a una creciente moda de estatismo. En esa tampoco estamos. Colombia reitera hoy ante el mundo que es un país con todas las garantías para al inversión privada, exigiendo responsabilidad social.

Responsabilidad social que se debe traducir, primero, en la transparencia en la contratación, en las concesiones, en la tributación. Transparencia.

Responsabilidad social que se debe traducir en una segunda en una expresión: la solidaridad en las relaciones entre los inversionistas y las comunidades. No puede ser que un pueblito del Cesar esté asfixiado porque por ahí pasan, por su calle principal destapada, 600 tractomulas al día, cuando hace cinco años no pasaba una sola. Y que la empresa que saca ese carbón no le pavimente esa calle principal, para quitarle esa polvareda a la gente que está viendo cómo se les enferman los pulmones.

Entonces: libre inversión y todo el apoyo a la inversión, pero con responsabilidad social.

Y tercero, relaciones laborales, muy importante. Ni relaciones laborales de odio de clases, que se crearon aquí con la aparición de las guerrillas marxistas en los años sesenta, ni relaciones laborales de capitalismo salvaje. Para nosotros las relaciones laborales tienen que ser dirigidas por la fraternidad cristiana. Unas relaciones laborales cristianas, solidarias, de hermandad entre empleadores y trabajadores, en toda empresa de la Patria.

Entonces ni desmantelamiento del Estado, ni limitación a la inversión privada. Estado responsable, eficaz, con creciente transparencia. Inversión privada con responsabilidad social. Para nosotros eso es muy importante. Y hoy hay que repetirlo en esta Colombia, para que lo escuche el mundo. Y especialmente por el debate que se da en América Latina.

Y esto hace parte de nuestros tres objetivos de Gobierno: consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y cumplir nuestras políticas sociales: Banca de Oportunidades, plena cobertura en educación básica, las metas del Sena, las metas de la cobertura universitaria, plena cobertura en salud, millón y medio de Familias en Acción.

Y van entrelazados. Si hay seguridad, hay confianza inversionista. Si hay confianza inversionista, la economía prospera. Si prospera la economía, hay posibilidad de cumplir las metas sociales.

Sin seguridad no hay manera de cumplir las metas sociales. En una economía que no prospere, lo único que hay para repartir es discurso y pobreza. Nosotros tenemos que escoger cómo vamos a cumplir las metas sociales de Colombia: si con discurso, promesas y pobreza, o las vamos a cumplir con Familias en Acción, Banca de Oportunidades, plenas coberturas de educación, de salud, etcétera.

Creo que hay que cumplir metas sociales con una economía en prosperidad. Es mejor llevar prosperidad, que llevar simplemente el resentimiento que se deriva del reparto de la miseria. Por eso para nosotros es muy importante llevar estos tres temas de la mano: Seguridad Democrática, confianza inversionista y política social.

Para la Seguridad Democrática es muy importante el paso que acaba de darse en el Congreso. Luchamos este último año intensamente y se acaba de aprobar la ley que permite una sanción más severa a los delincuentes.

Hemos venido con un gran dolor de cabeza, porque no es fácil llevar a la cárcel a los reducidores de repuestos, a los ladrones de vehículos. Pero les doy la buena noticia de que uno de los éxitos de esta legislatura que acaba de pasar es haber aprobado esa ley. Y la Secretaría Jurídica de la Presidencia está ultimando todos los detalles, a ver si es posible sancionarla esta semana.

Así y todo, ha habido una gran disminución del robo de vehículos. Pero no podemos estar conformes. Yo le llevo todos los días un diario al robo de vehículos, en el consolidado y en muchas ciudades colombianas. Porque yo hago tres cositas por la mañana: le rezo al de arriba, me mantengo muy sobregirado con él, le echo cantaleta a los hijos y veo qué nos ha pasado en seguridad.
Y todos los días me acuerdo de Tulio. Entonces le decía a Alicia: Alicia, allá tiene que ir el Ministro, tiene que ir el doctor Juan Pablo Ortiz, allá tenemos que ir todos al banquillo con Tulio.

Este año, a la fecha, llevamos en automotores un 13 por ciento menos robado. En la ciudad de Bogotá llevamos 358 menos. En motocicletas llevamos un 15 por ciento menos. Y esto no ha sido fácil.

¿ Dónde está Bogotá? Aquí veo el consolidado y veo casi todo el país, pero no veo el de Bogotá. Vi lo de Bogotá esta mañana. Ya había pasado de 350 menos en el año. Porque con Bogotá habíamos tenido un problema muy grave el año pasado, cuando vino a empezar a descender en el segundo semestre.

Tengo fe que esta ley va a ayudar mucho. Porque, como lo dijo el doctor Tulio, al inicio del Gobierno pudimos castigar más severamente la receptación. Eso nos lo derogó el Sistema Penal Acusatorio. Y creo que lo hemos corregido con la nueva ley.

Pero además hay otra cosa: en el 2002 el país vendió 60 – 65 mil vehículos. El robo de vehículos en Bogotá no lo veo en esta cartilla. Este es el diario. Lo de esta mañana aparece: el día de ayer fueron robados en Bogotá seis vehículos y hubo dos denuncias. En el mismo día del año pasado 15. Llevamos, hasta el día de ayer incluido, 359 vehículos robados menos en Bogotá que el año pasado.

Entonces esto hay que incluirlo en dos contextos: la dificultad legal que apenas vamos a corregir con la sanción de la nueva ley, y el crecimiento vehicular en Colombia.

Corríjame, doctor Tulio: ¿cuántos vehículos vendió el país en el 2002? ¿60 – 66 mil? 62 mil. ¿Y el año pasado? 201 mil. ¿Cuántos va a vender este año? 240 mil.

Cuando nosotros llegamos el país vendía 50 – 60 mil motos al año. Hay quien me dice que el año pasado se vendieron más de 300 mil. O sea que ha sido un crecimiento muy grande del parque.

Volviendo a los tres objetivos de Gobierno, déjenme hacer algunas referencias a la confianza inversionista. A mí me parece muy importante que el país, de cara al futuro, piense en dos valores que se han venido consolidando en este Gobierno: Seguridad Democrática y confianza inversionista.

En las campañas y en los gobiernos todo el mundo habla de política social, pero no todo el mundo se compromete con Seguridad Democrática y con confianza inversionista. Y sin ellas, no es posible una política social rica en resultados.

Para la confianza inversionista nosotros hemos trabajado: primero, un Estado garantista de la inversión privada. Segundo, el régimen tributario. Creo que es muy importante lo que hoy hay en tributación: las deducciones del 40 por ciento a las nuevas inversiones. En lugar de rebajarle la tasa de impuestos excesivamente a la gente, para que los sectores más pudientes apropien más utilidades, lo que se ha hecho aquí es estimular la inversión.

Una deducción del 40 por ciento, con una tasa del 32 – 34 de tributación, equivale a que de cada 100 pesos que un particular invierte en Colombia, el Estado lo apoya con 12,8.

Es muy importante también el tema de los estímulos específicos, porque esta deducción es general. Estímulos específicos a los biocombustibles, a la gasificación, a la hotelería, a las empresas de turismo ecológico, estímulos específicos a la madera, etcétera.

En el tema de biocombustibles: ahí tiene el país un gran porvenir. Este país tiene 44 millones de hectáreas de sabanas, con pastos naturales o artificiales para 26 millones de cabezas de ganado. El país puede crecer enormemente, sin tumbar un centímetro cuadrado de selva, la siembra de alimentos y la siembra de fuentes energéticas agrícolas: biodiesel a partir de palma africana y a partir de higuerilla. Etanol a partir de caña y etanol a partir de yuca. Hemos venido creciendo eso. Estábamos en cero hace cuatro años.

Y creo que ha sido muy importante también el crecimiento en gas vehicular. Los escucho a ustedes sobre ese crecimiento que hemos tenido en gas vehicular. Tenemos hoy, si la memoria no me falla, 217 mil vehículos trabajando con gas vehicular. ¿Cuántos teníamos hace cuatro años? No había 30 mil. Queda apuntado aquí, porque lo que no tenga apuntado aquí es porque no lo apunté.

Eso digo a mis compañeros de Gobierno cuando los veo desesperados abriendo un computador. Digo: hombre, no. Uno tiene que apuntar aquí. Lo que no esté apuntado aquí es porque no lo apunté. Lo otro es un backup, pero el principal tiene que ser éste.

Y hablemos de gas. Las circunstancias no son fáciles. Hablemos de gas y petróleo. La hermana República Bolivariana de Venezuela puede exportar. El presidente Chávez me ha dicho que están exportando tres millones 200 mil barriles de petróleo al día, pero que podría aumentar la producción para llegar a cinco millones. Nosotros tenemos una producción decadente de 520 mil. Allá tienen 26 millones de habitantes y aquí 43. Allá tienen 270 trillones de pies cúbicos de reservas de gas probadas. Aquí hay siete. Bolivia, con ocho millones de habitantes, tiene 70 teras cúbicas de gas. Nosotros siete. O sea que la situación nuestra no es fácil. Pero confío que vamos a encontrar.

Nosotros estábamos explorando 10 pozos de petróleo al año. El año pasado 76. Hay un gran incremento en la búsqueda de gas. Confío que la concesión Tayrona u otras nos tienen que dar gas. Pidámosle a mi Dios que aparezca.

El Gobierno ha hecho todos los esfuerzos para estimular esa búsqueda. Porque es muy importante poder darle sostenibilidad a ese proceso creciente de conversión de vehículos a gas. Y me anima mucho una cosa: cuando con el ministro Mejía (nuestro primer ministro de Minas, el antecesor del ministro Martínez), empezamos esa política, se dijo: hay un obstáculo, no hay surtidores de gas en el país. Ustedes lo han hecho con enorme velocidad, con enorme velocidad. Eso hay que felicitarlo.

No escucho en las ciudades colombianas que quienes han convertido su vehículo a gas, tengan problemas por el surtidor. Y eso me anima a lo siguiente: nosotros aspiramos en los próximos días (y creo que no hay mejor escenario para decirlo que éste), a dictar el decreto que fije la fecha a partir de la cual todo motor que entre o se ensamble en Colombia, tenga que ser un motor flexible. Que pueda trabajar en un extremo con ciento por ciento de gasolina o de diesel fósil. O en el otro extremo con ciento por ciento de biodiesel o de etanol. Y hacer cualquier cantidad de combinaciones, como lo tiene Brasil.

He pedido al Ministro de Minas que definamos esa fecha, para anticipar las reglas de juego y para que todo el mundo se vaya acomodando. En un país que tiene esta disminución en la producción de petróleo (como lo decía el doctor Tulio, no ha sido un gran país petrolero), y que por el otro lado tiene 44 millones de hectáreas de sabana, creo que hay que dar ese paso. Y nos debemos preparar.

Uno de los obstáculos que hemos tenido en esas discusiones es que me dicen: “Presidente, pero es que esa fecha no puede ser muy próxima, porque el país tiene que instalar en todas las bombas de gasolina los surtidores especiales para esas mezclas”. Es cierto. Pero la prueba de que es un sector de muy fácil adaptación, la da lo que ha pasado con el gas.

La primera meta que este Gobierno fijó en conversión de vehículos, era de 80 mil vehículos. Y me decían, cuando estábamos estudiando ese Plan de Desarrollo, hace cuatro años y medio: “Imposible, Presidente, no hay manera de atenderlos”. Hoy vamos en 217 mil. Diría que no ha habido mayores problemas. Entonces en lo posible sigamos gasificando y pensemos en la otra alternativa, que es la alternativa de los motores flexibles.

Los motores flexibles (aquí estaba nuestro Embajador del Brasil), han sido una redención para el Brasil. Hasta hace dos años el Brasil tenía, solamente dedicadas al etanol, cinco millones de hectáreas de caña. Aquí toda la industria azucarera del Valle del Cauca tiene 200 mil hectáreas de caña. Nosotros podemos dar allí un gran salto.

Confianza inversionista. Lo otro bueno ha sido el tema de las zonas francas, la nueva legislación de zonas francas. Una tarifa del 15 por ciento, la deducción tributaria del 40 a las inversiones y el monousuario. El que vaya a tener hoy un negocio de zona franca no tiene que necesariamente irse a una zona franca. Puede pedir que su negocio lo declaren zona franca en el sitio donde está. Exigen creo que 26 millones de dólares de capital y 600 empleos. Y en el caso de los biocombustibles o del sector agropecuario, agroindustrial, los empleos pueden ser la suma del empleo directo en la planta industrial y de los empleos en los cultivos.

Lo otro bueno para la confianza inversionista es que el país puede hoy celebrar acuerdos de estabilidad de reglas de juego con los inversionistas. Y todo eso nos ha ayudado. Este país en el 2002 tuvo 700 millones de dólares de inversión extranjera directa. En el período enero – mayo de este año, netos (después de restarle a lo que ha entrado al país, lo que han sacado inversionistas que invierten afuera), llevamos 3.748 millones de dólares. Y los dos años anteriores han sido de 6 mil millones de dólares.

O sea que alguna diferencia hay de medianoche para el día. Lo importante es sostener eso. Que no sea flor de un día, que no sea emoción de un momento, sino darle sostenibilidad.

Cuando el Gobierno empezó, la tasa de inversión en Colombia era del 12. Hoy es del 26. De cada 100 pesos que producíamos, se invertían 12. Hoy se invierten 26. La del sector privado era del 6 y medio. Hoy es del 19. Esas tasas de inversión hay que sostenerlas no por debajo del 25 – 26 por ciento. Si eso se repite año tras año, el país despega. Y despega asombrosamente.

Es mucho mejor una tasa de inversión alta que un crecimiento por un fenómeno de lotería, por un fenómeno de buena suerte. Mucho mejor una tasa de inversión derivada de confianza inversionista, que crecer un año porque hubo más precio de petróleo o porque se produjo mucho petróleo por un nuevo pozo, o por más precio de café. Entonces el Gobierno le apunta es a la confianza inversionista.

Ustedes han pedido la eliminación de aranceles. ¿Qué me preocupa a mí? Si bien hay sectores que se estimulan mucho con la revaluación, hay otros muy afectados. Y a mí me da miedo que perdamos empleos por los sectores afectados. El Gobierno tiene que hacer este año un enorme gasto en apoyo a los exportadores. Lo que he llamado el CERT Laboral. Hoy lo estaban anunciando en Medellín los ministros de Hacienda y Comercio.

Creo que el apoyo a los exportadores este año nos va a costar 500 mil millones. Eso se cuenta. También he dicho: si el país ha ganado tanto con la revaluación en abaratamiento de equipos, de tecnología, en deuda de moneda extranjera, pues compensemos a los sectores afectados. Y compensémoslos para que sostengan el empleo, con la condición de que sostengan el empleo, con la condición de que les paguen al Sena, a Bienestar, a las Cajas de Compensación, que una señal de formalidad laboral.

Por eso no hemos podido desmontar los aranceles. ¿Pero qué les digo a ustedes en respaldo a esa petición? A mí me parece que hoy la revaluación en estos sectores ayuda mucho más que lo que habría sido cualquier rebaja de aranceles. Y el Gobierno, que tiene que gastarse una plata muy grande apoyando a los exportadores perjudicados por la revaluación, haría mal si simultáneamente les quita los aranceles a sectores importadores bastante beneficiados por la revaluación. Hemos preferido: la platica que nos gastaríamos en desmonte de aranceles, gastarla en apoyo a los exportadores para proteger el empleo.

Me parece que tenemos que trabajar muy cuidadosamente el tema de los motores y los repuestos falsificados. Pediría a Juan Pablo y a la doctora Alicia que me ayudarán promoviendo unas reuniones en la Presidencia, presididas por la ministra de la Presidencia, la doctora Cecilia Álvarez Correa, sobre este tema.

Seguir afinando la lucha contra el contrabando. Esta semana hubo que tomar de nuevo la decisión de restringir puertos a las mercancías provenientes de Panamá. Por consideración al Gobierno de Panamá, habíamos levantado esa medida. Pero empezamos a advertir señales preocupantes. Entonces tuvimos que restringir nuevamente los puertos al aeropuerto El Dorado y al puerto de Barranquilla para esas mercancías.

Tomamos atenta nota sobre la preocupación de ustedes sobre los falsificados. El doctor Tulio se ha referido también al tema de la parapolítica y al tema de la liberación de estos guerrilleros de las Farc.

Miren: el Gobierno tiene dos inamovibles, dos puntos en los cuales, no por capricho sino por el bien nacional, no puede ceder en busca del acuerdo humanitario. Uno es: nosotros no podemos entregar zonas de despeje. Y el segundo: no podemos permitir que salga gente de la cárcel, en un acuerdo con las Farc, aceptando el Gobierno que esa gente salga de la cárcel rumbo a las Farc para reincorporarse a las actividades de secuestro y asesinato.

¿Por qué no zonas de despeje? El país estuvo despejado. Por eso crecieron tanto guerrilla y paramilitares. Aquí un 30 por ciento de la población colombiana hace cuatro años estaba totalmente en poder de guerrilla y de paramilitares. Ha sido un despeje enorme. Experiencias de despeje, de muy buena fe de los gobiernos, mostraron la mala fe de los beneficiarios de esos despejes. Bien lo decía el doctor Tulio: ¿para qué utilizaron esas zonas?

A mí, por ejemplo, me llama la gente de Pradera y Florida y me dicen: “Presidente, no lo podemos decir en público porque nos matan, pero no vaya a despejar”. Cuando se habla de despejar a Pradera y Florida, ahí mismo corren bandidos de las Farc que están en otras partes del país a buscar refugio allá. Y hemos tenido muchas dificultades. El Gobierno uno no puede aceptar el despeje.

Creo que haber liberado 150 personas de las Farc, por decisión unilateral del Gobierno y por petición del Presidente de Francia, país del cual la doctora Ingrid Betancourt también tiene nacionalidad, la liberación de Rodrigo Granda, eso demuestra que para este tipo de acciones humanitarias no se requieren zonas de despeje.

Lo que he dicho es que hay que hay que despejar al país todavía de lo que queda de terroristas. En lugar de despejar a Florida y a Pradera de fuerza pública, nos tenemos que consagrar a despejar a Buenaventura de terroristas. Allá vamos a volver el sábado a Buenaventura. Creo, Alicia, que si hay que trasladar el Gobierno a Buenaventura, trasládalo. Las Farc pidiendo el despeje de Pradera y Florida, y lo piden es con bombas en Buenaventura. Sí, vamos a despejar, pero a Buenaventura de terroristas. Lo hemos logrado en otras zonas del país. Nos ha dado mucha dificultad en Buenaventura, pero con toda insistencia lo vamos a lograr.

Los 150 que salieron de las Farc de la cárcel, por decisión unilateral del Gobierno, se comprometen todos a no volver a delinquir. A estar en el programa de reinserción. Eso es distinto que sacarlos de la cárcel y llevárselos a las Farc a la selva para que las Farc los incorpore activamente a las filas del secuestro y del asesinato.

Rodrigo Granda no aceptó desmovilizarse de las Farc y el Gobierno aceptó eso. Pero se comprometió a que no participaría de secuestros, de asesinatos, de ningún delito de la índole. El Gobierno le pidió de muy buena fe que no regrese a la clandestinidad, que dé la cara a la comunidad nacional, a la comunidad internacional, a la prensa, a los partidos políticos. Y que sea gestor de paz. Ojalá eso se dé.

Creo que hemos hecho un gesto grande en favor de la liberación de nuestros secuestrados. Tenemos que seguir cumpliendo el mandato constitucional de buscarlos y tenemos que seguir en la tarea de derrotar el secuestro en Colombia.

La parapolítica. Este es el Gobierno que ha desmontado el paramilitarismo. Nosotros encontramos en este país alrededor de 60 mil terroristas. En la primera reunión que tuvo el doctor Luis Carlos Restrepo con Carlos Castaño, Carlos Castaño le dijo: “Comisionado, ¿cuántos paramilitares calcula el Gobierno que hay?”. Y él le dijo: “14 mil”. Carlos Castaño le dijo: “14 mil hay aquí en Paramillo, sume los de la Sierra Nevada, sume los del Magdalena, sume los de Aguachica, sume los de otros sectores de Antioquia, sume los de Buenaventura, los del Valle del Cauca, los de Calima, y siga sumando”.

Hoy llevamos 32 mil paramilitares desmovilizados y más de 10 mil guerrilleros. Creo que esto no tiene antecedentes.

Y hoy hay debate paramilitar, pero no hay violencia paramilitar. Hoy hay unos grupos guerrilleros delinquiendo y unos narcotraficantes delinquiendo. En el país se acabó el cuentico de que como el Estado no perseguía a la guerrilla, entonces se creaban paramilitares.

Hoy el único legitimado en Colombia, expresamente y en la práctica, para perseguir a la guerrilla, es el estamento institucional, nuestra Fuerza Pública. Así que Colombia no debe hablar más de paramilitarismo. Colombia tiene que hablar de que la única institución para perseguir a la guerrilla es la Fuerza Pública. Y así nos demoremos, es hasta que acabamos con la guerrilla. Pero hasta que acabemos con ella y hasta que acabamos con todos los residuos que quedan del narcotráfico. Con dificultades, como las que tenemos en Buenaventura, como las que tenemos en algunas partes de Nariño, etcétera.

Y entonces hace cinco años al único que se le decía paramilitar en Colombia era a mí. Me lo decían los adversarios políticos. Pero a los paramilitares no les decían paramilitares, porque a ellos les tenían miedo. Ya hoy no les tienen miedo, porque están en la cárcel. Pero hace cinco años frente a ellos se morían de miedo. Y a ellos no les decía paramilitares. Y por razones políticas, a mí me decían paramilitar.

Primero: dimos de baja a 1.700 paramilitares. Y de los que han tratado de reincidir, hemos dado de baja a más de 400. Y están en la cárcel más de 800. A los gobiernos hay que juzgarlos es por hechos.

La mayoría de delitos que hoy se investigan son anteriores a este Gobierno: elecciones de 2002, años 90’s, etcétera. Y así lo reconocía hoy un editorial del Miami Herald, o de ayer, bien importante.

Y entonces viene a decir ahora un señor que está clandestino en México y que hace parte de la lista de los delincuentes más perseguidos, incorporado a esa lista en el 2005 cuando se supo de él por este Gobierno. Dice: es que a la campaña de Uribe le dieron dos millones de dólares en Córdoba. Es que allá llegaron un paisa de 45 años y otro de 38, de donde Mancuso, con unas maletas de dólares para financiar la campaña de Uribe.

Les tengo que decir a los colombianos en todas partes: llevo tres campañas al Senado, la campaña de la Gobernación, dos campañas de la Presidencia, manejadas honorablemente. Las del Senado las manejó el doctor José Roberto Arango, las campañas de la Presidencia el doctor Fabio Echeverri, con todo el rigor. Nosotros tenemos un recorrido político con toda transparencia.

En la Gobernación de Antioquia me pasó una cosa. Faltaban unos pocos días para la elección y los dos gerentes, el doctor Luis Esteban Echavarría y el doctor Guillermo Gómez del Barco, personas probas totalmente, me dijeron: “Hombre, Álvaro, aquí hay un cheque de 30 millones”. Muy grande, frente a una campaña de 150 – 200 millones. Dijeron: “Tenemos dudas sobre él”. Les dije: “En la duda, abstente, apliquen lo de Santa Teresa”. Dije: “Prefiero perder la Gobernación de Antioquia que ganarla con plata mal habida. Devuelvan ese cheque de 30 millones, pero no lo devuelvan sino el sábado antes de elecciones, porque si lo devuelven ahora tienen tiempo de dárselo a otro candidato y que con él me ganen”. Esa plata de devolvió.

Y esto tengo que contárselo a ustedes para que me defiendan. Porque generalmente al repuestero lo veo elegante en este auditorio, pero ustedes son colombianos que generalmente viven de mangas de camisa en el mostrador. Una lucha muy dura. Y como aquí en algunas imprentas no consigo defensores, necesito acudir a que ustedes me defiendan. A que expliquen este cuentico a la gente que conversa con ustedes todos los días. El único abogado que puedo contratar es al pueblo colombiano. Y ustedes constituyen una expresión muy genuina del pueblo colombiano, trabajador y que genera esperanza.

Entonces dicen: “Hombre, es que le dieron dos millones a la campaña de Uribe en Córdoba”. Y la periodista pregunta: “Pero si Uribe perdió en Córdoba como por 80 ó 100 mil votos”. Oigan lo que contesta el delincuente: “No, es que para que esa votación no se notara, se trasladaron los votos a Antioquia”.

Facilito: trasladar 80 – 100 mil votos de un departamento a otro en un mes. Y para acabar de ajustar, esas zonas de Antioquia, paramilitares, Bajo Cauca y Urabá, limítrofes con Córdoba, fueron las dos únicas zonas de Antioquia donde perdí en el 2002.

¿ Vienen a decirlo ahora? ¿Ahora que estamos en la aplicación de la ley? ¿Y entonces eso por qué no se sabía? ¿Quién oculta dos millones de dólares en Córdoba? ¿Con todas las ganas que han tenido mis adversarios políticos de sacarme los ojos? Qué tal que les hubiera dado esa oportunidad? Si me han asignado cualquier clase de infamias, ¿qué tal que les hubiera dado un chancesito? ¿Quién oculta dos millones de dólares en Córdoba? Es más fácil ocultar una culebra de resorte en el tarrito, que ocultar dos millones de dólares en una campaña de Uribe en el 2002 en Córdoba.

Y ahí aparecen otros temas. Ahora aparece lo del video. ¿Cómo les parece? Yo no les doy la mano sino por ahí a 500 colombianos al día. La actuación pública mía, ha sido siempre pública. En ese video me cuentan que no solamente había la cámara de quienes lo filmaron sino otras cámaras. Un hecho público.

Ahora aparece que un líder popular de esa reunión, pública, en Puerto Berrío, a quien le di la mano, que después apareció desmovilizado en las autodefensas. Y como eran tan poquitos. Como hasta ahora no se han desmovilizado sino 32 mil.

Entonces la semana pasada llegué a Barrancabermeja y encontré a unos dirigentes que me han ayudado. Y les dije a Raúl Rubio y a John Jairo: “Muchachos, cuidado. Si me van a saludar y les voy a dar la mano y nos van a tomar fotos, piensen que no estén de ‘paras’, porque me traga la tierra”.

Les dije: “¿Qué fue eso del video?” Y me dijo: “No, aquí fuimos una serie de dirigentes, dirigentes populares, fuimos de Barranca a Puerto Berrío a una reunión con usted en el 2001, pública, manifestación, reuniones, que la delegación de tal parte, que los líderes populares de Barranca, etcétera. Y ahora parece que uno de los muchachos que estaba ahí, que aparece en una lista de paramilitares”.

Lo importante es seguir con toda convicción trabajando por el país. Me parece que lo que ha hecho el Congreso ahora es muy bueno. Se aprobó una gran agenda legislativa. No es fácil. No es fácil para la bancada que nos apoya, aprobar lo de transferencias. Con toda esa oposición. Y una bancada con temor, que dice: “Presidente, pero usted nos hace aprobar ahora transferencias, y con eso nos van a derrotar en las elecciones de octubre”.

Un proyecto muy importante el de transferencias. Estimula la descentralización pero sin arruinar a la Nación. Yo habría evitado todo este desgaste, si digo: “Hombre, regresen a la Constitución del 91”. Pero le dejo una pésima herencia al país, porque el país no puede con eso.

Hicimos una cosita equilibradita: descentralización, pero sin arruinar a la Nación. ¿Sabe que nos costó eso, al otro día de haberse aprobado? La tasa de interés de Colombia, que estaba con un spread de ciento y pico de puntos, se bajó a 97.

Hace cuatro años el spread colombiano valía 700 puntos. Los bonos de Colombia tenían que pagar lo mismo de los Estados Unidos, más 700 puntos. Hoy pagan lo mismo de los Estados Unidos, más 97. ¿Cuánto le ayuda eso al país, a los departamentos, a los municipios, al sector privado?

A mí me parece que con esto de la narcopolítica teníamos dos opciones: la que descarté, clausura del Congreso, asamblea constituyente, nuevas elecciones. Eso debita la confianza en el país. Saltos al vacío, incertidumbre.

La otra opción, la que aplicamos. Señores: que la justicia asigne responsabilidades y apoyamos la justicia, y que el Congreso trabaje y consolide las instituciones. Y produjo una gran cantidad de leyes buenas para el país.

Produjo esta ley de justicia, que le va a ayudar mucho a este sector. Produjo lo de las transferencias, la probación del TLC. Ahí poco a poco vamos despejando el camino en los Estados Unidos. La Ley Agro Ingreso Seguro, la reforma tributaria, la ley de desarrollo agropecuario, otras leyes de justicia, la nueva ley de contratación, etcétera.

Y se quedaron tres o cuatro. Me duelo mucho de que el Congreso no me haya aprobado la reforma constitucional para sancionar la dosis personal de droga. Y llamo la atención porque veo que mucha gente en Colombia se opone con justa razón al narcotráfico, pero defiende que no se sancione la dosis personal de droga, el expendio de la dosis personal de droga. Solamente el expendio es un camino muy grave hacia la criminalidad.

Voy a los barrios del Sur de Bogotá, a las comunas de mi ciudad, a las comunas de Cali. La semana pasada en Barranquilla, en Soledad. La gente dice: “Por favor, controlen eso. Nos corrompen a los niños en el tema de la distribución de la dosis personal de droga”. Es una de las cosas que me duele a mí que no hayamos aprobado, pero vamos a seguir en esa insistencia.

Me parece que ha sido bueno para el país que el Gobierno, en lugar de haber entrado a producir la discusión de clausurar el Congreso, de convocar a elecciones, hubiera hecho un acuerdo con las mayorías del Congreso para hacer sacado esta legislatura adelante. Y ya estamos preparando el nuevo conjunto de normas para que sus proyectos sean presentados el 20 de julio.

No se si además de los temas que trajo Tulio, haya otros.

Muchas gracias”.

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